Posts written by †‹ELIANN›†

  1. .

    Capítulo 14



    El sonido del arma invadió mis oídos con un temblor recorrió todo mi cuerpo, el dolor llego a mi hombro izquierdo haciéndome soltar un grito de dolor, escuche gritos que no pude entender de todo pero era la voz de Luka, abrí los ojos para ver como Gakupo luchaba con Luka intentando arrebatarle el arma.

    -¡Suéltame! ¡Déjame matarle! –Exclamo ella mientras el arma le era arrebatada –

    -¡Basta! no dejaré que vuelvas a lastimar a la persona que amo –Respondió arrebatándole el arma –

    -¡Eres un imbécil como él! –Gruño ella mientras dos hombres de seguridad la sostenían – ¡Suélteme! ¡¿No saben quién soy?! ¡Soy la gran Megurine Luka!

    Observe a Gakupo como llegaba a mi lado, me decía palabras e intentaba entenderlas pero en realidad era como si mi mente estuviera desconectada algo sobre mi herida, algo sobre cuidarme y que me llevaría al hospital, me tomó de la mano para irnos del lugar mientras yo mantenía apretada la herida.

    -¡Si no eres mío no serás de nadie! –Logré escuchar mientras la observaba a ella abalanzarse contra Gakupo sujetando un cuchillo, no sé cómo obtuve la fuerza pero lo empuje, sintiendo como el filo atravesaba mi cuerpo –

    -¡Kaito! –Escuche mi nombre salir de sus labios, mientras sentía como la sangre comenzaba a acumularse en mi boca siendo escupida –
    Todo pasaba demasiado lento, mi mente no lograba captar verdaderamente las cosas la policía llevándose a Luka detenida, ella sonrió, soltando una carcajada satisfactoria, tajándose de que yo obtenía lo que merecía pero ya no podía estar más en pie, la ambulancia llego, llevándome en ella.
    Gakupo iba conmigo allí diciendo palabras tratando de aliviarme aunque pienso que eran más para él.
    -¿Por qué lo hiciste? –me pregunto sujetando mi mano –

    -No podía permitir que lastimaran al amor de mi vida –Sonreí pero creo que salió más una dolorosa mueca, me sentí mareado, demasiado cansado y comencé a cerrar los ojos a pesar de la insistencia de Gakupo de que no lo hiciera pero pesaban tanto un pequeño sueño no dañaría a nadie –

    Me sentí iluminado por una gran luz, una que se abría paso entre mis parpados cerrados cuando los abrí estaba acostado en una habitación completamente en blanco – ¿Dónde estoy? –Exprese mi duda mientras mis palabras se hacían eco repitiéndose una y otra vez haciéndome sentir pequeño y desolado en aquel lugar –

    -Hijo mío –Dijo una voz, voltee y era una mujer sumamente hermosa mirándome con una sonrisa triste su cabello era largo y azul, tenía un vestido blanco hasta las rodillas –

    -¿Quién es usted? –pregunte y mis palabras reverberaron en el lugar que se extendía hasta donde alcanzaba mi vista en blanco–

    -Yo soy tu madre –Habló arrodillándose de mi lado – es de esperarse que no me reconozcas cuando me apartaron de ti recién nacido –me acaricio la mejilla sonriéndome y sentí un intenso amor viniendo de ella era algo que me absorbía absolutamente haciéndome sentir profundamente amado –Estás tan grande.

    -¿Qué está pasando? –Pregunte, a mi mente llegaron los recuerdos de lo que había pasado– ¿Estoy muerto? –indague asustado –

    -Estas al borde entre la vida y la muerte –Contesto–

    -No, no quiero morir, tengo que volver con Gakupo, sufrirá mucho si muero ¡Mamá! ¡Mamá por favor ayúdame! –Hable al borde de las lágrimas –

    -Solo tú puedes lograrlo –Me dijo y un hueco se abrió debajo de mí haciéndome caer –pero el camino es difícil.
  2. .
    Esa mañana cuando salió de su hogar sentía una enorme inquietud de la cual solo logro liberarse al recorrer el lugar que hasta los momentos le hacía de nido pronto debía cambiar de zona y lo sabía alejarse de los demás tiburones que merodeaban el territorio antes de que decidieran verlo como a un rival y atacarlo, vivir entre las cuevas en las que la mayoría busca un confortable nido había servido para mantenerlo lejos de depredadores o incluso de los piratas pero pronto sería visto como un adulto el cual puede defenderse por sí mismo.

    Desde que sus padres habían sido capturados por piratas pensando que eran de las sirenas que lloraban perlas había quedado huérfano a muy pronta edad, aprender a sobrevivir fue difícil y vivir de los restos que dejaban otros tiburones no fue fácil, por eso a casi su mayoría de edad era conocido como un buen predador y cuando tuviera su primer celo un gran potencial a macho alfa, cazaba lejos de los demás tiburones no le gustaba tener que luchar por sus presas tener que lanzar gruñidos en advertencia.

    – ¿Qué quieres, Luka? –pregunto al sentir la presencia de cierta tiburón que rondaba a su alrededor –

    –Acompañarte nada más.

    –No necesito de tu compañía y sabes que odio tu compañía.

    –No la seguirás odiando cuando entres en tu primer celo, pronto será la época de apareamiento y tú ya eres mayor.

    –Tú serias la última con quien yo pensaría en formar un vínculo, lo sabes bien.

    –Si no me tomas a mi como tu compañera no tendrás ninguna –Respondió de vuelta mostrando sus dientes dispuesto a retarlo, Gakupo se volteó de un movimiento rápido la tenía sujeta del cuello mostrando sus afilados dientes hacia ella –

    –Eso ya lo veremos –Contestó de una manera amenazante que a la hembra le hizo estremecer completamente –

    La soltó retirándose del lugar dejando al tiburón sobándose el cuello con el orgullo roto, soltó un gruñido ese estúpido desde que era un pequeño la había rechazado constantemente y aunque ella era mayor a él jamás logro vencerlo pero no importaba porque tarde o temprano sería suyo al igual cuando cambiara de nido no podría marcharse lejos ¿verdad? y podría mantenerlo vigilado no permitiría que él tuviera a otra hembra, ella tenía que ser su hembra.

    Esa tarde luego de merodear y ver qué tan a raya estaban los barcos de aquellos seres de dos piernas decidió que buscaría un nuevo nido, uno lejos de su especie y más lejos de Luka, la odiaba profundamente, Luka había sido mala con él, no es que los tiburones fueran especialmente cariñosos pero ella había sido horriblemente mala con él desde que había quedado huérfano siempre alejo a los demás tiburones le quitaba sus presas y lo había tomado como su futuro compañero sin su consentimiento, no era que él sintiera algún vínculo amoroso hacia alguna hembra del nido pero el hecho de que le imposibilitara una elección le molestaba. Sabía que algunas hembras hacían eso seleccionaban a los machos desde muy jóvenes pero aquello le parecía absurdamente estúpido por eso cuando llego a la adolescencia jamás se dejó volver a ganar por ella.

    Si se permitía ser derrotado significaría que Luka tenía derecho de posesión sobre él y no, ella jamás lo tendría, estaba muy lejos del nido y lo sabía además de presas potenciales era una pequeña y remota isla para su placer lo suficientemente alejada de Luka, explorando el lugar noto las cuevas podías perderte por ellas si no tenías un buen sentido de la orientación hasta que dio con una pequeña caverna subterránea la cual llegaba a una base de aquella isla, había algunos que otros árboles y flores el sol era bastante bueno no muy cálido como para poder secarlo, pero él era un tiburón le haría de buen nido pero más al fondo, este recinto sería un nido perfecto para esas sirenas que solían llorar perlas y que servían de buen alimento para ellos.

    Siempre había cuentos rondando alrededor de esas sirenas uno era que una vez una sirena se enamoró de un príncipe humano ella salvo al humano de ahogarse en el mar, luego ella habló con una bruja del mar para que le diera un hechizo que la transformara en humana ella le daría piernas a cambio de perder sus aletas y su voz, también cada vez que caminara sufriría un dolor indescriptible que cada paso se volvería insoportable, la sirena encontró a su príncipe pero él pensó que su salvadora había sido la monja de un templo ella no podía hablar y no la reconoció por su voz, al igual que ella vio cómo su príncipe se casaba con otra y se lanzó desde un acantilado volviéndose espuma de mar. Había otras que ellas lloraban perlas y por eso los piratas solían buscarlas, pero las sirenas no eran tontas y se escondían muy bien tanto de ellos como de los piratas.

    Ellos cazaban a sirenas cálidas muchos decían que era por su sabor único o porque eran fáciles de cazar, él nunca había probado una así que no le tomaba mayor importancia, pensó que ese lugar sería un buen nido lejos de todos para tener su propio espacio y lucharía por ese lugar con cualquiera que se atreviera a acercarse, aunque ningún tiburón se alejaría tanto de donde habitaban porque las presas eran más fáciles allí. Sonrió feliz por haber encontrado ese lugar y comenzó a merodear por el lugar hasta ver un destello azul, podría ser cualquier cosa pero ese destello brillaba como si una piedra preciosa hubiera caído al mar, se detuvo para detallar mejor aquello notando que era una sirena cálida, nunca había visto una de cerca por lo tanto decidió acercarse más para observarle más por curiosidad que por otra razón, al llegar se escondió entre unas rocas notando al tritón, su color era un hermoso azul sus escamas brillaban como piedras preciosas resaltando por el brillo del sol, quedo maravillado por su belleza, pero de sus ojos comenzaron a salir lágrimas y estas al tocar las rocas se tornaban en preciosas perlas.

    ¿Por qué lloraba? ¿Por qué estaba allí lejos de su nido corriendo peligro derramando lágrimas solo? Se quedó observando al tritón llorar descarga su tristeza en lágrimas amargas que se volvían algo precioso como el ser que las dejaba fluir, curiosidad sintió una gran curiosidad por él. Se suponía que esas sirenas eran felices ¿no? Ellas no eran frías y agresivas como los tiburones eran todos lo contrario, por eso le decían sirenas cálidas le gustaban estar a la luz del sol a diferencia de ellos, cantaban para aparearse, lloraban perlas, eran cariñosos ¿no? ¿Qué hacia él llorando? ¿Por qué sufría? no lo entendía pero verlo allí era algo sumamente hipnótico hasta que se retiró se vio tentado a seguirle pero no lo hizo. No deseo espantarle.

    Cuando fue a cazar acercándose al nido de los tiburones rápidamente fue abordado por Luka a la cual le gruño de manera agresiva haciendo que ella se detuviera.

    – ¿Qué quieres?

    –Acompañarte –menciono, acentuando su inocencia cuando parecía a punto de atacarle –

    –No necesito tu compañía.

    –Te fuiste del nido, pero no estás cerca.

    Gakupo no le respondió solo siguió su camino, Luka apretó los dientes aquello no podía seguir de esa manera y lo ataco, el tiburón se defendió hubo una batalla entre los dos hasta que Luka se alejó con la aleta lastimada, él tenía unos cuantos rasguños y una mordida que curaría en algunas horas, luego de eso se fue a cazar para regresar a su nido, merodeo un rato para encontrarse con el tritón del otro día estaba comiendo unas cosas redondas que caían de las algas que había arriba de la isla, le miro con curiosidad parecía saborear y disfrutar de esas cosas redondas, luego salió a la superficie a tomar sol y él se le quedo observando, comenzó a cantar era una tonada sumamente triste pero hermosa su voz era completamente melodiosa pero lo que más le gustaba era como brillaba sus sublimes colores con el sol, era un tritón sumamente magnífico, no podía dejar de admirarlo para él era completamente majestuoso. Las lágrimas nuevamente comenzaron a brotar de los ojos del tritón y se preguntó; ¿por qué? ¿Quién puede hacer llorar a tan bella criatura? ¿Acaso tenía una compañera y la perdió? ¿Lo habían rechazado? aquello le causaba pánico porque las sirenas cálidas al no tener el amor de quienes aman se convierten en espuma de mar, pasaron los días y el joven volvía significaba que no era una pena de amor y aquello le alivio de sobremanera.

    Aquel día lo encontró en la superficie pero estaba durmiendo, preocupado pues su piel se estaba tornando de un color rojizo comenzó a mojarle, cuando reacciono lo tomó entre sus brazos, su piel estaba muy caliente por haber estado bajo el sol durante muchas horas, sin poder contenerse comenzó a acariciarle, primero su aleta deteniéndose en el brillo de cada escama, cada una parecía tener un tono de azul más oscuro que el anterior, luego paseo por su abdomen y pecho hasta llegar a su rostro, sus labios rozados, sus mejillas ahora coloridas. Todo en ese triton era digno de admirar detalladamente, una joya en el mar. Cuando el tritón empezó a reaccionar se alarmo para luego retirarse, las sirenas cálidas les tenían miedo a los tiburones era mejor alejarse por ahora.

    Pocos días pasaron antes de volviera a ver al tritón pero está vez llevaba moretones en su piel lo cual le causó una gran curiosidad así como una enorme furia ¿Quién se había atrevido a tocarlo? ¿Quién se había atrevido a lastimarlo? Si solo lo supiera lo destruiría pieza a pieza por solo tocarlo, se acercó un poco más notando su distracción comiendo aquellas bolitas redondas, incluso le faltaban algunas escamas lo cual le molestaba en mayor medida, cuando comenzó a cantar la curiosidad le pudo más y salió a la superficie, las lágrimas comenzaron a correr de sus ojos transformándose en pequeñas perlas, sus miradas se encontraron aquellos ojos azules mostraban gran sorpresa y miedo, desvió la mirada de su rostro que tenía al igual que su cuerpo algunos moretones para enfocarla en su aleta acariciándola lentamente ¿Cómo alguien se había atrevido a lastimar un ser tan magnífico? ¿Cómo alguien se atrevió a mancillar tan preciosas escamas?

    –Hermoso –Pronunció para que su sensible oído detectara algo se sumergió en el agua notando a Luka, ¡Por todos los océanos! ¡¿Es qué nunca lo dejaba en paz?! Hay muchos tritones en el mar por Poseidón, la mirada de Luka estaba puesta en aquel tritón y su ceño se frunció –

    –Podemos compartirlo si gustas –menciono con una sonrisa mostrando sus afilados colmillos –

    – ¡Es mío! –Gruñó en respuesta –

    –Vamos es una sirena calidad, una gran presa que se puede compartir entre dos –Expresó recibiendo otro gruñido en respuesta, Gakupo mostro sus afilados colmillos su posición era más amenazante que las otras veces y aunque deseo retroceder su propio valor no la dejo – ¡Deja de ser tan bastardo!

    – ¡Lárgate de mí territorio! –Exclamo ambos se enfrascaron en una pelea, intento alejar lo más posible del lugar a Luka, en aquella ocasión si la había dejado más herida, se había atrevido a meterse a su territorio y a fijar sus ojos en lo que era suyo –

    Aunque la mayoría de tiburones criticaba el actuar de Gakupo por no querer a Luka como suya no podían hacer nada, porque él no estaba rompiendo ninguna regla en lo absoluto si él no deseaba a Luka como compañera solo debía luchar con ella y ganar pero a pesar de haber perdido más de una vez, Luka no se rendía y aquella determinación estaba comenzando a colmar la paciencia de Gakupo ya no sabía cómo decirle que no para que ella entendiera que nunca iba a tomarla como compañera.

    Aquella semana se mantuvo enfrentado a los tiburones que absurdamente decidían rondar por sus territorios ya que a voz de Luka habían oído que por allí habitaban sirenas cálidas y ellos aunque sea una vez deseaban probar una así que los mantuvo en todo momento alejados hasta que decidieron que por allí no podían rondar al menos que quisieran ser despedazados por un furioso Gakupo quien con sus colmillos y listo para la lucha más pronto que tarde los terminaba sacando.

    Al volverlo a ver no pudo evitar salir del agua dejando su aleta sumergida en su totalidad se apoyó en una roca cerrando sus ojos disfrutando de su canto, aquel tritón ya sabía que él habitaba en esas aguas y no había dejado de ir, podría haber dos razones una no le tenía miedo, dos era estúpido cualquiera de las dos las tomaba por igual. La voz del tritón comenzó a sonar con más ahínco una extraña sensación le lleno él no cantaba, los tiburones no necesitaban de cantar eso era cosa de sirenas cálidas pero necesitaba responder esa melodía, deseaba poder hacerlo y comenzó a cantar era la primera vez que lo hacía pero deseaba poder seguir la melodía que aquel tritón estaba creando, ambas voces se mezclaban a la perfección.

    Cuando abrió los ojos observo el hermoso destello que brillaban en los ojos de aquel tritón además de una enorme sonrisa adornaba sus carnosos labios – Cantas hermoso pero amo más tu color.

    –Mi color es simple muchas cosas de aquí son de ese color –menciono bajando la mirada como si se avergonzara de ello –De seguro amas muchas cosas del mar ¿no? –le pregunto pero la verdad ver aquella tristeza en sus ojos no le gusto para nada, se sumergió en el agua para acercarse más por primera vez estaban tan cerca podía sentir el calor que irradiaba su cuerpo –

    –El único azul que me gusta es aquel que te pertenece –respondió sin duda alguna, no tenía por qué mentirle y el tritón se estremeció al ver la intensidad de los ojos zafiros del tiburón jamás nadie lo había mirado con tal intensidad –

    Al ver allí al tritón en un estado de mutismo total decidió retirarse no sabía cómo había tomado sus palabras pero no deseaba comprobarlo además debía vigilar el lugar no vaya a ser que alguien estuviera por atacarlos.

    Los días fueron pasando hasta que lentamente ambos lograron más acercamientos ahora hablaban y notaba que el tritón tenía una enorme curiosidad por él al menos eso era algo ¿no? el que tomara su boca y le preguntara por sus colmillos sin miedo a cortarse era algo extravagante ¡El solo se estaba metiendo en la boca de un tiburón! Era una locura y una proeza. Pero aquello le agrado, sentía que al lado de él era que debía estar de ese tritón único que no les temía a los tiburones.

    –Te has vuelto débil –Menciono la tiburón, ella estaba cruzada de brazos mirándole fijamente –

    – ¿Disculpa? –Expreso – ¿Quién te venció más de una vez?

    –Esa sirena cálida –Argumentó con desdén –Estás enamorado de esa sirena cálida.

    – ¿Y eso que te importa? –Gruño en respuesta –

    – ¡Prefieres a una sirena cálida! ¿Antes que a alguien de tu misma especie? –Exclamo – ¡Cómo puedes preferir a alguien débil! ¡Alguien que no te pueda proteger ni seguirte! ¡Ni darte crías dignas!

    –Yo tengo la suficiente fuerza para protegernos a ambos y si son nuestras crías para mi serán más que dignas –Respondió – ¡A quien yo quiera volver mi compañero es mi asunto! ¡Y no tienes por qué andar metiéndote en ello!

    – ¡Yo siempre te he querido como mi compañero, Gakupo! ¡He luchado por ello incansablemente! ¡Intentar se lo suficiente para ti! Nunca te importo –La ira parecía ir en aumento en ella – ¡¿Por qué nunca te importo?! –Con aquellas palabras se lanzó hacia él atacándolo –

    –Porque yo nunca te he querido como mi compañera, Luka ¡Siempre te he despreciado! –Le esquivo sujetándola de los brazos – ¡No quiero matarte, Luka! ¡No me obligues a matarte!

    –p. . .porque. . . ¿por qué yo nunca he sido suficiente para ti? –la mirada de la tiburón parecía perderse sus palabras sonaban quebradas y débiles, sus lágrimas se confundían con el mar –porque yo nunca he podido… nunca he podido.

    –No es por ti, Luka. Tu. . .eres buena –Comentó –es solo que yo, no siento lo mismo que tú. No es justo que luches por aquello que está lejos, mereces a alguien que sepa lo que vales y que lo valore y yo no soy ese tritón. No puedo volverte mi compañera porque no me siento unido a ti.

    – ¿Qué tiene esa sirena cálida que yo no tenga? –murmuro –

    –Algo que ni yo mismo se definir –Respondió –pero que me hace sentir en casa.

    Esas palabras dichas con aquel amor y calidez la hicieron pedazos, Gakupo jamás había mostrado esa expresión que reflejaba amor, él la soltó y ella se dejó hundir, perdida en esos pensamientos. De que él tritón que siempre quiso a su lado, nadaba lejos de ella con otro compañero.

    Aquello que le había dicho a Luka le dejo un desazón en el pecho pero tenía que seguir, ella debía saber la verdad jamás la amaría y no podía vivir engañada por más tiempo, estaba cansado de pelear por ello, así de simple, era lo mejor, sintió algo entre la corriente alguien parecía venir a gran velocidad, cuando volteo era Mikuo quien lo ataco con una furia que nunca había visto antes en el tiburón, ambos se enfrascaron en una batalla, Mikuo estaba tan molesto que le hizo perder uno de sus dientes cosa que lo molesto mucho y termino dejando herido de gravedad al tiburón.

    –Porque… ¿por qué siempre te has empañado en lastimar a Luka? –Gakupo cerró los ojos – ¿Por qué siempre le haces daño?

    –Por Poseidón –Se quejó –Mikuo, yo no quiero a Luka, sabes bien que jamás la he querido tu si la amas, lucha por ella quédate con ella. Yo no la quiero y no podré nunca quererla. Véncela tengan crías, pero déjeme en paz. Los dos.

    En eso vio su diente tirado en el suelo su enojo volvió y tenía ganas de tirarle unos dientes también a Mikuo, pero ¿De qué valía? Si de todas formas le volverían a crecer, en eso un pensamiento llego a su mente y sonrió, tomó el diente y se lo llevo hizo una cuerda improvisada para amarrar el diente creando un collar, nado hacia la isla deseando que Kaito estuviera allí y así era.

    Se encontraba cantando y como las últimas veces que lo había visto cantando no pudo evitar cantar junto a él su corazón deseaba que la melodía que su voz entonaba llegara hasta el tritón cálido y se diera dé cuenta de todo lo que deseaba estar a su lado, de que quería ser su compañero que deseaba que diera a luz a sus crías formar juntos una familia. Si todo eso deseaba de Kaito, cuando terminaron de cantar se miraron un momento.

    –Kaito –Habló para tomar posición junto al nombrado que se encontraba sentado en las rocas tomando el sol –Ten –Extendió su improvisado regalo hacia Kaito –Es uno de mis dientes, recuerdo que te gustaron mucho.

    –Las mejillas de Kaito se coloraron de rojo y aquello le hizo sonreír porque el tritón siempre sería adorable a su vista – ¿Enserio te acuerdas de eso?

    –El bochorno con el que hablaba le hizo reír ocasionando un puchero en su acompañante –Todo de ti me resulta encantador, no deseo olvidar nada –Sabiendo que Kaito no se movería le coloco el collar –Te queda bien.

    – ¿Cómo se te cayó?

    –Estaba cazando –Mintió intentado restarle importancia, pero no podía decirle que vivía en conflicto con otros tiburones constantemente y que había salvado su vida sin que él supiera siquiera que estaba en peligro –Suelen caérseme mientras cazo, pero siempre son substituidos por otros –Abrió su boca mientras que con su dedo señalaba el espacio donde perteneció el diente que iba a ser remplazado por otro –pero recordé que a ti te gusto mucho, así siempre llevarás una par te de mí contigo.

    –las mejillas de su acompañante se volvieron más rojas si aquello era posible pero asintió sonriéndole, no pudo evitar acariciar esa suave mejilla colorada por lo adorable que era su acompañante tal vez Luka tenía razón se había vuelto débil, era demasiado blanco con Kaito pero aquello no me importaba –Gakupo –Habló y en sus oídos retuvo su nombre dicho de aquellos labios como una canción vaya que si le gustaba escuchar su nombre dicho por esa hermosa voz –Me alegra mucho haberte conocido.

    –Tal vez Kaito no podría saberlo pero aquellas palabras tan simples le llenaron de un enorme regocijo –A mí me encanta haberte conocido.

    El sol comenzó a ocultarse en el bastó océano dándole un espectáculo a sus ojos, sabían que debían separarse y aunque su corazón le indicaba que no dejará ir al tritón, sus instintos le decían que lo tomara del brazo, que lo llevara hasta su nido para que nunca se fuera de allí, pero no podía, no hizo caso y lo dejo irse, ese sentimiento en su pecho no lo dejo tranquilo.

    Se había regresado a su nido y estuvo recostado un rato esperando conciliar algo de sueño pero no pudo, ese sentimiento en su pecho no lo dejaba esa intranquilidad eso que le decía que nada estaba bien, salió de su nido paseando por el lugar encontrándose con algunos tiburones que por allí solían merodear acaricio a algunos pues estos eran algo dóciles al contacto.
    Hasta que escucho ese canto era un canto desesperado que le llego al pecho no sabía de donde provenía e incluso podría venir desde dentro de su cabeza pero poco le importo tenía que ir, era como si Kaito le llamara y desesperadamente él debía ir a su encuentro o podría perderlo para siempre.

    Los tiburones que estaban a su lado sintieron su alteración y le siguieron, él no sabía a donde se dirigía pero esa voz parecía dictarle el camino cada vez se sentía más intensa hasta que llego al arrecife donde estaban las sirenas cálidas todo aquello se volvió un revuelo al verlo a él con los tiburones rodeándolo, “una sirena asesina” gritaban y daban la alarma, pero él no los escucho solo a esa voz que lo llamaba hasta llevarlo a una caverna que se asemejaba a una prisión uno de los más grandes tiburones ataco derribando los barrotes, Kaito tímidamente comenzó a salir de allí.

    – ¡Estás bien! –Exclamo para lanzarse a abrazarlo ahora entendía lo que había pasado era un llamado, un llamado de compañerismo lo que lo había atraído hacia él, porque lo necesitaba y todo su cuerpo respondió – ¡Por Poseidón! Cuando escuche tu llamado me altere de sobre manera, pensé que te perdería y nade lo más rápido que pude. . . me alegra tanto que. . . –Sus palabras murieron en su boca cuando noto las heridas de Kaito, moretones le faltaban escamas a su aleta además estaba sangrando aquello lo hacía enfurecer – ¡debo matarlos! –Sentenció –


    – ¡No lo hagas por favor! –Suplico el tritón en sus brazos –

    – ¡Pero ellos! –la expresión que le brindo Kaito era una sumamente suplicante, una que pudo con él, cerró los ojos y suspiro tampoco quería mostrarle la clase de monstruo que él era – Lo que tu desees –Aquella sonrisa de alivio aunque debió hacerle sentir bien lo molesto más – ¡Tienes que vivir conmigo! ¡En mi nido!

    – ¿Me estás pidiendo que sea tu compañero? – ¿Es que acaso no se había dado de cuenta? Tan ingenuo era ¡Por lo siete mares! ¡Pensó que eso era obvio! –

    – ¡Te lo he estado pidiendo desde que cantamos por primera vez! –Refutó –Es como si no entendieras mi canto.

    –Para mí es normal cantar, no sé mucho de eso cantos de cortejo –parecía avergonzando al mencionar eso –

    – ¿Y crees que yo sí sé? –Protesto – No sé cómo cortejarte, nosotros no cantamos para cortejar ¡Ni siquiera cantamos!

    – ¿y por qué cantas?

    –Quería llamar tu atención y que te hicieras mi compañero, me enteré que esa era la forma en las que ustedes cortejaban, nosotros mayormente luchamos con quienes queremos como compañeros y si vencemos se vuelve a la fuerza nuestros, pero eso era algo muy tosco para ti. –Se sinceró, Kaito parecía estar al borde de las lágrimas, le sonrió para abrazarle del cuello – Te llevaré a casa.

    –Tonto, ya estoy en casa.

    Su corazón latía de manera agitada por aquella revelación aun así sonrió para llevarlo consigo a su nido tenerlo allí entre sus brazos durmiendo a su lado era algo nuevo, nunca había dormido con nadie pero podría acostumbrarse a la calidez de su sirena.
  3. .

    Destino.
    Prologo.
    Los sucesos de la vida son extraños, tan variados. Sin darte cuenta te quedas atrapado en aquello que llamamos los hilos del destino.
    Atrayéndonos con su dulce encanto.
    No pensamos en las consecuencias.
    Cuando todo ocurre tan de repente.
    Siguiendo esa corriente que es lo suficientemente fuerte para hundirnos e incluso arrastrarnos al fin de nuestra vida.
    Pero nos influye tanto que no, nos importa.
    Algunos desde que nacemos ya estamos atado a ello.


    Capítulo 1.


    Yo podría ser considerado uno de esos pocos que al nacer ya tienen su vida atada a un destino, el mío era morir por alguien más y eso era considerado un gran honor.
    En un punto de mi vida yo no lo entendí ¿por qué yo debía dar mi vida por otro? ¿Qué tenía ese otro ser que era más importante que mi propia vida? Fue allí en mi estado de confusión que mi padre decidió llevarme al palacio para conocer aquel ser cuya vida era más importante que la mía y por quién yo debía de morir.

    El lugar sin dudas me era impresionante una gran arquitectura que parecía tocar el cielo, pero lo más bonito de aquel lugar eran esos bellos ojos tan azules como dos joyas, aun lo recuerdo tan claramente sin importar si yo tuviera cinco años, recuerdo ver esos grandes ojos azules con esa radiante sonrisa me hizo saber que yo daría mi vida por él, aun si tan solo era un bebé.

    Poco tiempo después de conocerle comenzó mi entrenamiento, aunque mi madre estaba preocupada por ello la mayoría de los niños iniciaban a los nueve años y yo estaba iniciando cuatro años antes era un blanco fácil para mis compañeros por ser más pequeño.
    Mi padre me hizo entrenar el doble porque yo debía de ser el mejor.
    La primera vez que lloré además de haber recibido una paliza por parte de mis compañeros, más dura fue la que me dio mi padre, escuche las suplicas de mi madre de que se detuviera de que yo solo era un niño. Pero no lo hizo, solo paro, cuando yo caí inconsciente desde ese día no volví a llorar.

    No quería volver a ver a mi madre sufrir de esa manera, que llorara por mi culpa es algo que me causaba gran pesar, culpándose ella de mi propia incompetencia.

    Cuando cumplí los diez volví al palacio junto con mi padre, el joven príncipe ya tenía cinco sus grandes ojos como joyas relucientes me volvieron a atrapar en una especie de hechizo igual que la primera vez él sonrió y me pregunto; Si quería jugar con él. Yo miré hacia todos lados pero no vi a mi padre, no sabía hacia dónde dirigirme o cómo podía encontrarlo, aun sabiendo el riesgo que estaba corriendo ya que por no seguirlo de seguro mi padre se enojaría, afirme ante aquella propuesta.
    Jugamos juntos hasta que escuche la voz autoritaria de mi padre que me hacía estremecer, me había atrapado jugando y yo sabía que eso no le gustaba, según él yo no estaba para juegos porque era un guerrero en formación.

    El emperador habló deteniendo a mi padre diciendo; que su hijo necesitaba un compañero de juego, el príncipe me tomó de la mano y mi corazón se aceleró, con una gran sonrisa en los labios le pidió a su padre que yo fuera su compañero de juegos.
    Así me convertí en el compañero de juegos del príncipe.
    Ese día me salve de un reclamo de mi padre, pero eso no evitaba que me repitiera constantemente que esos dislates de los juegos no ablandará mi carácter que yo debía de ser fuerte al igual que él.
    Yo si deseaba ser fuerte pero no como él si no a mi propia manera. Era triste de admitir que en esos momentos una parte de mi odiaba la manera en que mi padre me trataba y por consecuentes sentía sumo rencor hacia él.

    Cuando cumplí los doce años me hablaron sobre lo que era el género alfa, beta y omega con ello entendí el miedo que tenía mi padre, la mayoría de los miembros de mi familia son alfas, solo hay una omega en mi familia y es mi madre. Yo no entendía mucho de su relación porque eran muy pocas las veces en la que se demostraban cariño, aunque sabía lo profundo que era el amor de mi madre hacía mi padre, nunca creí o llegue a pensar que el amor de mi padre hacia mi madre era entregado en igual o más medida.
    Un día escuche algo que no debí de escuchar; que mi madre era una cualquiera, que sus hormonas habían incitado a mi padre a que la mordiera y no poder estar con nadie más. Cuando un alfa marca a un omega la marca es tan potente que ni el alfa ni el omega pueden tener otro compañero, comencé a entender muchas cosas y la distancia que tomaban varios de mis parientes hacia mi madre. Aun no comprendía del todo ¿Por qué la trataban así? mi madre era la mejor de todas, la loba más buena y bondadosa, primero pensé que lo que odiaban era la compasión de mi madre pero no era eso.

    Entendí que no odiaban a mi madre por su personalidad, odiaban a mi madre por ser una omega. Lo comprendí cuando mi primo se burló de mí, él siendo mayor que yo me despreció y dijo cosas horribles sobre mi madre muchas las cuales había escuchado de sus propias padres ambos alfas. También me dijo que al ser hijo de una omega yo sería un patético omega que atraería con mis hormonas a un alfa para que me marcara, que yo jamás podría tomar mi lugar como futuro heredero del clan. Por ser un degenerado Omega.
    Tuve un arrebatado de violencia hacia mi primo el cual me lo tuvieron que quitar entre tres de mis tíos o yo lo mataría. Mis años de entrenamiento no habían sido en vano pero no había sido por ello, mis tíos y mi padre dicen que yo me transforme, era el lobo más joven en obtener su transformación. Mi padre estaba orgulloso de mí.

    Comprendí que mi padre no era estricto y duro conmigo porque me odiara, lo era porque tenía miedo de que yo fuera un omega y no lograra defenderme de los alfas. El mundo era muy cruel con los omegas. Mi padre comenzó a mostrar otro lado de él para mí, porque a pesar de tener casi trece años mi transformación era similar en tamaño a la de un adulto significaba que cuando creciera dicha transformación sería mucho más grande.
    Mi padre me enseño a controlar esa forma junto con él salí al bosque el cual era prohibido para los niños por diversos peligros, me enseñó a reconocer los olores, me enseño a cazar aprendí a mi casi trece lo que un adolescente de quince debía aprender. Cuando cumplí los quince años yo sabía todo lo que los demás estaban aprendiendo.

    Al hacerme un examen de género descubrieron que yo era un alfa, algo que todos esperaban de mí desde que logre mi transformación, pero mi primo era un omega, era extraño pero no imposible que de dos alfas naciera un omega. Cuando descubrí que mi primo era un omega fue por su aroma, ese día se veía desesperado y tropezó conmigo el aire se llenó de ese dulce aroma, un quejido salió de sus labios y sus ojos verdes me miraron con terror, otros alfas lo estaban persiguiendo y al llegar donde nos encontrábamos comenzaron a gruñirme viéndome como una amenaza, sentí una semi-transformación, mis colmillos juntos con mis garras salieron. Mi primo estaba paralizado, no se movía e incluso cuando lo solté cayo de bruces al suelo, los demás alfas empezaron a atacarme, uno a uno los fui venciendo.
    Fui aquel que quedo en pie mostrando mi dominio hacia ellos quienes bajaron la cabeza aceptando su derrota, camine hacia mi primo sus ojos brillosos por el celo me observaron un quejido escapo de sus labios.

    -¿Crees que tu apestoso aroma a omega puede afectarme para tomarte como mi compañero?, no.
    Lo cargué, llevándole con las sirvientas que eran betas y no se verían afectadas para que lo cuidaran, lo odiaba, mi primo siempre había sido malo y odioso conmigo, pero él era un omega igual que mi madre, solo por eso le ayude.

    Su aroma me había afectado un poco, pero a mi mente llegaron los ojos del príncipe junto con su aroma a vainilla y galletas él cual era uno de mis favoritos, él decía que le gustaba mucho mi aroma porque eran como los cerezos y el té. Yo le tranquilizaba, le hacía sentir seguro y que no estaba solo.
    Una sensación similar ocurría cuando él estaba conmigo.

    Conforme me dieron el permiso de salir más del clan, notaba que en la ciudad había ventas de omegas de igual forma servían como consortes en variados establecimientos del distrito norte. Aquello me perturbaba el índice de omegas y alfas era bajo, la población en su mayoría eran betas. Pero el índice de los omegas era más bajo aun, cuatro de cada cinco omegas se suicidaba o eran asesinados por su propia familia ese 1% de omegas que restaban eran usados como consortes o esclavizados a muchos no parecía afectarles este hecho tanto como a mí.
    Incluso mi primo había intentado suicidarse si mi madre no le hubiera ayudado.

    Cuando el príncipe cumplió los quince años el emperador cayó en penumbra, el príncipe era un omega, nadie negó alguna vez que el príncipe nacería alfa por el hecho de que en su linaje siempre había alfas.

    Creí que era mejor si el príncipe nacía omega se crearían nueva reformas para los omegas y todo podría cambiar, pero no fue de esa manera el palacio entro en un completo caos, el consejo del emperador decían muchas cosas y su familia ni que decir; ya querían tomar el puesto que al príncipe por derecho de nacimiento le pertenecía.

    Decidido a mantener la calma en el príncipe lo aleje del palacio en largos paseos diarios, manteniéndolo apartado de esas conversaciones que podían afectarlo como en su momento me afectaron a mí. Tal vez para que el temperamento apacible junto con su personalidad bondadosa no fueran afectados con aquellos comentarios sumamente hirientes.
    En su momento el emperador me llamo para hablar con él nos encontramos paseando por los jardines del palacio en silencio hasta que se atrevió a hablar.

    -Notó que vuestro trato hacia mi hijo no ha cambiado en lo más mínimo.

    -No lo hará –Contesté –él sigue siendo mi príncipe aun siendo un omega es su derecho de nacimiento su género no causa diferencia.

    -No lo hace –admitió –Sigue siendo tan maravilloso como siempre –Expreso en sus ojos una mirada nostálgica se perdía en el horizonte como si estuviera allí pero a la vez no –Sigue siendo como ella.
    Poco se hablaba de la emperatriz quien había muerto en el alumbramiento del príncipe por respeto a su memoria aunque ahora se encontraran muchos perturbándola.´

    -Pensé que usted al ser el emperador hijo de la luna podría crear nuevas reformas para el trato de los omegas –Hablé, él suspiro ante mis palabras –

    -Es difícil cambiar un pensamiento arraigado tan profundamente. –Respondió –

    -Pero no imposible –Contesté –Yo sé que hacer el cambio es difícil, pero si no damos el primer paso ¿Cómo lo lograremos? Yo cree un área en mi clan destinada para los omegas, muchos no estuvieron de acuerdo pero no pudieron contradecir no querían llegar a un enfrentamiento.

    -Escuche sobre eso –Menciono mirando hacia el extenso cielo y regresando su mirada hacia mí, sus ojos azules era penetrantes como el mismo hielo
    – Dígame joven, Kamui. ¿Qué sería capaz usted de hacer por mi hijo?

    -Yo viviré y moriré solo para él –El emperador sonrió de una manera indescifrable para mí –

    -Usted, ¿Se dejaría castrar para ser el guardián y protector de mi hijo? a pensar de lo que eso representa –Comentó –

    -lo haría sin dudar –él asintió ante mis palabras –

    Me pidió que me retirara lo cual hice, en el camino me encontré con el príncipe quien recién salía de sus clases me sonrió para comenzar a caminar a mi lado, empezó a hablarme sobre lo que había aprendido, le escuche atentamente observando como sus ojos se iluminaba ante cada palabra que me decía, la emoción con la que se expresaba sobre el conocimiento que había obtenido, el movimiento de sus suaves labios ante cada silaba. Detalle cada parte de su rostro como me gustaba hacer.

    -¿Me estás escuchando? –me pregunto haciendo un mohín yo sonreí –

    -Por supuesto que si príncipe Kaito –Respondí –me parece interesante sobre lo que habla de los otros países –La sonrisa en sus labios se volvió más grande y por un momento no pude evitar acariciar su rostro –

    -¿Q-Qué pasa? –me preguntó, sus mejillas estaban coloradas de un intenso rojo, tragué saliva y negué –

    -No es nada, perdón por mi impertinencia –él negó ante esto diciendo que solo le había tomado de sorpresa –

    Pasaron dos días para que fuera llamado de regreso al palacio esta vez como protector del príncipe, pero no fui castrado por mi posición no se puede tal cosa, ya que necesito dejar un heredero que tome mi lugar como futuro líder de clan.

    A decir verdad el emperador era alguien sumamente enigmático para mí pero era bueno con el pueblo y muchos lo querían yo sé que él le ha enseñado a ser un buen gobernante al príncipe.

    Luego me enteré de hecho de que querían tratar al príncipe como princesa por el hecho de ser omega, eso me molesto él había estudiado y se esforzaba para aprender a ser un buen gobernante, durante las tardes salíamos de incognitos al pueblo y me hablaba de las cosas que iba a mejorar durante su mandato con gran ilusión mostrada por sus ojos, ¿Ahora debía de tomar el lugar de una emperatriz? ¿Para qué otra persona inconsciente gobernara? ¡No! el trono había pasado de generación en generación a su familia. Cuando hable con él esa tarde su expresión era triste contándome aquello que le habían dicho sus familiares “Eres un asqueroso omega pero si no queremos que gobiernes con vuestra patética debilidad debemos volvernos compañeros de un degenerado como usted” y otras tantas más que me hicieron enojar, mi odio hacia ellos había aumentado.

    Las semanas en el palacio fueron pasando todo iba con regular calma, ese día me encontraba lejos del príncipe hablando sobre cosas que ocurrían en el palacio, un grito resonó por el lugar y todo mi ser se estremeció esa voz podía reconocerla en cualquier parte pues era la voz del príncipe, salí corriendo lo más rápido que daban mis piernas alejando a todo aquel que se interpusiera en mi camino hasta llegar al patio allí estaba él huyendo de los alfas, cuando me observo fue directo hacía mi abrazándose un quejido salió de sus labios y pude sentir sus hormonas llenar el aire, sumamente dulce, suave y delicioso. El calor de su cuerpo me invitaba a poseerlo, marcarlo como mío, esa necesidad creció en mí cuando nuevamente me miro, sus ojos nublados y cristalinos, el color rojo en sus mejillas sus labios diciendo una súplica que no llegaba del todo a mis oídos.
    Todo mi instinto decía que lo marcara como mío, exclamaba que lo tomará como mi compañero, que lo alejara de esos, alfas que quería arrebatármelo.

    Mi transformación fue inevitable para luchar contra los otros alfas que lo seguían demostrando mi fuerza mayor a la de ellos clamándome como el vencedor, peleaban fuerte por el dominio entre golpes y gruñidos su voz resonó entre la espesa neblina de mi mente, no recuerdo mucho de lo que paso pero de lo poco que me quedo fue que luche contra mi padre y otros alfas de mi clan pero ellos no lograron detenerme seguí el aroma del príncipe para encontrarlo siendo cubiertos por betas, entonces mire a sus ojos cubiertos de terror y miedo.
    Me tenía miedo y eso caló muy profundo dentro de mí.
    Mordí mi brazo con excesiva fuerza intentado mitigar esas ganas de marcarlo como mío de alejarlo de todos esos betas y llevarlo lejos.
    Me aleje, termine en casa encerrado en mi habitación pensando en lo que había hecho luego de un largo baño con agua fría, la voz de mi padre me hizo salir de mi auto-reproche, no quería abrirle pero nunca podía negarme ante su llamado siempre podía conmigo, verle allí parado frente a mí con cortes que yo había causado con mis propias garras y moretones que mis puños había hecho me hizo sentir horriblemente mal. Bajándole la cabeza no encontrando la manera de mirarle a la cara, como cuando de niño me regañaba.

    -¿Cómo pudiste? –Comenzó a hablar y yo cerré los ojos fuerte agachando mis orejas –Resistirte a su aroma todos pensamos que lo marcarías.

    -Yo solo no pude, sus ojos me mostraron mucho miedo y. . . no podía hacerle eso –Respondí –Estoy avergonzado de mi comportamiento, lo que hice estuvo mal.

    -Así es –Expreso con un tono de reproche –me alegra que lo veas, pero hiciste lo que pocos alfas en tu lugar hubiera hecho. Te detuviste.

    Aquello no me dio ni la tranquilidad ni la calma necesaria, tampoco hizo que me reprochara menos mi actuar, pero no podía quedarme encerrado en mi habitación para siempre, no era un niño era un hombre de honor que debía levantar la cabeza y reconocer su error recibiendo el dicho castigo que correspondiera a sus actos, pero me prohibieron regresar al palacio hasta que al príncipe se le culminara su celo. Aquello no me dejo tranquilo pues en el palacio había otros alfas pero mi padre me informo que se encontraba entre betas, además que él mismo se encargaría de protegerlo.

    Y aunque sus palabras debieron darme serenidad necesaria ya que se había demostrado que el mayor peligro para el príncipe estando en celo era yo, no lo hacía, una intranquilidad inundaba todo mi cuerpo llenando cada pequeño espacio causando piquiña, estando allí como un parasito que deseaba devorar todo de mí, deseaba poseerlo márcalo como mío, mis dientes tenía esa sensación de querer morderlo, mis manos de querer tocarlo, mi nariz de recordar su aroma y grabarlo para siempre, que todo de él me perteneciera, su cuerpo, sus ojos, su cabello, sus labios. Que solo me mirara a mí, que solo me prestara atención a mí, monopolizar cada aspecto de él.
    Eso era terriblemente malo.

    Me sentía un monstruo por tener tales deseos.

    Mi madre llego uno de esos días en los que mi mente no me ayudaba en nada, me olió y me dijo que estaba celo pero no era posible ya que no tenía a ningún omega cerca en circunstancias similares, así que decidimos dejarlo pasar, comenzó a hablarme de lo que había pasado intentado reconfortarme pero en realidad no me hacía sentir mucho mejor, suspiro y me acaricio el cabello comenzando a tararear aquella nana que desde niño me tranquilizaba, me acosté en su regazo aun siendo ya un adulto de veinte años y cerré los ojos, su voz y sus caricias me dieron la calma necesaria para inducirme al sueño sin la sensación de culpa.

    Mi padre llego en la noche diciéndome que el celo al príncipe ya se le había pasado y que podía regresar al palacio, mi madre me miraba con cierta duda de lo que podría pasarme pero cualquiera que fuera mi castigo lo aceptaría con honor, esa mañana salí temprano hacia el palacio, los rumores sobre el barullo que se armó por el celo del príncipe recorrían todo el lugar e incluso decían como me habían incitado con sus hormonas para tomarlo como mío.
    Realmente que hay quienes no tienen nada que hacer con su vida.
    El emperador me llamo para hablar con él apartado de los demás, cosa que me intrigo, me reprocho por lo que había pasado puesto que “casi” marco a su hijo como mi pareja aun sabiendo que aquel hecho no fue de manera intencional y que yo solamente me estaba dejando llevar por la neblina del celo. Me pidió que evitara a toda costa aquellas cosas y que mejor me alejara de su hijo en esas fechas, puesto que no quería perder a un buen guardián.

    Le asentí respondiéndole con lo mal que me sentía por lo que había pasado y el daño que había ocasionado hacia los otros alfas, pero me dijo que por esos alfas no me preocupara se me acerco y me susurro; que en realidad se lo tenían merecido y que si algo igual se acontecía que podía darle golpes más fuertes.

    Aquello me hizo reír y afirmarlo, luego de eso debía de retomar mi labor en el palacio, al encontrar al príncipe una gran incomodidad surgió entre ambos en realidad ¿Qué debía hacer? primero que nada actué como un enloquecido que intento marcarlo a la fuerza, lo asuste, me agacho la mirada haciendo una mueca de incomodidad y sentí que mi corazón se apretó en mi pecho cuando paso de largo sin hablarme.
    Era como si hubiera perdido algo muy valioso para mí y no sabía cómo calmar ese dolor, voltee sintiendo esa necesidad de correr hacia él, abrazarle, enterrar mi nariz en su cuello y marcarle como mío. Necesitaba tanto tenerlo como mío, todo mi instinto me pedía a gritos que lo poseyera, única y solamente para mí.

    Al hablar con uno de los guardias beta que pertenecía a mi clan me dijo algo que ni mi padre me había dicho, el príncipe pidió por mí en su momento de celo, él me llamo y claro yo no fui por él, pero necesitaba tanto de él en esos momentos.
    A pesar de permanecer al lado del príncipe, él me estuvo ignorando durante esos días, no me dirigía la palabra aunque podía sentir su mirada atenta a cada uno de mis movimientos, eso sentir su mirada sobre mí me hacía abrigar un poco la felicidad porque no me excluía del todo de igual forma él podía hacer que otro guardia lo cuidara, yo dejaría de tener un cargo como su protector principal y me encargaría junto con mi padre de la protección del palacio y del reino en igual medida.

    Esa tarde el príncipe había sido convocado por el emperador y su consejo real, me quede en la puerta queriendo escuchar pero manteniéndome firme igual que los otros guardianes preguntándome ¿qué ocurría allí? Solo sabía que si estaban involucrados los del consejo no era nada bueno, gritos se comenzaron a escuchar pero no se podían entender bien que decían todo quedo en silencio cuando el emperador alzo la voz de allí el príncipe salió.

    -¡Te odio! –Grito con lágrimas en los ojos – ¡Por no oponerte a ellos! ¡Porque te importa más vuestra postura que su propio hijo! ¡¿Así dices tanto quererme?! ¿Solo porque no soy un alfa? ¿No valgo? ¿Deje de valer padre? –Con aquello salió corriendo, mire el rostro impresionado del emperador, aquellas palabras fueron dolorosas –

    -Kamui –Habló – Búscalo, no deje que cometa una tontería, por favor.

    -Si señor –Con aquello salí corriendo buscando al príncipe así me mandara o no iría tras él –
    Su olor podía distinguirlo en cualquier lugar, aun siendo opacado por las esencia que le perfumaban, aquel olor a vainilla y galletas que conocía desde siempre y podía encontrar en cualquier lugar, cuando llegué con él quien se había internado en lo profundo del bosque que estaba a las afueras del palacio me grito que me fuera, pero no obedecí me le acerque y lo abracé, comenzó a golpearme e intentar alejarme diciéndome diversas cosas, luego se detuvo, sus golpes se volvieron más débiles y solo podía escuchar sus sollozos, hundió su nariz en el hueco de mi cuello, soltó un largo suspiro, parecía más calmado, su olor era adictivo y me tomé la liberta de oler su cabello, mis mano izquierda acariciaba su espalda, mientras la derecha lo mantenía en mi regazo.

    -Mi padre junto con el consejo han ordenado que se haga un torneo los alfas de las familias más prestigiosas competirán en él –Trago saliva aferrándose más a mí –El que gane se convertirá en mi compañero –Aquello me dejo sorprendido –No quiero a ninguno de esos alfas, Gakupo –Me miró fijamente, aquellos orbes que me hechizaron desde la primera vez que los vi, mostraban miedo, furia y determinación –Te ordeno que participes en ese torneo y ganes. ¡Tienes que ganar!

    -Príncipe. . .

    -¡Tienes que hacerlo es la única orden que te he dado! –Era verdad todo lo que yo hacía por él era porque me nacía hacerlo quien más me ordenaba era el emperador –Tienes que ganar por mí, ya que yo no puedo hacerlo, si tendré un compañero al menos que sea alguien en quien yo pueda confiar.

    -Lo que usted ordene –Tomé su mano para besarla –mi príncipe.

    Sonrió para nuevamente apoyarse en mí, nos quedamos largo rato así hasta que su respiración se volvió calmada haciéndome notar que se había dormido entre mis brazos, lo lleve de vuelta al palacio y a su habitación, al poco rato me encontré con el emperador quien miraba hacia las rosas del jardín.

    -él ¿Está bien? –me pregunto –

    -Sí, lo está –Respondí –Está durmiendo en su habitación.

    -No sé qué decisiones tomar –menciono –jamás pensé que mi hijo nacería omega –hice una mueca ante esto, suspirando – Todo sería más fácil si solo fuera alfa.

    Yo no estaba de acuerdo con sus palabras más solo guarde silencio si decía algo en contra sería insubordinación y si deseaba cumplir la orden que me había dado el príncipe no podía estar en problemas con el emperador, me pidió mi opinión y no sabía si dársela.

    -Sé que los padres –mencione intentado pensar en las palabras adecuadas – hacen lo mejor por sus hijos aun si los métodos a usar no son los debidos o no podemos entenderlos.
    -Lo entiendes, ¿verdad? que yo solo quiero lo mejor para él –Respondió –

    -Cuando era un niño mi padre tenía miedo que yo naciera omega, por esa razón a los cinco años me entreno, por esa razón fue estricto conmigo, por eso quiso que yo fuera él más fuerte, sus métodos me hicieron odiarlo, porque perdí gran parte de mi niñez en ello, cuando pude comprenderlo fue que toda mi vista cambio hacia él –Su mirada era un poco esperanzada –pero no creo que obligarlo a ser compañero de un alfa sea un método correcto. Mantendrá su estatus pero acaso cree que ese alfa ¿pueda entender la preciada joya que es el príncipe? Y mantener esa sonrisa brillante que siempre ha habido en sus labios y el maravilloso brillo que solo existe en sus ojos.

    -Creo que conozco al alfa que si –Contestó –Y espero participe en el torneo.

    -¿Y si no lo hace? –pregunté –

    -lo hará, estoy seguro de ello –Contestó, para retirarse –

    Aquello me dejo desconcertado, pero decidí no prestar demasiada atención muchas cosas que hacía o decía el emperador me dejaban cavilando más de lo debido sin encontrar compresión a ello, me encamine a la habitación del príncipe quien me pidió que pasara a su habitación.

    No medio palabras conmigo su vista estaba perdida en el horizonte como si fuera un ave enjaulada, me quede parado en la puerta observándole en su dolor, sus orejas estaba hacia abajo y su cola entre sus piernas. Haciéndole ver vulnerable. Quería acercármele, tomarle entre mis brazos decirle; que todo estaría bien que yo le protegería, ganaría por él y obtendría nuevamente la libertad que por ser un omega se le fue bruscamente arrebatada.
    Sus ojos azules como joyas resplandecientes se encontraron con los míos brillantes de absoluto dolor y melancolía, sus mejillas habían sido mancilladas por las lágrimas obteniendo un color rojo, que de igual forma presentaba su nariz. Todo mi cuerpo deseo acercarse al suyo, olvidar toda regla, moral o ética, tomarlo entre mis brazos besarle y darle la seguridad de que todo estaría bien. Mi cuerpo comenzó a reaccionar ante mis deseos, apenas había dado un paso cuando uno de los sirvientes hablo para entregarle un té al príncipe y que le calmara.
    Mi corazón latió demasiado rápido sobre mi pecho y rápidamente abrí la puerta para recibir la encomienda del sirviente tomando la charola con el té, me le acerque sirviéndole el té mientras él en silencio lo tomaba.

    -Gakupo –Susurro con su voz carrasposa por el llanto –Gracias por permanecer a mi lado todos estos años.

    -. . . –Abrí la boca para desembocar todos mis sentimientos que ardían en viva llama por él, que desde que lo vi por primera vez cuando éramos simples cachorros sentí, que mi existencia solo era única y exclusivamente para y por él. Que en el calor del celo solo desee estar con él y poseerlo como mío, que solo pienso en él y lo ansió más que nada. Pero lo callé, guarde el absoluto silencio, acaricie con mi mano su mejilla tomándome semejante libertad, quería transmitirle todo mi amor, hizo una triste mueca tomó mi mano entre las suyas aferrándose a ese tacto y llorando –Todo estará bien, yo ganaré se lo juro. Príncipe por favor sonríame extraño tanto su sonrisa.

    -Una risa ahogada y suave salió de sus labios –Estoy seguro que ganaras, te lo ordene, tu deber es cumplir órdenes ¿no? –Yo asentí – ¿Eres feliz, Gakupo?

    -En estos momentos la verdad me encuentro inmensamente triste –mencione –Porque su felicidad mi príncipe siempre ha sido la mía y como usted se encuentra en semejante estado no puedo ser feliz, si el que yo gane devolverá su felicidad y su tranquilidad. Lo haré, no solo porque me lo ordena.

    -Gakupo. . .

    -¿Dígame? –él suspiro pero negó diciendo que; no era nada –

    Quedamos nuevamente en silencio mientras él bebía del té, se veía un poco más calmado pero aun lo notaba demasiado triste, los siguientes días pasaron iguales, no logre darle la paz o la calma para hacerlo feliz nuevamente, eso hacía que un dolor profundo se acumulara en mi pecho porque yo deseaba con todas mis fuerzas que esa sonrisa maravillosa llegara a sus labios, como el brillo de las estrellas iluminando sus ojos nuevamente.

    -Gakupo –Expreso mientras estábamos dando un paseo por los jardines del palacio solos – Yo. . . ¿Qué harías si yo te ordenara que me marques? ¿Lo harías?

    -No –Respondí, su mirada bajo entristecida –Si lo marco sin haber ganado el torneo podría mi vida correr riesgo, sería muy duro para usted.

    -¿Qué quieres decir?

    -La unión de un alfa y un omega es muy poderosa mi príncipe, si yo llegara a marcarlo y muriera, un dolor y vacío llenaría su pecho por haber perdido a su compañero las épocas de celo sería mucho más dolorosas para usted. No quiero causarle alguna dolencia. Prefiero ganarle como es debido.

    -¿Y si me perdieras?

    -Moriría del dolor y la pena si le pierdo mi príncipe. No tendría la joya más hermosa del reino para admirar.

    Me sonrió, estaba muy feliz en esos momentos el brillo de sus ojos tan maravillosos y su sonrisa tan resplandeciente que solo me hacía desear robarle un beso y marcarlo como mío, le acaricie la mejilla lentamente y una risilla maravillosa escapo de sus labios, nuestros rostros estaban lo suficientemente cerca como para besarnos, lo sentí.
    Sentí como sus hormonas llenaban el aire, como el ambiente era invadido por ese aroma tan dulce como embriagante dominando mi mente llenándola de una espesa neblina, mis dientes comenzaron a hormiguear con el deseo de marcarlo mis manos pasaron a sus hombros, sus ojos brillantes de lujuria me miraban, un gemido escapo de sus labios.

    Cerca, muy cerca. Mío, solo mío y de nadie más. Nada más que mío, mis manos bajaron lentamente de sus hombros hasta su cintura ciñéndola y pegándolo a mi cuerpo, el suyo tembló una sensación vibrante me invadía, me acerque a su cuello sintiendo más fuerte su aroma, deseaba tanto marcarlo.

    Ese hormigueo me recorría todo el cuerpo, aquel parasito me infectaba completamente con la bruma y el deseo, mío, solo mío de nadie más, la realidad golpeo a mi mente como un balde a agua fría, yo estaba advertido no podía marcar al príncipe como mío, no al menos sin ganar el torneo mordí mi brazo intentado mantener lejos el deseo.

    -Váyase se lo pido por favor.

    -Gakupo. . .Yo.

    -¡Por favor! –Pedí –Si le marco, sufrirá. ¡Me mataran si le marco! ¡Y usted sufrirá sin mí!

    Su cuerpo tardaba en moverse, sus piernas temblaban y salió apenas podía, algunos, alfas detectaron su aroma sin controlar sus instintos, para descontrolarse intentado volverlo suyo. Un gruñido escapo de mis labios al verlos intentar tomarlo, era mío ¡Nadie podía tenerlo más que yo! me transforme amenazantes ante ellos, me gruñeron atacándome, para que yo les devolviera el ataque dándole la oportunidad al príncipe de huir. Luego de aquello fui colocado en una área alejada del príncipe para que sus hormonas no me afectaran pero estando a cargo de su protección.
    A veces podía escuchar sus suplicas y llamados pedían por mí, aquello me lastimaba y mis deseos hacían hervir mi sangre como si me quemara vivo desde dentro, cuando sentía aquel dolor tan agudo de mi lejanía hacia él, me acercaba a su habitación con la nariz cubierta intentado no verme afectado por el aroma.

    -Estoy aquí mi príncipe, para usted. Siempre para usted.

    Sus quejidos dejaban de ser tan lastimeros, era duro. Estar cerca y lejos, tenía que usar todo mi autocontrol para no ir a por él, me quedaba allí sintiendo que el deseo no aminoraba, iba en aumento junto con el dolor, mi cuerpo temblaba de las ansias solo una puerta nos separaba tan fácil de hacerla caer, dolía, me quemaba, mi miembro erguido apretado entre las ropas, sabiendo que aun cuanto me bañara tardaría en bajar.

    -Gakupo. . . te necesito.

    -Y yo a usted.

    Nadie pasaba por el pasillo en las noches, solo podía escucharlo yo pegado a la puerta y sus tenues gemidos, diciéndome; que no se detenía, que no dejaba de doler. Que me necesitaba. Recibiendo de mi parte un; a mí también me duele y no se detiene.

    Los comentarios en el palacio empezaron a correr, que el príncipe me había seducido con sus hormonas que había caído ante la degenerada existencia del príncipe y otras tantas palabras nada bonitas, en mi clan también surgían tales peroratas que al ser mirados por mí se mordían la lengua y seguían de largo.
    Para mi esas palabras eran nada, yo lo amaba tanto como lo deseaba en gran intensidad. Ellos jamás podrían comprender aquel deseo que quemaba desde dentro, aquella ansiedad y profunda necesidad de hacerle mío, de que solo me perteneciera a mí, de que su sonrisa solo fuera para y por mí, todo de él mío como todo de mí suyo.

    Mi padre llego un día a mi lado, en mi hora de descanso, se sentó mirando hacia el cielo conmigo.

    -Entiendo por lo que estás pasando. Esa necesidad, la controlas mejor que yo.

    -Baje la mirada para suspirar – ¿Cómo fue qué usted y mamá terminaron juntos? –pregunte –

    -él se río amargamente – Fue más mi abrumador deseo que el de ella, me arrepiento.
    -¿de mamá? –pregunte, la molestia comenzó a invadirme pero él negó –

    -De haberla tratado como la trate –Expreso – tenía tu edad en ese entonces, apenas comenzaba a salir del clan cuando la vi por primera vez, flotaba como un ángel a través de las calles, era tan hermosa. Quede cautivado por ella, pensé que si era una alfa. Quería que fuera mía. A veces la seguía, la admiraba en secreto cautivándome más por ella, cariñosa, inteligente, hermosa, era perfecta para mí. Resulto ser que era omega. Su primer celo ocurrió en la ciudad en miedo de varios alfas, yo era uno de esos su olor termino de enloquecerme y aunque ella no lo quería la tomé la lleve lejos de los demás y la marque como mía.

    -la obligaste.

    -Sí, lo hice. Todo de ella me llamaba, pero estoy seguro que tú lo sientes igual.

    -Es diferente, yo no quiero obligarlo.

    -lo sé. A pesar de que te llame y pida por ti. El calor del celo nubla mucho el juicio, cuando todo acabo ella estaba llorando dolida por lo que había pasado, yo me sentí miserable por tomarla en contra de su voluntad, nos casamos. No iba a dejarla, no podía dejarla. La necesitaba tanto como ella me necesitaba, a pesar de ser una omega, su familia la amaba mucho pero había pasado lo peor para ellos, pero no me despreciaron del todo a ver que tomaba las responsabilidades de mis actos con el matrimonio.

    -¿acaso podías abandonarla?

    -Se puede, no es imposible abandonar a un omega, muchos alfas luego de marcarlos se sientes desconectados de los omegas, haciendo solo que un gran dolor habite en ellos, pero yo no pude no importo cuanto mis padres me dijeran todo lo contrario. La necesitaba.

    -¿la amabas?

    -desde el primer día que la vi, la amo con gran intensidad. Gakupo, yo estaba destinado a conocer a tu madre y amarla. Ella estaba destinada a conocerme a mí, la circunstancias de nuestra unión no fueron las mejores ni las más propias pero aun así soy infinitamente feliz de haberla marcado como mía y que tú seas mi hijo. Mi orgullo. –Aquellas palabras me tomaron de sorpresa pero me hicieron sonreír –Nunca pensé que al traerte aquí el príncipe sería tu destinado, pero es algo que yo no dudo, sabiendo de dicho deseo que tienen ambos por estar con el otro. No lo pierdas.

    -No lo haré padre.

    Cuando el torneo se hizo fui uno de los participantes se esperaba ya que yo participaría, el miserable alfa que había sido hechizado por las asquerosas hormonas de un omega, pero los ignoraría. Lo que no espere fue que en el torneo la mayoría de alfas se uniera para atacarme en grupo al apenas iniciar, esquive bien apenas logre derribar tres, eran muchos contra mí solo. Me parecía injusto pero como puede ser una injusticia cuando la única regla es quedar en pie.
    Me ordenaron ganar, tengo que ganar y ganaré, por esa razón me transforme por completo, algunos se detuvieron de atacarme otros se transformaron y se me lazaron encima, no querían perder contra mí y yo no podía perder contra ellos contra nadie, cuando el último alfa cayó al suelo y no quiso volver a levantarse deshice mi transformación, todo estaba en silencio, aquella mutes comenzaba a intranquilizarme ¿mate a alguien? no, nunca ataque a matar aunque ellos sí.
    El emperador lo anuncio yo había ganado, fue allí cuando todo había terminado que sentí el dolor de las mordidas y arañazos, la agitación que recorría mi cuerpo. Camine hasta usted aun si sentía que mis piernas no podían con más, sus ojos estaban bañados en lágrimas.

    -Lo logre.

    -Sí, lo hiciste. Bien hecho, Gakupo. –Sonreí por ver el destello de sus ojos, al fin él podía ser libre de ese dolor que lo perseguía, pero no me deje caer no importaba que tan cansado estuviera o cuanto me dolieran las heridas –

    Estuvieron dando una charla pero en realidad yo no entendía nada o siquiera mi mente lograba procesar aquellas palabras, mi cuerpo apenas empezaba a regenerarse y el picor de mis heridas era constante intentaba mantener mi mente despierta para no caer inconsciente ante el dolor. Sentí a mi padre a mi lado diciéndome con una expresión seria que; debíamos irnos, me levante y voltee a mirar hacia el príncipe me envió una gran sonrisa llena de calidez y se la devolví o al menos eso trate para luego seguir a mi padre.
    El trayecto al clan no lo recuerdo solo que cuando coloque un pie en lo que era mi hogar todo se volvió borroso y negro. Me desperté con mi cuerpo entumecido no era la primera vez pero no era cómodo tampoco me levante estirando mis músculos tensos notando que varias de las heridas ya estaban sanadas otras vendadas, mi madre entro a la habitación con una sonrisa en sus labios y un té.

    -Me alegra que ya estés mejor.

    -¿Qué paso? –pregunte mientras tomaba el té que me entregaba –

    -Te desmayaste justo al entrar –menciono –me preocupe pero tu padre me dijo que era algo normal tu lucha no fue sencilla, lamento no haberla visto sabes que ese tipo de cosas velicas no me gustan.

    -No te preocupes, madre.

    -Te felicito por haber ganado –le sonreí, pero su expresión me hizo borrar mi sonrisa – ¿Estás seguro de lo que estás haciendo, hijo?

    -No entiendo.

    -¿por qué quieres marcar al príncipe? ¿Es por qué obtendrás un gran cargo? ¿Llenaras más de prestigio al clan?

    -¡No! ¡¿Qué?! ¡No, madre claro que no! Yo. . . yo lo amo.

    -Nunca has hablado de eso.

    -ah. . . –No la verdad era que no lo había hablado con nadie, pero pensé que tal vez era algo en su totalidad obvio –


    -¿Realmente lo amas o solo te sientes cautivado por sus hormonas omegas?

    -¡Madre!

    -Necesito estar segura de que serás feliz.

    -Sabes que he estado expuesto a hormonas omegas, ¡Yo ayudo a los omegas para que no sean violados madre! Siempre he tenido un gran control, pero cuando estoy cerca del príncipe todo ese autocontrol se va y solo me pierdo en una neblina de deseo y aunque logro controlarme, solo tengo esa imperiosa necesidad de hacerle mío, marcarle que otro alfa no lo tenga, necesito tenerlo a mi lado, rodearlo entre mis brazos, saborear sus labios, perderme en la inmensidad que son sus ojos, escuchar. . .eh. . .eh. ¡Madre! ¡Ya deja de mirarme así!

    -Ella solo comenzó a reírse volviendo mayor mi vergüenza –me alegra que hayas encontrado tu destinado y que luches por ello. –Me alboroto el cabello –Tú padre vendrá dentro de un rato –Con aquello tomó la taza de té y se retiró –
    Me quede un momento mirando mi habitación para luego suspirar los momentos estaban muy borrosos en mi memoria, recuerdo haber peleado, recuerdo haber ganado ¿pero qué dijo el emperador después? ¿Qué fue luego de esa charla? No recuerdo absolutamente nada más que la radiante sonrisa del príncipe.

    -Hijo, ¿Te encuentras mejor?

    -oh, ah. Si, padre estoy mejor.

    Las conversaciones con mi padre no fue la más larga ni la más tediosa pero me explico que era lo que habían dicho y que era lo que debía a proseguir, pronto se haría una ceremonia en la que el príncipe y yo nos casaríamos por ahora estábamos comprometidos y yo no podía ir a verlo aquello era más una tortura que otra cosa pero lo acepte.
    Aquellos días se pasaron tortuosamente lentos, me carcomía por las ansias de poder estar a su lado como una enorme piquiña que me recorría todo el cuerpo y nada podía calmar esa enorme necesidad. El día que fue nuestra unión me encontraba sumamente nervioso temiendo que algo fuera a pasar todo mi clan estaba alerta porque alguien intentaba detenerlo, llego a mi lado vistiendo de blanco, con una enorme sonrisa en sus labios, luciendo las joyas que de seguro en algún momento habían adornado a la emperatriz, sonreí sin poder evitarlo para mí era la visión más angelical y hermosa de todas.

    No sé mucho de lo que paso, ni de lo que hablaron estaba en un modo automático solamente admirando al ser más bello de todo el universo, de repente todo termino y estábamos en una de las habitaciones del palacio, los dos completamente solo yo no sabía cómo reaccionar o que hacer el príncipe estaba allí sentando sumamente nervioso respiro profundo y luego me observo.
    -Sé que no quieres hacer esto –Expresó –Que yo te lo ordene. . .
    No lo deje que terminara lo necesitaba con unas ansias que jamás había sentido en mi vida, todo mi ser vibro cuando mis labios se posicionaron sobre los suyos, cuando su boca se abrió para mi permitiéndome entrar, su cuerpo se respingo soltando un ligero quejido, cayó en la cama mientras yo le pegaba más a mi cuerpo.
    -Ah. . .ah. Gakupo.

    -Te necesito –Mencione lamiendo su cuello –Estoy hambriento de usted –Un grito escapo de sus labios al sentir una repentina mordida suave –

    -Yo también.

    La habitación se inundó de aquel olor que me hacía enloquecer pero esta vez no me detendría esta vez podría tomarle como mío sin tener miedo alguno, la ropa desapareció rápidamente entre besos y caricias, sentir como sus manos me recorrían los hombros y la espalda como su cuerpo se estremecía debajo del mío.
    -Lo siento, no puedo resistirlo –mencione, su expresión me mostraba su confusión y entre sus piernas encontré mi destino, entrando en su cálido interior –

    -¡AAH! –Grito fuerte mordiendo mi hombro –Gakupo. . .Gakupo.

    -Kaito –Susurre su nombre, sus uñas se clavaban en mi espalda mientras lamía las lágrimas que salían de sus ojos, comencé a moverme primero de manera lenta sintiendo como temblaba debajo de mí su interior me apretaba de una manera enloquecedora –

    -Gakupo –Volvió a decir mi nombre, solté un gruñido mientras mis movimientos se hicieron más rápido escuchando sus quejidos aún más fuertes, su interior era tan caliente absorbiéndome, apretándome, su rostro un completo poema, sus labios de berbiquí rúbeo, sus brillantes ojos brillaban más que los zafiros, sus brazos se aferraban fuerte a mi espalda clavándome las uñas, bese sus labios robando el poco aire que obtenían sus pulmones su cuerpo se estremeció y su interior me apretó aún más –

    -Ah –Apreté los dientes sintiendo como me absorbía, pero yo aún necesitaba mucho más de él, me salí de su interior escuchando un quejido de su parte para luego voltearle, sus piernas temblaban y lo levante de las caderas para volverlo a penetrar un sonoro gemido salió de sus labios, en cada momento la habitación se mesclaba más y más con nuestros olores, observe su cuello y mis dientes tenían nuevamente ese hormigueo aquello que me dictaba que lo mordiera, no resistí aquel impulso dejando un fuerte mordisco en su cuello –

    -¡AAHHH! –Su cuerpo se volvió a estremecer apretándome de esa manera enloquecedora haciendo que me corriera en su interior –
    Pero todo se sentían bien, tan placentero, ambos quedamos anudados por un tiempo intente no apoyar todo mi peso en él mientras le besaba, la espalda y el cuello, cuando nos logramos separar me tendí a su lado -¿Estás bien? –pregunte acariciándole la mejilla secando algunas lágrimas –

    -¿ah? si, lo estoy –sonrió para tomar mi mano entrelazando mis dedos con los suyos, le sonreí para besarle la palma de la mano –

    -¿No te lastime? –pregunte pero él negó –que bueno.

    -Siento que yo. . .te obligue a esto… por ser un omega.

    -¿Qué?

    -si, por hipnotizarte con mis hormonas y atraerte a mí pero Gakupo yo te amo desde hace tanto.

    -Yo solamente pude reír –Kaito, usted no es el primer omega que conozco y lo del hipnotismo por hormonas es falso –Comenté –Yo lo hice porque te amo.

    -¿me amas enserio? ¿A un degenerado Omega?

    -Deja de creer esas tonterías que dicen los demás, usted no eres ningún degenerado por ser un omega, eres precioso tal como eres y siempre te querré, te amaré y te adoraré.

    Él se abrazó a mí y suspiro con gran tranquilidad para luego quedarse dormido yo lo observe, se veía tan hermoso, tan frágil, tan mío, me sentían tan dichoso, tan pleno, tan completo que este momento se quedaría guardado eternamente en mi corazón.

    Al primer momento aquello no fue aceptado, yo no le caía muy bien a los de la corte para ellos yo no era de su clase, con el tiempo me di mi lugar, me molestaba cuando iban a molestar a Kaito perturbando su paz, pero él me respondía que esas malas palabras ya no lo molestaban porque él me tenía a mí y por esas palabras no eran ciertas.
    Las nuevas reformas para los omegas no fue bien tomada al principio muchos alfas protestaron por ello, pero los betas apoyaban a los omegas y
    había familias de alfas que también lo apoyaban, con el tiempo fue cambiando hasta que los omegas podían estar tranquilos y la tasa de suicidios fue reducida al ya no ser vendidos como esclavos sexuales.
    Tal vez no todo era un cuento de hadas pero desde que vi esos ojos azules por primera vez supe que mi destino era estar con él ¿Y saben? No me arrepiento de ello.

    Fin






    [SPOILER][/SPOILER]
  4. .
    Se dice que las sirenas son criaturas míticas salidas de la imaginación del hombre, sueños o fantasías, desvaríos de la mente de un navegante mucho tiempo en sus aguas o incluso aquellos cuyos barcos tuvieron la desgracia de hundirse en la profundidad del mar y los cuales a suerte junto con la gracia divina lograron sobrevivir, proclamando que; fueron salvados por hermosas sirenas.

    Los cuentos de las sirenas no sean tal vez del todo falsos para algunos; nuestra historia radica allí en las profundidades del mar con un joven tritón entonando una canción, su voz era maravillosa sin duda y podía llegar al corazón de cualquiera.

    –Tú voz es envidiable –Solían otorgarle dicho elogio –Pero tu color es insípido.

    Mientras que las hembras y machos de su especie tenían bonitos y vistosos colores, su color era azul, un azul brillante cuyas escamas al ser reflejadas por el sol parecían zafiros. Para muchos esos colores eran tan fríos y simples, siendo desdeñado por sus propios congéneres, el joven se sentía solo era poco natural que a esas alturas alcanzando ya su madurez no hubiera conseguido una pareja, la razón era esa, amaban su voz, odiaban sus colores.

    Para las sirenas de su especie era esencial tener una hermosa voz así atraían a sus compañeros con sus melodía podían encontrarse aun en la mayor tempestad. Pero también eran los colores, los hermosos colores atraían a las hembras.

    Esa mañana se encontraba tomando el sol, rutina sustancial en su vida, nadar hasta una pequeña isla y sentarse en las rocas a sentir el calor del sol, era algo agradable para él, mientras su aleta quedaba parcialmente sumergida en el agua para no secarse.

    Sus ojos se encontraban cerrados, tarareando una canción desconocida pero la melodía salía más de su corazón que una letra ya creada, de golpe sintió un potente jalón que lo devolvió al agua su mente se alteró por completo su corazón se agito pensando que estaba corriendo gran peligro, para encontrarse con unos ojos tan azules con el cielo y una mirada poco feliz.

    – ¡Len! –Exclamo– ¡Casi me matas de un susto!

    – ¡Porque sueles ser tan descuidado! –Protesto – ¡Podrías haber sido devorado!

    – ¿De qué hablas? –pregunto –

    – ¡De eso! –Señalo detrás de él, para notar a un tritón que se encontraba bastante alejado, era de la especie de los tiburones, para su especie eran peligrosos ellos comían de los suyos – ¡Podría haberte comido, Kaito!

    El aludido expreso que eso no podía ser posible en primer lugar estaba muy lejos y que solo eran paranoias suyas, su acompañante quien aún no había alcanzado la madurez siguió su discusión expresando que no le tomaba nunca enserio y que en algún momento podría pasarle algo.

    Kaito no le tenía particular miedo a aquel tritón cuya especie era tan letal para los suyos, sabía que siempre rondaba por esa isla, le tenía una portentosa curiosidad que para muchos sería una locura; ¿Cómo no podría temerle a aquello que te concedería la muerte de un solo mordisco? Pero así era mantenía una intriga tan grande que muchas veces tenía deseos de seguirlo saber; Cómo se llamaba, que tan suave sería su piel, que tan grandes serían sus dientes y otra serie de cosas que si fueran descubiertas se armaría el total escándalo en su nido. Al igual que las otras veces no le siguió aunque un hormigueo le carcomía por hacerlo, pero allí estaba su intrépido amigo reclamándole como si fuera su madre de que se alejará del peligro.

    Y ese tritón era un peligro.

    Sabía mejor que nadie el alcance del riesgo en el cual podría hallarse si trataba de acercarse, quién aventajada a él de conocer la ferocidad y deseo de sangre de una sirena asesina. Sus padres habían sido devorados por ellas y aunque debía de tenerle un gran rencor al tiburón no podía hacerlo, porque la especie de quienes mataron a sus padres no era la misma, sus pensamientos muchas vecen derivaban en aquel momento en donde ocurrió todo, en donde su padre lo tomó entre sus brazos ocultándolo en una pequeña fisura marítima exigiéndole que; escuchara lo que escuchará y viera cualquier cosa no saliera de allí. Negó intentando no recordarlo aunque su amigo persistía constantemente en hacerle rememorar dicho suceso intentando que en su cabeza entrara el riesgo en el que se adentraba cada vez que salía de la seguridad del nido, sin notar lo mucho que le hería al recordarle algo que con todo su corazón deseaba olvidar.

    La realidad era que no le gustaba estar en el nido, las sirenas aunque hermosas solían ser muy vanidosas en sus colores y al ser considerado una deshora en color, solían hacerle gran burla. Por eso habituaba mantenerse fuera, por eso gustaba de explorar los navíos hundidos, encontrar nuevas islas y en raras ocasiones admirar los barcos en la costas de estás. Y aunque eso solía disgustar a los pocos que eran sus amigos no les prestaba atención.

    Al regresar al nido recibió un reclamo nuevamente por parte de sus amigos, repitiéndole incesantemente que no saliera de la seguridad del nido pero su espíritu aventurero junto con su parte nómada le hicieron tomar esas palabras al vacío como tantas otras veces, su nido se encontraba en un gran arrecife de coral, brillante y exuberante, su particular hogar se localizaba en una pequeña cueva de coral que aun siendo pequeña le servía para lo sustancial dormir. Al menos cuando era más chiquillo, ahora no podía dormir bien, su aleta era muy grande intentado acomodarse quedando en posiciones nada confortables para ello. Esa noche no pudo dormir no encontraba forma de acomodar su aleta que lograra entrar en la cueva o acomodar su torso mejor. No podía encontrar un nuevo hogar adaptado a su nuevo tamaño, cada vez que lo intentaba otro macho le quitaba su cueva, siendo bastante blandengue no podía luchar por su hogar por lo tanto siempre se retiraba a su pequeña cueva que no le era quitada por su mínimo tamaño inservible para ser un morada.

    Se levantó cansado de intentar conciliar el sueño sin resultado alguno, pronto sería el amanecer así que marcho a aquella pequeña isla que solía visitar para observar como el sol salía, la sonrisa se estableció en sus labios mientras el sol se asomaba por el horizonte iluminando el mar de colores anaranjados y brillantes.

    –“Como me gustaría ser de esos colores” –pensó para luego soltar un suspiro mirando su aleta que asemejaba al mar –Que colores tan feos –Se reprochó, acomodo su torso en una de las rocas dejando su aleta sumergida mirando hacia a la lejanía, por el cansancio sus ojos se fueron cerrando hasta quedarse dormido –

    Volvió a la realidad al sentir como el agua era lanzada a su piel que se encontraba seca, intento enfocarse pero se descubría sumamente aturdido, su vista no se orientaba bien más que un morado borroso y una piel pálida igual de difusa, alguien le estaba echando agua encima, a pesar de tener su aleta sumergida llevaba demasiado tiempo al sol y esto le afecto, sintió como le tomó entre sus brazos eran fuertes y su cuerpo debilitado solo se dejó hacer, sumergiéndose nuevamente en las profundidades.

    Debía de tener un ápice de miedo, pero fuera por su momento de poca lucidez u otra razón no lo hacía, sintió como era colocado en un lugar para su comodidad, su cuerpo había sido acariciado de la manera más suave que nadie nunca había hecho como si su solo tacto pudiera lastimarle. Cuando su mente logro nuevamente estar alerta su rescatador se encontraba lejos.

    Ese fue el primer acercamiento con el mayor peligro que le salvo la vida.

    Aquel hecho no se lo contó a nadie, si alguno de sus amigos se enteraba que estuvo indefenso lejos del nido, la exclamación que soltarían podrían salir fuera del mar incluso, así que se dedicó a buscar algo que comer y no mencionar eso bajo ninguna circunstancia.

    Pero esa misma tarde aquellos que solían hacerle burla lo hicieron mucho peor, diciéndole una serie de cosas que lo hicieron sentir insignificante lo terminaron corriendo de la pequeña cueva, con el ego por el suelo junto con algunos moretones en su piel, decidió alejarse del nido, la realidad era que sus “amigos” veían eso pero ninguno hacía nada, por temor a ser menospreciados.

    No entendía porque le criticaban tanto que no saliera del nido si en realidad ese era el lugar donde sufría más, incluso si uno de esas sirenas asesinas lo devoraba le haría las cosas más sencillas no teniendo que sufrir la penumbra de ser rechazado por sus semejantes, se marchó a aquella isla deshabitada notando que desde uno de los arboles cercanos a la costa habían caído esas bolitas de color rojo que eran jugosas y deliciosas rápidamente nado hacia ella tomando cuantas podía para acercarse a las rocas sentándose entre ellas empezando su festín, cuando termino la última bolita jugosa su mente se tornó en la pena de lo que le sucedía. Se sentía un poco confortado de que sus padres no estuvieran para ver la vergüenza de hijo que era.

    De seguro se lamentarían.

    Comenzó a cantar su voz resonaba en una triste tonada que era acompasada por sus sentimientos, las lágrimas caían de sus ojos transformándose en pequeñas perlas cuando algo detuvo su cantar observaba la cabeza de alguien saliendo del agua, brillantes ojos iguales al zafiro le miraban con gran intensidad, trago saliva sin quitarle la mirada a su nuevo acompañante sintiendo una pisca de miedo que aceleraba sus pulsaciones, aquel ser se mostró efectivamente era el tiburón que rondaba esas aguas, las manos de aquel tritón asesino se posaron en su aleta acariciándola de manera lenta hasta el punto en donde se perdía en el agua.

    –Hermoso –le escucho pronunciar antes de que algo o alguien le hiciera regresar nuevamente al agua –

    Cuando la impresión inicial de lo ocurrido se marchó, se le subieron los colores a las mejillas, nunca nadie jamás había dicho que el color de su aleta era hermoso, era especifico no era su voz, estaba acariciando y mirando embelesado su aleta, negó intentado sacar esos pensamientos era algo imposible, aun así. ¿Por qué no le ataco? Se adentró al agua para ver que el tiburón estaba lejos ya.

    Un encuentro similar no volvió a ocurrir en lo que siguió de semana hasta que nuevamente le pudo observar estaba recargado en una roca su aleta completamente sumergida mientras escuchaba su voz, sus ojos se encontraba cerrados, una sensación extraña recorrió todo su cuerpo comenzó a cantar con más ahínco intentando hacerle saber que cantaba para él la voz del tiburón comenzó a sonar, gruesa pero melodiosa, ambas voces comenzaron a mezclarse armonizando a la perfección su corazón latía de manera desbocada, por primera vez su canto había sido respondido de una manera asonante aquel hecho lleno su corazón.

    El tiburón abrió los ojos sonriéndole –Cantas hermoso, pero amo más tu color.

    –Mi color es simple, muchas cosas de aquí son de ese color –Respondió bajando la mirada –De seguro amas muchas cosas del mar ¿no? –El tiburón se sumergió en el agua y sintió que tal vez le había ofendido con su pregunta, luego se sorprendió al verlo allí junto a él, robándole el espacio –

    –El único azul que me gusta, es aquel que te pertenece –Sus penetrantes zafiros le miraban sin un ápice de duda y aquello le hizo estremecer –

    –. . . –Se quedó sin voz, no le habían mirado con semejante intensidad en lo que tenía años de vida, cuando recobro nuevamente su voz el tiburón no estaba allí –

    No entendía mucho de lo que pasaba pero se encontraba muy feliz, porque ese tritón además de alabar su voz elogiaba su color, era alguien que amaba su tonalidad y por primera vez sintió que ese color se veía hermoso en él. Se adentró al agua nadando animado de regreso a al nido aunque sus amigos está vez no le advirtieron nada, solo vieron a un emocionado y feliz Kaito.

    Parecía más brillante que nunca inclusive sus colores eran más vivos, sus ojos más brillantes, su voz sonaba mucho más hermosa, varios de lo que lo vieron esa tarde lograron notar que Kaito se asemejaba a una joya que se había caído en el mar.

    Los días fueron pasando esa mañana el joven tritón de un dorado color viajaba hacia la isla tenía miedo, intentaba de manera constante percibir algún peligro hasta divisar la isla, salió del agua escuchando la voz de Kaito era hermosa llegando a su corazón como siempre lo había hecho, pero otra voz se mezclaba con la suya armonizando en una tonada gloriosa, por primera vez sintió su corazón hacerse pedazos, porque aquel cantó no era cualquier más que el de dos compañeros profesándose su amor. Len se acercó más intentado divisar quien era aquel que había tomado el corazón de su amor no correspondido, para darse cuenta de que era un tiburón, las alertas corrieron a su mente con gran velocidad. ¡No podía ser! ¡Kaito no podía emparentarse con esos asesinos! No Kaito, no su bella joya marítima. Sintió miedo, miedo de que si intentaba luchar por Kaito sabía que moriría en el intento primero aún no había alcanzado la madurez segundo porque ¡Era una sirena asesina! Se regresó al agua sin que notaran incluso que estuvo allí.

    –Kaito –menciono el tiburón llamando su atención había tomado posición junto a él. En el transcurrir de los días dejo de ser tan tímido acercándose más al tritón que atrajo su admiración desde que lo vio nadar en sus aguas, hablado, conociéndose mejor, la curiosidad nata de Kaito por su especie le hizo sentir entre confundido y feliz –Ten –Extendió un diente que era atado por una cuerda –Es uno de mis dientes, recuerdo que te gustaron muchos.

    –Las mejillas de Kaito se coloraron recordando ese momento en que por su extrema curiosidad había abierto la boca del tritón que solía hacerle compañía admirando su perfecta dentadura afilada y puntiaguda – ¿enserio te acuerdas de eso?

    –La risa de su acompañante le pareció maravillosa pero no aminoraban su vergüenza por haberse dejado llevar de semejante manera – Todo de ti me resulta encantador, no deseo olvidar nada –Tomó el collar colocándoselo –Te queda bien.

    – ¿Cómo se te cayo? –pregunto mientras admiraba con curiosidad el diente –

    –Estaba cazando –comentó restándole importancia –Suelen caérseme mientras cazo, pero siempre son substituido por otros –Abrió su boca mientras que con su dedo señalaba el espacio al que dicho diente perteneció en algún momento y que ya estaba siendo remplazado por otro –pero recordé que a ti te gusto mucho, así siempre llevarás una parte de mí contigo.

    Las mejillas de Kaito se volvieron más rojas si eso era posible pero asintió feliz, el tiburón le acarició la mejilla suavemente –Gakupo –comentó, mientras él nombrado hacía un leve ruido dándole a entender que estaba atento a lo que decía –Me alegra mucho haberte conocido.


    –A mí me encanta haberte conocido –Respondió –

    Se separaron cuando el sol se volvió a ocultar dando su espacio a la noche, al mirar a lo lejos el arrecife que le servía de nido todo parecía tan revuelto en el caos, pero aun así se adentró no fue para más sus semejantes estaban al corriente de que entablaba una amistad con el tiburón, lo trataron de loco, de muchas peores maneras de la que lo habían tratado antes, casi fue expulsado de su hogar pero optaron por mantenerlo encerrado.

    Kaito se sentía derrumbado suplicaban por que le sacasen de allí, exclamaciones salían de aquella cueva que hacía de prisión pero nadie atendía su llamado, no podía creerlo. Sus lágrimas se confundían con el agua salada mientras se dejaba caer.

    –Es lo mejor –Escucho decir –Para ti.

    – ¿Len? –Se levantó de golpe mirando al rubio – ¡Len, Por favor! ¡Sácame de aquí! –le suplico –

    –No lo haré, Kaito. Esto es lo mejor, sé bien que no te alejarás de ese asesino por más que uno te diga –Expreso, sus ojos ya no tenían ese brillo de siempre y su voz sonaba con atisbo de asco escupiendo desdén en cada palabra –

    – ¡Pero lo amo! –Confesó –

    – ¡Por eso mismo debes quedarte aquí! –Instó – Morirás en sus manos si no te alejas de él.

    –Y moriré de desamor si me quedo aquí –Se defendió –

    Aquello pareció descolocar al joven pero pronto prosiguió intentaba convencerle de que eso era lo mejor que tal vez solo era un enamoramiento fugas, que nada pasaría y que estaría a salvo allí en el nido con los suyos. Kaito persistió en querer salir en que eso no era lo correcto y que le harían sufrir que nunca se había sentido tan cómodo como cuando estaba con él y que si ha de morir por él la muerte sería la más dulce que podría probar en vez de podrirse en aquella cueva.

    Las palabras enojaron y afectaron más el corazón herido del joven, cargadas de una dulzura, admiración y amor que jamás le sería dedicado a él, los celos le comían por dentro, su decisión permaneció firme e inalterable él se quedaría allí aun si fuera para morir.

    Sabiendo que no tendría ayuda alguna se volvió a dejar caer miro hacia su cuello notando el diente, una sonrisa se asomó en sus labios, porque esa parte de su ser amado permanecería con él hasta el momento de su muerte, las sirenas no podía estar lejos de sus compañeros puesto que entraban en una tristeza tan grande que morían volviéndose espuma de mar y aunque ellos no eran compañeros el sentimiento que el tiburón había generado en él era similar. Se lamentó haberse despedido, no pedir quedarse a su lado aun siendo demasiado tarde para lamentaciones.

    E hizo lo que muchas sirenas habrían hecho en su lugar con su voz pidió por su compañero no sabía si llegaría a él, tampoco sabía si contestaría, pero lo intentaba mientras sus ojos se llenaban de lágrimas pidió por él, porque llegará a su lado, porque no le dejará solo sumergido en la oscuridad, porque le envolviera entre sus fuertes brazos y le mirara con esos ojos tan intensos haciéndole sentir seguro. Muchos de allí le exigieron que callara sabía bien de que trataba ese canto era una llamado y tener a un tiburón en su zona no le era agradable, pero no se detuvo ni aun cuando le tiraron piedras, se aferró al collar y no detuvo su cantar. Una algarabía se comenzó a escuchar todos estaban agitados gritando y nadando a gran velocidad a esconderse en sus nidos de repente vio a un enorme tiburón que rompió lo que era su prisión, algo tímido comenzó a salir para encontrarse con Gakupo afuera.

    – ¡Estás bien! – Exclamo abrazándole, aquello le tomó por sorpresa al principió pero luego correspondió – ¡Por Poseidón! Cuando escuche tu llamado me altere de sobre manera, pensé que te perdería y nade lo más rápido que pude. . .me alegra tanto que. . . –Notó las heridas y su odio se multiplico – debo matarlos –sentenció –

    – ¡No lo hagas por favor! –pidió –

    – ¡Pero ellos! –La cara que le ponía el tritón era tan tierna que pudo más con él, cerró los ojos y suspiro –Lo que tu desees –Kaito sonrió por ello – ¡Tienes que vivir conmigo en mi nido!

    – ¿Me estás pidiendo que sea tu compañero? –pregunto –

    – ¡Te lo he estado pidiendo desde que cantamos por primera vez! –Objetó –Es como si no entendieras mi canto.

    –Para mí es normal cantar, no se mucho de esos cantos de cortejo –menciono –

    – ¿Y crees que yo sí sé? –Contestó – No sé cómo cortejarte, nosotros no cantamos para cortejar ¡Ni siquiera cantamos! –Reclamó –

    – ¿y por qué cantas?

    –Quería llamar tu atención y que te hicieras mi compañero, me enteré que esa era la forma en las que ustedes cortejaban, nosotros mayormente luchamos con quienes queremos como compañeros y si vencemos se vuelve a la fuerza nuestros –menciono – pero eso era algo muy tosco para ti.

    El corazón de su acompañante se aceleró jamás pensó que el tiburón se preocupará de esa manera por él pensando que su cortejo sería el inapropiado y teniendo que cantar aunque no acostumbraba a ello para poder cortejarlo, se sonrojo y sonrió, le acompaño hasta su nido.

    Muchos comenzaron a contar que Kaito había muerto que ese tiburón se lo había comido o que incluso solo logro manipularlo para luego entregarle su corazón a una compañera, pero el rubio no podía quedarse con aquella intriga a alcanzar su madurez viajo hasta esa isla para encontrarse con su amor nunca correspondido este estaba muy feliz, dos pequeños nadaban a su alrededor uno tenía una aleta de tiburón pero su cabello era de color azul brillante, mientras el otro era de su misma especie sus colores eran en un radiante morado que resplandecía con la luz del sol, el tiburón se encargaba de protegerlo tuvo que aceptar que nunca tendría a Kaito, ese tiburón si le había arrancado el corazón al tritón para nunca más regresárselo pero obteniendo a cambio a un fiel y fuerte protector.

    Fin.

    No estaba muerto andaba de parranda, pues ni de parranda xD
    pero aquí seguiré?
    creo.
  5. .

    Capítulo 13.



    Al regresar a casa me asuste un poco al no encontrar a Kaito en el living comencé a llamarlo pero no respondía pase por su habitación pero no estaba allí me comencé a preocupar hasta que abrí la puerta del cuarto que alguna vez él y yo compartimos.
    Allí estaba él acostado en la cama aferrado a la camisa de mi piyama profundamente dormido. Me enterneció aquella vista, me senté en la cama procurando ver cada parte de él, su respiración pacífica, sus largas pestañas, la forma de sus labios suaves y rosas. Desde que había perdido la memoria no podía hacerlo, mi ritual de las mañanas de admirar al amor de mi vida.

    Poco a poco me fui acostando teniendo el cuidado de no despertarlo, se removió entre sueños cosa que me alarmo pero solo se apegó más a mí soltando un suspiro de satisfacción, me quede inmóvil un rato sin saber si despertarlo o no. Más viendo su sueño opte por no hacerlo, acaricié lentamente desde su cabello hasta su espalda obteniendo otro suspiro de su parte.

    Lo extrañaba, mentiría si no lo hiciera. Extrañaba el sonido de su voz, extrañaba verlo despertar en las mañanas, extrañaba su calor, extrañaba como me decía que me quería, extrañaba hasta la forma en la que hacíamos el amor. Sentí un dolor punzante en mi corazón era irreal nada podía dolor allí pero así era. Deseaba tanto que recordara todo y poder volver a besar sus labios, a tomar su mano, a abrazarme a su cuerpo.
    Ante todos los pensamientos y el cansancio por el trajino del día acabe quedándome dormido. Abrí los ojos nuevamente cuando había anochecido me apoye un poco en mi brazo levantándome notando que eran las 9:30 P.M. Me acomode mejor abrazándome más a Kaito.

    Comenzó a moverse entre sueños, mi mente que se estaba despertando se colocó en alerta – ¿mh? –Fue el sonido que se escapó de sus labios, sus ojos cuales dos bellas gemas se abrieron, brillando como dos luceros, una sonrisa adorno sus labios. Aún seguía en alerta ¿Qué excusa podía darle? Sabiendo que él aun no recordaba, pero todo pensamiento coherente se borró en un instante cuando sentí como sus labios se posaban sobre los míos –

    Fue breve casi imperceptible, mis labios estaban entre abiertos mirándole descolocado ante lo que había pasado, una sensación que no podía explicar con palabras recorrió mi cuerpo haciendo vibrar cada fibra de mi ser. Me acerque a besarle esta vez de una manera más demandante, extrañaba tanto sus labios, su lengua jugando con la mía, el sabor de su boca, los quejidos que salían de su garganta.

    Dios cuanto amo cada parte de él y todo lo que me hace sentir, nos separamos cuando ya no había ningún rastro de oxígeno en nuestros pulmones y se hizo molestamente necesario – Kaito, ¿me recuerdas? –le pregunte, cerró los ojos para negar. Aquello hizo que ese dolor nuevamente albergará mi corazón – entonces, ¿por qué me besaste?

    Se levantó tomando una libreta que estaba en la mesa de noche, reviso en uno de los cajones encontrando un lápiz para comenzar a escribir – Porque estoy enamorado de ti –mi corazón comenzó a latir acelerado una sonrisa surco mis labios para abrazar a Kaito, volviéndolo a besar robándole el aire –

    -Yo también te amo –Respondí al finalizar el beso –No sabes cuánto yo te amo –seguí besando su rostro, mejilla y labios, lo había extrañado tanto –

    ....................

    Cuando Gakupo termino de mostrarme su afecto dejándome un poco cansado, el sonido de nuestros estómagos rugiendo por el hambre nos hizo reír un poco, tenía sueño. Pero también quería comer se levantó primero dejándome ver su tan perfecta desnudes desde su anchos hombres recorriendo todas su espalda hasta llegar a sus… creo que tengo otra erección.
    Camino hacia el baño para que al rato yo le hiciera compañía deshaciéndome de esa nueva y molesta erección, esa noche él no tenía ganas de cocinar y yo mucho menos, así que optamos por ir a un restaurante, era elegante no estaba acostumbrado a esa clase de lugar o tal vez si y no lo recordaba, cuando llegamos a nuestra mesa algunas personas me saludaron otras vinieron hacia mí y yo atine a sonreírles.

    -Shion, lamento tanto el que hayas perdido tus recuerdos y tu hermosa voy. Yo soy una de tus admiradores, espero logres recuperarte pronto –Era una niña como de unos ocho o nueve años, sus palabras me enternecieron haciendo que mi corazón se estrujara en mi pecho, yo le asentí para darle un abrazo intentado comunicarle mis sentimientos, ella se sonrojo pero me devolvió el abrazo –A…adiós –se despidió de mí mientras yo hacía un gesto de despedida con la mano –


    Después de que Gakupo-san me mostrara su afecto y me dejara un tanto cansado fuimos a cenar era feliz estando a su lado y algunas personas a la que no conocía vinieron hacia mí yo solo atine por sonreírles.

    -Shion-san… lamento tanto que hallas perdido tus recuerdos y tu hermosa voz soy una de tus admiradoras… espero y logres recuperarte pronto –Era una niña como de unos nueve o diez años a lo que le sonreí quería hablarle quería decirle gracias pero solo la abrace para luego asentir sonriéndole intentado que con ello le comunicara mis sentimientos –A…adiós –dijo despidiéndose con una sonrisa a lo que hice un gesto con la mano de despedida –

    -Kaito –Escuche la voz de Gakupo, e inmediatamente voltee a mirarle mi corazón latía desbocado recordando lo que paso hacia algunas horas, me sonrió tomando mi mano –
    Enserio siento que lo amo demasiado y esto no me había pasado antes… ni con Len.

    La cena fue realmente agradable, aunque no podíamos charlar bueno él hablaba y yo le respondía escribiendo en la libreta, estar a su lado me hacía sentir sumamente bien, note por mi vista periférica una cabellera muy familiar, aquello me molesto ¿Qué rayos hacía ella aquí? ¿Por qué estaba aquí? ¡Ella me había arrebatado mis memorias! ¡Me había quitado mi voz! Me levante de golpe, Gakupo me miro con sorpresa preguntándome; ¿Qué pasaba? Yo solo señale hacia el baño sonriéndole, asintió para que me retirara hacia el baño, me eche agua en la cara respirando profundo intentando calmarme pero el desprecio y odio que sentía hacia ella era grandes.

    Cuando salí del baño note una cosa esa víbora estaba sentada al lado de mí Gakupo, sonriéndole y coqueteándole de manera descarada y aunque se notaba que él estaba incomodo, sentí como si la sangre me ardiera, camine hasta estar en la mesa a un lado de ella carraspeándome la garganta para llamar su atención.

    -Ah, pero si volvió el mudo –expreso de manera despectiva con una sonrisa maliciosa en sus labios –
    Quería gritarle a esa. . . esa. . . ¡Esa arpía greñuda! que se alejará de mi hombre que nunca sería suyo ¿Esperen? ¿Acabo siquiera de pensar eso? ¿Me referí a Gakupo como mi hombre? ¿En un pensamiento de una mujer celosa? ¡No importa ahora eso Kaito! Gakupo es tuyo y esa estúpida te lo quiere arrebatar ¡Concéntrate!

    -Luka ese asiento está ocupado por Kaito, por favor levántate –Expreso él a lo que ella le vio relativamente ofendida, me sentí superior a ella en ese momento ¡En tú cara! –

    -Gaku, aun necesitamos hablar sobre nuestro compromiso –Lo ignoro haciendo el comentario de manera mimosa y cariñosa tocando su mano, yo solté un gruñido quería lanzarme contra ella y arrancándole sus estúpido cabello rosa –

    -Sabes bien, que no hay tal compromiso, Luka –Respondió alejando su mano, quería decirle un; Ja, estúpida ¿Por qué rayos me estoy comportando como una mujer celosa? ¡Basta con esa actitud Kaito! –

    -Tú padre y yo hemos hablado mucho sobre ese compromiso – ¿Si tanto quieres casarte con un Kamui porque no con el padre de Gakupo? Yo creo que ambos te darían lo mismo –Nuestro matrimonio sería beneficioso para ambas familias y no con este.

    Me harte, tomé a Megurine del brazo no me importaba que tan brusco fui levantándola de la silla y alejándola de Gakupo lo más posible.

    -Suéltame inútil –Se quejó cuando nos habíamos quedado en el balcón, mirándome con odio –No me toques con tu asquerosas manos.

    -¡Basta! –Me sorprendí un momento al haber recobrado la voz pero mi enojo era más que el ardor en mi garganta que genero el haber hablado – ¡Podrías dejar de coquetearle al que es mi novio! ¡De una buena vez por todas me tienes harto! ¡Te está pidiendo cortésmente que te vayas deberías agradecerle que te soporta!

    -ah, qué bueno que hayas recuperado tu voz –expreso ella soltando un gruñido, nuevamente ignorando lo que las personas le dicen ¿Qué tiene está mujer en la cabeza? –

    -Sí, no se lo debo a usted, quien que la que me mando a callar –Respondí –

    -No sé de qué estás hablando, yo no he hecho nada –pronunció mirándose el inexistente polvo en sus uñas –
    -Oh, por favor, Megurine. Usted me ha odiado desde el primer día que nos conocimos, me ha insultado y rebajado como le ha venido en gana, has querido destruirme. Pero le diré yo siempre he sido un hueso duro de roer. Y creo que la amenaza que me mando el mismo día de mi accidente puede servir a mi defensa y después de haber salido del hospital usted se haya regocijado de su logro me lo allá echado en cara. No diga que no es cierto pues el departamento tiene cámaras –me cruce de brazos, mientras ella fruncía el ceño – Puede que no haya recuperado mi memoria o que me duele el hablar pero créame que haré lo que sea para enviarla a usted a la cárcel si no se detiene.

    -No seas ingenuo mocoso, ¿Crees siquiera que no tengo un has bajo la manga? –Sonrió para sacar un arma de su bolso de mano –Ahora mismo te destruiré ya nunca nadie volverá a saber de Kaito Shion.

    -¡Usted no es más que una loca desquiciada! –Exclame roncó, las personas observaban aquella escena aterradas, los ojos de Gakupo mostraban gran sorpresa y miedo, mi corazón latía tan fuerte en mi caja torácica como si quisiera salirse –

    -Digamos que… Si Gakupo no es mío, tampoco será tuyo –el arma se disparó y yo cerré los ojos –


    Continuara


  6. .

    Capítulo 12


    Habían transcurrido dos semanas desde que me había despertado en el hospital, podría describirlos como frustrantes en demasía. No podía comunicarme con esta persona además de por notas, aun así era una persona sumamente amable conmigo y encantador que ciertos sentimientos comenzaron a aflorar por él.

    Primero porque es compresivo, es quien me levanta en las mañanas, me dice que me tome mis medicamentos y me prepara el desayuno, cocina, delicioso a decir verdad. A la hora del almuerzo pide comida para mí. Cuando llega del trabajo me expresa como le fue y hace la cena. Al poco rato nos colocamos a ver una película o telenovela.

    Es como si fuéramos pareja, recostar mi cabeza en su hombro y sentir como acaricia mi cabello con sus grandes manos, cerrar los ojos para escuchar su tarareo y despertarme luego en la cama. Pensé que esta persona es espectacular.
    Y aun sintiendo una extraña culpa, sería tan afortunado de ser su pareja.

    Ese día intente salir a caminar un rato despejar mi mente, el doctor me dijo que necesitaba salir al menos unas horas al día a tomar aire fresco, tal vez incluso podía ir a mi departamento, creí que Len se preocuparía por mí al tener tiempo sin que supiera nada de mí. No había logrado comunicarme con él, no tenía su número de celular. Al llegar a mi departamento lo vi, salir con otro chico tomado de la mano.
    Sentí una sensación desgarradora en mi pecho, pero al mismo tiempo sentí gran alivio porque los sentimientos que florecían en mi pecho no estaban mal.

    El que a mí me gustará todo de Gakupo no estaba mal.

    Porque al parecer Len y yo no éramos nada y todo este tiempo me estuve preocupando en vano.
    Esa sensación de desazón aun permaneció regrese al que ahora era mi hogar, un fuerte dolor llego de golpe a mi cabeza, tal vez porque el simple hecho de saber aquello me dolía, de no comprender ¿Cómo había acabado todo? No entendía ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Y cómo?

    ¿Cuándo terminamos Len y yo?

    ¿Cuál fue la razón de nuestra ruptura? Siempre creí o pensé que nuestra relación iba bien.

    ¿Cómo llegue a este lugar? A estar en brazos de este hombre que se preocupaba tanto por mí. Que a simple vista sabía que me amaba.

    Esa forma de ser, esa forma de tratar, ese calor que irradia e incluso la forma en la que me miraba con tanto amor.
    Solo puede ser la de un enamorado. He allí que dolía saber que alguna vez yo miré así y comprender que Len jamás me amo como yo le ame. Suspire para ir a tomar una pastilla que aliviara mi dolor de cabeza, la tomé y luego me senté en el sofá.
    No quería ver el televisor pero tampoco deseaba seguir pensando en aquellas cosas que aumentaban esa sensación de saber y no saber nada.
    Era desmoralizante.

    El cantante reconocido Kaito Shion, ahora se encuentra fuera de peligro lo poco de información que ha logrado llegar a nuestros oídos luego de que su manager Hiyama Kiyoteru no quiera brindar información.
    Se rumora que ha perdido la memoria e incluso su tan preciosa voz.

    Lástima para sus tan preciados fanáticos que anhelan verlo nuevamente en escena.

    En otras noticias. .
    .

    Esperen acaso ¿Yo era un cantante reconocido? Vaya aquello si me había tomado de sorpresa, Gakupo debía de saberlo todo junto con ese Hiyama que al parecer era mi manager claro por eso sabían tanto de mí.
    ¡Cielos! ¡Yo había logrado cumplir mi sueño! ¡Yo me había vuelto lo que con tanto esmero siempre añore! ¿Y ahora no podía recordar nada? ¡No podía recordar ni siquiera como lo logre! y además haber perdido mi voz… sabiendo que jamás. Podré volver a cantar… que nunca más tocaré las luces del reflector.
    Comencé a llorar el dolor me afectaba más y más, quería recordar, deseaba recordar. Tener todas esas memorias que había perdido sin razón, la puerta comenzó a sonar y no quería abrirla. Deseaba sumergirme en mi autocompasión.
    Pero estaba allí siendo insistente, me seque las lágrimas y la abrí. La persona que estaba allí la reconocí era muy famosa por ser modelo y también cantante Megurine Luka pero ¿Qué hacía ella aquí?

    ¿Yo era un cantante reconocido?... era un cantante… era mi sueño… y ahora vivía una pesadilla el no poder recordarlo… mire sorprendido sintiéndome mal.
    ¿Cómo podría recuperar mi memoria?... ¿Cómo podría recuperar mi voz?, Alguien toco la puerta y de inmediato fui a abrirla a esta persona la reconocía era la cantante Megurine Luka ¿Qué hacía aquí?
    Una sonrisa burlona cruzo sus labios, su mirada parecía querer mostrar la supremacía que ella tenía ante mí, haciéndome sentir un vacío en el estómago –Te dije que me las pagarías –Comentó con aquella sonrisa burlándose de mí – Es triste ¿verdad? No poder hablar o poder volver a cantar. Pobre pajarito que le han quitado su trinar –Estaba regocijándose de mi sufrimiento y pesar –Eso te pasa por meterte conmigo, nadie mancilla a Megurine Luka y se sale con la suya imbécil.

    Se fue riéndose de su logro. Haciéndome sentir las piernas flaquear, pero una ira y rabia me recorrieron hacia ella, una repulsión constante ella fue quien me hizo esto. Era una desgraciada. Un fuerte dolor llego a mi cabeza con ciertas imágenes en donde estaba la causadora de mi ira. Ella causándome dolor, angustia y pena, rabia, rencor e ira.
    Todo porque quería quedarse con Gakupo.
    Aquello me molestaba solo hizo que me furia hacia ella aumentara, intente calmarme porque aquel dolor de cabeza se haría mucho peor, camine por todo el departamento buscando algo que hacer, comí helado, hasta que fui a la habitación perteneciente a Gakupo.
    La mire desde lejos un momento tenía cierto miedo de entrar allí, trague saliva para abrir la puerta adentrándome, todo estaba ordenado bueno en su mayoría, se encontraba una camisa de su piyama tirada por haber salido a toda prisa, me acerque a su cama tomando la camisa entre mis manos era suave de seda, la olí. Cielos tenía tanto su aroma. Al fijarme un poco más en su cama noté que sobre la almohada tenía mi bufanda, aquella que era mi favorita y que no había logrado encontrar.

    Sonreí enternecido por aquella acción y al mismo tiempo complacido de que yo no era el único de los dos que olía la ropa del otro. Pero entendí que él me amaba o al menos eso siento en el fondo de mi corazón y yo igual siento que le amo. Que no puedo borrar este sentimiento, solo sigue allí.

    Aun perdiendo la memoria mi corazón sabe reconocerte.

    Me acosté en la cama, era tan suave y muñida tan cómoda, que entre su aroma y el confort la soñolencia no pudo evitar su ataque, comencé a pensar en Megurine, en lo que me había hecho, en que ella era la culpable de mi ahora lamentable estado. Pero aun así no puedo permitirle quedarse con Gakupo… sería raro de decir pero siento que él es mío.

    En la guerra y el amor todo se vale.

    Por eso no dejaré que me venza.


    Continuara…


  7. .

    Capítulo 11.



    Esa mañana había estado demasiado saturado de trabajo, nuevo proyectos, reuniones y además asegurarme de cómo estaban yendo las divisiones de la compañía en la otras parte del país hicieron que al casi llegar la tarde un potente dolor de cabeza llegara.

    Al fin la hora del almuerzo hizo su aparición y aunque aún quedaba bastante trabajo por hacer no iba a ignorar a mi estómago clamado por alimento así de igual manera aprovecharía de tomar una pastilla, me sobé detrás del cuello por un ligero dolor que me embargo para pasar por la sala de descanso, uno de los trabajadores tenía puesto las noticias en el televisor perteneciente a dicha sala. Eso no fue lo que detuvo mi andar si no la noticia que estaban trasmitiendo.
    Sentí mi corazón hacerse añicos ante dicha noticia no podía creerlo.

    Hace unas horas el conocido cantante Kaito Shion fue atropellado por un automóvil que iba a alta velocidad, pasando la luz en rojo y dándose a la fuga luego de atropellarlo, en estos momentos el cantante se encuentra en la sala de urgencias y no se han dado mucha información sobre su estado actual.
    Los policías buscan el paradero del ahora prófugo.
    Le mantendremos informados.

    Se me fue el hambre, no me importaba nada más que ir hacia allá, el noticiero no dijo en qué lugar estaba internado Kaito por eso hable con Kiyoteru su voz sonaba perturbada y cansina de seguro por la situación que estaba pasando me dio la información, al poco tiempo me encontraba aparcando mi auto en el estacionamiento del hospital con pasos acelerados casi en carrera estaba en el recibidor del lugar había varios fanáticos contenidos por algunos hombres de seguro de Kiyoteru quienes querían saber de él.

    -Kaito Shion, ¿Está bien? –le pregunte a la recepcionista, ella me observo con una expresión apática haciendo una mueca de disgusto por mi sola presencia –

    -Está recuperándose pero su estado dejo de ser crítico –Respondió en automático aquellas palabras me aliviaron –

    -¿Puedo ir a verle? –proseguí, un sonido similar a un gruñido escapo de su garganta mirándome de manera molesta e indignada –

    -Claro que no –Contestó –Dios que le pasa hoy en día a los fanáticos, ustedes no dejan de hacer esa incesante pregunta e intentar colarse en las instalaciones, ahora retírese o lo echaremos como a los otros.

    -Yo no soy un fanático cualquiera –pronuncie indignado –Soy su pareja tengo que verle.

    -Ella bufó –Como si fuera el primero en decir eso –Le hizo una señal a uno de los guardia que prontamente me tomó del brazo – Retírenlo.

    -Suélteme –Contesté desasiéndome de su agarre de manera brusca – ¡Mire señorita! ¡Hablo muy enserio! ¡Mi nombre es Gakupo Kamui y soy la pareja de Kaito! ¡Déjeme verle ya! –Exclame golpeando con fuerza la mesa de la recepcionista no estaba para estas cosas ¡Dios yo solo quiero ver a mi novio! – ¡He dicho que me suelte! –Prorrumpí cuando aquel guardia me volvió a tomar lo golpee deshaciéndome de su agarre intento regresarme el golpe y de un movimiento rápido lo noquee, dos guardias más llegaron, la enfermera gritaba que me sacaran del lugar –

    -¿Qué es todo este alboroto? –Escuche la voz de Kiyoteru, me descuide recibiendo un puñetazo en la boca del estómago – ¡Oigan! ¡Deténganse! –Emitió – ¡Es Gakupo di la orden que lo dejaran pasar cuando llegara!

    Mire con odio hacia la recepcionista que hizo un gesto de no tomarle importancia siguiendo con lo suyo, le pregunte a Kiyoteru donde se encontraba Kaito me dijo que estaba en la habitación 135 en el segundo piso al final del pasillo, le di las gracias para marcharme corriendo por los pasillos a lo que la recepcionista me grito que no corriera pero por mí podía irse al diablo la desgraciada, llegué al ascensor para oprimir el botón del segundo piso, los minutos transcurrían muy lento mientras el elevador subía. ¡Porque iba tan jodidamente lento! Mis pasos siguieron acelerados pasando de habitación en habitación hasta dar con la suya estaba custodiada por los mismos guarda espaldas quienes estaban en el concierto que había dado con anterioridad, ellos me reconocieron y me dejaron pesar aquello me alivió no tenía que tener otro desliz y seguir esperando.
    Al entrar aquella visión me estremeció haciéndome contener el aliento, su cabeza estaba vendada, su rostro tenía algunos moretones, tenía un collarín, conectado a una máquina de oxígeno y distintos aparatos, algo dentro de mí se quebró al verlo allí ante mí, tan débil, tan frágil, tan al borde de la muerte y tan cerca de la vida, me sentí tan impotente porque no pude hacer nada por él para evitar que estuviera en ese estado.

    -Oh, Kaito. Mi amado Kaito, ¿Quién fue el degenerado que te hizo esto? –pronuncie llegando a su lado, toque su mano acariciándola con delicadeza como si se fuera a romper ante solo mi tacto, una lágrima salió de mis ojos –lamento no haberte protegido. Debí ser yo, debí ser yo.
    Debí haber estado allí para cuidarlo para protegerlo. Pero no estuve y le había fallado.


    ................

    Mis ojos se abrieron con lentitud, la luz me hizo volver a cerrarlos, sentí el cuerpo entumecido como si no lograra moverlo correctamente, sentí que alguien me tomaba de la mano y mi vista se enfocó a aquella persona era un hombre de largo cabello morado, sus ojos eran de un zafiro intenso, mirándome con gran amor, una sonrisa se posó en sus labios pero ¿Quién era él?

    -Kaito, al fin despiertas –me dijo con alivio en su vos, ¿Quién es esta persona? ¿Por qué parece conocerme? Cuando intente pronunciar palabra mi garganta dolió así que guarde silencio – ¿Kaito? –me miro sumamente preocupado, no lo entiendo ¿Quién es este hombre? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está Len? No entendía. Pero algo me decía que yo conocía a esta persona si es así ¿por qué no la recordaba? –

    Se levantó informándome que iría a hablar con doctor para que me hiciera los chequeo, le mire salir no supe cuánto tiempo paso pero me percaté de que estaba en un hospital, no me podía mover ¿Cómo siquiera acabe en este lugar? el hospital parecía de aquellos caros que mi seguro social no podía costear o mi dinero, aquello me asusto ¿Y si había gastado todo mi dinero en este lugar? ¿Cómo me costearía la universidad? ¡Diablos! ¡¿Cómo acabe aquí?! Llego un doctor sacándome de mis pensamientos, me hizo una revisión al terminar se retiró junto con aquel hombre pero intente escuchar la conversación apenas logre oír algo.

    -Tiene una leve contusión cerebral causada por el impacto en su cabeza lo cual puede generarle pérdida de memoria al parecer no está consciente de unas cuantas cosas, la pérdida de su voz no puedo decirle su razón exacto, aun así que vayan las cosas con calma y no altere sus emociones –Fueron sus palabras –

    -Si –Contestó aquel hombre –

    Hablaron de algo más que no pude oír por más que quería, aquel hombre me acompaño en todo momento, luego llegaba a visitarme un hombre de cabello castaño y lentes, quien era Hiyama Kiyoteru luego me enteré que el hombre que se encontraba conmigo era Gakupo Kamui.
    Al darme de alta pensé que me iría a mi viejo departamento, allí de seguro estaría Len preocupado por mí, porque no había regresado en semanas pero no, al parecer yo vivía con ese hombre ahora, había una habitación para mí y todas mis cosas estaban allí.
    Aquel sentimiento me sobrecogía porque todo era demasiado nuevo, el no poder hablar y querer que atendieran todas mis dudas solo me hacía sentir más ansioso, me deje caer en la cama suspirando.
    Ese hombre me mira como nadie jamás me había mirado, ni siquiera Len, con tanto amor eso me hacía sentir una extraña sensación en el pecho pero no puedo recordarlo, siento que es importante para mí pero en realidad ¿qué tan importante es?


    Continuara…

  8. .
    Capítulo 10.

    La emoción recorría mi cuerpo cuando Gakupo regreso antes de lo acordado, eso simplemente me había devuelto toda la felicidad y alegría luego e discutir con Megurine, esa noche me encontraba en uno de mis conciertos cantando más eufórico que antes, esa noche iba a dar lo mejor de mí, porque en primera fila estaba Gakupo observándome. Ya que por él tenía esto, quería demostrarle todo y con esto transmitirle mis sentimientos.
    Cuando termino el concierto me sentí cansado pero vibrante, sonreí.

    -Buen trabajo, Shion. –le escuche decir a una de las bailarinas –

    -Buen trabajo, Iroha –Respondí sonriéndole, necesitaba agua pero aun así quería encontrar a Gakupo –

    -Déjeme entrar –Esa voz, camine directamente a donde se encontraba uno de los guarda espalda y sin poder evitarlo comencé a correr –

    -Gakupo –me lancé a sus brazos, a lo cual me envolvió en los suyos yo era tan feliz – ¿me viste, qué te pareció? –pregunte mi felicidad es inmensurable –
    -Estuviste fantástico, Kaito. Me pareció que brillaste más que la luz de los reflectores –Aquello me hizo sonrojar mientras me dejaba en el suelo –

    -Eso… bueno es que te lo dedicaba a ti –mis mejillas duelen de lo grande que es mi sonrisa –Tenía que hacerlo lo mejor posible

    -Me encanto verte cantar de tal manera –respondió para luego besarme, cuanto le amaba, estaba encantado con ese beso, enrede mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje a mí para profundizarlo más –Te amo tanto, Kaito.

    -Te amo tanto, Gakupo –Colocamos ambas narices juntas para darnos un beso esquimal, nos separamos para que pudiera y a firmar autógrafos, tomarme fotos con algunos fans, cuando me fui en el auto con Gakupo mire por la ventana en dirección hacia donde había sido el concierto, había sido un gran concierto –

    Había pasado unas dos semanas luego de aquel espectacular concierto, caminaba hacia mi departamento pues había comprado unos helados, solo me faltaban una dos cuadras, cuando estaba cruzando la calle un auto venía a toda velocidad me quede en shock, todo se movió en cámara lenta, escuche el freno, sentí el golpe que me hizo salir volando hasta dar con el suelo, quedando inconsciente.



    Continuara…
  9. .

    Capítulo 9.



    Se podría decir que aún seguía deprimido, Gakupo aún no regresaba, aunque solamente habían pasado cinco días desde aquella entrevista cada día parecía una eterna tortura.

    -Mi celular comenzó a sonar y lo tomé para contestar – ¡Kaito! –Aleje un poco mi celular de mi oído ya que casi me quedo sordo por la potente voz de una de mis compañeras de trabajo – ¡Pon el canal de noticias! –Aquello me dejo fuera de lugar pero aun así tome el control remoto para cambiar al canal indicado –
    Se podría decir que estaba muy mal Gakupo-san aun no regresaba y es que habían pasado nada más cinco días desde aquella entrevista pero cada día sin él parecía un siglo una eternidad una tortura.

    -Es la conversación que tuve con Gakupo hace unos días –Susurre, bien no me importaba revelar cosas de mi vida, pero invadir tan abiertamente mi privacidad eso si no me gustaba –

    Las cosas comenzaba a molestarme, un poco en las noticias pasaban cosas acerca de mi homosexualidad, la cual evidentemente no oculte porque ¿para qué ocultar lo que soy? me aceptan como soy o no me aceptan, uno en especial no dejaba de hablar sobre que mi homosexualidad era atroz e indebido que las personas que se atrevieran a escuchar mi música sobre alguien que estaba poseído por el demonio como yo sufriría también en el invierno, mientras tanto también había formado un grupo de fans al que le gustaba las relaciones homosexuales y estaban ansiosas por saber quién era mi pareja.

    Fui hacia el baño para tomar una buena ducha no deseaba pensar en eso, al salir del baño me seque el cabello para tomar una de las camisa de Gakupo aquella que conversaba parte de su aroma que se había mezclado con él mío.

    -Vuelve –murmure al aire respirando el aroma de la camisa, abrase una almohada para suspirar, hoy no tenía nada que hacer cerré los ojos y me dormí pensando en él –
    ………………

    Había visto la entrevista de Kaito, me gusto que me mencionara, que hablará de mi de esa manera, que yo fuera lo más importante para él el brillo en sus ojos, anhelaba tanto hablar con él que no pude evitar llamarlo en el momento que pensaba había acabado la entrevista, quería terminar esto lo más antes posible, aun sabiendo que si me ponía hablar con él tardaría más, ese día me encontraba recogiendo mi ropa para irme había acabado con todo los asuntos que tenía.
    Estaba ansioso por tener a mi Kaito entre mis brazos.

    -Kamui, Kamui –Expreso una voz mientras caminaba por los pasillos del hotel – ¿Por qué se va tan pronto?

    -Tengo que volver ya –Respondí, siguiendo de largo –

    -Pero, Kamui. Quédese unos días más –insistió tomándome del hombro –

    -No puedo quedarme más, discúlpeme mucho Sr. Yowane, pero me tengo que ir o perderé mi vuelo –mencione al haber salido del edificio, había llegado el taxi que llame con anterioridad –

    -Bueno, Kamui –suspiro resignado –Buen viaje –asentí guardado mi equipaje en la parte trasera para luego marcharme –

    Yowane Dell, había tomado la posición de empresario hace cinco años atrás luego de la muerte de su padre tomando su lugar como sucesor, no sabía si eran cosas mías o en realidad pasaban, pero sentí que había estado coqueteando conmigo durante la estancia que estuve aquí algo que no me gusto, quería volverse alguien familiar conmigo, pero yo no dejaba de pensar en Kaito.

    Solo pensaba en volver rápido, para besar sus labios y envolverlo entre mis brazos.

    ...............
    Me desperté algo somnoliento estire mi cuerpo para escuchar sonidos de que alguien había en casa, salí de la habitación ¿acaso, Gakupo había vuelto antes? mi corazón se agito ante el miedo y algo de frágil ansiedad, pero me sorprendí al ver quien estaba invadiendo el departamento que compartía con Gakupo.

    -Megurine –exprese al verla en la sala – ¿Qué hace aquí? –Ella había estado de viaje desde hace un tiempo modelando en el extranjero –

    -La pregunta es ¿Qué estás haciendo tú aquí? –Escupió colocando sus manos en sus caderas –

    -Yo vivo aquí –Respondí con voz firme sin dejarme intimidar por su persona –Vuelvo y repito ¿Qué hace usted aquí?
    -Vengo a visitar a mi prometido –hice un gesto de burla por esas palabras, ella gruñó por ello –

    -Lamento informarle que Gakupo, no se encuentra aquí se fue en un viaje de negociosos hace tres meses –Me cruce de brazos enarcando una ceja –

    -Si es así cuando regrese házmelo saber –Comentó como si yo fuera su recadero cosa que me enfado –

    Déjeme asegurarle Megurine que yo sería el último en informarle que Gakupo regreso, porque la quiero lo más lejos posible de él –comenté gruñendo –

    -¿Crees que podrías alejarme de mi prometido? –me miro desafiante –

    -Oh, ya lo he hecho Megurine, en primera porque él no es su prometido sin mal no recuerdo rompió con ese compromiso, yo en su caso me encuentro en una relación muy estable con él y que Gakupo me pertenece única y completamente a mí –Ella sonrió con prepotencia antes mis palabras –

    -Eso crees pero no, niñato tú no eres ni serás merecedor de Gakupo, ¿Acaso crees que eres la gran cosa? Solo eres un niño con delirios de momentánea grandeza, pero no eres ni lo mundialmente reconocido como yo, un mocoso huérfano que nadie quiso adoptar, que todos desdeñaron desde el instante de nacer hasta tus mismos padres, tú no te podrías comparar jamás conmigo –Me mordí el labio por sus palabras dichas de la forma más hiriente posible –

    -Entonces también deberé explicarle que ese ego sobrevalorado no le servirá de nada, eso no hace que usted sea merecedora de Gakupo, con esa forma de expresarse tan altaneramente creyéndose el centro del universo pobre, la fama y el dinero se le subieron a la cabeza sufriendo de delirios de grandeza, este simple principiante tiene a Gakupo entre sus sabanas, a mí me susurra palabras de amor, me acaricia, me besa, me mira con aquel brillo en los ojos que a usted jamás le mirara –Sonreí –A mí me hace de todo en las noches, estremecer y delirar de placer, aunque siendo sincero no solo somos así en las noches, también de día porque él es alguien muy lujurioso y pasional, claro que esa parte de ti jamás se la ha mostrado ¿verdad? –Sonreí con burla ante su mirada de furia –Ríndase, porque él prefirió a este huérfano que no vale nada a usted. Usted jamás será una esposa buena para Gakupo más con ese ego tan inflado solo le hará la vida miserable, puedo decirle que ni llega a ser su amante, o acaso alguna vez la toco –Aquel ruido de indignación salido de su garganta me hizo sonreír –Eso pensé.
    -No eres más que un tonto al hablar de esa manera, pues no te lo mereces y nunca te lo merecerás, al final el vendrá a mis brazos, me pertenecerá únicamente a mí, él es mío, nuestra familia acordó nuestro matrimonio desde niños –Respondió molesta –No importa cuánto tu dures con él al final vendrá mis brazos.

    -Su matrimonio, ¿te refieres a ese que rechazo verdad? –Comenté indignándola más –Háganos el favor de ya no molestar más, no debería rebajarse a usted misma.

    -Ella sonrió –Lo dice alguien que solo es otro juego para Gakupo, ¿Sabes cuantas veces ha hecho esto? ¿Crees acaso que eres el primer chico que vive con él? ¿Crees que eres el primer chico que ayuda de esa manera? –Aquello me hizo hacer una mueca, sentí una ligera punzada de dolor, no, no debo dejarme llevar por sus palabras –Ja, no lo sabes, pero no eres más que otro juego para él has caído en su trampa eres remplazable y pronto te dejará como a los otros, solo eres un juguete, un tonto e ingenuo juguete que cayó en sus garras para ser destrozado, recuerda esas palabras ¿realmente crees que los viajes de negocios duren tanto? –La muy desgraciada estaba colocado el dedo en la llaga –Me imagino que ni te ha llamado –se río –Ahora no eres nadie, lamentándote en silencio esperando a que vuelva.

    -Por favor eso no se lo creería a usted jamás –No, no podía dejarme llevar por las palabras de alguien como ella –Gakupo es diferente lo conozco muy bien, no es como usted que ha dejado desairado a un centenar de chicos jugando con ellos para luego tirarlos, ¿Qué haría con Gakupo? Se casaría y luego lo tiraría a la basura yo no quiero eso, yo amo a Gakupo y no dejaré que usted se quede jamás con él, es mío –mencione de manera posesiva –

    -Estás empezando a molestarme chiquillo impertinente –menciono acercándose a mí más no retrocedí –

    -Usted también comienza a molestarme, porque no se retira de una buena vez acabando con vuestra humillación –recibí una fuerte bofetada de su parte que me hizo gruñir, no era la primera vez que la recibía y eso me molestaba aún más –

    -Te mecerse eso estúpido y más –Sonrió ella satisfecha, sonreí mientras me sobaba la bofetada –

    -Vaya que negligencia la suya, atacando a alguien que no ha mostrado actos de atacarla, sabía usted que detrás de aquellas ventanas a mi espalda hay un montón de paparazzi –los había visto a través del espejo me pregunto ¿acaso no se había dado de cuenta? pero no era momento para pensar en ello –Que opinaran ahora que la gran y queridísima Megurine Luka quien ataco a alguien sin mostrar atacarte.

    -¡Eres un! –Exclamo en alta voz –

    -Baje al voz que podrían escucharla usando ese tono ¿usted no lo sabía? Ellos huelen el miedo y usted apesta autentico miedo –Respondí con una sonrisa en mi rostro al haberle ganado la batalla –

    -Esta me las pagaras –Gruñó –Me la pagaras entendiste –menciono para luego tomar un jarrón y aventármelo a lo que lo esquive dejando que chocara contra la pared, en el momento que cerró la puerta tirándola, mis piernas comenzaron a temblar dejándome caer, no sabía por cuanto tiempo mis piernas habían soportado su peso sin ceder, me temblaba todo el cuerpo, ¿Cómo logré hablarle de manera tan segura? no tenía idea, como pude pronunciar aquellas palabras pero aun así no dejaría que me alejará de mi amado, no era algo que le permitiría, me levante, mire el espejo que estaba en la sala observando la cachetada que iba a dejar marca, pero me di el gusto de vencerla y hacerla rabiar –

    Nunca permitiré que ella aparte de mi lado a Gakupo, yo lo amaba, lo quería y estaba seguro que él me amaba de igual manera, no dejaría nunca que ella se saliera con la suya.

    ..........................
    Estaba a punto de llegar, pero observe en un televisor que estaba en el aeropuerto se mostró aquella una discusión no se podía escuchar nada pero se podía notar el momento impactante en el que Luka le dio aquella cachetada a mi Kaito. ¡¿Quién se creía ella para darle una bofetada a mi amado?! Esto no se lo perdonaría.

    -Apreté el mango de la maleta –Pronto vuelvo a casa –mire por última vez aquella escena que se había formado en mi departamento viendo marchar a Luka molesta, a Kaito quien cayó al suelo tembloroso, tenía curiosidad de saber que había pasado, pero en su determinado momento sabría enterarme –


    Continuara

  10. .

    Capítulo 8



    Habían pasado tres meses desde la partida de Gakupo, se sentían como los peores tres meses de mi vida, estaba tan acostumbrado a la presencia de Gakupo a mi lado, que la ansiedad y nostalgia me invadía constantemente, de no verlo en la mañana, de no escucharlo, de no sentirlo, de no besarlo, de no tocarlo, no podía concentrarme pensando en ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo? en el peor de los casos ¿Estaba con alguien? ¿Con quién? No respondía mis llamadas y tardaba mucho en contestar mis mensajes, sabía que las llamadas a larga distancia eran muy difíciles de caer, pero los mensajes no. No sabía si era porque estaba ocupado pero no podía evitar que esa duda rondara constantemente por mi mente.

    Distrayéndome y arrebatándome la inspiración.
    Ya habían pasado tres meses desde la partida de Gakupo-san y han sido los peores tres meses de mi vida… no he podido concentrarme no tengo inspiración… ando distraído… y a pesar de que le llamo… debe estar muy ocupado pues no contesta mis llamadas.

    -Te extraño –Mencione a la nada mirando las fotos de mi celular las cuales tenía con Gakupo, tan solo quedaban dos meses más, solo dos meses más y lo tendría de vuelta entre mis brazos. . .Creo –
    Dentro de poco tendría entre vista, así que las maquilitas hicieron su mejor trabajo, tenía ojeras porque no podía dormir bien, me costaba un poco dormir desde que Gakupo no estaba, el departamento era demasiado grande, espaciosos por no decir tal vez un poco tenebroso sin él, o solo era yo que me estaba volviendo paranoico ¿Cómo podía afectarme tanto? No lo sabía, suspire para salir dentro de poco saldría a escena.

    El presentador habló, luego de decir unas cuantas palabras me llamo a escena, sonreí saludando hacia la cámara para luego sentarme en el sofá –Es un placer tenerte aquí.

    -Es un placer estar en tu show –Respondí –

    -Bien, Shion, vayamos al grano, se ha vuelto muy popular entre las masas estos días –menciono el presentar yo asentí pronunciando un; así parece ser – ¿Tiene a alguien a quién se deba su éxito?

    -Sonreí –Kamui Gakupo –Respondí –él fue quien me escucho cantar, técnicamente fue mi primer fan, me ayudo y contacto con Kiyoteru quien creyó en mí, ahora estoy aquí.

    -¿Y sus padres? –me pregunto aquello me golpeo y mire hacia el suelo, sentí un inmenso vacío –

    -Yo, nunca conocí quienes eran mis padres –Respondí intentado no verme tan afectado –Crecí en un orfanato a las afueras de la ciudad, nunca logre que alguien me adoptara así que estuve allí hasta cumplir la mayoría de edad, busque algunos trabajos a medio tiempo, obtuve un departamento no el mejor claro, luego continué con mis estudios universitarios.

    -Vaya que inspiradora su situación –menciono con algo de sarcasmo cosa que me molesto un poco –Hay algunas cosas que han estado rondado en las redes luego de esta noticia –comentó mientras colocaba la grabación en donde Len me besaba y yo lo empujaba –Que usted abuso de este joven Len Kagamine ¿Acaso eso es cierto?

    -¡¿Qué?! Yo jamás abuse de Len, eso es completamente ilógico –aquello me afecto ¿pero qué? –

    -Así que lo niega –Suspire –

    -Len y yo nos conocimos cuando éramos jóvenes, cuando yo tenía dieciséis y él catorce, ni siquiera fui su primera vez, técnicamente él tenía más desatadas las hormonas que yo –Comenté –

    -Así que dice que cuando tuvieron sexo ¿fue culpa de él? –aquello no me estaba gustado –

    -. . .No, todo fue entre los dos, en todo momento solo éramos chicos hormonales duramos algunos años juntos, luego de repente él termino conmigo diciéndome que quería a alguien más, alguien más joven que yo –Cerré los ojos –me sentía sumamente deprimido por ello, él había sido uno de los más grandes apoyos en mi vida, pero de repente así como si nada termino conmigo por alguien más, no lo entendí, fui a un bar allí conocí a Gakupo –reí ante ello –la primera vez que nos conocimos fue muy extraña y yo estaba muy borracho, pero él fue muy bueno y no me dejo tirado en la calle, me llevo a su casa y me cuido desde ese día fue que nos hicimos mejores amigos, él me ayudo con mi depresión de todo lo que paso y me ayudo a superarlo. Dos años después Len volvió a mi vida. Volvimos por unos meses luego descubrí nuevamente que él me traiciono y terminamos nuestra relación.

    -Esa es tu versión de la historia –Asentí-

    -Así es, jamás lo forcé a nada, en cambio esos meses que estuvimos juntos, me destroce más y más, hasta el punto que Gakupo me obligo a vivir en su departamento luego de que me desplome en mi trabajo, creo que si no fuera por Gakupo estaría ahora en el hospital o quien sabe tal vez muerto, no quería comer bien, tampoco tomar agua o algo –Suspire –Se podría decir que me deje morir.

    -Le tiene mucho aprecio a Kamui –Sonrió –

    -Si –Sonreí –Si no fuera por su ayuda, bueno ya se sabría mi final, además si el no fuera hablado con Kiyoteru jamás fuera tenido la oportunidad de tengo ahora, también en ayuda a mis fans que me aprecian me quieren tanto y me brindan su apoyo constantemente déjeme decirles que los quiero y que si leo su cartas aunque a veces no duermo leyéndolas déjeme decirles que son muy hermosas y me encantan.

    -¿De cuáles se recuerda? –pregunto –

    -Miku, Teto, Zatsune, Momo, Yufu, Haku y Neru –Sus cartas habían sido las mejores –

    -¿Y tienes fans masculinos? –Asentí ante ello –

    -Recibí cartas de algunos, Shinji, Sora, Oliver, Mikuo y Ted –lo pensé un momento –

    -Así que se acuerda muy bien de sus fanáticos eso es impresionante –comentó –

    -Sí, recuerdo a Miku y Mikuo son hermanos, ellos estuvieron en primera fila en uno de mis conciertos, les firme un autógrafo, Miku me pareció muy adorable ese día estaba muy nerviosa –Solté una risa por ello –Mikuo si estaba más relajado.

    -Así que no solo recuerdas su nombre –Resalto –tiene muy buena memoria.

    -No en realidad, me cuesta memorizarme algunos nombres, pero aun así les aprecio de la misma manera, si no lo estuviera ¿Quién me escucharía? ¿Qué sería? –Mencione –Es como un escritor sin nadie que lea sus historia ¿puede decirse escritor? si yo no tuviera quien me escuchara ¿Acaso puedo llamarme a mí mismo cantante?
    -Muy profundo en realidad lo que acaba de decir –comentó –Vaya te notas muy tranquilo.

    -ah ¿Enserio? Es extraño estoy hecho un manojo de nervios –proferí soltando una risa algo nerviosa –

    Aunque no me había dado de cuenta había revelado muchos hechos de mi vida, que algunos no harían pero en realidad no me importaba revelarlos porque yo no pensaba que hacía algo malo o perturbador, suspire mirando hacia mi celular estaba en el camerino recogiendo mis cosas para irme, pero no dejaba de pensar en Gakupo, bueno cada minuto pienso en él.

    -Kaito –Me gire en dirección de donde me llamaban para encontrarme con Yuma quien me había entrevistado – ¿Tienes algo que hacer? –me pregunto pero yo negué –

    -No en realidad –Solo regresar a mi solitario departamento para pensar en Gakupo y en la falta que me hace, de repente mi celular comenzó a sonar por el tono me alegre olvide todo – ¿Alo? –La emoción me envolvía –Estoy bien, ¿Tú cómo estás? o lo viste, ah, eso es que te extraño mucho y no dejo de pensar en ti, si sé que solo faltan dos meses, pero se me hacen demasiado largo ¿ah? las ojeras bueno no he podido dormir bien, no, no me estoy descuidado si estoy comiendo bien y tomando mis vitaminas, me haces falta pero sé que si me descuido te enojarás conmigo –mencione con un puchero – ¿tan pronto tienes que colgar? –Suspire –Entiendo está bien, te amo demasiado –Sonreí –por favor vuelve pronto ¿sí? Adiós –la llamada termino, me quede mirando el celular con algo de nostalgia –

    -No dijiste que tenías pareja –Dijo Yuma carraspeando su garganta haciendo que le volviera a prestar atención –

    -No me lo preguntaste –pronuncie mientras guardaba mi celular, tomando luego mi bolso –

    -De todas formas me acorde que tengo un asunto pendiente, adiós –Se despidió de mi fue algo extraño pero decidí dejarlo pasar, fui directo hacia el departamento me sentía agotado, era de noche después de todo, extraño tanto a Gakupo, me fui a cambiar tomando una de las camisas de Gakupo algunas tenían su olor me encantaba, aunque me quedaban por debajo de los muslos, me deje caer en la cama para luego quedarme dormido –


    Continuara



    tengo mucho sueño así que no diré mucho, más que
    No quiero ir a trabajar Q_Q adiós....
  11. .

    Capítulo 7



    Esos días de monotonía eran relajantes diría yo, despertar entre los brazos de Gakupo sintiendo el calor de su cuerpo era maravilloso, que abriera sus ojos, me regalara una sonrisa para besar mis labios dándome un buenos días era algo muy cálido.
    No dormía bien en las noches ya que Gakupo era alguien muy pasional ¿y por qué negarlo? Yo también, me gustaba estar con él, sentir como me llenaba y me llevaba al más delirante placer, no era algo que hacíamos solamente en la noche, si no en cualquier oportunidad que teníamos, a veces lo sentía posar su mano en mi trasero apretándolo, yo sonreía mirándole de allí nos perdíamos en algún lugar.
    La amabilidad, el cariño y el amor que me ofrecían eran cosas muy buenas, tener una vida activamente sexual luego de tanto tiempo era mucho mejor.

    Esa noche las luces vibraban, mi corazón se aceleraba, la emoción recorría cada parte de mí, los gritos de las fanáticas pidiendo a por más era de lo mejor, siempre había querido esto, está sensación tan vibrante estaba viviendo mi gran sueño ¿no podría ser más feliz?

    Mi vida estaba yendo para un cambio mejor, un rumbo que me estaba gustando demasiado.

    -Buen trabajo, Shion –me dijo uno de los chicos del Staff –

    -Muchas gracias, igual para ti –Le sonreí complacido mientras bebía un poco de agua sentía la garganta seca, luego de recoger todo estábamos saliendo, me sentía muy ansioso por ver a Gakupo –
    Al salir del concierto reporteros llegaron por ello, aquello no me lo esperaba pero intentaba responder todas las pregunta cómo podía, de repente otra sorpresa llego lo vi allí, Len estaba aquí, me sonrió lanzándose a mí – ¿Len? ¿Qué haces aquí? –pregunte a él nunca le había gustado ninguna de mis canciones no lo entendía –

    -Kaito –Habló aferrándose a mi cuello para besarme, me sorprendí y lo empuje –

    -¡¿Qué crees que haces?! –Las cámaras empezaron a sonar, las preguntas se hacían a mi persona él se levantó del suelo sonriéndome –

    -pensé que te gustaría –Sonrió –Siempre te gusto.

    -Gruñí – ¿En qué siquiera estás pensando? –todo paso demasiado rápido pero fui llevado por los de seguridad al auto, no entendía que rayos pasaba por la cabeza de Len, Dios ¡¿por qué cada vez que siento que todo mejora en mi vida él aparece?! Es como una constante piedra en mi zapato que no quiere desaparecer –
    Mire por la carretera escuchando la voz de mi manager, en realidad solo sentía que quería hundirme, la noche había estado muy bien, maravillosa a decir verdad, entonces de un segundo al otro se arruino, me adentré al edificio departamental entrando en el ascensor para ir hacia el departamento que compartía con Gakupo –Estoy de vuelta –mencione cansado observando a Gakupo sentado en el sofá mirando el televisor con expresión molesta – ¿Ocurre algo?

    -Estás en las noticias, con ese mocoso –su voz sonaba molesta por ello –
    -Gakupo, enserio yo no lo bese, él me beso si vez yo lo aleje de mí, enserio no lo amo –Explique alarmado, lo conocía sabía lo posesivo y celoso que era, él solo suspiro asintiendo –

    -Lo sé, lo sé –Respondió aliviándome un poco –per por dejar que alguien más te besara te tendré que castigar –menciono con una sonrisa juguetona –

    -¿C…castigar? –interrogue, comencé a retroceder por ello para que me tomara de la cadera pegándome a su cuerpo –

    -Sí, te castigaré –Susurro en mi oído haciéndome estremecer –

    Beso mis labios con algo de violencia, pegándome más a su cuerpo, me aleje un poco intentado obtener el aire a mis pulmones para que nuevamente se apoderara de mis labios, me alzo en sus brazos para llevarme a la habitación tirándome en la cama, se relamió los labios, sentí la ansiedad recorrer mi cuerpo, con un ligero cosquilleo en mi zona baja que ya estaba ansiosa por lo que pasaría.
    Amaba tanto cuando esa actitud tan dominante aparecía en él.
    Me gustaba sentirme a su merced.
    -Kaito –Expreso mientras yo descansaba en su pecho, estábamos desnudos en la cama luego de mi castigo –

    -Levante la mirada con algo de pereza tenía mucho sueño – ¿Dime?

    -Tengo que irme por cinco meses a un viaje de negocios –Expreso como si realmente no quisiera decírmelo, aquello me despertó de mi somnolencia ¿irse? ¿Por 5 meses? ¡¿Tanto?! –

    -¿Qué? ¿Por qué por tanto tiempo? –interrogue, no, no quería que se fuera durante tanto tiempo –
    -Es algo de la empresa, es importante y necesario –me respondió –

    -. . . –Quería protestar no quería que se fuera por tanto tiempo, aun así eran cuestiones de su trabajo, asentí resignado por ello – ¿cuándo te irás?

    -Tengo que salir mañana temprano –Me respondió sentí una punzada de dolor en mi pecho tan fuerte, su mano derecha acariciaba mi espalda, suspire –

    -Entiendo –Me aferré más a él intentado sentir por última vez su calidez, no quería que se fuera, pero tenía que dejarlo ir –

    Me desperté temprano esa mañana para observar como Gakupo terminaba de recoger las cosas para su viaje, de seguro había acomodado todo el día anterior, pero por mi castigo yo no me percate de ello, me observo para sonreírme besando mi frente diciendo un; buenos días, le sonreí de igual manera para sentir ese suave beso que propino en mis labios, quería gritárselo, quería suplicárselo, que no se fuera, mi pecho se oprimía de solo pensar en el tiempo que estaríamos separados, un nudo se hizo en mi garganta, no podía ser egoísta eso era importante para su empresa, me levante, me vestí, desayunamos luego de eso lo acompañé al aeropuerto.

    El viaje en auto se sintió tan pesado y lento, no es como si no estuviéramos despidiendo de por vida, aunque se sentía mucho de esa manera, esperar a que el avión arribara solo aumentaba mis ansias él sostuvo mi mano en todo momento haciendo círculos, intentado darme tranquilidad, aunque podía verlo en sus ojos él tampoco estaba muy seguro de querer irse.

    -Anunciaron por los altavoces que el avión donde él se marcharía despegaría y que los pasajeros debían de comenzar a subir, suspiro –Bueno es la hora –menciono mientras yo asentía –Todo estará bien, intentaré terminar lo más rápido posible para volver contigo –beso mis labios, me encantaba tanto el sabor de sus labios –

    -Cinco meses, cinco meses sin él, si sus caricias, si sus besos, sin la calidez de su cuerpo, sin despertar con él en las mañanas, lo extrañaría tanto –Por favor –Acaricie su mejilla me brindo una sonrisa muy triste –

    -Te amo –susurro depositando un beso en mi frente –Nos vemos –Hice una sonrisa que en más sería una mueca para despedirme con la mano observando cómo se retiraba con los demás pasajeros del avión, cerré los ojos intentado contener el dolor en mi pecho y las ganas de llorar que me embargaron repentinamente –

    Corrí hacia una parte alta observando como las personas subían tiempo después el avión despegaba – ¡Nos vemos! Te amo, por favor vuelve pronto –Grite a sabiendas de que no me escucharía, fue allí donde no pude seguir conteniendo las lágrimas.


    Continuara…



    Estuve a punto de no actualizar hoy si no fuera por ti Yanis, ya que si no dejan comentarios bueno significa que la historia no le esta gustando.
    Si sus comentarios fueran mi paga, ganaría menos de lo que ya gano
    me retiro sayo.
    Recuerden comenten e-é
  12. .

    Capítulo 6



    Me aferré a las sabanas soltando un quejido que retumbo en la habitación como una especie de eco – Ah…Gakupo –Gemí, su boca encargada de mi cuello, las embestidas que hacían que rebotara creando un rechinido de la cama, la fricción que generaba con sus embestidas querían volverme loco –Gakupo…ah…más, por favor… más –Le exigí sin parar de gemir, me sentía al borde del estasis –
    -Mi Kaito, solo mío –El viento trajo nuevamente ese montón de pétalos de colores azules y morados llenando la habitación –Te amo tanto, Kaito –Le escuche decir antes de que todo se esfumara nuevamente –

    -Ah –me desperté de golpe, otro de esos sueños, ahora eran bastante seguido, desde que comenzamos a vivir juntos, mire el problema en mis pantalones estaban húmedos sí, pero no me había corrido mi erección dolía –Al menos para la próxima estúpido cerebro despiértame cuando me corra –Me queje, tenía que levantarme a atender el problemita entre mis pantalones, mire hacia el reloj en la mesa de noche 5:46 a.m. ¡Rayos! Gakupo ya estaba despierto, a esta hora estaba alistándose para ir a trabajar, al salir mire hacia los pasillos estaban aún oscuros pero no había señal de Gakupo, camine hacia el baño sin tomar cerré con cuidado la puerta detrás de mí para llevarme una gran impresión, Gakupo se estaba, aquellas gotas cristalinas recorrían su bien tonificado cuerpo, su hermoso y largo cabello suelto, un quejido salió de mis labios cuando sentí aquel pequeño brinco que dio mi problema me sonroje por ello, la mirada zafiro de Gakupo se encontró con la mía, me estremecí –

    -¡Lamento no haber tocado! –Exclame nervioso para salir del lugar, mi corazón latía demasiado rápido mis mejillas se sentía sumamente caliente, mi respiración estaba acelerada, me hice bolita en la cama –Lo vi… lo vi… lo vi –Rayos ¡No es como si nunca hubiera visto a un hombre desnudo!, pero era Gakupo, la realidad y el sueño eran cosas muy distinta –Tenía que ser nada más yo, Kaito eres un idiota, un gran idiota –Mi problemita se había puesto un poco más exigente luego de ver aquella escena –

    -Kaito, ¿Estás bien? –Expreso Gakupo mientras entraba a mi habitación solo tenía la toalla atada a su cadera –

    -¡Antes de venir vístete idiota! –Le reclame colorado, demonios ¿por qué has venido? te ves tan tentador y mi problema solo aumenta, trague saliva por ello –

    -¿Estás seguro de que quieres que me vista? –Esa sonrisa depredadora me hizo estremecer, se acercó a mi haciéndome retroceder hasta chocar contra la pared –Es muy evidente tu problema.

    -e…eso…eso no es de tu incumbencia –Me avergoncé temblando, mientras se posaba en la cama acorralándome quería tocarlo, tenía la tentación de hacerlo, su piel me exigía hacerlo, tan suave tan tentadora mientras algunas gotas de agua se escapaban de su cabello recorriendo su cuerpo –
    -No lo sé, Kaito. Tal vez yo puedo ayudarte –me susurro en el oído haciéndome estremecer, Dios su voz hacía a mi cuerpo vibrar y la erección solo se hacía más potente –

    -. . .Q… ¿Qué acaso Megurine no te ha complacido? –Hablé intento que mi lengua no se enredara –Sabes que no somos esa clase de amigos, Gakupo. –Una punzada de dolor llego a mi pecho en algún momento atrás no me fuera importado serlo, pero ahora…ser solo un juguete dolería demasiado –

    -Otra vez con Luka –Hizo una mueca de disgusto –No tengo nada con ella, te daré las pruebas completas para que estés satisfecho –menciono molesto, me tomó de las piernas que quedaron a cada la de sus caderas me asuste, me sentí tan indefenso debajo de él –

    -¡Suéltame! –estaba nervioso, asustado, él estaba molesto, su mano derecha acarició mi mejilla para luego besar mis labios, me negué, esto no puede estar pasando, no puede, no soy tu juguete Gakupo, le mordí el labio se quejó apretó mi erección haciéndome soltar un gemido para abrir la boca, su lengua entro intentado jugar con la mía explorando –uh –Cerré fuerte los ojos, o rayos era bueno en esto, nos separamos por la falta de aire – ¡Basta! –Le di una bofetada que resonó por toda la habitación, las lágrimas comenzaban a correr por mis ojos, se tomó la mejilla no espero eso de mí seguro –No… esto no Gakupo… no.

    -Se mordió el labio mirando hacia otro lado –lo siento. . .

    -Solo…salte por favor –asintió para irse, comencé a llorar, la agitación que sentí hace unos momentos, por un instante pensé… pensé que me violaría –
    Mi erección había caído, suspire intentado relajarme pensando un momento en qué había pasado, la mirada de lujuria que brillaba en sus ojos, el tacto de su mano en mi mejilla, el sonido de su voz, la forma en como beso mis labios, recorrí mis labios con los dedos sintiendo el hormigueo, porque deseaba besarle, sentir esa lengua nuevamente jugar con la mía.
    Salí de la habitación para tomar un baño, lo necesitaba, luego me vestí para encontrarlo en la cocina ya estaba listo para su trabajo, ambos estábamos en un silencio demasiado incomodo, apenas llevaba un mes aquí, me observo para suspirar –lo siento. . . yo.

    -No hay excusa, Gakupo –mencione –para la que intentaste hacer.

    -Lo sé, es solo qué. . .Lo he querido hacer desde hace tanto tiempo –Respondió –Que me deje llevar por un impulso sin pensar en tus sentimientos.

    -¿Cómo que lo has querido hacer? ¿Siempre has querido que sea tu juguete? –pronuncie con amargura –

    -¿juguete? ¿En qué rayos piensas? ¡No! La única razón por la que nunca, querré, amaré, ni me casaré con Luka eres tú, te amo a ti, Kaito, llevo enamorado de ti bastante tiempo -Suspiro, aquello hizo latir mi corazón agitado –Estoy enamorado de ti.

    -. . . –Aquello me tomó de sorpresa no sabía cómo responder mi corazón estaba agitado – ¿Estás hablando enserio?

    -Nunca pude haber hablado más enserio en mi vida –Un nudo se me hizo en la garganta, quería responder pero no sabía cómo hacerlo, había perdido el habla –Sé muy bien que siempre amarás a Len, que fue tonto de mi parte intentar obligarte a algo que obviamente no querías –Suspiro –lo lamento, sé que no debí –se levantó de la mesa dejando su plato en el lavavajillas –Tengo que ir al trabajo.

    -Al verlo retirarse de la cocina sentí que si no lo detenía lo perdería para siempre, me levante para tomarle del brazo –No es verdad –respondí –Yo no amo a Len, no siento nada por él –murmure –Yo estoy también enamorado de ti –Apoye mi frente en su espalda –pensé que… que solo me querías usar como un juguete y yo… no pude soportar eso… porque te amo.

    -Yo jamás te utilizaría como un juguete, Kaito –Se volteó para tomarme de la barbilla –jamás podría –Sus labios se unieron con los míos, cerré los ojos aferrándome a sus hombros, disfrutando aquel beso –

    Comenzó a moverme entre pasos torpes, el calor se hizo insistente, los besos y mordidas en los labios más seguidos hasta que me tropecé cayendo sobre el sofá, se desacomodo la corbata, suspire mientras comenzaba a desabrochar botón a botón su camisa, para que la tirara con todo y americana a algún lado de la habitación, levante los brazos para que rápidamente mi camisa fuera retirada de mí dejando en iguales circunstancias, comencé a recorrer su cuerpo con mis manos mientras devoraba nuevamente mis labios, mi mano derecha subió por toda su espalda hasta llegar a su cabeza deshaciendo su coleta alta.

    Suspiré cuando sentí una mordida en mi cuello, sus manos recorriendo mi cuerpo, su tacto tan caliente, su voz resonando en mis oídos haciéndome temblar, el brillo de sus ojos lujuriosos, todo era mucho mejor que en esos sueños, todo era mucho, mucho mejor.

    -Ah…Gakupo –me queje sintiendo como llevaba mi erección a su boca, su lengua enredada en la punta, como subía y bajaba –Ng…oh….ah –Me aferre a sus cabellos sintiendo como algunas de sus hebras caían en mi piel dejando ligeros cosquilleos –Gakupo, Gakupo…no –la opresión en mi vientre comenzó a sentirse –Aléjate –estaba tan cerca del orgasmo y lo sabía, hace tanto que no mantenía relaciones sexuales – ¡Ah! –Sentí los espasmos recorrer todo mi cuerpo, suspire mientras intentaba regular un poco mi respiración, se separó, mientras relamía el semen que manchaba sus labios, el brillo de sus ojos me hizo volver a temblar –

    Era como ver a un animal salvaje, tú eras la inocente presa que sería devorada.
    Me deje hacer por él, por sus manos que recorrían mi piel, por su voz que hacía mi cuerpo estremecer, como me lleno desde dentro sintiendo que me derretía aferrándome a él, hasta llevarme al máximo placer que no había sentido desde hace algún tiempo.

    -Mi cabeza estaba recostada en su pecho mientras ambos intentábamos regular nuestros latidos, su celular llevaba sonando desde un rato, pero él parecía ignorarlo totalmente, mis parpados pesaban la somnolencia parecía atacarme escuchando sus latidos, mientras su mano derecha acariciaba en movimientos suaves mi espalda, levante un poco la mirada encontrándome con la suya, me sonrió para besar mi frente –Te amo.

    -Sonreí porque esta calidez que experimentaba era maravillosa –Yo también te amo, Gakupo –dejo un beso suave en mis labios y suspire, para cerrar los ojos y dormirme, ese día no fui a trabajar, se sentía tan bien estar entre sus brazos, que no quería salir de ellos –


    Continuara

  13. .

    Capítulo 5



    Me desperté aun sintiéndome mareado, unas fuertes ganas de vomitar me azotaron ¿pero qué podía vomitar además de bilis? Un sabor amargo se instaló en mi garganta haciéndome sentir mucho peor, hasta el respirar se sentía una proeza, estúpido dolor de cabeza, mire poco a poco mi habitación espera ¿dónde estoy? es blanco… muy blanco hasta la luz ¿es el cielo? ¿El cielo huele a desinfectante y cloro? uh, mire más a mi alrededor en mi brazo había eso… ¿eso es una intravenosa? No siento mi cuerpo.

    -¿Cómo se encuentra doctora? –Escuche desde la puerta que se encontraba medio cerrada, ¿esa es la voz de Gakupo? espera… ¿Cómo fue que llegue aquí? los recuerdos golpearon mi cabeza de repente haciendo el dolor más potente, le grite… le grite a Gakupo, dije aquellas cosas, que no son ciertas, que no debí decir, él en realidad se preocupa mucho por mí, no pude escuchar lo que le dijo la doctora la puerta se terminó de abrir para que se sorprendiera ¿eso son bolsas oscuras en sus ojos? – Oh, qué bueno que ya estés despierto –menciono con una sonrisa cansada –

    -Lo lamento –Sentía una gran vergüenza por lo que había pasado, Dios tengo tantas ganas de llorar ahora –
    -¿De qué hablas? –me pregunto confundido –

    -Lamento haberte gritado de aquella manera, no debí hacerlo –murmure –Dije cosas que no son ciertas, sé que tú te preocupas mucho por mí. . .es solo… solo

    -Está bien, Kaito. –Me sonrió tomando mi mano –Te descuide de hecho, solo te veía por ratos y mayormente ella acapara mi tiempo quiera o no quiera yo, créeme mayormente no quiero. –Comencé a llorar no pude evitarlo –calma, calma, no llores, yo te perdono ¿sí?

    -Sí…gracias –intente sonreír más no podía, ¿por qué me siento horriblemente triste?

    -Aun así quiero hablar contigo, no has comido bien, tampoco has tomado la suficiente agua ni has tenido el debido sueño, deberías cuidarte mejor, te estas matando lentamente –Su expresión era seria, pero preocupada por mi persona – ¿Qué está pasando?

    -. . .yo. . . –Baje la mirada avergonzado –No… no me siento de ánimos.
    -Eso no es ni razón ni excusa suficiente para que hagas lo que haces –menciono, su mirada me hacía sentir más avergonzado de mí mismo como si fuera un estúpido, el brillo de esos ojos preocupados por mí –

    -es…es – ¿Qué es? ¿Qué puedo decirle? Estoy triste porque tu estas con una mujer la cual me trata mal y ha intentado matarme ¿Qué siento celos de ella? ¿Qué quiero ser egoísta y tenerte solo para mí? no puedo decir nada de eso –Estoy confundido –suspiré –

    -He decidido que de ahora en adelante vivirás en mi departamento –le escuche decir tan determinado, tomó por sí mismo aquella decisión –

    -¿Qué? ¿Por qué? –pregunte, ¿Cómo quería que viviera en su departamento? obviamente iba a interrumpir con su vida, con su rutina con todo lo importante para él yo no tenía ese derecho, a meterme entre él y Megurine, él jamás lo hizo conmigo –

    -¿Aun lo preguntas? Necesito cuidarte, Dios sin mi eres un completo desastre sin mí –menciono con una mueca de disgusto – Desde que estas con Len te has descuidado siempre he pensado que está mal, pero ahora lo confirmo –Se levantó de la silla caminando hacia la ventana de la habitación –Me preocupo, me preocupo demasiado por ti, no quiero que nada te pase. Aunque sé que no lo crees eres muy importante para mí.

    -No tanto como Megurine –Voltee a mirar hacia otro lado –

    -¿Cómo? –Respondió – ¿Crees que no eres más importante que Luka? ¡Eres mil veces más importante en mi vida que ella! –Se alteró, jamás lo había visto alterado –Dios si solo supieras que tan importante eres para mí, ella es la que no me deja en paz, la que se me pega como lapa ¡Estoy obligado a pasar tiempo con ella por mis padres! no quiero estar con ella… No pienses cosas que no son verdad.

    -mh –Hice una mueca, sabía que estaba pensando cosas estúpidas pero aun así yo… no puedo evitarlo en realidad, soy un idiota después de todo –

    -Aunque te reniegues, vivirás conmigo, no permitiré que sigas viviendo en tu departamento con Len –me dijo en tal tono que no podía contradecir ese tono que me hacía temblar, erizar la piel y suspirar, tan dominante, esa mirada tan penetrante que hizo que un escalofrió me recorriera –
    -Pero, Len –Al mencionar su nombre, hizo un gesto con su cejas que se notaba estaba muy molesto –él vive en mi departamento, si me mudo de allí él tendrá que vivir en otro lugar, no tiene donde vivir, no puedo tirarlo a la calle, Gakupo. Sabes que no soy mala persona.

    -Suspiro –Kaito, el departamento aun seguirá siendo tuyo, el podrá vivir allí, lo que no quiero es que estés con él, quiero que estés conmigo –El brillo de sus ojos con esas palabras que parecían hacer eco en mi mente acelerando los latidos de mi corazón, suspire, no debo pensar tonterías él solo me ve como un amigo, soy su amigo, su mejor amigo –Kaito ¿tienes fiebre? –pregunto acercándose nuevamente posando su mano en mi frente su tacto, siempre hace que mi piel hormiguee, estaba tan cerca podía oler su perfume tan fuerte, tan masculino, el olor a menta de su aliento, mi boca tan cerca de la suya, mi pulso se aceleró, quería besarlo, pero aunque esos labios estaban tan cerca, se encontraban muy lejos –No pareces tener, que extraño estás muy rojo.

    -ah…ah...uh…t…t –Genial, se me enredo la lengua, solo me faltaba más para hacer el ridículo frente a él –

    -Sonrió el brillo de sus ojos me mostraba tanta calidez –Eres tan adorable –me dijo con una sonrisa haciendo que yo me avergonzara más y mirar hacia otro lado, me alboroto el cabello riendo, había extrañado tanto el sonido de su risa –

    Cuando salí del hospital, me dieron una receta al parecer tendré que estar tomando vitaminas y sabía que Gakupo me diría todas las veces a la hora que tenía que tomármelas, todo estaba calmado al menos, me acompaño a mi departamento ayudándome a hacer las maletas.

    -Kaito, ¿Por qué te vas? –me pregunto Len, al parecer no se había ni preocupado por mi ausencia estos días –

    -Me iré a vivir con Gakupo –Su mirada se tornó de preocupación seguro pensaba que se quedaría en la calle –pero tú puedes seguir viviendo aquí –Suspiro más aliviado para asentir –

    -Será extraño no verte en las mañanas –menciono restándole importancia –

    Para él, lo único extraño sería no tener mi presencia en las mañanas, era obvio que yo no le importaba la mueca en el rostro de Gakupo la pude percibir, esa mirada de odio intenso que le dirigía a Len era aterrorizante parecía quemarte vivo.
    Comencé a recoger mis cosas, mi departamento en realidad era pequeño, no tenía muchas cosas en él, además de un viejo televisor una pequeña radio, mi computador portátil, cosas solamente necesarias, mis libros y ropa.
    -Kaito, ya está todo listo –Escuche la voz de Gakupo quien entraba luego de al parecer llevar la última maleta me dará nostalgia ya no estar en este lugar, pase tantas cosas aquí, volteé sonriéndole, lo que sentía ahora era solo nostalgia por desapegarme a un lugar donde estuve tanto tiempo –

    -Vos vemos entonces, Kaito –Escuche a Len para observarle ponerse de puntillas enredados sus brazos en mi cuello, aquella me tomó de sorpresa por reacción me aleje de él, mi cuerpo no quería tenerlo cerca pero me atrajo hacia él apretando más su brazos contra mi cuello chocando nuestros labios, era una sensación desagradable, me hizo sentir un revoltijo en el estómago, escuche un gruñido de molesta de parte de Gakupo –Adiós.

    -Ah, sí, adiós –me quite sus brazos del cuello, no entendía porque había hecho eso, se acercó a la puerta haciendo un gesto con su mano, pero sabía algo Gakupo se encontraba sumamente molesto en esos instantes –

    Pensar en ¿por qué razón hace las cosas Len? Sería algo demasiado absurdo, me comería la cabeza en cosas que en realidad no tiene sentido, solo las hace y ya, decidí dejarlo de lado, mire hacia Gakupo quien estaba atento hacia la carretera.

    De ahora en adelante viviré con él… me pregunto ¿Cómo será?

    Continuará.



    Son las 12 de la noche no la 5 de la mañana pero ¡YOOLLO!!
    -Huye-
  14. .

    Capítulo 4



    Deje escapar un suspiro de mis labios, mirando la ciudad desde la ventana de mi habitación, todo se sentía tan difuso el dolor de mi cabeza el mareo constante, no tenía muchos ánimos de comer, no sabía porque pero mirar la comida solo hacía que un revoltijo se hiciera en mi estómago haciéndome hacer una mueca.

    Mi mente siempre se desviaba en Gakupo, a pesar de que había roto el compromiso con Megurine al parecer ella aún seguía detrás de él, cuando Gakupo le critico que casi lo mata con los tulipanes ella fue a la floristería, me golpeo, lo hizo sus manos se marcaron en mi mejilla diciéndome que era un cretino por no haberle avisado y como yo podía saber tanto sobre Gakupo, más amenazas llegaron de su persona, el que me alejara de Gakupo, que no volviera a hablarle se volvió un constante a un punto que se volvieron tan agresivas que Nana termino botándome del trabajo por mi propio bien.
    -Kaito ¿Ocurre algo? –Aquella pregunta me saco de mi mundo volteando a la dirección de donde fue dada, estaba allí Len ¿Cuánto tiempo llevaba allí?

    -No es nada –Respondió suspirando –

    -No mientras, sé que te ocurre algo –Su expresión era seria pero yo no quería estas preguntas me dolía demasiado la cabeza, sentía un horrible cansancio en los ojos –

    -Len, que te parece si terminamos con esta tontería –mencione, la duda se mostró en sus ojos ante ello –Sé muy bien que estas con ese chico de cabello blanco –El color se fue de su rostro su boca se abrió intentado darme una explicación más yo hice una señal de que guardara silencio –No te correré de mi departamento ni te echare pero no quiero seguir siendo… ¿Cómo decirlo? El bastardo al que le montas los cuernos –Me quite un peso de encima mientras él miraba hacia el suelo –

    -Kaito. . .yo

    -¡Ahórratelo! –le interrumpí –No quiero ni la historia, ni las excusas, me dan lo mismo a decir verdad – Eso me malhumoraba no porque estuviera con él, sino porque intentara verme cara de idiota – Para mí está bien, no te amo Len, ni un poco.

    -Entonces ¿Qué es lo que te pasa? –me pregunto –

    -. . . –No sabía si decirle, no le había dicho a Gakupo ni a nadie sobre ello, pero era algo que también me traía muy mal, tomé aire soltándolo nuevamente, cerré los ojos para mirarle –Hice un contrato con Kiyoteru, es el director de una importante disquera –Me mordí el labio un momento apretando mi ropa entre mis manos ¿Qué es esta opresión en mi pecho? Hay veces en la que solo siento mucho miedo –Ese no es el problema, el hecho de que tengo que trabajar junto a Megurine es el gran problema. . . Se podría decir que yo, no le agrado en lo más mínimo.

    -Y… ¿Ese es todo el problema –me dijo como si fuera una nimiedad, tal vez lo sea –

    -No, ese no es el problema… Bueno en si es casi el problema –Suspire volviendo a mirar por la ventana se acercó apoyando su barbilla en mi hombro –

    -Eres muy complicado, Kaito –Expreso suspirando –

    -Eso también creo yo –Forcé una sonrisa en mis labios para apartar a Len de mí, en realidad no lo quería cerca –
    Al hablar con Len me hizo saber que el chico con quien estaba se llamaba Piko, eran casi de una misma edad, que era muy tierno y adorable, que lo quería mucho, asentí a todo no tomándole importancia en realidad, sentía un poco de envidia porque al mirar sus ojos el brillo que tenía al hablar de él nunca lo tuvo al estar conmigo.
    Era egoísmo solamente me rompía el orgullo darme cuenta de eso.
    De que he hecho el papel de tonto durante tanto tiempo.
    Por alguien que en realidad parecía amarse a sí mismo.
    Mire mi desayuno volviendo a suspirar en realidad no tenía nada, nada de apetito se me hizo ese nudo en el estómago, apenas pude con tres bocados para luego encaminarme hacia mi trabajo, algunas personas me conocían gracias a Kiyoteru, varias de mis canciones sonaban por la radio, tenía un pequeño grupo de fanáticas. Kiyoteru dijo que mediante el tiempo obtendría más pero había que esperar, yo era feliz con la cantidad de discos que había vendido haciendo unas pocas presentaciones, todo gracias a Gakupo pero aun así ¿Por qué no me siento del todo feliz? Como si algo me faltara, pero no sé qué es.

    -Kaito –la campana sonó voltee para sonreír encontrándome con Gakupo que venía con Megurine aferrada a su brazo como si fuera una lapa, una extraña emoción de irritación creció en mi al verla, su sonrisa de prepotencia, me hacían imaginar tener su blanco cuello entre mis manos y estrangularla, pero no… eso estaba mal, ese pensamiento estaba muy mal –

    -Buenas tardes Gakupo –Hablé con un tono amable al menos eso intente pero es que por más que no intentaba mostrar mi desagrado siempre he sido alguien que muestra mucho sus emociones por defecto maldigo esa parte de mí –

    -Lamentablemente hoy no te podré acompañar a almorzar –Menciono, algo en mi pecho dolió porque estaba tan acostumbrado a almorzar con él, sabía que todo cambiaría en algún momento, ¿pero quién te prepara para afrontar los cambios? –

    -¿A no? –Exprese observe el gesto que me hizo Megurine, esa sonrisa arrogante, esa mirada de prepotencia quebré la paleta con la que estaba jugando, era de un helado que me había comido momento atrás –

    -Kaito, ¿Estás bien? –Me pregunto Gakupo alejándose de Megurine, ¿estoy celoso? siento que sí, celos de que él este con ella, celos de que ya no este conmigo, celos de que no sé qué hacen ellos a puertas cerradas, celos de que ella pueda tocar la tan perfecta piel de Gakupo, de que ella pueda besar sus labios de verlos despertar en las mañanas, tengo celos –
    -Si. . . –Aquello salió con tan poca seguridad de mis labios –No he dormido bien eso es todo –Respondí excusándome –

    -Deberías dormir mejor estás demasiado pálido –menciono preocupado, ¿por qué lo estás? ¡La estúpida chica que te acompaña como una lapa pegada a ti me ha hecho la vida miserable! ¡¿Pero aun así no haces nada?! ¡Me botaron del trabajo que amaba por su culpa! ¡Date cuenta! ¡Date cuenta que te quiero conmigo y no con ella! – ¿Has estado comiendo bien? Estás más delgado.

    -¡A ti que te importa! –Explote se hecho hacia atrás mirándome con ojos desorbitados – ¡Desde que andas con esa lapa me has estado ignorando! ¡Sé que no significo nada para ti! ¡Pero no me lo eches en cara de esa manera! –un agudo dolor corrió por mi garganta mientras las lágrimas comenzaban a correr de mis ojos, el mundo se volvió borroso, me tambalee un poco –

    -¡Kaito! –escuche mi nombre salir de sus labios mientras en cámara lenta me tomaba entre sus brazos, lo aleje, su tacto quemaba tanto en mi piel –

    -Cállate, estoy harto que me vean la cara de idiota… estoy harto…de que nadie pueda quererme a mí –No podía escuchar lo que él me decía todo se movía muy lento pero demasiado constante, sentía ganas de vomitar, el ardor en mi garganta y alguien por favor que calme este dolor de cabeza, no supe más de allí –


    Continuara…

  15. .
    Siendo sinceros no podía creer que aquello pasara, desde jóvenes hemos sido amigos, su mejor amigo para ser exactos, estar uno al lado del otro ha sido algo cotidiano en nuestras vidas, del hecho que te quedaras en mi casa más de una vez o entraras en las mañanas para pedirme el desayuno siendo que éramos vecinos.

    Escuchar tu voz cantar la tonada de la radio mientras yo preparaba la comida, verte hacer una ligera coreografía con ella, mientras me sonreías y el brillo en tus ojos se veía maravilloso, luego te reías ayudándome a cocinar, estar sentados en el sofá viendo cualquier programa que pasaran en la T.V o tal vez jugar algún vídeo juego.

    Estabas tan metido en mi vida, tan profundamente arraigado allí que me dolía el hecho de saber que jamás podría tenerte.

    Todo este tiempo he estado enamorado de ti, ¿para que recordar el momento exacto cuando lo sentí? Era absurdo siquiera rememorar la hora o el lugar, si cada día podía volverse más y más intenso, nunca me atreví a decirte nada.
    He sido un cobarde, temiendo a que esas palabras te alejen de mí.

    Según las leyes de la vida todo aquello a lo que temes enfrentarte o no deseas que pases puede y se hará realidad en algún momento indeterminado de tu vida, así que esa noche cuando nos encontrábamos comiendo pizza en nuestro sitio favorito y me dijiste aquellas palabras que me helaron la sangre.

    Yo no pude hacer más que sufrir en silencio aceptando sonriente tu petición junto con mi muerte silente.

    Saber que tu amor correspondido no puede y no estará contigo es doloroso, ser el padrino de su boda es la muerte en vida.

    -¿Estás seguro de ello? –Le pregunte –Es un paso muy importante en tu vida.

    -Hizo una mueca para suspirar –No, no lo estoy –miro la mesa y comenzó a jugar con los dedos de mi mano derecha intentado distraerse de algo que parecía incomodarle, aquello era uno de sus raros hábitos –Siento en el fondo de mí que está mal.

    -¿Por qué te casarás entonces? –Indague tomando de mi bebida intentado ahogar el nudo que había quedado en mi garganta y esa sensación pesada que había quedado en mi estómago –

    -Es mi deber –murmuro –Es lo que eligieron para mí, ya sabes a esta edad es para que ya estuviera en una relación o esposa pero. . . –Volvió a suspirar dejando de jugar con mi mano –No te preocupes me enseñaron a ser un buen esposo.

    Cerré mi mano en un puño suspirando por aquel hecho ¿Acaso qué podía hacer? Por más que quisiera convencerte a veces eras tan terco y cabeza dura que no importa como lo intentara si era algo relacionado con tus padres les harías caso sin chistar alguno. Aun si era para casarte sin amor.

    -. . . –Quise decirte una queja al respecto, más cuando volteaste a mirarme perdí todo el valor –Supongo que tu decisión está tomada –me sonrió de manera triste asintiendo –

    El desarrollo de la boda para mí fue molesto en realidad ¿por qué tenía que estar yo tan metido en ello? Para los arreglos de flores, para cualquier cosa tu querías y sabía que necesitabas de mi apoyo, cuando sostuviste aquel ramo florar te veías tan encantador que ligeramente fantasee con ser yo tu esposo. Que en realidad fuera nuestra boda y que tú no te casarías con alguien más, ridículo ¿no es así? Cuando fuiste a comprar el traje de novio, entrando a aquella tienda me sonreíste, te mediste un traje de color blanco que te hacía ver como un ángel ante mis ojos un hermoso ángel sin pecado alguno, exceptuando que te casarías sin estar enamorado.

    -¿Te sientes bien, Gakupo? –Me preguntaste sacándome de mi ensoñación, tus ojos tan azules como hermosas gemas me observaban –

    -Sí, lo estoy –Forcé mi más falsa sonrisa porque no tenía el derecho a preocuparte, me devolviste la sonrisa expresándome que yo también debía de ir a probarme un traje para la boda, me mostraste uno como aporte final, uno de color negro –Está bien –Tomé el traje para ir al probador y medírmelo –

    -Te queda muy bien –Comentaste al verme salir, arreglando mi corbata, diste un ligero golpe en mi pecho con una sonrisa en tus labios –Te ves muy elegante –mencionaste levantando la mirada para verme, nuestra boda, si solo fuera nuestra boda, tu rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir tu calor, si me acercaba un poco más podía tocar tus labios – ¡Yo! me iré a probar otro traje –Nos separaste a ambos de nuestra hipnosis momentánea alejándote de mí –

    -Hice una mueca de disgusto por ello, quería ese beso, de esos labios tan provocadores –Te queda muy bien ese blanco –mencione – Te ves muy bien en él –Te sonrojaste murmurando algo para medirte otro traje, al final te quedaste con el blanco a tu parecer fue el que más te convenció –
    Esa noche en la que era tu despedida de soltero la cual yo no me encargue de organizar. En realidad estaba muy ocupado contigo y otros preparativos de la boda como también para organizar tu despedida de soltero así que de ello se encargó, Gumo. Desde un principio me pareció la idea más horrible de todas y fue confirmada.

    Hizo la despedida de solteros en uno de los mejores bares nudista con barra libre además del espectáculo eso no estaría tan mal, si no fuera porque Kaito, era como decirlo ¿muy santurrón? No esa no creo que fuera la palabra él si sabía de esas cosas, pero se ponía demasiado nervioso con ello.
    Así que estar en un bar nudista no era lo de él, menos que una bailarina escasa de ropa se le sentara en las piernas estaba tan tenso e incómodo que yo de la manera más amable despedí a la chica, comentarios como; Anímate, no seas aguafiestas entre otros eran lo que constantemente me decían, por mi actitud sería y aparente tensión sexual.

    No diré que no tenía tensión sexual, hace tiempo no mantenía relaciones sexuales, el estar casi 24/7 con Kaito estás últimas semanas me habían alejado de las discotecas y algunos bares que frecuentaba en contadas ocasiones solo para deshacerme de ello, logrando estar de manera amena junto a Kaito en vez de estar por no decir menos irritable. No me molestaba estar con Kaito me encantaba el hecho de permanecer a su lado tanto como fuera posible, pero no poder besarlo, tocarlo y hacerle las cosas que me gustaría hacerle era aquello que me mantenía frustrado.

    Estar en este ambiente sexual me traía de cara mi frustración no poder hacer nada me molestaba, pero estar al tanto de Kaito para que no estuviera incomodo era la única cosa que podía hacer, porque no importaba que pasará conmigo en primera lista siempre estaría él, siendo lo más importante para mí.

    Sentados en la barra te observe tu mirada estaba distante en algún lugar que no era aquí, como las semanas anteriores a esta te pregunte; ¿Estás seguro de esto? aunque la mayoría del tiempo no tenía contestación y no me esperaba ninguna respuesta esta vez fue distinto.

    -No, Gakupo. No estoy seguro, porque yo amo a alguien ya –Suspiraste la expresión en tu rostro era de gran tristeza –

    -¿De quién? –No pude evitar preguntar, preparándome mentalmente para no ser esa persona, sonreíste pero negaste –

    -No te lo puedo decir –expresaste tomando otro trago de tu bebida –

    -¿por qué? –insistí tomando tu mano, miraste nuestra manos unidas y la apartaste aquello me dolió, te relamiste los labios mirándome directamente a los ojos y como si las palabras te costará decirlas me respondiste; No quiero que me odies. Aquella respuesta sin dudas no me gusto, porque yo jamás podría odiarte, no cuando el amor que siento por ti tiene tanta intensidad como el mismo fuego –

    Al llegar a mi casa a las tantas horas de la mañana no pude evitar recordar las cosas, de aquellos días de segundaría en el cual comenzaba a sentir cosas por ti, apenas tenía 16 aceptar que sentía algo por ti era difícil, aceptar que al parecer era homosexual me molestaba ¿Cómo podía serlo? Salía con cualquier chica que decía que yo le gustaba, entrenaba arduamente hasta la tarde, en donde mi cuerpo al día siguiente me hacía sentir el dolor de mi manera fuerte de tratarlo, pero solo lo hacía para sentir el cansancio y que no invadieras mis sueños, como solías hacerlo. Pero al final lo acepte, tú eres hermoso, puro e inocente, tu personalidad, tan amable, bondadosa y juguetona me hizo enamorarme de ti. Ahora que ya han pasado 7 años y que esos sentimientos no han mermado en lo más mínimo solo incrementa mis deseos por robarte, secuestrarte y que no te cases con ella.

    Sakine Meiko, ante mis ojos ella no te merecía, para mí nadie podía merecerte, nadie te trataría con el amor que debes ser tratado, como la valiosa joya que eres, después de todo te miro con ojos de enamorado aun sabiendo todos y cada uno de tus defectos te sigo amando más que a nada en la tierra.

    Una de las razones que me molestaba de tener que encargarme de tu boda tanto como tú, era que tu futura esposa en realidad no se estaba encargando de ella como toda mujer debería y desearía encargarse, en cambio te dejaba todo el peso a ti estresándote con la boda. Así que esa noche en la que veíamos películas no te importo que te acariciara, te acomodaste colocando la cabeza en mi regazo mientras observabas la película, dijiste que las caricias te estaban dando sueño al como tiempo te dormiste. Aquellos hermosos ojos permanecían cerrados, me aproveche eso hice no niego que está mal, pero no lo pude evitar. Deje un casto beso en tus labios tan suaves, para luego dedicarme a velar tu placido sueño.

    Ver a tu futura esposa emborracharse y estar en brazos de otro chico no era en lo absoluto la imagen que me hacía más feliz, eso fue lo que paso cuando me encontré en uno de esos bares intentado desahogarme, pero no pude. Me dio asco ver aquella escena, ver como se besaba con otro hombre y estando en su estado de alcoholismo no le importo que le agarrara los senos, intente reclamarle que tuviera un poco más de decoro pero a ella no le importo me grito y me dijo varías groserías, que yo no tenía que andar de entrometido en su vida.

    Ella sabía que yo no diría nada porque jamás diría algo que podría dañarte.

    Pero me molestaba no decirte la verdad de lo que ocurría cuando tú no vigilabas a tu prometida.

    El día al cual había aborrecido en mi calendario había llegado, me desperté con la garganta seca y unas ganas horrible de no pararme de la cama nunca, pero tenía que asistir porque yo me había encargado en parte de la boda lo cual no me dejo entrar en un profundo estado de depresión y además debía ser el padrino de está llevando los anillos.

    Llegamos antes a la iglesia observando como todos los invitados llegaban, tu expresión no tenía emoción alguna de hecho era sumamente triste, como alguien que ve su muerte ya cerca, me senté a tu lado intentado decirte algo para hacerte sentir mejor ¿pero que podía decir? yo deseaba escaparme contigo, más que nada, pero todo comenzó nos colocamos en nuestro lugar y la marcha nupcial comenzó a sonar ver a Meiko entrando con aquel vestido blanco que decía que era “Pura” y “Virgen” me hizo bufar porque era todo menos eso, me preguntaste en un susurro que me pasaba, pero respondí que nada. Al ver tu rostro al mirarla tus ojos parecían perdidos en otro lugar que no era la iglesia, no había felicidad alguna de ver a tu futura esposa bellamente adornada para ti.

    Yo sabía que no la amabas a ella y aunque eso no me regalaba el suficiente consuelo, me daba aquella sensación de piedad hacia ti, llego a tu lado sonriéndote, le devolviste la sonrisa. Me mordí el labio conteniendo todo impulso de hacer algo indebido apretando mis manos. La charla del padre era muy larga, para muchos sumamente tediosa, el amor, la unión, la familia, siguiendo y siguiendo.

    Hasta que dijo –Queridos hermanos hoy estamos reunidos para unir a este hombre y a esta mujer en sagrado matrimonio –Trague saliva, sintiendo una incontrolables ganas desde dentro de llevarte conmigo lejos de aquí, si esto continuaba te perdería para siempre y no quería eso –Si hay alguien que se oponga que hable ahora o calle para siempre –No pude soportarlo más –

    -Te tomé del hombro haciendo que voltearas a mirarme –Perdóname, Kaito. Pero me niego a perderte para siempre –pronuncie –

    -¿Eh? –Fue lo único que salió de tus labios para luego gritar al verte cargado por mí como si fueras un saco de papas, un muy bonito saco de papas –

    -¡Deténgalo el padrino se roba al novio! –Grito Meito, pero yo me había echado ya a correr, ni nuestros amigos, ni tus hermanos impidieron aquello, el que saliera de la iglesia contigo llevándote hasta mi auto –

    -¡¿Qué haces?! –me preguntaste confundido mientras estabas adentro yo sabía que no querías casarte después de todo –

    -Te robo como dijo el hermano de tu prometida –Respondí cerrando la puerta y entrado en el asiento del conductor –

    -¡¿Por qué?! ¡¿Acaso estás loco?! ¡¿Cómo se te ocurre?! Arruinar así el día de mi boda –Me reclamo aunque en realidad sabía que no estaba para nada molesto – ¡Lo planeamos por meses! –Ahora si se reflejaba verdadera molestia –

    -Podemos planear juntos una mejor boda que esta –Respondí –Como la nuestra –Sus mejillas se tornaron rojas, comencé a conducir pues la familia de la novia se acercaba y era mejor alejarme –No podía dejar que te casarás, no quería perderte, me niego a perderte por alguien que no vale la pena, por alguien que no te ama más de lo que yo te amo. ¡Me opongo a ello!

    -Creo que hubiera sido más normal que gritaras ¡Yo me opongo! En vez de secuestrarme –Comenzó a reír por ello –

    -Así no tiene chiste –Comenté para seguir escuchando su risa – ¿Te molesta? –pero negó –

    -No, la verdad estoy muy feliz –Respondió –En el fondo deseaba que tu hicieras algo así, que en algún momento te opusieras o me pidiera que no lo hicieras porque me amabas, no pensé que me secuestrarias pero supongo que es algo muy de ti, no hacer lo que yo espero–Comentó –La cosa es que. . . yo también te amo, Gakupo. –Sus mejillas estaba sonrojadas y una sonrisa sincera estaba colocada en sus labios –

    -Kaito –Pronuncie su nombre mientras con sus manos ocultaba su rostro soltando un quejido lastimero –

    -Estaba muy avergonzado y lo sabía –Dios, me hiciste decir lo que pensaba, aquello que es tan vergonzoso –Detuve el auto asustándote preguntaste; ¿Qué pasaba? Te tomé de mentón para besar tus labios te sorprendiste más no te alejaste de aquel contacto probar tus labios a placer fue un gran deleite poder explorar tu boca uno de mis más grandes placebos –

    -Soltaste un quejido separándonos por la falta de aire –Te amo –susurre tus mejillas tomaron un color más rojo si eso era posible pero sonreíste –Te amo –repetí besando tu frente y mejillas, acariciar tus manos, volver a apoderarme de tus labios –

    No me importaba lo que pasará después de esto, si el mundo se acabara en este instante podría decir que morí siendo el más feliz de la tierra, lo que más me interesaba ahora era que te tenía a mi lado, entre mis brazos, respondiendo a mis besos diciéndome que también me amas. Ante mis ojos era lo que más me importaba y si alguien se atrevía a interrumpir nuestra boda. Tendrá que callarse para siempre.

    Fin…



    Yo aquí continuando reescribiendo mis historias les traigo está, espero la hayan disfrutando y sin más me retiro
    sayonara ;D
    Dejen sus comentarios?
2564 replies since 17/10/2013
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