Un marido por conveniencia (Albus/Scorpius) Nc+17

No puedo verte, por que aun te amo...pero tambien por que puedo comerte...literalmete.

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  1. 290589-kaname
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    :=amors: Hola lectores, esta vez les traigo un fic inspirado en un libro que me encanta, con este mismo nombre y que pueden descargarlo en la seccion de novelas yaoi. Bueno me gusto tanto que hice mi propia vercion de lo hechos. Espero que les guste. :=amors:




    Capítulo 1



    Albus Potter escuchó el sonido suave de una túnica arrastrando sobre el piso. No tenía muchas ganas en ese momento de abrir sus ojos, la noche pasada a penas si había dormido y en ese momento se haría el dormido si no se tratarse de su jefe.
    - Albus, ¿Otra vez durmiendo en la oficina? –Albus escuchó como el señor Draco Malfoy lo reprendía.
    El muchacho al fin abrió los ojos y vio a su jefe sentado en uno de los sillones del área del descanso de la oficina.
    Poco a poco fue reincorporándose de su asiento, sintiendo el dolor en sus articulaciones por la mala posición en la que se había quedado dormido.
    - Te ves pésimo –informo el señor Malfoy con una sonrisa en el rostro. Gesto que de alguna manera le recordaba a otra persona que por más que lo intentara no podía sacárselo de la mente.
    Se le hacia increíble que después de tantos años, el recuerdo de Scorpius Malfoy aun le doliera. Pero bueno, ¿Qué se le podía hacer?
    - Te he dicho muchas veces que no te quedes a dormir aquí, o por lo menos conjura algún tipo de cama y sobre todo…come. No quiero que después los reporteros del Profeta anuncien que mato de hambre a mis empleados.
    Albus soltó una pequeña carcajada.
    - Técnicamente no soy su empleado, -dijo el muchacho tratando de verse serio -estoy aquí por parte del ministerio. En todo caso, el Profeta debería escribir sobre la falta de buenas almohadas en la empresa o los desayunos.
    - Muy gracioso señor Potter, muy gracioso.
    El señor Malfoy saco su varita y conjuro una bandeja de té caliente y panecillos. Albus frunció el ceño al acercarse y ver su taza de agua con alguna extraña hierba y azúcar.
    - ¿Acaso los magos no conocen el café? ¿Realmente quiere que me vuelva a dormir?
    - Tomar café es un vicio horrible, sin contar que le puede causar molestias estomacales. –Draco tomó su tasa de té y bebió como si se tratase de ambrosia.
    - Tal vez eso ayude a mantenerme despierto.
    - No digas eso, jamás permitiría que algo te pasara. Es lo mínimo que puedo hacer por tolo lo que has hecho por esta empresa.
    - Y por que mi padre lo crusiaria si algo me pasara –argumentó Albus tomando su té y tomarlo poco a poco.
    - Bueno si, eso también…
    Albus miró más detenidamente al señor Malfoy, se veía muy cansado. No podía culparlo, en esos momentos la empresa que tanto le había costado levantar después de la guerra contra Voldemort, estaba pasando por una terrible crisis. Y no ayudaba mucho que el primogénito del señor Malfoy estuviera en América viviendo la vida salvaje que siempre quiso.
    Albus en un principio se había reusado a venir a la empresa de los Malfoy, no le había importado que esta fuera la más impórtate importadora y exportadora de ingredientes para pociones o que esta hiciera los calderos que miles de magos en Londres usaban. Lo único que había visto en ese momento era la remota posibilidad de encontrarse con Scorpius, cosa que realmente no quería que pasara. Afortunadamente el señor Malfoy le había explicado que su hijo hacia años que ni siquiera los visitaba y por lo tanto no tenia nada de que preocuparse. El muchacho acepto no muy convencido al principio, pero con forme fueron pasando los meses se dio cuenta que el ser el encargado de las relaciones entre los seres mágicos y magos, era muy interesante. Él se encargaba de hablar directamente con las criaturas mágicas para que estos los proveyeran de hierbas que ninguna otra tienda de ingredientes mágicos podía conseguir.
    De alguna manera la empresa había salido a flote y tenia ahora la vieja reputación que precedía de la familia Malfoy. Pero ahora tenían otro problema. Un tipo de Alemania, había ido al ministerio y había declarado que él era también hijo de Lucius Malfoy por lo cual exigía la mitad de todos los vienes de la empresa. Afortunadamente, Alex Malfoy, el susodicho. No podía reclamar ningún bien hasta que Lucius Malfoy falleciera. Lo cual, no faltaba mucho para que sucediera.
    Alex Malfoy no había estado muy alegre ante la situación y a su falta de oro mágico. Por lo cual había esparcido rumores sobre la empresa. Rumores que estaban afectando gravemente las finanzas de la compañía. Lo más grave de todo era que sus proveedores se estaban reusando a venderles debido a todo lo que se decía. Albus no entendía en que se beneficiaba el tal Alex si la compañía quebraba.
    - Albus –El señor Malfoy lo llamó al ver lo distraído que se encontraba.
    - Lo siento –se disculpo algo avergonzado con una sonrisa.
    - Te decía que he encontrado algo muy interesante entre las pertenencia de mi padre.
    El señor Malfoy saco de entre los pliegues de su túnica un arrugado pergamino.
    - Es una copia del testamento de mi padre –dijo el rubio al ver la cara de curiosidad de Albus. –toma.
    Albus extendió el papel y comenzó a leer. Al cabo de un rato volvió a entregárselo a su dueño.
    - Esto no es bueno. –dijo entonces Albus.
    - No, no lo es. No se en que estaba pensando mi padre.
    El joven Potter medito sobre el asunto. El testamento decía que si su nieto no estaba casado para cuando él muriera, solo el veinte porciento de toda la fortuna se le heredaría a él y a sus padres y todo lo demás al pariente más próximo. ¿Seria por eso que Alex Malfoy había llegado tan de repente?
    - Necesitamos que mi hijo regrese. – declaró el rubio apesadumbrado.
    Albus no estaba muy contento con eso pero tampoco quería ser egoísta. El señor Malfoy había esperado por años a que su hijo regresara.
    - Lo se, pero yo no estaré para cuando el venga.
    - Por favor Albus…
    - No, no se si sea capas de verlo, yo…-no pudo terminar la frase, era como si su corazón se negara a hablar sobre lo que sentía.
    - Se que él te lastimo en el pasado. Si tan solo yo hubiera sabido… nada de eso habría pasado.
    - Pero paso, y nada de lo que haga hará que yo vuelva a ser el mismo de siempre. –“ni tampoco me devolvería mi pequeño hijo” –pensó.
    Draco serró los ojos ante el dolor.
    - Tal vez si Scorpius hubiese sabido.
    - No… esto es cosa mía. No es tan malo,-trato Albus de defenderse- mi pequeño defecto peludo hace más fácil las negociaciones con los seres mágicos.
    - No estoy seguro de alegrarme por la forma en que ves a tu… ¿defecto peludo?
    - La vida hay que tomarla como viene señor Malfoy, a mi me toco esta y no hay nada que se pueda hacer. –Albus dejo la taza de té y el panecillo que apenas si estaba comenzando a morder.
    - No merecías esto, tampoco mi nieto…
    Albus suspiro con frustración, siempre que Scorpius venia a la plática, el señor Malfoy parecía como si quisiera disculparse por su hijo. Pero nada de lo que dijera o hiciera, haría que algo mejorara, nada haría que dejara de ser un hombre lobo o que su hijo no nato volviera.
    - La vida nunca es justa. –Albus se levanto del sillón y camino hacia el escritorio para tomar unos papeles. – lo bueno de todo esto es que tendré vacaciones ¿No?
    - Si, tal vez eso sea una buena idea. Tal vez tu abuela Molly pueda alimentarte más, mira lo flacucho que te ves, de seguro en tu forma de lobo no asustas ni a un gomo de jardín.
    - ¡Por Merlín! ¿Acaso tiene espías en mi casa? Espiar por las ventanas lo convierte en un acosador, jamás lo creí de usted.
    - Un día de estos Potter, un día de estos…
    Draco tomo un pastelillo más y salió de la oficina de Albus con una sonrisa en el rostro. Pero Albus ya no sonreía, su sonrisa se había esfumado el día en que su bebe había muerto por culpa de Scorpius.

    Edited by 290589-kaname - 19/8/2014, 11:41
     
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  2. mery-chibi
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    Oh pobre bebe =( que cabron es scorpius... malfoy no parece el mismo... bueno ^^ espero leer la conti pronto ^^ muchos besitos! ^^
     
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  3. 290589-kaname
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    Gracias mery-chibi por enpesar con el primer mensaje de este fic. Si verdad esta vez puse a Scorpius como el malo jejeje ya veras lo que pasa despues. Y si Draco es muy diferente y poco a poco se vera el por que.

    saludos y beso
     
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  4. sjare2013
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    hola,holas
    me gusta la historia
    esta de movida, original
    interesante
    rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
    quiero mas!!!
     
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  5. 290589-kaname
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    Hola sjare2013: :=starss: Gracias por el comentario, espero q te siga gustando. :=starss:



    Capítulo 2



    Draco Malfoy llego a su oficina para sentarse en su cómodo sillón de piel de dragón. Desde la posición en la que se encontraba, podía ver a sus asistentes ir y venir de diferentes lugares, acomodando papales o tomándolos para su siguiente revisión. Alguno que otro pergamino volaba de una dirección a otra para que los expertos en pociones revisaran los ingredientes que necesitaban. Draco se maravillo de la diversidad de sus empleados. Algunos eran de sangre pura, otros mestizos, había incluso empleados vampiro y hombres lobo, como Albus.
    Si su padre tuviera la fuerza necesaria para levantarse de su cama definitivamente lo desheredaría por tener la afición de convivir con seres no dignos de su estatus de sangre. Ya casi podía escuchar los reclamos en su cabeza.
    Pero a él ya no le importaba lo que su padre dijera. Desde hacia años, Draco había decidido que los reproches de su padre jamás le volverían a hacer daño.
    Debido al desprestigio de su padre después de la guerra, Draco se había hecho cargo totalmente de la compañía. Al principio había sido muy duro. Los magos de Londres aun estaban resentidos con la familia debido a todas las muertes que los mortífagos habían causado. Pero Draco se había hecho de un respetado lugar entre la sociedad al convertirse en el mejor Pocionista de Inglaterra.
    La compañía había crecido y gracias a eso había podido adquirir a los jóvenes más talentosos de Hogwarts en el arte de las pociones. El negocio familiar se reafirmo entre los magos y cualquier prejuicio que antes tenían de ellos, ahora quedaba en el pasado. Bueno, por lo menos por parte de los magos… los seres mágicos eran otra cuestión. Ellos desconfiaban de los magos, incluso creían que si trabajaban con ellos en cualquier momento los esclavizarían, como antes.
    Para desgracia de Draco, la confianza de los seres mágicos era de vital importancia, porque solo ellos podrían proveerlos de las especies de su exclusiva región. Hiervas que en ningún otro lado se podrían conseguir. Por lo cual, se había tomado la necesidad de encontrar a un negociador. Un individuo que tendría que ser aceptado entre los seres mágicos y los magos.
    Albus Potter había sido el campeón de ese puesto. El convencerlo de trabajar para ellos había sido una ardua tarea. Sobretodo por el pasado trágico que Albus y Scorpius habían tenido. A su pesar, todavía podía recordar la noche en que el joven Potter había sido convertido en hombre lobo. Jamás podría olvidar aquella escena.
    El joven Slytherin se había presentado en la mansión una tarde después de unos días de la graduación del colegio de magia y hechicería. Nunca hubiese pensado que un Potter volviera a visitar su casa después de lo sucedido en la guerra.
    Lucius Malfoy lo había atendido personalmente, cosa que a Draco se le había hecho muy extraño. No había podido escuchar la conversación que los dos magos habían tenido, pero de lo que si se dio cuenta fue el como su padre había echado al pobre jovencito a la calle.
    Después de uno minutos, uno de los elfos domésticos había avisado sobre el ataque que Albus había sufrido. Draco se apareció en el lugar y por poco se desmalló del susto al encontrarse con una masa sanguinolenta en piso.
    Albus fue atacado con brutalidad. Ese día había quedado irreconocible.
    En el hospital de San Mungo, se entero de toda la verdad. Su corazón se había roto al saber que Albus había perdido a su bebe. Pero lo peor de todo fue el saber que aquella criaturita también era sangre de su sangre.
    Scorpius y Albus habían tenido un amor en secreto. Por lo poco que Albus le había contado, su hijo se había reusado rotundamente a reconocer su relación en publico, incluso unos días antes de la graduación, Scorpius lo había dejado definitivamente argumentando el hecho de que se iría a estudiar al extranjero. Pero en una ocasión, Albus le había dicho que la verdad era que Scorpius no quería reconocer que era homosexual y por eso lo dejaba. Según Scorpius, él quería convertirse en un creador de pociones, el mejor de toda Europa. Y para conseguirlo, tenía que irse a estudiar a una escuela en los Estados Unidos. Después de eso se casaría con una mujer que le diera herederos.
    Albus había quedado devastado pero aun así no se había resigno tan fisilmente. Por lo que había sabido, el joven Potter le mandaba a Scorpius cartas, cartas que su hijo tiraba sin siquiera leerlas. Cuando Albus se enteró de que esperaba un hijo, se había presentado en la mansión para verlo, pero para ese entonces Scorpius ya estaba en la Universidad Mágica.
    Nadie se hubiese imaginado que ese día una banda de Hombres lobo lo estaba asechando. A pesar de los años, Draco aun se lamentaba la perdida de ese pequeño ser. Cuando Albus se había enterado de su perdida, Draco había estado con él, tratando de reconfortarlo. Pero nada de lo dijera podría curar la herida que se instalo en el corazón de Albus. Incluso en una ocasión había estado a punto de quitarse la vida. Era relámete una verdadera lastima. Muy pocas veces se encontraban magos masculinos que tuvieran la capacidad de procrear. Pero desafortunadamente Albus había perdido esa capacidad al convertirse en hombre lobo.
    Draco quiso contactarse son su hijo para que supiera sobre la situación de Albus pero el joven Potter se había reusado. Diciéndole que si Scorpius no lo había querido ver en el pasado, ahora él no quería verlo en su futuro.
    De eso ya casi habían pasado seis años. Años en los que su hijo Scorpius se había reusado en volver. Lo último que habían sabido de él, fue cuando le había comunicado a toda la familia que pronto se casaría…con un hombre. Al parecer, su hijo al fin había aceptado que era homosexual.
    Cuando Albus se había enterado de esto, cosa que el Profeta jamás dejaría pasar, se había puesto como loco. Por lo que le había contado Harry, Albus destrozó su departamento, incinero cada recuerdo que había tenido de Scorpius y se unido a una manada de hombres lobo que lo llevaron a una vida llena de excesos. Dos meses después, Scorpius se había divorciado.
    Aunque ahora las cosas parecían más tranquilas con Albus, Draco podía ver la profunda herida que Scorpius le había dejado. Herida que asta la fecha, no podía serrarse.
    Lo único que calmaba el humor errático de Albus eran las fiestas salvajes de su manada. Donde podía desbordar sus sentimientos y su rabia con el sonido de la música. Para así olvidar todo su dolor. Incluso ahora Albus era capaz de tolerar la sola mención de Scorpius, ya que anteriormente, literalmente se le salía lo bestia.


    Albus caminó con paso lento y sigiloso a la espera de que su presa hiciera su aparición. Dada su condición de hombre lobo, sus movimientos eran mas ligeros y certeros haciéndolo peligroso para cualquier muggle o mago que decidiera atacar.
    Y esta vez su presa era un joven moreno, de cabellos negros y mirada azul. El joven mago se deslizaba de un lado a otro para tomar los ingredientes de una poción que estaba realizando. Los movimientos amanerados Jareth siempre habían sido un motivo de curiosidad para Albus, dado el echo de que ambos en gay, pero el no se comportaba así.
    Justo cuando Jareth estaba a punto de añadir unas gotitas de Dictamo a su poción, Albus flexiono las rodillas y salto para gruñirle. Jareth soltó la botella dentro del caldero y pego un grito muy femenino.
    Albus no pudo resistir la carcajada que soltó cuando la poción que Jareth estaba preparando explotara y llenara su cara con algo oscuro y pegajoso.
    - Me alegra ser tu diversión –dijo Jareth con fastidio.
    - A mi también. –contesto Albus sínicamente.
    Jareth saco su varita para realizar un hechizo de limpieza.
    - Te juro Potter que un día de estos te pondré un cascabel en el cuello.
    - Creo que en el intento podrías perder alguna extremidad.
    El joven pocionista lo miro con mala cara para después entregarle una pequeña botella.
    - Toma –dijo, con vos firme. –me tarde horas haciendo la poción mata lobos, más vale que lo aprecies.
    - Por supuesto que si –Albus se le acerco lo suficiente para mirarlo directamente a los ojos para después tomar un largo trago de la poción.
    Jareth se estremeció con esa mirada fría. Albus podría engañar a todos con su acostumbrada sonrisa pero Jareth podía ver el dolor en esos ojos. Jareth se entristeció al recordar al joven Potter en sus años en el colegio, cuando su mirada reflejaba la pureza de su alma y que ahora solo había odio y oscuridad.
    - Vete ya –animó Jareth –de seguro tú manada de perros ya te esta esperando.
    Albus sonrió tratando de no mostrar en su cara el fastidio por que le llamaran perro.
    - Te traeré un recuerdo –Potter se inclino en despedida.
    - Mientras no sea una pierna o un brazo mutilado todo está bien. –Jareth trato de sacar de su sistema el recuerdo de cuando Albus le había traído una pierna de venado como recuerdo de una de sus caserías. La verdad, habían ocasiones que le asustaba el humor retorcido de ese muchacho.
    - ¿Quieres la cabeza? –preguntó entonces Albus muy amablemente.
    - Ni se te ocurra…
    - Ok, nada de cabezas.
    Jareth observo como su amigo salía de su despacho. Un sobrecogimiento le recorrió todo el cuerpo. Definitivamente Albus estaba molesto, muy molesto. Había sido una muy buena idea hacer la poción antes de tiempo. Porque por nada del mundo le gustaría volver a ver la trasformación de su amigo. De tan solo pensarlo su piel ya se había puesto chinita.
    He de aquel desgraciado que lo hiciera enojar… por que ni la cabeza le iba a quedar.
     
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  6. Miy
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    New, ahora seguiré este :3~
    Nananana~ :=KITTIYN:
     
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  7. mery-chibi
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    de verdad que escorpius se va a casar con albus? yo no podria... u.u despues de perder a su bebe u.u
    espero la conti pronto ^^ besitos!!
     
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  8. kasumy_31
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    hoooooooooooooooo q buenn ficccc porfavo puedes subir el sgt cap esta muy bueno y me encantraria ver q pasa con scorpius y albuss......y q penitaa qperdioo a su hijito y q se halla convertido en hombre lobo.......pero me encantaria saber q pasa despuess porfaa sube el sgtt capp siiii bye bye nos vemosss
     
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  9. 290589-kaname
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    kasumy_31: Gracias por leer mi fic. Espero que el siguiente capi seas de tu agrado. :=MUAHAHA:

    mery-chibi: Jejejeje de la manera que lo preguntas creo que piensas que el rubio es un desalmado. Je, pero no te presipites, ya veras lo que pasa. Gracias por leer. :=starss:

    Miy: Gacias, por seguir mi fic y en esta historia. Espero que sea de tua agrado. :=TENISSISN:






    Capítulo 3



    Albus caminó por el pasillo de su departamento. Estaba totalmente cansado y lo peor de todo era que en esta ocasión había perdido casi toda su ropa. Ahora se preguntaba que dirían mañana los periódicos muggles sobre lo que había pasado. “Nudismo en las calles de Londres” o pero aun ¿Qué dirían el Profeta sobre la increíble borrachera del hijo del famoso Harry Potter? Estaba casi seguro de que en cualquier momento su madre le mandaría un bosiferador para reprenderlo.

    ¡Maldición! Eso de ir casi cada noche a las fiestas que organizaba la manada lo estaba matando. Bueno, tal vez eso no era tan malo. Si él moría todo su sufrimiento al fin acabaría.

    Sacándose los últimos rastros de su ropa, Albus se dirigió a la ducha. El agua fría fue como un despertador matutino. Pero de alguna manera la sensación era deliciosa. ¿Quién decía que el correr del agua sobre su cuerpo no mitigaba un poco las penas?

    Mientras se enjabonaba el cuerpo, pudo sentir la cicatriz que corría de la parte trasera de su nuca hasta el hombro derecho. Esa era la marca más significativa que aquella manada de lobos le había dejado. Un horrible recordatorio de lo que había pasado y lo que había perdido. Automáticamente sus manos fueron a su vientre, imaginando el como hubiera sido que su pequeño creciera dentro de él. Inmediatamente ese acostumbrado vacío se apodero de su pecho.

    Albus serró la llave de la ducha y camino a su cuarto para vestirse. Sacando su ropa interior y sus pantalones, vio que en el fondo de su cajón se encontraba una pequeña caja. Ya casi había olvidado que eso, aun existía. Con furia serró el cajón de golpe y se vistió. Tenía aproximadamente una hora para llegar al trabajo. Cuando se vio al espejo, frunció el ceño al notar como se le notaba la herida del cuello. Odiaba esa marca más que nada en su vida, por lo cual, la ocultaba con su cabellos que ahora le llegaba por debajo de los hombros.

    Muchas veces su madre se lo había querido cortar pero afortunadamente siempre se escabullía antes de las tijeras cortaran si quiera un cabello.

    El picoteo de una lechuza en su ventana hizo que saliera de sus pensamientos. Soltando una maldición, Albus vio que se trataba de Hermes, la lechuza de su tío Percy. Lo que significaba que su madre ya se había enterado de la escenita que había hecho anoche.
    Hermes revoloteo sobre su cuarto y dejo que el bosiferador avanzara lentamente a él.

    - “Albus Severus Potter, ¿como te atreviste a desnudarte en frete de tantos muggles? Y borracho… ¡borracho!, ¿Qué hubiese pasado si te hubieras trasformado? ¿En que demonios estabas pensando?”

    La vos de su madre siguió con el regaño pero Albus ya no escuchaba. El también, en ocasiones se preguntaba ¿Qué estoy haciendo? Soy joven, tengo potencial, todavía tengo una vida entera por disfrutar. Entonces, ¿Por qué después de tanto tiempo aun seguía haciendo tanta estupidez junta? Pero él lo sabia…”Estoy roto y más haya de cualquier salvación.”

    Albus volvió a verse en el espejo y vio en lo que se había convertido, más bien, en lo que lo habían convertido. Porque él se había dado cuenta que el día en que su bebe había muerto, algo en el se seco, se marchito y dejo solo desprecio por la vida.

    Esa experiencia había dolido tanto que ni siquiera tuvo el valor de contárselo a sus padres. Solamente el señor Malfoy sabia sobre el bebe y esperaba que nadie más se enterara. No sabia de lo que su padre seria capaz si se enteraba de lo que Scorpius le había hecho. ¡Maldito seas Albus por preocuparte aun por ese bastardo! Se recrimino.

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    Antes de ir a la oficina, Draco Malfoy decidió visitar a su padre. Su esposa, Astoria, le había pedido que lo fuera a ver porque según ella, lo tenia descuidado. No era que no quisiera verlo, pero no estaba seguro de poder resistir sus comentarios insidiosos. Desde que la madre de Draco había muerto dos años atrás, Lucius se había vuelto un ser casi insoportable. Y que conste que antes de eso ya lo era.

    Al entrar al cuarto de su padre, Draco vio que Lucius se encontraba de alguna forma más compuesto. Sobretodo por que leía muy animadamente a El Profeta. En su cara podría apreciarse una mueca osca de complacencia.

    - Ya lo decía yo- dijo en cuanto vio a Draco acercarse y presentar los buenos días. –Ese mocoso no era bueno para mi nieto.
    Draco lo miro desconcertado, era extraño de su padre hablar con tanto júbilo. La mayoría de las veces cuando él se presentaba a visitarlo, su padre lo recibía con frases como: “Ah, al fin te acuerdas de que tienes padre” o “Me avergüenzo de tener a un hijo como tu, traidor a la sangre”.

    Cuando el rubio llego a los pies de la cama, vio que el titular del periódico decía: “Albus Potter vuelve a las andadas en las calles muggles de Londres”.

    ¡Genial! Simplemente genial, Draco desistió el impulso de maldecir. Ese chiquillo iba a sacarle canas verdes. No podía creer que lo hubiera vuelto a hacer. Definitivamente la manada que lo había adoptado, más que ser un refugio para Albus, lo estaba convirtiendo en una escoria para sociedad.

    - Me alegro de haber hecho lo que hice –continuo Lucius. Draco se sorprendió de la coherencia con que su padre decía las palabras.
    - ¿Hacer? –trató de sonsacar. Estas eran de las escasas oportunidades en las que Draco podía hablar claramente con Lucius.
    - Si, si yo no hubiera convencido a Demian Nott de que no le entregara a Scorpius ninguna de las catas de ese Potter, quien sabe que seria de tu hijo. Fue un gran alivio para mí cuando me dijo la escoria que contrate, que con la golpiza que le dio a Albus jamás seria una molestia otra vez. Jamás hubiera resistido tener un bastardo en la familia.

    Draco permaneció en estado de shock al escuchar la confesión de su padre. Una furia inmensa, como jamás había sentido hiso que viera rojo. El rubio creyó que en cualquier momento la ira le carcomería el alma.
    - ¡¿Que hiciste que?! –Draco tomó del brazo a su padre y lo sacudió con fuerza.
    - ¡Astoria! ¡Astoria! –gritó entonces su padre con vos alarmada -¡Tú marido quiere matarme!
    - ¡Responde Maldición! –el rubio no estaba para sus jueguitos. -¿Realmente tu fuiste el responsable del asesinato de mi nieto?
    - ¿Tu nieto? ¡Ja! De eso nadie puede estar seguro…

    El rubio apretó más su brazo hasta que el anciano aulló de dolor.

    - Draco, ¿Qué estas asiendo? –Astoria llego acompañada de dos elfos domésticos.
    - No puedo creer que sea tu hijo, -Draco lo soltó, causando que el anciano callera de la cama. –eses un monstro.
    - ¡Draco! ¿Qué esta pasando? –preguntó Astoria sorprendida por las palabras de su esposo.
    - Este hombre…-señaló a Lucius –él fue el que mato a nuestro nieto.

    Astoria se llevo las manos a la boca y miro a Lucius como si no lo pudiera creer.

    - Deberías agradecerme –se defendió el anciano. –si no hubiera sido por mi, en estos momentos nuestro apellido estaría por los suelos.
    Draco salió del cuarto de Lucius hecho una furia. ¿Había sido su padre entonces el causante de toda esta desgracia? Y él pensando que su hijo se había comportado como un patán.

    ¿Cuánto tiempo Albus había culpado a Scorpius cuando el causante de toda su desgracia en realidad había sido Lucius? Ahora entendía el por que el aquella ocasión, cuando Albus se había presentado a la mansión, Lucius lo había atendido personalmente.
    El rubio se compadeció entonces de Albus, ese jovencito, tan solo un niño, había cargado con los prejuicios de la familia Malfoy, haciéndolo desgraciado y amargado. Ya nada ni nadie podía tocar el corazón de Albus, o ¿Si?

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    De camino a su oficina, Albus se dio cuenta de que varios de los pocionistas se le quedaban viendo con curiosidad. A esas alturas todo Londres ya sabría sobre la fiesta loca. Aunque claro, tampoco era una sorpresa. Albus pensó que la comunidad mágica para esas alturas ya debería estar acostumbrada. Ya que no era precisamente la primera vez que hacían ese tipo de fiestas.

    Justo cuando llegaba a la puerta de su oficina, el señor Draco Malfoy ya lo esperaba. Por su semblante inescrutable, Albus pensó que de seguro estaba a punto de recibir otro sermón.

    - Ven con migo –dijo con una vos neutra – era extraño, ya que a pesar de que el señor Malfoy parecía querer estar serio, sus ojos estaban inundados de una tristeza profunda.

    Albus se pregunto si el señor Lucius ya habría fallecido. Lo más seguro era que no, de lo contrario todo el mundo mágico de Londres ya estaría enterado y probablemente festejando.

    El señor Malfoy lo invito a pasar a su despacho y le sirvió una copa de whisky de fuego. Albus creyó que esto ya se estaba poniendo turbio y sospechoso. No era normal que el señor Draco le diera licor y más cuando lo estaba a punto de beber un hombre lobo, con resaca, por cierto.

    - Albus…necesitamos hablar… -comenzó.
    - Si es por la fiesta de anoche, le prometo que no va a ocurrir nuevamente…por lo menos no tan pronto.
    - No, no es por eso. –Draco se tomo su copa de un solo trago. –Es sobre Scorpius.

    Al instante, Draco notó como el seño de Albus se crispaba. “Bueno, por lo menos en esta ocasión no huyo diciendo que no quería saber nada”. Pensó el rubio.

    - Usted dirá…
    - Necesito pedirte un gran favor…quiero…quiero que vayas a Estados Unidos y traigas a mi hijo.

    Albus lo miro por un momento anonadado, ¿No hablaba en serio verdad?

    - Eso nunca va a pasar –Albus se levanto de su asiento, que por cierto ya le había tomado cariño al mantenerlo en una pieza sin sentir mareos.
    - Albus…
    - Esta conversación se acabo. –Potter dio por terminada cualquier discusión.
    - Albus… Scorpius nunca recibió ni una sola de tus cartas.

    El moreno se quedo en su sitio, justo cuando estaba a punto de tomar el picaporte.

    - El nunca supo que lo estuviste buscando. –remató Draco.
    - No le creo –Albus se retiro de la puerta y comenzó a andar de un lado a otro como león enjaulado. -¿Cómo es posible que ninguna de las cartas le llego? Eso es absurdo.
    - Fue mi padre… -Draco vio como en esta ocasión Albus le ponía toda su atención. –El impidió que tus cartas le llegaran, incluso aquellas mías que hablaran de ti.

    El muchacho se paseo nuevamente de un lugar a otro totalmente alterado. Esto ya no le estaba gustando nada a Draco. A diferencia de los otros hombres lobos, que se trasformaban en luna llena, Albus se trasformaba cuando se sentía acorralado o cuando su temperamento explotaba. Era una cualidad bastante rara pero efectiva en algunas ocasiones.

    - Cálmate Albus –trató Draco de templar la situación.
    - ¡¿Calmarme?! – la vos de Albus se escucho distorsionada por la pronta trasformación que se avecinaba.

    Draco saco su varita mágica y convoco un Patronus en forma de serpiente y se la mando a Jareth. Esperando que trajera lo más pronto posible la poción mata lobos.

    - Escucha… Albus…esta es tu oportunidad para escuchar a mi hijo y saber lo que paso.
    - ¿Saber lo que paso? –bufó Potter. –Me lo dijo claramente, él quería una esposa y tener hijos…

    Albus sintió que sus propias palabras lo tiraban al piso. Su hijo…su pequeño bebe. El recuerdo de su pequeño amor causo que las viejas heridas se reabrieran. Era como si le sacaran el corazón con una pequeña cucharita. La opresión en su pecho era insoportable.
    Fue muy estúpido el pensar que con el tiempo el dolor disminuiría y que poco a poco se recuperaría. Pero cada vez que recordaba lo que había pasado, el dolor volvía con más fuerza que antes y vivir en ese constante dolor era una tortura.

    Draco no pudo contener las lágrimas al ver el estado desolado en el que se encontraba Albus. Era como mirar a un niño sufriendo. Devastadoramente agónico. Incluso la trasformación a hombre lobo se había detenido. Ahora no quería ni imaginarse lo que pasaría si le dijera que Lucius Malfoy había sido el causante de la muerte de ese ser inocente.

    La puerta de la oficina se abrió y entro Jareth. Al ver el estado en el que encontraba Albus, fue hacia el y lo tomo en sus brazos como si fuera un niño pequeño. Draco se sorprendió al notar que Albus le correspondía el abrazo como si la vida se le fuera en ello.
    Jareth realmente parecía sufrir al ver a Albus de esa forma. Incluso creyó ver lágrimas en sus ojos.

    - Tranquilo Al, todo va a estar bien…todo estará bien –susurro Jareth, tranquilizando a la bestia.

     
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  10. SUKESEJME
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    WOOOOAUUUU....Por todos los Merlínes, que trama tan más original mi estimada Kaname-san.... me encanta que este fic se situé en un mundo postVoldemort y más allá...ahora son los hijos de Harry y Draco los protagonistas y eso esta de 10....Me da penita que Albus se encuentre tan destrozado y todo por el (/&$/(·(·(·(·)&%&$&$%·&· de Lucius, nunca se le quitó lo malo, yo voto por que Draco le diga toda la verdad a Albus y este último se coma a Lucius con todo y botas (aunque a la mejor se indigesta). Extrañaba mucho leerte y es un gran regalo este nuevo fic....Adoro a Jareth, es un buen amigo y tal vez algo más, quien sabe demasiado pronto para saber.... Me has dejado picada como siempre y ya sabes que espero la conty......abrazos y besos SEJMET
     
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  11. mery-chibi
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    Alaaaa así que el cabrón es lucius O_O hay que matarlo despiadadamente ah pero antes conseguir que cambie el testamento para que el gilipollas ese que esta destruyendo esa empresa se vaya a ..... ejem... con umbridge XD
    Muchos besos me esta encntando el fic espero conti pronto ^^
     
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  12. Miy
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    Ha!!!!, me vas a dejar infartada con Albus ;^;..., por poco y ya quería matar a Escorpius de una sola estocada ¬¬..., ahora ese lugar de lo gano Lucius x3!.
    Jareth es un personaje muy curioso, tengo un buen presentimiento *3*....
    Espero con ansias el siguiente capítulo ^^~ :=duouou: :=duouou: :=duouou:
     
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  13. 290589-kaname
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    hola, hola perdon por tardar tanto. Perdon si no contesto mas individulmente, en este momento estoy en mi trabajo jejejeje.
    :=EEEE: :=EEEE: :=EEEE: :=EEEE: :=EEEE: :=MUAHAHA:

    Capítulo 4



    Scorpius Malfoy llegó a la chimenea privada del club “El Rey” a unas cuantas cuadras de su departamento en Nueva York. Se reprendió a si mismo al pensar que el caminar hacia el club no debería ser un gran sacrificio. Pero la verdad era que no deseaba ser molestados por los llamados “admiradores”. Por ningún motivo estaba dispuesto a dejar que lo manosearan nuevamente para ser la burla de su amigo Demian Nott.
    - Al fin llegas –saludó Demian desde el marco de la puerta de la oficina donde se encontraba la chimenea privada del dueño del club, ósea, el mismo Scorpius.
    El rubio solo le dedico una reluciente sonrisa y se fue a descansar a su sillón favorito. Había sido un día muy largo en la facultad de Pociones mágicas en la escuela superior de hechiceros de Nueva York. Sus alumnos, aunque muy inteligentes y diestros, tendían a ser curiosos y destructivos al mesclar sus pociones, provocando daños significativos en las aulas.
    Hoy por ejemplo, a Will Herolde se le había ocurrido mezclar poción multijugos y filtro de muertos. Solo para ver que pasaba. Por consecuencia, varios de los alumnos tuvieron que ir a la enfermería por intoxicación.
    No era que se quejara de su trabajo. Al contrario, le fascinaba ser profesor de Pociones en una escuela tan respetada. Era solo que en algunas ocasiones extrañaba mucho su país, pero sobretodo, a su familia. Pensar en ellos aun le dolía. Todavía no podía creer que su padre y madre se hubieran rehusado a hablar con él desde que confeso al fin que era homosexual. Solo su abuelo Lucius de vez en cuando le mandaba correspondencia, sin mencionar claro, algo relacionado con sus padres.
    - Tus admiradores están esperando a su muchacho sexy –continuó Demian.
    - Ahora no, ¿Si? Estoy muerto. –Scorpius se recostó sobre el sillón y cerro los ojos.
    - Bien, pero si me linchan tú serás el responsable.
    Demian salió de la oficina cerrando la puerta con cuidado.
    Scorpius sonrió a su pesar. Todos aquellos hombres que lo esperaban impacientes en la pista de baile, solo lo veían como un pedazo de carne caliente. Jamás en sus años con su nuevo estilo de vida le habían preguntado siquiera cual era su comida favorita. Ni siquiera su estúpido ex -esposo. A Simón solo le había importado dos cosas de él: Su dinero y su apellido. ¿Cómo es que no se había dado cuenta?
    La estúpida emoción del momento y las hormonas, lo había segado. En esos tiempos, él había creído que cuando alguien le entregaba su cuerpo de esa manera era por que lo amaba. ¿De donde había sacado tan insulsa idea?
    Su mente vago a un hermoso joven de ojos color esmeralda. Albus era el causante de que el rubio se hubiese dado cuenta que era gay. En ese tiempo, Scorpius había estado confundido en muchos aspectos de su vida. Por un lado, su abuelo Lucius lo estaba presionando para que heredara parte de la compañía Malfoy y ayudara a su padre a dirigirla. Por otro lado, su madre quería se comprometiera con una tonta niña de Slytherin, y para variar, el acercamiento a su compañero de cuarto le estaba causando problemas nocturnos.
    Una noche en una fiesta de la casa de las serpientes, había cometido el estúpido error de acostarse con el joven Potter. Y eso había sido la detonación de todo. Ahora Albus se había creído su pareja formal y lo seguía por todos lados. Scorpius no había sabido que hacer con su acosador, así que le había propuesto que su relación fuera un secreto. Albus había aceptado de buena gana pero la momentánea paz no duro lo suficiente. Su novio secreto lo había querido besar, abrazar, tocar. En esa parte de la relación Scorpius se presentó siempre frio y distante.
    Para el final del año escolar, Scorpius se había sentido tan acorralado que sin pensar lo que decía, le había dicho a Albus cosas imperdonables solo para deshacerse de él.
    Ahora con los años, el rubio se había dado cuenta de una cosa, al contrario de todos los chicos calientes con los que había estado, Albus había sido el único que relámete lo había amado y él jamás se dio la oportunidad de profundizar en su sentimientos y averiguar lo que relámete sentía por su pequeño acosador. Pero tal vez si lo sabia, porque inconscientemente él busco parejas que físicamente fueran como Albus. Incluso Simón tenía el cabello castaño oscuro y ojos color verde.
    A veces se pregunta lo que había pasado con él, ¿se habría casado ya?
    Scorpius se dio cuenta que esas estúpidas ideas no lo estaban llevando a ningún lado. Seria demasiado descaro de su parte mostrarse interesado después de todo lo que le hiso.
    La puerta de su oficina de repente se abrió con un gran estruendo. Demian lo localizo con la mirada y sonrió con malicia.
    - Scorpius, tienes que bajar, acaba de entrar un papito que esta… para chuparse los dedos. De esos como te gustan, con unos ojos esmeralda que casi me provocan un infarto. Tiene un culo que…
    - ¡Demian! ¿Podrías dejar de expresarte así de las personas? No es un pedazo de carne sin cerebro.
    Demian resoplo irritado.
    - Bien, como quieras. El joven es muy, muy, muy, muy atractivo. ¿Feliz?
    - Si, gracias por moderarte.
    - Mojigato. Si no quieres ni siquiera verlo entonces yo hare mi luchita. Te juro que te vas a arrepentir. Juro que jamás había visto unos ojos como estos, bueno tal vez si, de cierta forma me recuerdan a Albus Potter. Pero eso es imposible, este chico es caliente y Potter…bueno, recuerdo que era pequeño y sin mucho chiste.
    - Eso no es verdad.
    - Como sea, el bombón ya esta apartado. –Demian salió de la oficia meneando las caderas al son de la música del club.
    Scorpius de cierta forma se sintió curioso por el desconocido. ¡Demonios! ¿Por qué tenia que tener debilidad por los ojos esmeraldas?
    El rubio salió de su oficina y se detuvo al borde de la escalera para localizar con la mirada al famoso bombón. No le tomo mucho tiempo encontrarlo. Estaba de espaldas platicando con Demian. Su amigo tenía toda la razón, ese muchacho tenía el culito más bonito que había visto en años. El desconocido traía una pequeña maleta en su hombro y se movía nervioso ante la multitud. Sus manos fuetes y varoniles recorrieron su cabellos castaño, un claro signo de desesperación al verse rodeado de varios hombres.
    Justo cuando el rubio pensó que ya había satisfecho su curiosidad, el desconocido se dio la vuelta y miro directamente a donde se encontraba él. Por un segundo Scorpius creyó que el tiempo se detenía. Si no hubiera estado tomado del barandal de seguro se abría caído. Aquella mirada verde esmeralda hiso que se congelara en su sitio y ni siquiera se dio cuenta cuando el muchacho llego asta donde el se encontraba.
    - Albus… -susurró, no creyendo que esto fuera real.
    - Señor Malfoy…necesito hablar con usted.
     
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  14. Cerezzitta
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    Hola... esta muy padre este fic, realmente me gusta mucho
    por favor actualiza pronto
    jajaja soy muy impaciente, pero este tipo de fic que tienen
    una gran temática se merecen la espera
     
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  15. 290589-kaname
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    Hola Cerezzitta: Gracias por leer este fic. Ya después de mucha espera al fin actualizo. Jeje sorry.

    Hola mery-chibi: sorry si no conteste antes he estado algo ocupada. Si, Lucius es el malo, poco a poco se sabra todo no te preocupes. Y ya veras lo que pasa con el testamento.

    Hola Miy: No no mates a Scorpius el no tiene la culpa de todo. Lo juro. Jeje ya veras el papel de Jareth en la historia.


    Holaaaaaaa SUKESEJME: Me alegra que haya gustado la historia, la trama la he estado pensando espero que la personalidad de los personajes sea clara. Gracias por escribime.





    Capítulo 5



    Scorpius miró a Albus con nerviosismo. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué quería hablar con el?
    - Gustas un té –ofreció el rubio al no encontrar palabras para preguntarle lo que quería saber.
    - No, gracias –contestó Albus con una voz monocorde y carente de algún tipo de sentimiento.
    Ambos magos habían pasado a la oficina de Scorpius para más privacidad al escuchar todo el alboroto que él recién llegado había causado entre los bailarines.
    Los hombres del club, incluyendo Demian, prácticamente le habían lanzado una mirada de “afortunado”. Pero Scorpius no se sentía precisamente de esa forma. No con la historia que Albus y él tenían. Teniendo más cerca al moreno, el joven Malfoy se dio cuenta porque todos los hombres del bar babeaban por él. Albus había cambiado mucho en estos años. Su cuerpo era fuete y masculino. Su rostro no era “bonito”, era más bien varonil y maduro pero aun así era sorprendentemente atractivo. No era como esos enclenques y pequeños que merodeaban en él club en busca de una dura monta. Albus parecía ser el alfa en la relación. ¿Quién lo hubiera creído? En la escuela Potter era de aquellos que a leguas se veía que era homosexual. Pero ahora, su actitud era dura y sin ningún tipo de amaneramiento.
    - Entonces, -continuó el rubio – ¿A que has venido desde tan lejos?
    - Tu abuelo… se encuentra muy enfermo.
    El rubio se levantó de su sillón cómodo y miró a Albus con aprensión. ¿Por qué tendría que venir precisamente Albus a comunicar esta noticia? ¿Por qué no su padre?
    - Si mi abuelo se encuentra mal, ¿Por qué no vino entonces mi padre a decírmelo? ¿Por qué tenias que venir precisamente tú?
    Scorpius no hubiera querido sonar tan brusco pero la actitud que había tomado su padre lo molesto. ¿Tanto así lo odiaba que prefería mandar a otra persona que verlo el mismo?
    - Tal vez por que no te has dignado a contestar a ninguna de sus cartas en estos últimos años. –contestó Albus nuevamente con voz monótona.
    - ¿Qué? ¿De que diablos estas hablando?
    Albus embozó una sonrisa sínica y petulante. Cuando Potter lo miro, Scorpius sintió escalofríos.
    - Al parecer, mis cartas no fueron las únicas en no llegar. Tu abuelo realmente es todo un personaje.
    El rubio lo miró desconcertado. No estaba entendiendo nada.
    - Tu padre era quien quería venir a verte pero no sabíamos en donde vivías, -continuó Albus –así que me lo pidió a mí.
    - ¿Tú? ¿Y como sabrías tú como encontrarme?
    - Tengo mis medios. –Albus se levanto de su asiento y recorrió con la vista él lugar. – bonito lugar el que tienes aquí. Espero que hayas conseguido los propósitos que te hicieron venir a América.
    - Los conseguí…
    - Me alegro. –Albus volvió a mirarlo con esa expresión que no dejaba ver ningún tipo de sentimiento. – como estaba diciendo, tu abuelo esta muy enfermo y todos creen que morirá muy pronto… espero.-dijo esto en vos muy baja pero Scorpius lo escucho y frunció el ceño - Como sea, un tipo llamado Alexander Malfoy proclama ser el hijo de Lucius y ahora que tu abuelo está moribundo quiere aprovechar la oportunidad de quedarse con el negocio familiar. Proclama que es su derecho.
    - ¿Qué? ¿Hijo de mi abuelo? Eso no puede ser.
    - Lo es, se ha comprobado que efectivamente es hijo de Lucius Malfoy, pero lo pero de todo es que tu abuelo lo reconoció legalmente.
    - ¡Maldición!
    - Exacto. Hace algunos días, tu padre encontró una copia del testamento de Lucius y no es precisamente muy alentador.
    Scorpius se tomó el té que se había preparado anteriormente de un solo trago, causando que le escociera la lengua.
    - ¿Qué quieres decir?
    - Tu abuelo te deja todo a ti siempre y cuando estés casado. De lo contrario, toda la fortuna y la compañía pasaran a manos de Alexander Malfoy.
    Albus se acercó a su pequeña maleta y saco un pergamino arrugado. –Toma, es una copia que me dio tu padre. –Scorpius se acercó y tomó el pergamino evitando tocar la piel de Albus.
    El rubio hiso una rápida lectura y miró a Albus.
    - Mi abuelo esta loco.
    - ¡Vaya! Se hiso la luz…

    <<<<+>>>>++++<<<<+>>>>

    Scorpius se impacientó al ver como su abogado levantaba las cejas de una manera extraña cada vez que leía un nuevo párrafo del testamento. Habían pasado solamente unas horas desde que ese documento había llegado a sus manos y sentía que ya había pasado una eternidad. Ni siquiera unas horas de sueño habían echo algo para calmar su nervios. Era una suerte de Albus hubiera decidido irse a un hotel, de lo contrario en esos momentos se sentiría paranoico de todo. Era reconfortante estar en la oficina de su abogado, ahora que se había tomado la mañana libre para saber más sobre el dichoso testamento.
    - Bueno, -comenzó Minho, el abogado –aquí hay algo muy interesante. El testamento dice que tienes que estar casado para recibir tu herencia pero no especifica los términos legales de ese matrimonio.
    - No te estoy siguiendo. –dijo Scorpius frustrado.
    - No dice que precisamente tengas que estar casado con una mujer, ni tampoco que la boda se efectué bajo las leyes mágicas de nuestra sociedad.
    - ¿Estas diciendo que da igual si me caso con un hombre o con una mujer?
    - Exacto, Scorpius, si lo deseas puedes casarte con un hombre.
    - Minho, nuestras leyes no permiten que sujetos del mismo sexo se casen. ¿Por qué crees que me case aquí en América y bajo leyes muggles?
    - Exactamente esa es la solución. El testamento tampoco determina bajo que leyes puedas estar casado. No estoy seguro pero creo que deliberadamente dejaron esta laguna legal.
    El rubio serró los ojos cansado. ¿Por qué su abuelo estaba empeñado en casarlo?
    - No quiero casarme.
    - Lo se, tu primer matrimonio no fue precisamente fácil. Pero esto no quiere decir que busques a alguien que te guste. Puedes casarte con alguien que sea de tu entera confianza. Su unión legal puede disolverse después de un determinado tiempo.
    - No creo que esa persona lo quiera. Tú sabes que a la mayoría le mueve el dinero y la posición. Será muy complicado encontrar a alguien que no sea un chupa dinero.
    - Cierto. Yo te ayudaría si no estuviera feliz mente casado.
    - Afortunado tú.
    - Lo se. Pero ahora cuéntame, Albus vino personalmente a darte la copia del testamento, ¿Cómo te sientes con eso?
    Scorpius entorno los ojos, ¿Acaso Minho se sentía algo así como un medico de trastornos emocionales?
    - Vamos Scorpius cuéntame de él, quiero saber como es el famoso Playboy Londinense.
    - ¿Playboy londinense?
    - Por supuesto, ¿no lo sabias? Albus Severus Potter es considerado como el mago mas sexy de Londres, cuatro veces ganador de la mas bella sonrisa en la revista corazón de bruja. Uno de los solteros más codiciados del mundo mágico y el chico fiesta mas travieso de todos. Me hubiera gustado ser una mosca en la pared el día en que ese semental se quito toda la ropa en las calles de Londres.
    - Minho, ¿estás seguro que estamos hablando de la misma persona?
    Minho saco de su escritorio un periódico “El profeta” de aproximadamente tres días antes. En el titular decía “Albus Potter vuelve a las andadas en las calles muggles de Londres”.
    Scorpius no lo podía creer, el la foto del centro aparecía Albus con solo unos boxes my ajustados. Las demás prendas de su ropa parecían andrajos rotos. Y por lo que decía el artículo, no era la primera vez que hacia cosas como esa. Malfoy se dio cuenta que el tiempo si cambiaba a las personas.
    - Si Albus tiene este tipo de comportamiento, no entiendo como trabaja en la compañía de mi padre.
    - Oh, de eso no estoy seguro. Pero por lo que se de las compañías de pociones, Albus Potter es la joya de la compañía Malfoy. Su trabajo es uno de los más importantes.
    - Si claro, promociona a la compañía con en diferentes grados de desnudes.
    Minho de repente se paro de golpe y miro a Scorpius emocionado.
    - Tengo una idea –anunció entonces.
    - Cuidado, no queremos que tu cerebro explote.
    - No presiones Malfoy. –Al ver la rendición de Malfoy, Minho decidió explicarle su plan. ¿Qué te parecería ser el esposo de Albus Potter?
    Scorpius se atraganto con su propia saliva y comenzó a toser.
    - Scorpius, piénsalo. Albus es la mano derecha de tu padre, por lo cual le tiene mucha confianza. Además de que él no necesita de tu posición ni de tu fortuna. También a él le conviene. Dejará de ser el chico Playboy para ser el respetado señor de Malfoy. Los periódicos dejaran de escribir a costa de sus tropiezos. Y entonces los académicos pensaran que ya has sentado cabeza y te dejaran independizarte de la academia.
    El rubio miró a su amigo frunciendo el ceño. ¿Acaso se había vuelto loco?
    - No, definitivamente no. Además, dudo mucho que Albus acepte. Él me odia.
    - ¿Pero aceptas que no es una mala idea?
    - No, no es una mala idea. Ese matrimonio es relámete ventajoso para los dos.
    - Yo creo que no te odia tanto, de lo contrario no habría aceptado venir a buscarte. ¿No me habías dicho que en la escuela él era tu acosador?
    - Bueno si pero…
    - Mira, por lo que se él no ha tenido ninguna pareja. ¿Qué pasaría si la verdad es que no te ha olvidado? Tal vez lo único que necesitas es hacerle ojitos para que acepte.
    - No creo que sea así de fácil. Además no quiero lastimarlo de nuevo…
    - Lo único que podrías lastimarle es su orgullo. Chicos como ese no se acentúan, solo buscan trofeos de pareja.
    - No creo que Albus sea así.
    - Pero nada pierdes con intentarlo. Expón el plan. Ya veremos que pasa después.
    Scorpius de cierta forma se sintió emocionado y complacido. Si lo que Minho decía era cierto, Albus no lo había olvidado a él por completo. Pero definitivamente no podía creer que Albus era del los que buscaran un chico trofeo. ¿Y si no aceptaba?
    ¿Podría él deliberadamente mostrarse interesado en una persona solo por conveniencia? ¿Y más si se trataba de Albus?
    Pero lo beneficios no eran nada malos. Sobretodo si la academia de Pocionistas consideraba que era un hombre confiable y maduro. Respetado hombre de familia y no un soltero con un alocado club gay.
     
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37 replies since 17/6/2012, 05:10   3183 views
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