Memory in jutsu

Crossover - Draco Malfoy/Sasuke Uchiha... y mas.

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  1. majo-san
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    Memory in Jutsu



    Resumen: Un hechizo mal lanzado y la pérdida de su memoria como consecuencia. Draco ya no sabe ni como se llama y su hijo está dispuesto a ayudarlo, pero un secreto bien guardado lo llevara a embarcarse en un viaje para encontrar al padre de Scorp, del que no sabe nada, solo que es un ninja.

    Crossover entre Harry Potter y Naruto



    Personajes: Sasuke Uchiha/ Draco Malfoy – Harry Potter/ Gaara Sabaku no – Scorpius Malfoy/Albus Potter - Teddy Lupin/Naruto Namikaze/James Potter - Kiku Uchiha/Lily Potter

    Advertencia: AU / Mpreg / Lemon /

    Género: Romance / Humor

    Clasificación: NC-17

    Disclaimers: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son de J. K. Rowling y los de Naruto a Kishimoto-sama.


    I Capítulo.- ¿Qué cosa?

    —Esto tiene que ser un error.

    Una sonrisa tranquilizadora se enmarcaba en el viejo rostro del director de Hogwarts. Dentro de su cuadro el cual había sido llevado a la mansión Malfoy a solicitud del último heredero de la familia.

    —Scorpius —su pareja lo sujetó del brazo, en una clara señal de apoyo —escuchemos lo que tiene que decir el director.

    — ¿Y pretendes que le crea, Al? –La voz del rubio se notaba molesta y lo notó su pareja.

    — ¿Tienes otra opción? Porque si es así, me encantaría escucharla —Le recalcó Albus.

    —Jóvenes —llamó el ignorado cuadro del director, que divertido miraba la interacción de los adolescentes —lo que trató de explicarles es que deberían buscar ayuda con alguien a quien su padre deseara recordar.

    —El director tiene razón, Scorp —lo hizo mirarlo a los ojos para que no se perdiera ninguna de sus expresiones —si somos francos, tu padre te dijo exactamente que no quería verte por el momento.

    —Y cito textual –dijo el viejo hombre —“No quiero oírte, ni verte, ni hablarte, por lo menos por un buen tiempo”.

    —Sabes que no le cayó muy bien el que le dijeras que me dejaste embarazado y nos casaríamos —dijo Albus.

    —Exacto, pero luego fue tu padre a hablar con él y terminaron lanzándose cuanto hechizo recordaran.

    —Sé que mi padre tuvo parte de culpa, pero el hechizo desencadeno una onda que él no pudo retener y le dio a Draco.

    Recordaron que desde ese día, el rubio no había vuelto a recordar nada, con suerte y supo que su nombre era Draco Malfoy, pero eso fue porque los medí magos se lo dijeron.

    —Por eso les propuse que estimuláramos sus recuerdos con cosas que hayan sido importantes en su vida.

    —Eso lo entiendo director —dijo Scorpius con cansancio —pero nos dijo claramente que deberíamos llevarlo con mi otro padre —su rostro cambio de uno resignado a uno completamente molesto —se supone que ese hombre está muerto.

    —Como usted mismo dijo, joven Malfoy. Se supone que ese hombre está muerto y en cierto modo es así.

    —Ahora sí que no entiendo nada.

    —Yo se los explicare, Director —dijo un hombre de tez morena desde la chimenea —si es que no les molesta.

    —Claro que no. Es mejor que lo hagas, hay cosas que mi vieja mente no recuerda y no quiero confundir más a los jóvenes.

    —Ahora, lo de tus padres, es un poco complicado —empezó a relatar.

    —Los dejo —dijo el retrato del director al tiempo en que se ponía de pie en su asiento pintado haciendo una inclinación de cabeza —nos vemos jóvenes, Harry —salió de la vista de los tres, que en un momento habían dejado de hablar para poner atención a lo que decía el director.

    —Bien, papá —dijo Albus —es hora de que nos digas lo que sabes de los padres de Scorp.

    —Aunque no entiendo para que —dijo el rubio, obviamente molesto por la situación —si ese tipo está vivo y nunca vino por nosotros, no entiendo en que nos ayudaría ahora.

    —Calma, Scorpius —le dijo asiéndolo sentarse de nuevo —tu padre no está aquí y seguramente no ha venido, porque simplemente no sabe de tu existencia.

    —Eso es ridículo.

    —No lo sabe —le dijo con un tono más fuerte, para ganar nuevamente la atención del muchacho —él no sabe que tú existes, por que Draco lo prefirió así.

    —Lo que está diciendo…

    —Si. Draco Malfoy nunca le dijo a tu padre que tú venias en camino.

    Scorpius se quedó de una pieza. De un momento a otro venían y le decían que su padre, el hombre que siempre odio por haber abandonado a su papá, nunca supo que había nacido.
    Albus miró a su padre, buscando en sus ojos algo que le dijera que estaba diciendo todo eso para defender al padre de su novio, pero la resolución en la mirada del mayor le dejó claro que no era así.

    —Se que es difícil para ti. Debes entender que para Draco tampoco fue fácil.

    — ¿No le fue fácil? —Le dijo furioso — ¡¿Cómo que no le fue fácil?!

    —Scorpius, cálmate

    — ¡¿Y que se supone que haga?! —Dijo apretando los puños —siempre odie a ese hombre y ahora resulta que mi papá es quien no le permitió conocerme.

    —Tampoco es como si hubiera tenido la opción de hacerlo —eso logró llamar la atención de los jóvenes —todo pasó en nuestro último año escolar —se puso de pie y empezó a relatarle cómo fue que todo pasó —estábamos en clases de pociones y Neville -como siempre- arruinó una de las pociones que teníamos que estregar y abrió una zona en el tiempo y espacio el cual absorbió a Ron y Draco —se acercó al bar y se sirvió un vaso de Fire Whisky —pasó cerca de dos meses en lo que no supimos nada ellos y de un día al otro, aparecieron en medio de otra clase de pociones.

    — ¿Volvieron sólo ellos? —Preguntó Albus y vio como su padre asintió.

    —Si, y creímos que se habían vuelto locos. Hablaban de cosas que no lograríamos entender nunca. Ninjas, armamento militar, guerras, chacra.

    — ¿Qué es eso?

    —No lo se, de hecho creímos de verdad que habían enloquecido, pero los examinaron en San Mungo y se dieron cuenta que realmente ellos habían viajado a otra dimensión y así se enteraron de que Draco venía con una carguita extra.

    —Una muy hermosa carga —Albus besó en la mejilla a su pareja que le sonrió por el comentario.

    —Ron me contó -a modo de confidencia- que tu papá había conocido un hombre en ese lugar, con el que mantuvo una relación clandestina. Ni siquiera supo el nombre del tipo con que Draco se desaparecía.

    Scorpius trató de imaginarse a su serio padre encontrándose a escondidas con un hombre al cual conoció en un viaje que no tuvo planeado.

    —Si ese hombre aun está vivo, es algo de lo que nadie podría estar seguro.

    —Entonces primero debo saber cómo volver a abrir ese portal, en el lugar indicado

    —Exacto —les dijo Harry y luego se puso de pie caminando a la chimenea —yo iré por Ron. Él les puede aportar más datos que los lleven a encontrar en lugar indicado.
    Los chicos se quedaron en silencio y solos. Albus fue el que decidió cambiar eso.

    —Amor —se puso de pie y se fue a sentar en el regazo de su pareja —sé que es muy difícil de asimilar, pero ahora es necesario ayudar a tu papá. Ya luego podrás pedirle las explicaciones del porque nunca te dijo sobre tu padre. En otra dimensión, pero vivo.

    —Lo sé, pero me duele que nunca me lo haya dicho, que nunca me hubiera dicho que él estaba vivo.

    —Aunque aún no sabemos si sigue vivo o no.

    Scorpius suspiró con cansancio y rogó por que todo fuera un mal sueño.

    — ¿Aun siguen aquí?

    La voz provino desde la puerta y logró que ambos jóvenes se centraran en esa persona. Abrigado con un abrigo de lana gruesa, que nunca en su vida se habría puesto, a no ser que fuese maldecido para hacerlo, pero esta vez no lo hacía muy a conciencia, ya que ni siquiera sabía cómo se vestía antiguamente.

    A Scorpius se le hacía que a su papá quería seguir con el estilo que tenía su abuelo, ya que su cabello platinado llegaba casi a sus caderas, pero ahora se encontraba libre de gomina y caía libre y hermoso. Como si se tratara de fina ceda. Su estatura no superaba la de su hijo, pero lucía muy bien.

    —Lamento si te importunamos, pero debemos saber cómo traer tus memorias de vuelta.

    —Papá…

    —Por favor. No estoy en condiciones de aceptar a que me llames así. Ni siquiera recuerdo tu rostro, como para tolerar que me llames padre —le dijo en un tono dolido —lamento si te duele, pero…

    —No te preocupes —Scorpius podía entender que fuera difícil, tomando en cuenta todo lo que había pasado —lo mejor es que descanses un rato. Lo más probable es que debamos realizar un viaje y necesitaras estas lo más relajado posible.

    —Bien —los miró nuevamente y vio que Albus se encontraba un poco pálido —quizás él también deba descansar. Un bebé quita mucha magia.

    Salió del lugar dejando a los dos confundidos.

    —Recordó cuales eran los síntomas de un embarazo, pero no que yo soy su hijo.

    —Ay, amor —le dijo el morenito sonriendo y besándolo en los labios —ya encontraremos una solución.

    —Eso espero —lo abrazó y luego se puso de pie —vamos a mi habitación para que puedas descansar un rato. Realmente no te vez bien.

    —Tomaré eso como un cumplido.


    II Capítulo.- Viajemos por su bien.

    Draco daba vueltas por su habitación sin entender aun muy bien que era todo lo que hacían en la sala de su mansión. Le habían pedido que se encerrara en su habitación, para que no interviniera en las investigaciones que se estaban realizando para que hicieran el viaje a quien sabe dónde.

    Sintió como golpeaban en la puerta y dio el pase para que entraran.

    —Señor Malfoy —saludó con educación.

    — ¿Qué es lo que sucede, Albus?

    —Venía a ver si es que necesitaba algo.

    Draco suspiró con cansancio. Esto se venía repitiendo desde hace por lo menos una semana. Tiempo que llevaban todos en su casa.

    Habían llegado unos tal Weasley. Un hombre de cabello rojo y ojos azules, que no recordaba para nada. Según le había dicho Albus, él era Ron, había hecho el primer viaje con él.

    Les contó que cuando viajaron, habían llegado a una tierra de ninjas, que estuvieron un tiempo en los bosques sin saber dónde ir, pero luego Draco había conocido a un tipo con el cual se desaparecía por largas horas. Claro, Ron no sabía quién era el susodicho, y le contó que había quedado de acuerdo en encontrarse el día que fueron devueltos a su realidad.
    Draco sintió una angustia parecida a la que tuvo cuando despertó sin recuerdos.

    Había venido también una mujer pelirroja, que era madre de Albus y que no le miraba de la mejor manera. Luego supo que ellos nunca se llevaron bien y que ya habían tenido un encuentro bastante desagradable cuando los hijos de ambos les contaron de su relación.

    Supo que estaba separada de Harry Potter, desde hace más de diez años, pero había llegado a la mansión porque era buena en hechizos y podría ser de ayuda a la hora de encontrar el hechizo que había realizado en el primer viaje. Pues la otra que podría ayudar, era Hermione Weasley, una gran hechicera, esposa de Ron, pero estaba delicada por el avanzado estado de su último embarazo y no era recomendable que estuviera cerca de pociones y hechizos de prueba.

    —No necesito nada, Albus —le dijo mirando por la ventana —sólo quiero que todo se arregle, quiero recuperar mis recuerdos.

    —Lo hará, señor Malfoy —le dijo poniendo una mano sobre su hombro —todos están trabajando muy duro para que puedan encontrar lo que se necesita para el viaje.

    — ¿Y qué va a pasar si no lo logran? No creo que sea capaz de rendir en los que decían eran mis negocios, no recuerdo como se hacen ni que decisiones debo tomar.

    —No tendrás que hacerlo —la voz de Scorpius llegó desde la entrada de la habitación y venía con una gran sonrisa —lo logramos, al parecer.

    — ¡Eso es genial! —Albus saltó al cuello de su pareja para abrasarlo, haciendo que el rubio le abrazara por la cintura.

    — ¿Por qué dices “al parecer”?

    —Tendremos que hacer un viaje de prueba para saber si es que se llega al lugar donde tú y el señor Weasley estuvieron en su época de estudiantes.

    —De todas formas —dijo volteándose para ver al patio —nadie asegura que mis recuerdos vuelvan si es que vuelvo a ver a ese hombre, o que de hecho siga con vida.

    — ¡Ya basta! —Scorpius se acercó a su padre en don zancadas y lo volteo poniendo sus manos en sus hombros — ¡Todos están sacrificando su tiempo y sus fuerzas en ayudarte y tú no haces más que ser negativo!

    — ¡No te permito que me hables de esa manera! —Le dijo soltándose —no le pedí a nadie que lo hiciera, que me ayudaran en una empresa que se ve cada vez más complicada.

    —Estas siendo tan necio.

    —Scorp, por favor —le dijo Albus poniendo una mano en su brazo —tu papá también está haciendo un esfuerzo. Yo me sentiría igual de frustrado de poder recordarte.

    El silencio en la habitación se hacía pesado y Scorpius terminó por salir de la habitación para no tener un nuevo enfrentamiento con su papá.

    Albus se dividía entre ir por su prometido o tratar de calmar a su suegro.

    —Ve con él —le dijo Draco —no es bueno que este tan alterado.

    —Se nota que no lo recuerda para nada —le dijo acercándose y poniendo una mano sobre su hombro —Scorpius se negaría a estar en presencia de alguien en este momento. Seguramente se fue a dar una vuelta en escoba para despejarse.

    —Lo conoces bien.

    —Es mi pareja, el padre de mi hijo y fue mi compañero de escuela por años. Lo conozco lo suficiente para saber que en este momento es mejor dejarlo solo.

    — ¿Por qué no quería que ustedes dos estuvieran juntos?

    —Por que soy un Potter —dijo sonriéndole dulcemente —usted y mi padre se llevaron tremendamente mal en el colegio y eso no paró hasta que acabara la guerra.

    — ¿Yo era uno de los malos, Verdad?

    —Nunca fue malo. Simplemente amaba demasiado a sus padres e hiso hasta lo imposible por ayudarles.

    —Pero murieron al final.

    —Si, pero es por que ya no podían mas con sus propias cargas.

    Ambos se dirigieron a la cama y se sentaron en la orilla.

    >>Según lo que me contó mi padre, Lucius, su padre, fue llevado a Azkaban por sus crímenes y terminó muriendo tras las rejas, pero Scorpius me dijo que nunca le vio más tranquilo que en ese lugar. Al parecer, pagar sus culpas en esa celda, terminó con reconciliarlo con Dios.

    —El Dios de lo muggle.

    —El que rige todo. Si bien nosotros tendemos a idolatrar a los grandes magos que estuvieron antes que nosotros, también existe un ser que nos creo a todos, seamos magos, criaturas o muggle. Fue el mismo Dios que llamó a su madre hace años, para que hiciera compañía a su esposo.

    —Pero me dejaron solo.

    —No. Scorpius siempre estará con usted.

    Draco, en un acto que nunca haría en su conciencia, atrajo a Albus en un abrazo.

    —Nunca dejes a ese chico, aunque no lo recuerde, ya se que es mi hijo. No existe nadie mejor para él que tú.

    Desde la puerta, Harry se dio cuenta de que en el fondo, todo el trabajo que habían hecho, él y sus amigos, no era en vano. Devolverle los recuerdos a Malfoy, ahora más importante que nunca. Era el suegro de su hijo y el otro abuelo de su nieto. Merecía ese sacrificio.
    Carraspeó para llamar la atención de los que aun seguían con su abrazo.

    —Creo que es hora —les dijo seriamente —haré el viaje contigo.

    —No es necesario —dijo Draco poniéndose de pie y lleno por una maleta que redujo Albus para que la pudiera transportar en su bolsillo.

    —Ron no irá, tiene que quedarse con Hermione en caso de que el parto se adelante o que necesite de algo, además de haberme mostrado sus recuerdos del lugar donde estaban. Soy capaz de reconocer ese lugar.

    —Pero dejaras a tu familia.

    —No será por mucho tiempo, además, Scorpius se quedará con Al en caso de que algo pase con su embarazo.

    —Padre, aun faltan bastantes meses para que nazca mi hijo.

    —Eso no entra en la discusión hijo. Además, creamos un traslador para volver si es que no es el lugar al que llegaron.

    Draco asintió, al parecer no sacaba nada con tratar de deshacerse del moreno.

    Llegaron al salón donde se encontraban los Weasley.

    —Iré por Scorpius, para que se despida de su padre.

    Albus salió de la habitación y dejó a los adultos dentro.

    —Mira, Malfoy —le dijo Harry, mostrándole un libro —este libro esta hechizado como un traslador, pero además lo bañamos con la poción que al parecer alteró su primer viaje.

    Draco asintió. Esperaron por un buen rato hasta que por la puerta apareció Albus y Scorpius. El rubio se notaba molesto, y Albus, bien, él no podía mostrarse más vulnerable en ese momento.

    —Iré con ustedes —dijo el rubio.

    —No puedes —le respondieron Harry y Draco al mismo tiempo.

    —No estoy preguntándoles a ninguno de los dos. Es mi decisión y lo haré.

    — ¿Y mi hijo? —Preguntó Harry, al ver como Albus había desviado el rostro.

    —Ya lo hablé con Al, él sabe que yo también necesito ir con mi papá.

    Los dos adultos no pudieron hacer nada ante las palabras del chico. Ya era lo suficientemente mayor como para decidir.

    Harry les acercó el libro, al tiempo que un elfo aparecía con la maleta de Scorpius y este la reducía para guardarla en su bolcillo.

    Draco vio como su yerno parecía querer llorar en ese momento. Seguramente la separación de su hijo le afectaba mucho.

    — ¿Están listos? El trasladar se activará en cinco, cuatro, tres, dos…

    Una fuerte luz se extendió por toda la sala, segando a los que quedaban en ella. Cuando esta se disipó pudieron ver que en el centro ya no quedaba nadie.
    Ginny suspiró, esperando que hubiera resultado.

    — ¿Y Al?

    La voz de Ron la trajo de vuelta y miró en dirección a donde debería de estar su hijo. No estaba.


    III Capítulo.- ¿Qué haces aquí?

    — ¡Demonios! —Harry sintió el golpe en su espalda, muy fuerte — ¿Es que nunca podre hacer un viaje como la gente? —Estaba en medio de sus cavilaciones cuando escucho el grito.

    — ¡¿Qué demonios es lo que hiciste?!

    La voz alterada de Scorpius llamó la atención de Harry y de Draco, que aun se recuperaba del golpe.

    Vieron casi con horror como el rubio sostenía a un inconsciente Albus en brazos. Se acercaron rápidamente al chico.

    — ¡No se supone que estuviera aquí! —Gritó Harry al ver a su hijo.

    —Eso es lo que se supone, pero al parecer le encanta romper las reglas —dijo Scorpius, mandándole una mala mirada a su suegro, que prácticamente le había quitado a su prometido de los brazos —no recibió ningún golpe —le dijo al ver cómo le recorría por todos lados, para ver si tenía alguna herida.

    — ¿Por qué se desmayó entonces? —Preguntó Draco.

    —Por que esta embarazado, papá. Lógicamente no es bueno que realice viajes por Traslador, por que le quita demasiadas energías.

    —Disculpa si no encuentro la lógica en lo que no recuerdo.

    El chico se mordió la lengua al ver lo estúpido que había sido al responderle así a su papá. Miró alrededor, se encontraban en lo que parecía ser un oasis. Había una pequeña laguna en medio, cerca de donde se encontraban, y una buena cantidad de arboles que les protegían del sol. A lo legos, luego de una vasta zona desértica, se veía lo que parecía ser un gran muro de piedras, demasiado liso para ser una formación rocosa natural, se notaba que había sido trabajada por manos humanas.

    —Llevemos a Al cerca del lago, para poder refrescarlo.

    Scorpius vio como su suegro tomaba a su prometido para caminar con él en dirección al lago, mientras su papá le seguía. Recordó la discusión que sostuvieron antes del viaje.

    Estaba molesto por la actitud de su padre. Había podido ver el sacrificio y cansancio en los Weasley y sus suegros. Por lo que le parecía demasiado que su padre se pusiera en ese plano de NO a sus esfuerzos.

    Se había ido a liberar un rato, volar era algo que le liberaba, que le relajaba y aliviaba su mente.

    Vio como en la entrada de la mansión se encontraba Albus y bajó un poco arrepentido de haberle dejado hace unos momentos.

    —Lo siento, amor —le dijo bajando de la escoba y besándolo en la boca, siendo correspondido enseguida por su pareja —no debí haberte dejado con mi papá.

    —Al contrario, Scorp. —lo tomó de la mano para que entraran a la casa y dirigirse a la recamara de Scorpius para que se cambiara de ropa —tu papá se portó muy bien conmigo. Incluso, me abrazó.

    — ¡¿Perdón?! —Le dijo impresionado.

    —Así es —le sonrió y lo hizo seguir caminando ya que se había quedado pegado en el piso —de hecho, me dijo que no había nadie mejor que yo para su hijo.

    —Tienes que estar bromeando.

    —No —entraron en la habitación y Scorpius se quitó la camisa azul que traía puesta para poder refrescarse y cambiarse, sin ser consciente de lo que perturbaba a su pareja sus actos.

    — ¿Albus? —Le llamó divertido, al ver que se había perdido en su cuerpo. Se acercó y le abrazó para besarlo. —Sigue con lo que me decías.

    — ¿Qué te decía?

    —Te amo —le dijo sonriendo y abrazándolo —me contabas lo que pasó cuando te deje con mi papá.

    —Oh, si, es verdad. Es que tú tienes la culpa de dejarme así.

    —Agradece que en este minuto no tengo tiempo, que sino…

    —Tonto —le besó de manera apresurada y le dejó ir para que se vistiera —me dijo que nunca te dejara solo. —Vio como llegaba nuevamente a su lado, con una camisa roja, una que en lo personal, le encantaba como le quedaba a su novio —Tu papá te quiere, aun sin recordarte.

    —Lo se. Es por eso mismo que me da tanta rabia el que se deje vencer tan rápido. Draco Malfoy nunca ha sido así.

    —Es sólo por su falta de recuerdos. Estoy seguro que volverá a ser el bastardo que no nos quiere cerca.

    —No creo —le dijo divertido —ahora quiere a su yerno.

    Albus sólo negó con la cabeza, y luego vio como el seño de su pareja se arrugaba.

    — ¿Qué pasa?

    —Voy a ir con mi papá.

    Albus le miró, tratando de entender que parte de esa frase no entendió, o que se negó a entender. Hasta que sintió el abrazo de su pareja y lo comprendió.

    — ¡¿Qué?!

    —Cálmate, amor.

    — ¡No me pidas que me calme cuando me dices que te irás con tu padre por quizás cuanto tiempo!

    —Es importante que valla con él.

    — ¡Me dejaras solo!

    —Oh, Merlín —abrazó a su llorosa pareja, que se negaba a mirarle a la cara —no te quedaras solo, tu padre y madre, además de tus hermanos y tíos, estarán al pendiente de todo lo que te pase.

    —Mi padre ira con él. Por favor, no me dejes.

    —Bien, eso no lo sabía, pero mi padre me necesita en estos momentos. Además, puede que llegue a conocer a mi padre.

    Albus dejó que su amante le abrazara, para poder calmar su corazón, que saltaba sin parar.

    —Entonces iré contigo.

    — ¿Disculpa? —Le dijo alejándolo de su cuerpo para poder mirarlo a la cara — ¿Te das cuenta de la estupidez que acabas de decir?

    —Perdón por ser un estúpido al querer permanecer al lado de mi pareja y padre de mi hijo.

    — ¡Es ridículo que siquiera lo pienses! —Lo sostuvo del brazo y lo miró a los ojos —no permitiré que te pongas en peligro y que pongas en peligro a nuestro hijo.

    — ¡No quiero que nos dejes!

    — ¡No los dejaré, Albus! —lo atrajo nuevamente, sintiendo como se removía entre sus brazos —entiende que es importante que valla y no podré permanecer tranquilo si te encuentras en peligro.

    —No estaré en peligro…

    —No lo sabemos, Al. —suspiró y se sentó en la cama, a donde arrastró a su pareja para que se quedara con él. —No tenemos ni idea del lugar al que vamos, por lo que no puedo asegurar tu seguridad. Tendré que estar al pendiente de mi papá.

    Albus se limitó a bajar la cabeza, por lo que Scorpius lo besó en la frente y lo tomó de la mano. Luego de darle instrucciones al elfo de que preparara su bolso, salieron en dirección al salón donde estaban los demás.


    Ahora se encontraban ahí, por la necedad de su amante, en quizás qué lugar donde su pareja podría tener problemas con su embarazo y él no podría brindarle los cuidados necesarios para ayudarle.

    —Tenemos compañía.

    La voz de Harry le alertó y se acercó rápidamente donde se encontraba su padre, y los Potter.

    A unos kilómetros venían un grupo de personas, que se acercaban rápidamente a ellos.

    —Esos son…

    —Ninjas —dijo Draco, interrumpiendo a su hijo —son ninjas.

    — ¿Qué idioma hablan, Malfoy? —Le preguntó Harry —seguramente no entenderán que digamos y pensaran en que somos enemigos.

    — ¿Cómo quieres que lo sepa? Recuerda que no tengo mis memorias. No puedo saber qué idioma hablan.

    —Pero supiste que son ninjas —le dijo Scorpius.

    —Por que investigue mientras trabajan en el hechizo. No iba a viajar sin saber a qué atenernos.

    —Entonces estate atento para lanzar el hechizo sobre tu papá, Scorpius, yo lo lanzaré sobre mi hijo —el rubio asintió y se colocó al lado de su padre.

    Los tipos llegaron rápidamente a donde se encontraban y les rodearon al instante.

    —“Identifíquense, forasteros”

    Harry vio a Scorpius y asintió. Era japonés, y estaba seguro del hechizo que tenían para entender sus palabras y que ellos les entendieran a ellos.

    Ambos susurraron un “Falscher Polyglotter” *

    —No somos enemigos, si es que lo imaginan. Sólo viajeros que tienen un problema en uno de sus compañeros.

    El hombre que estaba más adelante les hizo bajar las armas a sus compañeros y se acercó a ellos.

    —No parecen ser de estas tierras.

    —No lo somos —dijo Scorpius, que notaba la mirada de todos sobre ellos —venimos de tierras muy lejanas, pero mi pareja se sintió mal y desfalleció por el cansancio —dijo apuntando a Albus, que seguía en brazos de su padre —estamos en este oasis, esperando que reaccione lo antes posible.

    — Identifíquense.

    —Mi nombre es Scorpius, él es mi padre, Draco. Como le dije antes, mi pareja es Albus y el hombre que le carga es su padre, Harry.

    — ¿Tiene alguna complicación de salud? —Preguntó el mismo hombre, refiriéndose a Albus.

    —No, sólo agotamiento y quizás deshidratación —dijo Draco, incomodo por las miradas de todos los hombres. No le gustaban las miradas lascivas sobre su cuerpo —necesitamos que descanse y se reponga.

    —Podrán hacerlo en nuestra aldea —dijo apuntando a sus espaldas —allí podrían recibir ayuda médica.

    —Se los agradeceríamos mucho —dijo Harry, sosteniendo mejor a Albus, que parecía no querer despertar.

    —Entonces síganos, forasteros. Las puertas de Sunagakure no Sato están abiertas para el que lo necesita.

    Sin decir nada más, el grupo de ninjas y los magos se dirigieron en dirección a la aldea de la arena.


    IV Capítulo.- Sunagakure no Sato.

    —Esto es… impresionante —dijo Scorpius viendo la aldea a la que habían sido llevados. Todo parecía ser de roca.

    —Los muros de la aldea son esenciales para defendernos de los enemigos —les contó uno de los ninjas, pero cayó al ver la cara que le puso su líder. No podía estar hablando con desconocidos sobre las barreras de la aldea.

    —Necesitamos un medico —dijo Harry, sintiendo como Albus se removía, pero no despertaba.

    —Primero tienen que entrevistarse con nuestro líder, no pueden venir y simplemente instalarse en nuestra aldea.

    —Entonces llévennos con su líder, por favor —pidió Draco. Arto de que les dieran tantas vueltas. Además de que el lugar no le sonaba para nada. No recordaba la tal Sunagakure no Sato.

    El que parecía ser el líder de los ninjas que los encontraron, los llevó por las calles de la aldea, pero podían notar como varias personas más les seguían desde la distancia.

    —Parecen muy desconfiados —les dijo Scorpius, pero en su idioma natal.

    —Son guerreros, ellos están preparados para desconfiar.

    —Veo que hablan otro idioma —dijo el ninja de repente —estoy empezando a pensar que quizás no fue una buena idea dejarlos entrar a nuestra aldea.

    —No somos peligrosos, se los dije cuando nos encontraron —dijo Scorpius, sosteniendo a Draco del brazo para que no se lanzara contra el altanero que no les quitaba la mirada de encima. —Lo único que me interesa ahora es que atiendan a mi prometido. Se encuentra enfermo y no me gusta eso.

    —Algo me dice que ustedes saben más del estado del joven, y que no es una simple deshidratación.

    —Puede ser, pero sólo lo diremos a su líder.

    El ninja les miró con enojo, se podía notar en sus facciones que no estaba para nada feliz con lo que acababa de confirmar.

    Sin decir nada, los cinco siguieron con su camino, claro, sin contar con los demás ninjas que les seguían desde cerca.

    Llegaron a un edifico, claramente más imponente que los demás, pero no por su tamaño, sino por las vibras que podían sentirse desde afuera.

    Entraron al lugar y notaron las escaleras.

    Harry sentía que se agotaba cada vez más, por que casi no movía a Al, pero eso a la larga le cansó, por lo que no puso peros cuando Scorpius le pidió sostenerlo por un tiempo.

    —Aquí se encuentras nuestro Kazekage, Gaara-sama —les informó el tipo —deberán dejar que hable con él primero. Su seguridad es nuestra prioridad.

    —Haz lo que tengas que hacer, hombre, pero hazlo rápido por que necesitamos la ayuda para el chico —le rebatió Draco.

    El tipo se metió en la habitación que estaba frente a ellos, y no se demoró nada en salir del lugar, y luego de dar un cabeceo les indicó que entraran.

    Harry fue delante de los demás, y fue el primero que vio al hombre parado frente a ellos. Un hombre de apariencia fuerte, de aproximadamente cuarenta años, quizás menos. Serio, o eso le pareció al ver su rostro libre de expresión, además del hecho de que no tenía cejas. El cabello de un rojo mucho más intenso que el de los Weasley y una energía que emitía desde su interior. Algo que no les gustó a ninguno de los tres.

    —Veo que los informes de mis hombres eran ciertos —dijo con una voz tan profunda que ni siquiera el mismísimo Severus Snape podría igualar —no son de aquí.

    —No lo somos, pero necesitamos ayuda para que atiendan a mi hijo —dijo apuntando a Al, que seguía inconsciente.

    —La energía que emiten es muy diferente a la que hay por aquí —les dijo el hombre desde atrás del escritorio, mientras mantenía las manos sobre este, sin apartar la mirada en ningún momento —. Ustedes tienes energías poderosas. Y me inquieta el no saber a qué se enfrenta mi aldea al tenerlos aquí.

    —No somos ningún tipo de amenaza —le dijo Draco —. Sólo estamos de paso. Buscamos a una persona, pero no creo que este aquí.

    — ¿Puedo saber de quién se trata? —Preguntó el Kazekage.

    —Preferiría saber primero con quien hablamos. Además del líder de la aldea, tendrá un nombre ¿Verdad? —Le preguntó Harry, notándose altamente molesto. Más lo que pasaba es que estaba preocupado por la salud de su hijo y nieto.

    —Mi nombre es Gaara Sabaku no —dijo poniéndose de pie, notándose aun más imponente de lo que lo hacía detrás de su escritorio —al igual que ustedes deben de tener nombres.

    —Lógicamente —dijo el desmemoriado, cansado de la aparente disputa entre ese tipo y Potter —él es Harry Potter —dijo apuntando al moreno, que no descruzaba sus brazos —mi hijo Scorpius y el chico que está en sus brazos y desmayado es Albus Potter, el hijo de Harry. Yo soy Draco Malfoy, y ahora le pediría urgente un medico para atender a mi yerno. —Según lo que me dijo mi ninja, quizás sepan más de lo que aparentan.

    —Pues la condición de mi hijo es delicada y sólo puede ser tratado por un medico altamente calificado —le dijo Harry —. En este momento nos es imposible viajar con él en estas condiciones.

    El Kasekage lo pensó por un momento. Necesitaba respuestas y si para ello tenía que asegurar la salud del muchacho, tenía con quien contar.

    —En este momento se encuentra en la aldea la mejor medic nin que conozco, y puede que les atienda.

    Gaara se puso de pie y se dirigió a la entrada, donde le dijo algo a uno de los ninjas que custodiaban la puerta. El hombre, luego de una solemne inclinación, desapareció del lugar.

    Draco veía como Harry entornaba los ojos, claramente molesto por lo que fuera, pero estaba seguro que su problema era con el líder de la aldea a la que habían ido a caer.

    — ¿Pasa algo malo, Potter? —Le preguntó al ver que estaba muy molesto.

    —No me gusta para nada este "Gaara Sabaku no". No me da confianza.

    —Pues mientras puedan ayudar a Albus, bienvenido sea —dijo Scorpius, mirando fijamente el rostro de su pareja, que aun no reaccionaba.

    —Mandé a llamar a quien puede atenderlo, pero sólo uno de ustedes podrá acompañarlo.

    —Creo que lo mejor es que lo llevara papá, así podrían aprovechar de examinarlo, por si el "viaje" le afectó.

    —Es verdad —dijo Harry —entonces Draco irá con Albus.

    Sintieron que golpeaban la puerta y que por ella aparecía una mujer impresionante. Alta, rubia, de apariencia joven, con rostro sereno y con grandes "atributos".

    —Ella es el médico que los puede ayudar. Tsunade-sama es la mejor medic nin que existe.

    La mujer se acercó mirando a los cuatro y quedó mirando a Scorpius detenidamente, al igual que a Draco.

    —Es de mala educación mirar a la gente de manera tan altanera —le reclamo el rubio mayor.

    —Lamento si los incomodé, pero el chico me recordó a alguien por un momento.

    — ¿A alguien? —Preguntó el aludido — ¿A quién?

    —No lo se —dijo quitándole importancia, para luego mirar al chico desmayado que el rubio tenía en brazos —supongo que es a él a quien quieren que atienda.

    —Así es —Scorpius le pasó su pareja a Draco, para que lo llevara —mi padre también necesita ser atendido.

    — ¿Hay algún lugar que me puedas facilitar, Gaara-san?

    —La habitación del lado ya fue habilitada —le dijo a la mujer, sin cambiar ni un ápice su actitud ni su rostro.

    —Bien, entonces síganme.

    —Ustedes esperaran aquí hasta que Tsunade-sama vuelva con los resultados.
    Scorpius y Harry asintieron, esperando que las cosas no se complicaran más de lo que ya lo estaban.

    Por otra parte, Draco dejó a Albus sobre una camilla que había en la habitación en la que entraron. No había más implementos que ayudaran a la mujer y eso le extrañó hasta cierto punto.

    —No confías en mi, ¿Verdad? —Le dijo la mujer, luego de pararse a su lado —no has bajado la guardia en ningún momento.

    —Es mi deber el protegerlo —le dijo mirándola a la cara.

    —Si, claro —dijo nuevamente, quitándole importancia y concentrándose en el más joven
    —ahora déjame revisarlo, no le haré nada indebido.

    —Ni lo permitiría.

    —Valla con tu carácter —le dijo mientras posaba las manos sobre el cuerpo de Al y comenzaba a canalizar su chacra para poder pasarlo al rededor del chico y así saber qué es lo que pasaba. El examen partió bien, hasta cierto punto sólo era agotamiento por deshidratación o algo por el estilo. Claro, hasta que llegó a su vientre y sus manos se quedaron ahí —. Esto es imposible.

    Draco se puso a la defensiva y prácticamente empujó a la mujer lejos de Al, que poco a poco comenzaba a despertar.

    —No te acerque —le advirtió.

    — ¿Qué? —Parecía que recién venía comprendiendo — Oh, lo lamento si te alarmé, pero hace años que no veía un caso como este. Sólo lo he visto una vez y eso pasó hace casi trece años.

    — ¿Qué quieres decir? —Sintió como el chico se quejaba a su espalda y se giró para ver como lentamente se incorporaba — ¿Cómo te sientes? —Le preguntó, mientras lo ayudaba a sentarse bien —tú hiciste algo realmente estúpido.

    —Lo se, lo lamento, pero no quería alejarme de Scorp.

    —Ya arreglaremos eso después —dijo volteándose para mirar a la mujer nuevamente — ¿Qué significa eso de que ya había visto algo como lo de Albus?

    —No es el primer caso de un hombre embarazado que trato —dijo con seriedad, viendo como el chico no entendía nada de nada —atendí a un hombre, como te dije, hace casi trece años, pero según yo, él era el único capaz de hacer algo por el estilo.

    —Pues ya ves que no. ¿Cual es el problema?

    —El problema es que ese hombre lo logró por una razón extra a este mundo. El es el contenedor de un demonio, que le permitió procrear, lo que me deja con la duda de que es ese chico —dijo apuntando a al.

    —Ciertamente no es un demonio. Somos una comunidad tan secreta como la suya. Para nosotros, el que un hombre procree, va de la mano de cuan poderoso sea.

    —Entonces no es el único.

    —Claro que no. Yo mismo fui quien dio a luz a mi hijo.

    — ¿El novio de este muchacho?

    —Así es.

    Tsunade los miró por un buen rato. Si bien se veían poderosos, no parecían ser peligrosos.

    —Ahora tengo que revisarte a ti, pero quiero saber si tengo que saber algo especial sobre ti.

    —Tengo amnesia —dijo parándose frente a la mujer —desde hace unas semanas que no recuerdo absolutamente nada y es por eso que viajamos a estas tierras.

    —Vale —dijo pasando sus manos alrededor del hombre, canalizando su chacra, sin notar nada raro, aparte del hecho de que no parecían extrañarse por el hecho de su examen —¿Conocen algo de los ninjas? Veo que no parecen sorprendidos.

    —Sus habilidades no se comparan con las nuestras —fue lo único que dijo el rubio.

    La mujer asintió y luego les dijo que los acompañara a la otra habitación.

    En cuanto abrieron la puerta, un chico pasó al lado de la mujer y Draco. Scorpius prácticamente arrancó a Albus del piso y lo abrazó con todas sus fuerzas.

    —No vuelvas a hacer algo tan tonto como lo que acabas de hacer.

    —Lo lamento, mi amor —le dijo abrazándose a él —pero de verdad no podía soportar el no saber de ti.

    —Merlín, Al ¿Cómo pudiste ponerte en un peligro como este? —Le retó Harry, cuando Scorpius le permitió abrazar a su hijo. El chico esta vez no dijo nada, apenado por haber provocado tantos problemas.

    — ¿Y bien? ¿Algo malo con el chico? —Preguntó Gaara.

    —Algo que sólo podemos tratar entre nosotros, Kasekage-sama —dijo la mujer, ocupando el honorífico correspondiente con el cargo del pelirrojo —es importante que nadie más aparte de nosotros se entere de la conversación que llevaremos a cabo.

    El pelirrojo asintió y los magos sintieron como una atmosfera rara les cubría, oscureciéndose el ambiente de un momento al otro y vieron impresionados como lo que parecía ser una cúpula de arenas los comenzaba a rodear.

    —Fuera de estas paredes, nadie podrá saber lo que hablemos.



    V Capítulo.- Quizás a Konohagakure no sato.


    Cuando Albus despertó, no esperó encontrarse en un lugar como el que estaban. Todo parecía ser de arena, incluso algunos muebles. En un par de minutos, Scorpius le relató a groso modo en donde estaban y quienes eran las otras dos personas que se encontraban con ellos.

    —Así pues ¿Me pueden decir ahora que es lo que debemos hablar con tanto cuidado de no ser escuchados? —Preguntó el líder de la aldea.

    —El chico está embarazado —soltó la mujer, sin esperar nada ni utilizar un mínimo de tacto.

    Como era de esperarse, Gaara no movió ni un músculo de su rostro, simplemente apoyó los codos sobre el escritorio y luego el mentón sobre sus manos entrelazadas.

    — ¿Entonces qué? ¿Son contenedores también?

    —No lo son, según lo que me dijeron, pero no nos han dicho que es lo que pasa aquí ¿Por qué están en este lugar? ¿Por qué está en su condición? y lo que buscan aquí.

    —Las cosas son así de simples. Ustedes no confían en nosotros, nosotros tampoco en ustedes, por lo que si nosotros decimos algo tan delicado como eso, ustedes tendrán que brindarnos la información que necesitamos.

    —Veo que eres firme en tus propósitos, Potter-san —le dijo el pelirrojo —bien, digan lo que saben y ayudaré en su misión, siempre y cuando no afecte a mi aldea o a mi gente.

    —Trato —dijo el rubio —. Somos magos —soltó a quemarropa —. A diferencia de ustedes que tienen un sistema de chacra que les ayuda con sus técnicas y trucos, nosotros utilizamos la magia que inunda nuestra sangre para nuestros "trucos".

    —Lo que dicen suena ilógico —dijo la mujer.

    —Tan ilógico como lo es para nosotros las técnicas que utilizan, pero estamos al tanto de que lo que hizo Gaara con la arena, sólo lo pudo hacer con su chacra —dijo Scorpius —lo mismo pasa con el embarazo de Albus, su magia, en conjunto con la mía, lograron que pudiéramos traer un bebé al mundo.

    —Y estamos también al tanto de que no sólo la magia ayuda en la concepción de un bebé —les dijo Draco —es ahí donde entra el asunto de nuestra venida a sus tierras. Hace años, por un error es nuestra magia, un compañero y yo fuimos traídos a esta dimensión...

    —Espera —dijo la mujer — ¿Dimensión? ¿Es que a caso no son de aquí?

    —Claro que no —dijo Draco casi como si fuera un insulto —nuestro mundo no tiene nada que ver con el de ustedes —dijo con seriedad —. Como les decía, cuando viajamos a través de las dimensiones, yo tuve al parecer un romance con un ninja de aquí, lo que trajo como consecuencia el que quedara embarazado de él y traje al mundo a Scorpius.

    —Hace unas semanas, por un error en un ataque de la magia, Draco perdió la memoria. Si estamos aquí es para hacer que su subconsciente reaccione, quizás la emoción de volver a ver al padre de Scorpius le haga recordar.

    —Así que están aquí para encontrar a una persona que no conocen y que esperan sólo que esa persona reconozca a quien fue su pareja hace cuantos ¿veinte años? —Preguntó la mujer.

    —Algo por el estilo. Lo que esperó en realidad es que papá lo reconozca al verlo.

    — ¿Y tienen algún indicio de donde se encuentra? —Preguntó el Kasekage.

    —Para nada —contestó Harry cruzándose de brazos —De hecho llegamos aquí, supongo que por casualidad.

    —Ni siquiera saben por dónde partir —dijo la mujer, más para si misma que para los demás —imagino que lo mejor es que recorran las calles de la aldea, para ver si es aquí donde se encuentra su antiguo amante, de lo contrario, tendrán que ver en las otras aldeas.

    — ¿Y cuántas son las aldeas que componen este mundo de ninja? —Preguntó Al. Metiendo por primera vez en la conversación.

    —Sunagakure no Sato, es una aldea escondida, perteneciente a uno de los cinco grandes Países —Empezó a relatar el Kasekage —Aparte de esta también están Iwagakure no Sato, Konohagakure no Sato, Kumogakure no Sato y Kirigakure no Sato. Obviamente existan más países y por consiguiente más aldeas, pero seguramente el "truco" que utilizaron para llegar aquí, se enlazó al poder de las aldeas, por lo que lo más probable es que, al igual que la primera vez que viajaron los trajo a un flujo más elevado de chacra.

    —La teoría de Gaara-sama es bastante acertada —dijo la mujer, mientras se tomaba la barbilla para pensar —como dije en un principio, lo mejor será que busquen en la aldea, y si no se encuentra aquí, pueden ir a las demás aldeas, Konoha no Sato es una de las opciones, es mi aldea natal y partiré hacía allá dentro de dos semanas. Si para ese tiempo no han encontrado nada, pueden ir conmigo a mi aldea, se que mi líder no pondrá peros en que revisen allá.

    —Imagino que es un tema delicado el que nos reciban en su aldea, ¿Verdad? —Preguntó Scorpius.

    —De hecho lo es —dijo el pelirrojo —cualquier otro los hubiera mandado a prisión y les hubiera interrogado hasta que dijeran los verdaderos motivos de su visita. Si no lo he hecho, es por qué no siento que vengan con malas intenciones, por lo que le agradecería que dejara de verme como una piedra el zapato, Potter-san.

    Harry tuvo la decencia de bajar la cabeza apenado, y es que era cierto, no había dejado de fulminar al otro hombre.

    —Me disculpo por mi actitud, pero desde que hemos llegado no me he sentido cómodo con la situación. Mi hijo no debió de haber viajado —dijo fulminando al chico que se refugió entre los brazos de su pareja —, pero no es motivo para que me haya descargado con usted —dijo viendo al pelirrojo —lo lamento de verdad.

    —No hay problema —le dijo mirándolo fijamente —son bienvenidos a estar en la aldea por el tiempo que sea necesario, sino, pueden tomar la opción de Tsunade-sama e ir con ella a Konohagakure no Sato —vio como los cuatro asentían y terminó por deshacer el escudo de arena que había creado al rededor de ellos —Ahora mandaré a llamar un par de ninjas para que les acompañen. Estaré alagado de que acepten alojarse en mi casa, así podrán contar con mi ayuda y la de mis hermanos en lo que requieran para que puedan realizar su búsqueda.

    —Se lo agradecemos, Gaara —dijo Draco.

    Gaara se encargó de que uno de los ninjas que estaban afuera de la puerta, llevara a los Potter y los Malfoy hasta su casa, donde los recibió Kankuro, hermano mayor de Gaara y quedó completamente encantado con los magos, claro, Scorpius marcó su territorio de manera tajante, cuando el mayor se acercó demasiado a su pareja para saludarle. No que a Albus le molestara, de hecho le encantaba que le celara tanto.

    Luego de ese día, los magos se dedicaron a recorrer por horas las calles de la aldea de la arena, pero tal como pensaron en un principio, no encontraron nada en ese lugar.
    Por otro lado, Kankuro y Gaara habían sostenido una fuerte discusión en la oficina del Kage. El problema, lo lanzado que era Kankuro con uno de los viajeros en especial. Claro, dejando de lado el asunto de que Albus y Scorpius son pareja, y que Draco estaba en búsqueda de su antiguo amante, sólo quedaba un mago que estaba, por decirlo de algún modo, disponible. De hecho Harry Potter fue el centro de la discusión.

    —Esto es ridículo, hermano —le dijo Kankuro cruzándose de brazos.

    —Te lo advertí la primera vez que te vi acercarte a él de manera tan poco correcta.

    —Lo que pasa es que no tienes el valor para hacer lo mismo.

    —Estas diciendo algo completamente ridículo, Kankuro —le dijo golpeando la mesa, pero aun así sin mostrar ninguna emoción en su rostro —no tengo ninguna intención aparte. Con ninguno de ellos.

    —Si, claro. Lo único que digo es que no me apartaré, si es que él no dice nada.
    Y estas discusiones se repitieron por todo el tiempo en que los ninjas estuvieron en la aldea. Claro, siempre en la oficina de Gaara y sin nadie más que las presenciara.

    Hasta que el día en que tuvieron que partir llegó.

    Por las dos semanas que estuvieron en Sunagakure no Sato, se dedicaron a buscar en vano. No encontraron nada que le ayudara a Draco a recordar y nadie pareció reconocer en él a alguien conocido.

    Ahora se encontraban en las puertas de la aldea. Gaara, acompañado de Kankuro y uno que otro aldeano que se encariñó con los magos en esas semanas. Estaban todos esperando poder despedir a los visitantes. Tsunade estaba muy al pendiente de la condición de Albus, que al estar ya con más de tres meses de embarazo, no podría recorrer grandes distancias a través del desierto, por lo que le pidió ayuda a Gaara para recolectar todo lo que fueran a necesitar para su traslado a la aldea de la hoja.

    —Espero que puedan encontrar a la persona que buscan, o que por lo menos puedas recobrar la memoria —le dijo Gaara al rubio.

    —Gracias por tu hospitalidad.

    —Es una lástima que te tengas que ir, Harry —le dijo Kankuro, mientras disfrutaba de la mirada fulminante que le estaba dando su hermano al ver como tomaba las manos del ninja al momento de despedirse.

    —No tiene posibilidades —Le dijo Albus a Gaara, en un tono bastante bajo, cuando llegó a despedirse de él.

    —No entiendo a que te refieres.

    —Mis abuelas, mi madre y todos mis parientes maternos son pelirrojos —le dijo con una sonrisa —digamos que mi padre está ligado a personas con ese color de pelo.

    Albus se alejó feliz del desconcierto del líder de la aldea y se reunió con su pareja que estaba a unos pasos más adelante.

    — ¿Haciendo tu buena acción del día? —Le preguntó mientras lo abrazaba por la cintura.

    —Si —fue lo único que respondió.

    —Espero que les vaya bien, Harry —Se despidió el líder de la arena.

    —Valla, ¿Diste un paso adelante o es idea mía? —Le retó el moreno, sabiendo de antemano las cosas que provocaba en el pelirrojo —espero que nos volvamos a ver, Gaara.

    Y así fue como los Potter, los Malfoy y Tsunade, abandonaron la aldea de la arena para dirigirse hacia Konoha. Esperando encontrar ahí, la clave para encontrar las memorias perdidas de Draco.


    VI Capítulo.- Entrevista con el Hokage.


    Largo fue el camino que tuvieron que recorrer para poder llegar a la aldea de Tsunade.
    Estaba el hecho de que por el delicado estado de Albus no podían apurar más el paso. Ellos estaban al tanto de que su misión debía ser completada lo antes posible, pero era difícil, tomando en cuenta de que estaban como en el principio, sin saber nada del sujeto al que buscaban.

    — ¿Cómo te sientes? —Le preguntó Scorpius, mientras le ayudaba a sacarse una de las mantas que llevaba encima.

    Habían parado la noche anterior para poder descansar y ahora se encontraban cerca de un lago. Albus llevaba ropas que le fueron entregadas por Gaara, ya que el chico no llevaba nada con él, a diferencia de los otros tres que si se prepararon para el viaje. El chico estaba encantado con las túnicas que le pasaron, no eran tan diferentes a las túnicas de mago, pero eran claramente de otro material. Eran bastante cómodas para su estado.

    —Me siento bien, Scorp, no tienes que preocuparte tanto.

    —No puedo evitarlo, es importante para mí que estén bien —le abrazó por la espalda y le hizo sentarse poco a poco entre sus piernas —aprovecha de remojar tus pies, por que después emprenderemos camino a la aldea de la señora Tsunade.

    —Es relajante estar aquí —le dijo con los pies en el agua y apoyando su cabeza en el pecho de su amante —me gustaría que el tiempo se detuviera aquí.

    —Je, tú siempre quieres detener el tiempo por cualquier cosa.

    A unos pasos de ellos se encontraba Draco, mirando como interactuaba la pareja, mientras terminaba de trenzar su cabello hacia adelante. Con el calor que empezaba a hacer, se le hacía más incomodo el mantener su peinado.

    Sintió como alguien se acercaba, pero sabía que sólo podían ser su ex compañero o la mujer que los acompañaba.

    —Se aman mucho, ¿Verdad? —Preguntó Tsunade mientras llegaba a su lado.

    —Eso parece —se volteó y caminó en dirección al campamento que habían improvisado la noche anterior, claro, si por improvisar se dice de una mega carpa al estilo mago, de esas que por fuera no miden más de dos metro cuadrado, y que por dentro pueden alojar a un centenar de personas.

    — ¿Qué es lo que te molesta sobre ellos? —Le preguntó caminando a su lado —He visto que no pareces cómodo a su lado.

    —No recuerdo a mi hijo. Creo que eso es un buen motivo como para no sentirme a gusto.

    —Eres bastante amargado, pero ellos tres te aman. Eres importante para esta gente.

    —Lo se, y se los agradezco, pero a veces pienso que es un esfuerzo innecesario —llegó al campamento y vio como Harry se dirigía a buscar a los chicos —Albus es hijo de Potter, al parecer yo no quería nada con esa familia y fue eso lo que provocó que discutiéramos y yo perdiera mis recuerdos. Quizás lo mejor sería no recordar nada y así no volver a entrar en conflicto con mi hijo.

    — ¿Y crees que él será feliz así? Por que déjame decirte que no lo creo para nada.

    —Se que no es así, pero a veces... en fin. Lo importante ahora es encontrar a ese hombre.

    — ¿Y qué le dirás cuando lo encuentres? Es difícil confesarle a un hombre que tuviste un hijo de él. Tomándose en cuenta de que eres un hombre también.

    —No se, quizás ni siquiera lo encuentre. Lo único que quiero es que todo termine rápido —dijo mientras se sobaba la frente —si no lo encuentro es mejor volver. Albus tiene que estar tranquilo para que mi nieto pueda nacer sano.

    —Es cierto —paró la conversación al ver como los otros tres se acercaban —apropósito, su carpa es realmente cómoda.

    —Así es como nosotros usamos nuestras "habilidades" —le dijo Harry al llegar junto a ellos — ¿Partimos?

    —Si.

    Caminaron por cerca de ocho horas, haciendo pausas de cuando en cuando para que Albus no se sobre exigiera.

    —Estamos cerca de la aldea, no se asusten mucho si les saltan encima.

    — ¿Por qué pasaría eso?

    Ni bien Scorpius terminó de decir eso fueron rodeados por una cuadrilla de ninjas.

    —Se está haciendo costumbre el emboscarnos —le dijo Harry a Draco.

    —Tsunade-sama —saludó uno de los ninjas, con una gran muestra de respeto —no sabíamos que se trataba de usted.

    —No es necesario el que se disculpen. Ahora, nos dirigimos a la torre del Hokage. Es importante que estas personas se entrevisten con él.

    Los ninjas le hicieron una reverencia y luego desaparecieron.

    —Parece que te respetan en todos lados, pero aquí fue más notorio —dijo Draco, mientras comenzaban a caminar nuevamente.

    —Es por qué hace años, yo era la líder de esta aldea.

    — ¿La sacaron de su puesto? —Preguntó Albus.

    —No, para nada. Yo cedí el cargo al actual Hokage. Desde un principio yo no estaba muy convencida de tomar el liderazgo de la aldea, pero llegado el momento, y cuando vi que él ya estaba listo, le dejé el cuidado de la aldea, con toda confianza.

    —Debe tratarse de una persona admirable —dijo Draco.

    —Es así. Naruto es el mejor líder que podría tener la aldea.

    De un momento al otro todos se detuvieron al ver como Draco caía de rodillas y se agarraba la cabeza con fuerza.

    — ¡Papá! —Scorpius llegó corriendo a socorrerlo — ¿Qué sucede?

    —Naruto... Uzumaki.

    —Ese es el nombre de Naruto —Dijo la mujer, logrando que ahora todos centraran su vista en el rubio — ¿Cómo conoces ese nombre?

    —No lo se —dijo parándose nuevamente, sintiendo como le zumbaban los oídos y sus ojos le empezaban a arder.

    — ¿Puede ser que él sea a quien buscamos? —Preguntó Harry.

    —No se nada, Potter —le dijo irritado. No le gustaba para nada el sentirse tan mal —necesito saber ahora mismo que es lo que pasa conmigo.

    Tsunade no espero más tiempo. Tenía que averiguar ahora mismo si Naruto era el padre de Scorpius, si fue él quien tuvo un romance fortuito con Draco hace más de diecisiete año. Necesitaba saber si su ahijado tenía un hermano mayor.

    —Tenemos que encaminarnos a la aldea, sólo faltan unos metros para llegar allá.
    No se tardaron más de media hora en llegar a las puertas de la aldea.

    Miraban al rededor y se les hacía completamente diferente a la aldea de la arena. Este lugar era como un barrio antiguo, con locales comerciales y personas y ninjas caminando por todos lados. Incluso sobre los tejados de las casas.

    —Esta es la torre del Hokage —dijo Tsunade cuando llegaron a un edificio alto —Ahora mismo sabremos si Naruto es a quien han estado buscando.

    La mujer los llevó por una infinidad de pasillos. Los ninjas pasaban a su lado y los miraba analíticamente.

    —Esto es de verdad incomodo —dijo Harry.

    —Es normal que los vean tanto. Son guapos y llaman la atención por ser extranjeros.

    —El cometario está de más, señora Tsunade.

    —No te diré nada por cómo me dijiste, sólo por que tu pareja esta a tu lado, mocoso.

    Llegaron a una oficina y Tsunade entró sin siquiera llamar.

    —Tsunade oba-chan esa no es manera de entrar a mi... eh... ¿Tenemos visitas?

    Los cuatro magos pudieron ver tras un escritorio a un atractivo rubio de ojos azules y piel tostada. Era alto y delgado, y no parecía ser mayor que ellos.

    —Quiero saber algo, Naruto —le dijo la mujer golpeando con la palma de la mano el escritorio del rubio — ¿Reconoces a alguien entre ellos?

    Naruto los miró por largo rato, sin poder encontrar nada, hasta que llego a la cara de Scorpius.

    —Tú... te me haces parecido... me recuerdas a alguien —dijo mirándolo fijamente —pero francamente no conozco a ninguno. ¿Qué significa esto, oba-chan?

    —Lo mismo que me pasó a mí —dijo mirando a Scorpius, pero luego volvió a mirar a Naruto —Míralos bien, mocoso —dijo apuntando ahora a Draco — ¿No lo recuerda de hace muchos años? Has memoria, por favor.

    El hombre tras el escritorio los miró nuevamente, centrando su atención Draco.

    —No, para nada —dijo finalmente —ahora me podrías explicar lo que pasa.

    —Primero sella la oficina, no tiene que saber nadie lo que hablaremos aquí.

    Al rubio le extrañó todo lo que pasaba ahí, pero a lo largo de los años Tsunade nunca le dio una razón ilógica para pedirle cautela.


    VII Capítulo: La revelación para Naruto.


    Casi como la vez anterior, los magos sintieron como la atmosfera cambiaba, y el centro de esa energía casi opresora era proveniente del rubio tras el escritorio.

    —Listo, ya pueden hablar con confianza. Nadie fuera de mi campo de energía podrá saber lo que hablamos.

    —Primero le quiero decir algo a ellos —dijo Tsunade mientras veía a los magos — ¿Recuerdan cuando les dije que el caso de Albus no era el primero que veía? Pues Naruto fue el primero que traté.

    —Así que él es quien tuvo un bebé —dijo Albus.

    — ¿Qué es lo que dices, Tsunade?

    —Ellos no son ninjas, Naruto. Tampoco son demonios, pero este chico —dijo apuntando a Albus a su espalda —Está esperando un hijo de él —dijo ahora apuntando a Scorpius.
    Tsunade le resumió el asunto de que eran magos, de que estaban aquí buscando al amante del rubio que hace años conoció y con quien concibió a Scorp. Le dijeron también lo que pensaron cuando el hombre reaccionó al nombre de Naruto.

    —Entonces pensaron que era yo a quien buscaban —dijo Naruto.

    —Así es —dijo Draco mirándolo —pero no te recuerdo para nada.

    —Al igual que yo. Y estoy seguro que de haberte tenido como amante te recordaría.

    —Entonces estamos de nuevo en las mismas —dijo Albus.

    —No —le contestó Harry —Si sabe su nombre es por qué alguien se lo dijo. Lo más probable es que aquel hombre que buscamos conozca a Naruto.

    —Si, también pensé en eso —dijo la mujer —en ese tiempo Naruto tendría que haber tenido cerca de dieciocho años, por lo que ya era bastante conocido, pero no tanto como ahora.

    —Lo que reduce las posibilidades a ninjas de otras aldeas o los ninjas y aldeanos de aquí —dijo el rubio líder —Apropósito —dijo de repente con los ojos muy abiertos — ¿Cómo se llaman?

    — ¿Recordaste algo? —Le preguntó Tsunade.

    —Es probable, pero no puedo decir nada hasta saber sus nombres.

    —Mi nombre es Harry Potter, mi hijo Albus —dijo apuntando al moreno menor.

    —Yo soy Draco Malfoy y él es mi hijo Scorpius.

    — ¡Oh, por Kami! —Se paró tan rápido que su silla cayó al suelo con un sonido seco —Realmente eres tú.

    — ¡Explícate, idiota! —Le exigió la mujer.

    —No puedo —dijo anonadado, notando la mirada de los demás —digo. Se quien podría ser el hombre al que buscan, pero no se encuentra en la aldea y no podré verificar de quien se trata a no ser que lleguen dentro de una semana.

    — ¿De quién hablas? —Preguntó la mujer —si sabes de quien se trata deberías decirnos ahora.

    —No puedo a no ser que confirme mis sospechas, pero mandaré a buscar al grupo ahora mismo. Si ya terminaron la misión, estarán aquí dentro de de unos días.

    — ¿Cómo puedes decir algo como esto? —Dijo Scorpius, molesto por la actitud del hombre —Puede ser la solución al problema de memoria de mi papá.

    — ¿Pero y si me equivoco? Mi misión como líder es proteger a todos los de mi aldea, y ese hombre es uno de mis ninjas.

    —Está bien —dijo Draco, llamando la atención de todos —esperaré si es lo que quieres, pero espero que esto se solucione pronto.

    —Mientras tanto... déjenme ver... podrían quedarse con Iruka-sensei. Su casa es lo suficientemente grande como para alojarlos, y se que no se negará. Lo llamaré ahora mismo.

    Naruto quitó el escudo que los cubría y salió en búsqueda de su antiguo mentor.

    —No te preocupes, Naruto —dijo la mujer —yo misma los llevaré allá, y luego iré a mi casa a descansar.

    — ¿Estas segura? Por que puedo mandarlo a llamar.

    —No te preocupes —dijo sacando a los demás de la oficina y llevándolos por los pasillos para luego salir de la calle. Iban caminando a su lado, pero aun notaba la tención —Se que les molesta el modo en que Naruto hace las cosas —dijo de repente, llamando la atención de los magos —No pretendo justificarlo, pero siempre anda viendo el bien de las personas y hasta ahora no ha encontrado alguien que le complemente.

    — ¿Pero no dijiste que él tenía un hijo? —Le preguntó Harry.

    —De hecho si, pero no por que tuviera una pareja. Fue más bien por un momento de calentura luego de una fiesta de nombramiento. Claro, él y el padre de su hijo son amigos, pero para nada pareja.

    —Es una lástima —dijo Scorpius —pero no entiendo el que este tan sólo.

    —Eso es por lo que lleva dentro —dijo la mujer caminando derecho —Naruto, como les dije hace tiempo, es casi un demonio, bueno, no él, pero tiene un demonio ligado a su alma, encerrado dentro de su cuerpo.

    —No entiendo.

    —Cuando Naruto nació, una bestia atacó nuestra aldea. Quien era el líder en esa época, era el padre de Naruto. Dio su vida por encerrar a la vestía dentro de su hijo recién nacido, salvando así a toda la gente que quedó viva, pero los aldeanos no lo vieron así.

    —Una amenaza —dijo Harry de repente —lo trataron como al demonio.

    —Exacto. La gente no separó el hecho de que se trataba de un niño pequeño y siempre fue excluido. Cuando fue creciendo se propuso ser el mejor ninja del mundo, para que la gente le reconociera, no al demonio en su interior, sino que al ninja que los protegería.

    —Pero aun no lo consigue del todo, ¿Verdad?

    —Algo así. Quizás su confianza no es la suficiente como para estar con alguien por mucho tiempo, con temor a dañarlo —dijo la mujer con pesar —sólo espero que algún día Naruto encuentre a la persona que compartirá sus miedos y alegrías.


    En la oficina del Hokage Naruto miraba a través de la ventana, como los nuevos visitantes se alejaban en compañía de Tsunade.

    —No puedo creer que ese hombre haya aparecido. Te llevaras una gran sorpresa al saber que tienes un hijo con él —dijo mirando a la nada —será un impacto para mi hijo, saber que tiene un hermano mayor.

    No pudo evitar estar con el que era el padre de su hijo. Por muy borrachos que estuvieran la noche que tuvieron sexo, recordaba cada toque sobre su cuerpo, cada palabra de éxtasis, cada embestida en su cuerpo. No por que sea su amigo, iba a negar que fuera el mejor sexo de su vida, sin tomar en cuenta que fue el único que tuvo después de él.

    Pero lo que más recordaba fue que cuando el otro hombre llegó al clímax, no fue su nombre el que gritó, si no que el de Draco.

    Obviamente luego de esa noche, y de un buen par de días en que no fueron capaces de mirarse a la cara, le preguntó por el hombre a quien le hacía el amor, mientras que tenía sexo con él.

    Le contó que habían tenido una relación hace muchos años, y que de un momento al otro lo abandonó.

    Luego de eso vino la sorpresa de su embarazo y eso ayudó un poco a la "recuperación emocional" debido al abandono de su antiguo amante.

    —Ni te imaginas la sorpresa que te llevaras —dijo nuevamente, para luego volver a su trabajo.


    VIII Capítulo.- Parte de una gran verdad.

    — ¿Cómo te sientes? —La voz desde la puerta llamó la atención de Draco y vio como Scorpius se paraba tranquilo en el umbral.

    —Bien, gracias —le dijo tranquilo — ¿Cómo amaneció Albus?

    Scorpius entró en la habitación y se sentó en la orilla de la cama.

    —Amaneció con nauseas, no se cómo seguiremos con esto. Al necesita ayuda de un medimago y no tenemos a ninguno a la mano.

    —Volvamos a nuestra dimensión, entonces —le dijo el mayor —de todas formas no hemos encontrado nada.

    —Recuerda que Naruto dijo que lo podía conocer —el dijo a modo de reproche — ¿O a caso quieres huir?

    — ¿Y si no es quien esperas? —Le dijo parándose de la cama — ¿Arriesgaras la vida de tu pareja y tu hijo por una causa perdida?

    —No es una causa perdida —llegó hasta su padre, cada vez se hacía más notoria la diferencia de porte, una pista más para él. Seguramente su padre era alto —eres mi padre, aunque no lo recuerdes y te quiero de vuelta. Si algo se interpone en el embarazo de Al, veré que hago en ese momento. Harry está con nosotros y nos ayudara si algo pasaba.

    —Ese tipo está loco —dijo mirando por la ventana —tiene una esperanza que raya lo absurdo y no se deja amedrentar por mí.

    —Supongo que son por los años que se conocen.

    —Pues no lo recuerdo.

    —Ya, deja de lado tu mal humor y acompáñanos a cenar —le dijo tomándolo del brazo —Naruto dijo que nos acompañaría y que traería a su hijo para conocerlo.

    — ¿Y eso? —Le preguntó mientras caminaban en dirección a la sala.

    —No se, supongo que es costumbre de ellos el presentar hasta el último miembro de la familia.

    —Si, recuerdo cuando llegó esa mujer rara de cabello rosado.

    —Bueno, no tan rara como su esposo. ¿Te diste cuenta de sus actitud? Creo que él si es optimista, mucho más que Harry.

    —Si, es verdad —dijo recordando a un tan Rock Lee y su esposa Sakura Haruno —Se me hacen muy raros los nombres de la gente de estos lados.

    —Quien sabe cómo se llamara mi padre. Quizás tenga un nombre igual de raro.

    —No creo. No me hubiera involucrado con él.

    —Por favor, papá ¿De verdad hubieras desechado a mi padre, de tener un nombre raro?

    —Claro que si.

    Scorpius se giró a mirarlo y sonrió de lado. Eso sonó muy a como Draco sonaba normalmente. Quizás sus recuerdos estaban regresando poco a poco.

    Llegaron a la sala de la casa de Iruka. El tipo les cayó muy bien a todos. Era amable y paciente. Se preocupaba de todos como si fuera un padre, y aunque era mayor que ellos, tenía una energía única.

    —Que bueno que ya están aquí —dijo Iruka, mientras ponía las últimas cosas sobre la mesa

    —Harry y Albus están en el salón, ¿Por qué no van con ellos mientras Naruto llega?

    — ¿Seguro que no necesita ayuda? —Le preguntó Scorpius.

    —No... Oh, creo que ya llegaron —dijo al sentir como golpeaban a la puerta —Te agradecería el que fueras a abrir. Deben ser ellos.

    —Claro —Scorpius acompañó a su papá hasta el salón y lo dejó con los Potter, para luego dirigirse hacia la puerta, cuando la abrió no puedo evitar enarcar una ceja. Estaba Naruto, y al lado una copia de Naruto pero en chico —Hola.

    —Scorpius —saludó el mayor y pasó con el chico que no dejó de mirarlo en ningún momento.

    Llegaron todos al salón y se reunieron con Iruka cuando este terminara de hacer lo que sea en la cocina.

    —Así pues —dijo el dueño de casa — ¿Hay alguna razón en especial para esta comida?

    —Pues la verdad es que si —dijo el líder de la aldea —Hoy vuelve la escuadrilla que vendrá con "él". —dijo Naruto, refiriéndose a la persona que él pensaba, es a quien buscaba —y antes de que eso pase, quiero tenerlos al tanto de lo que les concierne, en cierta forma —dijo un poco incomodo —. Quizás lo que pase esta noche no sea muy bueno para todos, pero tiene que entender que las cosas del pasado, por mucho que sean como parecen, no siempre tienen por que interferir en lo que puede venir después —en resumen, no dijo nada cuerdo.

    —A ver, ya basta con todo esto —dijo Draco —. Me mareas cuando hablas así. Di de una vez por todas lo que quieres decir.

    —Creo que la persona que buscas, es el padre de mi hijo.

    Eso causó que todos se quedaran completamente callados, y miraran al rubio como si se tratara de un aliens.

    — ¿Mi padre? —Preguntó el adolescente.

    —Hijo, tu sabes que quiero mucho a tu padre, pero él es mi amigo, nunca lo vería como una pareja.

    —Si, lo se, pero no me imaginé que...

    —Detente un momento —pidió Draco — ¿Me estas diciendo que el padre de tu hijo, es también el padre del mío?

    —Exacto —dijo un poco preocupado —yo no se si lo sabrán, pero el nacimiento de mi hijo se debió al cariño que nos tenemos con su padre, la soledad que vivimos y el que ninguno tuviera pareja.

    >>Según tengo entendido, Scorpius está cerca de cumplir veinte años. Cuando el padre de mi hijo y yo estuvimos juntos, habían pasado más de seis años. Él siempre decía que había conocido a un chico hermoso en una de sus misiones. Nunca dejó de buscarte. Nuestro hijo no es una tranca para ustedes. Se que él aun te ama, nunca dejó de hacerlo, y siempre se cuestionó el por que desapareciste de un momento al otro.

    Draco sentía que la sangre se congelaba. Sus oídos le pitaban y la cabeza le daba vueltas.

    —Esto no puede ser —dijo mirando el suelo.

    —Pues eso es verdad —le dijo el líder.

    —Entonces, mi padre es también su padre —dijo el menor apuntando a Scorpius.

    —Así es —le dijo Naruto y luego miró a los demás —este es mi hijo Kiku.

    Los demás hubieran hecho algo, pero justo la puerta sonó al entrar una persona.

    —Eh... ¿Tenemos visitas? —Preguntó un hombre mayor, de cabello gris y un ojo cubierto.

    —Bienvenido a casa, Kakashi —le dijo Iruka y fue a saludarle con un beso en la mejilla —ellos se están quedando aquí desde hace una semana —le explicó.

    —Naruto y Kiku también están aquí. Eso es raro.

    —Hablas como si nunca los viniera a ver —le dijo como si se sintiera dolido —en fin.
    ¿Donde está el resto de la cuadrilla?

    —Supongo que en sus casas. En cuanto llegamos cada uno partió por su camino.

    —Ya veo —dijo meditando —Apropósito, Kakashi —dijo divertido —Déjame presentarte a nuestros invitados. Él es Harry Potter y su hijo, Albus Potter —dijo apuntando a los morenos —. Y este hombre es Draco Malfoy y su hijo Scorpius Malfoy.

    — ¡¿Disculpa?! —Preguntó mirando a los rubios — ¡Esto es imposible!

    —Oh, no, Kakashi. Este hombre es el famoso Draco.


    —Pero... pero... pero...

    —Si, entendimos el punto. —Dijo Iruka, divertido por la reacción de su pareja.

    Obviamente Kakashi ya había escuchado ese nombre, y seguramente fue del mismísimo padre de Scorpius, que le dijo de Draco.

    —Ahora, si me acompañan, los llevaré con quien se supone que están buscando.

    — ¿Y si lo dejamos para después?

    Scorpius sujetó del brazo a su padre y lo sacó de la casa, sintiendo que los demás lo seguían.

    —Se que temes el que no se trate de mi padre, pero tenemos que saber si es él o no.

    — ¡No quiero que te desilusiones si él no es! —Le dijo soltándose del brazo de su hijo — ¡¿No entiendes que está pasando el tiempo?! ¡¿Que Albus necesita un medimago?! ¡Por mi maldita culpa están todos en riesgo!

    — ¿Desde cuándo eres así de noble, Malfoy? —Le preguntó Harry llegando a su lado —Según se, tú no eres así. —le molestó, tratando de que reaccionara.

    —Pues no recuerdo como mierda soy, así que deja de joderme la vida —Draco estaba furioso, no quería ver a nadie y eso es lo que haría. Se giró para arrancar, pero quedó completamente pegado en el suelo, al igual que el hombre que estaba frente a él. Su corazón parecía salirse por su garganta, las manos le sudaban y de repente todo se volvió negro.

    — ¡Draco!

    Los que estaban ahí ni siquiera fueron capaces de reaccionar. El hombre que gritó el nombre de Draco lo alcanzó antes de que este callera al suelo. Lo tomó en brazos y nunca dejó de ver su rostro.

    —Entonces es como imaginaba —dijo Naruto, con una sonrisa en la cara —si era "Tu" Draco.

    — ¿Por eso nos mandaste a llamar antes? —Le preguntó.

    —Lógico, ¿Soy un buen amigo o no?

    —Eres el mejor.

    Scorpius estaba completamente impactado. O sea, cuando vio a Naruto en su oficina, no le extrañó que alguien como él fuera su padre, de hecho, era bastante parecido, pero este otro hombre era completamente diferente a lo que se imaginó.

    —Será mejor que llevemos a Draco adentro —dijo Iruka.

    El hombre pasó atreves de los desconocidos y entró a la casa para dejar a Draco sobre el sillón que había en la sala.

    Scorpius y los Potter estaban completamente idos, ni siquiera se dieron cuenta en que momento se quedaron solos en medio de la calle, por lo que rápidamente entraron.

    —No entiendo que pasa aquí —escucharon que dijo el hombre que había reconocido a Draco — ¿Por qué él está aquí?

    —Por que te necesita para recuperar la memoria —le dijo Scorpius, logrando que el hombre centrara su vista en ellos.

    — ¿Quienes son ustedes? —Preguntó desconfiado.

    —Creo que lo mejor es que Draco diga todo.

    —Pero me gustaría saber de donde los conoces —dijo Scorpius, tratando de ganar terreno antes de tiempo.

    —Lo conocí hace veinte años. Él llegó cerca del bosque, con un tipo al que no puedo recordar muy bien, pero se que no se llevaban bien...

    —Ese debe haber sido Ron —dijo Harry.

    —Si, ese era el nombre.

    Scorpius lo quedó mirando, esperando que les dijera algo más, pero al parecer no tenía intenciones de seguir hablando.

    — ¿Eso es todo? ¿No nos dirás más?

    —No tengo por que decir lo que hicimos o no con Draco —dijo mirándolo de arriba a abajo, pero luego vio a su hijo y su cara cambio completamente — ¿Cómo estas, Kiku? —le dijo poniéndose a su altura y desordenando su cabello.

    Scorpius al ver cómo reaccionaba con el que creía su único hijo, no pudo evitar sentirse mal. Claro, él no tenía la culpa, no sabía que él también era su hijo y que nunca lo había conocido, por lo que prefirió salir a tomar un poco de aire en lo que su padre reaccionaba.

    —Scorp —le llamó su pareja, pero al ver que no regresaba fue tras él —iré con Scorpius, papá. No se encuentra bien.

    —No se alejen demasiado por si Draco reacciona.

    Albus no dijo nada y prefirió salir.

    —Creo que cometiste un error sin notarlo —le dijo Naruto al padre de su hijo, notando, al igual que los demás, como había reaccionado Scorpius ante la muestra de cariño hacía Kiku.

    — ¿Puedo ir a hablar con ellos? —Preguntó el más pequeño.

    —Si quieres... —le dijo Naruto. Bastó sólo eso para que el chico saliera de la casa.

    — ¿Por que dices que actué de mala manera?

    —No lo entenderás ahora. Tendrás que esperar a que Draco despierte y te cuente todo.

    —Creo que me ocultas cosas importantes —le dijo entornando los ojos — ¿Que esconde, Hokage-sama?

    —Wow, me tratas con respeto por que te conviene. Tú si sabes cómo convencer a la gente, pero esta vez no te servirá, prefiero ver tu cara cuando te enteres de todo.
    El hombre no dijo nada, pero se dirigió al sillón a donde había dejado a Draco para esperar que despertara.


    IX Capítulo.- El desenlace.


    No es que Scorpius estuviera enojado o dolido, pero se sentía raro al estar en presencia del que era su padre. Suponía que no sería un encuentro como en un cuento de hadas, pero es que ese tipo parecía más frío que su papá.

    —Con razón acabaron juntos.

    — ¿Qué cosa?

    Scorpius no necesitó voltearse para saber que Albus estaba a su espalda y que lo había seguido. Su amante, su amigo, su hermano, en las buenas, en las malas y en las peores. ¿Cómo no enamorarse de un chico así? Se hizo a un lado y lo hizo sentarse junto a él.

    —Sólo pensaba en que mi padre busco a uno igualito a él para emparentarse —su voz sonaba divertida.

    — ¿De verdad estas bien, amor? No quiero que te sientas mal por lo que pasó adentro.

    — ¿De qué tendría que sentirme mal? Recuerda que ese chico es el único hijo que conoce.

    —Pero no el único que tiene.

    Los chicos se voltearon y vieron al otro rubiecito que estaba tras ellos.

    Albus notó lo contrariado que se encontraba y le incitó a acercarse, mientras él se sentaba en el regazo de su pareja.

    —No tienes que sentirte incomodo por mi —le dijo Scorpius —el que él no sepa nada, no significa que tengas algo de culpa. Es tu padre y no dejara de serlo.

    —Pero es raro —dijo un poco incomodo —siempre fui sólo yo. —Dijo contrariado — ¡No es que me moleste! —Se dio cuenta de que quizás no estaba expresándose bien— es que yo... bien. Mis padres no se aman como debería ser, y antes de eso, la gente de la aldea no está siempre cómoda a mi lado.

    — ¿Por lo del demonio en Naruto?

    —Si, pero también por mi otro padre —dijo bajando la cabeza un poco apenado.

    —Eres un buen chico, Kiku —le dijo divertido, mientras le desordenaba el pelo —así que eres mi pequeño hermano.

    —Si —dijo el menor, con la sonrisa más limpia que tenía.


    Adentro de la casa, las cosas estaban un tanto tensas, más que nada por que el hombre recién aparecido no le quitaba la mirada de encima a Harry, que insistía en querer despertar a Draco con sus "técnicas"

    —Te digo que no le haré nada malo, hombre —le dijo molesto —sólo quiero despertarlo para que se aclare todo de una vez.

    —Pues no confío para nada en lo que dices. ¿Magia? ¿Desde cuándo existe esto?

    — ¡Demonios! —Dijo Harry, casi jalándose de los cabellos —si que eres exasperante.

    —Bienvenido a nuestro mundo —dijo Naruto, como que no quiere la cosa.

    —No te metas en esto, "Hokage".

    —Pues me meto por que estas siendo paranoico. Deja que despierte a Draco con su magia.

    — ¿Qué sucede aquí? —Preguntó Scorpius, que venía entrando con Albus y Kiku.

    —El tipo este que no me deja hechizar a Draco para que reaccione.

    — ¿Así? —Preguntó enarcando una ceja —pues ahora mismo te alejaras de él para que yo mismo lo haga.

    — ¿Quien demonios te crees?

    —Su hijo, eso es lo que me creo. Así que apártate para poder despertar a papá y que nos aclare de una vez por todas todo esto.

    El otro no fue capaz de decir nada después de la declaración de Scorpius. ¿Draco tenía un hijo? Fue entonces en que recordó que él mismo tenía uno ¿Qué le podría reprochar, siendo que el mismo había engendrado a Kiku con Naruto? ¿Qué tanto sabría Draco sobre Kiku? Esto no le estaba gustando para nada.

    —Scorpius, no creo que sea lo mejor soltar las cosas de manera tan ruda. Ya lo dejaste congelado —le dijo Albus, divertido por la reacción de ¿Su suegro? ¿Cómo reaccionaría cuando supiera que también era su hijo? Esto era muy gracioso.

    —Ennervate —Conjuró apuntando a Draco, que poco a poco empezaba a reaccionar — ¿Cómo te sientes, papá?

    —Como si un hipogrifo me hubiera pasado por encima —dijo cubriendo su cara, para que la luz no le molestara más de lo que ya lo hacía.

    — ¿Y recuerdas lo que es un Hipogrifo?

    —Se lo que es, Potter —dijo irritado, para luego sentarse con la ayuda de Scorpius — ¿Qué me pasó?

    —Te desmayaste —le dijo su hijo —cuando lo viste a él —apuntó con un dedo al moreno que aun parecía algo confundido.

    Draco miró al moreno que permanecía a unos pasos. Era él, estaba seguro que si lo conocía. Que cuando era un joven lo conoció, pero no entendía por que se quedaba callado al mirarlo.

    —Tenemos un problema —dijo Harry, llamando la atención de todo, ninguno había notado como el ambiente había cambiado súbitamente, y como todo eso era causado por el rubio desmemoriado —la magia de Draco se esta descontrolando, son demasiadas emociones por un día.

    — ¿Que hacemos entonces? —Preguntó Naruto —No es como si lo hiciéramos desmayarse de nuevo.

    —Desmaius —dijo Albus, mientras apuntaba a su suegro, logrando que todos lo quedaran mirando — ¿Qué? ¿No se supone que querían que se desmayara?

    —Ay, amor —dijo Scorpius, para luego acomodar a su padre nuevamente en el sillón.

    — ¿Qué demonios le hiciste? —Preguntó el desconocido, alterado al ver a Draco desmayado nuevamente y amenazando a Albus nos un kunai en su cuello.

    — ¡¿Qué pretendes, estúpido?! —Le gritó Naruto, logrando desarmarlo, mientras Scorpius alejaba a su pareja del idiota que era su padre biológico—Nunca más se te ocurra atacar a una de estas personas, idiota.

    — ¿Por que demonios asiste eso? —Le rebatió —algo hizo que puso a Draco a dormir de nuevo.

    —Pues me importa un comino lo que digas. Este chico esta embarazado, el nieto de Draco está en su cuerpo, así que no lo vuelvas a atacar.

    — ¿Embarazado? —Preguntó completamente impresionado —Eso es imposible.

    — ¿Y yo qué? —Le Preguntó Naruto, mientras se cruzaba de brazos —si no lo recuerdas, yo mismo te di un hijo.

    —Tú eres diferente...

    —Pues él también —dijo Scorpius —mira, te advertiré un par de cosas...

    —Tú no me adviertes nada...

    —Cállate, idiota —le retó Naruto —Y mejor escúchalo. Te conviene.

    —Gracias, Naruto —le dijo el joven —mi padre perdió la memoria hace más de un mes, y lo trajimos aquí esperando que al verte recuperara sus recuerdos. Nosotros no somos de esta "dimensión" en nuestro mundo no existen ninjas, pero si magos como lo que somos. Gracias a la magia que corre por nuestro cuerpo es que Albus me dará un hijo, por lo que no te atrevas a juzgar nuevamente, y espero que mañana, cuando hables con papá, seas lo suficiente maduro como para entender que muchas cosas de las que pasaron no estaban en manos de mi padre el arreglarlo.

    >>Ahora será mejor que lleve a papá a descansar y a Albus también —Tomó a su padre en brazos y se dirigió al pasillo —nos vemos mañana —se despidió e los demás.

    —Buenas noches —se despidió Albus y caminó tras su pareja.

    En la sala todo quedó en silencio, hasta que Harry suspiró hondamente.

    —Bien, creo que Scorpius tiene mucha razón —dijo mirando al hombre —él ama a su padre y no permitirá que sufra, y lo mismo va por mi parte. Un atentado más contra la vida de mi hijo o mi nieto y terminaras muerto.

    Harry se fue a su habitación. Toda esa situación le estaba dando jaqueca, pero por lo menos ya habían encontrado al padre de Scorpius.

    —De verdad que no entiendo nada —dijo el tipo, mientras se sentaba en uno de los sillones.

    —Mañana entenderás todo mejor —le dijo Naruto —ahora es mejor que vayas a casa y descanses. Mañana será un día lleno de emociones.

    El hombre sólo asintió y se fue, no sin antes despedirse de su hijo y los demás.

    — ¿Cómo crees que reaccionara cuando sepa que Scorpius es mi hermano?

    —No lo se. Tu padre es como una bomba de tiempo, nunca se sabe cuándo va a estallar. Sasuke Uchiha nunca ha sido predecible.


    Necesito ayuda para seguir publicando... porfis
     
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  2. Hachiko_ari
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    kyaaaaaaaaaaa lo sabia lo sabia lo sabia (si no me fije en la pareja ¬¬) porfavor que draco lo recuerde quiero saber porque se fue asi sin decir nada y y y y como va a reaccionar cuando le digan que sasu tiene otro hijo yyyyyy aaaaaaaaaaaa quiero contyyyyyyyyy........ o estare aqui molestando hasta que la subas.....conty conty conty
     
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  3. XxAce-kunxX
        +1   -1
     
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    kyyyyyyyyyyaaaaaaaaaaaa quiero contiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    que emosion... me encanto esta parejaaaaaa!!!!!

    siguelo por favorrrrrrrrrrr

    yanneeeee
     
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2 replies since 3/9/2011, 15:16   173 views
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