The heart of the World. || Two Shot

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    The heart of the World.

    Akihiko x Hiroki || Miyagi x Shinobu. || Omegaverse.

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    “Me enfrentó, y me reconocía. Entonces la señaló, y en su lengua extraña pronunció tierna y dulcemente su nombre. Ella y yo nos miramos, y la reconocí.”
    —Manuel Calvillo, Libro del emigrante.



    Hiroki podía sentir la tierra temblar entre sus dedos.
    Akihiko sabía que esa embarcación sería el logro de su vida.

    Sus corazones han estado buscándose desde hace mucho tiempo, sintiéndose al otro lado del mundo, pero cuando se encuentren descubrirán que pertenecen a dos mundos distintos.


    QUOTE
    Nota: No debería hacer esto porque tengo otros proyectos sin terminar y no tengo tiempo para nada, pero la verdad es que creo que necesito algo fresco para poder regresar a mi escritura normal, así que por eso estoy escribiendo esto.

    La buena noticia es que planeo que sea una historia corta. La mala es que no tengo idea de cuando voy a estar actualizándola, espero que muy pronto porque de verdad que desde hace tiempo quería escribir algo así.

    Quiero que esta historia sea un poco la combinación de Pocahontas y Tierra de osos, porque me encantan esas películas y he estado estudiando en mi clase de Antropología sobre las tribus del norte de América y he quedado enamorada de algunas de sus costumbres y tradiciones, aunque como siempre lo digo cuando hago algun fic con contenido histórico, la verdad es que no soy ninguna experta, así que no le presten mucha atención a los detalles históricos y simplemente gozenlo.

    Omegaverse
    SPOILER (click to view)
    Hay tres razas en total:
    Alfa (α) Beta (β) y Omega (Ω)

    Se trata de una sociedad estructurada en razas: alfas, betas y omegas, cada una con características propias, son humanos que nacen con una raza definida. La mayoría de la población es Beta y porcentaje muy bajo son Alfa u Omega, ambos distintos en todos los aspectos posibles.
    En resumidas cuentas, el Alfa es la raza dominante y la primera de la jerarquía. Ellos son fuertes, grandes, pueden ser o no agresivos, poseen un gran instinto de protección, desean proveer y ser el cabecilla de la familia, son territoriales y sus sentidos tales como el olfato, la vista y la audición están muy desarrollados.

    Otra característica de los Alfa, está basada en los cánidos, trata de que poseen una especie de nudo o una protuberancia en la base de sus miembros, la cual se hincha dentro del omega una vez que el alfa llega al orgasmo, lo que provoca que el alfa y el omega queden anudados durante un tiempo, dado que es imposible sacar el miembro en ese estado hasta que baja la inflamación. Esto les proporciona una ventaja biológica a la hora de fecundar al Omega.

    El omega es la última raza de la jerarquía. Tienden a ser más pequeños y delgados, no agresivos pero sus sentidos también están altamente desarrollados, son muy sumisos y complacientes, emocionalmente dependientes y generalmente están en busca de protección. Los omegas, tanto hombres como mujeres, pueden quedar embarazados y dar a luz.

    Los Omega entran en celo una vez cada tres meses con una duración de tres a siete días. Durante esta etapa son más fértiles y atractivos para las alfas, debido a la cantidad de feromonas que liberan. En esta historia existen remedios naturales para aplacar los síntomas del celo como lo son excitación, fiebre, lubricación, sin embargo, no siempre son seguros.

    Un Alfa puede marcar a un Omega mordiendo su cuello. Si es una mordida superficial no hará más que impregnarlo de su aroma, sin embargo, una herida profunda creara un lazo. Un lazó es una unión entre estas dos razas, no sólo sus cuerpos, sino también sus almas. Es por eso que los lazos son peligrosos, atan tu espíritu al de alguien más. Y aunque son considerados casi sagrados, lo cierto es que no son irrompibles, el lazo puede caerse pedazo por pedazo o terminar definitivamente con la muerte de alguno de los dos portadores de el.


    Edited by ~Akemi~ - 28/1/2018, 01:12
     
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    Qué alegría has vuelto González otro trabajo y se ve muy interesante aunque vaya a ser corto. Y me alegra saber que vas a continuar con tus otros trabajos.
    Los estaré esperando, no importa cuánto te tardes.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Hola Akemi chi!! que alegría volverte a leer y con un nuevo proyecto

    Ya el hecho de que sea omegaverse llamó enormemente mi atención, así que esperaré muy ansiosa el primer capítulo

    Cuídate mucho, hasta pronto!!
     
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    Los hombres del alba.

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    “Son los que tienen en vez de corazón
    un perro enloquecido
    o una simple manzana luminosa,
    o un frasco de saliva y alcohol
    o el murmullo de la una de la mañana,
    o un corazón como cualquier otro.

    Son los hombres del alba.
    Los bandidos con la barba crecida
    y el bendito cinismo endurecido,
    los asesinos cautelosos
    con la ferocidad sobre los hombros…”
    —Efraín Huerta, Los hombres del alba.


    A primera hora de la mañana el barco estaba listo para zarpar del puerto. Cientos de personas se encontraban ahí, mostrándose ante los primeros rayos del sol, algunos despedirían a sus familiares sin saber si esa sería la última vez que los verían. Otros simplemente pasaban por ahí para felicitar a los valientes jóvenes que cruzarían el océano, en busca de nuevas tierras y riquezas inimaginables.

    Dentro de un carruaje Akihiko y Shinobu se miraban uno al otro emocionados por su nueva aventura.

    —He contratado a la mejor tripulación de todo el país, espero que así mi tía y mi prima no se preocupen tanto por ti— Mencionaba divertido Akihiko, pues convencer a sus tíos de que sería buena idea que Shinobu se embarcara con él en su nueva expedición había sido toda una odisea.

    Sus tíos siempre se habían preocupado por Shinobu, en especial porque era un omega. Aun dentro de la corte del rey nunca lo dejaban solo, pero las historias del nuevo mundo habían emocionada tanto al pequeño, que cuando prácticamente le suplicó que le permitiera acompañarlo Akihiko no le pudo decir que no. Ahora ahí lo tenía, el pequeño rubio estaba ansioso por llegar tanto que tan pronto el carruaje se detuvo salió rápidamente al muelle apartando a las personas que estorbaban en su camino y fue uno de los primeros en abordar el barco.

    Akihiko lo siguió, igual de emocionado que él pero con más calma. Tomándose el tiempo de saludar a su tripulación. A algunos ya los conocía de viajes anteriores y confiaba en ellos, después de todo tenía que hacerlo, pasaría meses en el barco con esas personas y estarían apartados de toda civilización cuando desembarcaran en el nuevo mundo.

    El médico que los acompañaba fue a uno de los primeros que saludó. Tsumori por lo general no viajaba con él, pero era un médico de confianza de sus tíos y lo necesitaba a bordo para controlar los celos de Shinobu si es que alguno llegaba a presentarse durante su viaje, lo cual tomando en cuenta el tiempo del viaje era probable que pasara.

    —Confío en usted para suprimir los celos de mi primo, además de disminuir en lo posible su olor, no quiero problemas en mi barco—Le advirtió con un tono sombrío. Akihiko adoraba a su pequeño primo y sabía el riesgo que implicaba llevarlo con él. El barco estaba repleto de Alfas que se separaban de sus omegas y que tal vez no verían a uno en meses a parte de los escasos omegas que llevaba para el aseo del barco.

    —Por supuesto Sir, usted deje a su primo en mis manos.

    A Akihiko no le gustó aquel comentario, y se lo hizo notar cuando su olor se incrementó, haciendo que varias cabezas se giraran en su dirección. Al médico no pareció importarle, después de todo él también era un alfa, igual de importante que Akihiko.

    Desplegaron las velas y levantaron anclas.
    Shinobu salió de su camarote hasta la cubierta, donde Akihiko dirigía a sus hombres. Sostuvo los hombros tensos de su primo y una sonrisa enorme adornó su rostro.

    —Algo me dice, Shinobu, que este será el mejor viaje de nuestras vidas — No era solo la energía de su tripulación o el buen clima que hinchó las velas haciendo que avanzaran con velocidad. Era su corazón que latía velozmente, su alma que se encontraba ansiosa, a la expectativa.

    —❤—



    Hiroki pudo escuchar los tambores mucho antes de que estos sonaran. Cantaban una canción alegre, pero podía sentir, entre sus dedos, a la tierra temblar temerosa.

    Se desenvolvió del lecho verde en el que dormía, y aunque en el interior del árbol aun parecía de noche cuando salió de su refugio los rayos rosados del sol besaron gentilmente su rostro. Corrió en dirección de su aldea y mientras seguía la dirección del río pudo ver entre el pasto y los árboles, las canoas de los guerreros que regresaban de la batalla. Sonrió cuando vio a su padre desembarcar y saludar al sabio del pueblo para después dirigirse a él.

    —Hiroki—Su padre lo abrazó y Hiroki pudo notar como su corazón latía rápido contra su pecho, desprendiendo calor. Respiró su olor tan familiar, con el que siempre hacía dormir a Hiroki cuando era pequeño y él, como un niño, se escondió en el amplio pecho de su padre—Apenas me voy unas semanas y creces como los ríos en verano. — Sabía que era mentira, estaba igual que siempre, pero lo mejor era no contradecirlo. Se separó de su padre, viendo su cuerpo en busca de cualquier posible herida pero parecía estar bien.

    —Me causa una gran alegría que hayas regresado a salvo padre. ¿Dónde está Miyagi? —Su padre señaló a un lado y Hiroki vio a Miyagi salir de la canoa, tenía algunas heridas en el brazo pero cuando los niños se aglomeraron alrededor de él, Miyagi los alzó por el aire como si se trataran de plumas. Se separó de su padre cuando más personas de su pueblo se juntaron a su alrededor. Todos estaban ansiosos por las historias de la batalla, pero Hiroki prefería no escucharlo.

    —Más tarde necesito hablar contigo padre — Este asintió y Hiroki caminó para encontrarse con su amigo, que como siempre dejó a los niños sobre el suelo para levantarlo por los aires.

    —Hiroki, sigues igual de delgado… y gruñón—Agregó cuando vio su ceño fruncirse.
    —No deberías hacer esfuerzos si estas herido. Bájame.

    Miyagi aceptó su regaño y siguió su consejo colocándolo de nuevo sobre la tierra. Entonces apartó a los niños a su alrededor con una sonrisa y caminó con él. Hiroki pudo notar como su olor había cambiado súbitamente y su expresión se volvía seria, algo extraño en él.

    —Tenemos que hablar Hiroki. —Miyagi lo guió entre la multitud, lejos de la aldea hasta las milpas que les daban privacidad, entonces suspiró y encaró a Hiroki —Tu padre me ha ofrecido tu mano en matrimonio —Decir que Hiroki estaba sorprendido sería poco. Miyagi no había querido decirlo así, pero sabía que si le daba muchas vueltas al asunto no conseguiría más que Hiroki se impacientara. Miyagi puso sus manos sobre los hombros del omega que había perdido el aliento, por lo que no pudo interrumpirlo cuando continuo, esta vez más relajado y hasta un poco juguetón — Le pregunté si sería buena idea tratar de domar a un lobo salvaje —Hiroki rodó los ojos ante su comentario, pues reconoció el sobrenombre que llevaba desde siempre, en esa oración.

    Los habitantes de su pueblo siempre lo decían, que tenía el alma de un lobo de las montañas, que su voz no era comparable con el aleteo de los colibrís como lo hacían las voces de cientos de omegas, sino que sólo se comparaba con el clamor de los tambores de batalla, pero que, a pesar de eso, su toque siempre era como el de una ráfaga cálida de viento.

    —Y le he dicho que lo pensaría. —Hiroki entendía a su padre, después de todo estaba en una edad en que los omegas elegían a sus alfas, pero, aunque Miyagi había sido su amigo incondicional prácticamente desde que nació no creía que fuera su pareja destinada. Miyagi vio la mueca angustiada que se formaba en el rostro de Hiroki y apretó su naricita para que dejara de hacerla —Puedes decir que no si lo deseas.

    Hiroki no quería rechazarlo tan abiertamente. Sobre todo, porque desde hacía muchos días tenía un presentimiento, era su corazón latiendo salvajemente anunciado un cambio en el viento. Suspiró y recostó su cabeza en el pecho de Miyagi que siempre había olido a madera, pero se encontró pensando que aunque era un olor familiar y lo hacía sentir tranquilo, no combinaba con el suyo.

    Volvieron juntos y en silencio a la aldea donde su padre y muchos guerreros más hablaban sobre la guerra, relatando como sus enemigos habían huido ante las flechas que rompieron el viento y los tambores que anunciaban su muerte. Cuando lo vio, el padre de Hiroki sonrió y se apartó del grupo. Le dio una mirada significativa a Miyagi y después se dirigieron a su propia casa para hablar.

    —Supongo que Miyagi ya te ha hablado de la propuesta que le he hecho.
    —Ciertamente lo hizo padre…
    —Lo anunciaremos oficialmente esta noche, a la luz de las estrellas, estoy seguro de que su compromiso alegrara el corazón de nuestro pueblo y entre ellos el mío— Ante los ojos brillantes de su padre Hiroki casi cedió, sin embargo, al recordar la sensación de esa mañana en su guarida secreta lo hizo suspirar y tomar las manos de su padre.

    —No deseo casarme con Miyagi, padre. —Desconcertado, su padre tomó los hombros de Hiroki con suavidad, sin embargo, sus facciones se endurecieron y sus ojos se afilaron cuando vio a Hiroki.
    —¿Por qué no? Miyagi es nuestro mejor guerrero y tienen el alma noble de un niño, a su lado serías muy feliz y estarías a salvo de todo peligro —Hiroki se desprendió del toque de su padre necio en aceptar que ese era su destino y la dirección de su corazón.

    —No es por su alma, sino por la mía. Padre he tenido un presentimiento desde hace varios días, como si algo nuevo estuviera a punto de empezar y yo perteneciera a eso. No sé lo que es, pero lo he sentido en la tierra y en el cielo, como si las estrellas lo anunciaran. Por favor, déjame experimentarlo.

    —Hiroki, cuando yo me una a los espíritus de la naturaleza tu tendrás que ocupar mi lugar. ¿Crees que partiré con confianza sin saber con qué clase de alfa unirás tu alma?

    —Dices eso como si no pudiera cuidar de mí mismo —Sin darse cuenta ambos habían elevado la voz, lo suficiente para que las personas fuera de su hogar los escucharan y decidieran alejarse, por miedo a lo que podría pasar después. El padre de Hiroki intentó usar su olor para calmar a Hiroki, para someterlo, aun sabiendo que fallaría y que no haría más que hacer enfadar a su amado hijo. —No quiero unirme a ningún alfa, ni a Miyagi ni a algún otro guerrero. No puedes obligarme.

    Cuando Hiroki salió como un rayo de su casa, las personas a su alrededor se apartaron de su camino, sabiendo la tormenta que desataran si hacían enfadar al enérgico hijo de su jefe. Corrió hasta que dejó atrás a su aldea y siguió corriendo internándose en el bosque, entre los animales silenciosos que solamente alzaban sus rostros para olfatearlo cuando lo veían pasar.

    Llegó a la orilla de una gran cascada y se detuvo ahí pues no había otro sitio a donde correr. Se sentó en la orilla, donde la tierra estaba húmeda y suave, encogió sus piernas hasta que sus rodillas tocaron su pecho y escondió su rostro entre sus brazos. Ahí todo era tan silencioso además de cálido. Se dejó acariciar por los rayos de sol de media tarde preguntándose si podía quedarse ahí para siempre y cerró los ojos, dejando de pensar un momento.

    —La tierra está inquieta al igual que tu corazón— La voz sobria pero extrañamente llena de afecto se dejó oír entre las hojas de los árboles, aun así, Hiroki no levantó su rostro de su escondite entre sus brazos— Siempre me has parecido más un espíritu que una persona, dulce omega. Desde tu ritual de iniciación he escuchado aullar al lobo que suprimes en tu corazón, he oído como los ríos te reclaman, como el viento quiere elevar tu alma hasta el firmamento y como la tierra quiere llevarte de vuelta a su vientre ¿Entonces por qué te resistes?

    —No lo sé.
    —Lo sabes, en cada latido de tu corazón lo sabes y estas consciente de ello. Y más ahora, cuando tu otra mitad está tan cerca tuyo— Hiroki estuvo a punto de rebatir cuando alzó la mirada. No había nadie cerca de él, pero si algo.

    Se levantó para ver mejor pues al Este se divisaba algo extraño. El viento se agitó al igual que las criaturas a su lado que veían el extraño espectáculo. Unas nubes inmensas partían a otras más pequeñas y el clamor del mar llegaba hasta ahí, advirtiendo a su hijo el río sobre los invasores.

    —❤—



    Las anclas ya estaban descendiendo cuando Akihiko salió a cubierta.

    Admiró la tierra virgen e inhalo el aire puro de un nuevo mundo sonriendo victorioso. Shinobu a su espalda sonrió de igual manera y aunque lucía cansado y pálido, cuando observó al frente sus ojos se iluminaron como un par de estrellas. Esa semana había sido difícil para su pequeño primo pues había entrado en celo y aunque Tsumori lo había controlado con algunas hierbas que eran reconocidas por ser potentes y eliminar todo olor que saliera del omega, tenían el efecto secundario de dejar a los omegas que las ingerían adoloridos y cansados.

    —¿Es todo lo que imaginaste pequeño?
    —Es muchísimo más de lo que siempre soné. Gracias Akihiko — Shinobu se aferró a su primo en un abrazo y cuando descendieron, Shinobu del brazo de Akihiko este rápidamente empezó a repartir ordenes entre sus hombres con una voz potente y autoritaria que no le agradó del todo a los alfas que estaban subordinados a él.

    —Necesitamos que se levanten unas tiendas provisiones, no muy lejos del barco, algunos se encargaran de eso. Otros empezaran la construcción del fuerte, para eso tendremos que adentrarnos al bosque y talar algunos árboles, pero antes de eso necesito un grupo de exploración. No sabemos si haya salvajes cerca de aquí. Yo mismo iré con los voluntarios para esta misión — Shinobu entonces se tensó y se aferró al brazo de su primo. Cuando los hombres comenzaron a separarse para buscar todo lo necesario para el campamento y su expedición, Akihiko bajó la voz, convirtiéndola en un susurro gentil para el omega — Tú te quedaras aquí, fuera del peligro. El médico Tsumori te acompañará.

    Shinobu quiso protestar, hasta que recordó que no estaba en la corte y que en ese lugar no se podía comportar como un chiquillo malcriado, pues algo así podría ponerlos en peligro. Así que asintió sumiso a la orden de su primo recibiendo a cambio un beso en su frente.

    Akihiko se colocó su yelmo y junto a sus hombres se adentró en el bosque. Algo lo guiaba al interior, su corazón lo hacía esquivar árboles inmensos y guiaba sus pies a algo más valiosos que cualquier tesoro material con el que Akihiko hubiera soñado.

    —❤—


    Los hombres brillaban como si estuvieran bañados por la luz de la luna y hacían ruido al volverse, tal vez demasiado. Muchos tenían el cabello dorado como el sol o rojo como el fuego. La mayoría eran alfas, aunque entre tantas personas Hiroki no podía distinguir el olor individual de cada uno. Los observó entre los arbustos de bayas cuando su gran canoa coronada por nubes se detuvo en la playa. Observó como las canoas más pequeñas eran engullidas por la grande desde el punto alto en el que estaba.

    Vio a más hombres descender de la canoa, algunos con ropas deslavadas y viejas otros pocos con atuendos coloridos. Todo le parecía emocionante y a la vez escalofriante. Observó mejor a los seres que descendían, pero cuando vio a un alfa en particular, su corazón casi se detuvo. Tenía el cabello plateado, pero no era un anciano, sino un alfa joven con las facciones hechas por los mismos espíritus que hacían las flores más hermosas que crecían a lado de los ríos.

    Su omega casi saltó a los brazos de ese hombre, sin embargo se contuvo cuando vio al pequeño omega aferrado al brazo del alfa. No podía negar que era bonito, con el cabello dorado, los unos ojos enormes y luminosos como Hiroki no había visto ningunos. Casi se dio media vuelta reconociendo que no tenía nada que hacer ahí, hasta que al reparar en el omega vio que este no portaba ninguna marca de pertenecía, además de que el alfa de cabello plateado solo había dejado un beso en su frente. Tal vez no estaban enlazados.

    Siguió al grupo de hombres que se internó en el bosque, guiado por el destello de sus pieles al contacto con el sol, aunque trataba de ser silencioso y mantener cierta distancia de ellos. Cuando se separaron pudo entonces identificar a cada uno de los alfas y betas que estaba ahí, diferenciando sus olores. Algunos olían terriblemente mal y otros a varias cosas que Hiroki nunca había olido y que no podía identificar si le gustaban o le desagradaban.

    Nunca le quitó la vista de encima al alfa de cabello plateado y cuando el grupo inicial fue separándose en pequeños grupos Hiroki vio la oportunidad perfecta para acercarse. Ascendió a las ramas altas de los árboles y desde ahí los fue siguiendo, silencioso, sus pasos confundiéndose con el correr de los mapaches entre las ramas. Pero justo cuando estaba admirando al alfa otro de los hombres alzó lo que parecía una rama plateada de la cual salió un rayo cuyo trueno retumbo por el bosque, a su lado uno de los mapaches cayó al suelo con su sangre manchando la tierra.

    Asustado Hiroki subió rápidamente a los árboles, tratando de regular su respiración y evitar por su olor que los hombres descubrieran que estaba ahí. Escuchó a los hombres discutir en una lengua extraña y áspera que Hiroki no reconocía. Sus voces se elevaron hasta las copas de los árboles y entonces Hiroki los vio regresar sobre sus pasos.

    Colocó su mano sobre su pecho, notando como su corazón latía desembocado.

    —❤—



    —Debemos mantenernos alejados de los invasores— La voz del padre de Hiroki llegó a todos los presentes que asintieron de acuerdo. Unos cuantos jóvenes discutieron entre si y hubo un valiente que dio un paso al frente.

    —¿No sería mejor ahuyentarlos ahora, gran jefe?
    —No quiero exponer a nadie. Aún no sabemos cuales son las intensiones de esas personas y mientras permanezcan en la playa no suponen una amenaza para nosotros.

    Hiroki miraba todo desde la distancia no muy convencido de lo que decía su padre. Él había visto a los hombres de luna desde el primer día en que llegaron, y a juzgar por como cada día se adentraban más al bosque y que sus tiendas no hacían más que aumentar de tamaño, era una clara señal de que pretendían quedarse mucho tiempo. Eso lo sabía porque había visitado su campamento durante esas dos semanas en las que los extraños habían permanecido en la playa.

    Tal vez nunca hubieran sido notados, de no ser porque sus armas hacían mucho ruido. Al principio a Hiroki le habían dado miedo, pero entre más los veía más curiosidad le causaban. Descubrió que podían quitarse sus pieles brillantes y que algunas de sus armas eran similares a las que usaban los guerreros de su pueblo. De igual forma había notado que en la embarcación también se encontraban mujeres alfas, betas y en su mayoría omegas. Le pareció curioso notarlo.

    Cuando el grupo que oía a su padre comenzó a desplegarse Hiroki tuvo la intención de volver a la playa para seguir observando al grupo de extraños hasta que Miyagi lo tomó por una muñeca, impidiendo su huida.

    —No creas que no he notado que desapareces por las tardes Hiroki. No te estarás metiendo en problemas ¿o sí?
    —Por supuesto que no.
    —No es seguro que estés solo en el bosque. Yo puedo acompañarte a donde desees ir —Hiroki puso los ojos en blanco y se desprendió del agarre de Miyagi.
    —No soy un niño pequeño. Estoy bien.

    Miyagi estaba por recordarle por que no era seguro estar solo hasta que fue solicitado en la tienda donde el jefe y varios guerreros se reunirían con el sacerdote del pueblo para pedir su consejo. Hiroki debía asistir también pero cuando Miyagi se dio media vuelta Hiroki ya había desaparecido. Suspiró derrotado, lo único que podía hacer era desearle suerte a Hiroki en lo que fuera que estaba haciendo.

    —❤—



    Desde que habían desembarcado. Akihiko se sentía observado. Shinobu le había dicho que estaba exagerando pero Akihiko no dejaba de percibir ese olor fresco y dulce que lo seguía desde hacía varios días.

    Suspiró, sin querer atormentarse demasiado con el tema y volteó para ver a su primo rodeado de varios omegas que los habían acompañado en el viaje. Su primo estaba un poco enfadado con él porque Akihiko no le había permitido ir más allá del campamento, pero lo hacía por seguridad. Por las noches a veces le parecía observar hogueras que al parecer sólo el veía, o escuchaba ramas y hojas romperse a su alrededor.

    Cuando se aseguró de que su primo no lo seguiría salió del campamento y se dirigió a un pequeño manantial que sus hombres habían descubierto días antes, cuando ya se les acababan las provisiones de agua dulce. Lavó su rostro y manos notando que ahí estaba de nuevo, ese olor tan peculiar, pero incluso antes de que su nariz lo reconociera su corazón ya había estado latiendo desembocado contra su pecho.

    Caminó tratando de lucir despreocupado, acariciando su costado donde su daga estaba guardada. Pasó junto a unos árboles bajos y unos arbustos llenos de pequeñas futas que Akihiko todavía no sabía si eran venenosas y cuando volvió a oír los pasos ligeros se movió.

    Incluso antes de verlo ya tenía el cabello largo y sedoso entre sus dedos y la daga contra el frágil cuello. Cuando lo tuvo debajo de él perdió el aliento, pues jamás había visto a tan dulce y hermosa criatura. El omega no lo veía con miedo, es mas, en sus ojos oscuros estaba el desafío pero también la tranquilidad.

    —¿Cuál es tu nombre?

    QUOTE
    No sé a que ente milagroso de la escritura me encomendé pero terminé este capítulo en un día. Hacía mucho tiempo que no escribía tan rápido (considerando que son más de tres mil palabras y ya tengo unos capítulos de mi otro fic). Supongo que es porque estoy muy emocionada con esta historia.

    Ahora, viendo la extensión de este capítulo y que no he avanzado tanto en la historia tal vez tenga que quitar ese "two shot" porque creo que va a ser mucho más larga, con unos tres o cuatro capítulos, pero eso lo veré después.

    Muchas gracias por sus comentarios, que siempre me alegran el día.
    Nos leemos~


    Edited by ~Akemi~ - 29/1/2018, 15:49
     
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    Me ha encantado el capítulo.
    Ese es Hiroki todo rebelde y escapándose para investigar y aprender.
    Qué bien que ya se han encontrado. Ahora solo falta que Shinobu y Miyagi se encuentre.
    Me gusta la idea de que vaya a ser más largo de dos capitulos.
    Esperaré con ansias la conti.
     
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    Oh Akemi chi que alegría que hayas traído el primer capítulo tan rápido *w* adoro a ese ente milagroso de la escritura que te iluminó y ruego porque lo siga haciendo n_n

    Mi adorado Hiroki es un espíritu libre del bosque, que kawaii *o* es tan hermoso!!

    Akihiko por poco y lo mata, no? pero que reacción más ofensiva D: al menos ya quedó cautivado por la belleza de Hiroki

    Miyagi es tan bueno, ya quiero que se encuentre con Shinobu

    Gracias por el capítulo Akemi chi, cuídate mucho, hasta pronto!!!
     
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  7. Arwen09
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    Me encantó!! Adore como Hiroki observaba a Akihiko y cuando por fin se vieron.
    Tus historias me transportan a otro mundo, en este caso andaba escalando árboles con Hiroki jaja
    Muchas gracias por el capitulo. No importa cuánto tardes, aquí estaremos jeje
     
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6 replies since 27/1/2018, 07:16   161 views
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