¿Magia de Amor? ¿La quiero? (Mención de varias parejas)

¿Entonces qué fue lo que pasó? Dinero-sama fue lo que pasó.

El próximo heredero de la famosa empresa de Chocolates “Chocorella” parecía asqueado de toda aquella farsa llamada “amor”, no, no le gustaba la chica, no, tampoco le gustaba el chico, simplemente iba a la misma universidad que ellos y era aburrido ver como se juraban amor eterno. Quiso poner a prueba aquella relación y se acercó a la chica, le ofreció 5 millones para que rompiera con su pareja, ella dudó y él ofreció más, la suma se detuvo en 20 millones, ella aceptó y ahora el futuro no-novio está desconsolado.

El dinero puede comprar y romper el amor. Es absurdo todo aquel que dice que no.

—¡Por Zeus, no me dé esos sustos, señora! — el rubio con ojos color rojo intenso saltó sorprendido, si lo llamaban a él— Una disculpa, no la había visto, no se preocupe, la ayudaré, de momento solo traigo en cambio un billete de 10,000 yenes, espero que sea suficiente— entregó el dinero en la mano de la señora de la tercera edad y se despidió— Ahora, si me disculpa, tengo otros asuntos que atender— Afuro sabía que si haces una buena acción se te regresa, el karma no siempre era negativo; estaba seguro de que ya había hecho su buena acción del día.

Mientras seguía a la adulta continuaba repasando lo que le diría para que la fortuna pudiera ser leída. Mi nombre es Afuro Terumi, tengo 17 años, mu cumpleaños es el 17 de mayo y soy Tauro, soy coreano y… ¿Qué mas se debe decir? ¿La información de la persona con la que quieres que revise tu compatibilidad?

— ¡Usted es un fraude! No voy a escuchar más— se levantó del cojín, el nunca le pediría al amor de su vida que dejará de querer a su hermano, si, estaba un poco celoso de Shiro, pero no separaría a los Fubuki por nada del mundo.

— La cosa es, que yo tengo aquí un artículo que puede ayudarte a acelerar el proceso y que podría ayudarte a cambiar ese futuro incierto— volvió a hablar la vieja llamando la atención de nuestro protagonista— Es una pócima de amor, su nombre es “Tsuki no Ai”, dicen que, si miras a la Luna fijamente durante un tiempo y luego observas a otra persona, te enamoras perdidamente de ella, la pócima funciona parecido— ¿una pócima de amor?

— Uhm, ¿no es hacer trampa? —

— Para nada, yo lo llamo “empujón”, solo pones 3 gotas de este líquido en la bebida o comida de la persona a la que quieres enamorar, OJO, solo 3, y te aseguras de ser la primera persona que aquella persona vea, entonces contarás con 24 horas para enamorar a esa persona, el efecto se acabará después de eso— terminó de explicar— Lo que es mejor es que el sabor es dulce y el olor es ligeramente afrutado, ¿no es genial? — una venta era una venta.

— Vaya, no estoy interesado, considero que las personas que usen esa pócima son demasiado idiotas como para necesitar la ayuda de una fuerza externa, son patéticas si la ocupan para engañar a la gente, lo usted llama “empujón” yo lo llamo “embrujo” y espero recapacite sobre esto, ¿Qué pensaría usted si alguien la hechizará para actuar melosamente con alguien? Eso podría arruinar vidas— se levantó muy enfadado dispuesto a irse.

— Veo que es de buen corazón, entonces, ¿qué le parece esta bufanda color azul? Le garantizo que podrá llamar la atención de la persona que le gusta, pero solo se puede usar en verano y su efecto dura solo 2 horas— tenía que vender algo, la lectura era gratis, pero no podía irse con las manos vacías.

— Eso… no suena mal, está bien, solo necesito dos horas de su atención, esa me la llevó, gracias— y dicho esto la compró y salió con una sonrisa listo para acapara a Atsuya por dos horas.

— Aunque si me pregunta a mí, creo que el chico le prestará atención incluso si no usa la bufanda— susurró la anciana ya sola en su tienda.

— ¿Qué? — preguntó el de cabellos rosas sorprendido.

— No pasa nada, solo quería ser la primera persona que vieras- dijo el rubio sonriéndole. No era mentira, pudo notar como esas adorables mejillas en sus manos adquirían un leve tono rojizo.

— Ah, ok— dijo el Fubuki más joven apartando su mirada y volviendo a comer, pero ahora sonrojado.