| Muy buenas mis queridos/as lectores/as.
Hace mucho tiempo que no escribo nada en MundoYaoi, por no decir escribir algo siquiera.
De momento llevo escrita una parte de lo que sería el Final de nuestra Historia.
Les agradezco mucho todo su apoyo y su fidelidad, por no decir la paciencia que han tenido conmigo hasta ahora.
Puedo decirles de forma orgullosa, que en todo este tiempo que estuve ausente fui capaz de Terminar mis Estudios y con una buena Nota 
Pero ya dejando todo lo demás de lado, aquí les dejo una parte de lo que tanto estuvieron esperando.
CAP 39
Los días han ido pasando y cada vez más empeoraba la situación para nuestros donceles secuestrados. Misaki seguía en la enfermería, estable, pero aun así seguía sin despertar. Por otra parte, Sinobu empezaba a tener cambios de carácter debido a los medicamentos suministrados por Ethan. Ahora ya encontraba agradable la presencia de este, pero la esencia de Miyagi aún seguía presente en él.
-Buenos días amor - saludaba contento Ethan nada más entrar por la puerta.
-Buenas - contestaba alegre Sinobu levantándose de la cama y acercándose a él.
- ¿Cómo estás? ¿Te sigue doliendo la cabeza?
-Sí, pero solo un poquito - se dejaba abrazar por el mayor - Hay veces que aparece una persona alta pelinegra en mis sueños. No sé quién es, pero me llama siempre por mi nombre y de alguna forma siento mucho cariño en su voz, siempre me acaricia la mejilla y me besa. Yo no lo recuerdo muy bien. ¿Tú sabes quién es? - se colocó ambos brazos alrededor de su rostro - no sé, por mucho que intento recordar solo ... ¡Ay! - le dolía nuevamente la cabeza.
-A ver Shinobu, ven aquí - le sentó en el borde de la cama - ¿Has tomado tus pastillas hoy? - arrodillado entre sus piernas le sujetaba del mentón para conseguir que el menor le prestara atención - Shinobu escucha mi voz, solo escucha mi voz, solo la mía - le susurraba en el oído recibiendo como respuesta una leve inclinación de su cabeza - ¿Tomaste tú medicación hoy?
Shinobu finalmente entendió la pregunta y con su cabeza le dio la negativa, Ethan se levantó algo brusco, se dirigió al cajón correspondiente del otro lado de la cama y la medicación. Llenó el vaso de agua que aún estaba ahí desde la noche anterior. Abrió la boca del menos aplicando un poco de fuerza he introdujo la pastilla en su boca.
-Bebe amor, bebe, recuerda que si tomas bien tu medicación ese hombre dejará de atormentarte en tus sueños - le acercó el vaso a la boca y Shinobu como un niño obediente bebió su pastilla - venga ahora descansemos un rato ¿vale? - le tumbó por completo en la cama, le tapó con la manta y se metió también a su lado.
-Buenas noches - susurró el pequeño apoyándose en el pecho de Ethan y cerrando los ojos se durmió enseguida por los efectos secundarios, pero eso no es todo. Dichas pastillas además de hacerle olvidar cosas de sí mismo, provocan somnolencia, desorientación y hasta alucinaciones.
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- ¿Cómo sigue? - preguntó un hombre alto de forma seria nada más entrar por la puerta atrayendo la atención de todos los presentes.
-Señor Fuyuhiko - hacía una reverencia el médico encargado y todos los demás le siguieron - Hasta ahora todo está estable, las heridas están sanando tras la operación, pero aún no despierta. Creemos que es más por su estado mental que por su estado físico. Le estamos suministrando antibióticos y varios medicamentos para los dolores. A su vez, al no despertar no puede ingerir alimento alguno por eso le estamos haciendo infusiones - terminó el hombre con el status del paciente.
-Ya veo, bueno no podemos hacer nada más por él. Ahora solo podremos esperar que tenga mucha fuerza de voluntad y que despierte cuanto antes - suspiraba el líder y se volvió a ir por donde había venido. Aún tenía asuntos que arreglar con la compañía que llevaba a cabo para el puesto de presidente del país y no se podía permitir perder ni un minuto más con las tonterías de sus hijos. Con prisas salió de la organización bajo tierra.
Lo que no sabía es que aquello no era ningún secreto.
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-A ver chicos presten un poquito de atención por favor - pedía Yuu haciendo que todos los presentes en la sala grande se callaran de golpe y prestaran atención. -Bien - afirmó orgulloso - Acabamos de ver por la cámara número trece que el jefe de la organización acaba de salir de su guarida - el silencio reinaba en la sala - Es ahora el momento perfecto de atacar. Ahora es cuando vamos a destruir a nuestros mayores enemigos. Ahora es cuando podremos al fin ser libres tanto nosotros como los dos donceles que han secuestrado. Por favor todos deben de respetar el plan y nadie debe abandonar su posición pase lo que pase y ocurra lo que ocurra - sentención con voz grave.
En un segundo todos se dispersaron para buscar el equipamiento adecuando para la masacre que estaba a punto de llevarse a cabo.
-A ver, ahora, ¡Vosotros a mi despacho! - apuntó a un grupo en concreto de personas que sin decir algo se pusieron en camino. - Los únicos que me acompañarán a esta guerra son: Akihiko, Miyagi y Nowaki - los demás estaban algo inconformes - Los demás solo estorbarán y no podré a ningún doncel en peligro. Nowaki tú eres médico, te necesito - le miró serio y este afirmó con un movimiento de cabeza. - Bien, ahora vayan a vestirse - dijo y se encaminó con su doncel hacía la puerta que daba al dormitorio.
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-Yuu - le llamó nada más cerrar la puerta del dormitorio. Éste sin embargo no volteo y siguió preparando sus armas de fuego que tenía en la recámara. - Oye Yuu, escucha - insistía el pequeño, pero al verse nuevamente ignorado se abalanzó hacia el mayor, lo giró de forma brusca, tiró a la cama la pistola que el mayor tenía en la mano y lo abrazó fuertemente. - ¡Escucha cuando te hablo! - empezó a sollozar.
-Aish - suspiró el otro y le rodeó con los brazos su cintura. Apoyó su mentón encima de la cabeza del menor. -Sabes, no quería hacerte caso porque sabía que te ibas a poner así, por eso mismo - bajó su cabeza y se acurrucó en el cuello del menor - Te amo - soltó mientras respiraba la esencia del menor y le besó.
-No te vayas - lloraba cada vez más fuerte - Por favor, por favor, no vayas amor - se estaba descomponiendo entre sus brazos - no puedes irte, y .. y... y si te pasa algo ¿Qué haré yo sin ti? Por favor - le miró a los ojos esta vez suplicándole.
-Tranquilo amor, volveré, te lo prometo, yo volveré, nunca te dejaría solo - le besó los labios tiernamente.
-Si - susurró el pequeño y se sonrojó de repente, se abrazó de nuevo al mayor y con la cabeza escondida en el pecho de este susurró bajito - No puedes morirte y dejarnos solos en este mundo. Los dos nos moriríamos sin ti.
Aquello había dejado a Yuu sin palabras, a medida que entendía el significado de las palabras de su amado peli rosa empezaba a llenarse de emociones nunca antes experimentadas.
-Kaori tu ... - no tenía palabras ni siquiera para preguntar y asegurarse de que no eran imaginaciones suyas.
El menos solo se sonrojó a más no poder y con algunas lágrimas nuevas asomándose por sus ojos asintió.
-Sí, si - sollozaba - estamos embarazados Yuu, seremos papás - en ese momento las lágrimas fluían libremente por sus mejillas.
-Oh por Dios - con el asombro y la felicidad que sentía abrazó a Kaori, dio un par de vueltas con él en el aire y lo volvió a dejar en tierra firme - Dios, estamos embarazados, estamos embarazados - seguía diciendo en voz alta. Se paró y le plantó un beso en los labios que pensó que nunca jamás debería separarse del menor.
-Por eso no puedes morirte, pase lo que pase debes volver - la felicidad se le pasó y volvió a ponerse triste.
-Tranquilo, con esta nueva y preciosa información tendré mil veces más cuidado y volvería hasta de los muertos para estar con vosotros -lo volvió a besar - Ahora hay que prepararse para la lucha que se llevará a cabo.
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En otra parte del cuartel unos esposos preocupados se habían vestido y se estaban bien equipando diferentes armas. Ya era la hora. Al fin llego el momento de salvar a sus amores, a sus esposos y a sus donceles.
-No quiero ni pensar que les habrán hecho esos desgraciados - pensó en voz alta el pelinegro.
-Si lo se, créeme que yo pienso igual que tú Miyagi. Creo que si veo a Misaki o a Gail herido sería capaz de matar con los dientes al desgraciado que haya osado tocarlos. - sentenció el peli plateado.
-Y yo te ayudaría con mucho gusto.
-Pues venga, ¡vamos a por esos idiotas!
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-Hmm - un pequeño movimiento se estaba llevando a cabo en una cama blanca
Usagi-san - susurró en voz baja - me duele todo, has sido un bruto baka - seguía hablando muy bajito? "Un momento. ¿Bruto? ¿Usagi-san? ¿Conmigo?, eso nunca ¿Qué está pasando?" Pensaba mientras lentamente se incorporaba en la cama con muchos dolores. - ¿Dónde estoy? - preguntó en voz alta esperando a que alguien estuviera al lado y le pudiera responder.
Unos segundos después se tocó los ojos, solo para darse cuenta de que estaban abiertos, pero él no podría ver nada.
-No, no, no, no y no! Esto no me puede estar pasándome a mí - empezó a sollozar a lágrima viva. - ¿Me quedé ciego? ¿Pero cómo pasó esto? - intentó moverse en la cama, pero el dolor tanto en su parte baja como en otras partes de su cuerpo le hicieron recordar de forma amarga lo que había pasado en realidad. Poco a poco los recuerdos dolorosos volvían a él.
Esos recuerdos le alteraron tanto que empezó a gritar por ayuda, no importaba de quien, sólo quería ayuda, quería salir de ahí y ver a su esposo cuanto antes. Debido al alboroto causado por sus gritos, un par de médicos llegaron con prisas a ver qué era lo que estaba pasando.
-Que bien que haya despertado señorito Misaki - decía el médico encargado de su cuidado.
-No, no, no aléjense de mí, no me toquen. Por favor ya no me hagan daño, por favor... - los sollozos seguían mientras pegaba a ciegas con las manos intentando protegerse.
- ¡Por favor cálmese! Veo que ha perdido la visión por el trauma que ha sufrido. ¡Cálmese! Soy médico, deja que le atienda por favor. - intentaba coger su mano – Toque mi bata y verá - cosa que consiguió hacer. Misaki al sentir el trozo de ropa en su mano e identificarlo empezó a calmarse.
-Yo.. Yo.. Lo siento ... yo solo... Es que tengo mucho miedo... lo que ese hombre – lloraba otra vez con todas sus fuerzas – lo que ese hombre me hizo... Sáqueme de aquí por favor, sáqueme de aquí. Quiero volver a mi casa, con mi esposo. ¿Dónde esta mi esposo? Quiero ir con Usagi-san .. con Usagi .. Usagi .. Mi Usagi … - poco a poco empezaba a perder la noción de quien era y solo repetía el nombre de su esposo. Aquello provocó que una gran y fuerte ventisca se formara a su alrededor alejando a los médicos de él.
- ¡Atención! Que todo el mundo se aleje de Misaki, su bebe está entrando en modo ataque para proteger a su madre. ¡No os acerquéis! - decía el médico encargado. - Que Dios nos salve - susurró más para si mismo que para los demás al ver como Misaki estaba totalmente suspendido en el aire sujetando su tripa en forma fetal y la ventisca a su alrededor se formaba como una bola y arrasaba con todo objeto que se le ponía por medio.
-Gail, Gail ... ¿Dónde está papá? Gail ¿Dónde está papá? Quiero que venga a por nosotros … - seguía llorando y hablando con su hijo no nacido.
-
¡EMERGENCIA! ¡EMERGENCIA! El bebe del doncel Misaki está entrando en modo ataque antes de lo previsto. Se pide a todo el personal que mantenga su distancia de la enfermería y dejen que los profesionales hagan su trabajo. ¡REPITO! Mantengan su distancia de la enfermería y dejen que los profesionales hagan su trabajo.
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- ¡Ahora! - indicó Yuu y en cuestión de segundos sus expertos en tecnología le abrieron el paso a su ejército, que una vez dentro de la base enemiga dispararon a diestra y siniestra acabando con todos los enemigos.
-Señor Yuu, parece ser que el cuartel ya se encontraba en estado de Emergencia - según las cámaras las tropas enemigas se alejan del centro de la base y todos los científicos vienen corriendo a la base.
-Perfecto, será más fácil de acabar con ellos entonces. Localiza donde están nuestros donceles para saber si podemos disparar sin preocupaciones a los que vendrán al matadero.
El chico ni lento ni perezoso, buscó la información que se le pidió - hmm según las cámaras el señorito Shinobu se encuentra en una de las habitaciones VIP del jefe. A ver... - seguía tecleando – precisamente en la habitación de unos de los hijos de este, Ethan. Y según estos informes le están suministrando un tratamiento médico algo extraño. Un segundo … seguía leyendo – ¡Bastardos! No me creo el descaro que tienen. - seguía leyendo.
-Oye oye dinos que pasa a nosotros también. - habló Yuu.
-Lo que pasa es que le están suministrando medicamentos para alterarle la memoria. Quieren hacer que se olvide del señor Miyagi y toda su vida para que crea que el imbécil de Ethan es su esposo y que le debe fidelidad solo a él. ¡Que bastardos! - explicaba molesto.
-Ay ay ay … por mucho que lo intenten eso ¡Nunca pasará! Shinobu no sería capaz de olvidarme y claramente yo no dejaré que pase algo como eso. ¡Los mataré a todos! - decía furioso Miyagi.
-Bueno al menos sabemos que Shinobu estará fuera del tiroteo, así qué, ¿dónde está Misaki? - preguntó Nowaki.
-Denme unos segundos – sus dedos se movían rápidamente - ¡Aqui está! Parece ser que él es quien causo el estado de Emergencia máxima. Se encuentra en la enfermería y todas las tropas se dirigen hacía el.
- ¿Qué Misaki hizo qué? - pregunto el escritor por primera vez. - ¿Qué pasó?
-Según esto estaba ya en la enfermería ... - dijo esto en voz algo baja – amm esto no le gustará oírlo, pero parece ser que sufrió un abuso por parte del segundo hijo del jefe, Shinsuke, en el primer día que llego y … amm … acaba de despertar después de haber sido operado - ya no sabía si debía seguir hablando o no al ver el estado del escritor que hasta parecía ser que emanaba un aura oscura a su alrededor cada vez que abría la boca a decir algo.
- ¿Y por qué el estado de alerta? - preguntó casi con voz de ultratumba.
-Amm si .. ahm.. Eso es... parece ser que al despertar sufrió una crisis y Gail se está manifestando ahora mismo, aunque sigue dentro de él para protegerle. Su modo ataque provoco que una ventisca rodeara a Misaki y cortara en pedazos a todos aquellos que se le intentan acercar como si … AH ¡Están llegando! - interrumpió su explicación.
-A ver - gritó Yuu – Akihiko, Miyagi y Nowaki conmigo. Todos los demás primero ¿Entendido?
- ¡Señor, Si Señor! – y nada más abrir la puerta salieron disparando. Nadie de ese cuartel se esperaba una cosa así, por tanto, su única forma de salir de aquello era intentando esconderse o buscar refugio con algún guardia que estuviese en la zona. Aquello acabó en una masacre a gran escala en un par de minutos.
-Bien, desde ahora tenemos que ir con mucho cuidado, pues ya no tenemos el factor sorpresa. – hablaba Yuu – Escuchad ahora quiero que nos dividamos en cuatro grupos tal y como lo hablamos en la base. Uno conmigo para robar la Información que poseen, uno con Akihiko, uno con Miyagi y otro que limpie este lugar. Nowaki tu irás con Akihiko a la Enfermería. La Unidad de Informática se dividirá en dos: una conmigo y otra se quedará aquí en los autos para que nos dirijan mediante los Micrófonos. ¿Entendido? – preguntó una más y al ver que todos entendieron su Rol se pusieron manos a la obra.
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-Giren a la derecha y sigan hacia delante cinco puertas – hablaba por micrófono uno de los informáticos que estaba al cargo del grupo de Miyagi. – Ahora giren nuevamente a la derecha y en el siguiente pasillo a la izquierda. Al final encontrarán dos puertas blindadas. Creo que la que está a la derecha es de Shinobu, pero no estoy muy seguro.
-Da igual, derrumbaré las dos si hace falta para encontrar a mi esposo. – y sin esperar mucho se acercó con más rapidez a la de la derecha primero. – Hay que introducir un código.
-Deme un segundo, intentaré hackearlo desde aquí. – pero aquello no era tan fácil como el creía. – Uff esto no es cosa de principiantes, me tomará más tiempo de lo que pensé. – suspiró medio derrotado.
- ¡Mierda! Justo esto es lo que nos faltaba estando tan cerca de él.
-Señor… no quiero molestarlo… pero ¿y si probamos de otra manera? Digo, quizás las puertas estén blindadas, pero la pared no. Podríamos destrozarla ¿no?
- ¡Eso es! Haremos eso. Ya escucharon al muchacho, busquen algo para que podamos tirar la pared abajo. – ordenó Miyagi algo alterado.
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-Yuu sigue caminando recto y en la esquina gira a la izquierda. Al final del pasillo habrá una puerta blindada esperándolos. – habló el informático a cargo del grupo de Yuu.
- ¿Ya tienes el código?
-Estoy en ello señor, es un poco algo complicado, solo necesito unos segundos más y ¡Ya! … Madre mía…. Cuanta inteligencia de verdad…. Solo tiene que introducir “0000” y ya está. – se sentía decepcionado.
- ¿En serio? - ahí hasta Yuu dudo de la inteligencia de ese cuartel.
-Sí señor.
-Pues nada – y entro dentro - A ver, busquen información en los ordenadores y vosotros dos me ayudareis a ver que documentos son importantes para llevárnoslos también.
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-Con fuerza, con fuerza – decía Miyagi y con unos pocos golpes más la pared cedió y cayó a pedazos dejando un hueco los suficientemente grande para que el pudiera pasar dentro de la habitación. – Yo entraré primero, esperen hasta que os diga que pueden entrar –
-Si señor Miyagi.
Al asomar la cabeza no divisó ninguna sombra o presencia dentro de la estancia y pos si fuera poco todo estaba a oscuras. Miro unos segundos más alrededor y decidió salir, cuando escucho un pequeño sollozo, muy conocido para él. Se acercó de forma lenta a la cama hasta que vio la cabecita conocida y muy ansiada de su amor, que estaba escondido al lado de la cama en el suelo apoyando su espalda contra esta.
Se acercó de forma lenta, aunque su emoción casi podía con él.
-Shinobu-chin, ya vine a por ti, no, por ustedes - habló bajito para que aquel pequeño bulto en el suelo no se asustara, pues él seguía llorando aún.
-Amor, mírame, soy yo mi vida, mírame – se agachó a su lado y forzando un poco más la situación lentamente levantó de forma gentil su mentón para que lo mirara a la cara.
-No llores mi amor, ya estoy aquí, ya podemos volver juntos a casa. – sonrió levemente, pero aun así el doncel seguía mirándole de forma extraña.
-Yo… sniff sniff … no se quién es usted, pero… pero por favor no me haga daño – alejó su rostro con miedo de la mano del mayor – por favor no me haga daño, yo… yo estoy embarazado – y volvió a llorar escondiendo su rostro nuevamente entre sus piernas sujetando de forma protectora su vientre.
Aquello había dejado mudo al pelinegro – Shinobu, soy … - tragó saliva de forma sonora - cariño soy yo, Shinobu soy yo, soy Miyagi, soy tu Miyagi… - y las lágrimas empezaron a brotar por su rostro al ver que el menor ni se dignaba a mirarle a la cara por el miedo que tenía.
Ante aquello Shinobu de alguna forma reaccionó y levanto el rostro un poco para ver al mayor y la imagen de este llorando, hizo que su corazón se encogiera un poco.
Miyagi no supo que hacer al ver que el menor también seguía llorando, que su rostro estaba totalmente empapado al igual que sus rodillas, sus ojos rojos y los labios abiertos por la falta de aire ocasionada por el llanto. Sin saber qué hacer ni decir al ver que aún seguía protegiendo con sus manos a los bebes de él, del padre de ellos, que simplemente no pudo aguantar más y le tomo el rostro y lo beso a la fuerza.
-No…ah no, no… déjeme – oponía resistencia el pequeño.
-Recuérdame amor, soy yo, recuérdame. – le decía mientras aguantaba todos los golpes que recibía del asustado Shinobu.
Entre golpe y golpe, de una forma extraña hasta para Shinobu empezó a dejar de resistir con tanta fuerza. En algún momento de todo aquello empezó a corresponder los besos de Miyagi. Por muy extraño que fuese no podía seguir resistiéndose a esos besos. Los conocía, los reconocía, esos labios no le eran indiferentes, sus propios labios respondían a ellos como si fuese una cosa normal y corriente para ellos. ¿Qué era aquello? ¿Por qué le pasaba eso a él? ¿Qué significaba todo esto? ¿De verdad su cuerpo reconoce a este hombre, pero su mente no? … Esto lo estaba volviendo loco, no sabía cómo responder a todas esas preguntas y lo llevaban a más confusión.
Intento alejarse una vez más del mayor y este lo dejo hacerlo. Al separar sus bocas lo primero que miro fue sus labios y los vio aun húmedos, siguió mirando sus ojos y algo dentro de él le decía que esos ojos serían capaces de enseñarle el mundo entero y hasta la luna si se lo pedía.
- ¿Quién eres? – pregunto dudoso
-Shinobu… amor… soy… soy– las lágrimas volvieron a salir de sus ojos.
- ¿Por qué lloras? – limpio el rostro con sus manos
-Es imposible no llorar cuando me fue arrebatado todo lo que me importaba en la vida. Mi hermoso doncel, que no sabe cocinar y aun es como un crio a veces, pero es lo más importante de mi vida y que esta embarazado con dos gemelitos míos. Y todo eso, solo para hacer unos extraños experimentos en él.
- ¿Quién ha hecho algo tan horrible como eso con tu novio? – pregunto indignado olvidándose completamente de la situación en la que se encontraba.
-No es solo mi novio, iba a ser mi esposo. Queríamos casarnos una vez los gemelitos hubieran nacido… pero fue secuestrado y ahora ni siquiera es capaz de recordarme. – seguía explicando mientras tenía su frente apoyada en la del menor sujetando con ambas manos su rostro.
-Dios que cruel. ¿Cómo pasó? ¿Cómo pudo olvidarte de esa forma? ¡Qué hombre tan cruel! – empezaba a cogerle un desprecio increíble a la persona que hería de esa forma a aquel hombre extraño enfrente suya.
-Él no es malo, ni cruel. Él es la persona que amo con todo mi corazón. Él es amable e inteligente, muy cariñoso y un pésimo cocinero, por no olvidar un mocoso sin muchos modales. Pero él es de todo menos cruel. Le forzaron a olvidarme, a mí, a su familia y hasta a sí mismo. – volvía a llorar.
- ¿Y no puedes salvarle?
-Si puedo, es más lo estoy intentando, pero él me tiene miedo y ya no confía en mí.
- ¿Quién … quién es? ¡Yo te ayudare! ¿Cómo se llama? ¿Dónde está? … es más …. ¿Cómo llégate aquí? – lo miro confundido.
-Está justo aquí, en esta habitación, se llama Shinobu, lo tengo ahora mismo entre mis brazos – le dio un pequeño beso en sus labios – tu eres mi amor, mi novio, mi prometido y en un futuro cercano mi esposo. Es a ti a quien secuestraron de mi lado y ahora debido a una medicación que te están dando has dejado de quererme. Ya no sabes ni quien soy. – acaricio su mejilla – Recuérdame Shinobu. ¡Recuérdame! – y lo volvió a besar.
El menos se dejó hacer. Estaba algo choqueado por la nueva información, pero de una forma rara las cosas hacían click en su mente.
- ¿Tú eres la persona que está en mis sueños? – sollozo. – El que siempre me acaricia la cara sniff que me acaricia el pelo y me besa en los labios? – preguntaba ahora mientras sujetaba el rostro de Miyagi.
-Supongo que si – y empezó a hacer justo lo que el menor dijo para enseñarle que de verdad era él. – Shinobu - le beso los labios una vez más de forma fugaz.
-Pero… pero Ethan siempre me dijo que eras malo. Que solo venías a atormentarme. – sujetaba su cabeza pues los dolores volvían a él. – Necesito tomar mi pastilla – cogió el frasco de los medicamentos en la mano.
- ¡No! - se lo arrebató – Esto hace que me olvides, esto es con lo que ellos envenenan tu cuerpo y mente. ¡Nunca vuelvas a tomar algo de ellos! No quieren nuestro bien. Son peligrosos y por eso debemos irnos de aquí. Ven Shinobu-chin, vayamos a casa – ayudó a que se levantara.
-Pero el dolor no va a parar – seguía intentando coger el frasco.
-Para Shinobu tu acaso ¿quieres olvidarte de mí? – le miro dolido.
-Yo… yo no sé. No puedo creer tan fácilmente lo que dices, pero me gustaría hacerlo.
-Ven, salgamos de aquí.
Y con mucho cuidado salieron los dos por el hueco de la pared para ver justamente como del otro lado Ethan estaba mirándolos con desprecio y una escopeta en las manos.
-Ethan – se alegró el menor de verlo.
- ¡¿Qué crees que haces Shinobu?! ¡Ven aquí ahora mismo! – le gritó
-Ah sí, voy voy – se alteró por ello.
En cambio, Miyagi le detuvo sujetando su mano con algo de fuerza.
- ¡Shinobu te dije que vengas aquí! – le volvió a ordenar.
-No, no puedo – intentaba liberar su mano – Suéltame, tengo que ir con el – seguía intentando.
-No puedes, él te secuestro – le miró a los ojos – Él te alejó de mí. Recuérdame Shinobu, recuerda como nos conocimos, donde vivimos, las comidas de repollo quemadas que siempre preparas para mí. ¡No puedes ir con él! – tiró de él hasta poder abrazarlo por completo y lo beso.
- ¡No! Desgraciadooooo – y empezó a disparar como loco a diestra y siniestra.
Claramente el grupo de Miyagi también lo hizo. Algunos soldados habían caído al suelo muertos y otros heridos. Miyagi al escuchar el primer disparo se dio la vuelta mostrando la espalda hacia Ethan para poder proteger a su doncel, pero por la adrenalina del momento no sentía ningún dolor solo sentía que su abdomen estaba mojado… intuía que con sangre.
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-Solo siga hacia la derecha al final del pasillo y la penúltima puerta de la derecha debería ser la Enfermería. – otro informante más de Yuu daba sus indicaciones. – Tengan cuidado hay dos guardias en la esquina haciendo guardia mirando hacia el pasillo que lleva a la enfermería.
-Muy bien señor Akihiko, ahora nos toca a nosotros, quédese atrás por favor. – habló un soldado del grupo.
Este solo asintió y dejó que los profesionales hiciesen su trabajo. Dos de los soldados se acercaron de forma muy sigilosa con dos grandes espadas y al mismo tiempo atacaron a los guardias, que estaban mirando en la dirección contraria, acabando en un soplido con sus vidas.
- ¿Hay alguna guardia más?
-En el pasillo no, en la habitación de Misaki hay tres guardias y dos médicos. Uno de los guardias está mirando hacia fuera y los otros dos están … ¡ay no! … Dios. - se quedó sin palabras por lo que acababa de ver.
- ¿Qué pasa? – pregunto rápidamente Akihiko ante aquello.
-Misaki acaba de asesinar a los dos guardias que le apuntaban, o mejor dicho Gail los asesino con su ventisca. – sentenció.
- ¿Cómo dices? - preguntó incrédulo
-Misaki está en este mismo momento flotando en el aire con una ventisca de viento incluso visible a los ojos rodeándolo. Una ola de esa ventisca acaba de decapitar de forma limpia a esos dos hombres. – seguía mirando los cuerpos inertes y ensangrentados en el blanco suelo – Será mejor que entren ahora, el guardia está mirando dentro de la habitación y Yuu quería a los médicos con vida. – interrumpió la comunicación
-Pues vamos.
Una vez mataron al otro guardia de igual forma que a sus ex-compañeros se llevaron a los médicos fuera de la habitación.
-Déjenme solo con Misaki – ordeno Akihiko.
- ¡Pero es demasiado peligroso!
-Solo para ustedes, así que salgan.
Miró a su amado y no sabía que pensar. Misaki literalmente estaba en el aire encima de la cama rodeado de una ventisca muy violenta a simple vista.
-Misaki, amor ya estoy aquí – dijo alto, pero no hubo ninguna reacción.
- ¡MISAKI! – gritó a todo pulmón, pero ni así. Parecía que no podía oírle, por el movimiento de su cuerpo parecía que lloraba, pero él tampoco podía oír sus sollozos. Lo único que se podía oír era el sonido del viento.
-Gail, sé que tu si me puedes escuchar. Es papa, papa ya está aquí por vosotros. ¿Podrías bajar a mama de ahí? – hablo esta vez más calmado.
No duro ni tres segundos que Misaki ya estaba descendiendo y acabó tumbado en la cama en la misma posición fetal.
-Gail, para la ventisca. Sé que protegiste a mama y lo hiciste muy bien, pero papa está aquí ahora. Deja que os tome a los dos en brazos. Papa los protegerá desde aquí ¿vale? – y así lentamente la ventisca empezaba a desaparecer y lentamente se podían empezar a oír los sollozos de Misaki.
-Misaki, soy yo amor, tu Usagi - vio que todo su cuerpo se contrajo ante aquello. – Misaki, mírame, tu conejito vino a buscarte y a llevarte a casa. – hablo de forma calmada e intento subir a la cama, pero Misaki salto bruscamente encima de el tirándolo y sentándolo en el suelo con el menor sobre él.
-Usagi-san, Usagi-san - lloraba aún más fuerte – Usagi-san - pronunciaba su nombre continuamente mientras este lo rodeaba con una mano y le acariciaba el cabello con la otra.
-Ya todo va a estar bien Misaki, todo va a estar bien – intentaba tranquilizarlo
-Nada va a estar bien, nada está bien – respiro profundo y se alejó de el para mirarlo – Yo... a mi… ese hombre… lo que ese hombre me hizo shifff shiff … yo fui de otra persona. Yo ... ¡Yo te fui infiel! – se volvió a esconder en su pecho.
-No es verdad Misaki - acariciaba su espalda – yo sé lo que ese hombre te hizo a ti, y sé que no fue algo voluntario. ¡Te obligo! – empezó a llorar el mayor esta vez. – ¡Tú nunca harías algo así! – tomo su rostro y lo beso. – ¡Tú nunca lo harías! Cuando vea a ese desgraciado lo matare con mis propias manos – lo volvió a abrazar con firmeza.
-Pero... pero yo ya no soy tuyo. No puedo volver contigo. ¡Tú no puedes amarme así! – y con ello empezó a arañarse los brazos nuevamente.
El peli plateado al ver aquello rápidamente tomo sus manos impidiendo que siguiera lastimándose, y aun así los pocos segundos bastaron para ver como sus vendajes se volvían a manchar un poco con el color de la sangre. Ahí entendió que el daño psicológico era aun mayor de lo que el suponía.
-No es verdad, yo te amo y siempre lo hare Misaki – beso sus manos y luego sus labios nuevamente. – Haré que todo vuelva a como era antes. Estaremos juntos, criaremos a Gail juntos con mucho amor, viviremos en una casa mucha más grande con jardín y un perro. Envejeceremos juntos amándonos como al principio y cuando el primero de nosotros muera, el otro estará esperando al otro lado en el más allá para que nos volvamos a ver. De esa forma nos seguiremos amando hasta que quedemos en la nada – dejó de sujetar con tanta violencia sus brazos
– No importa lo que haya pasado, ni lo que vaya a pasar. Tu robaste mi corazón en aquella noche de invierno cuando pensé que mi mundo acabó y ya sea que me devuelvas ese corazón o no te seguiré amando hasta que deje de existir. - Repartió suaves besos por todo su rostro – Vamos a ser unos Papas maravillosos, veremos cómo nacerá, crecerá, dará sus primeros pasos. La primera palabra que dirá será para ti y tu llorarás como una magdalena y yo estaré ahí para abrazarte y llorar contigo. –sonrió.
-Yo aprenderé a jugar al Futbol para enseñarle y tu vendrás y nos traerás la comida y esas salchichas en forma de pulpo que tanto me encantan y, por si fuera poco, pelearemos por ellas hasta que tú nos grites por ello. Todo será perfecto – beso sus labios – Todo va a ser de ensueño. Nuestra familia va a estar perfectamente feliz. – aumento la intensidad del beso al ver que el menor le estaba correspondiendo, esos labios tan dulces y adictivos sabían a lágrimas, pero lágrimas de felicidad por todo lo que ese conejo le estaba contando.
-Te amo como no tienes idea – volvió a besarle – así que salgamos de aquí, volvamos con los demás y planeemos nuestra vida desde ahora en adelante en casa – le beso.
-Si - se abrazó al mayor que no dudo ni un segundo en levantarlo y llevárselo fuera de la habitación como a una princesa.
Al salir todos se quedaron mudos al ver como el mayor estaba ileso, sin siquiera un pequeño arañazo. Además de eso, parecía que Misaki estaba bien, que su estado mental se había estabilizado. Nowaki que se había mantenido al margen de todo se acercó rápidamente.
-Misaki – susurró bajito llenando su corazón de felicidad al ver que al fin lo recuperaron – Deja que te haga un chequeo rápido ¿vale? - le sonrió y Akihiko le sentó en el suelo.
Lo primero que hizo fue tocar un poco las heridas de sus hombros pues los vendajes ya no se encontraban en su sitio y estaban manchados de rojo. El menor ante aquello se quejó un poco.
-Bueno esto no es algo que no te pueda curar – sonrió ante aquello. Después se acercó a tocar la tripa del menor sin miedo alguno, aunque los otros dos médicos creían que era una locura y que iba ser descuartizado en un par de segundos.
-Bueno Gail, ¿Cómo te va? – palpo un poco - ¿Podrías moverte un poco para tu tío Nowaki? – hablo calmadamente y sin esperar demasiado pudo sentir como el chiquitín hacia movimientos para enseñarle que esta fuerte y sano. – Buen chico. – acaricio una vez más y miro al menor a los ojos. – De momento parece que todo está bien. Cuando lleguemos al cuartel terminare de revisarte. – de repente vio algo raro así que movió la mano enfrente del menor, pero este no lo vio - ¿Misaki? – movió de nuevo atrayendo la atención de Akihiko también - ¿Desde cuándo no puedes ver? – pregunto sin rodeos y saco una pequeña linterna para poder estudiar sus pupilar.
-Des… desde que desperté … sniff… no puedo ver nada – se dio la vuelta y abrazo al mayor, que tenía sus brazos apoyados en él, escondiendo el rostro.
- ¿Perdió la visión? – pregunto asustado el escritor.
-No creo. Es más, no vi herida alguna y tampoco es algo genético. Creo que es un efecto secundario del trauma sufrido - ahí el pequeño empezó a llorar otra vez. – Seguro es tratable, mejor vayamos a nuestro cuartel donde estemos seguros y seguiremos ahí con los análisis.
-Está bien, vámonos – levanto al menor otra vez en brazos
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-Yuu… Yuu, aquí Nowaki – hablaba este por la radio.
-Sí, dime – respondió
-Conseguimos salvar a Misaki, matamos a los soldados que habían, pero conseguimos llevarnos como rehenes al médico de cabecera y uno de sus ayudantes.
- ¡Perfecto! Tengo algunas cosas que hablar con esos desgraciados – hablaba molesto.
-Entonces ya que terminamos nuestra parte volveremos a los coches.
-Sí, vayan directamente ahí, nosotros terminaremos en brevas también. ¿Alguna noticia de Miyagi y Shinobu?
-Nosotros nos tenemos ninguna noticia de ellos.
- ¿Y de los hijos del jefe?
-Tampoco.
-Muy bien, entonces nos veremos en un par de minutos.
-Si.
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Shinobu miro a lo lejos como el cuerpo de Ethan caía estrepitosamente al suelo mientras era abrazado por Miyagi. Estaba completamente manchado de sangre y su ropa estaba llena de agujeros debido a los disparos.
Miyagi por su parte sujetaba al menor con fuerza intentando protegerlo de los disparos, pero aun así sentía que algo no iba bien. Tenía un dolor extraño de un costado y sentía como su abdomen también se estaba mojando. Intento mirar hacia abajo, pero lo único que podía ver era como la cabellera de su amado se encontraba apoyada en su pecho.
Esta bajaba poquito a poco, al igual que el cuerpo que tenía en sus manos. En un final acabo arrodillado en el suelo con el menor en las manos y con sus ojos mirando de forma asustada el abdomen de este.
Shinobu tenía el abdomen manchado de sangre y en la ropa se podía ver como un disparo había roto la tela adentrándose en el interior de este.
-Mi.…Miyagi – pronuncio el nombre del mayor recordándolo al fin.
-Shinobu- pronuncio el del otro. Se encontraba temblando y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. –Yo… Yo no sé …. – simplemente no sabía que podía hacer. Rápidamente puso las manos encima del agujero e intento taparlo para que no saliera tanta sangre.
-Yuu tenemos un problema. ¡Le dispararon a Shinobu! – hablo uno de los soldados que miraba la escena.
- ¡Mierda! Vayan directamente a donde están los coches. ¡Ahora! – respondió este y al instante le aviso a Nowaki por la otra línea para que se preparase. Los rehenes que se llevaron eran médicos así que también podrían ayudarles en esta emergencia.
Miyagi al escuchar eso al fin reacciono. Se levantó con el menor en brazos ignorando el dolor de su costado y empezó a correr lo más rápido que pudo hacia los coches.
En el trayecto Shinobu presionaba su propia herida pensando en que iba a morir tanto el cómo los bebes.
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-Yuu nosotros ya llegamos. ¿Cuánto falta para que lleguen con Shinobu?
-Será como en dos o tres minutos.
-Necesito un helicóptero que nos lleve lo más rápido posible a la base.
- ¿No sería mejor un hospital? – pregunto ignorante Yuu
-No. En la base tenemos maquinaria mucho más cualificado. El problema será que dejará de ser una base secreta si se ve como entra un helicóptero dentro.
-No hay problema, los enemigos están siendo capturados y eliminados aún. No hace falta seguir escondiéndonos. Te mandare un helicóptero lo antes posible. Ustedes tan solo sálvenlos. – rogo a Dios que en verdad se cumpliera sus deseos.
-Eso intentare Yuu, no quiero perder a ninguno de ellos.
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Llevaban corriendo lo que le parecía una eternidad y aun no llegaban. Miyagi desesperaba cada vez más. Shinobu se desmayó hace unos segundos y no daba señales de despertar por mucho que decía su nombre y se sacudía su cuerpo al correr.
Unos segundos más tarde se podía ver la entrada de la sala donde se encontraban los médicos esperándolos.
- ¡NOWAKI! - grito desesperado corriendo en su dirección, captando así la atención de todos.
-Vengan – gritó este y se pusieron a trabajar.
Tanto Nowaki como los dos médicos intentaron hacer todo lo que estaba en sus manos con el poco equipamiento que tenían. Lo estabilizaron un poco y decidieron subir por el ascensor. Afuera de la base estaba el helicóptero esperándolos.
En el helicóptero Nowaki hacía todo lo que podía para salvar la vida del doncel y los niños que llevaba dentro. Le preocupaba mucho ya que además de la sangre se podía ver un poco de líquido amniótico de los bebes, lo que significaba que ahora mismo tendría que venir al mundo sí o sí.
Una vez llegados a la base, Nowaki se lo llevo a la sala de operaciones mientras Miyagi fue llevado también a otra sala pues él también fue alcanzado por una bala que le había herido en el costado. La buena noticia en su caso, es que solo era un rasguño que se curaría en poco tiempo.
Por otra parte, la situación de Shinobu no se veía nada bien, fue operado de emergencias. Los bebes tuvieron que ser sacados ya que su Placenta fue destruida. Uno de los bebes fue incluso alcanzado por una de las balas en la cadera, por ello tuvo que ser también operado.
Seguiré escribiendo
Con Mucho Amor
Ale~ |
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