Posts written by †‹ELIANN›†

  1. .

    Despertar.




    Era temprano en la mañana la luz comenzaba a filtrarse por la ventana y aun así deseaba seguir acurrucado en la cama, cerro fuerte los ojos hacía frío así que se aferró más al pecho de Gakupo a sus brazos que fuerte le sujetaban.

    -uh…apaga el sol –murmuro –

    -No puedo hacer eso –respondió –

    -Cierra las cortinas entonces –volvió a decir sentía que le ardía la garganta y no era para más con toda esa opera que armo por su tan apreciada mascota –

    Gakupo se alejó y soltó un leve quejido al sentir como se desprendía de su calor corporal, las ventanas fueron cerradas para al poco tiempo sentir como se unía nuevamente a él entre las sabanas y sus pieles desnudas se volvían a rozar.

    De alguna extraña forma no supo en que momento pero había terminado en la cama, tal vez en aquel momento en que su conciencia se iba y venía pero a pesar de eso no quería que acábese se sentía muy bien.

    Ese día no podía ni tenía ganas de levantarse pero aun así tenía que hacerlo, primero tenía que darse un buen y merecido baño, en el cual su amada mascota le ayudo sin terminar en resultados sexuales ya que le dolía demasiado la cadera.
    Luego de eso pidió comida a domicilio claro que su mascota fue quien recibió al muchacho de la entrega para luego cerrarle la puerta y seguir con lo suyo, se quedaron acostados mirando películas en la T.V, podría haber sido un día normal pero para ellos estaba bien estar así, uno a lado del otro disfrutando de ese lapso de tiempo.

    Gakupo le miraba de a momentos levantando la cabeza de donde la tenía apoyada para sonreírle y robarle un largo beso, como si supiera lo que él deseaba en esos instante.
    Y vaya que eso estaba bien.
  2. .
    Crecer es natural.

    El pequeño cachorro en cada momento era más grande de hecho se estaba haciendo tan buen cazador como su padre, ya estaba en la edad para ser un adulto independiente y alcanzando el tamaño de su propio padre.

    A pesar de que ellos deseaban que su cachorro nunca creciera, el crecer era natural para cualquier cachorro, aunque el tigre mestizo no se llevaba bien con los conejos, no los odiaba pero tampoco los quería por lo mal que lo habían tratado cuando era pequeño, los ignoraba y más de una vez había dejado que un Águila se llevara a un conejo.

    Aunque los demás conejos le reclamaban por el hecho de dejar que unos de sus compañeros fuera devorado él solo respondía –Es la ley natural –Como tantas veces le habían dicho que él era una abominación o que su existencia era antinatural –

    Los conejos no le agradaba el mestizo no solamente por su mestizaje si no por el hecho de que no los defendía su padre por su parte entendía la antipatía de su hijo hacia esas bolas peludas porque había presenciado como lo trataban mal y aunque deseo destruir a todas esas bolas de pelo no lo hizo, es que si su hijo no lo hacía sabiendo que su madre se pondría muy triste por ello.

    Aoi adoraba a Kaito con todo su corazón, tanto a Gakupo, así que cuando llego la hora de que su pequeño cachorro no tan cachorro se marchara a conocer el mundo Kaito y Gakupo estuvieron bastante triste.

    Ellos no querían que su hijo partiera de su hogar pero era la ley natural y lo dejaron marchar diciéndole que tuviera cuidado con los cazadores, su hijo era bastante hábil para esquivarlos.

    Así que solo lo dejaron marchar a hacer su propio destino, aquel gran tigre blanco con una extraña pelusa negra que rodeaba su cuello.
  3. .

    “el regalo perfecto”


    Era navidad y la mansión vocaloid se encontraba completamente animada, hermosos decorados estaban por toda la mansión, cada uno de ellos se encontraban haciendo cosas en el gran hogar, preparando todo para ese día en especial.

    Todos menos uno que se descubría fuera de casa, Kaito Shion uno de los primeros Vocaloid se localizaba afuera, caminando por las calles en el clima frío y la nieve, abrigado con una cálida bufanda que era diferente a las que portaba consigo gran parte de año, esta era mucho más tibia y de una textura muy suave.

    Suspiro mientras llegaba al centro comercial pero en toda la semana no había dado con nada, nunca daba con nada, pero ¡¿Qué podías comprarle al hombre que podía tener todo lo que deseaba?! No lo sabía, era fácil comprarle a los gemelos Kagamine y Kagane, ellos eran predecibles te hacían una lista de lo que querían para ser específicos, los niños de la mansión eran fáciles, las chicas no tanto pero si podías darle algo sin que te lo aventara a la cara, solo algo bonito, llamativo y costoso, incluso a la moda.

    Pero Gakupo Kamui era toda una historia diferente, el quien era su mejor amigo, que siempre estaba a su lado, de quien sabía casi todo, de quien en secreto permanecía locamente enamorado, no podía encontrarle el regalo perfecto para él, sabía que Gakupo aceptaría cualquier cosa que él le diera su bondad y corazón amable no le permitiría rechazarlo.

    ¡Pero! él quería darle lo mejor a Gakupo, si fuera otras circunstancias no lo pensaría pero estaba perdidamente enamorado de ese hombre que solo deseaba hacerlo feliz, ver la sonrisa reflejada en su rostro sería algo completamente maravilloso.
    Y por eso se encontraba allí sentado en una de las banquetas de centro comercial luego de inspeccionar todo el lugar, ¿Comprarle ropa? él tenía mucha ropa ¿Comprarle zapatos? mucho menos ¿Una guitarra? No, tenía una guitarra, un bajo, además de un piano y otros instrumentos que podían ayudarle a componer una buena melodía ¿Comprarle un sable? No gracias ya estuvo cerca de la muerte por Miburi no quería que obtuviera otro objeto filoso que podría dar con su muerte por alguna de sus torpezas que podrían enojar al buen pero temperamental hombre, gracias pero no gracias.

    Suspiro levantándose del lugar ni un buen y delicioso helado, aminoraría su estado depresivo de ánimo, no cuando llevaba ya dos semanas intentado buscarle el regalo perfecto con resultados infructuosos porque nada parecía lo ideal ante sus ojos, hizo una mueca para dar una última vuelta y decidir luego visitar las tiendas de la ciudad.

    Entonces allí en una tienda de joyas a la que no se le había ocurrido nunca pasar lo vio, algo que parecía perfecto ante sus ojos aun a sabiendas que Gakupo no usaba joyería, eran dos collares que podían unirse tenían ambos la forma de un corazón que estaba incompleto sin el otro, una rosa azul estaba en la punta de uno y una rosa morada en el extremo del otro.

    Kaito sonrió, pero luego frunció el ceño, aquello era para parejas, era tonto, exageradamente romántico y poco apropiado para regalarle a tu mejor amigo, así que le compro una camisa que de seguro se vería muy bien en él, bueno cualquier cosa le quedaba bien a él, excepto un vestido rosa brillante y chillón, un escalofrío le recorrió el cuerpo con ese recuerdo, la bien proporcionada musculatura del Kamui no se acentuaban para nada a un vestido ceñido al cuerpo, excepto a sus glúteos ¡Pero qué bien que se le amoldaba a los glúteos! mejor dejaba de pensar en su espectacular trasero o se encontraría babeando peor aún con una erección.

    Aunque agradecía e internamente maldecía a Luka por obligarlo a colocarse ese vestido también la adoraba por haberlo hecho, porque no podía sacarse esa imagen de la cabeza en sus pantalones pegados a su figura esos glúteos se veían hermosos pero en vestido ¡Eran una maravilla! Y desde ese día sabía que su heterosexualidad se había ido por el caño, solo gracias a su querida amiga Megurine Luka.

    -. . . –Suspiro al pasar una segundo vez por aquella joyería, apretó los puños se mordió el labio y contra todo impuso de cordura compro el collar, había dos cajitas una era el suyo, el otro estaba envuelto en una cajita de terciopelo morado con un moñito de color azul, miro la caja y la guardo en el bolsillo de su pantalón –

    Eran casi las cuatro de la tarde así que debía regresar a la mansión, tomó un taxi para estar allí a las cinco, pasó por el living concurrido de la mansión ya que todos se movían de un lado al otro dando los toques finales para la cena y que los gemelos Kagamine no destruyeran nada con los fuegos artificiales o lastimaran a alguien.

    Logro subir las escaleras sin chocarse con nadie, pero al cruzar el pasillo virando hacia la derecha para llegar a su habitación tropezó con alguien, un pecho bastante fuerte –Uh –Se quejó por el ligero golpe, se fuera caído al suelo si quien fuese con quien se hubiera tropezado no hubiera reaccionado tomándolo de la cintura – ¿Gakupo? –Levanto la mirada del pecho del nombrado –lo siento.

    -¿Kaito? ¿Dónde has estado en todo el día? te he estado buscando –Le reclamo de manera ligera –

    -Yo. . . Yo –No podía decirle que andaba buscando su regalo trago saliva –trataba…de…salir de este desastre durante el día, ya sabe…los gemelos se ponen más bromitas.

    -Bueno en eso tienes razón –Concordó –oh, estamos debajo del muérdago –menciono mirando hacia arriba –

    -¡¿Qué?! –Se sobresaltó Kaito para mirar hacia arriba efectivamente estaban debajo del muérdago –
    -Bueno ya sabes la tradición –comento Gakupo, Kaito asintió sus mejillas estaba rojas al igual que la punta de sus orejas, Gakupo le tomó de la barbilla acercándose lentamente a sus labios, Kaito cerro fuerte los ojos su corazón latía tan fuerte que sentía que su acompañante lograría escucharlo –
    Sus labios se movían lentos y pausados contra los suyos, degustándolo de manera parsimoniosa, sus lenguas se encontraron para que Kaito se parara de puntas y sus brazos se enredaran alrededor del cuello de su compañero, mientras Gakupo le tomaba de la cintura acercándolo más a su cuerpo, se alejaron cuando el aire se hizo insistentemente necesario, se separaron con un hilillo de saliva, ambas miradas se encontraron diciéndose palabras que no llegarían a sus oídos pero si a sus corazones.

    -Bueno tengo que atender unas cosas abajo –Corto el aire Gakupo, Kaito asintió sin poder silabar algo pues su mente estaba hecha un completo caos –

    Su acompañante se retiró, Kaito no supo en que momento pero sus labios seguían hormigueando con deseos de probar más de aquellos labios prohibidos para él, un pequeño grito escapo de su garganta mientras los colores se intensificaban en sus mejillas, se cubrió la cara agazapado recordando aquel beso de solo pocos minutos.

    -¡UGH! –Se quejó – “Me beso, me beso, me beso, me beso, me beso” –pensaba constantemente – “¡Bendito sea el muérdago!” “¡Y la persona que lo coloco allí!” –Se levantó para seguir hacia su habitación, se encontraba en el aire realmente animado luego de ese beso y es que ¡Gakupo era un grandioso besando!–

    Se alisto para esa noche, toda la familia estuvo celebrando las fechas hasta que el momento de abrir los regalos llego, los gemelos estaban bastante felices con sus regalos, incluso él con el que le habían dedicado, hasta que llegó la hora de darle su regalo a Gakupo, aún estaba decepcionado de no poder conseguir algo mejor que una camisa, pero aun así Gakupo se veía muy feliz con su regalo, eso estaba bien supuso.

    En la noche cuando estaban un poco subidas las copas fue Gakupo quien lo llevo a su habitación, estaba más dormido que despierto y su lengua estaba enredada, jamás sería bueno cuando se trataba del alcohol, se dejó caer en la cama y sin mucho demoro se durmió, Gakupo le observo dormitar con una sonrisa en los labios, aparto algunos mechones de su frente para colocar un beso allí, sus dedos recorrieron su rostro hasta llegar a sus labios y con la punta de sus dedos delineo aquellos labios rosa suave.
    Se levantó para notar algo en la mesa de noche de su compañero cantante, un pequeño regalo, estaba envuelto de una bonita manera y decía para Gakupo, miro a Kaito un momento el regalo le pertenecía ¿no? ¿Se le habría olvidado entregárselo? La curiosidad por saber que era le sobrepaso, sabía que no podía tomarlo sin permiso pero de todas formas era suyo ¿no? Lo tomó, dejo una última mirada hacia su compañero y sonrió.

    Cuando Kaito se despertó le dolía la cabeza a horrores, no tenía deseos de volver a beber nunca en su vida, su boca estaba seca, se fue al baño a lavarse la cara y cepillarse de seguro algunos integrantes estarían ya despiertos, se percató que la cajita donde estaba el collar que no tuvo valor de entregarle a su “amigo” no se encontraba allí, lo busco por todos lados de la habitación y no lo encontró.
    Suspiro para salir de su habitación a tomar ese vaso de agua que tanto necesitaba, subiendo las escaleras se encontraba Gakupo quien venía de su entrenamiento matutino se hallaba solo con sus pantalones deportivos de tonalidad gris, su ojos se fueran detenido a admirar su torso que estaba en completa desnudes, sus anchos hombros, su labrado pecho, su trabajando abdomen. si no fuera porque se detuvo en su cuello, específicamente en aquello que lo rodeaba, el collar ¡El collar que él le había comprado! ¡Estaba usando el collar!
    -¡AAHH! –Grito al borde de la histeria –E…e…e… ¡El collar! ¡Estas usando el collar! –le señalo como si fuera un hecho de terminaciones épicas –

    -Gakupo quien se había cubierto los oídos por aquel grito que había interrumpido el saludo que quería darle a su amigo luego de percibir su presencia le prestó atención a sus palabras – Era para mí ¿no?

    -¡No! Bueno si, bueno no, bueno si es tuyo, pero no –Se quejó su compañero para que Gakupo riera –
    -Su acompañante se quedó confundido por las palabras del joven quien invadía sus pensamientos y su corazón, sonrió ante la incongruencia de sus palabras, el sonrojo en sus mejillas y el puchero en sus labios, adorable era su único pensamiento al ver esos gestos –me encanto el collar, Gracias Kaito.

    -Pero a ti no te gusta la joyería –murmuro –

    -No soy mucho de usarla, pero me la has dado tú y eso la hace valiosa para mí –Comentó sonriéndole –

    Kaito solamente asintió, desde ese día ambos amigos llevaban los collares que simbolizaban la unión de ambos corazones, aunque aún no se dijeran lo mucho que ambos se amaban, pero para ese momento aún tenían tiempo.

    Esa navidad, había sido un principio, un avance y para ellos la mejor navidad de todas.


    Fantasmita-chan se que te debo un premio y te lo daré, cuando mi mente funcione de manera correcta (demasiado trabajo poca azúcar), pero de regalo te entrego este drabble que más es oneshot, es para ti, mucha gracias por tu regalo <3 me encantó.
  4. .

    “Un rostro”


    Era sábado y Kaito esperaba ansiosamente la llamada aunque aún tenía la ligera sospecha de que aquel hombre de la cafetería fuera, aquel de la voz que adoraba eran pocas y debía renunciar a ella porque por el sonido de una voz no puedes dejarte guiar.
    El teléfono sonó y una sonrisa se escapó de sus labios.
    Era él.
    Comenzaron a hablar mayormente del día de ambos pero luego la conversación se tornó más apasionada, la voz de él nuevamente lo seducía a niveles que jamás había sido llevado, adorando ese hipnótico hablar.

    -Gakupo –Aquel nombre salió de sus labios en todo momento se había imaginado al hombre de la cafetería, como se posaba encima de él, como le besaba, le acariciaba, le penetraba –

    -¿Cómo sabes mí nombre? No recuerdo habértelo dicho –Expreso, aquello lo dejo estático ¡Lo había atinado! ¡Era el hombre de la cafetería! –

    -Si lo hiciste –Comentó –Pero no te acuerdas yo si mi amor porque tengo buena memoria.
    Del otro lado de la línea se hizo un largo silencio lo cual dejo en estado de paranoia al joven, Gakupo suspiro y dijo un; Esta bien, pero a cambio deseo saber tu nombre, lo dijo sin chistar.

    Todo allí se volvería diferente desde ese momento.
  5. .

    “el sonido de su voz”


    Ese hombre había establecido una rutina para él siempre llamaba una vez a la semana todos los sábados a las diez de la noche, si no lo hacía el sábado era el domingo y santos cielos como esperaba que él llamara, toda la semana se la pasaba esperando esa simple llamada.

    Era absurdo pero parecía haberse enamorado del sonido de su voz.
    A veces no eran llamadas sexuales solo conversaban, le preguntaba cómo le había ido su día y él se lo contaba, le contaba de su trabajo, le contaba de lo difícil que había sido, le contaba de todo, se sentía feliz porque era como si confiara en él.

    No se lo admitía pero adoraba tanto el sonido de su voz.
    Una tarde él con un grupo de sus amigos fueron a una cafetería todos andaban muy contentos hablando sobre los proyectos de la universidad, la cafetería tenía un buen aspecto moderno-contemporáneo.

    Aunque claro sus compañeros en si no andaban contentos por los proyectos y nadie estaba feliz por los exámenes, pero salir en grupo aligeraba el ambiente tenso que podían sentir a cada momento que pensaban en las pruebas.
    Se sentaron esperando que llegara la camarera, pidió una copa de helado que tenía pastel adentro para escuchar la conversación de sus amigos, mayormente no hablaba sonreía y asentía su mente estaba en todos lados menos allí.

    Ese día era viernes, mañana sábado y tenía unas ligeras ansias por que se hiciera el día de mañana, se mordió el labio hasta que una voz retumbo a su lado opacado la voz de su compañero e incluso de manera momentánea sus pensamientos.

    Esa voz la reconocería en cualquier parte su piel se erizo de solo escucharla estaba detrás de él, cerró los ojos para escuchar más atentamente la conversación.

    -Vamos Gakupo no puedes seguir así –Habló una chica a su lado –Sabes que debes al menos tener una relación.

    -No tengo ganas –Comentó –Así que por favor deja de insistir ya con eso, yo estoy bien estando solo.

    -Déjalo Gumi –Expreso alguien más –Al menos no parece que fuera a matar a alguien ¿no estarás enamorado ya? ¿Eh?

    -Eso no es de tu incumbencia –Contestó –Venimos aquí a comer no a hablar de mi vida amorosa eso es asunto mío –Su voz sonaba algo fastidiada pero era la misma –Tampoco de mi vida sexual.

    -Eres un aguafiestas Gakupo –Respondió la otra voz mientras él suspiraba –

    Kaito no resistió la tentación se levantó simulando que iría al baño le pidió permiso a sus compañeros y se fue de la mesa, cuando se levantó lo observo ciertamente era un hombre completamente hermoso, de largo cabello de color morado atado en una coleta, piel como la porcelana, labios finos y rosados, ojos de un brillante color zafiro, se quedó un largo rato mirándolo embobado, esos ojos se posaron sobre los suyos y se sonrojo para regresar a la mesa.

    Su pedido ya había llegado y una ligera sonrisa se posó en sus labios mientras comía ya podía darle un rostro al hombre de sus llamadas, sobre todas las cosas estaba cerca de él.
  6. .
    Nos vamos para lo obscurito ewé

    "Una llamada”



    Era extraño decir que las personas te llamaban constantemente, pero no era lo que sus amigos creían o no.

    El chico tierno y torpe que todos creían que era tal vez, no lo era tanto, las llamadas que recibía constantemente eras llamadas, sumamente eróticas, aunque claro lo hacía más por trabajo que por otra cosa.

    La cosa era que su hermana mayor trabajaba con ello y bueno cuando no quería hacerlo lo ponía a él a la línea siendo tan solo un mocoso de 12 años, que no entendía muy bien o a veces simplemente no deseaba entender lo que ellos decían.

    A sus veinte años de edad, no le parecía aquello tan raro era tan cotidiano en su vida, que tanto hombres como mujeres cayeran en sus redes y los incitara a seguir gastando dinero en él era sumamente fácil, que excitaran a su cuerpo eso era completamente imposible.

    Nadie nunca por la línea telefónica lo había excitado o siquiera sacado una ligera erección, las cosas morbosas que decía ya era más por costumbre que por ganas de decirlas, aun sin haber vivido una verdadera vida sexual.

    Pero bien dicen que todo puede cambiar y así fue.

    Su celular sonó a esa de las diez de la noche, una voz que no había escuchado antes le hablo no era uno de sus clientes habituales, era un hombre su voz gruesa sin ser grotesca lo delataba, pero estaba seguro que también podía engatusar al pobre diablo como había hecho ya con otros tantos era fácil.

    Pero cuando escucho su voz sonar más segura de sí misma su piel se estremeció trago saliva y tal vez ligeramente titubeo.

    Su corazón por primera vez se agito, la garganta la sentía seca y se relamió los labios, Dios sentía que podía enamorarse de esa voz, cerró los ojos y le seguía el juego como normalmente hacía con todos sus clientes, pero esta vez era tan extraño, no era tan morboso como muchos, no lo que le decían eran cosas suaves quizás hasta románticas tratándose de una llamada sexual.

    Se encontró haciendo por primera vez lo que su cliente pedía sus manos recorrían su cuerpo pensando que eran las de ese hombre y por su voz en su mente se hizo una figura que tal vez sería similar a la de él, se dejó perder en esa llamada y por primera vez sus manos terminaron llenas de semen.

    Su respiración era acelerada y escucho un suspiro satisfactorio al otro lado de la línea.

    -Hasta pronto mi amor –Susurro, se despidió para luego colgar –

    Kaito jamás olvidaría esa experiencia pues era la primera vez que le había pasado, su corazón aun latía acelerado y se sentía por alguna extraña razón se sentía como un niño atrapado en plena travesura –

    Suspiro para irse a limpiar, no dudaba de que aquel hombre llamaría otra vez o quien sabe quizás no.

    Pero lo que no entendía era porque él había reaccionado así ante esa llamada.

    Y se preguntaba ¿Quién sería? En su mente pasaban miles de cosas pero decidió desecharlas todas y acostarse a dormir, aun en su mente estaban muy frescas lo que había pasado en esa llamada, ya dejaría su trabajo para otro día por ahora no contestaría más llamadas quería dejar aquella voz reciente en su mente.



    Ahora que son las 12:30 y que he intentado algunas tantas cuantas veces subir, espero esta se logre como la otra y no me cueste tanto, en fin, e luchado bastante para andar subiendo mis fics, de ahora en adelante lo subiré cuando pueda (porque cuando ya son las 12 me ando yo muriendo del sueño) últimamente me estoy parando de 4:45 a 5 de la mañana, para trabajar por casi todo el santo día, así que... no llego con demasiado ánimos de desvelarme.
    Sin más este ser que tuvo que dejar de ser de la noche se retira, Hasta luegui.

    (Idea de Rin534 si puse mal el número igual sabes que es idea tuya y que algún día iba a escribirla yo te dije)
  7. .
    Hace muchos años en una aldea ya perdida en las confinidades del tiempo se contaba la anécdota de un niño salvaje, un niño que por la pobreza sus padres decidieron dejarlo en el bosque para que muriera por no poder alimentarlo.

    El niño fue recuperado por una manada de lobos quienes lo tomaron como su cachorro y lo criaron como uno de los suyos, el niño le aullaba a la luna, sus cabellos eran largos y enmarañados con algunas que otras hojas, su piel era cubierta con el lodo, sus ojos eran tan salvajes como los de una bestia.

    Los lobos le hablaban al niño diciéndole que no se acercara a la aldea del hombre, que el hombre era malo, pero la curiosidad imperiosa del pequeño pudo más que él.

    Sigiloso con cuidado, desde lejos observo la aldea del hombre y su curiosidad fue mayor un cantico llego a sus oídos la de un niño que de agua llenaba un jarrón.

    El lobo le canta a la luna.
    A la luna de su amor.
    La flor más bella entre todas.
    Es esa la que quiero yo.
    Dile al lobo que no llore.
    En su camino de penumbras.

    Que no está él solo que la luna lo alumbra.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.

    Su mirada tan salvaje.
    Aquella que opaca la luz de sol.
    Dile al lobo que no llore.
    La boca de sangre se llenó.

    El niño se quedó escuchando la canción y quería seguir haciéndolo, pero en uno de sus pasos una rama piso, ambas miradas se encontraron y el otro niño salió corriendo.

    El niño salvaje ha sido visto por la cercanías de la aldea se rumoreaba por todo el lugar, el niño salvaje criado por lobos debe tener el aura de un demonio, los lobos son creaturas de temer.
    El niño salvaje aléjenlo de la aldea, el bosque se llenó de lágrimas, los aullidos del niño se escuchaban a la luna, el canto del alma solitaria ansiaba esos ojos mares.


    Los años fueron pasando y lo del niño lobo quedo olvidado en la aldea ya no entraban al bosque para darle caza al niño demoniaco que podría destruirlos a todos.

    Un hombre se encontraba corriendo por el bosque, con una manada de lobos cazaban caribúes que en sus tierras se andaban paseando, atrapándolo con sus fuertes brazos al animal derribo mientras los demás lobos se le lanzaban dándole la muerte al animal que su último aliento exhalo.

    La comida jamás le falto, era un hombre alto, fornido, de brazos fuertes y piernas iguales, de ojos tan salvajes como los mismos lobos y una larga cabellera, parte de su piel se encontraba llena de barro, tierra y algunas hojas, ocultándola entre tanta suciedad.

    Había veces en las que se sentía tan sucio que se iba a las orillas de río solo para poder lavarse y hoy era uno de esos días su piel estaba cubierta de sangre ya era hora de limpiarse, en su baño escucho nuevamente aquella canción la que nunca él había olvidado.

    Se acercó lentamente a dónde provenía aquella canción allí estaba aquel niño que de sus recuerdos jamás saco ahora era un joven tan hermoso como alguna vez recordó y ladeo la cabeza escuchando su canción, el joven al notarlo se sorprendió se encontraba con los ojos cerrados escuchando su canción.



    El lobo le canta a la luna.
    A la luna de su amor.
    La flor más bella entre todas.
    Es esa la que quiero yo.
    Dile al lobo que no llore.
    En su camino de penumbras.

    Que no está él solo que la luna lo alumbra.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.

    Su mirada tan salvaje.
    Aquella que opaca la luz de sol.
    Dile al lobo que no llore.
    La boca de sangre se llenó.

    De sus ojos derrama lágrimas.
    Lágrimas de amor.
    Dile al lobo que no llore.
    La flor más bella entre todas.
    Esa es la que quiero yo.
    Para tenerla en mi jardín.
    Y cuidarla con amor.


    Se sonrojo al verlo completamente desnudo, su piel se veía tan suave al tacto y parecía hecha de porcelana, sus ojos se abrieron mostrando unos zafiros de mirada salvaje, ojos curiosos, sus latidos se aceleraron y solamente se marchó pero ese encuentro se lo guardo para sí mismo.

    A veces ambos se encontraban a la orilla del río ese que estaba cerca de la aldea del hombre donde el ahora hombre salvaje no tenía permitido entrar, el hombre salvaje lentamente se fue acercando al joven quien a veces sentía como se le acercaba no demasiado pero si lo suficiente para sentir su presencia.

    A veces podía sentirlo a sus espaldas en aquel árbol observándolo con curiosidad, esa mirada era inconfundible y le creaba una extraña sensación.

    Un día le encontró dormido debajo del árbol de siempre y una gran curiosidad aquella que siempre llevaba consigo lo invadió se acercó cauteloso para no despertarlo y lo olfateo como siempre tenía ese delicioso aroma que tanto le encantaba, con sus manos lentamente fue tocando su piel delicada, suave al tacto, miro aquellos labios tocándolo los suyos por alguna extraña razón comenzaron a hormiguear con la necesidad de probar los contrarios.

    Sacio su curiosidad, el joven al sentir ese contacto se despertó de golpe para observar que el otro le estaba besando sus mejillas se coloraron de rojo y se apartó inmediatamente conteniendo el aire jamás lo había tenido tan cerca su corazón estaba acelerado y temblaba.

    -ah…ah –Se levantó y salió corriendo de allí, el hombre le atrapo con gran maestría, era como un predador mirando a su presa estaba acorralado y cerró los ojos, lo único que pudo volver a sentir era como esos labios se apoderaban de los suyos, apretó su boca pero una mordida que le hizo sangrar por aquellos colmillos que eran tan afilados le hizo abrirla, el sabor cobrizo se mesclaba con aquella lengua que se movía invadiendo su boca –

    Al final termino cediendo en aquel beso dejándose llevar y por primera vez escucho la voz de aquel hombre, gruesa y melodiosa que le hizo estremecer; mío, estaba tomando posesión de su persona y aquella idea por alguna razón solo le hizo tener una mezcla de sensaciones en su cuerpo.
    El joven se fue de allí el hombre esta vez no le atrapo, la aldea estaba comenzando a pasar por dificultades las conexiones con las otras eran turbias y la guerra parecía desatarse dentro de poco el hambre iba creciendo y adentrarse al bosque con los feroces animales no parecía ser la mejor opción ya varios hombres habían muerto persiguiendo aquel ideal.

    El joven se encontraba en la mismas circunstancias no podían conseguir comida y el hambre parecía ser algo que padecía día con día, el hombre salvaje noto aquello como miraba las frutas que estaban en lo alto del árbol con añoranza.

    Un día cazo un enorme cerdo salvaje solo para él, el joven se sintió alegre porque tenía que comer, el cerdo salvaje lo llevo con él para comerlo junto con su familia estaba feliz por lo que él le había entregado.

    Así que el hombre salvaje cazaba para él entregándole todo tipos de animales para comer, ciervos, caribúes, cerdos, aves, se sorprendía de la destreza que tenía él para cazar pero no sabía que en realidad así cortejaban los lobos y que él había aceptado todas sus ofrendas.

    Un día le tomó de la mano y lo arrastro a los confines del bosque tenía miedo a perderse pero sentía una gran seguridad junto con él, lo llevo detrás de una cascada para notar que allí parecía un nido formado.

    -¿Qué hacemos aquí? –pregunto no eran que hablaran muy seguido, el lugar era una cueva que era iluminada por algunos diamantes que con la luz reflejada del sol que se filtraba a través de la cascada –

    -Nido –Habló –

    -¿Nido? –Indago y el hombre asintió para arrastrarlo y tirarlo a lo que era una cama de algunas pieles de animales –. . . –le miro detenidamente cuando el hombre se posó a su lado sonriendo – ¿Esta es tú casa?

    -Nuestra –Expreso, por aquellas palabras se le subieron los colores ¿espera? ¿Le estaba ofreciendo vivir con él? –

    -No, no, no –El joven se levantó alertando al hombre que le miraba con el ceño fruncido sin entender –

    -¿no? ¿Por qué? –Pregunto –

    -Pues…porque no es correcto, tu eres hombre, yo soy hombre, esto no es normal –el hombre ladeo la cabeza ¡¿Claro cómo podía entender alguien que fue criado en lo salvaje lo que era normal?! De seguro y no había visto ni siquiera una mujer en su vida –tu deberías estar con una mujer ¿sabes lo que es? ¿Has visto una?

    -¿mujer?. . . –lo pensó un momento haber visto una, ¿se refería a la hembra de su especie? él si había visto una pero sus ojos no eran tan brillantes, su piel no era igual, su olor tampoco – ¿Hembra?

    -Sí, si –Asintió –

    -Si…si ver –Respondió –

    -Las hembras son con las que tú debes estar –Su acompañante frunció el ceño –

    -No, no querer estar con hembra, querer estar contigo –Tomó su mano para halarlo y robarle un beso –mío.

    El joven no sabía que decir, solamente se dejó llevar por aquella sensación aun si se carcomía en el pecado.

    De pronto los aldeanos comenzaron a ver como el joven se adentraba en el bosque para encontrarse con el hombre salvaje, como este le entregaba presas enormes y le sonreía, pero lo peor fue cuando lo vieron demostrando afecto.

    Una joven quien estaba enamorada del chico estando preocupada por él y cansada de advertirle que no se metiera en el bosque pues peligraba decidió seguirlo, entonces allí los vio, observo como su amado se sentaba debajo de un árbol y al poco tiempo llegaba el hombre salvaje, carente de ropa, sonriéndole con un enorme ciervo.

    Intercambiaron unas palabras para que el joven recibiera el ciervo, el hombre salvaje se quedó expectante de algo, las mejillas del joven se tiñeron de rojo y lo beso, la sonrisa amplia del hombre salvaje no se hizo esperar esos ojos tan animales brillaban y ella conocía ese brillo.

    Tenían un brillo similar o mucho más fuerte que el de su amor cuando lo miraba y eso le partió el alma, él jamás le correspondería cuando vio que el joven regresaba ella salió corriendo para que no la notara.
    Por días la joven se debatió en contarlo o no, pues le amaba, pero sufría por su desamor así que en un arranque de ira cuando le vio llegar sonriente con un cerdo salvaje a su familia y pudo percibir que en su cuello había una mordida todo dentro de ella se derrumbó.

    Esa mañana el joven salió temprano hacia el bosque, no sabía lo que vendría adelante jamás nadie previene nada, pero esa mañana donde había abundante neblina parecía el presagio de una tragedia, llego al bosque para encontrarse con el hombre salvaje y este rápidamente le detecto no tardo nada en llegar a su lado y frotarse contra él.

    -Quedar en nido –habló –

    -No puedo –Respondió –

    -Por favor quedar en nido –murmuro otra vez colocando las manos de su amante en su pecho –quedar en nido.
    Su pulso era regular pero aun así sabiendo el significado de aquel gesto se sonrojo; “me duele el corazón si no te tengo” el joven sonrió acariciándole la mejilla no podía ser más feliz con aquel ser quien día tras día le demostraba el más inmenso cariño.

    -Me encantaría quedarme –la sonrisa del hombre se hizo grande –pero no puedo –Y su ceño se frunció –

    -¡Quedar! ¡Quedar! –Objetó tirándosele encima y abrazándolo fuerte –Quedar conmigo, quedar conmigo siempre.

    No era la primera vez que se le tiraba encima, ya lo había hecho otras veces, además se había dado de cuenta que así se jugaba con los lobos de su manada él ya había sido presentado y aceptado en la manada por tener impregnado el olor de su pareja.

    Aun cuando el hombre salvaje le suplico que se quedará, él no hizo caso.
    Decidió dejarlo mirándolo marcharse, sabía que si miraba hacia atrás sus ojos salvajes que podían volverse como los de un cachorro lo atraparían y haría que se devolviera y quedará con él al menos una noche, pero no podía y lo sabía.

    Lo que él hacía era pecado y eso lo estaba consumiendo.
    Al llegar a la aldea distintos aldeanos lo rodearon y él no entendía que pasaba lo acusaron de distintas maneras y comenzaron a apedrearlo, piedra tras piedras golpeaban su cuerpo con potente fuerza hasta que una termino dándole muerte.

    El hombre salvaje tenía un mal presentimiento esa noche no durmió caminaba de un lado al otro en su cueva sin poder resistirlo y aunque los lobos le habían enseñado a nunca llegar a la aldea por primera vez se atrevió, esa noche en la oscuridad a la aldea se adentró.
    Al llegar lo primero que observo le hizo contener la respiración, su corazón se quebró y una lágrima silenciosa de mi mejilla cayo, se encontraba el cuerpo de su pareja colocado en la entrada de la aldea como una advertencia para él.
    Sin importarle nada se fue a recuperar su cuerpo revisando los distintos golpes que tenía, estaba irreconocible pero ese olor, a pesar de estar opacado por el de la muerte, jamás lo iba a olvidar, un gruñido se escapó de sus labios su desprecio contra aquellos seres aumento.

    Cargo aquel cuerpo entre sus brazos y lejos se lo llevo, en un prado una tumba le creo en esa noche se podía ver como poco a poco un foso cabo para dejar allí su más grande y único amor.
    Un aullido se escuchó a todos los lobos alerto, un aullido de gran dolor, un gran coro le siguió “no estás solo” “estamos contigo” le respondieron a él, esa noche la aldea fue atacada por la manada de lobos, se podía escuchar los gritos y como los lobos asesinaban a todo humano que la aldea habitaba.
    Entre todos se podía ver al hombre salvaje sus ojos zafiros brillaban en la oscuridad, destellos de furia y odio, la aldea fue consumida por el fuego y vuelta cenizas, los aullidos de los lobos se escuchaban a lo lejos pero uno sonaba más fuerte que el de todos.
    Aquel que pedía por su amor perdido.

    Dile al lobo que se encuentra solo.
    Quien a la luna le canto.
    Que no llore nuevamente.
    Por su amor que asesino.
    Que me he vuelto la flor en el valle.
    Que el siempre cuida con amor.


    En aquellas perdidas tierras se cuenta la historia de un hombre salvaje que puede tomar forma de lobo, un lobo gigante de color negro sus ojos destellantes en zafiro, jamás nadie con ese lobo ha podido, se dice que toma forma de humano, que es un demonio que ronda por esos caminos.

    El aullido de ese lobo a muchos la piel le ha estremecido, a ese lobo en las noches puedes encontrarlo en el valle, dicen algunos que han sobrevivido, cuida una extraña rosa de color azul brillante.


    Para los que no entendieron El hombre salvaje (Gakupo) se transformo en un demonio que podía tomar la forma de un lobo y lo que cuidaba era su más preciado tesoro su único amor o mejor dicho donde estaba su corazón (A Kaito)
  8. .
    Estoy molesto realmente, molesto y al mismo tiempo preocupado estoy molesto conmigo mismo más que alterado sobre todo que desde ese día no me hablas, apenas me miras y solo lloras en el cuarto de hospital cuanto deseo que me mires pero sé que estás tan molesto conmigo como para observarme nuevamente.

    -Kaito mi amor sabes bien que yo. . . no quiero seguir viéndote así –pronuncie pero como tantas veces atrás no me respondió –

    Él y yo discutíamos, una discusión de lo más tonta, se había puesto celoso por Megurine Luka mi amiga de la infancia cosa que me parecía absurda pues Luka es lesbiana y yo homosexual, pero más se alteró al saber que tenía un hijo mío, no me dejo hablar sus ojos mostraban que tan molesto estaba conmigo he intentado calmarlo no vi la carretera y un auto choco al nuestro intente protegerlo para que nada le pasara para que el golpe no le afectara, todo se volvió oscuro de repente y ambos estamos aquí.

    Por más que intento hablarle no me responde, como si mis palabras no llegaran a sus oídos y aunque le explico que sí, el hijo que Luka tiene es mío, no es porque nos amemos ni mucho menos si no porque ella deseaba ser madre y me pidió a mí el favor como su mejor amigo.

    Está tarde también vendrán sus hermanos de seguro me ignoraran porque están molestos conmigo por lastimar a su querido hermano menor y si… me siento la mayor basura, debí tener cuidado al manejar no lo tuve y por esa razón tiene un brazo lastimado, dos costillas fracturadas y una contusión en la cabeza.

    Todo por mi culpa. . . por mi gran culpa, siempre temí al momento en el que él se enterara de que yo era padre, nunca quise decírselo porque tenía miedo a su reacción y ahora, ahora solo pienso que habérselo dicho antes había sido lo mejor que ahora que está tan molesto que ni me habla.

    Sus hermanos se lo llevaron a casa como supuse me ignoraron todo el tiempo, ni siquiera me prestaban atención cosa que dolía bastante, a veces ellos me apoyaban y me decían ya se le pasara, pero he de entender que el poner en riesgo la vida de su tan preciado hermano es algo que no es nada fácil de perdonar.

    -Kaito será mejor que recojas tus cosas –Comentó su hermano Akaito –

    -¿qué? No esperen…

    -No yo… yo me quiero quedar aquí –Susurro –

    -¿estás seguro? –Contestó Nigaito –Kaito-ni no queremos que sufras.

    -No se preocupen yo estaré bien –Sonrió débilmente –

    -Yo jamás he querido hacerlo sufrir por favor entiéndame –pero… me ignoraron de nuevo suspire sentándome en el sofá –

    -Si estás seguro, vamos Nigaito –pronunció Akaito –

    -Si –Nigaito corrió a abrazar a mi amado –Cuídate Kaito-ni –Y se fue –

    -Kaito por favor tienes que escucharme si, yo no deseaba que nada malo te pasara yo te amo… con mi vida Kaito por favor háblame otra vez. . . por favor te lo suplico… por favor…

    -. . . . –No me respondió solo se retiró a su habitación y se tiró en la cama a llorar –

    -Kaito –me acerque a él acariciando su espalda –

    -Regresa –pidió –por favor… regresa…Gakupo…

    -¿regresar? Kaito yo estoy aquí a tu lado no tengo por qué regresar si siempre soy el mismo nada ha cambiado –pronuncie pero no me escucha –Kaito.

    Me quede a su lado durante toda la noche abrazándolo mientras escuchaba sus sollozos lentamente mi alma se va destrozarlo, todo esto es mi culpa lo lamento tanto.

    Esa mañana se levantó saliendo del calor de mis brazos, le mire bañarse, vestirse colocándose un traje negro y salir, no quise seguirlo, quise quedarme en lo que era nuestro hogar, pero al final le seguí.

    El llego a lo que era la casa de mis padres, todo parecía un funeral ¿acaso mi padre había muerto y no me habían dicho? encontré a mi madre llorando pregunte; ¿Qué pasaba? pero nadie me brindo alguna respuestas, al acercarme al ataúd, no era mi padre, no era nadie más que yo mismo.

    Yo había muerto durante el accidente de tránsito.

    Y mis palabras jamás llegarían a Kaito.
  9. .

    Una noche en vela




    -¿Y cuándo me presentaras a tu hijo? –Pregunto el joven de cabellos azules dejando sorprendido al médico –

    -No creo que Fuyu esté listo para tal cosa –Respondió –Ya tiene dieciocho pero… no.

    -¿él también ha tomado la carrera de medico? –El doctor asintió – Creo que está muy orgulloso de ti.

    -Igual que yo de él –La sonrisa en el doctor era grande –Estoy demasiado orgulloso de mi hijo –el brillo en esos ojos zafiros era intenso al hablar de su hijo –

    -Triste que te casaras sin amor –Comentó el doctor solo suspiro –

    -Ella es una buena mujer no tengo nada de que reprocharle supongo que todo me lo tiene que reprochar ella a mí soy el único que no ama –Suspiro –

    -Gakupo –El doctor solo le sonrió para recibir el beso del joven –lo siento te causo dolor.

    -No, claro que no yo estoy esperando para irme contigo igual que tú a mí –Comentó acaricio la mejilla del joven – Nos vemos.

    -Nos vemos –Se levantó del lugar para desaparecer a lo lejos en el oscuro pasillo –

    El doctor suspiro cerrando los ojos una sonrisa adornaba sus labios para ir a levantarse por su bata, despedirse de los demás pacientes de hospital y marcharse del lugar, al regresar a su hogar estaba su hijo cruzado de brazos observándole en manera de reproche.

    -¿ocurre algo Fuyu? –Pregunto mientras cerraba la puerta de la entrada –

    -¿por qué? –Respondió su pregunta con otra pregunta – ¿por qué estos días desapareces durante toda la noche regresando a estas horas? ¿Eh?

    -Miro a su hijo para sonreír –Tu no lo entenderías Fuyu.

    -¿entender qué? ¿Qué toda la vida has estado engañando a mi madre? –reprocho –

    -No le engaño –Pronuncio con calma –“no creo que eso pueda verse como engaño” –pensó pero la mirada de su hijo era poco apacible –

    -Entonces dímelo –Su padre solo le ignoro pasándole de largo –padre por favor, quiero saber por qué mamá no quiere saber nada de ti.

    -Por qué me case con ella sin amarla por eso –Contestó – ¿era solo eso lo que quería saber? ¿Te sientes mejor?

    -No –Pronuncio –Hay mucho más que quiero preguntarte.

    -Estoy cansado Fuyu pregunta más tarde por favor –de repente él se había interpuesto colocando su brazo – ¡Fuyu! –Exclamo su hijo le miro un momento confundido para luego bajar la cabeza–

    -Está bien –Respondió él suspirando –Yo. . .yo solo te quiero mucho padre y hay tantas cosas que me gustaría saber de ti que me confunden, me hieren.

    -Y la sabrás pero todo en su momento –contestó –

    -¡Siempre dices eso! ¡Pero hasta cuando debo esperar! ¿Al momento de tu muerte? no eres un joven papá, tienes cincuenta y siete años estás enfermo y lo sabes tu cuerpo está más débil y de paso te trasnochas por dos o más días perdiéndote en quién sabe dónde ¿y si te pasa algo? ¡Cómo demonios quiere que te ayude si no sé dónde estás! –Solo recibió un suspiro de su padre –Solo estoy preocupado por ti nada más. . .yo no quiero que nada te pase padre –le abrazo fuerte –Te quiero demasiado.

    -Fuyu –Abrazo fuerte a su hijo –perdóname ¿sí? Pero es que siento que…tú no lo entenderías.

    -No importa que tan malo sea padre siento que yo jamás podré odiarte –Su padre solo sonrió acariciando su mejilla –

    -Sabes Fuyu yo estoy muy orgulloso de ti, tal vez no amaba a tu madre, pero tú eres la luz de mis ojos siempre lo has sido –Bostezo ya se estaba haciendo de madrugada –pero ahora enserio necesito descansar como ya dijiste estoy viejo.

    -padre –hizo una mueca para recibir una risa –

    -Anda que te vaya bien en la universidad –su hijo solo suspiro para asentir –

    -Descansa –comentó para marcharse –

    El joven Kamui suspiro saliendo del departamento que compartía con su padre sus padres se habían divorciado cuando él apenas era un niño no lo entendió pero aun así no le guardo rencor a ninguno él se había criado con su padre, su madre poco quería verlo por ser la viva imagen de su padre.

    Fuyu era la viva imagen de su padre, fue popular en la segundaría por este hecho y en la universidad de igual manera, todos conocían al gran doctor Gakupo Kamui, un reconocido médico que ayudaba a los pacientes más necesitados honrado y amable él deseaba ser como su padre.

    -Suspiro llegando a la universidad, aún seguía preocupado por él –Que terco es –murmuro, de repente sintió un golpe ligero en la espalda para voltear solo sonrió –

    -¿Qué te ocurre? Te veo algo decaído –menciono su acompañante –

    -No es nada solo estoy preocupado nada más –Respondió para sacar algunas cosas de su casillero –ya sabes mi padre es muy terco me gustaría saber qué hace por las noches

    -si quieres lo seguimos –menciono su acompañante –aunque tal vez vaya a un club de nudistas ya sabes a pasar sus ratos de soledad–solo recibió un fuerte golpe proveniente del cuaderno de su amigo – ¡Auh! ¡Pero que agresivo!

    -cállate te lo mereces por andar diciendo semejantes tonterías –Le reclamo –mi padre no es de esa manera

    -Tú no sabes es un hombre mayor que esta solo –Su acompañante solo le amenazo con el cuaderno –Ya bien, bien, me callo tu padre es un santo.

    -Tsk, bien lo seguiremos esta noche –Dijo decidido –Y yo sé que él no irá a un club nudista.

    -Mh si tú lo dices –amenazo nuevamente – ¡ya! –Se cubrió la cabeza para no recibir un nuevo golpe –

    -Aoi idiota –murmuro sonriendo, el mencionado también sonrió –Bien nos vamos en tu motocicleta a seguir a mi padre sale como a las ocho de la noche en ese momento lo seguiremos.

    -Lo que ordene mi señor –Respondió para que ambos se fueran riendo a sus clases –

    Fuyu anduvo ansioso durante sus clases por esa razón era como si el tiempo se le pasará demasiado lento y monótono, al regresar a casa observo que su padre se estaba alistando para salir de nuevo.

    -llegarás tarde de nuevo ¿verdad? –Su padre le sonrió y él solo suspiro –Regresa a salvo ¿quieres?

    -Sabes que si Fuyu –dejo un beso en la cabeza de su hijo como hacía desde que este era pequeño –Nos vemos en la mañana, nos vemos Aoi.

    -Adiós señor Kamui –menciono para que el mayor de los Kamui se retiraran ambos amigos se miraron cómplices – ¿entonces?

    -Espera un poco –espero a que pasara un minuto –Ya

    Con eso ambos salieron para seguir al mayor de los Kamui, el joven de nombre Aoi solo le hacía bromas al contrario sobre que terminarían en un club nudista ganándose más de un reclamo del otro.

    -No…puede ser ¡Este lugar! ¡Tu padre viene a este lugar! –Exclamo mientras observaba el hospital abandonado –

    -No hay duda de ello ese aparcado es su auto –Comentó quería saltar la cerca del lugar pero su amigo le detuvo – ¿qué pasa? ¿Por qué me detienes?

    -¿no me digas que estás tan loco como tu padre? Este lugar es un mal lugar, allí espantan, hicieron hasta rituales satánicos ¿acaso no sabes todas las historias de este lugar? –su amigo solo río –

    -¿enserio crees en esas cosas? Vamos Aoi ya estas bastante grandecito, mi padre trabajo aquí cuando era joven, me contó del tiempo en que estuvo aquí, es solo un lugar viejo y abandonado solo manda esa aura nada más –menciono para comenzar a escalar – ¿entonces? ¿Vienes?

    -No, yo estoy bien aquí gracias –Fuyu ya había saltado la cerca –

    -Como quieras –respondió para adentrarse al lugar –

    -¡Fuyu! ¡Fuyu enserio lo harás! ¡Es una locura! ¡Fuyu! –Exclamaba preocupado por su amigo –

    -¡Durante toda mi vida he querido saber qué hace mi padre! Ya ha llegado la hora –Con eso salió corriendo hacia adentro –

    Aoi miraba hacia todos lados observo que el portón estaba abierto lo abrió para ingresar su moto y volverlo a cerrar, miro hacia el edificio para tragar saliva.

    -Estúpido Fuyu –Con eso comenzó a correr en dirección hacia el hospital –“no puedo creer que haga esto”

    Fuyu había ingresado hacia el hospital la puerta estaba destruida, estaba en lo que debía ser el vestíbulo, estaba destruido y hecho pedazos, saco su celular para encender la linterna de este y comenzar a alumbrar, la penumbra del lugar le estaba poniendo los pelos de punta.

    -“tranquilo Fuyu solo es un lugar viejo y abandonado cosas como las apariciones y los fantasmas no existen” “además quieres averiguar que hace tu padre ¿no? Valor” –Comenzó a caminar sus pasos parecían hacer eco por los pasillos tenía el corazón latiéndole de manera acelerada a lo que escucho un ligero chirrido, una mano se posó en su hombro y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo –

    -Te alcance –menciono Aoi respirando con agitación –

    -“¡Grandísimo idiota me dio el susto de mi vida!” –pensaba Fuyu mientras le observaba molesto intentado tranquilizarse –Que bueno siendo dos se nos hará más fácil encontrar a mi padre.

    -espera… ¿estás diciendo que nos separemos? –pregunto –

    -Sí, yo reviso el segundo piso y tú el primero ¿te parece? –Su amigo le miraba molesto –oh vamos ¿acaso eres gallina?

    -No –menciono –Es solo que no me parece un buen lugar para andar solo ¿y si una pandilla se reúne aquí? –Y Fuyu ya andaba subiendo hacia el segundo piso – ¡Fuyu santo cielos escúchame al menos!

    -Na, na, solo eres gallina, anda ponte a buscar ¿o vas a empollar un huevo? –Su amigo solo frunció el ceño remediándole –

    Aoi a diferencia de Fuyu estaba mucho más asustado, no era por nada pero había escuchado los rumores del lugar que no eran para nada halagadores y aunque le atraían la cosas de lo paranormal en este punto prefería dejar por fuera este sitio hasta ahora.

    -Si no me gustará tanto ese imbécil no pusiera ni un pie en este sitió –Se dijo a sí mismo para sacar su celular y encender la linterna de este comenzando a buscar –

    Aoi estaba más que aterrado aunque intentara negárselo, sentir respiraciones a sus espaldas, murmullos, observar como las camillas estaban tiradas en el suelo, instrumentos regados, paredes manchadas, sombras que aparecían y desaparecían.

    De repente sintió como alguien le tomaba del hombro y de sus labios escapo un fuerte grito de pánico, mientras tanto Fuyu había oído el eco de aquel grito, soltó un bufido negando con la cabeza no podía creer que su amigo fuera tan cobarde.

    Aunque en esos instantes él tampoco se creía el más valiente de todos había escuchado como si personas hablaran a sus espaldas, ligeros sollozos, risas infantiles, pasos apresurados, camillas moverse.

    -Disculpe –Escucho una voz a sus espaldas para ver a una enfermera de traje completamente impecable –no debería estar aquí

    -…yo…yo –la cara de la enfermera se fue transformando a una más grotesca y desfigurada, Fuyu respiraba con agitación, sus ojos estaban abiertos como platos tenías deseos de gritar pero de su garganta nada salía – ah…ah

    -¡Largo! –Exclamo con una voz gutural, una brisa fría se hizo en todo un lugar para que una silla saliera volando y casi le impactara –

    Fuyu salió corriendo pero en vez de dirigirse al primer piso solo buscaba alejarse rápidamente de aquella cosa que le perseguía corriendo por las escaleras hacia el tercero, al llegar al final del escalón aquella cosa le hizo tropezarse, podía verla directamente, aquel rostro podrido de un cadáver.

    -¡Ayuda! –Exclamo aun si nadie podía escucharlo –

    -¡Fuyu! –Esa la voz de su padre rápidamente fue hacia él como podía y se abrazó a su pecho, reacciono con velocidad para tomarle de la mano –

    -¡padre vámonos! ¡Vamos! –Exclamo –Este lugar es horrible, vámonos.

    -Fuyu por favor calmante –pronuncio su padre –

    -doctor Kamui ¿este es su hijo? –La voz de la enfermera cambio –Vaya es muy grande.

    -Si es él, lamento si hizo algo grave –expreso –

    -¿y el otro chico? El de cabello azul –pregunto ella –

    -Es su amigo por favor no le haga nada –Ella solo asintió –

    -lamento haberle asustado joven si hubiera sabido que era el hijo del doctor Kamui nada hubiera pasado realmente mi más sinceras disculpas –Fuyu le miraba, ahora se veía como una enfermera hermosa y aun así hace poco había sido tan aterradoramente mortal –

    -ah…ah –Fuyu no sabía que decir, de repente todo el lugar se transformó frente a sus ojos dejo de ser un lugar aterrador, horrible y siniestro con un olor a oxido y descompuesto, en cambio estaba completamente pulcro las luces encendida, un olor a cloro y desinfectante estaba esparcido por el lugar – ¿qué? –Escucho un suspiro por parte de su padre –

    -Fuyu…yo –El doctor antes de responder sintió como alguien le tomaba del hombro mirándole ese era Kaito –Fuyu él es Kaito Shion, uno de mis pacientes cuando yo era joven.

    -Mucho gusto Fuyu tu padre me conto muchas cosas sobre ti –comentó el joven sonriendo Fuyu estaba impresionado, quien estaba frente a él no parecía tener más de veinte años –

    -¿qué está pasando? ¡Explícate! –Exigió, estaba consternado, confundido, asustado –

    -Nunca te he contado mucho sobre este hospital, mejor llamado un pasaje al infierno –Su hijo abrió los ojos como platos –aunque no es así, muchas almas habitan en este hospital, deseando no ser perturbadas, como ves la enfermeras Lily e IA se encargan de que nadie perturbe esa paz que sienten en este lugar, las puertas hacia el otro lado aquí se encuentran más abiertas –su padre hizo que mirara el alrededor –Esto que ves, es lo que ellos pueden ver no es nuestro mundo es el suyo –Fuyu miro hacia él joven –Kaito Murió hace ya muchos años, igual que diversos pacientes.

    -Así que aquí vienes todas esas noches –Su padre asintió – ¿por qué?

    -Bueno –Su padre tomo aire esto parecía ser demasiado difícil para él –Kaito me está esperando –miro hacia el nombrado quien solo tenía una sonrisa muy atenuada –pero aun no me puedo ir con él, por esa razón vengo aquí a estar con él

    -pero… ¿por qué razón? –Pregunto tomó de los hombros a su padre –esto no se hace por un simple paciente, ¿murió en cirugía? ¿Te sientes culpable de su muerte? ¡¿Por qué?!

    -Kaito es la razón por la que yo jamás pude amar a tu madre –Aquello le había caído fuerte al joven, tenía algo ahogado en la garganta – porque yo ya amaba a alguien que me esperaba.

    -ah…ah

    -No sé si puedas entenderlo, tampoco te pido entendimiento, pero me di de cuenta de que todo había comenzado cuando ya iba a la mitad del recorrido –menciono –Y no pude dejarlo atrás esperando mi regreso…

    -yo… necesito –Aun no sabía que hacer su mente estaba demasiado confundida –necesito pensar –Su padre no le contesto solo se quedó allí parado mientras su hijo bajaba a una velocidad bastante apresurada las escaleras –

    Al llegar al vestíbulo allí se encontraba Aoi, mirando hacia la nada realmente –Vamos –menciono no se dijo más ambos se fueron del lugar, pero solo un voltea mirar hacia atrás el joven Aoi que aún no entendía todos los desconciertos que habitaban en ese hospital –


    -Gakupo –menciono su acompañante –yo lo siento, si yo no fuera sido tan frágil…si fuera sido diferente.

    -No te preocupes Kaito –Sonrió el nombrado alborotándole el cabello –no pasa nada por ello.

    El nombrado se quedó intranquilo mientras el doctor le alborotaba el cabello sonriéndole, mientras tanto Fuyu había llegado a su casa completamente confundido Aoi seguía a su lado mientras él se tiraba al sofá, ambos estaban en un silencio completamente incomodo sin entender que había acontecido completamente esa noche.

    -¿estás bien? –Pregunto Aoi pero su compañero negó completamente –

    -no sé qué pensar, no sé qué sentir, no sé qué hacer… Aoi, nunca me había sentido tan confundido en mi vida –Murmuro –mi padre todos estos años ha estado yendo a un hospital abandonado ¿solo porque está enamorado de un muerto? Que sigue en ese lugar y le espera… ¡¿Cómo rayos quieres que me sienta?!

    -Estás molesto… ¿por qué nunca tuvo la confianza para decírtelo? O enterarte de que es gay –menciono su acompañante –

    -¿qué? –Se quedó impactado por aquella pregunta un momento –yo… no sé –Se quedó callado un momento pensándolo –Supongo que estoy molesto por que nunca me dijera –Suspiro –también me descoloco ese hecho… esperar tanto por alguien que está muerto.

    -pero se ven solamente esos días ¿no? –Fuyu asintió –

    -Desde que nací y estoy seguro que desde antes, siempre salía era por él, mi madre pensó que se iba con otra mujer todas las noches, pero en cambio iba al hospital a estar con alguien que le esperaba, alguien con quien ya no puede estar en este mundo –murmuro –

    -Suena trágico ¿no? ¿Por cuantos años crees que tu padre ha esperado? –Fuyu hizo una ligera mueca –

    -No lo sé… ¿realmente debería estar molesto con él? No puedo evitar pensar en el dolor que tuvo que sentir al momento de su muerte, o el simple hecho de tener que ver que no pueda partir que solo te espere y verlo cada noche sabiendo que no podrá tenerle –Se hecho su larga cabellera violeta hacia atrás un momento – ¿debo ser cruel con él? ¿Debo comprenderlo? ¿Debo sentirme dolido? Ciertamente no sé…

    -Fuyu –El joven le miro sonriéndole aun dolido con un mar de emociones que no comprendía – tu siempre has sido un buen hijo y querido mucho a tu padre, si no te lo dijo era porque temía a tu reacción a que lo tomarás a mal.

    -Sí...creo que si –Abrazo a su amigo –Gracias por estar conmigo en esto Aoi, lamento la experiencia terrorífica que viviste.

    -Y que lo digas un bisturí me corto la mejilla –se la toco soltando un suspiro –No puedo creer que me la hayan desinfectado y todo –allí aún seguía la cura que le había puesto –pero bueno ya no importa…creo… que pasen de querer matarte a pedirte perdón y curarte es muy extraño, tu padre debe ser muy querido por ellos ¿no?

    -Si…creo que si –miro el reloj –vaya es bastante tarde anda quédate, no te puedo dejar ir a estas horas y será mejor que durmamos mañana tenemos clases.

    -Si –contestó sonriendo –

    Mientras tanto en el hospital ambos se encontraban en silencio mirando hacia el cielo que poco a poco se veía el amanecer, Kaito suspiro mirando hacia su acompañante iba a pronunciar palabra pero se vio abruptamente interrumpido.

    -No te disculpes nuevamente ¿quieres? –Menciono volteando a mirarle –ya ha sido suficiente.

    -Es que…por mi culpa no lograste tener un vida normal –bajo la mirada – ¿no es así?

    -Tú no me pediste nada, no hiciste nada para que yo viviera esta vida…

    -pero es que…

    -¡pero es que nada Kaito! Quien decidió vivir de esta manera fui yo y no me arrepiento nada y sé que te sientes culpable y piensas que todo para mí fuera sido diferente que tengo cosas de que lamentarme pero no… no es así, sé que te arrepientes por que pronto moriré, pero yo viví la vida que desee vivir sin que nadie me dijera que debía hacer con ella, hice lo que quise, logre lo que me propuse y no me lamento de nada –Se cruzó de brazos –

    -¿Cómo sabes qué?. . .

    -Soy doctor Kaito, se de mis enfermedades, se las debilidades de mi cuerpo, no me queda mucho tiempo, lo sé –Sonrió –Estaré contigo pronto.

    -Kaito solo hizo una mueca –yo… espero que en la próxima vida, logremos ser pareja ¿sabes?

    -Yo pienso que si –murmuro cerrando los ojos –

    -¿y si nacemos en países diferentes? –pregunto –

    -Te buscaré.

    -¿y si nos odiamos?

    -Del odio al amor hay un paso.

    -¿y si yo no te amo?

    -Entonces haré que te enamores de mí

    -¿y si…?

    -Hay ya cállate –pronuncio para tomarle de la nuca y besarle, sonrojando a su acompañante – aquí y ahora me amas ¿no es así? Aun siendo un viejo feo y arrugado cuyo cabello paso a ser blanco y tener que cortármelo… ya no soy ni remotamente el hombre atractivo que era… pero aun así… aun ahora ¿me amas?

    -Siempre –murmuro –

    -Entonces no tengas dudas absurdas –Sonrió para que su acompañante también le sonriera, se levantó mirando hacia el amanecer –nos vemos dentro de unos días –Su acompañante solo asintió –

    -Te veré pronto –Comentó para recibir esa sonrisa nuevamente –

    Cuando llego a casa su hijo estaba dormido o eso pensaba pero lo que los jóvenes lograron hacer esa noche fue todo menos dormir, estaban pensando constantemente en la experiencia que habían vivido como para poder dormir con tranquilidad.

    Esos últimos días para impresión de Fuyu su padre intento pasarla con él, el joven pensaba que su padre se sentía culpable por lo que había pasado y aunque intentaba decirle que no estaba enojado o molesto su padre quería seguir pasando tiempo con él.

    -Esa mañana Fuyu soltó un suspiro –“no soporto que se sienta culpable por algo que no es necesario” –Se acercó a la habitación de su padre tocando la puerta –papá es hora de que tomes tu medicamento –pero por primera vez su padre no respondía – ¿papá? –Abrió la puerta al parecer su padre aun dormía, se acercó intentado despertarlo –oye papá, es raro que no estés despierto ya –menciono sonriendo pero al colocar su mano sobre él noto que estaba frío – ¿papá? –Sus ojos se abrieron como platos, comenzó a buscar signos vitales pero no había señal de ellos –no, no espera…espera un momento papá yo no estoy listo para esto –Comenzó a llorar por ello un profundo dolor habitaba en su pecho –por favor…por favor…

    Pero por más que suplicara las cosas no dejaban de ser como eran, mientras más recordaba esos últimos días con él más le dolía el hecho de que ya no estaba a su lado, el departamento se sentía más solo y vacío colmado de recuerdos, sus familiares y amigos solo le daban el sentido pésame.

    Y mientras más lo pensaba más creía que debía estar en ese hospital que si iba allí le vería, su amigo Aoi que siempre estaba con él le miraba preocupado, ya no parecía el mismo Fuyu de siempre, sonriente, animado, amable, era otro y eso le dolía.

    -Aoi ¿podrías llevarme al hospital abandonado? –Pregunto observándole esa noche, ya no lo soportaba más deseaba ver tanto nuevamente a su padre –

    -Si eso te hace sentir mejor –no estaba seguro de la decisión que su amigo tomaba pero no le quedaba de otra que seguirlo –

    Al llegar al hospital Aoi tuvo un escalofrío recordando todo lo de aquella noche, pero Fuyu se veía muy decidido, abrió el portón para meter su motocicleta y luego intentar seguir a Fuyu que ya iba bastante lejos la decisión y determinación del joven era bastante grande solo deseaba una cosa ver a su padre de nuevo, al llegar al hospital este se encontraba tan tétrico como aquella vez que entraron.

    -¡Buenas noches! –Exclamo –Disculpe la molestia, soy Fuyu Kamui hijo del doctor Kamui –De repente todo el lugar cambio dejando ver un hospital perfectamente pulcro y limpio con pacientes, doctores y enfermeras caminando –

    -Buenas noches Joven Kamui –Le saludo lo que debía ser la recepcionista –Vaya usted se parece tanto a su padre cuando era joven –Río divertida –

    -Ja, gracias… discúlpeme pero ¿sabe dónde se encuentra? –Pregunto –

    -Déjeme ver –Parecía revisar unos papeles –mh… está en el tercer piso, en que habitación no sabría decirle.

    -Muchas gracias –Sonrió el joven la recepcionista asintió –

    -Disculpe ese joven de cabellos azules ¿se encuentra con usted? –Pregunto –

    -Sí, es mi amigo –La recepcionista volvió a asentir, Aoi por un momento se encontraba aterrado hasta que el hospital cambio frente a sus ojos –

    -“debí esperarlo afuera no me acostumbro a este lugar” –Un escalofrío recorría su cuerpo – ¿Abuelita?

    -¡oh! Aoi –Aquella anciana sonrió dejando sorprendido al joven – Cuanto tiempo sin hablarte ha, déjame decirte que has crecido demasiado.

    -¡Abuelita! –Se fue a abrazar de quien era su abuela, pero sus brazos la traspasaron –

    -Lo siento pequeño, pero yo no soy tan fuerte como algunos espíritus de aquí, como las enfermeras o como el joven Shion así que no puedes tocarme –Contestó disculpándose con su nieto –

    -No, no importa abuelita ¡Realmente puedo verte! Y no es un sueño no sabes cuánto desee este día –El joven parecía demasiado emocionado –

    Mientras tanto el joven Kamui subías las escaleras en cada escalón que subía su corazón se aceleraba hasta que dé un impulso comenzó a subir todos los escalones corriendo.

    -¡Hey no corras por las escaleras! –Escucho a alguien gritarle para ver a un doctor sumamente joven –Rayos ¿pero quién te crio?

    -Lo siento ¿doctor? –Menciono, era un hombre bastante alto tanto como su padre de larga cabellera negra y ojos zafiros intensos, realmente tenía un gran parecido con su padre excepto por el color de cabello –

    -Tsk, tienes que tener cuidado, por lo que veo no eres un niño ¿quién eres? –Pregunto –Te me haces familiar.

    -Soy…Fuyu Kamui hijo del doctor Kamui Gakupo –Murmuro –

    -¿eh? ¿Mi nieto? –Aquello lo había dejado fuera de lugar – Mi nombre es Kiosuke Kamui.

    -¡¿Eh?! ¡¿Usted es mi abuelo?! Pero, pero papá me contó que murió cuando el tenia veinticinco –Contestó impresionado –

    -Lo sé, desde entonces nos veíamos aquí, jajá era una suerte que yo haya trabajado aquí como enfermero al final este no es un mal lugar –murmuro –Y dime Fu-chan ¿Qué haces aquí?

    -Yo…vine a ver a mi papá –Contestó –

    -Oh, ya veo –Hizo como si estuviera pensándolo –puede que este por el tercer o cuarto piso en realidad, si no tal vez lo encontrarás en la azotea pero ten algo de cuidado ¿va? La azotea es un poco peligrosa para ti.

    -Uh….si ¿abuelo? –El hombre sonrió alborotándole el cabello –

    -Eres todo un Kamui ¿eh? tienes todo nuestro parentesco –Río con algo de orgullo en su voz – y dime ¿Qué carrera escogiste?

    -Igualmente quiero ser doctor –Respondió – También hago de enfermero en un hospital pero hoy es mi noche libre.

    -Oh –Comentó –Si necesitas de algún apoyo aquí hay muchos doctores que podrían darte consejos expertos en su materia ¿eh? –El joven asintió –Bueno tengo que atender algunos pacientes nos vemos Fu-chan.

    Solo le vio alejarse aquella había sido la conversación más extraña que había tenido, subió las escaleras poco a poco para llegar al tercer piso comenzó a caminar por este pero no había rastros de su padre, comenzó nuevamente a subir las escaleras hacia el cuarto piso, para encontrar al joven de cabellos azules.

    -¿Fuyu? ¿Qué haces aquí? –Pregunto ladeado la cabeza –

    -Yo quería ver a mi papá –Respondió –

    -Oh, bueno Gakupo está en la azotea desde que llego pasa un tiempo pensado allí supongo que también le cuesta adaptarse un poco al hecho de que ya sabes… a esto –Menciono con una ligera sonrisa cargada de tristeza –Estoy seguro que le animara el verte.

    -Gracias ¿eh? lo siento no me acuerdo de tu nombre –Profirió –

    -Kaito Shion –El joven asintió y prosiguió a dirigirse hacia la azotea –Ten cuidado la azotea es peligrosa para ti.

    No estaba entendiendo porque todos le decían que la azotea era peligrosa para él hasta que llego allí arriba y noto el enorme agujero que podía regresarlo al primer piso y que sería una muerte segura, paso con cuidado por aquel agujero, notando algo que lo dejo helado, había personas que al parecer si habían caído por aquel agujero y eso le hizo tragar saliva y sentir miedo por ese lugar.

    -¿Fuyu? –Escucho aquella voz y soltó un ligero respingón alejándose de aquella vista, el vértigo estaba comenzando a azorarlo – ¿Qué haces aquí? es peligroso para ti.

    -Quería verte –Contestó no podía verlo en realidad porque no podía pasar más de allí pero podía escuchar sus pasos –necesitaba hablar contigo.

    -Entiendo pero por favor hablemos en otro lugar la azotea es peligrosa para ti –Y lo comprendía grandiosamente bien y le parecía una gran idea –

    -Si –Se alejó a paso lento y cuidadoso para no resbalar y nuevamente estar en la puerta por la que había entrado, bajo las escaleras sintiendo que era seguido pero por alguna extraña razón no tenia deseos de voltear hacia atrás ¿realmente era seguro que ese hombre era su papá? era su voz pero tenía esas dudas –

    Cuando al fin las escaleras terminaron se quedó mirando aquel piso que parecía completamente desolado, aun no tenía deseos de voltear hacia atrás ¿le habrá seguido? –Bueno, aquí estoy Fuyu –escucho su voz nuevamente y con algo de lentitud volteo a mirarle conteniendo el aliento, su padre se veía joven realmente joven, entendía por qué decían que él era la viva imagen de su padre y así era –

    -Padre –Soltó el aire y sintió como si un peso de sus hombros se marchara las lágrimas amenazaba con salirse de sus ojos, pero sentía un gran alivio en su pecho en esos instantes –

    -Todo está bien Fuyu –Habló acariciándolo sutilmente el joven sintió como si una brisa fría le rosara la mejilla y sonrió –

    -lo sé, es solo que… solo que… yo no me sentía tan listo –murmuro – tú lo sabías ¿no es verdad?

    -Si yo lo sabía –Respondió –No te lo dije porque no quería que estuvieras triste o que hicieras inventos locos y me encerraras en una clínica, era mi hora y mi momento.

    -Y… ¿estás feliz? –Pregunto – ¿por… estar con él?

    -Lo estoy, pero estoy triste por dejarte –comentó –

    -yo podré verte ¿viniendo aquí? – No deseaba separarse de su padre del hombre al que más admiraba y de la razón por la que podía decirse orgulloso de llevar en sus venas su sangre –

    -No, no podrás Fuyu, yo me iré –comentó –

    -¿A dónde? –pregunto –

    -A reencarna –Habló –Aun me faltan vidas por vivir el cielo aún no está listo para mí y pecados que debo terminar de pagarlos.

    -¿pecados? ¿Cómo amar a ese chico? –pero su padre negó –

    -otro tipo de pecados –comentó –Es solo que, deseaba ver por última vez el amanecer –Expreso –me alegra de que estés aquí.

    -Así que está será la última y definitiva vez en la que yo te vea –profirió –

    -me temo que si –Respondió –pero no te preocupes yo siempre estaré contigo Fuyu, te recordaré y te querré ya verás –El joven asintió conteniendo las lágrimas fue abrazado por su padre y deseo tanto aferrarse a ese abrazo –
    Se dijeron un adiós que tanto el joven necesitaba para verlo marcharse con el joven y perderse al final del pasillo hasta que no logro distinguir la silueta de ambos.
    En ocasiones iba a hospital solo para hablar con su abuelo o con otros doctores y resolver algunos problemas que él no entendía la sabiduría de esos hombres era grande y por eso pedía sus consejos.

    La mayoría no entendía porque alguien que pertenecía a una familia respetable de doctores había comprado las tierras de aquel hospital en ruinas solo para que no lo demolieran, los años fueron pasando y él tenía el mismo porte que sus familiares llevándolo a los hombros.

    Otro gran doctor de la familia Kamui caminaba por los pasillos de un hospital, su vida había estado entre su laburo, el hospital abandonado, su familia y claro su pareja, con sus años ya en alto un hijo de 17 años y más responsabilidades que nunca sintiendo que en cada momento se hundía en su abismo.

    Escucho la risa de unos niños en el pasillo de pediatría, unos niños que jugaban, un niño de cabellos azules quien tenía una curita en su nariz y que al parecer tenía un poco de fiebre, el otro niño tenía un vendaje en su brazo, una curita en su mejilla y le sonreía al otro.

    En la mirada de aquellos dos niños pudo detectar el amor que ambos se tenían a pesar de ser jóvenes y no comprenderlo y no necesito averiguarlo algo en su interior se lo decía, lo sentía en el fondo de su ser ese pequeño con el vendaje en el brazo era su papá.

    El pequeño volteo y lo miró sus grandes ojos zafiros se posaron sobre él, le sonrió una gran sonrisa a la que le faltaba un diente, río suavemente y sentía una gran felicidad en ese instante de verlo allí.

    El peso que sintió se podía ir, todo estaba bien él podía seguir adelante, al fin podría dormir luego de su larga noche en vela.
  10. .

    El alfa que me gusta.


    Él siempre ha sido tan hermoso con sus largos cabellos morados, sus ojos zafiros, su sonrisa brillante, su piel de fina porcelana, he estado enamorado de él durante tanto tiempo, suspirando por él y por saber cómo serán sus besos.

    Estábamos juntos desde hace mucho tiempo, llevábamos tiempo de conocernos incluso, pero llego su estúpido amigo, aquel que lo conocía desde la infancia con quien siempre se mandaba mensaje y yo pensaba que tenía una novia.

    Su estúpido amigo, ese que siempre se hacía el ingenuo contigo, aquel que era obvio que estaba embobado por ti, aquel que te aparto de mi lado, al que por simple lastima decidiste dejarme de lado ¿no es así? el chico era demasiado solitario, torpe, emocionalmente malo.


    El brillo que yo veía en tus ojos cuando estabas con él era mentira ¿verdad? claro ese brillo era dedicado a mí y las canciones que le dedicabas también era mentira porque eran para mí, en las noches donde te acostabas con él pensabas en mí ¿no es así?

    Por esa razón decidí deshacerme de él y de la estúpida abominación que comenzó a crecer en ese omega tonto, porque tu siendo un gran alfa no necesitabas un sucio omega en tu vida claro que no tu tenías que estar con alguien como yo que te llevara a la grandeza.

    Cuando te vi allí parado en seco mirando el cuerpo de aquel omega sabía que tu cara de sorprendido en realidad era teatro ya sabes para manipular la situación; ¿Qué has hecho?, tu sabes que esto lo hice por los dos ya sabes soy bueno conociendo tus pensamientos.

    Tus gritos me tomaron de sorpresa y me hicieron retroceder no era mi intención clavarte el cuchillo pero vamos sobreactuaste un poco, tal vez debí de acodarme de tu gran fuerza no pensé que te fueras a descontrolar hasta el punto en el que llegamos ¿pero sabes? aún sigo admirándote.

    Aquí donde el frío nunca llega y hace demasiado colar donde los alaridos constantes son las canciones de cuna y las ardientes brazas tu manto.

    Mi amado alfa, mi querido Gakupo yo sé que algún día tu vendrás aquí conmigo, yo sé que algún día estaremos juntos y sin la interrupción de ese estúpido omega que siempre me mira con condolencia odio a ese omega, pero a ti te amo y ni esto podrás separarnos ya verás tu eres para mí y ese omega no me ganará nuevamente.

    Solo te atormentare constantemente en tus pensadillas esperando que cometas suicidio y serás todo mío.

    Solo mío.



    Aclaraciones



    Yo sé que aman mis aclaraciones ewé.

    Gakupo y Kaito eran compañeros destinados un Omega y un Alfa que se conocían de la infancia y que por circunstancias de la vida se tuvieron que separar pero volviéndose a reencontrar comenzaron nuevamente a tener esa gran relación que llevaban cuando niños, Gakupo le aseguraba a Kaito que no le importaba su condición de omega y cuando a su amigo le dio su celo intento contenerse lo más que podía para no volverse loco por el aroma dulce que Kaito desprendía aquel que lo embriagaba y le hacía querer poseerlo solo como suyo y de nadie más.

    Allí fue cuando Kaito comprendió que el cariño que Gakupo le tenía era demasiado grande tanto como para morderse el mismo hasta hacerse sangrar, ellos se volvieron compañeros y claro nuestro querido alfa se encargo de marcar a su amado omega, pero esta otro alfa que había estado enamorado de Gakupo y quien conoció dos años después de que Kaito se había ido.
    Póngale cualquier nombre a este Alfa porque no quise sonar a tedio con Len, lo dejaré descansar por un rato.
    Mato a Kaito cuando el estaba esperando un hijo de Gakupo, en ese momento Gakupo había ido a comprar el helado para nuestro omega con antojos, el amigo de Gakupo aprovecho a entrar y como Kaito ya lo conocía se confió así comenzó la tragedia.
    Gakupo encontró aquella escena y aunque el otro alfa lo había apuñalado su ira y desenfreno fue tanto que termino matándolo, aquello fue tomado como defensa personal en las cortes por lo tanto no fue declarado asesinato.
    Gakupo tiene constantes pesadillas que son causadas por aquel Alfa y por más que Kaito quiera salvarlo hay noches en las que no puede abrigarlo con su ala.

    Y allí esta en la espera si Gakupo se suicida o no.
  11. .
    Ja, ese Isamine no pierde el tiempo ya cacho todo.
  12. .

    Mi amigo.


    Hace poco regrese a mi viejo hogar luego de haberme alejado durante quince años, apenas tenía once años cuando me fui dejando un buen amigo atrás, realmente no sé qué ha sido de su vida durante todos estos años en los que ambos estuvimos alejados.

    Tampoco sé dónde vive, me adentre hacia lo que era mi antiguo hogar y que acaba de comprar, nos habíamos mudado de aquí hace tanto tiempo por un cambio del trabajo de mi padre y ahora volver era tan nostálgico, recuerdo cuando él venía a casa y yo le dejaba entrar y jugábamos durante todo el día hasta que alcanzaba la tarde y él se despedía.
    Recuerdo los días estando enfermo y él se quedaba a mi lado haciendo algunas tonterías solo para hacerme sonreír nuevamente.

    Recuerdo sus cabellos largos hasta sus omoplatos, sus labios rosados, recuerdo sus ojos como zafiros y recuerdo su vestimenta como la de un pequeño samurái, era él quien me protegía cuando los demás niños intentaban molestarme, tenía una gran fuerza de un solo golpe tumbaba a los abusivos.

    Siempre me cuidaba y me protegía cuando era un niño incluso una vez cuando casi me ahogaba en una piscina en la casa de la vecina fue él quien lo noto y me salvo.

    Me adentre hacia mi vieja habitación estaba vacía llena de polvo y telarañas su pintura estaba caída, sin notarlo comencé a recordar la piyamada que hicimos, donde vimos por primera vez una película de terror y durante toda la noche me abrazo protegiéndome de los monstruos, él era tan valiente, moví la mesa de noche para encontrarme con una pequeña puerta y sonreí sacando de mi cuello una llave, había encontrado esa otra habitación cuando era niño, ese lugar era nuestra guarida secreta.

    Esta casa era tan antigua que tenía distintas habitaciones secretas junto con él las había encontrado pero había una que no podía usar como los túneles porque estaban tan llenos de agua que podía ahogarme en ellos, pero ahora no sé si podré usarlos.

    Me adentré a aquella habitación no estaba tan mejor como la otra, el tiempo había hecho de las suyas prendí la lámpara de mi celular observando los distintos dibujos que ambos habíamos pintados.

    Gakupo Kamui era el nombre de mi amigo de la infancia, tomé uno de los dibujos que él había hecho eran tan hermosos como las pinturas antiguas, él era bueno en todo, él era muy sabio, me pregunto ¿Dónde estará? mis padres siempre decían que él era imaginario pero para mí era muy real.

    Siempre lo fue.

    Me salí de mi hogar recordando el camino que él solía tomar para irse a casa, siempre me decía que no lo siguiera que él camino era muy peligroso yo era tan cobarde y él tan valiente, pero ahora no soy ese niño llorón de antes me pregunto ¿seguirá viviendo allí? me adentré a ese pequeño bosque siendo guiado por un viejo camino cubierto parcialmente de hojas.

    El bosque se tornaba cada vez más oscuro y aterrador, los sonidos se intensificaban los pequeños animales corriendo, el sonido de los búhos, los grillos todo tan escalofriante pero estaba decidido a encontrar su hogar, no sabía realmente con que me encontraría ¿una pequeña casita al final del bosque? ¿Un viejo lugar en ruinas o quemado?

    Pensé en muchas posibilidades pero jamás con lo que vi, lo cual me hizo contener el aliento.

    Lo que me encontré fue un viejo cementerio para niños, los cuales habían muerto por los bandidos, las guerras o enfermedades.

    El nombre de mi mejor amigo estaba marcado en una de las lapidas, las letras estaban tan borrosas y el año de igual manera, pero algo dentro de mí me lo decía, que era él.
    Pensé en muchas posibilidades pero jamás pensé que mi primer amor de la infancia se tratara de un niño que había muerto siglos antes que yo naciera.


    Bueno como ya no estamos llegando a Halloween los siguientes Drabbles
    Tendrán esta temática Muajajajaa.
  13. .

    Masaje



    Como todas las tardes allí le observo acostado en la cama con los ojos cerrados luego de un baño con agua fría intentado aliviar sus músculos tensos, sonrió porque era el momento de poner en marcha su plan, desde hacía meses había estado estudiando para ser masajista no porque le gustara la profesión si no para solo una cosa, por la cual siempre le había dicho a su amado; no estoy haciendo nada.

    Se acercó a la cama para subirse y gatear hasta su amado sentándose por debajo de su espalda, Gakupo sintió el peso extra posado sobre él iba a levantar la mirada cuando percibió aquellos pequeños besos y caricias esparcidas por su espalda, así que dejo todo pensamiento volviendo a cerrar los ojos permitiendo que lo consintieran.

    Cuando escucho como su amado abría uno de los cajones nuevamente abrió los ojos y un olor a chocolate lleno su olfato levanto la cabeza virando su rostro para enfocar la mirada observando esos ojos azules mar, su pareja estaba sonriendo pero el brillo de sus ojos le decía que no era una travesura, no al menos una de las malas así que ya habiéndole hecho una pregunta silenciosa y la respuesta había sido lo suficientemente satisfactoria solo volvió a enterrar la cabeza en la almohada se sentía cansado y tenía demasiadas cosas en la cabeza del trabajo que quería dejar por un segundo de su vida al menos.

    Hasta que sintió como le era esparcido aquel aceite de chocolate por la espalda soltó un quejido al principio por que había dado en aquel musculo que estaba más tenso y dolía más, pero luego siguió sintiéndose mejor, ah así que eso tramaba darle un masaje.

    -mh…ah –la respuesta satisfactoria de su pareja solo le hizo volver a sonreír haciéndolo con más ahínco, lentamente se iba relajando entre sus dedos significaba que todo aquel esfuerzo y los gritos de su temperamental profesor habían valido totalmente la pena –

    Sintió a Gakupo tan relajado con él que pensó se había dormido, pero aprovechaba para acariciar cada milímetro de aquella ancha espalda, de pequeños puntos que le hacían obtener un quejido de satisfacción que le efectuaba saber que no estaba dormido del todo.

    En un movimiento muy rápido su pareja se giró tomándole de sorpresa cuando le tomó del brazo para robarle un beso que luego de haber pasado la sorpresa inicial no dudo ni un instante en corresponder percatándose de un bulto que comenzó a dar en sus glúteos por el lugar en donde había terminado sentado.
    -Y dime mi querido masajista ¿puedo obtener mi final feliz? –Casi sintió como un ronroneo aquellas palabras que le dijo luego de separarse de sus labios, el brillo en esos ojos zafiros junto con aquella sonrisa depredadora solo hizo que un escalofrío recorriera su espalda –

    -Encantado –Respondió sintiendo como le quitaba la camisa quedando ahora ambos en iguales circunstancia solo en pantalones –

    Y si alguien le hubiera dicho que aquel masaje terminaría con tan buenos resultados hubiera terminado el curso semanas antes por solamente eso, no ha de negar que cuando su pareja nuevamente se encontraba tenso le consentía con aquellos masajes que le encantaba tanto a su amado.
  14. .
    [color=blue]

    Rutinario.



    Se levantó por lo fría que se encontraba la cama en esa mañana, lo cual era extraño estiro el brazo sintiendo que algo le faltaba para encontrar que esa parte de la cama estaba vacía y que lo único que pudo obtener a cambio era una muñida y suave almohada, abrió los ojos con algo de pereza no deseaba realmente abrirlos si no quedarse así por un largo rato.

    Se percató de aquello que ya sabía; su pareja se había levantado, se levantaba temprano más por costumbre que por necesidad, bien le había contado que su padre solía levantarlo a la cinco de la madrugada para estar al día, entrenar arduamente, ayudar en el hogar entre otras tantas cosas que un niño no debía hacer.

    S

    Rutinario.



    Se levantó por lo fría que se encontraba la cama en esa mañana, lo cual era extraño estiro el brazo sintiendo que algo le faltaba para encontrar que esa parte de la cama estaba vacía y que lo único que pudo obtener a cambio era una muñida y suave almohada, abrió los ojos con algo de pereza no deseaba realmente abrirlos si no quedarse así por un largo rato.

    Se percató de aquello que ya sabía; su pareja se había levantado, se levantaba temprano más por costumbre que por necesidad, bien le había contado que su padre solía levantarlo a la cinco de la madrugada para estar al día, entrenar arduamente, ayudar en el hogar entre otras tantas cosas que un niño no debía hacer.

    Se estiro con cierta pereza para incorporarse dejando que las sabanas cayeran por su piel desnuda, la noche había sido larga y tener que levantarse a la siete de la mañana luego de una larga noche no se le hacía lo mejor, prefería dormir hasta tarde, pero le faltaba algo, el calor de su pareja y su aroma que aun arraigado a las sabanas no era suficiente.

    Se colocó su ropa interior para tomar una de la camisa de su pareja que le llegaban por debajo de los muslos volviendo a bostezar, no era su intención repetir lo de anoche esa mañana, tal vez más tarde cuando su cadera dejara de enviar corrientes de dolor por toda su columna o su cuello hombros y clavícula no sintieran tanto picor debido a las mordidas y chupones.

    Al llegar a la sala sonrió sintiendo el aroma que provenía de la cocina, el desayuno, algo dulce y delicioso estaba seguro, Gakupo no solían gustarle las cosas dulces de hecho no las comía por una dieta estricta que suele llevar de suficiente proteínas, carbohidratos y vitaminas, pero eso no significara que no lo consintiera.

    Gakupo era completamente su opuesto y eso era más que obvio para cualquiera, un hombre serio, honorable, amable, responsable, entre otras tantas cosas se encontraba con alguien que era lo opuesto.

    Kaito no era para nada serio, en cambio solía ser bromista, ambos eran amables si pero Gakupo si se le molestaba era de mucho temer, Gakupo no solía demostrar sus emociones y el las dejaba ir a flor de piel, Gakupo no le gustaban los dulces y a él le encantaban.

    Lo que los unió había sido la música, ambos amaban la música por igual manera, a través de la música poco a poco se fueron uniendo encontrando esas diferencias que los hacían encajar perfectamente y es que no necesitas tener tantas cosas en común con tu pareja, por que serían piezas iguales, si no piezas distintas para que encajen a la perfección.

    Sonrió observando aquella cabellera larga que se encontraba suelta al parecer acaba de tomar un baño pues algunos mechones se notaban que no estaban secos del todo, se acercó lentamente para envolverlo entre sus brazos por la espalda.

    -Buenos días –Susurro oliendo su cabello, olía tan bien aquella fragancia a cerezos –

    -Buenos días –Contestó sin distraerse de lo que hacía sintiendo como su pareja apoyaba la cabeza en su espalda – ¿amaneciste bien?

    -No, porque no desperté contigo –Gakupo podía imaginar el puchero que debería estar haciendo en esos instantes –

    -Será en otra ocasión –Comentó –Sabes que es la costumbre.

    -Lo sé –Se alejó para sentarse –pero eso no significa que no me moleste.

    -Espero que este desayuno disminuya tu enojo hacia mí –Expreso mientras dejaba el desayuno en la mesa, panqueques con miel y fruta, además de un buen jugo de naranja –

    -Kaito sonrió –Bueno tal vez…un poquito –Habló para que su pareja sonriera sentándose a su lado tomando un sorbo de jugo –Supongo que ya comiste lo suficiente en la mañana y que no comerás nada más.

    -Supones bien –Contestó –

    Gakupo se levantaba todos los días en la mañana tomaba un batido de proteínas y se iba a entrenar luego regresaba para comer lo necesario con eso hasta la hora del almuerzo, no era que le molestase cielos su pareja tiene el cuerpo de una escultura griega, pero son contadas las ocasiones en las que podía despertarse, para abrir los ojos y al adaptarse a la luz notar que Gakupo le estaba mirando con sus brillantes ojos de color zafiro y una sonrisa en el rostro, esa sonrisa de los típicos enamorados.

    Eran muy contadas las ocasiones y por esa razón eran muchos más especiales.

    Y es que ellos tenían ya su propia rutina establecida al principio a ambos le dio miedo porque eran muy distintos pero Gakupo notaba que Kaito veía a través de él cosas que nadie más hacía, sabía cuándo estaba triste, pensativo, cuando necesitaba ayuda, cuando necesitaba de un consuelo silencioso, Kaito sin siquiera conocerlo parecía saber más de él que muchas personas y aquello al principio le aterro como nada en la vida ¿Cómo alguien que no lo conocía podía saber tanto de su persona? Aun así se había dado el valor, no podía detener esas mariposas que le surgían en el estómago cada vez que estaba a su lado.

    Kaito en realidad no sabía porque pero sentía cada vez una anhelante deseo por estar a su lado, sabía lo que leía en aquellos ojos de color zafiro, podía ver lo que los demás no veían, esos ojos eran muy expresivos aunque el dueño de estos no lo fuera, sin querer ese deseo se fue incrementando tanto que aun después del rechazo, aun después de todo siguió a su lado.

    No había sido fácil para ninguno de los dos pero allí estaban con una rutina establecida cada mañana de cada día por el resto de sus vidas y eso estaba bien.

    En un punto de tu vida, sin siquiera darte cuenta encuentras a una persona y tú alma te dice; sabes está es, puedes tenerle miedo, escapar alejándote y rechazarla quebrando todo lazo o logras intentarlo.

    Gakupo a pesar de miedo que tuvo al principio por cosas de su pasado se encontraba cada mañana, despertando y observando como el sol se filtraba por la ventana iluminando su habitación y a su pareja, como lentamente los rayos iluminaban su piel hasta llegar a su rostro y hacerlo parecer un ser angelical y mientras se decía que él le pertenecería para siempre.

    -¿Por qué sonríes tanto? –Pregunto Kaito luego de un rato de silencio dándole otro bocado más a su desayuno –
    -Por nada en especial –Expreso mirando la hora se levantó de la silla para dejar un beso en la frente de su pareja –Te amo –habló para dejar un siguiente beso en sus labios con sabor a miel, odiaba las cosas dulces, pero aquel dulce de los labios de su pareja sabía que era al único que podía hacerse adicto –Nos vemos más tarde.
  15. .

    Pequeño cachorro.


    Por las praderas se podía encontrar un pequeño cachorro persiguiendo conejos mientras reía, el cachorro cada vez se volvía más hiperactivo y tenía instinto de cazaría que se reflejaba con sus primos aunque nunca los mordía fuerte ni los lastimaba.

    -¡Quítate! –Le grito uno de los conejos –Adefesio

    -yo…yo no soy eso –Se quejó el pequeño –

    -Claro que sí, eres el hijo de un conejo y un tigre eres un adefesio –Respondió – ¡Y ya deja de molestarme!

    El cachorro se quedó estático mirando por donde había salido corriendo el pequeño conejo, sentía un dolor en su pecho y ganas de llorar ¿por qué? ¿Por qué sus palabras dolían tanto? Se alejó de todos y se echó cerca de la maleza alta, bastante deprimido, no era la primera vez que le pasaba algunos conejos le decían así.

    Esos conejos sabían que iba a dejar de molestarlo y se iría, el cachorro sintió el llamado de sus progenitores se levantó de donde estaba seco sus lágrimas fingió la mejor sonrisa que cuando vio a su padre se tornó muy real para abrazarlo fuerte.

    -¿Qué pasa? –pregunto su madre quien vio sus ojitos rojos –

    -Nada –Susurro aferrando al pecho de su padre –

    -¿Estás seguro Aoi? –el pequeño asintió –

    Él no deseaba preocupar a sus padres así que solamente se lo guardo sonriéndoles, pero los conejos lo trataban muy mal y eso le hacía sentirse… triste.
2564 replies since 17/10/2013
.