| Misa: hola, ha pasado tiempo ¿no? En esta ocasión vengo como abogada defensora del señor teme, ya que, en el capi anterior lo juzgaron muuuuuy feo...
Sasu: oye, ¿como eso de señor teme?
Misa: pues, porque eres un teme, ah y mejor déjame hablar a mí que todavía te estoy defendiendo
Sasu: ok, sigue ¬¬
Misa: gracias. Como decía, en este capi vamos a saber la situación completa, y, también, ya que algunos me reclamaban de que no había puesto ItaDei, en este capi nos empezaremos a introducir más en esta pareja n.n y muchas gracias a todos los que comentaron, ando corta de tiempo y no les puedo responder u.u
Disfruten o sufran ^^
Capítulo 20: Hora de aclarar algunas cosas
Fugaku apenas y podía procesar aquella información. Quería arrancarse los pelos en ese momento. ¿Qué tenía otra nieta? Era algo que no podía creer, sobre todo, tomando en cuenta que Sasuke ya le había salido con que tenía dos hijos con Naruto, y ahora otro con un doncel de nombre Gaara. Lo único que quería, era ahorcar a Sasuke por andar dejando hijos bastardos. Pero ahora la pregunta que lo asaltaba era ¿sabía Sasuke acerca de esta otra hija?
—Karura-san
—Dígame
—Mi hijo sabe algo acerca de esto
—Me temo que no, Gaara me dijo que no le había dicho nada
—O sea, se lo mantuvo oculto, pero ¿Por qué?
—No sé. Yo le pregunté lo mismo, pero no me lo ha querido decir —suspira—, supongo que pensó que tal vez lo rechazaría o yo que sé
—Ya veo, pero, ¿su hijo le afirmó que la niña era de mi hijo?
—Sí —respondió insegura, pero se apresuró a añadir— pero para salir de dudas, lo más conveniente, es hacer una prueba de ADN
—Estoy totalmente de acuerdo.
—Por eso he estado pensando, en ir a Japón, podríamos hacer la prueba allá además de que así aprovecho para visitar a mi hija que está en estado y que vive en Konoha
—Está bien. Pero primero, me gustaría hablar con mi hijo, y saber su versión
—Será como usted quiera. Yo quiero saber tanto o más que usted si esto es cierto
—Entonces en eso quedamos
Karura asintió, y Fugaku decidió que, en cuanto acabara lo que tenía que hacer en Inglaterra, tomaría el primer vuelo a Konoha para hablar con Sasuke.
El día jueves en la noche, Fugaku llamó a su esposa, para avisarle que estaría en casa mañana temprano, y le pidió que por favor, Sasuke estuviera ahí.
—¿Por qué Sasuke? —Preguntó Mikoto confundida— él tiene universidad
—Dile que no vaya, es urgente lo que debo hablar con él
—Dios, me estas asustando ¿de qué se trata?
—Mikoto, ya te lo dije, es algo que debo hablar con él primero, luego te lo diremos
—Bueno —respondió, y en cuanto terminó la llamada se dirigió al cuarto de su hijo, y éste le dio el pase.
—¿Pasa algo madre? —se incorporó sobre la orilla de la cama en la que estaba recostado.
—Sí. Tu padre me acaba de llamar, y me dijo que llegará mañana temprano, y que te quería aquí ya que necesitaba hablar contigo de algo
—¿De qué?
—No sé, no me lo quiso decir. Oye Sasuke ¿acaso hiciste algo malo allá, que tu padre se enteró?
—No —respondió, pero de repente se acordó de Gaara, y que su madre le había mencionado que Fugaku había ido al velorio del padre de éste.
—Ok. Yo lo único que espero es que no sea nada grave, el tono tan serio de tu padre augura algo mal
—Madre, papá siempre usa un tono serio para hablar, así que no creo que sea nada grave
—Sí, tienes razón. Buenas noches hijo
—Buenas noches madre
—Ah por cierto ¿Cómo van las cosas con Naruto-kun?
—Le di tiempo
—Oh, bueno. Supongo que debemos esperar. Hasta mañana —se despidió Mikoto, y Sasuke se sintió mal, ya que por su culpa, Mikoto aún no había podido conocer a sus nietos. Se volvió a acostar en su cama, y pensó en que podía ser aquello de lo que su padre quería hablarle con tanta urgencia. Bueno, eso ya lo sabría mañana.
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El viernes llegó, eran las 8:30 y en la pastelería Stray Cats, a esa hora de la mañana, no había mucho movimiento. Deidara estaba recargado sobre el mostrador, mirando a la nada, la verdad, pensaba en lo raro que se le hacía que Itachi no haya ido en todos esos días, puesto que no pasaban ni dos días, cuando el moreno aparecía sonriente como siempre. Deidara negó con la cabeza varias veces ¿Por qué tenía que estar pensando en un tipo que ni siquiera le agradaba? Él no se iba a torturar por eso, es más, mejor para él si no aparecía ni ahora ni nunca.
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En la empresa Uchiha Corporations los empleados estaban recién iniciando su jornada habitual. En la oficina del presidente, se encontraba Itachi sentado en una silla y mirando por el enorme ventanal que ofrecía una grandiosa vista del centro de Konoha. Su oficina se encontraba en el último piso de la empresa, que era el número 12 el cual ocupaban su padre y él.
Itachi en esos momentos pensaba en la mala suerte que tenía, ya que hacía varios días que no veía a Deidara, y eso lo tenía muy triste puesto que como su padre se había tenido que ir, él se había tenido que quedar a cargo de todo y eso prácticamente no le dejaba tiempo para nada más que no fuera el trabajo, por otra parte, estaba de lo que había sabido por labios de su madre, algo acerca de que su padre tenía que hablar con su ototo y eso le preocupaba, no sabía por qué, pero tenía un mal presentimiento.
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Sasuke estaba en su cuarto esperando a que llegara su padre. Durante la noche había estado muy inquieto, ya que al principio pensó, en que no era nada grave, pero luego se había quedado pensando en que podría ser, y gracias a eso, no había podido dormir mucho.
En el primer piso de la mansión Uchiha, la puerta principal se abrió y Mikoto salió con una sonrisa a recibir a su marido quien se veía muy cansado.
—Querido, bienvenido —le saludó Mikoto y le dio un pequeño beso en la boca.
—Por fin en casa. No sabes cuánto ansiaba ya llegar para aclarar todo esto de una buena vez
Mikoto frunció el ceño.
— ¿Te refieres a eso que tienes que hablar con Sasuke?
—Sí
—Es algo grave. Dime por favor
—Puede que sí ¿Dónde está Sasuke?
—En su habitación esperando
—Entonces mándale a decir que lo espero en mi despacho
—Claro —vio como Fugaku se iba directo al despacho—. Sakura querida ¿puedes ir por Sasuke?
—Sí, Mikoto-san —dijo Sakura mientras dejaba una de las maletas de Fugaku en la entrada para después, ir hacia las escaleras. Cuando llegó arriba, se fue directo al cuarto de Sasuke, tocó y abrió cuando le dieron el pase.
—Sasuke-sama —dijo y vio como Sasuke le miró mal—, perdona, el señor Fugaku ya llegó y Mikoto-san me mandó a decirte que él te espera en el despacho
—Vaya, al fin podré saber eso que tiene que decirme
—Bueno, no es por ser metiche, pero por lo poco que escuché, el señor Fugaku le dijo a Mikoto-san que era algo grave, ¿hiciste algo malo allá?
—Pues espero que no —le dijo sarcásticamente y salió de la habitación mientras oía como Sakura le decía: “después me cuentas”. Cuando llegó abajo se fue directo al despacho de su padre en donde lo vio sentado en su silla habitual y al frente de él, estaba su madre—. Ya estoy aquí
—Bien, siéntate —le indicó a una silla al frente de él.
—Entonces yo me voy —dijo Mikoto pero Fugaku la detuvo.
—No Mikoto. Quédate, es mejor que entiendas la situación desde el principio
—Oh, bueno —cerró la puerta del despacho y se fue a sentar en la otra silla que estaba al lado de Sasuke.
—Como ya han de saber, yo fui a Inglaterra para asistir al funeral del señor Sabaku —ambos asintieron—, voy a ir directo al grano, según tengo entendido Sasuke, tú conociste al hijo menor del señor Sabaku ¿no? —Sasuke hizo una mueca al recordarlo y asintió por lo que Fugaku prosiguió— y hasta donde supe, también tuviste una relación con él…
—Un momento padre, yo nunca tuve una relación con Gaara —protestó Sasuke.
— ¿Ah no? Pero a mí la familia Sabaku me dijo que si tuviste una relación con su hijo menor
—Claro que no, no la tuve ¿Qué te hace pensar eso?
—Esto es difícil de decir para mí… —hizo una pausa de unos segundos que tanto a Mikoto como Sasuke les parecieron eternos— resulta que el hijo menor de los Sabaku tiene una hija de 5 años y que al parecer… es tuya
— ¿Qué? —Sasuke no lo podía creer.
—Hijo, ¿es eso posible? —le preguntó Mikoto muy sorprendida.
—Yo… puede ser
—Dijiste que no habías tenido ningún tipo de relación con él, y ahora dices que sí ¡habla con la verdad! —habló algo alterado.
—Fugaku cálmate por favor, deja que Sasuke nos cuente que pasó. Habla hijo —le dijo Mikoto con el tono dulce que solo las madres pueden dar.
—Fue cuando yo llegué al internado, ahí conocí a Gaara, al principio nos llevamos bien ya que notamos que teníamos mucho en común. Un día, él se me declaró y eso me sorprendió mucho pero como yo aún pensaba en Naruto no se me hacía justo darle alguna ilusión ni nada parecido así que lo rechacé, él me dijo que estaba bien, y que agradecía que yo fuera honesto con él, por lo que seguimos teniendo una buena relación de amigos. Una semana después, el internado ofreció una fiesta por el inicio de año al cual todos asistimos, aquella noche debo reconocer que bebí mucho y apenas y recordaba cosas…
—Espera —Mikoto interrumpió— ¿Cómo es que había alcohol en una fiesta de estudiantes?
—La fiesta fue organizada por los propios alumnos y al parecer el internado solo prestó el lugar y no se hizo cargo de nada más
—No lo puedo creer, bueno, sigue
—Como decía, aquella noche se me pasaron los tragos y no supe nada hasta el otro día cuando… desperté y me encontré en la habitación de Gaara con él al lado
—O sea que fue como lo que dicen, un revolcón de una noche debido al alcohol —dijo Mikoto.
—Madre yo ni siquiera supe lo que hice —se defendió Sasuke.
—Entonces eso quiere decir que si hay una posibilidad que esa niña sea tuya
—Sí —respondió Sasuke cabizbajo.
—Pero ¿y qué pasó después? —preguntó Mikoto curiosa.
—Cuando me desperté le pedí a Gaara perdón por lo que había hecho, él me dijo que tampoco se acordaba mucho de lo que había pasado y que no importaba, que la culpa había sido de ambos y desde entonces, no nos volvimos a hablar hasta que un día, Gaara desapareció y no volvió mas
—Ya veo. Lo mejor será aclarar esto lo antes posible —dijo Fugaku.
— ¿Cómo? —preguntó Mikoto.
—La señora Sabaku, su hijo, su nieta y un par de empleados llegaran mañana a Konoha y se quedaran aquí en la casa
— ¿Qué?
—Así es Mikoto, con la señora Sabaku acordamos hacer una prueba de ADN para saber si de verdad la niña es hija de Sasuke
—Me parece lo más justo
—Padre, ¿tu hablaste con Gaara?
—No, él se encontraba atendiendo unos asuntos de su padre en otro país, por lo que no pudo venir al funeral
— ¿Y qué pasará si resulta que es mi hija? —preguntó Sasuke.
—Pues, yo creo que tendrás que hacer lo correcto y reconocerla como tal
— ¿Estas molesto conmigo? —preguntó. Ya había decepcionado una vez a sus padres y no quería hacerlo de nuevo.
Fugaku se levantó de su asiento y se acercó a Sasuke a quien le puso una mano en el hombro.
—No hijo, tú no sabías nada, pero sabes que sí estoy molesto por lo de Naruto-kun, ya que eso si lo sabias. Ahora ve a pensar, yo hablaré con tu madre
Sasuke asintió y salió del despacho. Aun no lo podía creer, como es que Gaara al parecer tenía una hija suya. Dios, si resultaba ser así y Naruto se enteraba no se lo iba a perdonar nunca, y tal vez ahí sí que no le dejaba ver a los gemelos. Estaba en una encrucijada. Como necesitaba hablar con Itachi en ese momento, su hermano era el único que lo apoyaba y lo comprendía siempre.
Cuando llegó a su cuarto, vio a Sakura guardándole una ropa recién lavada en su closet. En cuanto lo vio, acabó rápido su tarea y se apresuró a preguntarle:
—¿Qué pasó?
—Nada bueno
—Eso lo puedo notar por tu cara
—Tal parece, que tengo otra hija, Sakura
—¿Qué? Es broma
—No
—¿No?
—Es una larga historia que ya te contaré, o te enteraras —se encogió de hombros tratando de restarle importancia.
—Entonces no preguntaré más —terminó su labor, y se dirigió hacia la puerta en donde se detuvo para mirar a Sasuke de reojo, y después salir.
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La tarde había llegado, y en la pastelería Stray Cats, todos se disponían a ir a almorzar. Deidara estaba guardando sus cosas para salir, cuando Shion se le acercó.
—Oye Dei
—Hmm
— ¿No se te hace raro que Itachi-san no haya venido en días?
—No
— ¿Y no lo echas de menos?
—No
—¿Ni un poquito? —insistió.
—A ver Shion, ¿A dónde quieres llegar con tanta pregunta?
—Pues es que… como se ve que Itachi-san tiene un interés en ti, pues pensé, en que tal vez, a ti también te guste y lo estés echando de menos
—¿Echando de menos? Por mí mejor si ese sujeto no vuelve mas
Deidara vio como Shion negaba con la cabeza varias veces.
—¿Qué pasó? —preguntó de repente.
—¿Qué pasó de qué?
— ¿Alguna mala experiencia?
—…
—Quiero decir, desde que estás trabajando aquí, que yo nunca te he visto salir con nadie, ni tampoco te he visto que mostraras interés en alguna relación por eso he pensado que tal vez, tuviste una mala experiencia y que por eso te has negado al amor. Disculpa si estoy errada, pero eres mi amigo y me preocupas —lo miró con una sonrisa sincera.
—La verdad, tienes razón. Hace mucho tuve una mala experiencia con mi primer amor
—Oh, ¿fue muy mala?
—Sí
— ¿Por qué no me la cuentas? Digo, a lo mejor yo te pueda ayudar
—Nunca lo he hablado con nadie
—Pues eso está mal —lo regañó cruzándose de brazos—. Necesitas desahogarte Dei
—Tienes razón. Me lo he guardado mucho tiempo ya
—Entonces ¿Qué estamos esperando? Ven, te invito a almorzar al restaurante Fuuton, ¿ahí trabaja tu hermanito, no?
—Sí, pero a esta hora está en la universidad
—Pues mejor, porque creo que te seria incomodo
—Ya vamos
—Ok
Ambos salieron de la pastelería y se dirigieron al restaurante Fuuton, el cual quedaba unas cuadras más allá. Cuando llegaron, Jiraiya fue el primero en darles la bienvenida.
—Oh, Dei, no te veía desde el cumpleaños de los pequeños —le habló el peliblanco.
—Bueno, tampoco es como si pudiera venir siempre —le respondió con obviedad.
—Sí, eso es cierto —se volteó a la chica— ¿Qué tal Shion?
—Muy bien
—Me alegro, pero pasen, allá tengo una buena mesa —le señaló Jiraiya, y Shion se apresuró a ir hacia ella, y Deidara también lo iba a hacer, pero fue detenido por Jiraiya.
— ¿Me quieres decir algo? —le preguntó incrédulo.
—Eh… bueno, veras, se trata sobre Naruto
— ¿Qué pasa con Naru?
—Es que estos días lo he visto… —no podía encontrar la palabra exacta— raro
— ¿Raro?
—Sí, bueno, a lo que me refiero es que Naruto siempre ha sido una persona muy alegre, a pesar de todo lo que ha vivido, es una persona que siempre está con una sonrisa y bromeando con sus compañeros, pero en estos días no lo he visto sonreír mucho y se la ha pasado pensativo, es más, ha cometido muchos errores con los clientes, parece como si tuviera la cabeza en otro lado. Le he preguntado a Hinata y a Kiba pero ellos no me dicen nada, sé que saben algo pero supongo que no me lo dirán, por eso te lo pregunto a ti ya que me preocupa, yo quiero a Naruto como si fuera mi nieto y pues…
—Jiraiya, yo no sabía que Naruto estaba así, en casa sigue siendo casi el mismo y si está de esa manera es porque el domingo pasó algo… algo no muy bueno. Perdona, pero no te puedo decir más, no me corresponde a mí
—Ya veo
—Pero gracias por preocuparte por mi hermano
—De nada. Ahora ve a tu mesa, enseguida envío a alguien a atenderles
Deidara asintió y se fue a la mesa en donde estaba Shion. Enseguida, un mesero llegó y les tendió la carta y ellos pidieron una sopa de pollo. Al rato se las trajeron y se dispusieron a hablar.
—¿Qué quería Jiraiya?
—Nada, solo alardear sobre sus cosas
—Ya veo. Y entonces ¿me lo dirás?
—Pasó hace mucho Shion
—¿Cuánto?
—Cuando tenía 18, fue en mi último año de escuela… —se quedó un rato dubitativo pero después prosiguió— ahí conocí a un chico, se llamaba Sasori y era uno de los más populares de la escuela, desde luego, tenía fama de ser de esos tipos que solo utilizaban a las chicas y a los donceles pero yo no tenía forma de confirmarlo, además, estaba fuera de mi alcance. Un día, se iba realizar la fiesta de aniversario del instituto al que yo iba, y pues, al principio no tenía pensado ir, pero fui y…
—¿Y? —inquirió Shion.
—Ahí empezó todo
Esa noche, varios bailaban en parejas. Yo no tenía una, y hay quienes me decían que era yo quien los ahuyentaba. En fin, yo me dirigí a sentarme en alguna silla vacía a beber algo, estuve así por largo rato, hasta que de repente, Sasori se me acercó.
—¿Te gustaría bailar? —me preguntó de la nada cosa que me sorprendió.
—¿Eh?
—Disculpa, no me he presentado, soy Sasori Akasuna y tú eres Deidara ¿cierto?
—Sí —la verdad, sí que me sorprendió que supiera mi nombre pero de alguna manera, eso me emocionó mucho.
—Y entonces ¿aceptas mi invitación?
—Claro —al final, terminé por aceptar. Aquella noche la pasamos muy bien entre los dos, es más, hasta me fue a dejar a mi casa en su auto y quedamos en salir al otro día.
Así, de a poco nos empezamos a acercar y a conocernos más. Yo estaba fascinado con él, y esa fascinación pronto se convirtió en amor, por eso, cuando él me pidió que fuera su novio, acepté sin dudar. Llevábamos alrededor de dos meses, y yo ya me sentía preparado para llegar más allá. Estaba decidido pero… cierto día que yo iba por un pasillo escuché la voz de Sasori desde la ventana ya que se encontraba afuera, quise acercarme pero noté que no estaba solo, sino con sus amigos Kakuzu y Hidan así que me quedé escondido a esperar a que acabaran, y así poder sorprender a Sasori, pero lo que escuché, me dejó impactado.
—¿Entonces ya cayó? —escuché que habló Hidan.
—Casi, pero te aseguro que lo tengo comiendo de mi mano. Hoy le propondré que vayamos a un lugar “a solas” y pues… ya saben, así que Kakuzu, esos $40.000 son míos
—¿Pero estas seguro que Deidara no sospecha nada?
—Para nada. Deidara es tan iluso, solo me bastaron unas tontas palabras bonitas para que caiga rendido como un idiota jajaja si supiera que tan solo lo seduje por una apuesta, no tendría la cara de estúpido que se carga jajajaja
En aquel momento comencé a llorar, pero me di cuenta de que no iba a dejar que ese maldito se burlara así, como si nada, por lo que decidí encararlo. Me acerqué a la ventana abierta y le dije:
—Pues entonces eso llegó a su fin —le grité y vi que él y sus amigos dejaron de reírse para mirarme con horror. Yo proseguí—. Una persona tan despreciable como tú, no merece la pena así que te voy a dejar bien en claro algo; a mí, no te me vuelves a acercar porque si lo haces, juro que te desfiguraré la cara a ti y a tus amigos —y con esas palabras hui, por suerte, ese maldito y sus amigos se mantuvieron fuera de mi alcance en lo que restaba del curso, pero eso me afectó mucho, e hizo más grande la cicatriz que ya había en mi corazón.
—Entiendo pero ¿a qué te refieres con que se hizo más grande una cicatriz ya existente?
—Por mi padre
—Oh
—Mi padre, el hombre más importante en mi vida también me hizo mucho daño al largarse —bajó la vista con una mirada triste que Shion igual pudo notar a lo que decidió que mejor trataría de darle ánimos.
—Animo Dei, a pesar de todas esa cosas malas que te han pasado, piensa en lo afortunado que eres al tener una madre, un hermanito, dos adorables sobrinitos y amigos que están ahí para acompañarte y apoyarte siempre que tú lo requieras —le tomó una mano con la suya en señal y en muestra de que ella estaba ahí para él.
—Gracias Shion —le sonrió.
—Lo ves, te ves mejor cuando sonríes, y ahora mejor, comamos que se nos va a enfriar la comida
—Tienes razón
Deidara prosiguió a comer sintiéndose un poco mejor, después de todo, había podido liberar aquello que había guardado por tanto tiempo y ahora sentía que podía dar vuelta la página y seguir adelante como Shion le había dicho, y disfrutando de las cosas positivas de la vida… si tan solo supiera lo que estaría por venir.
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En el aeropuerto internacional de Konoha del avión que venía directamente desde Inglaterra se bajaron 5 personas. Dos cargaban el equipaje, mientras los otros tres caminaban por delante, éstos eran Karura, la pequeña Yume y el padre de ésta, un pelirrojo de ojos aguamarina, Gaara. Detrás de ellos, venía una mujer de cabello negro corto con unas gafas de sol que cubrían sus ojos y al lado de ella un hombre rubio de cabello alborotado que también llevaba unas gafas oscuras cubriendo sus ojos. Los cinco llegaron hasta la parada de taxis en donde Fugaku ya les esperaba con una limusina para llevarlos a la mansión Uchiha.
Continuará…
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Misa: Sasori hdp, quiero matarlo
Sasu: esa boca
Misa: disculpa, pero es que cuando me enojo se me sale mi peor lado jejeje
Naru: que va, no salí en este capi-dattebayo -apenado-
Misa: oh, perdón Naru-chan, pero es que, como decirlo para que no suene feo, no eras necesario
Naru: no soy necesario -más apenado-
Misa: no es eso lo que quise decir...
Sasu: ya, cierra la boca -abrazando a Naru para consolarlo- no le hagas caso dobe, tú eres muy importante en esa historia
Naru: ¿de verdad?
Sasu: sí
Naru: -lo abraza-
Misa: kyaaa pero que romántico, ah, por cierto, me pueden ubicar aquí
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Los tres: Matta ne, esperamos sus reviews n.n
Edited by Misaki Heartfilia - 7/6/2014, 19:13 |
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a mi tambien me dio penita
