El hombre salvaje (Gakupo x Kaito) Especial de Halloween 2°

Atrasado.

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    Solo soy un muñeco roto, tan frágil que cualquiera termina de deteriorar la coraza, será que...hay alguien que pueda amar, a este muñeco ¿hecho pedazos?

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    Hace muchos años en una aldea ya perdida en las confinidades del tiempo se contaba la anécdota de un niño salvaje, un niño que por la pobreza sus padres decidieron dejarlo en el bosque para que muriera por no poder alimentarlo.

    El niño fue recuperado por una manada de lobos quienes lo tomaron como su cachorro y lo criaron como uno de los suyos, el niño le aullaba a la luna, sus cabellos eran largos y enmarañados con algunas que otras hojas, su piel era cubierta con el lodo, sus ojos eran tan salvajes como los de una bestia.

    Los lobos le hablaban al niño diciéndole que no se acercara a la aldea del hombre, que el hombre era malo, pero la curiosidad imperiosa del pequeño pudo más que él.

    Sigiloso con cuidado, desde lejos observo la aldea del hombre y su curiosidad fue mayor un cantico llego a sus oídos la de un niño que de agua llenaba un jarrón.

    El lobo le canta a la luna.
    A la luna de su amor.
    La flor más bella entre todas.
    Es esa la que quiero yo.
    Dile al lobo que no llore.
    En su camino de penumbras.

    Que no está él solo que la luna lo alumbra.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.

    Su mirada tan salvaje.
    Aquella que opaca la luz de sol.
    Dile al lobo que no llore.
    La boca de sangre se llenó.

    El niño se quedó escuchando la canción y quería seguir haciéndolo, pero en uno de sus pasos una rama piso, ambas miradas se encontraron y el otro niño salió corriendo.

    El niño salvaje ha sido visto por la cercanías de la aldea se rumoreaba por todo el lugar, el niño salvaje criado por lobos debe tener el aura de un demonio, los lobos son creaturas de temer.
    El niño salvaje aléjenlo de la aldea, el bosque se llenó de lágrimas, los aullidos del niño se escuchaban a la luna, el canto del alma solitaria ansiaba esos ojos mares.


    Los años fueron pasando y lo del niño lobo quedo olvidado en la aldea ya no entraban al bosque para darle caza al niño demoniaco que podría destruirlos a todos.

    Un hombre se encontraba corriendo por el bosque, con una manada de lobos cazaban caribúes que en sus tierras se andaban paseando, atrapándolo con sus fuertes brazos al animal derribo mientras los demás lobos se le lanzaban dándole la muerte al animal que su último aliento exhalo.

    La comida jamás le falto, era un hombre alto, fornido, de brazos fuertes y piernas iguales, de ojos tan salvajes como los mismos lobos y una larga cabellera, parte de su piel se encontraba llena de barro, tierra y algunas hojas, ocultándola entre tanta suciedad.

    Había veces en las que se sentía tan sucio que se iba a las orillas de río solo para poder lavarse y hoy era uno de esos días su piel estaba cubierta de sangre ya era hora de limpiarse, en su baño escucho nuevamente aquella canción la que nunca él había olvidado.

    Se acercó lentamente a dónde provenía aquella canción allí estaba aquel niño que de sus recuerdos jamás saco ahora era un joven tan hermoso como alguna vez recordó y ladeo la cabeza escuchando su canción, el joven al notarlo se sorprendió se encontraba con los ojos cerrados escuchando su canción.



    El lobo le canta a la luna.
    A la luna de su amor.
    La flor más bella entre todas.
    Es esa la que quiero yo.
    Dile al lobo que no llore.
    En su camino de penumbras.

    Que no está él solo que la luna lo alumbra.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.

    Su mirada tan salvaje.
    Aquella que opaca la luz de sol.
    Dile al lobo que no llore.
    La boca de sangre se llenó.

    De sus ojos derrama lágrimas.
    Lágrimas de amor.
    Dile al lobo que no llore.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.


    Se sonrojo al verlo completamente desnudo, su piel se veía tan suave al tacto y parecía hecha de porcelana, sus ojos se abrieron mostrando unos zafiros de mirada salvaje, ojos curiosos, sus latidos se aceleraron y solamente se marchó pero ese encuentro se lo guardo para sí mismo.

    A veces ambos se encontraban a la orilla del río ese que estaba cerca de la aldea del hombre donde el ahora hombre salvaje no tenía permitido entrar, el hombre salvaje lentamente se fue acercando al joven quien a veces sentía como se le acercaba no demasiado pero si lo suficiente para sentir su presencia.

    A veces podía sentirlo a sus espaldas en aquel árbol observándolo con curiosidad, esa mirada era inconfundible y le creaba una extraña sensación.

    Un día le encontró dormido debajo del árbol de siempre y una gran curiosidad aquella que siempre llevaba consigo lo invadió se acercó cauteloso para no despertarlo y lo olfateo como siempre tenía ese delicioso aroma que tanto le encantaba, con sus manos lentamente fue tocando su piel delicada, suave al tacto, miro aquellos labios tocándolo los suyos por alguna extraña razón comenzaron a hormiguear con la necesidad de probar los contrarios.

    Sacio su curiosidad, el joven al sentir ese contacto se despertó de golpe para observar que el otro le estaba besando sus mejillas se coloraron de rojo y se apartó inmediatamente conteniendo el aire jamás lo había tenido tan cerca su corazón estaba acelerado y temblaba.

    -ah…ah –Se levantó y salió corriendo de allí, el hombre le atrapo con gran maestría, era como un predador mirando a su presa estaba acorralado y cerró los ojos, lo único que pudo volver a sentir era como esos labios se apoderaban de los suyos, apretó su boca pero una mordida que le hizo sangrar por aquellos colmillos que eran tan afilados le hizo abrirla, el sabor cobrizo se mesclaba con aquella lengua que se movía invadiendo su boca –

    Al final termino cediendo en aquel beso dejándose llevar y por primera vez escucho la voz de aquel hombre, gruesa y melodiosa que le hizo estremecer; mío, estaba tomando posesión de su persona y aquella idea por alguna razón solo le hizo tener una mezcla de sensaciones en su cuerpo.
    El joven se fue de allí el hombre esta vez no le atrapo, la aldea estaba comenzando a pasar por dificultades las conexiones con las otras eran turbias y la guerra parecía desatarse dentro de poco el hambre iba creciendo y adentrarse al bosque con los feroces animales no parecía ser la mejor opción ya varios hombres habían muerto persiguiendo aquel ideal.

    El joven se encontraba en la mismas circunstancias no podían conseguir comida y el hambre parecía ser algo que padecía día con día, el hombre salvaje noto aquello como miraba las frutas que estaban en lo alto del árbol con añoranza.

    Un día cazo un enorme cerdo salvaje solo para él, el joven se sintió alegre porque tenía que comer, el cerdo salvaje lo llevo con él para comerlo junto con su familia estaba feliz por lo que él le había entregado.

    Así que el hombre salvaje cazaba para él entregándole todo tipos de animales para comer, ciervos, caribúes, cerdos, aves, se sorprendía de la destreza que tenía él para cazar pero no sabía que en realidad así cortejaban los lobos y que él había aceptado todas sus ofrendas.

    Un día le tomó de la mano y lo arrastro a los confines del bosque tenía miedo a perderse pero sentía una gran seguridad junto con él, lo llevo detrás de una cascada para notar que allí parecía un nido formado.

    -¿Qué hacemos aquí? –pregunto no eran que hablaran muy seguido, el lugar era una cueva que era iluminada por algunos diamantes que con la luz reflejada del sol que se filtraba a través de la cascada –

    -Nido –Habló –

    -¿Nido? –Indago y el hombre asintió para arrastrarlo y tirarlo a lo que era una cama de algunas pieles de animales –. . . –le miro detenidamente cuando el hombre se posó a su lado sonriendo – ¿Esta es tú casa?

    -Nuestra –Expreso, por aquellas palabras se le subieron los colores ¿espera? ¿Le estaba ofreciendo vivir con él? –

    -No, no, no –El joven se levantó alertando al hombre que le miraba con el ceño fruncido sin entender –

    -¿no? ¿Por qué? –Pregunto –

    -Pues…porque no es correcto, tu eres hombre, yo soy hombre, esto no es normal –el hombre ladeo la cabeza ¡¿Claro cómo podía entender alguien que fue criado en lo salvaje lo que era normal?! De seguro y no había visto ni siquiera una mujer en su vida –tu deberías estar con una mujer ¿sabes lo que es? ¿Has visto una?

    -¿mujer?. . . –lo pensó un momento haber visto una, ¿se refería a la hembra de su especie? él si había visto una pero sus ojos no eran tan brillantes, su piel no era igual, su olor tampoco – ¿Hembra?

    -Sí, si –Asintió –

    -Si…si ver –Respondió –

    -Las hembras son con las que tú debes estar –Su acompañante frunció el ceño –

    -No, no querer estar con hembra, querer estar contigo –Tomó su mano para halarlo y robarle un beso –mío.

    El joven no sabía que decir, solamente se dejó llevar por aquella sensación aun si se carcomía en el pecado.

    De pronto los aldeanos comenzaron a ver como el joven se adentraba en el bosque para encontrarse con el hombre salvaje, como este le entregaba presas enormes y le sonreía, pero lo peor fue cuando lo vieron demostrando afecto.

    Una joven quien estaba enamorada del chico estando preocupada por él y cansada de advertirle que no se metiera en el bosque pues peligraba decidió seguirlo, entonces allí los vio, observo como su amado se sentaba debajo de un árbol y al poco tiempo llegaba el hombre salvaje, carente de ropa, sonriéndole con un enorme ciervo.

    Intercambiaron unas palabras para que el joven recibiera el ciervo, el hombre salvaje se quedó expectante de algo, las mejillas del joven se tiñeron de rojo y lo beso, la sonrisa amplia del hombre salvaje no se hizo esperar esos ojos tan animales brillaban y ella conocía ese brillo.

    Tenían un brillo similar o mucho más fuerte que el de su amor cuando lo miraba y eso le partió el alma, él jamás le correspondería cuando vio que el joven regresaba ella salió corriendo para que no la notara.
    Por días la joven se debatió en contarlo o no, pues le amaba, pero sufría por su desamor así que en un arranque de ira cuando le vio llegar sonriente con un cerdo salvaje a su familia y pudo percibir que en su cuello había una mordida todo dentro de ella se derrumbó.

    Esa mañana el joven salió temprano hacia el bosque, no sabía lo que vendría adelante jamás nadie previene nada, pero esa mañana donde había abundante neblina parecía el presagio de una tragedia, llego al bosque para encontrarse con el hombre salvaje y este rápidamente le detecto no tardo nada en llegar a su lado y frotarse contra él.

    -Quedar en nido –habló –

    -No puedo –Respondió –

    -Por favor quedar en nido –murmuro otra vez colocando las manos de su amante en su pecho –quedar en nido.
    Su pulso era regular pero aun así sabiendo el significado de aquel gesto se sonrojo; “me duele el corazón si no te tengo” el joven sonrió acariciándole la mejilla no podía ser más feliz con aquel ser quien día tras día le demostraba el más inmenso cariño.

    -Me encantaría quedarme –la sonrisa del hombre se hizo grande –pero no puedo –Y su ceño se frunció –

    -¡Quedar! ¡Quedar! –Objetó tirándosele encima y abrazándolo fuerte –Quedar conmigo, quedar conmigo siempre.

    No era la primera vez que se le tiraba encima, ya lo había hecho otras veces, además se había dado de cuenta que así se jugaba con los lobos de su manada él ya había sido presentado y aceptado en la manada por tener impregnado el olor de su pareja.

    Aun cuando el hombre salvaje le suplico que se quedará, él no hizo caso.
    Decidió dejarlo mirándolo marcharse, sabía que si miraba hacia atrás sus ojos salvajes que podían volverse como los de un cachorro lo atraparían y haría que se devolviera y quedará con él al menos una noche, pero no podía y lo sabía.

    Lo que él hacía era pecado y eso lo estaba consumiendo.
    Al llegar a la aldea distintos aldeanos lo rodearon y él no entendía que pasaba lo acusaron de distintas maneras y comenzaron a apedrearlo, piedra tras piedras golpeaban su cuerpo con potente fuerza hasta que una termino dándole muerte.

    El hombre salvaje tenía un mal presentimiento esa noche no durmió caminaba de un lado al otro en su cueva sin poder resistirlo y aunque los lobos le habían enseñado a nunca llegar a la aldea por primera vez se atrevió, esa noche en la oscuridad a la aldea se adentró.
    Al llegar lo primero que observo le hizo contener la respiración, su corazón se quebró y una lágrima silenciosa de mi mejilla cayo, se encontraba el cuerpo de su pareja colocado en la entrada de la aldea como una advertencia para él.
    Sin importarle nada se fue a recuperar su cuerpo revisando los distintos golpes que tenía, estaba irreconocible pero ese olor, a pesar de estar opacado por el de la muerte, jamás lo iba a olvidar, un gruñido se escapó de sus labios su desprecio contra aquellos seres aumento.

    Cargo aquel cuerpo entre sus brazos y lejos se lo llevo, en un prado una tumba le creo en esa noche se podía ver como poco a poco un foso cabo para dejar allí su más grande y único amor.
    Un aullido se escuchó a todos los lobos alerto, un aullido de gran dolor, un gran coro le siguió “no estás solo” “estamos contigo” le respondieron a él, esa noche la aldea fue atacada por la manada de lobos, se podía escuchar los gritos y como los lobos asesinaban a todo humano que la aldea habitaba.
    Entre todos se podía ver al hombre salvaje sus ojos zafiros brillaban en la oscuridad, destellos de furia y odio, la aldea fue consumida por el fuego y vuelta cenizas, los aullidos de los lobos se escuchaban a lo lejos pero uno sonaba más fuerte que el de todos.
    Aquel que pedía por su amor perdido.

    Dile al lobo que se encuentra solo.
    Quien a la luna le canto.
    Que no llore nuevamente.
    Por su amor que asesino.
    Que me he vuelto la flor en el valle.
    Que el siempre cuida con amor.


    En aquellas perdidas tierras se cuenta la historia de un hombre salvaje que puede tomar forma de lobo, un lobo gigante de color negro sus ojos destellantes en zafiro, jamás nadie con ese lobo ha podido, se dice que toma forma de humano, que es un demonio que ronda por esos caminos.

    El aullido de ese lobo a muchos la piel le ha estremecido, a ese lobo en las noches puedes encontrarlo en el valle, dicen algunos que han sobrevivido, cuida una extraña rosa de color azul brillante.


    Para los que no entendieron El hombre salvaje (Gakupo) se transformo en un demonio que podía tomar la forma de un lobo y lo que cuidaba era su más preciado tesoro su único amor o mejor dicho donde estaba su corazón (A Kaito)
     
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    Yaoizando
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    casi lloro 😢😢😢 na mentira si llore 😭😭😭😭😭
    sensei qe malo es ud. siempre aciendome llorar
    recien reviso el foro ni cuenta qe abia actualizado 😅
    lo malo qe todo lo bueno acaba rapido ni modo
    bye bye sensei
     
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  3. FANTASMITA-chan
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    Estuvo muy lindo... y triste
    Pero igual muy interesante.
    Me gusto mucho, espero más de tus fics.
     
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2 replies since 28/11/2017, 04:28   107 views
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