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~Akemi~+1
.Hola
Bien, supongo que deben estar odiándome por dejar abandonada esta historia, pero pasaron muchas cosas que me impidieron continuar. En primer lugar me introducí en el mundo del rol, hace mucho tiempo que había querido hacerlo, pero no tenía el valor, supongo que es porque no me relaciono muy bien con las personas (ni siquiera en internet) por eso fue algo importante para mí y me dejé llevar.
En segundo lugar, empezó mi segundo año en la prepa y entre los nervios de los primeros días, los nuevos profesores, las materias, y las amistades que he hecho esté semestre no tenía mucho tiempo de escribir.
Y en tercer lugar ¡SE DESCOMPUSO MI ANTIGUA COMPUTADORA! Era un dinosaurio y ya sabía que pronto tendría que cambiarla, pero un día simplemente dejó de funcionar. Murió con todo y los fics que estaba escribiendo (entre ellos este en el que ya tenía varios capítulos avanzados) y pues estuve en depresión escritora (?
Pero ya estoy de regreso y espero seguir con el curso normal de la historia.
En fin sólo quería agradecer a las lindas personítas que ha estado comentando, en serio me levantan mucho el animo, últimamente he tenido problemas para escribir, pero hoy revisé los mensajitos y de verdad me puse muy contenta. De verdad espero que les guste mucho y si más palabrerias les dejo el capitulo.Café
—¿Café de la amistad? Nunca había oído algo como eso— Soltó casi con burla Alejandro, mientras guardaba sus cosas en la mochila.
—Los amigos se hacen a base de conocerse.
—¿Y quién te ha dicho que quiero conocerte?
—¿Ósea que si eres mi amigo?
—Me tienes en esa categoría en contra de mi voluntad, así que supongo que tengo que serlo.
Ángel sonrió, estúpidamente feliz y sujetó a Alejandro.
—¿Entonces me dejarás invitarte una taza de café?
—Temo decirte que odio el café.
—No puede ser posible, todos aman el café, y más con este frío.
—Pues yo no.
—¿Entonces qué te parece un té? — Alejandro lo pensó un rato, pero luego asintió.
—Si lo vas a pagar tú, entonces acepto.
Caminaron un rato por las afueras de la escuela, mientras sentían como se les helaba la nariz, hasta que llegaron a un café poco concurrido, tal vez por la fachada que ya se veía vieja, pero las pocas personas que había le indicaron a Ángel que era el lugar perfecto. Sobre todo, porque, Ángel había descubierto una cosa más sobre Alejandro; las personas le ponían nervioso. No le gustaba esperar en una fila donde hubiera demasiada gente y se ponía nervioso cuando los reunían a todos en el patio.
Aunque podía estar equivocado, pues eso lo había deducido sólo por la observación.
Entraron al lugar, y lo primero que les llamo la atención fueron los aviones de juguete colgados en el techo. Ángel pudo ver cómo la cara de Alejandro se iluminaba y sonrió.
—Creo que te gusta.
—Este lugar es perfecto. — Se limitó a decirle, mientras sentía como el olor a té inundaba el lugar. — Y no huele a café, eso es un punto más.
Edited by ~Akemi~ - 15/1/2017, 22:27
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Conversaciones. (Original) |
