Cuando era pequeño Light solía acompañar a su padre al trabajo, no lo hacía habitualmente pero a pesar de eso conocía a todas las personas que trabajaban allí.

Un día mientras caminaba por los pasillos de la comisaria divisó a un grupo de personas que nunca había visto, cuando le pregunto a su padre quienes eran él le dijo que ellos formaban parte de una fuerza especial y que iban a trabajar en conjunto para investigar un caso “especial”. Como todo niño, no le llevo mucha importancia a lo que le decía Soichiro y se fue a dar unas vueltas.

Mientras caminaba se topó con un niño, era más grande que él, tenía el cabello alborotado, era pálido, de vestimenta sencilla y con unas pequeñas ojeras que cubrían sus grandes ojos color negro.

- ¿Qué hace un niño como tú en este lugar? – le pregunto el jovencito desconocido a Light

- Creo que estas equivocado- le dijo – Soy yo quien te tiene que preguntar eso a ti -

- Más importante aún… -le dijo el moreno - ¿te gustan los dulces?

- ¿¡Que tiene eso de importante!? –contesto enojado

- ¡Es muy importante! – dijo seriamente el chico

- Mmm… si… si me gustan – dijo Light un poco confundido

Al terminar de decir esto El joven misterioso lo agarró del brazo y lo llevo a una sala donde se encontraban unos dulces -¡Aquí hay muchos dulces! ¿No es genial?-

Antes de que Light pudiera decir algo su padre apareció con varios agentes, ellos saludaron cordialmente al chico y empezaron a hablar del caso

- ¿tu trabajas en la policía? – le dijo el niño al joven

Se podría decir que si – dijo esto y se sentó en una silla de forma extraña

- ¿Cómo alguien tan joven puede ser un agente? –

- ¿Cómo un niño puede hacer preguntas tan elaboradas y no darse cuenta por sus propios medios?

Después de eso ninguno de los dos dijo nada, terminaron la reunión y todos se retiraron, por alguna razón al joven Yagami le atraía ese misterioso personaje, por lo que iba todos los días al trabajo de su padre

Siempre era lo mismo, él iba, charlaban un poco con el misterioso sujeto al que todos le decían “L” y luego pasaban a la reunión donde discutían el caso, una vez terminado, solían comer un pastel de cerezas. Aunque no hablaban mucho entre ellos Light se sentía cada vez más atraído hacia él, admiraba su inteligencia y, aunque tenía costumbres raras cada vez lo sentía como un ejemplo a seguir.

-¿Cuál es la verdadera justicia en este mundo? – de vez en cuando le preguntaba eso al pequeño, este no le podía responder con certeza, lo que hacía que tartamudeara, L siempre le despeinaba el cabello con su mano derecha, Light se enojaba pero en el interior estaba feliz, lo que lo puso en duda

¿Qué era lo que realmente sentía por L? después de preguntárselo muchas veces a la almohada por fin pudo comprender sus propios sentimientos. Estaba enamorado de él.

Al otro día quiso hacerle frente y declararse, cuando terminaron la reunión, que por cierto light nunca escuchaba porque realmente no le interesaba en lo más minino, el niño se le declaro.
L estaba sorprendido, dejo ver una pequeña sonrisa y le dio un beso en la frente, no le respondió nada, empezó a caminar hacia la salida y se detuvo en la puerta

- Lo siento Light pero debo irme-

-¿Me contestaras mañana? –

-Mañana ya no estaré aquí, lo siento mucho…-

-¿Por qué? – lo dijo un tono preocupado y corriendo a los brazos de L

- ya termino mi trabajo aquí-

-¿pero volverás algún día?

- … -

-¡Responde!

- lo siento…

- ¡No! ¡Realmente no lo puedo soportar! ¡Quedate!

- … -

- ¿No puedes? … pero… ¿podrás en el futuro?

Light agarro una hoja y un papel que estaban en la mesa y escribió: “Yo Light Yagami me comprometo a estar con L por siempre y amarlo por toda la vida”

- ¡Toma!- le dio la nota a L

- ¿Qué es esto? – decía mientras lo miraba confundido

- Es un comprobante, para que lo recuerdes en el futuro –

- Si ese es el caso… - L agarro la nota y la rompió en dos, por un momento Light se asustó pero luego vio que había partido una parte blanca donde empezó a escribir – Aquí tienes tu comprobante – termino la frase con una sonrisa y se marchó.

Desde ese entonces a paso un largo periodo pero aun así, Light sigue poniendo la misma expresión al leer la nota que le dejo L como cuando era un pequeño.

“Light te amo, no lo olvides” - repetía lo que decía la nota con una sonrisa en su rostro.

Un pequeño recuerdo perturbaba la mente de aquel joven que tan desesperadamente escribía en aquella libreta negra, una sensación de nostalgia inundaba su cuerpo al punto que dejo su bolígrafo en la mesa y se alejó del lugar donde estaba. Su mirada impactada se hacía notar entre la multitud, intento disimularlo pero no pudo.

- Él… él era… - el joven tartamudeaba mientras se agarraba la cabeza con las dos manos, no lo podía creer… - era aquel chico…

Recordó que tenía algo importante que había guardado para recordarlo, impaciente, espero hasta que por fin pudo ir a su casa para buscarlo. Desordenó toda su habitación y no lo podía encontrar, busco por toda su casa, pregunto a toda su familia y aun así no lo encontraba.

Sin ánimos, agarro un álbum familiar y se puso a ver las fotos mientras que el shinigami que estaba al lado de él, lo miraba -¡La foto! – exclamó el joven y se dirigió hacia una página en concreto. Justamente allí estaba, una pequeña nota detrás de una de sus fotos de infancia.

La nota no era larga, estaba escrito en cursiva, -tenía una muy linda letra- decía mientras esbozaba una sonrisa.

- ¿Qué es eso? – pregunto el shinigami al chico

-Es una nota que me dio el detective L cuando éramos chicos… -

- ¿…? – Ryuk lo miraba mientras agarraba una manzana

- Él y yo nos conocíamos hace tiempo… ¡Diablos! ¿Cómo me pude olvidar de algo tan importante?

- Sin decir una palabra más, volvió a leer aquella nota - Cómo me pude haber olvidado mi primer….-

- ¿Tu primer qué? – dijo Ryuk que cada vez se veía más interesado en el tema.

Light se sonrojo, aunque el shinigami insistía el no dijo ni una palabra. Es que, ¿Cómo podía decirle que L fue su primer amor de infancia? ¡Era algo que nadie podía saber! Se enojó consigo mismo por haberse olvidado de ello, pero su ira se agravaba por el hecho de recordarlo.

- *L es mi enemigo, ya no soy el niñito que conoció en aquel entonces, él seguro que ni me recuerda…*- su expresión cambio a triste por unos instantes. ¿Qué era esa sensación extraña que sentía? -*Acaso yo… ¿Acaso yo sigo enamorado de él?*

Empezó a ordenar su habitación, quería distraerse del todo, finalmente cuando había terminado su limpieza se dirigió hasta donde estaba su libreta, prendió su pequeña tv portátil y empezó a escribir.