Posts written by Aulu

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    Capítulo 8



    Misaki y Akihiko se quedaron observando a Manami por un instante sin saber qué hacer, ella lucía aparentemente tranquila pero no sonreía como era habitual.

    Hola Manami, ¿cómo…? -

    El castaño no pudo terminar su pregunta, los brazos de Manami lo rodearon.

    Misaki…lo siento tanto…- dijo Manami con la voz resquebrajada.

    Misaki se asustó, lo primero que pensó era que algo le había sucedido a Takahiro. Manami adivinó sus pensamientos cuando sintió cómo el cuerpo del menor se puso tenso, no había sido su intención asustarlo de esa manera.

    Takahiro está bien…lo que sucede es que…- empezó a tratar de explicarse.

    Misaki, tráele un vaso con agua – comentó Akihiko – Manami, por favor, pasa y siéntate en el sofá, ahí estarás más cómoda.

    El menor no dijo nada y obedeció, la verdad es que Akihiko sabía siempre cómo llevar el control de la situación y actuar con la cabeza fría.

    Manami, si deseas puedo dejarlos solo para que conversen. – dijo Akihiko.

    No, no es necesario. Eres parte de la familia. – respondió Manami ignorando el impacto que aquellas palabras tuvieron en Misaki y en Akihiko.

    Perdonen si me estoy entrometiendo…pero Takahiro ha estado actuando diferente después de venir aquí… ¿saben si algo le sucedió? Lamento haber llegado de esta manera tan imprevista pero estoy sumamente preocupada. Nunca había estado tan distante. – dijo Manami nuevamente al borde de las lágrimas.

    Misaki no sabía qué decir, no le gustaba mentir pero no quería decir algo que pudiera afectar la relación de su hermano. Aunque sabía que si fuera Manami le gustaría saber la verdad. Su mente daba mil vueltas.

    ¿Él no te ha mencionado qué le puede estar pasando? – preguntó Akihiko de manera cautelosa.

    Intenté preguntarle pero no me ha sido posible, no quería molestarlo si es que todo se trata de algo sin importancia y soy yo la que está exagerando todo…-

    No tienes por qué sentirte así, estás preocupada por él y es normal que quieras saber. – intervino Misaki – Quizá mi hermano está de ese modo porque quería que regrese con él a visitarlos pero no pude ir…porque en la universidad estamos en plena entrega de trabajos. Ya sabes que a veces es muy sensible. – Misaki se sintió aliviado de poder encontrar alguna explicación que darle.

    ¿En serio? No sabía que él estuviera planeando eso. –

    Quizá quería que sea una especie de sorpresa, especialmente para Mahiro. – siguió inventando Misaki, no se sentía cómodo mintiendo pero no tenía opción.

    Entonces puede que sea eso… lamento tanto todas las molestias. –

    No te preocupes. Ya verás que se le pasará, solo dale tiempo. – dijo Misaki intentando sonreír lo más posible para darle ánimos a su cuñada.
    Misaki, Akihiko…–

    ¿Si? – respondieron al unísono los dos.

    Es importante para mí en estos momentos saber que todo está bien con Takahiro debido a que…yo…estoy embarazada…– Manami se sonrojó y les dirigió una tierna mirada – Apenas tengo poco más de un mes aproximadamente, así que esperaré a que Takahiro esté menos estresado y a que el embarazo vaya bien, ya saben que hasta los 3 meses aún hay una alta probabilidad de sufrir una pérdida.

    El corazón de Misaki se agitó, definitivamente no era el mejor momento para que las cosas hayan salido a la luz. Esperaba que su hermano se recompusiera para que Manami, en ese estado, pudiera estar lo más tranquila posible.

    Todo irá bien, no pienses en esas cosas. – dijo Misaki esforzándose por reflejar más alegría que angustia. – Verás que pronto Mahiro estará jugando con su pequeño hermano o hermana.

    Felicitaciones Mamani. – dijo Akihiko.

    Muchas gracias a ambos, ¿puedo pedirles un favor? –

    Claro. –

    ¿Puedo traer a Mahiro un fin de semana con ustedes? Será para cuando decida contárselo a Takahiro, quiero planear algo para los dos. Él estaba muy ilusionado en darle a Mahiro un hermanito o hermanita, así que deseo que sea un momento especial. –

    Cuenta con nosotros, aquí estaremos. – respondió Akihiko quien esperaba que Misaki estuviera siempre ahí, a su lado.

    S-Sí, tan solo avísame un par de días antes para estar al tanto. – añadió el castaño un poco incómodo por la respuesta que había dado el peliplata – Siempre es divertido pasar tiempo con mi sobrino.

    Son ustedes tan amables. ¿Saben? Aquí también se siente calor de hogar. – comentó Manami – Bueno, lo mejor será que me retire, tengo que tomar el primer tren de regreso si deseo que Takahiro no sospeche que estuve aquí. Por favor, ¿podrían guardar el secreto?

    Sí, no diremos nada. – respondió Misaki.

    ¿No deseas que te acompañemos a la estación? Podría llevarte en mi auto. – se ofreció Akihiko.

    No te preocupes, un taxi me está esperando abajo. –

    Momento después Manami se despidió. Misaki se quedó en el departamento esperando un tiempo prudente para que ella no lo viera salir de ahí. En lo posible, no quería que sospechara nada.

    Manami se encuentra en un estado delicado solo por ella no diré nada y actuaré lo más normal posible cuando ella o Mahiro estén presentes, pero no pienses otras cosas. – dijo Misaki a Akihiko sin levantar la mirada.

    ¿Qué cosas? –

    Sabes a lo que me refiero…–

    El peliplata se fue acercando hacia donde se encontraba Misaki. La distancia entre ellos se iba reduciendo.

    No te me acerques. – ordenó el castaño.

    Misaki, entiendo que estés confundido pero en verdad te amo, nunca podría mentir acerca de mis sentimientos – dijo Akihiko y se detuvo cuando estuvo al frente de Misaki.

    Dices que no puedes mentir acerca de tus sentimientos pero puedes chantajear a las personas para que hagan cosas horribles. ¡¿Cómo pretendes que creas lo que dices?! – dijo furiosamente.

    El peliplata terminó por acortar la distancia entre ambos y abrazó a Misaki de la cintura. Con una de sus manos sostenía una de las muñecas del castaño para evitar que rompiera el contacto.

    ¡Suéltame! – gritó Misaki tratanto de zafarse de los brazos de Akihiko.

    Te amo. – susurró Akihiko en el oído de Misaki.

    El castaño tenía sentimientos contradictorios, una parte quería rechazar a Akihiko pero otra aún reaccionaba ante su tacto, su voz…Los recuerdos de los años vividos a su lado se agolpaban en su mente.

    Akihiko dejó de sostener el brazo de Misaki y con esa mano dirigió el rostro del menor hacia él, acercó sus labios y le dio un profundo beso.


    Nota de la autora:
    En primer lugar, espero que todos estén bien.
    La actualización tardó demasiado debido a muchos factores…aún tengo una leve duda acerca de si vale la pena terminar la historia…Agradezco a todos los que han pasado a leer y comentar (Anne onodera takano y Helena93)
    Sé que hay quienes no quieren que separe a la pareja (MisakixAkihiko) pero siempre tuve en mente hacer algo con Ijuuin.
    Díganme, ¿hasta qué punto quisiera que lleguen (Misakix Ijuuin)?
    Cuídense mucho.
  2. .

    Capítulo 7




    Misaki, una vez Ijuuin se fue, regresó a su habitación. Estaba por abrir uno de sus libros cuando la luz de su celular se encendió.

    El corazón del castaño se aceleró. Trató de convencer a su mente, inútilmente, que podía tirar el celular a la basura y así no tendría que enterarse nunca de alguna notificación de mensajes o llamadas. No quería ver aquel nombre…

    Finalmente, cuando abrió la tapa del celular, encontró que tenía un mensaje nuevo.

    “Misaki, debo hablar contigo. Estoy en camino”

    Era un mensaje de Manami, la esposa de Takahiro. Misaki se percató que no había pensado en cómo lo que había pasado podría afectar a la familia de su hermano.

    Quería creer que todo seguiría como siempre, pero conocía a su hermano y sabía que se le haría imposible actuar como si nada ahora que la verdad había sido develada. Siempre había sido completamente transparente...o al menos eso creía hasta hace poco...

    Pensar en Takahiro le dolía, pero al recordar al pequeño Mahiro la angustia lo consumió.

    Si Manami y mi hermano se separan...No, no puede llegar a pasar eso…¿Mi hermano le habrá contado lo que pasó? ¿Qué pensaría Manami de todo esto? - fueron los pensamientos y preguntas que invadieron su mente.

    Se obligó a mirar una vez más el mensaje para pensar en una respuesta. Por lo que entendió, Manami se dirigía a la ciudad...pero no podía saber con certeza si se dirigiría al departamento del escritor pensando que podría encontrarlo en ese lugar. No sabía nada de lo que su hermano pudiera haberle dicho o no. Quizá solo lo encontró extraño y quería saber si había ocurrido algo...o en el mejor de los casos se trataba de una simple casualidad.

    Si se trataba de aquello último, Manami no podía enterarse que había dejado el departamento de Akihiko o de lo contrario empezarían las preguntas. Misaki dio por entendido el que Manami no preguntara por su ubicación porque de seguro creía que se encontraba con Akihiko.

    Sin pensarlo dos veces, para no darse tiempo de retractarse, salió del departamento de Ijuuin.



    El teléfono de Akihiko sonaba sin cesar pero él no se molestaba en contestar o si quiera ver de quién se trataba. Sabía que era Aikawa. Ese día se había pactado una reunión general en la editorial pero él había decidido no ir. No tenía ánimos ni la energía suficiente para actuar como si nada hubiera pasado. Solo tenía cabeza para pensar en Misaki.

    Pasó gran parte de la mañana aclarando su mente. De algo estaba seguro, no podía seguir así, esperando. Así que tomó la decisión de ir a buscar a Misaki a casa de Takahiro. Quizá no llegaría realmente a hablar con él pero necesitaba aunque sea llegar a verlo, saber que se encontraba bien. Tomó una ducha rápida y alistó una pequeña maleta, iría a Osaka a buscar a Misaki con la ilusión de no regresar solo...

    Akihiko bajaba las escaleras con la maleta en la mano cuando el timbre de la puerta sonó. Fastidiado, abrió la puerta pensando que se trataba de Aikawa pero no, era Misaki quien estaba frente suyo.

    Misaki se quedó un momento petrificado cuando vio la silueta del escritor delante suyo. Pero se recompuso rápidamente, el pensar en Manami y Mahiro lo ayudaba a no enfocarse en lo que él sentía. Tenía que pensar en ellos, no en él.

    Manami está en camino...no sé qué es lo que ella sabe...en caso sea una casualidad no quiero que se entere de lo que ha pasado, al menos no por mi…- dijo firmemente el castaño mientras entraba en el departamento y se dirigía a la sala sin mirar al peliplata. - Pensé en reunirme con ella en otro sitio...pero creo que era necesario que fuera aquí...

    Akihiko, luego de reponerse de la sorpresa de encontrarse cara a cara con el castaño, notó los ojos hinchados y las ojeras de Misaki. Sabía que era él el responsable de que se encontrara en ese estado. Su mente tardó un poco en asimilar lo que acababa de escuchar.

    ¿No habías ido con Takahiro a su casa? - preguntó intrigado el peliplata.

    Misaki no había tomado ese detalle en cuenta. Ahora Akihiko sabría que no se estaba quedando en casa de su hermano.

    Yo…- su mente se quedó en blanco.

    ¿En dónde te estás quedando? - el interés del mayor se acrecentaba. Con movimientos suaves, se fue acercando hasta quedar a una distancia prudencial.

    No es necesario que lo sepas. Si estoy aquí es por Manami y Mahiro. Si ella no sabe nada te pido que por favor actúes como si nada hubiera pasado. Si pudieras quedarte arriba mientras ella está aquí sería más fácil... -

    Si me quedara arriba no podría ayudarte. No estoy diciendo que no puedas manejar la situación pero tu rostro te delata, es evidente que algo ha pasado... -

    ¿Ayudarme? ¿Tú? - dijo enojado el castaño.

    Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Akihiko.

    Te amo. - susurró el peliplata - Misaki, te amo.

    El castaño apretó los puños.

    No digas esas cosas…-

    No puedo cambiar lo que sucedió en el pasado, los errores que cometí seguirán ahí. Pero en verdad te amo y es por eso que lucharé, volveremos a estar juntos, lo sé... -

    Akihiko fue acercándose al castaño.

    No se deja de amar de la noche a la mañana…-dijo en un susurro a la oreja de Misaki.

    La boca del escritor se encontraba a escasos centímetros de la del menor.

    ¿Cómo fue que convenciste a Takahiro de que seas mi tutor? - preguntó Misaki

    La pregunta paralizó al escritor, pero no se alejó de Misaki. No dejaría pasar la oportunidad de estar tan cerca de él.

    Creo que es justo que sepas todo lo que pasó...pero será mejor que dejemos esta conversación para después, Manami debe de estar cerca…-

    El menor casi podía sentir la respiración de Akihiko. Su corazón estaba agitado y su mente trataba de pensar qué hacer.

    Sabía que Akihiko tenía razón en todo. Tenía razón en que Manami podría llegar en cualquier momento y por ello lo mejor era no iniciar una conversación en ese momento pero, sobretodo, tenía razón en aquello que le susurró “No se deja de amar de la noche a la mañana”. Eso lo sabía bien. Esa era la causa del dolor que sentía y de las emociones tan contradictorias que sentía al encontrarse al lado de Akihiko.

    Mientras pensaba en todo aquello sintió una presión en sus labios.

    Akihiko lo estaba besando, apenas y sus labios se rozaban pero estaban en contacto.

    Esto lo tomó por sorpresa, se dejó llevar por un breve instante pero empujó al mayor en cuanto tuvo un mayor control de su mente y cuerpo.

    Ya te dije la razón por la que estoy aquí…no pienses otras cosas...- dijo el castaño mientras se alejaba del peliplata.

    Akihiko se quedó callado y se sentó a una distancia prudencial, por más que quisiera no era el momento adecuado de acercarse al castaño.

    ¿Qué harás si Manami ya está enterada de la situación? - preguntó el mayor

    Solo espero que la relación entre ella y mi hermano no se vea afectada...pensar en que la familia de mi hermano pueda destruirse...ellos no tienen la culpa...y está Mahiro…-

    Manami es una mujer sensata, todo irá bien -

    Misaki no respondió, se quedó callado esperando que la visita llegara pronto. No le gustaba estar solo con Akihiko y mucho menos en el departamento donde toda su historia había tenido lugar.

    Akihiko por su parte contenía el impulso de abrazarlo y decirle cuánto lo amaba, se conformaba con poder verlo y la sensación del roce que acababan de tener sus labios. Al inicio Misaki no lo había rechazado, eso aumentó sus esperanzas.

    Cada uno se encontraba sumido en sus pensamientos cuando el timbre de la puerta sonó. Akihiko se quedó sentado en el sofá mientras Misaki fue a abrir.

    El castaño se quedó indeciso por un momento, no quería ver a Manami pero tampoco podía dejarla esperando y aplazar lo inevitable.

    Todo irá bien, el único culpable soy yo... - dijo Akihiko casi en un susurro.

    Misaki abrió la puerta y, en lugar de Manami, una encolarizada Aikawa entraba al departamento.

    ¡Ahí estás! - dijo furiosa mirando al peliplata - ¡Te estuve llamando toda la mañana, hoy era la reunión general de la editorial!

    No tenía ánimos de ir, la verdad este no es un buen momento…-dijo Akihiko.

    El modo en que Akihiko normalmente respondía ante una situación así era de un modo infantil por lo que Aikawa supo al instante que algo serio había pasado. Se quedó mirando a Akihiko y a Misaki, sus semblantes delataban que no la estaban pasando bien, incluso la atmósfera en el departamento era distinta, algo había cambiado.

    ¿Están bien? - preguntó mientras sus ojos iban de uno al otro - ¿Hay algo en que los pueda ayudar?

    Iré...a comprar algunas cosas...ya regreso. - contestó Misaki. Prefería evitar que Aikawa se encontrara con Manami, lo mejor sería esperarla afuera del edificio.

    Misaki, quédate. - suplicó el peliplata, sabía que si el castaño salía no lo volvería a ver en un tiempo y no quería despedirse de esa forma.

    Akihiko…- susurró Misaki sin saber qué hacer, la presencia de Aikawa modificaba completamente los planes de ese día.

    ¿Misaki lo llamó Akihiko? - se preguntó Aikawa para sus adentros - Definitivamente algo ha pasado entre ellos dos.

    Eh...muchachos...yo volveré en otro momento para ver cosas de la editorial con sensei- intervino Aikawa.

    Lo que menos quería era interrumpir a la pareja, era evidente para ella que Misaki y Akihiko lo eran. Aikawa había asumido esto y lo había guardado para sus adentros, sabía que ese tipo de situaciones podrían ser incómodas y no quería entrometerse si ellos no decidían confirmar sus sospechas.

    Antes que alguno de los dos pudiera decir nada se despidió de ambos tratando de actuar como siempre y abrió la puerta. Cuando lo hizo Manami se encontraba en el dintel, había estado a punto de tocar la puerta cuando esta se abrió.

    Aikawa saludó cortesmente y se fue, no tenía idea de lo que estaba pasando pero deseó que todo volviera a ser como siempre.

    Misaki y Akihiko se quedaron observando a Manami por un instante sin saber qué hacer, ella lucía aparentemente tranquila pero no sonreía como era habitual.

    Hola Manami, ¿cómo…? -

    El castaño no pudo terminar su pregunta, los brazos de Manami lo rodearon.

    Misaki…lo siento tanto…- dijo Manami con la voz resquebrajada.


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    A quienes escribieron un comentario o esperaban la continuación…¡disculpen la demora! Pasaron muchas cosas que no me permitieron volver a conectarme con la historia hasta ahora.

    Muchas gracias 4 EVER Yaoi, Emmita-futari, mfarias-145, Anne onodera takano, Romi San, Aira-San, Yoo Joo, Dan Angel y Pichita ver sus comentarios me impulsaron a no abandonar la historia.

    Nos vemos en el siguiente capítulo.

    Un abrazo,
    Aulu
  3. .

    Capítulo 6



    Akihiko movió su cabeza tratando de despejar su mente de aquellos recuerdos.

    Se levantó del sofá y se dirigió escaleras arriba, entró a la habitación que había pertenecido a Misaki. Aquella que a veces permanecía vacía debido a que el escritor llevaba al castaño a su propia habitación.

    El aroma de la persona ahora ausente aún se podía percibir.

    El peliplata se sentó en la cama y lloró a solas, ya no estaba el único al que le hubiera permitido verlo en aquel estado.

    El desahogarse un poco le hizo bien, había necesitado aquello para recobrar fuerzas y volver a pensar claramente.

    Sabía que tendría que luchar para volver a reconquistar a su castaño.

    Para Akihiko no existía otra opción más que volver con Misaki, que todo volviera a ser como antes. Su mente bloqueaba la posibilidad de haberlo perdido para siempre o de lo contrario se derrumbaría.

    Antes de retirarse de la habitación la observó detenidamente.

    El volverá. –pensó.

    La puerta se cerró y la habitación quedó envuelta en penumbras.




    La cena está servida. –anunció de pronto Ijuuin del otro lado de la puerta.

    El castaño se sobresaltó.

    S-si, en seguida salgo. –respondió Misaki tratando de modular su voz para que esta no delatara su tristeza.

    Pero fue en vano.

    Ijuuin notó al instante que no se encontraba bien.

    El mangaka abrió la puerta y entró. Vio al castaño tapándose los ojos con las manos. Tomó suavemente sus muñecas y las apartó, un par de ojos color esmeralda llenos de lágrimas aparecieron.

    Las miradas de Ijuuin y Misaki se encontraron. El menor sintió que había vivido una escena similar anteriormente.

    Recordó su primer beso con Akihiko. Aquel día tampoco podía dejar de llorar y la solución de Akihiko fue darle un beso.

    Se odió por recordar aquello.

    No trates de ocultar tu tristeza. No tienes por qué hacerlo. –dijo Ijuuin mientras liberaba gentilmente las muñecas de Misaki. Ya que no quería hacer sentir presionado a Misaki para que contara aquello que lo había afectado de esa manera, decidió actuar como si no lo hubiera encontrado en aquel estado – La cena está lista, pero antes sería buena idea que te des un baño. El agua caliente ayudará a que te relajes. Iré a preparar la ducha.

    El castaño observó cómo Ijuuin salía de la habitación.

    El mangaka se encontraba ya en el umbral de la puerta cuando unas manos se aferraron a su espalda impidiéndole continuar.

    Muchas gracias. –susurró el menor mientras apoyaba su cabeza en la espalda de Ijuuin.

    Se quedaron en silencio un momento. Luego, Misaki se apartó y empezó a buscar su ropa.

    Me bañaré rápido para no retrasar la cena. –dijo el castaño evitando mirar al mayor y actuando como si de verdad se encontrara concentrado en aquella actividad.

    No te preocupes. –respondió Ijuuin y salió finalmente de la habitación.


    El corazón del mangaka nunca había experimentado hasta ese día tantos sentimientos encontrados. La felicidad de encontrarse al lado de la persona amada, la tristeza que le transmitía ver a Misaki en aquel estado, la impotencia de no poder ir a darle su merecido a Akkihiko por lo que sea que le hubiera hecho a Misaki, todo eso al mismo tiempo.

    Pero se prometió así mismo una cosa: el castaño volvería a ser el de antes, haría todo lo posible…y lo imposible también.


    Luego de la cena, Ijuuin y Misaki se sentaron frente al televisor. El mangaka lo había animado a ver alguna película antes de dormir, quería distraerlo y evitar que pensara demasiado en lo que sea que lo estaba torturando.

    Vieron una de esas películas que se ven por hacer tiempo y cuando esta terminó el castaño se encontraba completamente dormido en el sofá.

    Misaki…debes de ir a tu habitación…–dijo el mangaka lo suficientemente alto como para que este pudiera escucharlo, pero sin despertarlo bruscamente.

    No obtuvo respuesta.

    Con suavidad lo cargó y lo llevó a su habitación. Una vez ahí lo depositó en la cama.

    Ijuuin intuyó que el castaño no había dormido nada desde el día anterior o de lo contrario se hubiera despertado ya producto del movimiento.

    Cuando terminaba de arroparlo, Misaki empezó a moverse un poco.

    Usagi-san…no…no soy mi hermano…–murmuró el menor en sueños. Su rostro estaba tenso.

    El mangaka trató de interpretar aquellas palabras. ¿El hermano de Misaki se encontraba involucrado? ¿Qué era lo que había pasado?

    Yo, Ijuuin, te prometo que todo estará bien. –le susurró mientras apartaba los mechones de cabello del rostro del menor.

    El rostro de Misaki se relajó, como si lo hubiera escuchado.

    El mangaka se quedó un par de horas vigilando el sueño del castaño hasta que fue a su propia habitación.



    La mañana siguiente, Ijuuin despertó temprano. Tenía que ir a la editorial, pero antes quería preparar el desayuno para Misaki. Sin embargo, cuando se dirigía a la cocina, se encontró con una sorpresa.

    El castaño había colocado ya en el comedor el desayuno que acababa de preparar.

    Ijuuin, espero que le guste. –dijo Misaki esbozando una sonrisa.

    Sonrisa que el mangaka sabía estaba forzando.

    Muchas gracias, Misaki. No debiste molestarte. –

    No es molestia. Además, así me mantengo ocupado…–

    El castaño se arrepintió de haber mencionado aquello último.

    …para no pensar en Usa….Akihiko…–completó la frase mentalmente.

    Desayunemos, todo se ve delicioso. –lo animó Ijuuin.



    Después de comer, el mangaka siguió a Misaki a la cocina.

    Yo puedo lavar y secar. –dijo el menor un poco asombrado. Estaba acostumbrado a realizar aquellas tareas solo.

    Es más fácil si se hace de a dos. –respondió Ijuuin. Él siempre se había ocupado del departamento, no le parecía correcto delegarle aquella responsabilidad a Misaki.

    Para Misaki fue un poco extraño el lavar y secar acompañado de Ijuuin. Trataba de no recordar, de no comparar, pero le era inevitable. En el departamento de Akihiko él era quien se encargaba de totas aquellas tareas sin ayuda. Estaba muy acostumbrado a ello. Le gustaba engreír a Akihiko de esa manera. Y, aunque siempre se negara, le gustaba cuando Akihiko interrumpía esas labores para besarlo o iniciar algo más...

    Una vez acabaron de dejar todo limpio, Ijuuin le comentó al castaño que saldría a la editorial. Misaki se sobresaltó un poco por ello.



    Sólo asistiré a una reunión así que espero estar de vuelta temprano. El fin de semana podemos pasear. –comentó el mangaka quien ya se encontraba listo para salir.

    Misaki lo miró fijamente, quería decirle algo, pero no sabía cómo.

    ¿Sucede algo? –preguntó Ijuuin.

    Yo…quiero pedirle un favor…–

    Claro, sólo dime cómo puedo ayudarte. –

    Si…si ve a Akihiko…por favor, no le diga que estoy aquí…él piensa que estoy en casa de mi hermano…–

    No te preocupes, actuaré como si no te hubiera visto. Estate tranquilo respecto a esto, ¿está bien? –

    Misaki asintió, se sentía avergonzado por lo que acababa de pedir.

    ¿Irás a clase hoy? –preguntó el mangaka.

    No. Volveré a ir a partir del lunes…–

    Bien. No debes de descuidar tus estudios. Por ahora intenta estudiar un poco, si no entiendes algo puedes preguntarme cuando esté de vuelta. –

    Está bien, muchas gracias. –

    Ah, antes de irme. Ven un momento. –pidió Ijuuin.

    El castaño lo miró con curiosidad antes de seguirlo.

    El mangaka lo guió hasta su cuarto de trabajo. Al entrar Misaki se encontró con un cuarto lleno de bosquejos, afiches, figuras y todo lo que pudiera existir del manga creado por Ijuuin.

    Aquí es donde se crea “The Kan”. ¿Qué te parece? –

    ¡Es genial Ijuuin-sensei! –dijo un emocionado castaño. Estar ahí era en verdad un sueño hecho realidad para cualquier fan.

    Misaki recorrió la habitación de un lado a otro, admirándose cada vez más de las cosas que encontraba.

    ¡Ijuuin-sensei, este es el primer volumen que salió a la venta! ¡Y aquella es la edición especial de aniversario! –eran el tipo de frases que exclamó el menor durante varios minutos.

    Cuando nuevamente se encontró cerca de Ijuuin se percató que este sonreía de una manera especial.

    ¿Pasa algo? –preguntó un poco confuso el castaño.

    Hacía tiempo que no me llamabas así, Ijuuin-sensei…–



    Misaki, una vez Ijuuin se fue, regresó a su habitación. Estaba por abrir uno de sus libros cuando la luz de su celular se encendió.

    El corazón del castaño se aceleró. Trató de convencerse inútilmente que podía tirar el celular a la basura y así no tendría que enterarse de alguna notificación de mensajes o llamadas. No quería ver aquel nombre…

    Finalmente, cuando abrió la tapa del celular, encontró que tenía un mensaje nuevo.

    “Misaki, debo hablar contigo. Estoy en camino”






    Nota de la autora:

    Gracias Tsumki-chan, panda-Perv-chan, Anne onodera takano, Angellitha, Suzuki Hoods, Kari~san :3, kasane teto 567 :'D, Dan Angel, Janet., Aobwaa, lobo oscuro por sus comentarios.

    Nunca pensé que podría llegar a tardar tanto en actualizar, pero como he mencionado alguna vez nunca dejaría algo incompleto.
  4. .

    Capítulo 5



    Una mano en el hombro de Misaki lo devolvió a la realidad. El menor sintió aquella fría temperatura a través de su ropa.

    Misaki, perdón por hacerte esperar aquí –dijo Ijuuin –pero ya que te quedarás en mi departamento, lo mejor será que te presente con la recepción del edificio. Tienen algunas reglas que se deben cumplir.

    No se preocupe, además… debería ser yo quien se disculpara.... –

    ¿Por qué? –

    Por pedirle algo como esto, sé que me dijo que contara con usted cuando lo necesitara, pero creo que es demasiado... –dijo un apenado Misaki.

    Misaki, sé egoísta. Aprende a serlo conmigo. –dijo Ijuuin tomando con una de sus manos el rostro del castaño para hacerle levantar la mirada.

    Ijuuin extrañó el brillo que aquellos ojos esmeraldas solían tener.

    Vamos. –dijo finalmente el mangaka rompiendo el contacto para dirigir al menor hacia la entrada del edificio.

    El lugar donde vivía Ijuuin era completamente distinto al del Akihiko. Si bien también se encontraba ubicado en una zona exclusiva este tenía un estilo más sencillo, además de encontrarse rodeado de árboles y áreas verdes.

    El interior del departamento del mangaka era pequeño si se comparaba con el exageradamente amplio departamento de Akihiko. El único parecido era que el departamento de Ijuuin se encontraba también en el último piso del edificio. El departamento estaba compuesto por una sola planta, pero el espacio se encontraba perfectamente distribuido por lo que además de áreas imprescindibles como la sala, cocina y comedor había habitaciones suficientes para ser utilizadas para distintos fines. Una de ellas era un cuarto de trabajo donde Ijuuin pasaba largas horas dibujando. Y, ahora, con la llegada de Misaki, una de las habitaciones pasaría a ser un cuarto de invitados.

    Ijuuin no había tenido la necesidad de tener un cuarto para este propósito hasta ese momento. Su estilo de vida solitario, debido a la excesiva carga laboral, no le había permitido establecer relaciones cercanas desde que su manga obtuvo gran éxito. Ahora las cosas, al parecer, empezaban a cambiar.

    Misaki, esta será tu habitación. –comentó Ijuuin a Misaki abriendo una de las puertas.

    El cuarto tenía todo lo necesario para que la estancia del castaño sea cómoda y no le faltara nada. Lo que Misaki desconocía era que la gran mayoría de cosas habían sido recientemente compradas con el único propósito de que fueran para él. Y es que, luego del accidente de Misaki, Ijuuin se planteó la urgente necesidad de tener un lugar especialmente para él en caso lo necesitara. Y no se equivocó.

    El castaño recorrió la habitación, se percató de que todo lucía como nuevo.

    Esta habitación se mantiene así porque casi nunca ha sido usada. –comentó Ijuuin anticipándose, como le sería costumbre, a los pensamientos del menor. Quería evitar que este se preocupara por cosas triviales, ahora que algo evidentemente grave le había sucedido, así que se le ocurrió una pequeña mentira– Mi editor a veces tenía que quedarse a dormir aquí, pero eso ya no es necesario desde que cumplo con las fechas límite.

    El mangaka nunca hubiera pensado en realizar aquel tipo de detalles por su editor. Además, este último no se quedaba más del tiempo necesario en el departamento. La confianza laboral entre ellos era suficiente como para que algo como eso resultara normal, pero Ijuuin, inconscientemente, levantaba una barrera que delimitaba su espacio. Barrera que se disipaba ante la presencia de Misaki.

    Lo que no era mentira era que ahora el mangaka cumplía con las fechas límites, algo inusual en esa industria, pero desde que cierto castaño le había profesado su admiración ya no tenía aquellas crisis que le hacían replantearse si estaba haciendo las cosas de la manera correcta. Si se imaginaba aquellos ojos esmeraldas brillando de alegría frente a un nuevo tomo de su manga todo esfuerzo valía la pena.

    Al cabo de un rato, Misaki dejó su maleta encima de la cama.

    Muchas gracias por todo. –dijo el castaño mirando al mangaka.

    Este lugar es para ti, puedes quedarte el tiempo que quieras. –

    Misaki sintió una punzada, le causaba terror pensar en el futuro. No sabía qué podría ocurrir, ni tenía ánimos de pensar en las posibilidades.

    Creo que es necesario que le cuente por qué estoy aquí…–Misaki agachó la mirada, sería difícil tener que recordar y contar lo sucedido con Akihiko.

    Si ahora no te sientes cómodo no tienes que decirme nada. –

    El menor se sorprendió un poco ante aquellas palabras, creía que Ijuuin merecía una explicación. Después de todo, iba a vivir en su departamento a consecuencia de lo que le había pasado.

    Pero…–

    Ijuuin posó uno de sus dedos en los labios de Misaki haciéndolo callar suavemente.

    Cuando necesites alguien que te escuche o de algún consejo entonces puedes contarme lo que desees. Pero creo que ahora lo que intentas es dejar pensar ¿no es así? –

    Misaki asintió levemente.

    Ahora iré a preparar algo de comer, por más que me digas que no tienes hambre tienes que alimentarte. Te avisaré cuando la cena esté lista, mientras tanto puedes ir desempacando. –dijo el mangaka antes de cerrar la puerta de la habitación dejando a solas a Misaki.

    Ijuuin sensei…–susurró un agradecido castaño.

    No le tomó mucho tiempo a Misaki ordenar sus cosas. Había dejado en el departamento del escritor toda la ropa y demás artículos que este le había comprado. No pasó ni por un instante por su mente la idea de llevarse todo aquello.

    Una vez todo estuvo en orden se sentó en la cama y su mirada quedó fija en la maleta vacía.

    Su mente empezó a girar en torno a Akihiko. ¿Por qué tenía que encontrarse en esa situación? ¿Cómo habían sido capaces el escritor y su hermano de ocultarle durante tanto tiempo algo así?

    La pregunta que más le dolía plantearse era si Akihiko en verdad lo había amado. Esta pregunta hacía que su corazón de agitara. Si bien el escritor se había empeñado en afirmar esto hasta el final ya no estaba seguro de nada. Además, en caso de ser cierto, ¿sería él capaz de perdonar algo así o su amor no podría superar aquello?

    Porque era consciente que, en ese momento, aún lo amaba. Por eso le dolía tanto.

    Gruesas lágrimas se agolparon en los ojos de Misaki.

    La cena está servida. –anunció de pronto Ijuuin del otro lado de la puerta.

    El castaño se sobresaltó.

    S-si, en seguida salgo. –respondió Misaki tratando de modular su voz para que esta no delatara su tristeza.

    Pero fue en vano.

    Ijuuin notó al instante que no se encontraba bien.

    El mangaka abrió la puerta y entró. Vio al castaño tapándose los ojos con las manos. Tomó suavemente sus muñecas y las apartó, un par de ojos color esmeralda llenos de lágrimas aparecieron.

    En otro punto de la ciudad, un peliplata fumaba en la sala de su departamento.

    Después de que Misaki y Takahiro se fueron, Akihiko había acabado ya con una caja de cigarrillos.

    La mente del escritor se encontraba presa del pánico y es que su peor temor parecía haberse hecho realidad: perder a Misaki.

    Y esta posible pérdida no había sido causada ni por su padre ni por su hermano, algún otro a quien culpar, sino por él mismo.

    Akihiko había perdido ya la cuenta de las veces que había visto su celular esperando en vano alguna señal del castaño o de tomar él mismo la determinación de llamarlo. Ninguna de las dos cosas había pasado.

    En otras oportunidades no habría dudado en llamarlo insistentemente pero ahora las cosas eran muy distintas. Cualquier decisión tomada por impulso podría terminar de alejar al castaño completamente de su lado.

    Asimismo, dadas las circunstancias, lo mejor sería hablar en persona, pero ¿cuándo? ¿Misaki lo llamaría o debería esperarlo? Todas eran preguntas que no tenían una respuesta clara.

    El corazón de Akihiko se oprimía cuando pensaba en Takahiko, ¿Misaki le pediría que le cuente más detalles de aquel pasado tormentoso? ¿Qué respondería Takahiro?

    El único consuelo era que al menos Misaki se encontraba en casa de Takahiro por lo que estaría bien y, en algún momento, de ser necesario, podría ir a buscarlo.

    El escritor desconocía que Misaki se encontraba a kilómetros de distancia de su hermano.

    Akihiko pensó por un momento que este era el castigo merecido por sus acciones pasadas, pero el precio le pareció demasiado alto. Misaki era lo más valioso en su vida. La llegada del castaño significó que su mundo se llenara de luz. ¿O es que la oscuridad, aquella que sentía que siempre lo acechaba, era más fuerte?

    El pasado fue envolviendo al peliplata.

    Flashback

    Aún estás a tiempo de parar esto. –dijo un joven Takahiro.

    Akihiko lo había llevado a su habitación. Sabía que la enorme mansión se encontraba vacía así que no tuvo reparos en llevar a Takahiro.

    Era hora de que empezara a pagar su deuda.

    Takahiro se encontraba echado en la enorme cama, este había sido empujado por Akihiko quien se encontraba sobre él.

    Las rodillas y manos del peliplata se encontraban a los lados del pelinegro como para evitar que este huyera.

    La mirada de Akihiko era fría.

    Haciendo caso omiso de las palabras de Takahiro, empezó a besarlo en el cuello. El pelinegro se estremeció.

    No, basta. –gritó empujando fuertemente el pecho de Akihiko.

    El peliplata se reincorporó y se sentó al borde de la cama dando la espalda al pelinegro.

    El silencio reinó en la habitación por un largo momento.

    Si tanto lo deseas puedes irte. –dijo Akihiko despertando el alivio momentáneo de su acompañante –Pero sería una lástima que termines separado de tu hermano. Le prometiste que siempre estarían juntos ¿no es así?

    La cabeza del peliplata volteó. Los ojos violetas del escritor observaron con satisfacción que Takahiro recostaba nuevamente su cuerpo en la cama.

    Akihiko reinició su labor.

    Empezó a desabotonar la chaqueta de Takahiro. A pesar que su mirada era fría, sus movimientos eran suaves. Y es que Akihiko lo amaba, pero a tal punto que se sentimiento lo encegueció.

    Cuando la chaqueta y la camisa de Takahiro cayeron al suelo el peliplata se deleitó con la piel que tenía frente suyo. Akihiko sería el primero tocarla y despertar en ella sentimientos que nunca antes había sentido.

    Akihiko repartió besos por el cuello y torso del pelinegro arrancando a su paso fuertes gemidos que Takahiro intentaba controlar sin mucho éxito.

    Peligrosamente, la boca del peliplata fue bajando hasta toparse con el pantalón de Takahiro. Antes de dar el siguiente paso se despojó de la parte superior de sus prendas dejando a la vista su juvenil figura.

    El peliplata aparentaba desenvolverse con naturalidad, como si aquello fuera algo rutinario, pero estaba nervioso. No solo sería la primera vez de Takahiro sino también la suya.

    Además, se sumaba el hecho de tener un conflicto interno. Dentro de él albergaba la ciega esperanza que quizá Takahiro podría llegar a enamorarse de él, aunque sea bajo esas las circunstancias.

    Luego de convencerse de que no había marcha atrás, terminó de despojar al pelinegro de sus prendas. Y, para estar en igualdad de condiciones, se desnudó también.

    Takahiro mantenía los ojos fuertemente cerrados. Arqueó la espalda al sentir que la boca de Akihiko empezaba a estimular su miembro. Primero fueron suaves lamidas las que lo hicieron estremecer. Después, sintió cómo la boca del mayor engullía su miembro.

    El pelinegro abrió los ojos. Vio los cabellos plateados de Akihiko en medio de sus piernas moviéndose a un suave vaivén que fue aumentando de intensidad.

    Aki…hiko…no continúes … –advirtió Takahiro, iba a alcanzar el orgasmo pronto.

    El mayor no le hizo caso y continuó con su labor. Cuando alcanzó el climax las manos de Takahiro se aferraron fuertemente a las sábanas al mismo tiempo que un ronco gemido salía de sus labios.

    Nunca creyó que Akihiko podría ser capaz de generar aquella sensación. Sintió que su cuerpo le había traicionado.

    El peliplata bebió el semen de Takahiro con satisfacción. Le dio un par de minutos de descanso al pelinegro antes de recostarse sobre su cuerpo.

    Uno de los dedos de Akihiko se dirigió a la entrada de Takahiro, este último se sobresaltó al sentir aquel contacto. Para evitar algún tipo de protesta el peliplata lo besó en los labios.

    Ese fue el primer beso de ambos. Nunca se hubieran imaginado que sería bajo esas circunstancias.

    Akihiko callaba los gemidos de Takahiro con el vaivén de su lengua. Sus dedos iban dilatando la entrada, preparándolo.

    Una vez que estuvo listo, el peliplata tomó su miembro y lo condujo hacia la entrada. El solo querer ingresar la punta de su miembro provocó en Takahiro un gran dolor. Estaba tenso.

    Relájate. –ordenó Akihiko.

    Y, para ayudarlo, tomó el miembro del pelinegro y empezó a masturbarlo. La fría mano de Akihiko recorriendo la longitud de aquella área tan sensible se sentía bien.

    Poco a poco, Akihiko fue capaz de introducir la totalidad de su miembro. Cada uno fue experimentando distintas sensaciones por primera vez. Akihiko, el sentir como la tibieza de otro cuerpo podía envolverlo y Takahiro, la dolorosa pero placentera intromisión.

    Akihiko empezó a mover sus caderas, marcó un compás placentero para ambos.

    Las embestidas se mantuvieron a un ritmo ni muy rápido ni muy lento. Esto porque Akihiko no quería hacerle daño a Takahiro y porque, además, si iba muy rápido no duraría mucho. Al ser la primera vez, no tenía el control que llegaría a tener en un futuro.

    El climax los alcanzó a ambos al mismo tiempo.

    El peliplata llenó con su esencia el espacio de Takahiro deseando ser siempre uno solo con él, mientras que Takahiro deseaba que aquella fuera la primera y última vez que tuviera que encontrarse en tal situación.

    Akihiko salió lentamente del cuerpo de Takahiro. Hubiera querido abrazarlo para que durmieran juntos sintiendo la tibieza del cuerpo del otro, pero el pelinegro se acurrucó a un extremo de la cama. Takahiro solo quería irse inmediatamente pero el dolor que sentía su cuerpo no se lo permitía, ya no había placer.

    Fin del flashback

    Akihiko movió su cabeza tratando de despejar su mente de aquellos recuerdos.

    Se levantó del sofá y se dirigió escaleras arriba, entró a la habitación que había pertenecido a Misaki. Aquella que a veces permanecía vacía debido a que el escritor llevaba al castaño a su propia habitación.

    El aroma de la persona ahora ausente aún se podía percibir.

    El peliplata se sentó en la cama y lloró a solas, ya no estaba el único al que le hubiera permitido verlo en aquel estado.




    Nota de la autora

    Primero lo primero, responder los comentarios de las personas que tan amablemente se dieron el tiempo de escribir (¡muchas gracias!).

    Suzuki Hoods: Espero te haya gustado la continuación, a lo largo de la historia veremos cómo van las cosas para Misaki. Con el tiempo dejará de estar deprimido y a ver qué pasará entre el castaño e ¿Ijuuin?…

    Aira-San: <3

    Kari~san13: Perdón por necesitar cuatro capítulos para al fin develar la historia. La idea inicial era dejarlo todo claro desde el inicio, pero luego quise jugar con esta otra idea además que nunca había usado lo del flashback de manera tan intensa como ahora. Quería ese reto para probar cosas nuevas. Gracias por la comprensión, besos kawai para ti también.

    Angellitha: Me hiciste reír con la anécdota del cuaderno, espero no te haya dolido mucho. Gracias también por ser tan comprensiva, ojalá este capítulo haya logrado generar en ti las mismas emociones que el anterior.

    Tsumki-chan: (abraza su yaoi para que no lo quemen) Concuerdo contigo, es imposible dejar de amar a Usagi-san pero veremos si lo mismo pensará Misaki…Espero la historia siga capturando tu atención.
    Dan Angel: Espero que este capítulo te haya emocionado también. (PD: me encanta la imagen que tienes de avatar).

    panda-Perv-chan: Al fin el enigma quedó al descubierto, pero ahora es Misaki el que tendrá que lidiar con una gran duda…

    Aobwaa: Con este capítulo inicia la convivencia de Misaki e Ijuuin…ojalá este capítulo te haya gustado mucho también.

    kasane teto 567 :'D: Jajaja es difícil lo sé…Ijuuin o Usagi. Cada uno tiene una esencia tan propia y distinta…Usagi es Usagi (siempre visto como la pareja perfecta para Misaki) e Ijuuin el rival perfecto, no se apresura, y tiene sentimientos fuertes hacia Misaki…Pero veremos qué decide este último…

    Anne onodera takano: De que debe de hablar debe, pero le tomará un poco de tiempo decidirse... o quizá sea la casualidad la que los reúna…

    Arwen09: concuerdo contigo, no me imagino a Usagi sin Misaki pero un Misaki por Ijuuin tiene un no sé qué…me atrae bastante, por eso esta historia…

    Camila-kún: Misaki x Ijuuin…quiero escribir algo al respecto…pero aún sería pronto...pero ya es un avance que vivan juntos…Gracias por los besitos kawaii, otros para ti también.

    Igualmente, gracias a quienes pasan por aquí y leen/ojean la historia. Espero que tod@s hayan pasado un buen momento.

    Será hasta la siguiente actualización.

    Aulu
  5. .

    Capítulo 7


    Primera derrota




    Usagi-san, estoy en el cuarto. –gritó Misaki desde el segundo piso.

    La mente de Akihiko pensó rápido e interpretó las cosas a su manera. Dos copas servidas en la mesa más Misaki gritando que estaba en el cuarto era igual a un acto de provocación. Después de un día lleno de reuniones aquello era lo que necesitaba…

    Akihiko tomó las copas y subió al cuarto.

    Una vez que el escritor se perdió de vista Kisa salió de su escondite. Vio las notas en la mesa de la sala, la copa que era para Akihiko, la cual contenía mucho más alcohol, sin duda sería confundida con la que era para Misaki.

    “Después de esta noche creo que Misaki y Ritsu deberán intentar otro plan”. –pensó Kisa mientras salía del departamento.

    Cuando el escritor entró al cuarto de su castaño no pudo haber encontrado un mejor panorama. Misaki se encontraba sentado en el borde de la cama y solo llevaba puesto un bóxer.

    Usagi-san…estaba a punto de ponerme piyama…–dijo el menor sin preocuparse en taparse o ruborizarse, esto llamó la atención del escritor.

    Akihiko observó a Misaki, dejó las copas en la mesa de noche y se sentó en la cama quedando al lado del castaño.

    ¿Pasa algo? –preguntó el menor.

    El escritor lo besó, la lengua de Akihiko recorrió el interior de la boca del castaño saboreando cada milímetro hasta que lentamente fue separando sus labios.

    ¿Has estado bebiendo? ¿Llegaste así al departamento? –preguntó seriamente Akihiko al ya haber comprobado la sospecha que tenía.

    La mente del menor pensó rápido, una parte de él activó la consciencia de que el escritor no podía enterarse de la reunión en casa de Ritsu.

    Regresé temprano al departamento y…estuve tomando porque…–Misaki miró la habitación y se topó con las copas que había subido el escritor, las señaló– quería asegurarme que eso saliera bien.

    Totalmente sobrio, Misaki no hubiera sido capaz de inventar aquello y mucho menos de decirlo con tal tranquilidad.

    Akihiko miró al castaño y decidió que no había motivo para dudar de su palabra. Además, dado su estado, lo mejor era dejar las preguntas para después.

    Entonces, brindemos. –dijo Akihiko tomando las copas y dándole una al azar a Misaki.

    El escritor acabó su bebida de un solo trago, pero el castaño solo pudo tomar la mitad de la suya.

    Creo que acabaste con todo el alcohol porque lo que preparaste estaba bastante suave. –comentó el escritor mirando su copa vacía.

    Misaki no contestó, lo que sea que haya bebido se le subió pronto a la cabeza. A partir de ese momento no era consciente de sus acciones.

    Akihiko tomó la copa medio vacía que sujetaba su castaño y la puso en la mesa de noche junto a la suya. Al fin había llegado el momento que tanto había ansiado, la oportunidad de recargarse en su castaño. Haberlo encontrado ebrio y casi desnudo en su habitación había terminado de ponerlo en su límite.

    Me temo que tendré que castigarte, hoy te has portado muy mal. –dijo el escritor.

    Tomó la cara del castaño entre sus manos y lo besó. La lengua de Akihiko chocaba con la de Misaki mientras el beso se hacía más profundo. La falta de oxígeno fue lo único que pudo separar sus labios.

    El escritor vio el rostro de Misaki, sus labios tenían un color más intenso, producto de la presión del beso, que combinaba con el color de sus mejillas. Los ojos esmeraldas lo miraban anhelante, esperando por más.

    Castígame. –susurró el menor.

    Akihiko solo hubiera esperado aquella petición por parte de su castaño en sus novelas BL, en sus fantasías.

    Repite lo que dijiste. –pidió el escritor para asegurarse de que había escuchado bien.

    Los ojos violetas no se despegaron de Misaki durante el instante que duró la espera.

    Castígame. –repitió el castaño.

    La mirada de Akihiko pasó de ser de una de sorpresa por otra de satisfacción. Si Misaki quería ser castigado, castigado sería.

    El escritor se levantó un momento. La ropa le estorbaba, estaba consciente de que una de sus fantasías se haría realidad esa noche.
    El saco, corbata, camisa y pantalón del escritor fueron cayendo al suelo. Akihiko había quedado en igualdad de condiciones que su castaño.

    El escritor se recostó sobre Misaki y empezó a llenarlo de besos y caricias. Casi todo el cuerpo del castaño había sido recorrido instantes después por Akihiko, casi todo menos su miembro. Eso era parte del castigo, llevar al castaño a su límite, que rogara por ser tocado.

    La lengua del peliplata bajaba seductoramente por el abdomen de Misaki pero en cuanto llegaba un poco por debajo del ombligo volvía a subir.

    El castaño quería más, estaba tan excitado que su erección dolía. Necesitaba urgentemente que Akihiko prestara atención a su parte más sensible.

    Si quieres que haga algo…vas a tener que decírmelo. ¬–dijo Akihiko leyendo los pensamientos del menor.

    Misaki tomó la mano del escritor y la puso sobre su miembro.

    Aquí. –susurró.

    Aunque la mano del escritor no tocaba directamente su miembro, ya que estaba sobre la tela de su ropa interior, sentía la fría pero exquisita temperatura de Akihiko.

    ¿Aquí qué? –preguntó el peliplata a pesar de saber muy bien lo que quería el castaño.

    Tócame aquí. –

    El bóxer de Misaki quedó tendido momentos después en algún lado de la cama. Con suavidad, Akihiko fue recorriendo su longitud sin dejar un área sin ser tocada. Luego, empezó a estimularlo con su boca a un ritmo lento el cual subió de pronto de intensidad, pero cuando el menor estaba por alcanzar el orgasmo se detuvo.

    La cara de Misaki no ocultaba su impaciencia y desesperación.

    El peliplata empezó nuevamente su tarea, ahora masturbaba a Misaki con una de sus manos, pero cuando estaba a punto de volver a disminuir el ritmo la mano del castaño se posó sobre la suya instándolo a que no lo hiciera, que llegara hasta el final.

    Misaki, con su mano posada sobre la de Akihiko, la cual recorría su miembro, alcanzó el clímax.

    La mano de Akihiko quedó llena del semen de Misaki, el cual empezó a usar como lubricante para dilatar la entrada del menor.

    Si bien había tenido la idea inicial de “torturar” a su castaño, él mismo no podía controlar las ansias. Era muy difícil aparentar y actuar como si no tuviera prisa.

    Cuando la entrada del castaño estuvo suficientemente dilatada, Misaki, para sorpresa del escritor, inició la tarea de terminar de desnudar a Akihiko.

    El escritor, quien había sido recostado sobre la cama, vio como el castaño dirigía sus manos hacia la única prenda que tenía puesta y empezaba a bajarla dejando libre su erección.

    No, quédate ahí. –ordenó Misaki cuando vio que el mayor quería levantarse.

    El escritor obedeció, se preguntaba qué tenía su castaño en mente.

    El castigado aquí eres tú. –comentó un sonriente peliplata.

    El castaño se colocó encima de Akihiko quien vio más que sorprendido cómo Misaki levantaba un poco su cuerpo para empezar él mismo a introducir su miembro dentro de él.

    Poco a poco, el miembro del escritor fue ingresando en la estrecha cavidad del castaño, Akihiko lo ayudaba sujetándolo de las caderas.

    Cuando el castaño se acostumbró a la intromisión inició un suave vaivén subiendo y bajando. Nunca había estado en esa posición antes, se sentía bien.

    Akihiko disfrutaba de la vista. El castaño moviéndose encima suyo con la boca ligeramente abierta dejando salir fuertes gemidos. Sus manos, que sujetaban las caderas del menor, lo instaron a moverse más rápido, más profundo.

    Las manos de Misaki se aferraron al pecho del peliplata. Ambos sentían que estaban próximos a correrse.

    Misaki, te amo. –

    Te amo, Usagi-san, te amo…–

    Al cabo de unos segundos, alcanzaron el clímax.

    Un exhausto castaño se recostó en la cama ayudado por Akihiko, los brazos del mayor lo rodearon. Dejaría que Misaki se descanse un rato, iba a necesitar más energías…




    La botella terminó de girar al mismo tiempo que se disolvía toda la confianza que había tenido Ritsu.

    El pelicafé estaba en manos de Takano.

    Mejor así, ahora te enseñaré lo que es un verdadero juego. –dijo burlonamente el azabache.

    Hiciste trampa. –se quejó Ritsu.

    Fuiste tú quien hizo girar la botella. –

    Ritsu se quedó pensando en lo que pasaría ahora, no le fue difícil adivinar qué es lo que traería en mente su jefe.

    Bien, ya que te gusta beber. La primera orden que te daré es que bebas conmigo. –ordenó Takano.

    Ritsu lo miró molesto. Tomó como pudo una copa y la botella de vino, pero cuando estaba a punto de servirse el azabache lo interrumpió.

    Así no es como beberás. –

    El pelicafé lo miró confundido.

    ¿No quieres que use una copa? ¿Quieres que beba de la misma botella? –preguntó.

    Te enseñaré. –

    El azabache se acercó a Ritsu y tomó la botella de la mano de este. Un poco de vino entró en la boca de Takano, pero este no lo bebió, posó sus labios en los de Ritsu y fue liberando el vino.

    El cuerpo de Ritsu fue reaccionando ante tal juego. Probar los labios de Takano empapados en vino y luego tomar aquel líquido de su boca mientras sus lenguas chocaban fue excitándolo.

    El azabache repitió esa acción hasta que el vino de la botella se acabó.

    ¿Quieres más? Ha sido divertido, podría ir por otra botella. –dijo Takano en broma.

    Pero este fue, de un momento a otro, empujado por Ritsu.

    El menor quedó encima de su jefe en medio del piso de la sala. La cara de Ritsu estaba oculta pues tenía su rostro pegado al pecho de Takano.

    ¿Ritsu? –preguntó entre preocupado y molesto Takano por tal acción.

    Saga. –susurró el pelicafé aún sin levanta el rostro.

    El azabache creyó que se trataba nuevamente de una broma.

    Deberías de inventar algo nuevo. –dijo molesto.

    De una manera ruda, Takano cambió las posiciones. Ahora él estaba encima de Ritsu. Al ver su rostro se dio cuenta de que la mirada de Ritsu era la misma de hace tantos años, que ahora no se trataba de una broma.

    Saga. –volvió a susurrar.

    Takano besó los labios del pelicafé.

    Haces trampa, sabes que así no te podré ordenar nada. –comentó un melancólico Takano.

    Sé que tú ganaste, pero yo quiero…deja que yo…–susurró el menor.

    Ritsu se reincorporó y, con delicadeza, revirtió la situación. Ahora volvía a estar arriba.

    Takano no daba crédito a lo que iba sucediendo. Era como si el Ritsu del pasado, aquel que no dudaba en actuar y mostrar sus sentimientos, se hubiera fusionado con el Ritsu impulsivo, terco pero maduro del presente. ¿Esa sería la verdadera personalidad del pelicafé si aceptara sus sentimientos? No, solo si nunca hubiera tenido la experiencia de ese amargo malentendido que los separó. Solo por esa noche, al parecer, aquello quedaría de lado.

    Ritsu desabotonó la camisa del azabache, cuando dejó su torso a la vista empezó a besar la piel que tenía ante él. El azabache disfrutaba de aquello, quería saber qué tan lejos podría llegar en ese estado.

    Sempai, ¿lo hice bien? –

    Sí, deberías hacerlo más seguido. –susurró el azabache.

    Ritsu se sentó encima de Takano ocasionando que las erecciones de ambos se rozaran por un momento. En esa posición el menor empezó a desabotonar su camisa la cual depositó en el suelo al cabo de un momento.

    Las manos del azabache empezaron a recorrer el cuerpo que tenía ante él. Ritsu se estremeció ante tal tacto.

    Los gemidos que en otras ocasiones reprimía ahora salían de su boca sin pudor.

    El azabache ya no podía quedarse simplemente esperando. Levantó su torso ocasionando que ambos cuerpos chocaran. Las manos de Takano ahora se dirigieron hacia otro objetivo.

    Sobre la tela del pantalón Takano fue tocando el miembro de Ritsu. Los gemidos de este último se incrementaron. Las manos del pelicafé se aferraban a los hombros del mayor. De un momento a otro dirigió una de sus manos hacia la erección del azabache, rozando también con la yema de sus dedos su erección.

    La respiración de Takano se hizo más profunda, la mano de su pelicafé se sentía bien. Permanecieron así, dándose caricias mutuas, disfrutando de la atención que tenía cada uno con el cuerpo del otro.

    ¿Te gusta? –preguntó el azabache en medio del calor del momento.

    Sí… –respondió Ritsu entre jadeos–porque eres tú…sempai.

    Los ojos de Takano se abrieron sorprendidos.

    Momentos después el pelicafé era depositado de manera un poco brusca sobre la cama. Aquellas palabras habían sido suficientes para desatar la pasión del azabache. La ropa de ambos yacía sobre el piso de la habitación.

    Takano sentía la urgente necesidad de ser uno con Ritsu.

    Quiero que lo primero que entre sea esto –dijo el pelicafé leyendo sus pensamientos mientras tomaba con sus manos el miembro del azabache y lo dirigía a su entrada. –Estaré bien.

    Takano, quien se encontraba encima de Ritsu, fue empujando lentamente su miembro. La estrechez del interior del pelicafé iba aprisionando su miembro por lo que debió de hacer un gran esfuerzo por no penetrarlo de manera brusca aún.

    El menor resistía la intromisión gracias a que el azabache iba a la par masturbando su miembro. La presión de sus manos sobre la piel de la espalda de Takano iba dejando huellas que quedarían como prueba de aquella noche.

    Por favor, muévete. –pidió Ritsu apenas el miembro de Takano hubo ingresado completamente dentro suyo.

    El azabache empezó a mover sus caderas.

    Los cuerpos de ambos fueron rozándose a un ritmo rápido, placentero. Sus cuerpos fueron cubiertos por el sudor.

    La respiración de Takano se hizo pesada y de la boca de Ritsu salían gemidos que llenaban la habitación para deleite del azabache.

    Ritsu, te amo. –dijo de pronto el mayor.

    Saga…yo…–

    Ritsu no pudo terminar de hablar, Takano comenzó a embestirlo más rápido.

    Hasta que el clímax los alcanzó al mismo tiempo.

    Los pechos de ambos subían y bajaban rápidamente tratando de recuperar el aliento.

    Ritsu se quedó dormido rápido, Takano tuvo que arroparlo.

    Cuando el azabache se recostó a su lado, un Ritsu aún dormido se aferró a él. Takano correspondió el abrazo.

    No me rendiré hasta que aceptes tus sentimientos, hasta que aceptes que nuestro amor es igual de maravilloso que cuando nació. –susurró Takano al oído del pelicafé. Luego le dio un beso en la frente y se quedó dormido.




    En otro punto de la ciudad una tercera pareja había acabado de amarse.

    Te amo, Kisa. –dijo un feliz y siempre radiante Yukina.

    Yo también…–respondió Kisa con las mejillas sonrojadas.

    Perdón por la escena de celos, es que pareces tan pendiente de ese par de chicos. –

    Solo trato de ayudarlos, realmente lo necesitan. –comentó pensativo Kisa. Se había olvidado de aquellos dos, a esa hora de la noche muchas cosas ya debían de haber pasado…

    Kisa, eres un ángel. – dijo un emocionado Yukina abrazando a Kisa.

    El pelinegro no le había comentado con mucho detalle qué tipo de ayuda estaba dando así que el menor se había quedado con la idea de que Kisa estaba simplemente dando inocentes concejos a un par de amigos para que expresen mejor sus sentimientos.

    Durmamos, mañana nos espera un largo día de trabajo. –ordenó el astuto pelinegro.

    Se acomodaron en medio de las sábanas que cubrían sus cuerpos desnudos.


    La mañana siguiente sería muy confusa para cierto par…



    Nota de la autora

    Respondo los comentarios que amablemente me dejaron, muchas gracias por ese gesto.

    Priscila Kagura Curio!: gracias por esperar, espero haya valida la pena.

    Suzuki Hoods: woww me haces feliz, si esta historia está entre tus favoritos algo debo de estar haciendo bien. Ojalá este capítulo haya sido de tu agrado.

    Anne onodera takano: jajaja pues sí, Akihiko y Takano lo disfrutaron mucho, aunque Misaki y Ritsu también…

    Himeko -san: gracias por comentar y esperar continuación.

    4 EVER Yaoi: triple lemon? Te referías a que también querías lemon entre Kisa y Yukina, primero quiero agarrar un poco más de confianza. Me gusta que la mayor esencia del personaje esté presente, estudiaré más a esta pareja para animarme a hacer ese tipo de escena con ellos dos…

    Y, bueno, ya vimos que a este par no le fue nada bien en su primer intento así que veremos qué medidas toman en el siguiente capítulo.

    Muchas gracias a quienes pasan por aquí.

    Hasta la próxima,
    Aulu.
  6. .

    Capítulo 6

    El inicio de una larga noche



    La puerta se abrió.

    Ritsu, sin mirar al azabache, se movió hacia un lado mientras Takano cerraba la puerta.

    Así que ahora organizas fiestas…–empezó a reprochar Takano a Ritsu pero no pudo continuar.

    Ritsu se paró sobre las puntas de sus pies para poder arrebatarle un beso. Este fue corto pero lleno de deseo. El azabache sintió el sabor a vino. Ritsu había estado tomando, pero en aquel momento eso era lo de menos.

    Ritsu…–susurró Takano quien no salía de su asombro.

    Saga-sempai…–

    Ritsu tomó la mano de Takano y lo condujo hacia su habitación.

    Pero justo antes de llegar Ritsu soltó la mano de Takano y se dirigió hacia la sala para sentarse en el suelo y tomar entre sus manos una botella de vino que acababa de abrir.

    ¿De verdad creíste que te llevaría a mi cuarto? –dijo Ritsu y empezó a reírse.

    A Takano no le hizo ninguna gracia la broma de su pelicafé, se acercó hacia él y le quitó la botella. Bebió un trago sin decir palabra.

    Takano, mentalmente, intentaba descifrar la situación. Si bien Ritsu estaba ebrio sabía que aun así sus acciones seguían algún tipo de dirección.

    Me encontré con Kisa y Misaki a la salida. –comentó el azabache.

    ¿Y? –respondió de malagana Ritsu.

    ¿Por qué los trajiste a tu departamento? –preguntó Takano insistiendo con el tema. Era inevitable que se sintiera celoso aunque no lo demostrara tan abiertamente en ese momento.

    Porque es mío y puedo hacer lo que quiera –de repente Ritsu tuvo muchas ganas de molestar a Takano– Además, nos divertimos mucho hoy…

    El pelicafé enfatizó esto último de una manera sugestiva.

    Eso es evidente. –dijo Takano mirando la botella vacía de vino que yacía en el suelo tratando de pasar por alto aquella última línea.

    No solo tomamos…también jugamos un poco…–comentó Ritsu deliberadamente mirando de manera atenta las reacciones del mayor.

    El azabache, molesto, arqueó una ceja, Ritsu se estaba metiendo en un juego muy peligroso.

    Enséñame aquel juego. –ordenó Takano.

    Ritsu no había esperado aquello pero, como se sentía feliz por haber logrado molestar a Takano, no dudó en tomar como pudo la botella vacía y ponerla en el suelo. La hizo girar quedando la punta apuntando hacia el azabache. El menor rió.

    Estas en mis manos, ahora te haré una pregunta. –dijo de manera triunfal pero el azabache lanzó una gran carcajada.

    ¿De qué te ríes? –preguntó molesto Ritsu.

    ¿Lo que tuvieron fue una celebración de trabajo o una piyamada infantil? Realmente me sorprenden. –explicó el azabache aún riendo.

    Ritsu se avergonzó un poco, no se había dado cuenta de lo infantil que había sido aquel juego hasta ese momento.

    Puedo enseñarte un juego realmente divertido. –dijo Takano devorando con la mirada al pelicafé.

    ¿Eh? –

    Con la condición de que lo juegues solo conmigo. –

    No, gracias. –dijo Ritsu y le quitó la botella de la mano para beber un poco más.

    Bueno, si no quieres ni saber de qué se trata…–comentó el azabache haciéndose el interesante. Sabía que un ebrio curioso era presa fácil.

    Dime de que se trata. –dijo Ritsu luego de un momento.

    El azabache sonrió para sus adentros. Ritsu pagaría con creces la broma que le había hecho al llegar.

    Hacemos la misma mecánica del juego –explicó Takano haciendo girar la botella vacía– pero a quien le toque el pico de la botella obedecerá las órdenes del otro por esta noche.

    Con sus dedos había hecho detener la botella haciendo que esta apuntara hacia el pelicafé. La mirada del azabache se mantuvo fija en los ojos de Ritsu.

    El menor no sabía que contestar. Su mente estaba nublada pero algo de lucidez llegó con aquellas palabras del azabache.

    Si gano Takano tendrá que hacer lo que yo quiera… yo podría… “¿estar al mando?”…–por suerte para Ritsu sus mejillas al ya estar coloradas por el alcohol no reflejaron la vergüenza que sintió por los pensamientos que tenía– Pero si pierdo…no puede hacerme nada nuevo…no tengo nada que perder…creo…

    Acepto. –dijo Ritsu tratando de mostrarse confiado.

    Takano puso la botella en el suelo y la hizo girar.

    Espera. –dijo Ritsu deteniendo la botella– Yo seré quien la haga girar.

    Si logras hacerlo, está bien. –dijo burlonamente Takano.

    El azabache observó los torpes movimientos de Ritsu. La botella empezó a girar y fue deteniéndose lentamente.




    A unas manzanas de ahí, Kisa acompañaba a Misaki a subir al departamento del escritor.

    El pelinegro se mostraba curioso respecto al edificio donde se encontraba, pocas veces había estado en un lugar tan lujoso.

    Cuando abrió la puerta del departamento se asombró aún más.

    Misaki, este departamento es enorme. –exclamó.

    Sí, siempre hay mucho por limpiar y ordenar. –dijo Misaki mientras llegaba tambaleándose al sofá. Su experimento con la cerveza no había ido muy bien aunque se sentía feliz de haber descubierto una bebida con la cual no se quedaba dormido.

    ¿Estás bien? –preguntó Kisa– Si gustas puedo hacerte un poco de café.

    ¿Quedaron latas de cerveza? –

    Sí. –

    Quiero una lata más, solo para probar…–

    ¿Planeas hacer algo especial hoy? –

    Yo…creo que sí…–respondió Misaki pensando en Akihiko.

    En ese caso te conviene estar consciente, de lo contrario no recordarás nada de lo que pudieras hacer hoy…–dijo Kisa guiñándole un ojo.

    Pero…yo necesito…–murmuró el castaño.

    Necesitas mayor confianza en ti, aquello de la confianza que se siente producto de beber alcohol es solo una excusa para hacer algunas veces lo que no nos atrevemos. –el pelinegro se asombró de sí mismo al hablar con tanta madurez, lamentablemente en el estado en que se encontraba Misaki era poco probable que siguiera su consejo o que al día siguiente fuera a recordar algo.

    Kisa recordó el estado de Ritsu, se había olvidado de darle aquel consejo. Rió para sus adentros mientras pensaba mentalmente “tendré que decirles esto en otra ocasión, cuando puedan hacerme caso…”.

    Y estoy seguro que aquella persona quisiera beber contigo. –continuó hablando Kisa a quien se le iluminaron los ojos de un momento a otro.

    ¿Aquí tienen más bebidas? Puedo preparar un par de copas de algo especial… –dijo emocionado el mayor.

    En las gavetas de la cocina. –

    Kisa merodeó por la cocina hasta que encontró lo que necesitaba para su tarea. Una vez estuvo todo listo decidió que ya era hora de partir.

    Misaki, ya me tengo que ir ¿estarás bien? –

    Sí, solo quiero cambiarme de ropa. –respondió el castaño levantándose y caminando hacia las escaleras.

    A Kisa no le agradó la idea de dejar solo a Misaki subiendo las escaleras así que lo ayudó a subir y a encaminarlo hacia su habitación. Una vez se despidió de Misaki cerró la puerta de la habitación y se encaminó hacia la salida.

    El pelinegro bajaba las escaleras cuando escucho un ruido proveniente del otro lado de la puerta. Era el sonido de unas llaves. Sabía que su presencia podría poner a Misaki en problemas. Con lo poco que había observado no le había quedado duda que el escritor era muy celoso.

    La puerta del departamento se abrió.

    Kisa había logrado ocultarse a tiempo en la cocina, se asomó al cabo de un momento y logró ver al escritor. Akihiko llamó su atención, en verdad era muy apuesto pero ahora él no tenía ojos para otra persona que no fuera Yukina.

    Misaki, ya llegué. –anunció Akihiko.

    El escritor recorrió con la mirada el departamento buscando a su castaño y se topó con un par de copas que había dejado Kisa en la mesa de centro de la sala. Cada copa había sido puesta sobre una nota que llevaba el nombre de “Misaki” y “Akihiko”.

    Usagi-san, estoy en el cuarto. –gritó Misaki desde el segundo piso.

    La mente de Akihiko pensó rápido e interpretó las cosas a su manera. Dos copas servidas en la mesa más Misaki gritando que estaba en el cuarto era igual a un acto de provocación. Después de un día lleno de reuniones aquello era lo que necesitaba…

    Akihiko tomó las copas y subió al cuarto.

    Una vez que el escritor se perdió de vista Kisa salió de su escondite. Vio las notas en la mesa de la sala, la copa que era para Akihiko, la cual contenía mucho más alcohol, sin duda sería confundida con la que era para Misaki.

    “Después de esta noche creo que Misaki y Ritsu deberán intentar otro plan” –pensó Kisa mientras salía del departamento.



    Nota de la autora

    Agradezco mucho los comentarios de:

    4 EVER Yaoi, Himeko -san, Anne onodera takano, Suzuki Hoods, Priscila Kagura Curio!, Fujoshi-chan o Ana-chan, ~Mabe-chan~ y Meliza Malagon

    Y lamentooo no haber escrito el lemon aún. Este capítulo se me fue en escribir el contexto pero creo que así quedará mejor. A cambio, por incumplir con el lemon, el siguiente capítulo no tardará como este (y habrá lemon por partida doble…). Ahora vienen días libres así que me concentraré en esta historia a la que le debo más actualizaciones.

    Nos vemos en el siguiente capítulo.
    Aulu.
  7. .

    Capítulo 4



    Akihiko, Takahiro y Misaki tomaron asiento.

    La atmósfera en el departamento era densa. Pasó un momento antes de que Akihiko empezara a hablar, sabía que no existían las palabras que lograran hacer que Misaki asimilara la verdad de una manera no dolorosa.

    Como sabes, estuve enamorado de Takahiro por mucho tiempo. Cuando tuvo que afrontar la muerte de sus padres, lo apoyé en todo lo que pude. Eso incluyó el prestarle dinero para que no tuviera problemas económicos, de lo contrario no hubiera podido quedarse a tu lado. –empezó a explicar el peliplata mirando hacia un punto fijo.

    Aunque hubiera querido ver a Misaki a los ojos, este se encontraba con la cabeza gacha mirando su regazo.

    En ese entonces yo quería que Takahiro llegara a sentir algo por mí, pero toda ayuda que le daba no hacía sino aumentar su impresión de que era un buen amigo... Llegó un punto en que aquella actitud me enfureció y me cegó…–

    Misaki, no es necesario que escuches lo demás…Hay cosas que deben quedarse en el pasado. –dijo Takahiro con voz suplicante.

    Quiero saber…– fue todo lo que dijo el menor mientras aferraba las manos en su regazo, no levantó la mirada. Sabía que, si en aquel momento miraba el estado de Akihiko y de Takahiro, podría dudar en su deseo de conocer la verdad, pero eso no haría otra cosa que empeorar la situación. Sería imposible darle la espalda a aquella nueva realidad que apenas empezaba a descubrir.

    Akihiko continuó.

    Yo le pedí a Takahiro que se acostara conmigo cada vez que se lo pidiera. De esa manera continuaría recibiendo mi ayuda e iría pagando su deuda. –

    El corazón de Misaki latió con fuerza pero no dijo nada, quería llegar lo más pronto al final de la historia aunque cada palabra abría una herida en lo profundo de su ser.

    Takahiro rechazó esto en un inicio, pero la presión de las cuentas fue demasiado para él y no tuvo otra opción. –

    Entonces ¿Yo también fui parte del pago? –preguntó el castaño de un momento a otro sorprendiendo tanto a Akihiko como a Takahiro.

    No. –contestó Akihiko quien tomó valor suficiente para mirar a Misaki pero este aún no levantaba la mirada– Con el tiempo dejé de pedirle que nos acostáramos. Además, Takahiro en cuanto consiguió un trabajo en el que ganara lo suficiente empezó a pagar por sí mismo las cuentas que tenía y llegó a pagarme todo el dinero que me debía. Yo no quería el dinero pero para él era una cuestión de orgullo.

    ¿Por qué dijiste que me entregaste? –preguntó Misaki mirando a Takahiro, pero fue Akihiko quien contestó.

    Cuando me enteré que Takahiro tenía una relación seria con Nanami fui a buscarlo. Estaba molestándolo cuando alguien abrió la puerta, eras tú. Ese fue el día que te conocí. –

    El día en que vi como abrazaba a mi hermano…el día en que creí que aquello solo era una “mala impresión”, qué estúpido fui. –pensó Misaki.

    Después de aquel encuentro le pedí a Takahiro que me ofreciera como tu tutor. –

    Querías que vaya a tu departamento…–susurró el menor.

    No planeaba hacerte nada, tan solo lo hice por molestar a Takahiro en venganza por su relación con Nanami. Él, después de todo lo que había pasado entre nosotros, se opuso a la idea, pero logré convencerlo... –

    Pero ese día tú…tú me…–a la mente de Misaki vinieron los recuerdos de Akihiko tocándolo por primera vez, su cuerpo empezó a temblar.

    Eso no fue planeado. Tienes que creerme. –el peliplata tenía deseos de abrazar a su castaño, pero no se atrevió a hacerlo. Tenía miedo de ser rechazado.

    ¿De qué están hablando? ¿Qué te hizo ese día? –preguntó Takahiro levantándose del asiento.

    No…nada…–mintió Misaki.

    Akihiko, me dijiste que no le habías hecho absolutamente nada. –dijo enfurecido.

    Takahiro se acercó donde Akihiko con la intención de golpearlo pero fue interceptado por Misaki.

    Déjalo. –dijo el castaño.

    Pero…– Takahiro no entendía por qué su hermano defendía al escritor.

    Misaki…–susurró Akihiko. Se levantó del asiento y posó su mano sobre el hombro del castaño pero al instante el castaño se liberó.

    Necesito estar solo…–

    Aún no has escuchado todo…–dijo Akihiko

    No quiero saber más. –

    Tienes que escucharme. –Akihiko atrajo a Misaki para fundirse con él en un abrazo.

    Suéltame. –exigió el menor quien, ante ese contacto, sentía un remolino de emociones.

    Te amo, Misaki. Nunca dudes eso. –dijo el escritor al oído del castaño antes de que su abrazo fuera roto.




    Este es el tren que debemos tomar, vamos. –dijo Takahiro a Misaki una vez estuvieron en la estación. En el camino ninguno de los dos había dicho una palabra.

    El castaño no se movió.

    Si no lo tomamos no habrá otro hasta mañana, no puedo dejar a Nanami y Mahiro solos. –

    No pienso ir contigo, dije que quería estar solo. –

    Misaki…No puedo dejarte solo y menos sin saber a dónde vas a ir. –

    Necesito pensar, estaré bien...tengo un lugar donde quedarme… –

    Takahiro se quedó viendo a su hermano. Sabía que no podía presionarlo, menos después de lo que había pasado. Takahiro se sentía avergonzado y culpable por lo que no se atrevió a preguntarle a su hermano si planeaba regresar a casa del escritor.

    Está bien, si hay algo que pueda hacer…–

    No te preocupes. –

    Misaki y Takahiro se despidieron torpemente. La estrecha relación de hermanos había desaparecido.

    El castaño salió lentamente de la estación. Sabía que aún quedaban preguntas por hacer pero no se sentía con las fuerzas necesarias de seguir explorando el pasado aunque una parte de él reclamaba todas las respuestas a gritos.



    Horas después, Misaki se encontraba frente a un enorme edificio, una de sus manos sujetaba fuertemente su maleta.

    Al inicio no se encontraba seguro de la decisión que había tomado, pero interiormente sentía la necesidad de continuar. Por primera vez, en mucho tiempo, decidió que podía ser egoísta.

    Su celular tenía la pantalla encendida, acababa de mandar un mensaje. Lo más práctico hubiera sido llamar, pero había tenido miedo de la posibilidad de que su voz se quebrara en medio de la llamada.

    No pasó mucho tiempo cuando su celular emitió un sonido anunciando que había recibido un mensaje.

    “Bajo enseguida”

    Del celular colgaba un artículo del manga “The Kan”, Misaki se quedó viéndolo por un momento.

    Flashback

    Misaki había decidido que ya era hora de regresar a casa o su celular empezaría a recibir llamadas de Akihiko.

    Te llevaré a casa. –dijo Ijuuin tomando las llaves de su auto.

    No es necesario, puedo ir solo. –

    Por más que digas eso no puedo dejarte ir solo, hoy casi sufres un accidente y en el estado en que te encuentras quisiera asegurarme de que vas a estar bien. –

    Estoy bien. –mintió Misaki.

    El menor quería evitarle la molestia de tener que llevarlo a su casa y también que Akihiko empezara una escena de celos. Además, ¿cómo explicaría el haberse encontrado con él? En teoría había estado en la universidad todo el día.

    Si no quieres que te vean conmigo puedo dejarte a un par de cuadras de distancia. Así no tendrás problemas y yo estaré tranquilo. ¿Qué te parece? –comentó Ijuuin dejando asombrado al castaño quien sintió que el mangaka había leído su mente.

    Disculpe por tantas molestias. –

    Ijuuin se dirigió hacia uno de los estantes y empezó a buscar algo. Misaki lo miró con atención tratando de adivinar qué era lo que buscaba en ese momento.

    Toma, es para ti. –dijo Ijuuin depositando en la mano del castaño un pequeño objeto.

    Este era un colgante del cual se había sacado una colección muy limitada, conmemoraba uno de los aniversarios del manga “The Kan”. Misaki miró aquel objeto boquiabierto.

    Pero debe de ser algo preciado, ¿está seguro? –preguntó el menor sin dejar de mirar aquella figura.

    Quiero que lo tengas como un recordatorio. –

    ¿Recordatorio? –preguntó Misaki mirando a Ijuuin a los ojos.

    Un recordatorio de que conmigo puedes ser egoísta. –el mangaka tomó las manos de Misaki entre las suyas– Sé que te preocupas mucho por no causar problemas a los demás, pero tienes que pensar en ti también. Así es que, si en algún momento necesitas ayuda, recuerda que puedes contar conmigo.

    Misaki asintió levemente con la cabeza.

    Ijuuin dejó libres las manos del castaño y abrió la puerta del departamento para ir rumbo a la casa del escritor.

    “Las manos de Ijuuin también son frías…”, pensó el castaño mientras cruzaba el umbral de la puerta.

    Fin del flashback


    Una mano en el hombro de Misaki lo devolvió a la realidad. El menor sintió aquella fría temperatura a través de su ropa.






    Nota de la autora

    Muchas gracias:

    °~Aranzza-chan~°, Suzuki Hoods, Kari~san13, panda-Perv-chan, kasane teto 567, Anne onodera takano, Yuuki-kun, Angellitha, menma uzumakii, Bright y Moko-chi

    Por sus comentarios. Espero que el capítulo haya aclarado algunas dudas y haya sido de su agrado.
    Lamento haber tardado en actualizar, últimamente me están pasando muchas cosas pero nada que no tenga solución creo yo. Será hasta el siguiente capítulo.

    P.D.
    Si alguien también sigue mi otra historia en curso “La práctica…¿hace al seme?” sé que parece abandonado pero no lo está. La siguiente historia en actualizar será esa.


    Saludos,
    Aulu
  8. .

    Capítulo 3



    Cuando Akihiko bajó a desayunar, la mesa se encontraba lista.

    Buenos días. –saludó el peliplata abrazando a su castaño.

    Eh…buenos días Usagi-san…el desayuno…se va enfriar –comentó Misaki, su cuerpo estaba tenso.

    El escritor tomó el mentón de Misaki y lo besó.

    El castaño se quedó helado, dejó que la lengua de Akihiko dominara su boca sin atreverse a reaccionar.

    No hagas eso, basta…–pensó Misaki en el instante que duró el beso.

    ¿Qué sucede? –preguntó el escritor ante la fría reacción del menor.

    Es solo que hoy viene mi hermano... –respondió Misaki esquivando la mirada.

    Akihiko se quedó viendo por un momento al menor. Decidió que hablaría con él luego de la visita de Takahiro si es que aún continuaba comportándose de aquella extraña manera.

    ¿Aún te duele la cabeza? –preguntó el escritor mientras se sentaba a desayunar.

    No, estoy bien. –

    Si tienes tiempo podríamos ir a dar una vuelta con Takahiro. A él le gusta el clima de esta época del año y a ti te haría bien relajarte un poco. –

    Puede ser…–

    El escritor se encontraba ya probando el desayuno, pero el castaño se encontraba sumido en sus pensamientos.

    ¿No piensas comer? –

    Sí, solo me distraje. Hay tantos lugares a los que podríamos ir…–comentó Misaki mientras agarraba su taza y sorbía un poco de café.


    Durante el transcurso de la mañana, el castaño realizaba cada actividad, por más pequeña que esta fuera como mover un plato o acomodar un libro, con suma atención. Y es que no podía evitar pensar que esa sería la última vez de todo aquello.


    Antes del mediodía, el timbre de la puerta sonó.

    Aunque era lo que menos quería hacer, Misaki se obligó a abrir la puerta.

    Takahiro al fin había llegado, saludó a Misaki con un abrazo.

    Misaki, ¿cómo te encuentras? –preguntó Takahiro mirando con una gran sonrisa a su hermano luego, saludó al escritor –Akihiko veo que has cuidado bien de él.

    ¿Qué tal estuvo el viaje? –preguntó el escritor quien en ese momento solo prestaba atención a Takahiro.

    No mientan…–susurró el castaño con una voz apenas audible. Su mirada se dirigía al suelo.

    Estuvo tranquilo, es una lástima que solo pueda quedarme un día. –contestó Takahiro.

    Con Misaki estábamos planeando que podríamos salir hoy ¿verdad Misaki? –dijo Akihiko.

    Takahiro y Akihiko voltearon para ver al menor, se dieron cuenta de que algo le pasaba.

    No mientan…–susurró ahora lo suficientemente alto como para ser escuchado.

    Misaki, ¿qué te sucede? –preguntó el peliplata.

    ¿Estás bien? –preguntó por su parte Takahiro.

    Ya lo sé todo, los escuché el día de ayer…–

    Takahiro y Akihiko se miraron, cada uno se negó a sí mismo la posibilidad de que aquello realmente haya sucedido.

    Pero Misaki, yo acabo de llegar…–dijo Takahiro en un vano intento por negar la verdad.

    “Nunca me perdonaré el haberte entregado a Misaki”, eso fue lo que dijiste ayer ¿no? –

    El castaño levantó la mirada. Takahiro y Akihiko observaron lo que los ojos de Misaki reflejaban: furia, tristeza y decepción.


    Flashback

    Regresaré en la noche justo para preparar la cena. Recuerda que hoy tengo clases todo el día. –dijo Misaki una vez se encontraba listo para ir a la universidad.

    La ducha conjunta con el escritor lo había dejado exhausto, pero no era la primera vez que tendría que afrontar un día lleno de clases en ese estado.

    Puedo ir a recogerte. –ofreció el escritor.

    Tienes que concentrarte en tu trabajo, está próxima la fecha límite para que entregues el siguiente manuscrito. –

    Si lo acabo a tiempo ¿con qué me recompensarás? –Akihiko miró con deseo al menor.

    Es tu trabajo, se supone que lo tienes que hacer. –respondió un ruborizado Misaki antes de, finalmente, emprender el camino a la universidad.


    Las primeras horas de clase transcurrieron de manera normal, pero cuando el castaño se dirigía a la siguiente clase se encontró con su amigo Toudou quien caminaba en dirección contraria.

    Hola Toudou, ¿qué sucede? ¿no entrarás a clases? –

    Han cancelado todas las clases del resto del día, fumigarán el campus. Enviaron un recordatorio a primera hora el día de hoy ¿no lo viste? –

    Creo que soy un poco despistado. –dijo Misaki tratando de evitar profundizar más aquel tema. La ducha con Akihiko lo había distraído y no había revisado el correo de la universidad como solía hacer cada mañana.

    ¿Qué te parece si pasamos por la librería, quizá encontremos algún artículo nuevo de “The Kan”? – sugirió Todou.

    Misaki estuvo de acuerdo con aquella idea. Ambos fueron a la librería y ojearon todo lo referente a su manga favorito. De regreso, conversaron un poco acerca de los planes para el futuro. Como la elección de Toudou de pertenecer a la policía y la postulación de Misaki a la editorial.


    Una vez que estuvo solo, Misaki decidió que no era necesario avisar al escritor que iría a casa. Se encontraba ya cerca del departamento.


    Cuando llegó, vio en la entrada un par de zapatos que creyó reconocer.

    Se parecen a los de mi hermano, pero eso no puede ser, él llega mañana…quizá sea alguna visita… –pensó.

    El castaño no sabía por qué, pero sentía que su corazón se oprimía. En lugar de entrar como siempre al departamento se asomó en el umbral de la puerta que conectaba con el interior.

    En shock, Misaki observó que el escritor y su hermano se encontraban en la sala. Estaban sentados frente a frente y tenían cada uno un vaso de licor a la mano.

    ¿Por qué mi hermano no me avisó que podía venir hoy? Él nunca toma a estas horas…Y, ¿por qué están tan serios? ¿habrá ocurrido algo? –

    Misaki se quedó quieto. Sabía que no estaba bien espiar, pero algo le decía que no se moviera de donde estaba.

    Sé que te molesta el tema, pero en verdad creo que Misaki debería empezar a buscar un sitio donde vivir. –dijo Takahiro.

    Sabes bien que puede quedarse a vivir conmigo. –

    Las cosas quizá están bien, pero no puede acostumbrarse a depender de alguien. Tiene que aprender a valerse por sí mismo. –

    Misaki siempre me tendrá a su lado. –

    Sé que se aman. Cada vez que ha tenido que quedarse en mi casa he notado en su mirada lo mucho que te extrañaba… –

    Entonces, ¿por qué insistes en separarnos? –

    No es que quiera separarlos, pero no me perdonaría cometer otro error…Si algo pasara y Misaki quedara vulnerable…Entiende, esto es por su bien. –

    ¿Qué podría pasar? –

    Los sentimientos pueden ser volubles… –

    Misaki y yo siempre estaremos juntos. –

    Pero…–

    Takahiro no terminó de hablar, se hizo un largo silencio. Luego de un momento, Akihiko tomó un poco de licor y luego se dirigió a Takahiro.

    Aún no puedes olvidar todo lo que les hice, ¿no es así? –

    Yo… –

    Sé que en ese entonces fui muy egoísta y cruel pero el amor que siento por tu hermano cambió mi vida...Nunca me perdonaré el haberte causado tanto dolor, me parece increíble que ahora puedas estar aquí, sentado frente a mi conversando...–

    Lo hago por él. Además, dejando tu responsabilidad de lado, nunca me perdonaré el haberte entregado a Misaki. –

    No fue tu culpa tuya, no te di opción. –

    Siempre hay otra opción... –

    Misaki no pudo seguir escuchando, las preguntas iban y venían. Cada una lo atormentaba más que la anterior. No solo descubrió que su hermano estaba al tanto de su relación con el escritor, sino que de alguna manera la había propiciado.

    ¿Por qué? ¿Cómo logró Akihiko aquello?

    Silenciosamente, salió del departamento. Cuando llegó a la puerta del edificio sintió la necesidad de huir de aquel lugar, empezó a correr sin tener un rumbo fijo…

    Fin del flashback

    ¿Acaso lo que hablaron se trató de una broma? ¿Me están jugando una broma? Si es así díganmelo, por favor… –dijo Misaki con la voz quebrada, sus mejillas eran recorridas por abundantes lágrimas.

    Misaki… –fue todo lo que pudo susurrar el peliplata.

    Te debemos la verdad y te la daremos ¿verdad Akihiko? –

    Takahiro miró fijamente al escritor.



    Nota de la autora:

    Antes que nada, respondo sus comentarios. Muchas gracias a todos por tomarse el tiempo de escribir.

    Angellitha: me hiciste feliz con tu comentario. En serio muchas gracias por los ánimos y tan lindas palabras. Espero que te haya gustado este capítulo también.

    misakineko-san: ya sabemos lo que ocurrió con Misaki, ahora tocará ver qué es lo que sucede…gracias por el comentario, espero te siga pareciendo interesante la historia.

    Bright: muchas gracias por comentar y darte el tiempo de dar tus impresiones de los dos capítulos. Leí con atención todo aquello que escribiste. Creo que Kyo hará un gran esfuerzo y puede que te termine agradando su presencia a lo largo de la historia. Ojalá este capítulo haya estado a la altura de tu intriga.

    Anne onodera takano: hola, muchas gracias por estar presente siempre. En el siguiente capítulo veremos si Misaki sigue con esa idea de irse…

    Karina Aguilar: gracias por tu lindo comentario, espero que este capítulo haya absuelto algunas dudas, aunque aún quedan respuestas pendientes.

    Misaki_Nya: ya inició la conversación, veremos qué es lo que pasa. Como comentaste, sé que se suele poner a Akihiko como el malo, en este caso mmm veremos qué es lo que opinas cuando explique las cosas. Espero te siga agradando la historia.

    Dan Angel: ojalá este capítulo haya estado a la altura de lo que esperas. Muchas gracias por el comentario.

    kasane teto 567: hola, gracias por pasar por aquí y comentar.

    Suzuki Hoods: gracias por escribir. Ijuuin volverá a aparecer, él no tiene nada que ver con esta crisis…Espero te haya gustado el capítulo y que conforme se termine de aclarar todo te guste el giro que vaya tomando la historia.

    °~Aranzza-chan~°: muchas gracias por el comentario. Espero que te siga agradando la historia a pesar de la presencia de Ijuuin. Ojalá te haya gustado este capítulo.

    Ya saben qué fue lo que sucedió con Misaki, en el siguiente capítulo sabremos la explicación de Akihiko…

    Nuevamente, muchas gracias a todos quienes pasan por aquí.

    Saludos,
    Aulu
  9. .

    Capítulo 2


    Misaki regresó al departamento. Hubiera querido huir y dejar todo atrás, pero sabía que eso era imposible. Debía de comportarse como un adulto y enfrentar las cosas por más que aquello terminara de abrir una herida profunda, imposible de curar.

    Había ideado un plan en su mente, actuaría como siempre, como si nada hubiera pasado. Aún no era el momento de pedir explicaciones.

    Cuando entró al departamento el escritor se encontraba rodeado de libros, había dejado la sala hecha un desastre.

    Misaki, ¿cómo te fue? –preguntó el escritor mientras dejaba en la mesa de centro un libro que había estado ojeando

    Bien, todo bien. –respondió el castaño con la voz apagada.

    ¿Te encuentras bien? –Akihiko lo miró con preocupación y se acercó a él.

    Los ojos de Misaki estaban rojos y su piel pálida, eso sin contar con el semblante decaído que tenía.

    Sí, es solo que hoy estuve redactando un trabajo todo el día, mis ojos están cansados…–mintió.

    No te presiones demasiado en la universidad. Si necesitas ayuda sabes que puedo ayudarte. –

    La mano fría del escritor se posó gentilmente sobre la cabeza de Misaki. Este último sintió una marea de sentimientos encontrados al sentir aquel tacto.

    No te preocupes…–dijo retirando la mano del mayor.

    Misaki se quedó de pie delante de Akihiko. Observaba al mayor como si fuera la primera vez que lo veía. Desde aquella mañana todo parecía distinto.

    Misaki, ¿quieres decirme algo? –

    Eres tú el que tiene muchas cosas por aclarar…–pensó el menor mientras apretaba los puños, pero luego se relajó. No era el momento.

    Me duele mucho la cabeza. No podré hacer la cena…–

    Si te molesta demasiado quizá debamos ir donde un médico. –

    No es necesario, dormiré temprano y para mañana estaré bien. – dijo Misaki dirigiéndose al pie de las escaleras.

    Es verdad, tu hermano llamó. Confirmó que podrá venir a visitarnos mañana. –

    El menor sintió que su corazón se agitaba. Una lágrima rodó por su mejilla, por suerte Akihiko solo podía ver su espalda.

    Qué bueno…yo…entonces iré ya a descansar… hasta mañana… –dijo mientras subía los primeros peldaños de las escaleras, dirigiéndose hacia su habitación.

    Hasta mañana…–susurró un pensativo Akihiko.

    Apenas Misaki cerró la puerta de su habitación, gruesas lágrimas empezaron a recorrer su rostro.

    El castaño se deslizó hasta quedar sentado en el suelo. Empezó a sollozar mientras abrazaba fuertemente sus rodillas.

    Mi cuerpo…me siento tan sucio…–pensó a la par que se tocaba la cabeza, en el lugar exacto donde Akihiko había posado su mano.

    Recuerdos de aquel día llegaron nuevamente a su mente.

    Flashback

    Misaki se despertó temprano esa mañana, había dormido bien desde hace una semana debido a que Akihiko se había encontrado demasiado ocupado trabajando en sus manuscritos. El peliplata no había podido “recargarse” en él.

    Cuando el castaño se dirigía al baño, a darse una ducha, el peliplata salió de su habitación.

    Buenos días Usagi-san, ¿cómo va el manuscrito? –preguntó un poco extrañado el menor al ver que el peliplata no tenía su característica aura negra de las mañanas.

    Está casi listo así que como recompensa quiero a Misaki –dijo con un brillo en sus ojos.

    ¿Eh? –

    Ahora el castaño comprendía el origen del buen humor de Akihiko.

    El escritor tomó a Misaki de la cintura y lo llevó hacia el cuarto de baño. Una vez dentro las manos de Akihiko empezaron a deslizarse por debajo de la ropa del menor.

    Espera, no puedo atrasarme tengo que ir a preparar el desayuno para luego ir a clases. – dijo el castaño mientras intentaba escabullirse de los brazos del escritor.

    ¿Acaso no pensabas darte un baño? –preguntó Akihiko dejando por un instante de acariciar el cuerpo que tenía a su lado.

    Si, pero…–

    Pues tomemos una ducha juntos…–susurró en el oído del castaño antes de depositar un beso en su cuello que lo hizo estremecer.

    El peliplata se encargó de desnudar a Misaki. Después se tomó su tiempo para quitarse la ropa. Le encantaba ver las inocentes reacciones de su castaño quien había decidido cubrir su desnudez con una toalla.

    Actúas como si nunca nos hubiéramos visto desnudos. –

    Y tú como un pervertido. –

    Akihiko se colocó detrás de Misaki, la toalla de este cayó al suelo y luego fue conducido hacia la ducha.

    Si no quieres, no te haré nada. –

    Como si fueras a cumplir eso. –

    El agua caía sobre ambos cuerpos desnudos. Akihiko, con la naturalidad que lo caracterizaba, se enjabonaba sin ningún inconveniente. Misaki, por el contrario, estaba nervioso y avergonzado. Saber que tenía a centímetros de él el cuerpo desnudo del escritor y que él se encontraba en ese mismo estado hacía que sus movimientos se volvieran torpes.

    Creo que necesitas ayuda, deja que te enjabone la espalda. –dijo Akihiko de un momento a otro.

    Yo puedo solo. –

    Akihiko no hizo caso y empezó a surcar, con el jabón, la espalda del castaño.

    Misaki se estremecía al sentir los dedos del peliplata rozar su piel. Su cuerpo empezaba a demostrar lo bien que se sentía.

    ¿Dónde estás tocando? Dijiste que no…–se quejó el castaño al sentir la mano del escritor sobre la erección de su miembro.

    Nada que no quisieras y creo que es evidente que sí quieres. –

    Akihiko estimulaba el miembro de Misaki con una mano mientras que, con la otra, se dedicaba a dilatar la entrada del menor introduciendo poco a poco sus dedos.

    Ah…Usagi-san…basta…o yo…–

    El castaño se encontraba sujetando fuertemente las manijas de la ducha. El orgasmo alcanzó a Misaki en poco tiempo.

    Alguien me extrañó mucho estos días. –comentó Akihiko de manera triunfal.

    Y sin esperar respuesta colocó la punta de su miembro en la entrada del menor.

    Misaki, voy a entrar. –

    No digas eso…–

    Lentamente el peliplata empujó su miembro. La respiración de Akihiko se hizo más profunda, la estrecha cavidad de su castaño aprisionaba de manera exquisita su erección.

    Una vez el cuerpo de Misaki estuvo listo, las embestidas empezaron.

    Los jadeos del castaño y el sonido de dos cuerpos volviéndose uno bajo el agua llenaron la habitación…

    Fin del flashback

    Misaki se levantó del suelo. Caminó hasta su armario y sacó una maleta, aquella en la que hace más de cuatro años había empacado sus cosas para quedarse a vivir con Akihiko.

    No puedo quedarme a tu lado…–susurró.




    Nota de la autora:

    Primero: respondo sus comentarios (en verdad, muchas gracias por ellos)
    «azuma - kun»:
    Es la primera vez que tengo que describir a Misaki en este estado, en verdad es más difícil de lo que pensaba. Respecto a Ijuuin pues me da curiosidad cómo vas a ir reaccionando respecto a su presencia a lo largo de la historia. Muchas gracias por querer la continuación, espero te haya gustado.
    Anne onodera takano:
    Gracias por interesarte en esta historia también, ojalá te continúe agradando.
    Angellitha:
    Veamos si Misaki se queda al lado de Usagi, no tengo planeado más que los primeros capítulos. Muchas gracias por pasar a leer la historia y comentar.
    kasane teto 567:

    Espero te haya gustado este capítulo. Pronto se sabrá qué ocurrió.
    Aira-San:
    Gracias por pasar por aquí. La respuesta a qué pasó ya llega…
    Karina Aguilar:
    Muchas gracias por comentar. Es duro escribir y hacer que Misaki sufra.

    Segundo:
    En el siguiente capítulo se sabrá el motivo por el cual Misaki está en ese estado...

    Nos vemos en el próximo capítulo.
    Aulu.
  10. .
    Nota de la autora:

    :=NEWWWA:

    Todos los personajes pertenecen a la gran Shungiku Nakamura.

    Siempre quise escribir algo que involucre a Ijuuin, aquí el resultado de darle vueltas a esa idea.

    Puse como advertencia lemon porque de que lo habrá, lo habrá...dentro de poco creo yo...

    Espero les guste este primer capítulo. Será creo un fic distinto a los que he escrito y al que vengo escribiendo (La práctica…¿hace al seme?) en el sentido que creo que los capítulos serán irregulares en cuanto a extensión (siempre me pongo un mínimo y/ máximo de páginas) esto ya que tengo un bosquejo de la idea de este fic pero nada 100% planeado.

    Espero les guste.



    Capítulo 1



    Misaki abrió los ojos. Los recuerdos comenzaron a invadir su mente, lo último que vino a su cabeza hizo que se sobresaltara. Recordó haber estado corriendo por la calle y luego el sonido de un carro frenando bruscamente.

    El castaño se reincorporó hasta quedar sentado en la cama donde se encontraba. Lo primero que hizo fue verificar el estado en que se encontraba. Por suerte, no había indicios de haber resultado herido a pesar de su imprudencia.

    ¿Dónde estoy? –fue una de las tantas preguntas que se hizo a sí mismo mientras observaba la habitación, se dio cuenta al instante que no se trataba de la habitación de un hospital.

    Cuando estaba a punto de levantarse la puerta se abrió.

    Misaki, veo que ya despertaste. –dijo un pelinegro.

    ¿Ijuuin sensei? –susurró el castaño. Más preguntas aparecieron a su mente.

    Detrás del mangaka apareció un anciano.

    Misaki él es el señor Hiroshi. Ahora que estás despierto volverá a revisarte para asegurarse de que te encuentras bien, él es médico. Sé que debes tener varias preguntas en tu mente pero ahora lo primero es tu salud. –

    El castaño asintió con la cabeza.


    Ijuuin se encontraba en la sala cuando el médico salió de la habitación después de haber revisado a Misaki. Luego de hablar durante un momento con el mangaka se retiró.


    Ijuuin entró nuevamente en la habitación donde se encontraba Misaki, tomó una silla y se sentó al lado del castaño.

    Yo…perdón por causar tantas molestias. –

    No te preocupes, no causas ninguna. Pero ten más cuidado, no quiero que nada malo te pase. –dijo el mangaka mirando a los ojos a Misaki.

    El corazón del menor se agitó un poco, era la reacción que siempre tenía cuando estaba cerca de Ijuuin y este decía algo así. Misaki evitaba aquel tipo de situaciones por Usagi-san. Sintió un gran dolor al pensar en el escritor.

    ¿Estás bien? –preguntó Ijuuin al ver como el rostro de Misaki iba adquiriendo un semblante lleno de tristeza.

    Sí –respondió Misaki tratando de sonar convincente – ¿Cómo fue que llegué aquí?

    Preguntó para evitar el tema aunque también tenía curiosidad.

    Iba en mi auto cuando observé cómo ibas corriendo por la calle. Pensé que te detendrías al llegar al semáforo, pero no fue así. Por suerte, el carro que iba delante de mío frenó a tiempo. Te quedaste de pie un momento antes de desvanecerte. A esa hora llegar al hospital es complicado debido al tráfico así que llamé a mi vecino, el médico que te revisó hoy. Ya que no habías sufrido ningún golpe quisimos suponer que no sería riesgoso traerte aquí en lugar de intentar llegar al hospital, por suerte todo salió bien. –

    Si todas las respuestas fueran así de fáciles de obtener…–pensó el castaño.


    Muchas gracias por todo, creo que lo mejor será que me retire. Debo de estar ocasionando molestias en tu trabajo. –dijo Misaki levantándose de la cama.

    Misaki, ¿en verdad estás bien? –preguntó Ijuuin mientras veía a Misaki terminar de amarrar sus zapatillas.

    Yo…–

    El castaño se quedó parado al pie de la cama. Su mirada evitaba encontrarse con los del mangaka.

    Cuando corrías por la calle ibas llorando…–señaló Ijuuin.

    …–

    Lágrimas se iban agolpando en los ojos del castaño.

    Si es algo privado, entiendo. Pero recuerda que si algún momento necesitas hablar con alguien puedes contar conmigo. –dijo el mangaka poniéndose de pie y acercándose al lado del menor – Quizá te sientas incómodo debido a que anteriormente te he confesado lo que siento por ti, pero no quisiera que eso se convierta en una barrera que impida el que aceptes mi ayuda. Eres una persona muy especial.

    Perdón, es que yo…–

    Las palabras no llegaban a la boca del menor. No estaba seguro de nada. Solo tenía la certeza de algo: su relación con el escritor nunca sería igual.

    Al pensar en ello gruesas lágrimas empezaron a surcar sus mejillas. El castaño levantó la mano para limpiarlas, pero Ijuuin se lo impidió.

    El mangaka estrechó el rostro de Misaki contra su pecho mientras sus brazos lo rodeaban.

    Desahógate, eso te hará bien. –dijo suavemente el mangaka. Una de sus manos acarició la cabeza del castaño.

    Como si se hubiera tratado de una orden, Misaki no reprimió más su tristeza. Esa tarde de verano, Misaki lloró un largo rato en los brazos de Ijuuin.


    Continuará...

    Edited by Aulu - 22/4/2020, 18:54
  11. .

    Capítulo 5

    Pequeñas confesiones y alcohol



    ¿Será que siempre se ha comportado así solo porque soy el uke? –se preguntó Misaki

    ¿Takano cree que Misaki y yo somos un par de…ukes…sin oportunidad de tener iniciativa propia? –se preguntó al mismo tiempo Ritsu. El cual trataba de convencerse que lo que opinara Takano no le importaba pero su orgullo estaba herido.

    Misaki y Ritsu se quedaron viendo el uno al otro por un momento.

    ¿Saben qué recomendaría en ese caso? Un poco de alcohol… –dijo Kisa.

    ¿Alcohol? –preguntó Ritsu.

    Claro, puede actuar como un buen estimulante…o para hacer caer a tu víctima…solo hay que saber cómo usarlo. –la cara de Kisa tenía una sonrisa pícara.

    Creo que deberíamos concentrarnos en el trabajo. –dijo Ritsu. Aunque quería saber más sobre lo que hablaba Kisa.

    En la mente de Misaki había quedado flotando la palabra “estimulante”.

    Pero… ¿y si a una persona no le cae bien el alcohol? –preguntó Misaki quien se asombró de sí mismo al atreverse a hacer su pregunta. El castaño había recordado que el vino lo hacía dormir y su conocimiento en cuanto a otro tipo de bebidas alcohólicas era escaso.

    Mmm. Pues quizá es que esa persona no ha tomado la bebida correcta. Por ejemplo, el vino es delicioso, pero tiende a dar sueño a algunas personas. También hay bebidas como sake o cerveza que son lo más indicado si se quiere continuar bien despierto... –

    Misaki y Ritsu prestaban atención a lo que decía Kisa aunque trataban de aparentar que no les interesaba mucho saber del tema.

    Kisa por otra parte disfrutaba el ser el “consejero” de aquel par.

    Y hablando de bebidas alcohólicas, Misaki tenemos que ir a celebrar tu incorporación a nuestra oficina. No podemos quedarnos sin darte la bienvenida apropiadamente. –dijo Kisa.

    No tienen que preocuparse por ello. –respondió el castaño. Lo que menos quería era causar molestias.

    Claro que tenemos ¿Verdad Ricchan? –

    Eh…pues creo que es una buena idea, pero el día de hoy tenemos muchas cosas pendientes. –comentó Ritsu revolviendo los papeles que tenía en su escritorio.

    ¿Qué les parece mañana? Hay reunión de los jefes de departamento y escritores así que no habrá moros en la costa. –

    Por mi está bien. –aceptó Ritsu.

    Se le había ocurrido que aquella celebración para darle la bienvenida a Misaki era una oportunidad para ir probando su resistencia al alcohol. Aún no estaba seguro de qué lo impulsaba ni qué es lo que exactamente iba a planear, pero quería darle una buena lección a Takano.

    Eh pues…está bien. –aceptó también Misaki quien rogaba por dentro que Akihiko también tuviera alguna reunión para no tener mayores problemas.

    Si tienen tiempo para cuchichear debe ser que ya terminaron todo lo que estaba pendiente. –dijo Takano mientras entraba a la oficina y se sentaba en su silla.

    Desde aquel lugar el azabache tenía una vista completa del lugar y, lo más importante, del sitio de Ritsu.

    Ritsu se limitó a mirarlo molesto un momento y luego continuó con su trabajo.

    Takano notó algo en la mirada del pelicafé pero no le prestó mayor importancia. Estaba acostumbrado a los radicales cambios de humor de su Ritsu.



    Al final del día Misaki se encontró con Akihiko para ir a casa, tal y como el escritor había planeado el día anterior.

    En el camino de regreso, en el auto deportivo rojo, el escritor le comentó a su castaño que al día siguiente tendría una nueva reunión.

    Misaki no podía creer la suerte que tenía.

    ¿Regresaremos juntos? ¿A qué hora es tu reunión? –preguntó cautelosamente tratando de no sonar demasiado interesado en el tema.

    Al parecer durará todo el día. Planeaba escaparme, pero si me quedo de acuerdo a lo programado tendré un buen tiempo libre de reuniones. Lo que significa más tiempo para pasarlo a tu lado. –dijo Akihiko mirando dulcemente al castaño.

    Si las palabras por si solas eran más que suficientes para que el castaño se sonrojara aquella mirada había provocado que los latidos del corazón del menor se aceleraran violentamente.

    Tonto, no digas esa clase de cosas. –susurró avergonzado.



    Al día siguiente todo transcurrió tal y como Kisa había dicho a Misaki y Ritsu. Los jefes de departamento y escritores habían sido convocados a largas reuniones que tomarían todo el día.

    Takano le ordenó al Ritsu que lo esperara para regresar juntos a lo que Ritsu se negó. En este caso por la costumbre que tenía de decirle siempre que no al azabache, así como también por la reunión que tenía pendiente.

    ¿Y bien? ¿A dónde podemos ir? –preguntó Kisa una vez estuvieron los tres a solas.

    Pues no he pensado mucho en ello. Hay un sitio por aquí cerca donde podríamos ir a comer algo. –dijo Ritsu.

    ¿Y si compramos comida y algunas bebidas y vamos a tu departamento? –dijo animado Kisa a Ritsu

    ¿A mi departamento? –

    Estaríamos más cómodos y queda en un sitio céntrico así que nos vendría bien a Misaki y a mí. –

    Misaki no se sentía cómodo con la idea. Si Akihiko se enteraba estaba seguro que se metería en problemas.

    Ritsu por su parte no quería que Takano se enterara de algo así pero un parte de él dudaba. Era la parte que se empecinaba en hacerle creer a él mismo que no le importaba qué pensara o sintiera el azabache.

    Está bien. Podemos ir a mi departamento. –dijo finalmente el pelicafé.

    Pero no tienes que preocuparte, podemos ir a un sitio por aquí cerca. –comentó Misaki con cara de angustia.

    Kisa notó los nervios del menor, sabía a qué se debía aquello.

    Si tienes que estar en casa temprano no te preocupes, es mediodía así que hay tiempo de sobra para que puedas escaparte un rato con nosotros. No estoy seguro acerca de las reuniones de los jefes de edición, pero si estoy seguro de que los escritores tienen reunión hasta al menos las 10 de la noche… –dijo Kisa

    El menor se inquietó, sentía que Kisa leía su mente. Pero la mirada amigable y serena del mayor le dio confianza. Decidió que lo mejor era actuar de manera normal.

    Está bien, vamos. –


    En el camino de ida al departamento de Ritsu compraron algo de comida y bebidas a pedido de Kisa.


    Durante la pequeña celebración, Ritsu había optado por probar vino y Misaki cerveza. Si bien habían decidido interiormente tomar solo un poco, el ambiente cálido y de confianza entre los tres había incentivado al par a beber un poco más de la cuenta.

    Kisa también bebió, pero al ya estar acostumbrado a hacerlo el alcohol no se le subió a la cabeza. Además, sabía que alguien lo esperaba en casa y sabía también que debía de mantenerse lúcido para poder ayudar a Misaki. Sonrió para sus adentros, nunca pensó que terminaría actuando de esa manera responsable.

    Sin embargo, el espíritu juguetón de Kisa siempre se hacía presente.

    Creo que llegó la hora de jugar un pequeño juego. –dijo Kisa sosteniendo una botella en su mano.

    ¿Juego? –preguntó Ritsu. Tenía las mejillas coloradas por haber estado bebiendo.

    ¿Nunca has jugado a la botella borracha? –

    Conozco ese juego…pero ni creas que dejaré que me beses. –comentó Ritsu bajo los efectos del alcohol.

    Oh Ricchan me rompes el corazón –dijo Kisa en broma– entre nosotros podemos jugar a solo pedir pequeñas confesiones. El que no quiera decir nada tendrá que beber una copa, será divertido. –

    Acto seguido puso la botella en el piso y la hizo girar. La botella indicaba que Kisa podía hacerle una pregunta a Ritsu.

    No creo haberte dicho que jugaría. ¬–dijo un aún consciente Ritsu.

    Lo siento, pero la botella manda aquí ahora.

    Tienes que confesar quién fue tu primer beso. –ordenó Kisa con una gran sonrisa.

    La mente de Ritsu estaba un poco nublada pero sus mejillas se pusieron aún más rojas de un momento a otro.

    Me parece que alguien recordó algo. –dijo Kisa divertido por el sonrojo del pelicafé.

    Ritsu tomó un vaso y vertió un poco de vino. Se lo tomó de golpe.

    Ese tipo de cosas son privadas…–murmuró una vez terminó de beber.

    La botella giró otra vez y fue nuevamente el turno de Kisa de hacer una pregunta, ahora a Misaki.

    Déjame ver…qué puedo preguntarte... –decía Kisa haciendo el ademán de que no sabía qué preguntar– ¿Estás enamorado de alguien?

    La pregunta ocasionó que Misaki tuviera la misma reacción de Ritsu. Con la cara completamente sonrojada no llegaba a articular una palabra, no sabía que contestar.

    Ritsu, en un acto reflejo, le acercó un vaso lleno de cerveza. El castaño aceptó y bebió. De esa manera no tendría que contestar.

    Nos tenemos que vengar de Kisa. –dijo Ritsu a Misaki.

    Los tres rieron.


    La tarde transcurrió de ese modo, en medio de alcohol y pequeñas confesiones que Kisa pudo ir obteniendo de aquel par.

    Cuando la noche se acercaba Kisa decidió, a su pesar, que era hora de que la reunión acabara.

    Bueno, dado que te gustó el vino te puedes quedar con lo que queda. –dijo Kisa a Ritsu.

    Me parece bien. –dijo un embriagado Ritsu.

    Bien, Misaki, tomemos un taxi entre los dos. Como mi casa está más lejos serás tú el primero el bajar. –

    Gracias. –respondió Misaki quien sentía que su cuerpo no le respondía del todo.

    Nos vemos mañana. –se despidió Kisa antes de cerrar la puerta del departamento y dejar a Ritsu solo.

    El pelicafé se quedó pensativo. Ahora que estaba solo su mente iba y venía rumbo a una sola dirección: Takano. Ritsu se molestó de encontrarse pensando en el azabache. Decidió beber un poco más…


    Cuando Misaki y Ritsu se encontraban en las afueras del edificio esperando el taxi, Takano se encontró con ellos.

    Se le hizo extraño verlos por ahí y más aún por el aspecto que tenía Misaki.

    Ah, Takano. ¿La reunión terminó? –preguntó Kisa tratando de entablar una conversación casual.

    Si…y dado que no había empleados no se podía continuar con el trabajo... –respondió Takano seriamente.

    Es difícil avanzar sin las indicaciones del jefe…–dijo Kisa a manera de disculpa. Aunque sabía que no era el trabajo lo que precisamente preocupaba a Takano en ese momento.

    ¿Viven por aquí? –preguntó el azabache quien miraba por momentos a Misaki. El menor se encontraba apoyado en Kisa sin decir palabra.

    Estuvimos en el departamento de Ricchan, celebramos la incorporación de Misaki a nuestro equipo ¿No es así Misaki? –

    Si…–respondió Misaki apenas consciente de la situación en que se encontraban.

    Las celebraciones no le caen bien. –comentó Kisa sonriendo un poco. Se relajó al ver que un taxi se estacionaba cerca a ellos y miraba en dirección al edificio.

    Ya nos tenemos que ir, acaba de llegar nuestro taxi. Hasta mañana. –se despidió rápidamente Kisa.

    Takano se quedó mirando el edificio. Así que esa era la razón por la que Ritsu no lo había esperado y tampoco había contestado ni sus llamadas ni sus mensajes, decidió que le daría una visita a su pelicafé.


    Momentos después se encontró tocando la puerta del departamento de Ritsu.

    La puerta se abrió.

    Ritsu, sin mirar al azabache, se movió hacia un lado mientras Takano cerraba la puerta.

    Así que ahora organizas fiestas…–empezó a reprochar Takano a Ritsu pero no pudo continuar.

    Ritsu se paró sobre las puntas de sus pies para poder arrebatarle un beso. Este fue corto pero lleno de deseo. El azabache sintió el sabor a vino. Ritsu había estado tomando, pero en aquel momento eso era lo de menos.

    Ritsu…–susurró Takano quien no salía de su asombro.

    Saga-sempai…–

    Ritsu tomó la mano de Takano y lo condujo hacia el interior del departamento.





    Nota de la autora:

    Primero que nada…woooow no puedo creer que haya pasado tanto tiempo desde la última actualización...alrededor de cuatro meses… Pasaron muchas cosas que me impidieron estar con ustedes hasta este momento, pero volví y espero no volver a alejarme así.

    Segundo, nunca iba a dejar esta historia inconclusa. En serio, nunca. Siempre que podía pensaba en la historia y cómo escribir este capítulo. Este es el resultado de horas de darle miles de vueltas a la historia hasta que tuviera el tiempo de estar frente a una computadora y tener la libertad de continuar escribiendo.

    Tercero, sí…veo lemonnnn a la vista en el siguiente capítulo! jajaja Espero me salga bien.

    Este capítulo va dedicado a:

    Fannys Vasquez, Priscila Kagura Curio!, FujoshiPervert, 4 EVER Yaoi, Natalia|fujoshi 7u7, Anne onodera takano, Sabrina Diaz, Himeko -san y desnight.

    Muchas gracias por sus mensajes. Mil disculpas por el retraso, espero les vuelva a interesar la historia y que este capítulo haya sido de su agrado.

    Y gracias a todos a quienes pasan a leer, espero hayan pasado un buen rato también.

    Hasta pronto,
    Aulu.
  12. .
    Mamorü_kün: Muchas gracias por tu comentario ^^. Espero poder tener pronto más tiempo para dedicarme a escribir la segunda temporada.
  13. .

    Capítulo 4



    Kisa al rescate



    Ritsu terminó cayendo encima de Misaki. Los dos no habían podido reaccionar bien a la caída debido a cierto dolor que sentían en la parte baja de la espalda…

    ¿Estás bien? –preguntó Ritsu. Sus rodillas se encontraban a los lados de la cadera de Misaki y este último se encontraba apoyado en sus brazos por lo que ambos rostros estaban cerca.

    La voz que se escuchó a continuación no fue la de Misaki.

    En el celular de Ritsu, que estaba tirado en el piso muy cerca de los dos, se leía un mensaje en la pantalla: “Estoy llegando a la oficina”.

    ¿Qué está sucediendo? –preguntó molesto Takano mirado fijamente la escena.

    Sabía que debía de haber una buena explicación pero no podía evitar sentirse fastidiado al ver a alguien tan cerca de su pelicafé.

    Misaki y Ritsu voltearon a verlo, fue después de ver la cara del azabache que fueron conscientes de la pose comprometedora en que se encontraban pero no fueron capaces de moverse.

    Kisa se divertía con la escena de celos que estaba presenciando pero se apiadó del par que se encontraba en el piso.

    Le pedí a Misaki que recogiera unos mangas por mi y cuando estaba de regreso Ritsu iba tan concentrado mirando su celular que terminó chocando con Misaki. Seguro estaba recibiendo un mensaje de alguien IMPORTANTE…–Kisa resaltó esa última palabra mientras recogía el celular de Ritsu, estaba seguro que aquel último mensaje había sido del azabache.

    Ritsu se levantó de inmediato y le quitó el celular a Kisa.

    Era de una mangaka, cosas de trabajo…–murmuró Ritsu con la cara roja.

    Acompáñame. –dijo Takano tomando la muñeca de Ritsu y llevándolo fuera de la oficina, pero antes de salir se detuvo y volteó hacia donde se encontraba Misaki y habló.

    Estarás en esta sección por un tiempo así que espero que seas de utilidad y no un estorbo. –luego miró a Kisa– La próxima vez recoge el material tú mismo.

    Después de decir aquello continuó con su camino. Takano y Ritsu desaparecieron de la oficina. El segundo intentaba en vano liberarse del agarre del mayor.

    Takano condujo a Ritsu hacia un lugar donde pudieran hablar a solas, solo ahí lo soltó.

    ¿Por qué me traes aquí? –preguntó Ritsu molesto.

    El azabache tomó su rostro con ambas manos y lo besó. Mientras más forcejeaba Ritsu más intenso se volvía el beso. La falta de oxígeno obligó a que se separaran.

    ¿Lo que pasó en la oficina fue tal cual lo describió Kisa? –preguntó Takano con calma

    ¿Me has traído hasta aquí solo para preguntar eso? –preguntó ahora un fastidiado Ritsu.

    ¿Y qué si fuera así? Soy tu jefe. –

    Si respondo, ¿me dejarás en paz? –

    Takano se quedó mirando a Ritsu. Este último comprendió que no, que nunca lo dejaría en paz pero que al menos dejaría de fastidiarlo un rato.

    Fue como dijo Kisa. –

    ¿Tropezaste con Misaki? –

    Si.–

    ¿Ibas mirando tu celular? –

    Si. –respondió automáticamente Ritsu.

    ¿La persona importante era yo? –

    S-s…¡no!–

    Ritsu estuvo a punto de caer en su juego. Lo miró entre avergonzado y molesto.

    Me voy, tengo muchas cosas que hacer. –dijo al azabache.

    Takano lo abrazó para impedir que se fuera quedando la espalda de Ritsu pegada a la espalda de Takano.

    ¿Cuándo confesarás lo que sientes por mi? –susurró el azabache al oído de pelicafé.

    No me digas que el gran Takano Masamune está celoso de Misaki. –dijo burlonamente Ritsu, mientras se volteaba, en un intento por golpear el gran ego del azabache y por evadir la pregunta que le acababan de hacer.

    Sé que entre ustedes no podría pasar nada…pero fue una buena excusa para traerte hasta aquí. –dijo Takano esbozando una ligera sonrisa.

    ¿Eh? –Ritsu se quedó confundido con aquellas palabras.

    Regresemos a la oficina. –



    Luego del incidente el día fue transcurriendo de manera normal. Si bien Misaki se sentía intimidado por Takano lo animaba el pensar que estando en esa nueva área podía llegar a aprender mucho. Además, Kisa había logrado calmarlo un poco al distraerlo con sus conversaciones y dándole mil cosas para hacer.

    Aunque otro problema surgió para Misaki al final del día. Y era explicarle al escritor el cambio de área, si Akihiko lo celaba anteriormente a pesar de estar trabajando con Aikawa ahora no se imaginaba cómo se pondría.



    ¿Cómo te fue en la editorial? –pregunto Akihiko mientras cenaba con Misaki.

    Bien, ¿cómo va el manuscrito? –respondió algo nervioso.

    Respecto a eso mañana tengo que ir a la editorial para tener una reunión. –

    ¿A la editorial? –Misaki sentía que el mundo se le caía encima. Tenía la esperanza de tener más tiempo para pensar bien cómo contarle las cosas.

    Si. ¿Qué te parece si paso por tu área a la hora de salida para regresar juntos? –

    N-no creo que sea buena idea…–

    ¿Por qué? –Akihiko dejó los cubiertos en la mesa y miró fijamente a Misaki. Lo conocía perfectamente y sabía que algo pasaba.

    Tengo algo que contarte…–empezó a decir Misaki.

    El castaño le explicó todo a Akihiko quien reaccionó de manera extraña para Misaki. El escritor parecía receloso de Takano pero no mencionó a Ritsu en la conversación.

    “Quizá sea porque a Ritsu lo conoce, después de todo fue su editor.” –pensó Misaki para sus adentros.

    Si bien no me agrada la idea no interferiré ya que son cosas de trabajo. Además, quiero que sepas que confío en ti. –fue lo último que mencionó Akihiko respecto al tema antes de acercarse donde Misaki.

    ¿Sucede algo? –preguntó el menor.

    Está a punto de suceder…–

    Akihiko se encargó de dejar marcado su territorio toda la noche…



    Al día siguiente Ritsu y Misaki tuvieron nuevamente que trabajar sintiendo cierta parte del cuerpo adolorida. Sumado a eso trataban de descifrar las mentes de sus respectivos semes.

    ¿Están bien? He notado que caminan un poco raro. –preguntó Kisa de un momento a otro mientras trabajaban. Para él era evidente el por qué de ese modo de caminar, después de todo le pasaba lo mismo cuando hacía el amor con Yukina pero quería divertirse viendo la reacción de ese par.

    Misaki y Ritsu se pusieron rojos.

    Fue por la caída de ayer…–respondió Ritsu intentando simular que la pregunta no le había causado sorpresa.

    Pero ayer ya caminaban así… –

    Es que…me caí en mi casa. –dijo Ritsu

    S-si, yo también. –comentó Misaki sin levantar la mirada del escritorio.

    Seguro por andar distraídos…y ahora que lo pienso hoy los noto muy pensativos. Saben que pueden contarme lo que sea, puedo darles buenos consejos. –dijo Kisa sonriendo.

    Gracias pero no sucede nada. –respondió Ritsu y cada quien continuó con sus labores.


    Misaki no estaba familiarizado con los mangas shoujo, al igual que Ritsu en un inicio, así que una de sus tareas era leer esta clase de mangas para entenderlos mejor.

    Eh…Kisa, no entiendo la atmósfera de esta escena…–preguntó el castaño señalando una de las páginas del manga que tenía en la mano.

    En este manga la protagonista está molesta porque su novio está celoso de uno de sus amigos. –explicó Kisa.

    Aquella explicación llamó la atención de Ritsu, y es que aquella situación se le hizo familiar.

    Y, digamos, ¿por qué su novio estaría celoso de uno de sus amigos y no de todos? –preguntó Ritsu curioso simulando estar haciendo una pregunta casual– Es que sigo sin entender mucho de este tipo de cosas…

    Pues, quizá porque a ese lo ve como competencia. –

    ¿Competencia? –preguntó ahora Misaki.

    Kisa sonrió para sus adentros, definitivamente esos dos se parecían mucho.

    En este manga el chico sabe lo que quiere y no duda en decirlo pero la chica es tímida y pasiva. Entonces, si tiene un amigo que es como ella es muy probable que no suceda nada pero si viene otra persona con una actitud activa pues esa persona si podría hacer correr riesgo a la relación. Ya que la chica aparentemente solo “se deja llevar”–explicó Kisa.

    ¿Y cómo podría la protagonista dejar de ser vista de ese modo? –preguntó Ritsu.

    Dejando en claro sus sentimientos –dijo Kisa mirando a Ritsu el cual dio un respingo–…o si eso no funciona o no es suficiente –dijo ahora mirando a Misaki para después mirar a ambos– pues dejando de tener una actitud tan pasiva…debería de tomar la iniciativa de vez en cuando ¿no creen?

    Misaki pensó al respecto. ¿Akihiko sentía como competencia a Takano pero no a Ritsu? ¿Actitud pasiva?

    Por otra parte Ritsu caía en cuenta que quizá Takano veía a Misaki como alguien… ¿pasivo como el? ¿Qué significaba eso?

    Si esto fuera una novela BL supongo que pasivo sería igual a ser el uke y activo el seme…si ya saben a lo que me refiero –comentó Kisa como si nada.

    Los colores de la cara de Misaki y Ritsu se pusieron de un intenso color rojo pero ahora la indignación iba creciendo en ambos.

    ¿Será que siempre se ha comportado así solo porque soy el...uke? –se preguntó Misaki

    ¿Takano cree que yo y Misaki somos un par de…ukes…sin oportunidad de tener iniciativa propia? –se preguntó al mismo tiempo Ritsu. El cual trataba de convencerse que lo que opinara Takano no le importaba pero su orgullo estaba herido.

    Misaki y Ritsu se quedaron viendo el uno al otro por un momento.

    ¿Saben qué recomendaría en ese caso? Un poco de alcohol… –dijo Kisa.



    Nota de la autora:
    Gracias a todos quienes pasan por aquí y especialmente a Himeko -san,
    Priscila Kagura Curio!, Anne onodera takano y Moka Akira~chan
    por sus comentarios.

    Será hasta el siguiente capítulo, al fin nuestros queridos ukes pondrán manos a la obra... ¿cómo les irá?
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    Janet :3: Alguien que escribe y que comparte sus historias se debe a la gente que lo lee, por eso nunca me cansaré ni me olvidaré de agradecer a quienes leen y se toman el tiempo de comentar. En serio, estoy muy agradecida y más con este par de hermosos mensajes que son oxígeno puro para continuar escribiendo. Ahora estoy escribiendo otra historia que se llama “La práctica…¿hace al seme?” si por ahí te animas a leerla me encantaría tener tu opinión ^^ Aunque utilizo personajes de Junjou Romantica y Sekaiichi Hatsukoi, no sé si eso sea de tu agrado y más el hecho de ver a Misaki como posible seme, aún no decido si lo logrará…Fue una idea loca que surgió jajaja. Gracias por darle sentido a esto que es escribir e intentar transmitir emociones a través de una pantalla. Ojalá y pronto todo esté mucho mejor y espero que tanto mis historias como la de otros autores te ayuden a despejarte de aquellas cosas que a veces no salen bien pero como dicen “siempre sale el sol”. A seguir adelante ^^
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    Janet :3: muchas gracias por comentar, tus palabras me hacen tan feliz. Las tendré siempre presentes en mis momentos de duda existencial. Espero que ahora esos problemas hayan desaparecido o que todo se encuentre mejor, ¡ánimos! Muchos besos y abrazos de oso panda para ti también. Nuevamente, muchas gracias ^-^
79 replies since 26/10/2014
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