Posts written by Nathy Marisson

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    N/A: Escribí esto de forma automática, tiene medio café y una sola revisada en word, además... Acabo de verme los 15 capítulos del anime...

    Tags: Smut/Lemon/Pwp | Relación Toxica | Falta de comunicación | Top Nagi/Bottom Reo.

    Este fútbol es diferente.

    Desde que entró a Blue Lock las cosas que ha visto en el fútbol le han sorprendido, pero nada como perder por primera vez. Aquel sentimiento fue devastador para Nagi Seishiro, no le gustaba perder, ni en los juegos se había enfadado tanto como cuando perdió ante Yoichi Isagi.

    Fue una patada a su ego, directa, dolorosa, el punto de partida para querer hacer cosas para disipar ese sentimiento.

    Por eso decidió unirse a ellos luego, Isagi y Bachira eran la manera en qué conseguiría quitarse ese mal sabor de boca.

    No quiere perder de nuevo y si tiene que aliarse con ellos a pesar de no conocerlos lo va a hacer.

    Quiere ganar, sobre todas las cosas quiere ganar, quiere cumplir el sueño que tiene junto a Reo.

    Y Reo...

    La mirada de desolación en su rostro cuando lo dejó sólo. Pero él entiende por qué lo hizo, es de sentido común, la mejor opción, para cumplir su objetivo debe ser egoísta y optar por la mejor de las alternativas.

    La mejor opción no es Reo.

    Son esos dos, esa pareja de delanteros que parecen tener al mismo monstruo dentro.

    Es para ganar.

    —Seguro Reo habría hecho lo mismo —. Susurró para sí mismo, y es que para su comprensión del mundo y sobre todo en este sitio, es lo lógico.

    Aunque claro, entre los dos, Nagi sabe que es mejor jugando fútbol, por algo Reo lo escogió en primer lugar en esa escalera.

    Junto a un "Haz lo que quieras, mientras juegues futbol" Y Nagi no sabía que ese trato debía ser juntos. Pues para Reo era obvio, eso era lo lógico, el sueño es juntos, todo debía ir de a dos. ¿Cómo es que para Reo es tan obvio y para Nagi es sólo una opción?

    Nagi sólo hizo caso a lo que Reo le dijo desde el inicio.

    "Haz lo que quieras"

    "Juega como quieras"

    Como sus pases, Reo solo se dejaba hacer, le lanzaba el balón a cada oportunidad que tenía para que Nagi anote en la portería, de la misma maldita forma en que busca intimidad en su habitación cuando están a solas en su casa.

    Reo comienza, lo empuja contra su cama y se sienta sobre sus piernas, es torpe con las manos al momento de sacarle la ropa tentando a los sentidos de Nagi que se encienden con un par de besos en su cuello, con el calor de su aliento contra la piel humedecida con el susurro de su nombre junto a una orden.

    —Reo... —Ronco dice su nombre y gruñe cuando el otro le muerde el cuello, en ese signo de posesividad como si alguien fuera a quitarle su juguete.

    Cuando Nagi no tiene interés en otras cosas que no sean vivir tranquilo, y Reo le da ese futuro, no va a irse a ningún lado.

    —Hazme lo que quieras.

    Y es la única orden que le da por ahora.

    Nagi hace caso. Toma la cadera de Reo, de aquel niño rico con sueños mucho más grandes que él mismo y lo lanza contra la cama para proceder a comerle la boca. La habitación se llena de sonidos húmedos y torpes, desesperados y sin experiencia hasta que la ropa cae al suelo y las manos de ambos recorren el cuerpo del otro.

    Reconocen las marcas pasadas, besos perdidos y rasguños profundos por el entrenamiento a la vez que por sus propios encuentros saciando su lado hormonal.

    Reo siempre los iniciaba, Nagi solo le sigue el juego hasta que se desata y toma el control. Se deja llevar, cumple con su capricho como cuando le dijo que jueguen futbol juntos.

    Nagi hace lo que Reo le pide por que así es mejor para los dos.

    Reo gime su nombre, en sílabas silenciosas cuando Nagi entra, mal lubricado, duele, Nagi siente sus dedos enterrándose en sus brazos pidiéndole que sea más cuidadoso pero es tarde. Reo dio la orden y Nagi hace lo que quiere.

    Aparta las manos de Reo y las aprisiona sobre su cabeza con un brazo.

    —¡Nagi!

    —Reo... voy a comerte.

    El rostro de Reo es una imagen pornográfica, igual de lasciva, con la expresión de placer y dolor que hace estragos en el cuerpo de albino hasta volverlo loco. Y con esa expresión es que comienza a moverse, empujando con la cadera para sentirse derretirse por las paredes internas de Reo. Pronto la cama comenzó a crujir y golpear la pared producto del

    Reo grita del placer, el dolor se mezcla perfectamente y aun así forcejea para que le suelte las manos.

    Siente un tambor en su cabeza y el aliento se le escapa de los pulmones por el beso que Nagi le da, sus lenguas pelean, la saliva escurre manchando su rostro, sus muñecas duelen, pero Nagi no deja de penetrarlo con fuerza, golpeando dentro suyo con precisión.

    La misma que tiene al momento de patear a portería.

    Esa habilidad de hacer todo mejor que Reo, incluso en la cama, a pesar de que Nagi no tenía ni una puta experiencia, aquí está, quitándole el aliento.

    Sacándole los sonidos más sucios para alguien como él pueda sacar.

    Derritiéndose el cerebro hasta que la única imagen que tiene en su mente es la de Nagi, este delantero injustamente talentoso, con la mirada afilada y unos ojos dignos de una fiera.

    Tratándolo con el mismo cuidado que un cazador a su presa.

    Mordiendo cada tramo de piel que logra atrapar con los dientes y besando las mordidas como reclamo de ser sólo suyo.

    Reo siempre pensó que solo era él quién quería poseerlo, tenerlo como suyo, pero en la cama, en momentos así, quiere pensar que es mutuo. Que Nagi también desea poseerlo.

    que hay algo más que una relación de conveniencia, que él también quiere cumplir su sueño juntos con la misma intensidad con la que le está penetrando sobre su cama.

    Hasta que le llena de semen, chorrea entre su trasero con gruesas gotas de semen que no se molesta en limpiar, pues Nagi sigue moviéndose, metiendo ese líquido caliente y espeso dentro a pesar de las quejas de Reo.

    Se pone jodidamente sensible cuando hace eso.

    Y después de un par de estocadas más es que también termina manchándose el abdomen.

    Ahora está sudado, sucio y lleno.

    Nagi cae contra su pecho y finalmente le suelta las manos.

    Reo se ha quedado sin aliento, sin sentido y con la mirada perdida en el techo.

    —Reo... Tengo sed.

    —... Ya sabes donde está la cocina, tonto.

    .

    Nagi reconoce una cosa de Reo, sus emociones respecto al futbol son como una tormenta electrica, deslumbrantes y aterradoras. Cuando se trata de ese deporte Nagi jura que ha visto rayos saliendo de sus ojos. La misma intensidad que ha visto cuando llega al orgásmo.

    Exctamente la misma mirada que le dedico con el más profundo rencor cuando decidió irse con Isagi: Intensidad.

    Sus ojos son el reflejo de todas sus emociones explotándo frente a las acciones de Nagi a su alrededor. Y le hace temblar.

    Pero Nagi dijo que volvería a jugar con él, esa promesa no piensa romperla.

    Lastima que para Reo, no haberlo elegido en esta prueba haya sido la mayor traición del mundo. Y que ahora, no le dedique ni una de esas miradas amables que antes gozaba cada día mientras jugaban juntos.

    Nagi mentiría si dijera que no las extrañas, pero las actuales, estas miradas de desprecio, traición y esas enormes ganas de obligarlo a rogar por volver a su lado despiertan una faceta oculta de sí mismo.

    Antes Reo le cuidaba como a una mascota, un tesoro, una gema que debe ser pulida con cuidado y con tiempo. Ahora… ahora parece que está castigando a su perro que no ha obedecido las órdenes y necesita una enorme reprimenda.

    Aunque está siendo suave.

    Pues cuando lo volvió a encontrar en los baños Reo no solo le miraba con desprecio, sino con genuinas ganas de destrozarlo. Y Nagi nunca tuvo tantas ganas de comerle la boca como en ese momento, en frente de sus equipos, importándole una mierda si los ven.

    Pero no lo hizo.

    Está tan seguro que si lo hubiera intentado Reo lo habría golpeado ahí mismo. Así que todo debe arreglarse en el campo de fútbol. Y Nagi desea ver como es Reo actuando con desprecio a su persona.

    ¿El fútbol con Reo ya no volverá a ser un “Haz lo que quieras”?
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    N/A: Bueno, solo necesitaba una excusa para escribir un poco sobre Genshin y Kaeya fue mi razón perfecta, ya que el juego no me trata bien a mi señor, yo le daré el amor que se merece.

    Basado en el arte oficial por el cumpleaños de Kaeya publicado por la pagina de Genshin Impact.

    PD: Kaeya y Diluc no son hermanos, no los veo como hermanos, no los trato como si fueran hermanos.

    Special night



    Cuando vio a Lisa entrar sólo unos minutos al despacho de La Gran Maestra Intendente y verlas salir unos minutas más tardes, casi arrastrándola a la biblioteca supo que volverían a tener que repartir tareas del día entre los que quedaban.

    Aunque ahora no estaba Lumine para ayudar con la mayoría de las cosas y bueno, no es como si Amber esté de humor hoy para verle la cara, lo deja muy claro cada que se cruzan.

    El capitán de la caballería deberá sacrificar su día en pos de ayudar a los habitantes de la capital de la libertad. Es lo que los caballeros de Favonius hacen.

    Sacrificio.

    Es así como se da media vuelta y vuelve a su oficina a trabajar.

    Hoy no tendrá tiempo libre extra por ser su cumpleaños, de todas formas, nadie en la caballería parece saberlo.

    Pero está bien. Es sólo otro tonto cumpleaños.

    Cayó la tarde en la oficina del capitán de los caballeros de Favonius, el cansancio estaba repartido por todo su cuerpo hasta dolerle los codos por usarlos de punto de apoyo, estaba ligeramente mareado y no es por el alcohol.

    —Sólo cinco minutos —pensó para sí mismo, apartando los papeles importantes y dejando descansar su cabeza un momento, un poco, la nada misma para dejar a su mente estar en paz antes de seguir con lo que le quedaba.

    Pero la fecha sigue presente en su mente, así que tan traicionera como siempre, su subconsciente le lleva a los cumpleaños que pasó en el viñedo amanecer, cuando veía las cecilias florecer por las mañanas en espera a que Diluc apareciera por detrás.

    Con esa sonrisa que perdió hace mucho, la inocencia y la felicidad de un nuevo día.

    —¡Kaeya!

    —Ah, Diluc… Buenos días.

    —¡Feliz cumpleaños, Kaeya!

    Y en ese instante comparten sonrisas, inocentes e ignorantes ante el futuro que les depara, solo concentrados en el ahora.

    En ese sueño lejano que fue su vida juntos, bajo el mismo techo, compartiendo las mañanas y las tardes, los juegos, las risas y los abrazos.

    Kaeya escucha a Diluc llamándole desde lo lejos pero no es su voz, trata de reconocer entre las personas que conoce hasta que lentamente abre los ojos y una mano intrusa enguantada le deja una carta cerca de su rostro.

    Los reflejos de Kaeya actúan antes de procesar que la mano es demasiado pequeña como para ser una amenaza.

    A menos que tenga una bomba en ella.

    —¡H-Hermano Kaeya!

    La pequeña Klee chilla de la sorpresa y sus enormes ojos le miran cristalinos, sólo calmándose cuando los ojos de Kaeya vuelven a ser amables.

    —¿Klee, qué haces a esta hora?

    —Eh… ¿Feliz cumpleaños? —Y la sonrisa nerviosa tan reconocible aparece en su rostro.

    —Gracias pequeña —. La mano de Kaeya deja la muñeca de la niña para ir a su cabeza y dejarle un par de palmadas.

    Es ahí cuando nota que su escritorio está lleno de regalos, cajas, bolsitas con adornos, flores y una reconocible botella de su vino favorito junto a una carta.

    —Parece que no fuiste la única que vino a dejar algo…

    —Tehe —se ríe, aunque su misión falló aún puede encaminarla a la siguiente fase —. Aun falta algo, ven conmigo.

    —Pero los regalos —La mirada de Kaeya ve concentra en uno en especial, aquella botella de vino con la carta que parecen contener algo de su interés pero la mano de Klee le jala fuera de la oficina.

    —Los llevará Amber ¡vamos!

    Y es así como lo saca de ahí, fuera de su oficina es Lisa quién lo recibe y le muestra una venda entre sus manso junto a una sonrisa.

    —Se buen niño.

    —Técnicamente no veo de un ojo ¿y si sólo lo cierro?

    Lisa ríe pero niega lentamente con la cabeza, lo que se resume en ponerle de todas formas la venda sobre los ojos. Escucha los pasos de Amber y como carga los regalos en lo que piensa es una carreta.

    Incluso reconoce la voz de Jean nerviosa por ser quién debe tomar el otro brazo de Kaeya para sacarlo de la caballería.

    Kaeya teme por su vida, escucha los gritos de alerta de Klee cuando bajan las escaleras, el temblor en el agarre de Jean y la calma inexplicable de Lisa a cada paso que dan.

    La capital de la libertad parece especialmente ruidosa cuando pasan por sus escaleras y sus calles, escucha las felicitaciones de la gente y solo puede decir gracias mientras sigue siendo arrastrado.

    —Se tardaban —es la reconocible voz de Rosaria y el ruido palpable de la taberna de la ciudad a la que suele venir el sólo cada cierto tiempo.

    —No era necesario todo esto, vengo aquí yo solito…

    —Sólo si está Diluc atendiendo —ataca Rosaria y Kaeya sabe perfectamente que cara pone incluso si no la ve.

    —¡Uno, dos y tres! —Grita animada Klee.

    La puerta de la taberna se abre, Lisa retira la venda y junto a Jean liberan a Kaeya para dejarle ver dentro del recinto, el bardo “seis dedos” comienza a tocar música festiva, la luz del interior ciega por momentos al cumplañero hasta que logra acostumbrarse y ve como Amber termina de acomodar el pastel al lado de Diluc, quién también estaba acomodando un par de cosas hasta que se da cuenta de que Kaeya está mirándole.

    —Feliz…

    —¡Feliz cumpleaños, Capitán de los caballeros Kaeya!

    El grito general de todos quienes están dentro silencia la voz de Diluc y hace crecer la sonrisa llena de sorpresa de Kaeya.

    Pronto están todos cantando, desafinado pero alegre aquella canción tan conocida. Klee le toma la mano y lo acompaña hasta el centro de la mesa, justo en frente del pastel, Kaeya sólo puede sonreír y sostener con cariño la mano de la pequeña niña.

    Todos los presentes se unen a la fiesta, cantando y riendo, mientras Diluc sostiene el pastel, pedido de Rosaria que le dijo muy seriamente cual sería su tarea, ya había aceptado hacer la fiesta en su taberna cerrándola al público ¿Importaba ahora también ser el que cargue el pastel?

    Acercándose lentamente a un Kaeya sonriente, conmovido, verdaderamente feliz por esto.

    No aquella sonrisa que buscaba guardar apariencias. Diluc reconoce una sonrisa real en el rostro del moreno.

    El aire se carga con el aroma a caramelo y mantequilla, chocolate y frutillas, todos los ingredientes del pastel juntos abrieron el apetito de los presentes.

    Kaeya disfruta del momento, disfruta de estar rodeado de su gente, de sus amigos y trata con todas sus fuerzas en no pensar en los bandos de una guerra que no ha llegado a esta parte de la región.

    Sólo quiere ver a los ojos de Diluc y del resto y saber que están juntos, que esta tarde son sólo un grupo de amigos ruidoso en una taberna.

    Es sólo su cumpleaños.

    Tras ello, todos brindan y comienzan a cortar el pastel, Kaeya se sirve un pedazo y se lo ofrece otro a Klee, así poco a poco todos tenían uno y con esto se concentraron en conversar entre ellos.

    Lisa comentó divertida como armaron el plan, como Klee se involucró mucho en ello y convenció a todos de ayudarle. Amber confiesa que estuvo a punto de salirse lo de la fiesta varias veces en el día así que huyó de él.

    La risa de todos se hizo presente, el secreto a voces de la fiesta los tuvo nerviosos y esquivos todo el día.

    Aunque la carga extra de trabajo fue accidente.

    Jean se disculpó por eso claro. No estaba en sus planes volver a sentirse sobre cargada, aunque con la compañía de Lisa pudo relajarse.

    —¿Con un té verdad? —Pregunta Klee lo que hace sonrojar a Jean.

    —Claro que con un té, uno de diente de león para relajar el cuerpo —Lisa le responde dándole palmaditas en la cabeza.

    Klee queda conforme con la respuesta, y es lo importante, por que Jean no quiere que la niña sepa que usan el lugar de trabajo para cosas que no sean trabajo.

    Se relaja con la presencia de Lisa no es nada novedoso, todos lo saben pero, lo que hacen, aquellas sesiones de besos que le regala cuando el estrés la aqueja hasta el mareo son una cosa que quiere mantener en privado.

    Kaeya las deja conversando, necesita apartarse un momento e ir con el dueño del local que esta noche está de bar tender.

    No le toca hoy, Kaeya lo sabe demasiado bien, pero le alegra demasiado que se haya saltado su día libre para asistir personalmente a su cumpleaños.

    La barra está vacía, todos están en las mesas junto a la comida y las bebidas dulces (al haber niños presentes eligieron no beber alcohol por hoy) lo que hace que incluso Kaeya no pueda beber.

    Seguro fue idea de Diluc. No tiene dudas.

    Los ojos rojos se posan en la sonrisa de Kaeya y brillan por medio segundo antes de desviarse al vaso que está limpiando como si fuera muy importante en estos momentos.

    —Son muy animados ¿no crees? —Comenta casual, es en ese momento que gana la mirada de Diluc.

    —Son ruidosos, como tú.

    Kaeya sonríe más amplio, lo que provoca un pequeño tic en Diluc, como un cosquilleo en la parte baja de su estomago, le pasa cada que Kaeya sonríe.

    —Necesita ambiente así de vez en cuando Señor Diluc —Kaeya suena alegre y jugetón, sólo quiere molestarlo un poco aprovechando que es su cumpleaños.

    Tiene ese pase especial por hoy.

    Diluc guarda silencio, se muerde el labio inferior y toma valor para decirle esa frase que lleva años sin pronunciar.

    —Fe…

    —Gracias por venir.

    Kaeya interrumpe sus palabras sin darse cuenta, la mirada carmesí de Diluc permanece sobre él.

    —Fue todo una sorpresa, creí que… Se habían olvidado, pero verlos aquí con todo esto es lindo —Kaeya bebe un largo trago de su jugo de uva, este que solían beber en el viñedo amanecer cuando era pequeño, le da mucha nostalgia —, lo siento, te interrumpí ¿Qué decías?

    —Quédate después de que todos se vayan.

    —¿Eh?

    La mente de Kaeya queda en blanco, por primera vez en muchísimo tiempo no sabe que contestar a sus palabras. Diluc se toma eso como un pequeño triunfo y sonríe ligeramente.

    Lo que no ayuda a que la mente de Kaeya trabaje.

    La fiesta llega a su fin en cuanto ven a la pequeña Klee cabeceando por el sueño en los rincones de la taberna, Lisa se encarga de cargarla para llevarla a dormir, claro, Jean se encarga de llevarle las cosas y preocupándose de que no se haya dejado ninguna bomba por el lugar, y poco a poco el resto también se retira de la taberna.

    La fiesta ha llegado a su fin, pero los recuerdos de la noche permanecerán para siempre en la memoria de Kaeya.

    Después de todo, el no suele recordar demasiado su cumpleaños, no hasta el año pasado cuando fue mismamente Diluc quién se lo recordó con una carta dejada por su querido halcón.

    Es desde entonces que trata de recordarlo más seguido, aunque este año lo recordó, la celebración volvió a atacarlo emocionalmente.

    Parece que cada año mejora.

    Ahora con la taberna vacía de clientes e invitados sólo quedan Kaeya y Diluc.

    El, aún cumpleañero, juega con el contenido de su copa de cristal, esperando a que sea Diluc quién rompa el silencio pues fue su idea que se quede.

    Generalmente lo hecha de aquí a penas lo ve y claro, Kaeya sólo se ríe de ello mientras paga su cuenta.

    —¿Entonces…?

    —Feliz cumpleaños, Kaeya.

    Es lo único que sale de sus labios, toda la taberna estaba a oscuras y sólo había una luz encendida alumbrando al par. Kaeya aún está procesando sus palabras, su sonrisa es de confusión, sus ojos buscan la mentira o la broma en el rostro serio de Diluc pero sólo nota el leve sonrojo en sus orejas que oculta con el cabello.

    —Gra…

    —Eso era todo, ya puedes irte.

    Y esa frase tan conocida de Diluc le devolvió la risa al cuerpo de Kaeya, quién solo respondió con varias carcajadas que dejaron al cantinero totalmente confundido.

    —¿De qué te ríes? —No recuerda haber dicho ni un sólo chiste, es más, no bromea con Kaeya.

    —Es que —Kaeya hace una pausa, tiene que cubrir su rostro con su mano tratando de calmar la risa. —… Te viste lindo felicitándome.

    Era como antes, como ese recuerdo de cuando eran pequeños, justo soñó con eso sintiendo pena por lo lejano de esos recuerdos sin embargo una cosa es cierta.

    Al año pasado, fue Diluc quién le recordó que era su cumpleaños.

    Y ahora ha esperado (más bien maquinado) una situación dónde le daba poder de decir lo que quisiera, en su área de trabajo, a solas y con un Kaeya inundado de emociones por la gente que le rodea.

    Esperó a que esté con la guardia baja, y así no tener que enfrentarse a un Kaeya con sus armas, esos comentarios sarcásticos y tener una respuesta para todo a lo que le dice.

    —Gracias… —Kaeya no ríe en burla. Ríe por que disfruta demasiado de su compañía cuando no está acusándolo o insultando su trabajo.

    Por qué es en estos momentos en que recuerda lo tierno que puede llegar a ser Diluc, incluso con él.

    Diluc quiere repetir que ya se puede ir, pues la sonora risa de Kaeya está haciendo estragos en sus nervios, y quiere evitar a toda costa mostrarse avergonzado después de notar como extrañaba escucharlo reír a su lado.

    Al final se rinde ante esa sonrisa, y le sirve un poco del vino que sabe que le encanta beber cada que viene.

    —Sólo una.

    —¿Enserio?

    —Si no la quieres puedo tirarla —y usa un leve tono de amenaza que pone los pelos de punta de Kaeya.

    —¡No!

    Diluc había puesto su mano en la copa para apartarla y en el susto Kaeya atrapa su muñeca con las suyas lo que hace que se incline levemente hacia adelante. Ambos quedan demasiado cerca, como no han estado durante toda la celebración.

    Y saben perfectamente que están solos. Qué nadie más va a entrar en la taberna ni los va a molestar, tal vez sea esa idea tan clara que hace que Kaeya suspire de alivio contra el rostro de Diluc.

    Sus manos ajustan su agarre, su corazón palpita rápidamente esperando que él sea quién lo aleje.

    Pero no es así.

    Tal vez es por qué aún es su cumpleaños.

    —Quiero… —iba a pedir el trago, no se ve capaz de acortar la distancia sin tentar más su suerte de compartir esta tarde con Diluc.

    —Kaeya.

    Oh.

    Esa voz.

    Ese tono.

    Aquella forma tan extrañamente linda de decir su nombre el cual normalmente escupía a su cara por ya no ver a su amigo de la infancia sino al capitán de los caballeros de favonius.

    Kaeya es muy débil a Diluc, a todo lo que le rodea.

    Pronto la copa de vino pasa a segundo plano, las manos de Kaeya se aferran a su muñeca como fuente de seguridad y no alcanza a ver cuando Diluc pone la otra mano en su mejilla.

    El guante es grueso pero aun así siente el poderoso calor de su cuerpo contra su piel morena.

    Lo siguiente que entiende es el beso que le regala esa noche. Sabe ligeramente a sidra de manzana.

    La pequeña Klee se remueve entre los brazos de Lisa despertando por momentos de su pequeña siesta por el cansancio de la fiesta. Abre lentamente los ojos y se queja.

    Ha olvidado algo.

    —Tenía… Tenía que decirle a mi hermano Kaeya —Hace una pausa mientras boztesa.

    Jean le pone la mano sobre la frente para ayudarle a conciliar el sueño a la vez que Lisa la arrulla entre sus brazos.

    —Se lo puedes decir mañana, calma —Jane usa su voz más dulce.

    —Pero —Se queja entre los brazos de la bibliotecaria —… Debe saber que fue idea de él.

    —¿Idea de quién querida?

    —Diluc, él planeo todo…

    —Ya se lo diremos nosotras, descansa.

    Y parece que con eso Klee vuelve a dormir tranquila, su pequeña misión ya estaba hecha, y se había divertido mucho durante la fiesta, tiene toda la energía a cero. Lo que termina siendo un alivio, la pequeña tiene demasiada energía para lo bajita que es.

    Lisa y Jean se miran, sonríen a la vez y realmente toman nota de comunicarle eso a Kaeya, aunque no haría demasiada falta, con que se hayan quedado a solas a conversar ya sería un regalo para los dos.

    Dulce.

    Este beso es extrañamente dulce para como está su relación actualmente, el jugo de sidra que bebieron para acompañar la comida de esta celebración permanecía en los labios de Diluc que Kaeya no dejó pasar para disfrutar.

    Es realmente raro ese tipo de sabor en Diluc, al menos Kaeya se imaginó que sería más picante, o amargo incluso.

    Pero la forma tan suave en que movía sus labios contra los suyos le da escalofríos, como le toma de la nuca jugando sin pena con su mechón de cabello entre sus dedos para mantenerlo fijo contra su rostro y su respiración caliente contra su mejilla están haciendo estragos en él.

    Y el beso sólo dura unos segundos.

    Los suficientes.

    Para cuando Diluc pretende alejarse de él y pensar en una excusa para huir de la mirada de Kaeya, este ya estaba tomando con fuerza el cuello de su ropa y repetir su hazaña.

    No dejo que huya, esta vez ninguno iba a hacerlo.

    Ojalá pudieran echarle la culpa al alcohol y fingir que no se mueren de ganas de que sea más profundo.

    Pero pensar ahora no sirve.

    Y Kaeya suspira contra los labios de Diluc en una sutil súplica para que, por favor, por el amor a la gente de Mondstadt, no deje de besarlo.

    Ahora mismo es una necesidad sentir como sus manos enguantadas sigan dejando una marca de calor en su cuello.

    La silla donde Kaeya estaba tan cómodo sentado cae al suelo cuando este se levanta intensificando el contacto que ya no era tímido, y Diluc le domina la necesidad de tenerlo cerca.

    Pero hay una barra entre ellos.

    Y pronto los dos se dan cuenta de que no es cómodo besarse así.

    Se separan, temiendo que el otro se arrepienta en ese segundo del beso, de ver la decepción en sus ojos, sin embargo el sentimiento que ven reflejados es el mismo.

    Anhelo.

    Y antes de pensar más allá de eso Kaeya se sube a la mesa de la taberna pasando al otro lado rápidamente, sin embargo Diluc no deja que baje.

    —¿Qué pasa?

    —No hables —Diluc le hace guardar silencio, si Kaeya habla él va a hacerlo y va a comenzar a pensar, y no quiere hacer nada más que comerle la boca en este instante.

    Sus manos se aventuran a abrazarlo por la cadera tratando de meter los dedos entre su ropa, mostrando lo más característico de los usuarios pyro: su pasión.

    Kaeya se sujeta de sus hombros y sin pensarlo demasiado vuelve a juntar sus labios, en ese beso que ambos buscaban desde que terminaron el anterior.

    Sin pensar en nada más.

    Sólo ellos y la noche especial que van a pasar por ser el cumpleaños de Kaeya.

    Las consecuencias serán para el Diluc y el Kaeya de mañana.


    Dibujo de inspiración + Fuente:
    SPOILER (click to view)
  3. .
    Bueno, hace bastante que no publico en el foro por razones, pero, he vuelto, ahora con una nueva OTP, los maridos inefables que me han estado rondando la cabeza desde hace ya un tiempo. Esta es la segunda historia que les escribo pero no pienso mostrar por aquí el primer intento por qué no me gusta xD en fin, espero les guste~

    Y vi a más personas por aquí escribiendo de ellos, cuando me haga un tiempo, juro que iré a leer sus historias~
    SPOILER (click to view)
    Resumen: Azirafel y Crowley charlan un poco borrachos.
    Advertencias: Ninguna.
    Derechos de Autor: Good Omens pertenece a Terry Pratchett y Neil Gaiman.
    Pareja: Ineffable Husbands – Crowley x Azirafel.


    [Good Omens – Ineffable Husbands]
    Una mala excusa.



    Los momentos que más disfrutaba Aziraphale era cuando podía disfrutar de un buen libro y sumergir su mente en las maravillosas historias que contaban estos autores, cuando no tenía que dar informes al Arcángel Gabriel o a otro de sus superiores, ni cumplir su cuota de milagros, ni intervenir en los malvados planes de los demonios; aunque si ese demonio era Crowley no era desagradable en lo absoluto.

    Ese pensamiento le hizo levantar la vista del libro que leía tan a gusto.

    ¿De verdad había pensado eso?

    Se conocen desde hace 6000 años. Debería ser normal para Aziraphale admitir que le agrada la compañía de Crowley, una suave sonrisa adorna su rostro, recuerda las veces que se encontraron, compartieron unas palabras amigables -bueno tanto como podía ser de parte de alguien como Crowley- las copas de té que tomaron juntos, las veces que pasearon por los parques o conocieron a algunas personas que actualmente son parte de la maravillosa historia de la humanidad.

    Con su mente en calma volvió a disfrutar de su lectura, en un momento de paz, donde sólo estaba él y la maravillosa historia que este autor le contaba.

    O eso creyó, una almohada aterrizó con fuerza en su rostro u provocó que su libro cayera al suelo, perdiendo así la página.

    De inmediato miró en la dirección por donde vino el golpe y la alta y oscura figura del demonio Crowley, ese mismo que hasta hace unos segundos estaba en su mente, se erguía son una sonrisa de oreja a oreja, torcida y burlesca, afirmando parte de su cuerpo en una de las repisas de libros, en su mano izquierda una botella de lo que pudo ver a simple vista vino, en la otra dos copas vacías.

    — Ángel, ¿Puedo tentarte a una copa de vino?

    La sonrisa se mantuvo en su rostro, orgulloso de su puntería. Aziraphale dejó caer sus hombros, recogió su libro y la almohada con calma.

    — Crowley — Murmuró una vez estuvo frente a él, evitó sonreírle a toda costa.
    — Una copa y una charla — Volvió a insistir el demonio elevando la botella, señalando que era de una buena reserva de vino.
    — Bien, pero no me lances cosas — Se quejó y le siguió hasta el living.

    Aziraphale se permitió sonreír dulcemente, la presencia de Crowley, unas copas de vino y las charlas tan entretenidas que tenían cuando no debían cumplir con sus deberes como seres etéreos del cielo y el infierno eran otros de sus momentos favoritos.

    De todas formas, la librería estaba cerrada, nadie los interrumpiría en lo que quedaba del día.

    — Hay otras formas de llamar mi atención — Se quejó Aziraphale, miraba su copa de vino media vacía y jugueteaba con el líquido rojizo dentro.

    Ya llevaban varias copas, y era la tercera botella que habría Crowley, ninguno de ellos se quejó por la cantidad.

    — Esta era la manera divertida, Ángel.

    La sonrisa socarrona de Crowley fue acompañada por carcajadas, no era la primera vez que Aziraphale se lo comentaba, aunque no sabía cuántas iban ya, no importaba, era divertido beber con él.

    La verdad es que desde que había terminado el asunto del apocalipsis, ya no tenía tantas excusas para venir a verle, debía ingeniárselas con cosas nuevas como “Necesito algo sobre plantas, seguro que entre tus libros hay algo” o un simple “Creo que vi a unos demonios rondando por ahí” aunque no era la excusa que más le gustara, ponía a Aziraphale paranoico y quería pasar tiempo con él no asustarlo.

    — Entonces, los patos — Continuo Aziraphale con la conversación de antes.
    — Exacto, ¡Los patos! — Le interrumpe Crowley — Malditos seres, sé que traman algo.
    — Son sólo patos, Crowley

    Crowley levantó una ceja y negó, para él no lo eran, esos seres eran sospechosos, siempre estaban en el parque escuchando sus conversaciones.

    .

    El sol comenzó a asomarse entre los edificios y a colarse por el ventanal. Habían estado toda la noche bebiendo y conversando sobre patos y quien sabe que otros asuntos, entre que Aziraphale le volvía a decir que no le lanzara cosas y Crowley volvía a reírse.

    Ya no quedaba vino en las botellas, ambos habían dejado los vasos en una esquina y ahora se concentraban en mirar los miles de libros que Aziraphale tenía guardados en su casa, primeras ediciones, libros a medio limpiar, cajas de galletas vacías, y el agradable olor a té de hierbas y libros viejos.

    Crowley ahogo un bostezo, desde hace siglos que había tomado la costumbre de dormir por las noches aunque realmente no lo necesitaba para nada, pero le gustaba, ahora mismo no sabe si es por sueño o por la gran ingesta de alcohol, se siente cansado, como si pudiera dormir un siglo entero.

    A su lado estaba Aziraphale, con los ojos cerrados, sabe que no duerme, no es la cara que tiene el ángel cuando en verdad lo hace, la conoce muy bien, asume que sólo descansa la vista de la larga noche que pasaron hablando de todo.

    Aunque no llegaron a ningún punto en concreto, no debían hacerlo, era sólo una charla entre amigos.

    — Ángel — Murmuró Crowley, el susodicho se removió en su lugar sin querer abrir los ojos — La cabeza me da vueltas, ¿Es normal?
    — Deberías devolver el alcohol a las botellas — Aziraphale abre los ojos, y mira preocupado a que tiene delante.

    La sonrisa de Crowley está extrañamente grande y sus ojos amarillos le miran intensamente.

    — Era una broma, ya lo hice.

    Crowley recibe un quejido de parte del ángel, quien se sienta derecho en el sofá.

    — No hagas esos chistes.
    — ¿Te preocupaste?
    — ¡Por supuesto!

    Crowley volvió a reír, enternecido, adoraba molestarlo y que sin importar como el cayera. Adora ver como se preocupa por él aunque sea con cosas tan pequeñas como un dolor de cabeza, que es fácilmente curable para un demonio.

    Un pequeño milagro demoniaco y listo.

    De pronto, Crowley sintió la mano del ángel detrás de su oreja, un escalofrío le recorrió la espalda y miró a su lado de inmediato.

    — Extraño tu pelo largo — Murmuró Aziraphale, de pronto.

    Crowley se levantó del sillón de un salto, sentía su maldito corazón humano latiendo a mil por hora, y demasiado calor en su cara.

    ¿Qué mierda le pasaba?

    — Por qué de pronto tú, Ángel.
    — Nunca supe por qué te lo cortaste — Aziraphale ni se inmutó, más bien, ignoró la reacción exagerada de su amigo.
    — Los tiempos cambian… — Crowley trató en todo lo posible de mantener la compostura, hizo una larga pausa mientras caminaba por la sala haciéndose el interesante, de pronto una duda atravesó su mirada. — ¿No te gusta mi corte?

    ¡Por qué se preocupaba de eso ahora! ¿Era realmente importante para Crowley saber si le gustaba su maldito corte de cabello al Ángel?

    A quién engaña, por supuesto que lo es.

    — Me gusta — Aziraphale le sonrió, tan angelical como malditamente siempre.
    — ¿Entonces? — Sisea Crowley.
    — El cabello largo también.

    Crowley dejó escapar un pesado suspiro, volvió a sentarse en el sillón esta vez, mucho más cerca de Aziraphale, dejó caer cuerpo hacia ese lado, depositando su cabeza sobre las piernas del ángel.

    Aziraphale se sobresaltó, confundido levantó sus brazos, y tensó todo su cuerpo por culpa de la presencia de ese demonio que invadió su espacio privado, así como su caza esta noche, y sus pensamientos casi todos los días desde hace 6 mil años.

    — Lo vi en una revista — Murmura Crowley, acomodándose descaradamente en el regazo del ángel.
    — Siempre te vistes de acuerdo a la época — Comenta Aziraphale, tratando de relajas sus músculos.

    Crowley dejó escapar una risa que fue silenciada a los segundos. La mano de Aziraphale volvió a su oreja, esta vez acariciando su cabello corto con mimo, tal delicado, el demonio dejó su mente en blanco y sólo se concentró en lo cálido que se sentía siempre el toque sutil y cariñoso de Aziraphale.

    — Esto… ¿Está bien? — Pregunta el ángel dejando quieta su mano, muerde su labio inferior y mira fijamente a los ojos amarillos del ángel caído.
    — Estamos en nuestro lado ahora, nosotros decidimos eso — Crowley gira la cabeza para mirarle directamente a los ojos con determinación. — Nadie puede venir y decir que está mal o bien ahora.

    Tanto el cielo como el infierno los habían dejado de lado, no saben si los iban a volver a perseguir, o si el enfrentamiento del cielo y el infierno versus la humanidad estaría pronta un encuentro, pero nada de eso importaba ahora.

    Después de todo, de todos estos siglos como amigos, de detener el Armagedón juntos, nadie en el mundo ni en el cielo ni en el maldito infierno podían decirles que y como pasar la eternidad de ahora en adelante.

    — Está bien, Aziraphale — Crowley se dio la libertad de tomar la mano del ángel entre la suya.
    — Ahora sí lo está — El ángel toma con más fuerza la mano del demonio y le sonríe ya más calmado.

    El sol se concentra en una esquina de la ventana del living, la gente y los autos ya están haciendo ruido en las calles de la ciudad, pronto será la hora de abrir la librería de A.Z Fell.

    Pero ellos se quedan unos minutos más ahí, mirándose a los ojos y dejando que cualquier cosa fluya, rogando que el inefable plan de Dios les permita tener más momentos como este, donde sólo sean ellos dos y su lado.

    .
    .
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    .
    Buenas noches desde donde sea que me lean~
  4. .
    Desde que finalicé la serie y comencé a leerme el libro (Unas semanas ya de esto) Me he obsesionado por completo con esta pareja y las posibilidades que me ofrece, pero sin duda encontrar un fanfic de ellos y que me enamore de igual manera ha sido algo difícil.
    Crowley aquí a sido tan jodidamente tierno que no puedo con mi vida, Dios y Satan! (?)
    Lo complicado que fue para el tan solo transmitirle que había encontrado la canción que resume su relación de manera perfecta (que muchas ships usan pero -que venga Lucifer a contradecirme si quiere- a estos dos les queda definitiva y absolutamente perfecto!
    Y ya vi que hay otras dos historias y Gracias a los cielos que hay más por que necesito leer cosas de esta calidad!

    Sé que no me conoces y posiblemente nunca hablemos pero te amo (?)
  5. .
    N/A: Acabo de tragarme un gameplay de este juego y creo que estoy enamorada de su mundo, de Wright y de la shipp WrightWorth <3
    En serio traté de no shippear nada pero es que se ponen taaan gays en algunas partes que yo no puedo xDD Ojalá les haya gustado.

    Resumen: Phoenix y Miles tienen una pequeña charla, como preámbulo para el segundo día del juicio contra Lana Skye. Es la primera vez que cruzan miradas fuera del tribunal después de la ausencia del abogado defensor, luego de resolver la acusación de asesinato hacia el Fiscal.
    |Basado en el ultimo caso del primer juego de Phoenix Wright: Ace Attorney|

    Encanto.
    Phoenix Wright x Miles Edgeworth.



    – Ya te lo dije, no puedo hablar del juicio contigo, Wright.

    Frunció el ceño notoriamente, casi enfurecido pero a estas alturas del caso – y de la vida si era sincero – estaba muy acostumbrado a sus miradas afiladas. Emma gruño secundando al fiscal, movió sus brazos para hacer énfasis en su apoyo por Edgeworth, ¿por qué él es popular entre las mujeres?
    Phoenix podría decir que no lo entendía, pero eso sería mentir. Edgeworth tiene su encanto.

    – Ema, ¿Puedo pedirte algo?
    – ¿Eh? Claro Sr. Wright ¿Qué necesita de mí? – Ella sonrió muy emocionada por ser de ayuda en la investigación. – Puedo analizar o encontrar cosas con el método científico, claro está.
    – Espérame afuera unos momentos – el abogado defensor le sonrió cálidamente, abriendo la puerta de la oficina del fiscal – Necesito hablar algo con el Sr. Edgeworth.
    – Wright, ya te dije qué…
    – Serán solo unos minutos Ema ¿Si?

    La joven aspirante asintió con un poco de desconfianza, salió a paso lento de la oficina para esperar al abogado fuera. La mirada de furia del fiscal y la sonrisa cálida del abogado no eran fuera de lo común, sin embargo el ambiente que se había formado dentro, ese sí era extraño.
    En cuanto el abogado cerró la puerta, la voz del fiscal se volvió a alzar a gritos para sacar de su oficina al entrometido hombre.

    – ¿Es que estas sordo? ¡No hablaré del caso contigo Wright!
    – Eres muy popular – Wright hizo una pausa, aun le daba la espalda al fiscal.
    – ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

    Phoenix Wright dio media vuelta con la mirada baja y sonriendo de lado, Miles Edgeworth puso una mueca comprendiendo el hilo de pensamiento del otro. Emma es una notable fan de su trabajo como fiscal, y estaba seguro que también recordaba a la lechuza Oldbag y lo fácil que le fue a Edgeworth ganarse su afecto, aunque este no lo quisiera de esa manera.

    – Pues tu caso no es muy diferente, Wright – Protestó Miles, cruzándose de brazos y chocando su mirada con la del abogado que pasó de aquella sonrisa a una cara de confusión. – Hace tiempo que no tomabas un caso… Desde que aquella joven se fue y ahora.
    – ¿Qué?

    Edgeworth levanta su mano derecha y pone su dedo índice en su cien, chasquea la lengua tres veces, igual que en los juicios, los músculos de Wright se tensan.

    – Ahora apareces de la nada, en un caso como este y junto a una joven diferente – El fiscal levanta la mirada, orgulloso de la deducción y el rostro sorprendido del abogado defensor, no omite una risa pausada y espera paciente la protesta del otro.
    – No sé qué asociación extraña hiciste en tu cabeza – Replica Phoenix nervioso, no sabe si es por la acusación o por la actitud llena de confianza de Edgeworth. – Pero no es así, es casualidad… Creo.
    – Di lo que quieras Wright, los hechos son esos, y a menos que quieras seguir con el tema, será mejor que te retires, como dije antes no te diré nada del caso.
    – No te pongas así, hace tiempo que no nos vemos ¿No extrañaste nuestros enfrentamientos en el tribunal? – Phoenix ríe a modo de broma, pero nota como Edgeworth no le sigue el juego, no mantiene su postura erguida y altanera, ni le sostiene la mirada afilada de siempre.

    Miles Edgeworth desvía su mirada, encorva un poco la espalda, se muerde el labio inferior con cuidado de no dañarlo, y pone una de sus manos sobre el codo del brazo contrario, como si estuviese avergonzado. Phoenix guarda silencio, aún espera la respuesta, mientras traga saliva de la impresión, esperaba una mirada de furia, un comentario despectivo o sarcástico y que lo echase de su oficina.
    Pero no una mirada de vergüenza y una extensa pausa incómoda.

    – No te responderé eso Wright.
    – ¿De verdad me extrañaste?
    – ¡No tienes cosas más importantes que hacer! Te recuerdo que tu cliente ha confesado el crimen y no tienes mucho que hacer con eso.
    – ¡No me vengas con eso! No cambies el tema Edgeworth – Phoenix no sabía muy bien por qué estaba insistiendo con la broma, aunque ya no era tan en broma.

    Habían sido unos meses o tal vez medio año en que no había aceptado un nuevo caso desde el incidente con Edgeworth y la despedida de Maya, tiempo en que estuvo alejado de los tribunales y delitos.

    – Ninguno de los abogados defensores eran decentes – Soltó Edgeworth, enderezando su postura pero sin mirar hacia Wright – Tu por lo menos te esfuerzas.
    – Umm… ¿Gracias? – Phoenix no estaba muy seguro de si era un cumplido o si trataba de salir del tema con eso, pero no quiso preguntar más, para lo que ofrecía Miles Edgeworth esto era suficiente.
    – Ahora te pido encarecidamente que de vayas de mi oficina y me dejes trabajar. A diferencia de ti, estoy muy ocupado.

    Phoenix sonrió, eso había sido algo muy cercano a un cumplido sincero por parte del fiscal, por lo menos de esa forma quiso tomárselo. Colocó su mano sobre la perilla de la puerta no sin antes voltear a ver a Edgeworth con su típico rostro serio, ceño ligeramente fruncido –Tal vez por la costumbre- y su figura erguida como soldado, adornado con sus ropas elegantes. Le sonrió a modo de despedida y se retiró finalmente de la oficina a aclarar el asunto de Lana y todo lo relacionado a su caso.
    Emma lo esperaba afuera, tomando notas por quién sabe que, Phoenix no preguntó, su mente aún estaba dentro de la oficina recordando la figura tan elegante del fiscal y el cumplido que había recibido a modo de bienvenida a los tribunales, incluso se permitió pensar que la acusación acerca de su cercanía con mujeres jóvenes era algo parecido a los burdos celos, una tontería del porte de un lago, pero le hizo gracia todo.
    Era la única forma en que podía tomarse sus propios sentimientos hacia Miles Edgeworth, después de todo es un abogado defensor y quien le hace creer en falsas pruebas sentimentales, el fiscal.
    .
    .
    .
    .
    Miles Edgeworth dejó caer su cuerpo en el sillón fucsia de su oficina, dejando escapar un suspiro que había retenido demasiado tiempo, aunque Phoenix Wright había estado ahí menos de una hora. Se soltó el pañuelo de su cuello y tragó mucho aire, sus manos habían comenzado a sudar como si fuese un adolescente y como si ese abogado defensor fuera su… Lo que sea.
    Lo peor de todo esto era que tenía sus sospechas, desde el juicio en su contra sobre lo que había pasado con su padre, sus sentimientos por Wright afloraron, le mostró una faceta que muy pocos debían conocer y se sentía aliviado de que él de entre todas las personas, a pesar de todos sus problemas, siguiera apoyándole.
    Se dio una palmada en la frente al notar el rumbo de sus pensamientos y se levantó de su sillón de inmediato, volvió a su escritorio para continuar con su parte del caso, mañana debía enfrentarse a Phoenix Wright, Abogado Defensor y no pretendía que sus inútiles sentimientos le molestaran.
    Ya habría tiempo para eso y si no, pues vería una forma de deshacerse de ellos.
    Abrió la carpeta del caso, leyó el informe entregado por la policía y recordó los momentos clave del juicio de este día repasando las pruebas mostradas y los testimonios, hasta que el protesto de la defensa interrumpió sus pensamientos.
    Maldito sea Wright y su sonrisa de niño bueno, tan cálida y molesta. Maldito sea su maldito encanto.
  6. .
    Oh my God <3 Esto es hermoso en tantos sentidos que me duele no haberlo leído antes por mis trabajos y exámenes, aunque ahora mismo no estoy libre para nada pero necesitaba algo de mis niños preferidos.

    Adoro desde el inicio donde se plantea la duda en Kaze hasta la duda en Fudou, como las sensaciones están ahí presentes sus sentimientos, sus dudas, sus recuerdos y la incertidumbre del que antes era y lo que es ahora. Amo como se hace el contraste entre la relación de Kazemaru con Endou, que debió haber pasado cuando eran jóvenes, demasiado como para solventar tantas dudas frente a lo que su relación representaba y como es ahora la relación de Kazemaru con Fudou y como Fudou es tan diferente a Endou pero eso fue lo que Kazemaru necesitaba para continuar, para ser feliz, para dejar de dudar o de preocuparse por la opinión ajena, para amar y ser amado como se lo merece.

    Bien, con todo esto se nota que ame muchísimo el one-shot.

    Besos KamonKaze <3
  7. .
    *Golpea algo* ESTO ES HERMOSO JODER!
    Fue le chiste más malo que vi en un one-shot pero igual me reí xD
    Tal parece que no seré la única que volvió a publicar sobre la OTP Crack que de pronto ya no será tan crack! (?) Ah... No sé si se entendió. En fin, ahora que lo pienso, la faceta de velocista de Kazemaru no ha sido muy explotada en los fanfic, -aunque eso implique indirectamente meter a Miyasaka <3 ejem...- Pero suena interesante, sobre todo por que Kaze mostraba más piel con ese uniforme asdadasd... Yo no venía a esto...
    Ejem (?) Felicidades por volver al foro y a escribir de la pareja~
  8. .
    QUOTE (Desencantada @ 19/9/2017, 19:31) 
    Jdjdsssmdnsjd amé el one short!

    Al fin volví a mi cuenta ahr

    GRACIAS~!

    ahora tiene poder (??)
  9. .
    QUOTE (Ranmaru-Gini @ 20/6/2017, 03:48) 
    O pos no hay conty pero bueno... Hay que conformarse... Y pos te lo repito lo ame!!!! Dioz es Hermoso!!!! No hay muchos fic que digamos de esta pareja pero la amo!!!!!! O pos Espero más fics tuyos besos Gini

    No hay conti pero si hay dos one-shot más que publiqué por ahi~ Muchas gracias <3 Pues no, pero en el fanclub que tenemos aquí en el foro hay una lista de todos los fanfic que hay publicados de la pareja en Mundo Yaoi~ Por si te interesa xD
  10. .
    Celos

    Resumen: Fudou se consideraba una persona con un nivel de celos normal, hasta que ve cierta escena que le crispa los nervios.

    ...

    Un almuerzo con amigos es divertido siempre. Sobre todo para Kazemaru quien estaba riendo a carcajadas con su amigo Endou y los demás integrantes del Inazuma Japón. Pero Fudou solo se podía fijar en como reía Kazemaru al lado del portero.

    Sabía muy bien que ellos han tenido una relación estrecha, y que han estado como compañeros en la cancha desde el principio de Raimon. Y también sabe que tuvieron algo hace tiempo pero terminaron por razones obvias. Aunque eso no justifica que ese pequeño bichito llamado celos este picándolo desde hace rato.

    Admitía ser un poco celoso pero dentro de los límites normales, pero Kazemaru estaba muy a gusto con el capitán del equipo. Demasiado para el gusto de Fudou. Y no quería admitir que estaba celoso. Seguro era solo molestia por que reían muy fuerte.

    Siguió mirando a la “pareja”, y se irritaba cada vez más. Hasta que vio como Endou afirmaba su mano en el hombro del turquesa, eso ya era el colmo, ¡Estaba violando su espacio personal y el otro no le decía nada!

    Hecho para atrás la silla y salió del comedor con una cara que le daría miedo hasta al entrenador Kudou, bajo la atenta mirada de los presentes. Kazemaru se extraño y paro de reír junto a sus compañeros.

    —Esperen, vuelvo enseguida—Pronuncio parándose de su puesto y saliendo tras Fudou.

    No es que Fudou fuera muy sociable, y menos con los del equipo. Pero para salir así del comedor era para estar preocupado.

    Fue al pasillo donde se encontró a Fudou dándole un fuerte puñetazo a la pared.

    — ¿Fudou, Estas bien? —Le pregunto mirando donde el chico había golpeado. ¿Por qué estaba tan enojado?

    —Si—Respondió el otro secamente, siguió caminando pero fue parado por la voz de Kazemaru:

    — ¿Qué te pasa? —

    — ¿Te parece poco que Endou este pegado a ti como si fuera una maldita babosa y tu no le digas nada? —Respondió irritado Fudou mirando de reojo al turquesa el cual no comprendió la pregunta y el enojo del castaño.

    Lo procesó unos momentos y cuando lo comprendió soltó una suave risa, volvió a mirar a los ojos al otro chico.

    — ¿Celoso? —Pregunto alzando las cejas y sonriendo a la vez.

    —Ni te creas—Respondió negándolo completamente. Kazemaru volvió a reír y se dio la vuelta dándole la espalda a Fudou.

    Akio miro como la intensión de Kazemaru era marcharse, se acerco rápidamente a él y le tomo de la mano jalándolo contra la pared sosteniendo ambas manos sobre su cabeza y colocando una de sus piernas entre las del turquesa, inmovilizándolo por completo.

    —F-Fudou, ¿Qué demonios te…?

    —Cierra la boca—Habló Fudou sonaba muy molesto y eso asusto levemente a Kazemaru, miro a los ojos al castaño notando ese brillo de celos en ellos.

    Akio Fudou, se autodenominaba un chico con los celos como la gente normal, pero esto le hacía dudar de ello. Aún con los celos a flor de piel, beso bruscamente a Kazemaru introduciendo su lengua forzosamente, quitándole por completo el aire de sus pulmones. El turquesa cerró los ojos con fuerza por la brusquedad del contacto, no pudo apartarlo, sus manos estaba apresadas y sus piernas inmovilizadas, solo pudo tratar de suavizar el beso. Siguió el ritmo como pudo, moviendo sus muñecas para tratar de zafarse, pudo soltarse de una y alejo de inmediato a Fudou de su rostro recuperando el aliento.

    —Sí estas celoso—Pronunció por lo bajo sonriendo levemente y alzando la vista. El otro gruñó por lo bajo. Ichirouta posicionó su mano libre en la mejilla y se acercó rosando sus labios.

    —Te dije que no—Aseguro Akio, aunque ni él se lo creía.

    —Eres malo mintiéndome—Dijo por ultimo sellando los labios del otro en un beso mucho más suave que el anterior.

    Fudou soltó la otra muñeca de Kaze para tomarlo con ambas manos de la cintura y apegarlo a su cuerpo. Ichirouta al tener su mano libre al fin, rodeo el cuello del otro con su brazo y enredo sus finos dedos en el cabello del castaño acercando su rostro al suyo.

    Sus labios se movían al compás de Fudou, tratando de decirle con eso que sus celos estaban infundados, y que no quería tener nada con Endou, por mucho que su pasado dijera lo contrario. Al cabo de segundos se separaron mirándose a los ojos.

    — ¿Ya estás mejor? —Se atrevió a preguntar Kazemaru jugando tímidamente con un mechón del cabello de Fudou enredándolo entre sus dedos.

    Fudou chasqueó la lengua y frunció el ceño pero asintió con la cabeza. Por ahora pasaría del tema de los celos que sintió por la buena relación que mantenía Kazemaru con Endou, trataría de no nombrarlo delante de su chico, eso sí, a Endou si que le dejaría en claro el límite de su amistad con Kazemaru.

    Él confía en Kazemaru, pero eso no quiere decir que dejará al capitán del equipo sin ninguna advertencia, eso era seguro.



    ..................................

    Estaba limpiando una carpeta con documentos antiguos y me encontré con varias ideas que tenía para la pareja hace como tres o cuatro años, cuando estaba muy metida en el fandom de IE y bueno esta historia estaba terminada a diferencia de las otras. No recuerdo por qué no la publique en su momento, pero sé que fue de las ultimas que escribí por el ritmo de escritura que tiene.

    Me trajo muchos recuerdos~
  11. .
    Bueno gente, ¿Qué me cuentan? Yo... pues, quería escribir algo sobre mi OTP, y no tenía idea de que, hasta que apareció un fan art de KamonKaze en tumblr y ¿saben? ¡Era material para one-shot! y aquí me ven, publicando sobre la OTP nuevamente. Espero les guste~

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    Bad match - One-Shot
    *


    Ciertamente, los entrenamientos en el instituto imperial no eran los mismos, desde que se presentó al nuevo entrenador y la reacción del capitán Sakuma -que representaba a la mayoría de jugadores- el ambiente se había vuelto tenso. No solo por la falta de miembros del club que no quería asistir a las practicas, jugadores que se habían retirado con la excusa de bajas calificaciones y el bajo porcentaje de jugadores que se presentaba a las reuniones de estrategia.

    La situación del Club de Fútbol del Instituto Imperial peligraba, y eso lo sabía Sakuma, quien al tener el puesto de Capitán de ese equipo sentía como sus compañeros de la cancha se alejaban de este deporte que tanto aman, todo por Kageyama.

    Otra cosa sospechosa y que no dejaba tranquilo al equipo era que el nuevo entrenador Kageyama no aparecía del todo en los entrenamientos, se limitaba a verlos desde lejos con bastante autonomía para organizarse o como llevarlos a cabo.

    La ultima, y era la que más confundía al capitán y a su amigo Genda, era que Kazemaru Ichirouta además de haberse presentado como una especie de vocero del entrenador, era un jugador más del equipo. Se presentaba a los entrenamientos y era de los primeros en llegar, incluso daba consejos a otros jugadores acerca de sus propios entrenamientos, tácticas o técnicas especiales, se ofrecía para cerrar la cancha al final de cada sesión y permitía que algunos se quedaran hasta más tarde enterando, no parecía que viniera a mandar o vigilar a los jugadores.

    Tan sólo era un compañero más de equipo. Un muy buen compañero de entrenamiento y un hábil defensa...

    — Te digo que no tiene sentido — Se queja Sakuma, mientras se secaba el sudor por el ultimo entrenamiento en conjunto.

    La mitad de los jugadores se había puesto a hacer ejercicios mientras que la otra al tiro al arco. Cambiando de lugar después de anotar tres tiros, así mismo el portero se intercambiaba con alguno de los suplentes para no agotarlo mucho.

    Genda también estaba en su descanso, dejó de tomar agua de su botella, se secó el resto que goteo por sus labios y sonrió de lado, también estaba confundido, pero le hacía un poco de gracia el rostro de su amigo.

    — Tal ves, el quiera jugar… No lo se.

    — Pero llegó con Kageyama — Sakuma soltó un suspiro agotado. — Y no ha dado explicaciones de nada.

    — Y si en ves de atacarlo con la mirada — Propone entre broma y regaño — ¿Lo tratas como un miembro del equipo?

    Pudo escuchar el quejido de Sakuma junto a murmullos que no quiso entender, después de unos minutos lo miro de reojo y vio como este asentía.

    — Pero no le quitaré un ojo de encima.

    — Entendido — Asiente desviando la mirada de su amigo hasta el chico con la coleta. — Aunque, ya hay alguien quien le tiene la mirada encima.

    — ¿Ah?

    Genda hace un movimiento con la barbilla para señalar a uno de los nuevos miembros del equipo. Sakuma lo sigue con la mirada y desde la posición de Kazemaru va hasta un extremo de la cancha, en una de las bancas se encuentra el otro problema para el capitán: Akio Fudou.

    — Mala combinación… —Susurra ya resignado a que aumenten sus dolores de cabeza.

    Kazemaru ya había logrado meter tres tiros en el arco y estaba haciendo abdominales sobre el pasto sintético. El continuo movimiento de su cuerpo y por sobre todo de su cabello provocó que poco a poco se soltara el agarre de la liga de su coleta. Hasta que en el ultimo movimiento hacia arriba esta no soportara y se rompiera, dejando que todo el cabello del defensa cayera sobre sus hombros.

    — Demonios… — Susurró el chico, sosteniendo un mechón que cubría uno de sus ojos y que amenazaba con moverse de su lugar.

    Siente como unos pasos lentos pero seguros se acercan a él, sube la mirada hasta que nota el rostro del otro nuevo jugador del club de fútbol, su mirada verde y su cabello desordenado sólo lo hacen recordar lo que había pasado hace unos días...

    *



    Era día libre y no tenían ni clases, ni entrenamiento, sin embargo Kazemaru había ido a conocer mejor las instalaciones y la cancha donde debería entrenad de ahora en adelante.

    No había pasado ni dos días desde que se presentó junto a Kageyama a ser parte del equipo de fútbol del Instituto Imperial, el contacto con sus compañeros había sido mínimo, más para que el shock por ver a ese hombre nuevamente se pasara un poco, que el ambiente se calmara y que las dudad y preguntas no cayeran sobre él.

    Sakuma fue el primero y el más insistente en pedir explicaciones, le recordó todo lo que había hecho Kageyama cuando ellos confiaban en él, y lo mal que lo habían pasado como equipo, aun habían secuelas de ese maltrato en ellos.

    Él no entendía sus razones, y Kazemaru no estaba dispuesto a responder con ese nivel de hostilidad. La ultima ves que el capitán fue a reclamar por su repentina ‘alianza’ con Kageyama lo dejó hablando sólo en los pasillos del instituto sin dirigirle la mirada.

    Mientras iba por el amplio patio del terreno, no pudo evitar compararlo con el de Raimon, este es mucho más amplio y mejor cuidado que el terreno de tierra y hierva media seca de su antigua secundaria.

    Pudo sentir unos pasos lentos, las suelas de sus zapatos se enterraban en las pequeñas piedras de los caminos de la secundaria, sentía que caminaban hacia él. Al voltear y levantar la vista puede ver a otro integrante del club de fútbol, a penas lo reconoce -fueron muchos rostros ese día, solo conocía a unos pocos jugadores- y ese chico era una cara nueva para él, de ojos verdes y cabello castaño.

    — Hola — Escucha que lo saluda unos pasos antes de llegar a su lado. Kazemaru se levanta de la banca por inercia.

    — Hola.

    — ‘Hey girl’ — Pronuncia el otro con un acento que pretende parecerse al de un extranjero, y lo que sigue no mejora la situación— Eres preciosa ¿Quieres salir conmigo?

    Un par de enormes venas crecen en la frente de Kazemaru, otro tipo que quiere salir con “ella”

    — Soy un chico — Pronuncia muy serio, y entrecerrando los ojos como si no fuese la primera ves que pasa por esto.

    El otro parece procesar lo que le acaba de decir. Cargando...

    — ¡Mierda! — El castaño retrocede un par de pasos y mira mejor a quien tiene delante de él — Pareces una chica, ¿Estás seguro?

    — Vete.

    Kazemaru le responde cortante, se da media vuelta y camina hasta la cancha para entrenar un poco más por su cuenta.

    — ¡Oye! Espera un momento — Escucha que le grita pero no voltea. — ¿Y lo de salir juntos? Aun está en pie.

    — ¡Déjame en paz!


    *



    La sonrisa de medio rostro que ve reflejado en ese castaño no le hace gracia, y ahora con el cabello completamente al aire en verdad siente que su masculinidad peligra.

    — Kazemaru — Su vista viaja desde Fudou hasta la mánager que se acercó a ellos en algún momento, la chica se agacha a la altura del defensa y de su muñeca retira una liga que usaba como pulsera para entregársela — Espero te sirva.

    — Gracias — El defensa termina amarrándose el cabello de vuelta a su coleta tras eso le sonría a la mánager y ella se retira de inmediato un poco avergonzada.

    Kazemaru no desaprovecha la oportunidad de restregárselo en la cara a quien tiene delante. Como si eso fuese una prueba de que él es un hombre.

    — Eso no prueba nada — Gruñe Fudou aun parado cerca del chico.

    — Quiero terminar mi entrenamiento — Kazemaru rodó los ojos y volvió a hacer los abdominales que le faltaban para darse luego un descanso.

    Fudou se cruza de brazos y lo mira por breves segundos, parece que medita alguna idea que no le agrada del todo, gruñe por lo bajo y se recuesta en el suelo al lado de Kazemaru quien para de hacer el ejercicio y se le queda mirando confuso.

    — ¿Qué haces?

    — ¿Cuantos de faltan? —Pregunta Fudou obviando la respuesta a la pregunta del defensa.

    — Dos series de diez —Le contesta Kazemaru casi en automático. Aun confundido.

    Ve como Fudou vuelve a recostarse en el suelo, flexionando sus piernas y colocando ambos brazos detrás de la cabeza, da un suspiro y con la mirada sobre Kazemaru, acompañado de una pequeña sonrisa de superioridad le dice.

    — Ponte a contar.

    Kazemaru lo escucha como una orden, pero se le hace divertido que alguien como Fudou, quien se ha negado a entrenar ya que él no lo necesita, ahora le pida que cuente los abdominales para que terminen los ejercicios que le quedan al defensa, no sabe que pensar, y no lo medita mucho pues la mirada insistente que le envía el chico lo hace volver al suelo.

    — Uno — Comienza a contar Kazemaru, con una mirada divertida por la situación, a pesar de que el chico antes de dijera que parece una chica.

    No tiene claro si el otro lo hace para seguir molestándole con el tema, que es lo más seguro, o por algún otro motivo.

    Ve como Fudou imita su ejercicio, con la mirada seria, se nota concentrado en este entrenamiento, y Kazemaru vuelve a sentir por breves segundos, que pertenece a un equipo, como antes, como en Raimon.

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    Les iba a dejar la imagen por aquí pero prefiero que vayan al post en su tumblr y que le den amor a la imagen (Reblog!) así que... ¡Vayan a darle amor! (?)


    Esto es todo de mi parte, ahora si me permiten, debo irme a escribir de mi otra OTP el Marissonshipping, nos vemos~

    Besos :* <3
  12. .
    Pues al final no hice una "gran" edición con el primer aporte de Ligth&Kaze pero no me da el tiempo xDD



    Byonetsu Que hermosos aportes! Podrían ser portadas para algún manga super genial de ellos *----* <3 Ya, me dejé llevar xD

    *Edit*
    Eh pensado que cuando el club estaba más activo era cuando se hizo esta actividad y me dije, ¿por qué no volver? mientras revisaba las conversaciones me di cuenta que salen muchas ideas de ahí (Para el fin de semana voy a anotar varias que sirven para one-shot xD) y que se puede seguir con eso~ es divertido fangirlear con más gente (?) Si están de acuerdo avisen para comenzar a dejar preguntitas a Kazemaru y Fudou.

    Pregúntale a Kazemaru o a Fudou

    QUOTE
    Explicación: Consiste en hacerle una pregunta a Kaze o a Fudou y el de abajo la contesta como si fuese el personaje a que va dirigida la pregunta luego el que respondió hace otra al personaje que no se le pregunto. y así!

    Ejemplo:
    Usser1: pregunta para Kaze ¿que tienes abajo del fleco?

    Usser2: Kaze: el otro ojo pues claro.

    Pregunta: ¿Fudou, Por qué eres tan pesado?

    Usser3: Fudou: Por que me da la gana y te aguantas.

    ¿Kaze,te gusta mucho tu pelo largo?

    Y así, claro pueden ser preguntas más largas, o más personales sobre su intimidad.

    ¿Alguien se anima? ;)

    Edited by Nathy Marisson - 5/7/2017, 18:44
  13. .
    Gracias y gracias por los fan art! Me dieron ganas de hacer ediciones con el primer fan art y el ultimo *-------* <3 No sé que, pero necesito hacer algo!

    Por cierto, KamonKaze publico un one-shot que no podré leer pero si añadiré a la lista!! *-------*

    QUOTE

    Dreaming (FudoKaze - Oneshot)


    Resumen: Kazemaru recibe la invitacion de la boda de Endou con Natsumi y Fudou se siente incomodo al recordar el pasado de Kaze con Endou


    Dejo aportes que encontré en tumblr~ por que pivix me odia (?)
    SPOILER (click to view)
    tumblr_n1iw3g0v4D1rbltn9o1_400

    SPOILER (click to view)
    tumblr_myc9h4QkdO1rwomwvo7_1280


    Y, se han agregado más fanfic a la sección, Historias en otros sitios, son de Fanfiction.

    Edited by Nathy Marisson - 3/7/2017, 15:37
  14. .
    Wow, wow, wow!
    Esperen un momento...
    ¿Shindou y Kirino? ¿Suzuno disparando a congelaropa? (entienden? es a quemaropa, pero el congela, Eh? No? ok)
    No me acuerdo de que habilidades tenían Fudou o Kazemaru xD Eso sí, adoro la inclusión de Hiroto y Tatsuya a la historia, no se muy bien que harán pero con más bad-boy en el grupo será más divertido.
    Pobre Atsuya, le echan la culpa del disparo, lo castigan y ahora está congelándose, creo que no se debió levantar hoy (?)
    Hablando enserio, Eso de Shindou me dejó muy perpleja, no me lo esperé para nada y ¿Quién carajos será la persona que está en ese recipiente? ¿Alguien que Shindou ama? Dios mio, dios mio, yo no necesito dormir, necesito RESPUESTAS!

    PD: Te lo contesté en el comentario de mi one-shot, pero igual te lo digo ahora, si, soy Nathy-Kaze-Neko pero ahora con el Marisson <3 Y en tumblr y DA es igual~ Besos
  15. .
    QUOTE (KikyoxRyoga @ 20/4/2017, 10:49)
    Hola me encanto tu OneShot es Kawaii :=amors:

    Muchísimas gracias por darte el tiempo de leer este pedazo de historia <3


    QUOTE (KamonKaze @ 7/6/2017, 20:23) 
    ERES NATHY KAZE LOVE, asi te conoci hace años guau lei ese fic este año en otra web guauuuu nos volvemos a ver, pero... espera xD te conozco tambien de DA y Tumblr, eres la misma?????????? ame esta historia tan cool por la OTP omg omg omg cuute u know :'3

    Nathy-Kaze-Neko y sí, soy la misma que en DeviantART y Tumblr xD sólo que ahora con el "Marisson" en ves del "Kaze-Neko" Talparece que ambas decidimos volver a este rincón del Fandom xD ¡MUCHAS GRACIAS! Que venga de ti me alegra muuuucho <3 Practicamente creaste la Shipp que se volvió mi primera OTP y todo eso <3 adadasdadasd TY <3
1364 replies since 1/8/2011
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