Posts written by Van Phantomhive

  1. .
    tras leerlo cuesta creer todo lo que paso XDDD apenas si hubo aparicion de Yuuchan pero fue divertido lo de Masamune, tuviste tu venganza porq al llamar al adorno de neko blanco souji XDD en fin esta dentro de todo linda y divertida la historia, se entiende la trama si tenes las luces suficientes y no andas dormida a mitad de la noche XD ojala continues pronto

    matta neee
  2. .
    Ohayou, Konnichiwa, Konbawa... depende de la hora en que lo lean, y ya se que me recontra ausenté... me pasaron cosas que no pensé que no pocría llegar a suceder a sabiendas de como iba las cosas...

    En fin tras un fin de año de lo peor, y un inicio no muy prometedor, me estoy repuntando como puedo, mi situacion es rara, normal pero rara y para sorpresa mia sigo viva tras 10 meses...

    en fin sin mas preambulos pasen a leer.

    si se preguntan por el titulo usé las cartas del tarot cuyo significado depende si esta al derecho o del reves.





    Capitulo 03: The Judgement


    Iniciando una nueva jornada tenemos a nuestros dichosos jugadores aun gozando de sus dilemas pero pronto sería y serán disipados ya que el juego ha iniciado.

    En un salón ubicado en el medio de la nada y en el medio de todo, dos personas disfrutaban de una reunión pero no era cualquier reunión… en el cuarto había muchos teclados, joysticks con un sinfín de monitores y ropas tiradas. En mi opinión me recuerda la habitación del Conejo Blanco, pero también acotaré que sería el paraíso de todo gamer.

    -Haaaaat… - llamé a mi colega en tono aburrido mientras jugaba con el tablero.

    -¿Y ahora qué? – respondió el mencionado en tono cortante.

    -¿Lo enviaste?

    -¿Enviar qué?

    -No te hagas el tonto. – dije molesta, a lo que este suspirando responde.

    -Por millonésima vez te dije que… ¡si!

    -Ay que carácter. –ironicé

    -Mire quien lo dice. – comentó mirándome con odio.

    -¿Hace falta que te lo recuerde?

    -No gracias, ya me canso de solo pensarlo. –respondió observándose con ese sentimiento.

    Una lucha silenciosa de miradas se llevó a cabo y con ella elogios salieron a la luz.

    -Tonto.

    -Tonta.

    -Idiota.

    -Imbécil.

    -Aguafiestas.

    -Mandona.

    -Tarugo.

    -Estúpida.

    -Enana. – golpe bajo pensé.

    -Princeso. – finalicé el round.

    Estudiándonos con el ceño fruncido suspiramos y dijimos al mismo tiempo.

    -¡Terrorista!

    Luego de eso nos ignoramos por el resto del día.

    Situación similar transcurre en un departamento de un mangaka estrella de Emerald, cuyo artista sufría y gozaba de su arte. En esos instantes estaba siendo observado por su editor y de algún modo sentía la presión que recaía sobre él ya que el block de dibujo continuaba tan blanco y brillante como de costumbre.

    -Yoshino. – habló Hatori.

    -¿Sí?

    -¿Hasta cuando piensas holgazanear?

    -¡No estoy holgazaneando! –replicó ofendido el joven mangaka.

    -¿No? Y qué se supone que haces. –contratacó el editor.

    -Mentalizando la trama. –respondió con un tono serio, nada habitual en él.

    -Eso me parece perfecto, entonces ponte a dibujar.

    -No puedo.

    -¿No puedes?

    -No, no puedo. – repitió seriamente.

    -¿Por qué?

    -Porque no se por donde empezar.

    Tras unos minutos de silencio, Hatori dijo.

    -Yoshino… ¿acaso sos un estudiante a punto de rendir un examen o qué?

    -¡No lo soy! – replicó enojado.

    -Entonces ponte a dibujar de una buena vez y nada de excusas.

    -Pero…

    -Sin peros.

    -Aish esta bien, a veces te pareces a mi mama.

    -Motivos das.

    Justo en el momento de replicar los teléfonos, todos los presentes al mismo suenan interrumpiendo la discusión, las asistentes les extraña tal acontecimiento por lo cual contestaron, una voz se manifestó con el siguiente mensaje.

    -Bienvenidos al juego, su victima esta cerca, así que feliz cacería o ¿prefiere ser el cazado?

    Un instante de tensión abrumadora se generó en el ambiente y un juego de risas estalló.

    -¿Qué broma es esa?

    -Una de muy mal gusto. –comentó otra.

    -La gente no sabe que hacer. –se reía la tercera.

    Para los tres compañeros de secundaria ese anuncio les generó escalofríos, cuyo semblante fue notado por las jóvenes.

    -¿Acaso creen en esas cosas?

    -No, absolutamente no. – negó rápidamente Hatori conservando su serio semblante.

    -Seria cosas de tontos creer en eso, ¿cierto? –acotó Yanase que hasta entonces estaba callado.

    Las chicas estuvieron de acuerdo con ellos, y una de ellas miró a Chiaki que seguía pálido, preguntando preocupada.

    -¿Sensei se siente mal?

    -¿Eh? No, no te preocupes, estoy bien.

    -A sensei no le cae bien las bromas telefónicas. –se burló una.

    -¿Verdad que sí? – secundó la otra y se rieron de sus propios comentarios, aunque en la situación actual de ellos, lejos de ser una broma era tales palabras.

    -Hagamos un receso. – propuso Yanase levantándose de su escritorio algo molesto por el cansancio acumulado tras días sin dormir.

    -E-Estoy de acuerdo, descansen chicas. – alegó nerviosamente Chiaki, saliendo tras Yuu pero en dirección al baño, Hatori hizo lo propio pero siguiendo a su pareja.

    -¿Sensei estará enfermo? – comentó la castaña asistente.

    -Quien sabe… quizás solo es la presión de fin de ciclo. –dijo una agotada y levantándose para estirar sus piernas.

    En uno de los balcones del departamento de Yoshino, Yuu estaba al teléfono hablando con su pareja.

    -Es hora…

    -Entendido… ¿al final decidiste que fuera en ese sitio?

    -Si, mejor lugar imposible. –respondió Yuu enojado.

    -¿Te arrepientes?

    -No… me arrepiento de una cosa…

    -Y esa es…

    -Luego te lo diré, te veo al rato. –cortando la llamada sin dar opción para responder.

    Al otro lado y no muy lejos de Yanase, la empresa Marukawa Shoten albergaba tanto a sus editores como a sus estrellas y dentro de la división de manga shojo la tensión se incrementó al recibir la misma llamada que hace un rato recibieron Hatori, Yoshino y Yanase. La diferencia es que la tensión y atmosfera pesada era peor de lo pensado.

    Takano Masamune miraba a sus compañeros, al igual que él, los demás miraron sus teléfonos con cierto desagrado, dando a entender que por desgracia e inevitabilidad habían caído en un enfermo juego.

    -“Así que… así son las cosas…” –pensó uno de los cuatro editores presentes, excusándose de la oficina y realizando la llamada pertinente.

    Otro de los editores tomo su celular aprovechando la distracción y mandó un mensaje, cuya respuesta titubeante seguía en pie, pero la decisión final no estaba lejos de ellos.

    Silencios e incomodas situaciones transcurrieron en un hospital estatal, en una universidad, en varios departamentos residenciales, los noticieros de todo Japón dieron un breve comunicado que cuya extraña llamada se había realizado en distintos sitios,… por no decir en todo el país, por lo que la gente no sabia si tomarlo a broma o no.

    Los mas trastornados pensaron que se venia el fin del mundo, otros simplemente la ignoraron, algunos dijeron que era un hacker que solo gustaba hacer bromas. Pero algo que podían estar seguros veinticuatro personas que esto no era un chiste, sino que el juego oficialmente había iniciado y era hora de jugar al gato y al ratón.

    Al otro lado de la ciudad y mirando el bullicio provocado por nuestro anuncio, estábamos nosotros mirando nuestra creación y comenté.

    -Se nota que sos un hacker de primera Hati… llamar a todos y al mismo tiempo fue un lindo gesto de tu parte.

    -Era eso, o el juego no tendría sentido. –comentó este aburrido y tecleando ciertas cosas.

    Miro la pantalla y veo un sitio en cuestión - ¿Es ahí?

    -Si… son raros estos hombres… - comentó también escaneando el sitio. – 333 metros de altura, 3,3 millones de visitantes, y construido en el lugar más llamativo que hay… son unos idiotas.

    -Idiotas no… egocéntricos dirás…

    -Si… vamos a ver el comienzo de una nueva era – me rio acomodándome en un futon.

    -Con que… nueva era…. –murmuró Mad Hatter observando los movimientos de todos.

    Las días transcurría como agua y el principio de una tarde brillante estaba en su apogeo, todos las disfrutaban pero las asistentes del mangaka más vendido de Emerald estaban desplomadas sobre sus tableros de dibujo, demostrando por enésima vez su buen trabajo… trabajo que debería estar realizado hace unos días…

    -Ya esta… no puedo más…

    -Terminamos…

    -Yoshino, deberías ser mas considerado ¿no crees? Hiciste en tiempo record todo un capitulo… pero eso no quita lo irresponsable que eres. – comentó su amigo de la infancia.

    -L-Lo se… -respondió el desanimado joven casi al borde del colapso, cuyo estomago resonó.

    Sonriendo resignado Tori comentó – iré a prepararte algo, por lo pronto deberías ir a dormir.

    -Si es así… nosotros nos retiramos –dijeron las jóvenes.

    -Yo también me voy, tengo cosas que hacer. –dijo enojado Yanase recogiendo su bolsa.

    Sorprendidos tanto mangaka como editor vieron como los asistentes se marchaban, usualmente Yanase se quedaba para recoger todo y molestar a Hatori sobre su insistente amor no correspondido pero esta vez fue diferente.

    Saliendo de sus pensamientos las puertas de la residencia se cerraron dejando la pareja a solas, el cansado mangaka se arrastró hasta su cuarto para dormir un par de horas mientras que su pareja cocinaba algo ligero. El cielo se tiñó de violetas oscuros, todo era demasiado calmo, solo se escuchaba el movimiento de la sartén, los utensilios picando todo, el sonido de la ducha correr… esperen eso ultimo si que es raro…

    -¿Yoshino? –llamó Hatori caminando hacia al cuarto donde se escuchaba la ducha del baño correr, pero nadie respondía. -¿Yoshino te sientes bien? – insistió tocando la puerta pero no obtuvo respuesta y recordando lo pálido y malnutrido que estuvo su amante hace unas horas siguió llamando a la puerta pero sin resultado.

    El agua no paraba de correr y Hatori preocupado pensando que el chico había colapsado se abalanzó contra la puerta para forzarla, tras cuatro o cinco intentos logró entrar pero el escenario estaba lejos de lo pensado….

    Bajo el agua estaba el cuerpo de su pareja y lo que salía de su cerca de su cabeza era… ¿sangre?

    -N-No puede ser… -dijo shockeado Yoshiyuki, y antes de que pudiera reaccionar, un fuerte golpe fue dado en su cabeza provocando que callera al piso de mojado teñido de rojo. Lo ultimo que logró divisar Hatori fue a un hombre cuya sonrisa jamás se borraba… una sonrisa que se mantenía bajo cualquier circunstancia, una sonrisa que anunciaba que esto era solo el comienzo.

    -Buenas noches… Hatori-san. –saludo el sonriente editor Mino Kanade a su compañero que cae en la inconsciencia absoluta.

    -¿Era necesario? – comentó otro joven ingresando al baño y mirando al par inconsciente

    -Era justo y necesario. –respondió Mino sonriendo al chico de ojos de lince.

    -¿Cuándo despertaran?

    -Dentro de una media hora… creo – dijo meditando y checando la magnitud del golpe impartido.

    -Yo diría que en un par de horas… pero lo que me sorprende es la fuerza que tienes… no es fácil derribar a Hatori.

    -Lo mismo diría por Yoshino-sensei… pero por el momento es hora de irnos a otro lado.

    -Lo se… quisiera que Chiaki no tuviera que ver… pero…

    -¿Te arrepientes?

    -No me arrepiento… es algo que se debe hacer ¿no es así? –dijo Yanase agarrando el cuerpo de Chiaki y llevándolo a rastras fuera del baño.

    -Sí, es algo que debemos hacer nos guste o no. –comentó agarrando el cuerpo de Hatori y siguiendo al joven dibujante.

    Ambos jóvenes llevaron a los cuerpos inconscientes a un auto, sentándose uno al lado del otro vigilando por si reaccionaban antes de lo esperado.

    Dichos movimientos eran observados por unos aburridos que no hacían nada mas que tomar te.

    -Hat…. Estos chicos sin que son de temer.

    -Vos dirás por Kanade-san, ¿no?

    -Ja j aja… no solo Kanade-chan, sino que Yuu-chan tampoco se queda atrás.

    -Aun no hizo nada y pensas que hará algo digno de un jugador – cuestionó mi otro yo.

    -Mira y veras a lo que me refiero. –digo sonriente sentándome en el regazo de mi Sombrero Loco, moviendo un par de comandos con el joystick para activar una video conferencia privada con los demás jugadores sin que los protagonistas de tal acto supieran de esto.

    -Vamos a ver… por algo escogieron ese sitio… -mirando la pantalla nos quedamos prendidos por la brillante y majestuosa edificación, uno de los iconos de Tokyo, y el mas visitado tanto por turistas como nativos, la Torre de Tokyo de 333 metros de altura.

    -Veamos que hacen los Enigmáticos Kanade-chan y Yuu-chan – dije alegremente.

    Un sordo silencio apuñaló la mente del sub jefe de Emerald, poco a poco volvía a enfocar la vista pero un dolor incesante le molestaba de su lado izquierdo. Recordando las últimas escenas buscó con la vista a Chiaki y lo que vio lo dejó mas asustado que antes.

    El joven mangaka estaba encadenado y suspendido apenas unos milímetros del suelo, los brazos estabas abiertos de forma tal que su cuerpo formaba una cruz cristiana.

    -C-Chiaki… despierta… -gesticulo apenas el editor que no era consciente de su estado, igual que el joven castaño él también estaba por decirlo vulgarmente… crucificado.

    -M-Mnnhh… -se quejó el chico intentado moverse inútilmente, entreabriendo los ojos. –T-Tori…

    -Hasta que por fin despiertan. –saludo alegremente una voz desde las sombras empujando un pequeño carrito de comida, pero no había nada de comida en los platos.

    -¿Q-Quien eres? – susurró confundido Yoshino hacia el editor.

    -¡Mino-san suéltanos ya!

    -Mucho gusto Yoshino-san… o debería decir Yoshikawa-sensei, soy Mino Kanade un editor de Emerald de Marukawa Shoten. –saludó cortésmente obviando las palabras de Tori.

    -¡Yanase bastardo haz algo! – ladró Yoshiyuki a la otra figura que estaba en las sombras.

    -No tengo que hacer nada… salvo una cosa… -dijo acercándose a su pareja y mirando desafiantes a los presentes.

    -¿Yuu?... no me digas que tu… - dijo Chiaki estupefacto al ver a su otro amigo en medio de tal situación.

    -Cállate… si no hubieras negado mis palabras… ¡quizás no tendría que estar haciendo lo que menos quiero! – gritó mirando con odio al castaño que se asustó

    -¡Yanase maldito! ¡Dej- uhgg! – un golpe al estomago fue recibido cortesía de Mino.

    -Hatori-san ruego que mantenga la calma o nos hará la tarea más difícil. –dijo calmadamente.

    -¡Tori! –llamó Chiaki tratando de liberarse de sus ataduras. - ¡Y-Yuu… s-suéltanos… por favor!

    -Eso es imposible. –respondió Yanase fríamente y mirando al suelo.

    -Bueno, ¿comenzamos Yuu? – dijo abrazando el sonriente editor al mencionado.

    -Si… mientras mas rápido mejor. – dijo tristemente.

    -¡No te atrevas hacerle nada a Yoshino! – dijo encabronado Hatori.

    -Hatori-san no esta en posición de negociar.

    -Sabes… siempre te he odiado Hatori… y hay algo que no podré perdonarte…

    -Otra vez con lo mismo. –escupió fríamente el editor.

    -Cállate… -dijo enojado Yuu que tenia entre sus manos una especie de pinza.

    -Yuu... no le hagas nada… -suplico Chiaki.

    -¡Cállense! ¡No entiendo como te enamoraste de este tipo! Este hombre… te violó… no entiendo como estas enamorado de él, esto es imperdonable te tocó con sus sucias y asquerosas manos y te forzó. –gritó Yanase en el momento de un arrebato y ayudado por Mino cortaron una de las falanges de Yoshiyuki que gritó de dolor.

    Chiaki por acto reflejo cerró los ojos y tembló ante ese grito, temeroso abrió de nuevo y un dedo rodaba hacia él, manchando de sangre el camino.

    -Yuu… q-que hiciste… -dijo shockeado al ver ese trozo de carne.

    -Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo… - respondió enojado, cortando otra de las falanges – Castigar a este imbécil… por lo que te hizo.

    -¿Castigar?... ¿Por qué dices eso si no hizo nada? –dijo llorando Yoshino ante la escena que presenciaba.

    -Sensei… usted que fue lo primero que pensó tras ser violado por Hatori-san. –cuestionó Kanade mirando al joven mangaka.

    -P-Pero… en un principio… no me pareció justo… pero jamás odiaría a Tori…

    -La vida no es justa sensei. –acotó el editor seriamente.

    -Por no ser justa te pasaron estas cosas. – dijo llorando Yanase haciendo otro corte a la falange de Tori que no paraba de retorcerse.

    -Yanase-san… no esta haciendo el corte como se debe. –comentó Mino agarrando otra de esas pinzas pero a diferencia de Yuu en vez de cortar las falanges… cortó…

    -¡Tori! – gritó al ver la gran cantidad de sangre que emanaba de su herida.

    -¡M-Malditos…. Desgraciados… l-los matare…! –grito Hatori haciendo acopio de sus fuerzas para liberarse de una de sus ataduras, ya que tras el corte que realizo Mino, una de las extremidades fue liberada, dejando ver el gran muñón de sangre y músculos, lo que anteriormente era su mano derecha.

    -Mino-san… ahora se esta moviendo… - comentó Yuu mirando los movimientos torpes de su odiado rival.

    -No nos hará nada… porque si lo hace… ya mismo acabaremos con la vida de Yoshino-san – dijo sonriendo agarrando un gran cuchillo, apuntando al otro que se asustó y cerró los ojos, de esta forma Hatori dejó de moverse.

    -Hatori… ¿quieres que Chiaki no te vea así verdad? – preguntó Yuu

    -S-Solo no le hagas daño… -dijo resignado.

    -Chiaki… -se acercó a su temeroso amigo – prometo que esto no dolerá – dijo Yuu con una triste expresión, acariciando el rostro de este.

    -Y-Yuu… d-detente… por favor…

    -Lo siento… - susurró Yanase sonriendo tristemente.

    Esa imagen fue la ultima que vio Yoshino Chiaki ya que después fue oscuridad y dolor, Yuu… hizo algo que quizás no contempló y eso era… arrancarle las orbes azules del mangaka, gritaba de dolor, ya que cada fibra óptica estaba siendo arrancada a la fuerza y los nervios oculares se destrozaron, dejando en su rostro unas grandes cuencas llenas de sangre que salían a montones manchando tanto al atado como al ejecutante.

    -¡YANASE DESGRACIADO! – dijo Hatori al ver tal acto y volvió forcejear pero apenas empezó a moverse un dolor agudo y de procedencia diferente azotó a su cuerpo.

    -Hatori-san… no permitiré que insulte a mi pareja. –comentó Mino, apuñalando el estomago del editor.

    -Mino-san… no te preocupes… ya estoy mas que acostumbrado… -susurró Yuu mirando entre sus ensangrentadas manos las orbes azules de su amigo. – Solo… ¿acabemos si? –dijo tristemente.

    -Malditos… desgraciados… -jadeó Hatori moviéndose inútilmente.

    -Te morirás más rápido si te mueves. –dijo Yanase depositando suavemente las orbes en uno de los platos limpios de porcelana.

    -Eso no viene al caso Yanase-san… solo acabemos el tiempo se agota. – comentó Mino mirando la hora.

    -Ya lo se… -comentó molesto el aludido acercándose a su pareja. – Una cosa mas… sabes Hatori… por haber violado a Chiaki no solo debería haberte hecho eso… sino esto. –dijo tomando el objeto en cuestión y tras romper las ropas de Hatori procedió a la limpia y perfecta disección del miembro de este, cuyo gritó sobrepasó al del apenas vivo Yoshino.

    -T-To… ri… -susurró débilmente Yoshino, sin saber que pasó de su pareja tras quedarse ciego.

    Asqueado Yanase deposita en otros de los platos ese trozo de carne mirando el mutilado cuerpo del subjefe de edición.

    -Es hora de irnos… -comentó Kanade.

    -Si… es la hora…

    -Te lo preguntaré de nuevo… pero de que te arrepientes Yuu. –dijo mirando la sufrida expresión de Yanase que contemplaba los mutilados cuerpos de su antiguo amor y de su odiado rival.

    -Lo único que me arrepiento es…

    -De haberlos matado ¿no?

    -No… -dijo acercándose y tomando el cuchillo de carnicero que Mino había empleado como amenaza – Me arrepiento de otra cosa… - se acercó al inmóvil cuerpo de Chiaki y tras un suspiro de tristeza lo tomó con decisión y apuñaló el pecho de su amigo para realizar un tajo en el pecho y deslizarlo hacia abajo.

    -¿Y eso es? – insistió Mino tras imitar Yuu en la acción pero sobre el cuerpo de Yoshiyuki, cuyos gritos de ambos cuerpos manifestaron por ultima vez.

    El asistente no respondió y siguió tajeando el cuerpo del muerto mangaka, tras unos minutos ambos hombres se miraron y con toda la violencia del mundo metieron las manos en esa zona para arrancar el corazón de ambos muertos.

    Ambos órganos aun latía entre sus manos y con una mueca de desagrado la depositaron en otros platos.

    -Yo… me arrepiento de haberlos conocido. –respondió finalmente Yanase tras cortar el corazón de Chiaki por la mitad, dejando el cuchillo entre ambas mitades. –Si alguna vez… me dieran la segunda oportunidad de remendar algo… yo pediría una cosa… -dijo en un susurro muy bajo.

    El editor no insistió en la pregunta porque sabía la respuesta, así que ambos tras cometer su delito, tomaron entre las cocinas los detergentes, los líquidos de limpieza entre otras cosas y las rociaron por todo el salón y el primer piso de la torre de Tokyo.

    Tras dejar una corta vela, ambos asesinos bajaron por el ascensor a tierra firme, tras alejarse aguardaron media hora, rogando por un inminente acontecimiento.

    Todas las radios, televisores del lugar y toda guardia posible se acercaron al lugar de los hechos, pero lo único que veían y sin poder hacer nada, es ver como el amado icono de la ciudad se incineraba ante sus ojos.

    La Torre de Tokyo era identificable por donde se la mirase por su color rojo, pero este color rojo era mas intenso ya que las llamas consumía cada rastro de pintura, u objeto que contuviese la misma, los vidrios reventaron y todos veían desde el suelo como se incineraba…. Lo que jamás sabrían es que un par de cuerpos también estaban siendo reducidos a cenizas.

    -Bien… como habrán podido notar este dúo no tuvo dudas en aniquilar a los otros. –dije sonriendo ya que estaba en video conferencia con las demás parejas del juego.

    Los demás jugadores estaban más que estupefactos, algunos me miraron con odio, otros con temor, me causaba gracia porque les mostré el video del aniquilamiento de Yoshino Chiaki y Hatori Yoshiyuki pero jamás les mostré el rostro de los muertos o de sus ejecutantes.

    -Señores… si quieren una recomendación, cuídense de todo lo que los rodea. – comentó Hat.

    -Bien chicos, los veré pronto, o eso espero, depende de nuestro humor. –saludé alegremente cortando la transmisión.

    El silencio de luto estaba en todas las residencias de las demás parejas, la mayoría abrazaban a sus novios para consolarlos de tan horribles escenas.

    Para desgracia de ellos, este juego continua y lo único que van a terminar por pensar es en la misma frase que pensó Yuu tras haber matado a Chiaki y Yoshiyuki.



    “Lo único que me arrepiento es…. De haberlos conocido”





    Sean bienvenidos damas y caballeros a Survival Game.




    ok - escucha el mar de abucheos de su propia consciencia - se que no fue lo mejor, tampoco considero lo peor de lo que halla escrito, solo que tras una lavar mi cerebro con un par de series me largué al intento.

    Si quieren una conti, tan solo digan numeros del 1 al 12 menos el 6.

    La ruleta seguira girando y roguemos para ver quienes son los proximos en el matadero, de paso veré como perfecciono mi gore.

    Bye byeee
  3. .
    Este fic fue creado en momentos de delirios. aceptenlo cuando la loca que soy yo sufre de deslices mentales y que deberia ir supuestamente al psicologo


    como siempre tomando de prestados a los personajes de sensei inaguró mi locura mental y estreno usó por primera vez a la pareja del momento Los Trifectos, Kirishima Zen y Yokozawa Takafumi




    Cap 01: Un deseo inocente hecho realidad



    Dentro de las inmediaciones de la ciudad de Tokyo, los habitantes llevan una vida bastante rutinaria: laburo, escuela, atender negocios y un sinfín de fiestas llamativas y exuberantes.



    Pero sin ir mas lejos, una cándida familia gozaba de la excelente cena preparada por la menor del grupo, una simpática y alegre niña de tan solo doce años cuyo nombre es Kirishima Hiyori. La joven preadolescente estaba sentada en la mesa, con la compañía de su padre, el editor en jefe de Japun de Marukawa Shoten, Kirishima Zen de treinta tres años y su amigo (amante entre nos, porque la pequeña aun lo desconoce) el as de ventas de la misma compañía, Yokozawa Takafumi de veintisiete años.



    Este trio familiar hablaba de toda clase de temas, desde los más habitués como lo eran la escuela de la niña y del trabajo de los mayores, hasta de temas bastante inusuales y disparatados como el que verán a continuación….





    -Onii-chan, Onii-chan… -llamaba la castaña al adulto – Sorata-chan no ha comida su cena. –anunció señalando a la mascota que se encontraba agazapada al lado de su plato sin ánimos de nada.



    -¿Estará enfermo? – cuestionó el padre.



    -No creo, pienso que debe ser la edad o que esta cansado. – comentó Yokozawa al recordar que tanto la chica como el felino habían jugado toda la tarde.



    -Pero Sorata-chan siempre come después de jugar. – dijo inocentemente la menor.



    -Que una vez no coma no creo que pase nada. –comentó Zen distraídamente.



    -Padre ya van tres días sin comer.



    -Si mañana no prueba bocado, lo llevaremos al veterinario. – sentenció el vendedor.



    Tras un breve silencio la joven susurró:



    -Desearía que Sorata-chan nos dijera que tiene.



    -Todos desearíamos pero eso es difícil. – sentenciaron ambos adultos, dejando el tema del felino por cerrado y limpiando el comedor para irse a dormir. Yokozawa preocupado se llevó al animalito al cuarto de huésped para tenerlo vigilado y también para sus adentros susurró.



    -Sorata… ojalá te mejores.





    La mañana siguiente, Yokozawa despierta y lo que ve lo deja sin palabras, haciéndole pensar que aun sigue soñando.



    -¿Masamune?



    El joven que dormía a su lado, cuya cabellera era negra como la noche y al ver que la calidez de las frazadas y del cuerpo ajeno eran removidas , el otro cuerpo entreabrió los ojos y dejó relucir el dorado brillo de estos.



    -Buenos días… Takafumi.



    -¿Tu quien eres? – al percatarse que se parecía en demasía a Takano pero que a la vez no lo era.



    -Soy yo… Sorata, Takafumi-san. – sonríe el joven cuyas facciones relucientes, abrazó al cuerpo del vendedor y le robó un tierno beso de sus labios. Típico de felinos… de felinos tremendamente humanos….



    -Esto es imposible. –shockeado y aun sin asociar ideas.



    -Claro que es posible. –sonríe el chico. – Ahora pueden saber tanto Hiyori-chan como tú lo que tengo ¿no? – replicó alegremente.



    Quien diría que los deseos se hacen realidad, y mas si provienen de un corazón puro como el de la menor, algo que ni Kirishima ni el mismo Yokozawa pudieron haber contemplado y predecido… un deseo que mas provocaría un problema mas que una solución.








    los cartuchos me murieron ahi, ustedes diran si vale la pena que lo siga, eso si advierto que escribo cada muerte de obispo ya que trabajo como cualquier otro cristiano de esta pagina.

    los vere cuando los vea


    Adyuu
  4. .
    Ohayou... si.. ha pasado añares... de que escribi pero debido a muchas circunstancias me ha costado retomar, por suerte estoy superando como bien dice uno el duelo, pero una noche como hoy en Buenos Aires y escuchando Requiem of Red de K Project.. no pude evitar lo que surgió a continuación, sean amables y perdonen a esta oxidada escritora


    Capitulo 03: Requiem of Heart




    Una pareja de hombres iban caminando hacia la estación de tren, que a esas horas ya no había gente deambulando, uno estaba sosteniendo al otro que por su estado de ebriedad apenas anda derecho.

    En medio de ese silencio ahogado, el joven de castaños cobrizo preguntó:

    -¿Por qué… me ayuda?

    -¿Por qué? No cree que esa pregunta esta de más, Yanase-san. –replicó Mino ayudando al joven a pasar el boleto por la maquina verificadora.

    El mencionado no supo como contratacar por lo que se dejó guiar por el otro y sentando finalmente en una de las butacas del tranvía nocturno.

    El viaje transcurría tranquilamente, la mente confusa de Yuu no colaboraba ni en lo más mínimo en razonar sobre por qué Kanade lo ayudaba y hasta lo vio llorar sin preguntar por la causa de la misma.

    -Yanase-san. –llamó el hombre sin la sonrisa que tanto lo caracterizaba, posiblemente intuía que no era un buen momento de mantener un semblante alegre para la situación que participaba sin quererlo. -¿Puede caminar todavía?

    -De poder puedo, solo que… me siento mareado… -susurró recostándose en el asiento

    -Intuyo que ha tomado demasiado.

    -Poco… pero me cae pesado.

    Un silencio incomodo surgió de la nada y el suave traqueteo era el único efecto sonoro vigente. De pronto, un suave golpe sintió el editor sobre su hombro, cuando desvió la mirada vio que era la cabeza del dibujante que solo suspiraba resignado y con los colores desvanecidos del rostro.

    -¿Se siente mal?

    -Desde hace mucho me siento así.- respondió por responder sin pensarlo.

    -¿Qué tanto?

    -Desde que recuerdo… -respondió acomodándose mas en aquella cálida zona – Quisiera… quisiera no haber conocido a esa persona… -susurró bajito con un tono casi inaudible pero lo suficiente para que el otro escuchase.

    Cuando el editor pensó en responder escuchó un leve suspiro acompañado de una respiración acompasada que denotaba que su compañero de viaje cayó en los brazos del dios del sueño eterno.


    Dentro de un mundo sin recuerdos del ahora, nuestro joven dibujante en sus años de adolescencia dibujaba a muchas personas, dichos modelos eran el club de música que entrenaba en el patio para el torneo nacional. En medio de aquella sutil melodía clásica, una voz muy conocida resonó cerca de él.

    -¿Yuu qué haces aquí? –preguntó un joven de la misma edad y curso, sin pensarlo recordó el rostro del chico, su compañero de banco Yoshino Chiaki de 17 años.

    -Nada. –respondió tratando de mantener la indiferencia aunque le se sentía raro al estar cerca de aquel joven.

    -Wow… dibujas muy bien. –tomando el bosquejo del castaño.

    -Chiaki devuélvemelo. –pidió apenado al verse descubierto con su pasatiempo.

    -¿Por qué? Si a mi me gusta –respondió alegremente provocando que aumentara el sonrojo del otro.

    -Por favor… no digas eso…

    -No es ninguna mentira, me gusta como dibujas quiero que sigas, hazlo por favor – pidió entusiasmado el joven de ojos azules petróleo.

    -Pero…

    -Me gusta mucho –siguió mirando el dibujo – ¿me lo regalarías cuando lo termines?

    Al estar tan confundido y sorprendido solo se limitó en asentir con la cabeza, alegrando nuevamente a su amigo.

    -Muchas gracias, será uno de mis apreciados tesoros. –comentó sonriente mirándolo a los ojos.

    Mas sonrojado desvió la mirada, en ese momento pensó – Acaso yo… ¿me enamoré de Chiaki?

    Desde ese entonces, cada vez que dibujaba esos pensamientos se llenaban del rostro del aquel joven y las manos del dibujante se movían por si solas plasmando en aquellas hojas, las facciones de ese chico que en el día de hoy era un amor imposible de concretar… un sueño que debía dejar ir, como aquella mariposa que se aleja hacia la luz para ser quemada por los rayos solares.

    “Suavemente, poso un velo blanco,
    Sobre la orgullosa flama, que una vez ardía en rojo.
    Todos quedarán solos un día,
    Para grabarse en nuestras memorias, tan profundo que dolerá.”


    Sin saber como ni donde unos ojos pardos se abrían con la parsimonia del mundo, y un leve dolor en la sien indicaba que tenía una resaca de los mil demonios.

    -¿Dónde estoy? –susurró sujetándose la cabeza y checando todo el cuarto.

    -En mi casa. –respondió una voz, que entraba al cuarto trayendo un vaso de agua y una bolsita de medicinas.

    -Mi cabeza… -susurró con una leve mueca de molestia.

    -Parece que su tolerancia a la bebida no es muy buena Yanase-san. –comentó alegremente Mino.

    -No se burle de mí. –susurró molesto mirándolo con aquellos ojos desafiantes.

    -Jamás lo haría, usted necesita recuperarse de muchas cosas. –comentó mirándolo sin abrir esas escurridizas orbes.

    Estudiándose en silencio el joven dibujante preguntó

    -¿Por qué no muestra sus ojos?

    Aun sonriente respondió – Porque mis ojos dicen más que mis palabras.

    Esas palabras resonaron en su cabeza haciéndole recordar aquella frase: “Los ojos son las puertas del alma” y mirándolo fijamente susurró

    -Quisiera poder ver que tanto dicen esos ojos de mí. –musitó.

    -Espero que no lo diga en serio Yanase-san.

    -Lo digo de verdad. –susurró manteniendo la seriedad.

    -No es el momento, no ahora…

    -¿Por qué?

    -Porque aun albergas sentimientos por Yoshino-san. –respondió tendiéndole el vaso.

    -¿Cómo lo sabe? –Sorprendido al ver que había descubierto su amor no correspondido

    -Lo ha mencionado en sueños – respondió simplemente.

    Avergonzado de si mismo sostuvo el vaso con ganas de romperlo y muy enfadado dijo:

    -Quisiera… quisiera no tener estos sentimientos…

    -¿Por qué? –comentó con seriedad el editor a tales palabras.

    -¿Por qué? Pregunta por qué… porque estoy agotado, estoy cansado, me siento como un imbécil persiguiendo a Chiaki sabiendo que jamás me amará... no sabe lo frustrante que es esto –dijo perdiendo la paciencia.

    -Lo comprendo. –susurró.

    -N-No... No lo entiende… estoy agotado… yo… quisiera renunciar pero no puedo, quisiera olvidar pero mi mente se niega, yo no sé que hacer por eso yo… pido… Pido y rezo poder olvidarlo… y no volver a sentirme así…

    -Yanase-san… ¿esta seguro de lo que dice?

    -L-Lo estoy. –dijo enojado.

    -¿De verdad? ¿Quiere terminar como yo? – preguntó tomándole el rostro y abriendo sus ojos, unos ojos que realmente era de temer… no había palabra que definiera lo que percibió Yuu en aquel momento.

    Soledad, impotencia, desamor, desesperanza, resignación, aceptación, el todo… y la nada…

    “Este mundo blanco - esto era todo lo que estaba aquí,
    Hasta que ese primer color reunió todo en un sitio.

    Rememorando hasta el día donde hicimos un firme juramento, dejo que mis pensamientos deambulen libres.
    Rezos en lo alto del cielo, nuestro lazos más allá del cero.

    Aquí,
    Después de entender el significado de la vida, el significado de la partida, y el significado de los finales,
    Finalmente hemos conocido,
    Perdida - Descanso - Remembranza.”


    Tras intensos y sádicos minutos en silencio donde un par de ojos claros, platinos para ser más exactos y los otros bordó chocaban demostrando en que en realidad eran más cercanos de lo que esperaban, Yanase dijo:

    -Usted…. ¿Amó a alguien?

    -Amé y perdí… hace mucho que se fue… -susurró mirándolo con aquellos ojos que demostraban todo pero a la vez no decían nada.

    Tristes ambos seres se quedaron contemplando hasta que el asistente volvió a hablar.

    -Esto… es irónico.

    -¿Qué es irónico?

    -Que sus ojos sean así cuando su persona es otra –susurró con una sonrisa amarga.

    -Me lo dice alguien que sabe camuflar y sobrevivir día a día con eso. –espetó Kanade.

    -Yo… lo quiero… pero ahora… estoy cansado… ya no… no doy mas... –susurró sonriendo con lagrimas en los ojos.

    -Esta bien… deje fluir… se contuvo por mucho tiempo – lo abrazó delicadamente.

    -¿P-Por qué es bueno? – preguntó llorando sin poder contener sus ríos salinos.

    -¿Por qué?... ¿acaso no puedo ser amable? Necesita un hombro amigo y desahogarse… no siempre es bueno contenerse… sino míreme a mí… solo soy una sonrisa falsa, una persona que no demuestra lo que siente en realidad… deseo que no termine así Yanase-san. –murmuró aferrándolo contra él.

    “Rememorando hasta el día donde hicimos un firme juramento, dejo que mis pensamientos deambulen libres.
    Rezos en lo alto del cielo, nuestro lazos más allá del cero.”


    -P-Por qué… m-me enamoré... por qué él… y no otra persona… -dijo quebrado y llorando sin dejar de abrazar a Mino.

    -Tales preguntas… no tiene respuestas, pero déjeme decirle que en su momento yo también me cuestioné eso.

    -Dígame… ¿se sigue preguntando por eso que no fue?

    -Todos los días… solo que… me termino olvidando debido al trabajo y a otras personas que tuve la gracia de conocer.

    -Mino-san…

    -¿Si?

    -Gracias…

    Silencio fue lo que se escuchó a continuación y a lo lejos los ecos de una lluvia inesperada se dejaron oír por las silenciosas calles de Tokyo.

    “Permanece dentro de este cuerpo por siempre,
    En tanto nuestra sangre corra carmesí,
    Por favor, deja que el fondo de nuestros corazones
    Sean el hogar del orgullo que se fue, y que amamos.

    Y ahora en calma. Se fue, él se fue.
    Ahora, ofrecemos esta canción. Se fue, él se fue.”



    El silencio del réquiem de unos corazones destrozados se filtraba con los truenos en la lejanía, la lluvia que inundaba la ciudad lavaba los rostros de los jóvenes cuyos corazones hacían luto por enésima vez. Esto… es el comienzo de un deseo a cumplir, el réquiem permite voltear la página para que una vez más volver a jugar un juego que se llama vida.


    cualquier coment es bien recibido, como dije ando oxidada por eso la critica es bien recibida, advierto que la version de Angela (cantante del op de K-Project) destroza mas que la de Anna y Classmen, para las fans de K me entenderan lo que digo sin mas me despido ah... el titulo de Survival Game chapter 3 sera

    The Judgement, el juego dio inicio los esperaré a fututo alla

    Adyuu
  5. .
    ohayou..... o konbawa... si ya se que me tardé ocho millones de años pero no estoy en mi mejor etapa personal, meses dificiles estoy viviendo y casi en soledad pero aqui estoy rompiendoles la cabeza y solo diré que este no es mi mejor capitulo mas logrado, errores de sobra ojalá lo disfruten





    Capitulo 02: Un Programa de Fantasía concedido por Dios





    En un lugar lejos de las afueras de Tokyo, quizás lejos del mismo Japón su fiel servidora que acompañada de su predispuesto amigo, Mad Hatter, Hat para mí, nos hallábamos en nuestra ceremonia inaugural donde nuestros amados jugadores salían cada treinta minutos de la prisión preventiva que habíamos organizado.

    -Mi querida Van ¿piensas que estos chicos realmente lo harán? – cuestionó mi lindo amigo.

    -Sabes que no tienen opción, pero la cuestión es que algunos poseen una moral y conciencia muy elevadas, el chiste es como les afectará cuando maten a una persona que conoce.

    -Opino que ese grupo tiene una mentalidad maleable, de seguro lo harán sin dudar cuando vean que lo que mas quieren esta a un paso de irse al otro mundo.

    -Es cierto… - mientras tomaba otro sorbo de té y miraba fijamente a los doce monitores que cada media hora se vaciaba - Hat…

    -¿Qué?

    -¿Cuándo mandaremos el primer mensaje? – pregunté aun con la vista fija en los monitores.

    -¿Por qué lo preguntas? Bien sabes que eso depende de ti. – respondió mirándome y luego estudiando los monitores.

    -Ya lo sé… es solo que pienso a quien mandaremos primero al matadero. – comenté jugando con la cuchara en la taza sin despegar la vista.

    -Se nota que estas aburrida… no tienes remedio.

    -Cállate, solo quiero ver que tanto ingenio tiene este grupo, por algo la mayoría tienen esos trabajos.

    -No creas que porque posean esos trabajos tenga una mente tan retorcida como la tuya para hacer semejante locura.

    -De creer lo creo, pero hay algo que debo corregirte Hati. –dije cariñosamente despegando la vista.

    -¿Qué es?

    -Que tú y yo tenemos la misma mente retorcida, así que deberías decir “una mente tan retorcida como la nuestra”.

    Mi compañero me miró por unos cuantos minutos hasta que los dos nos partimos de la risa porque sabíamos que los dos teníamos razón.

    Dejando de lado nuestra discusión filosófica sobre quien tiene la razón, en dicho hotel donde nuestros chicos salían, cada pareja tenia un dilema que resolver y este era el siguiente:

    “Cazar o ser Cazado”

    La primera pareja en ser liberada fueron nuestro querido par editor-mangaka, Ijuuin Kyou e Ishi Shizuku, quienes iban dentro de todo bastante calmados como si realmente los hubiéramos tomado el pelo con la noticia pero sabían muy bien que esa supuesta mentira era su realidad.

    En el silencio del atardecer que los golpeaba ambos iban caminando juntos meditando las palabras que elegirían para expresarle al otro su sentir. Y el que decidió quebrar la ley del mutismo fue el mangaka:

    -¿Qué opinas Shizuku-kun?

    -¿Sobre las estúpidas reglas de ese juego o sobre como caímos en tan artimaña perversa? –repreguntó con un semblante inexpresivo y serio.

    -¿Debo responder la pregunta? –contestó sabiendo claramente a lo que se refería aunque no estaba de mas que contestara ambas.

    El menor era consciente que el mayor le gustaría conocer la respuesta a las dos preguntas que realizó por lo que meditó unos instantes y luego con un suspiro respondió

    -Sensei… para ser realista ese juego no se si lo ganaremos, además ¿usted se ve asesinando a alguien? Yo todavía no, por otra parte creo que caímos en este retorcido juego por el mero azar… aunque me pregunto que tan azaroso fue la elección de jugadores… algo me dice que es intencional. –sentenció para luego guardar silencio mientras seguía caminando en su mundo dejando sonriente al adulto.

    -Shizuku-kun estas a esto de convertirte en el Sherlock Holmes de esta era. – comentó por la intuitiva y digamos certera deducción del joven y misterioso editor.

    -Ijuuin-sensei no insultemos a la memoria del autor, si escuchase sus palabras y viera nuestra situación ni el mismo personaje nos salvaría.

    -Ay Shizuku-kun te falta vivir la vida. – Dijo pasando una mano por el hombro para atraerlo y manteniendo esa cautivante sonrisa sugirió – Y bien… ¿quieres venir a mi casa a corregir los storyboards?

    -Mas que corregir los bosquejos debería corregirle varias cosas. – respondió sin perder la calma.

    -Oh… y puedo saber qué debería corregir. –insinuó a unos palmos de distancia de plantarle un beso.

    -Se lo diré cuando estemos allá, Ijuuin-sensei. – sentenció tomando un poco de distancia pero con el tono de que había captado la indirecta.

    -Ansío ver eso Shizuku-kun. –dijo divertido el dibujante para seguir sus rumbos sin importarle que sus vidas se acabasen de un día para otro y que a su vez pudiesen ser los inquisidores de una.

    -Esos chicos si que se los toma con calma. –mencioné mientras miraba el monitor donde la pareja caminaba rumbo al destino dictado por el mangaka.

    -Te dije que la mentalidad humana es maleable. – refutó Hat mientras se deshacía del disfraz del Sombrero para ponerse una ropa mas cómoda.

    -Hat… sabes que te quiero ¿no? – comenté fastidiosa

    -Sí, lo sé ¿y?

    -No me hagas enojar… Hati… -dije con un aura oscura.

    -Y ahora ¿que te pasa?

    -Nada Hat, cariño mío…. Solo no arruines mi humor quieres ¿si? – mirándolo con una sonrisa angelical pero la negrura de mi aura en aumento.

    -En serio que no entiendo a las mujeres… - comentó por lo bajo.

    -Ni yo entiendo a los hombres… - respondí. – Y otra vez lo olvidaste.

    -¿Qué?

    -Que tenemos la misma mentalidad….

    -Y eso qué.

    -Que somos los mismos…

    -Ah… lo olvidé…

    -Se nota…

    Nos miramos unos minutos con seriedad hasta que sonreímos y seguimos cada quien mirando diferente monitor esperando ver las consecuencias de nuestra travesura.

    La segunda liberación fue del par ilusorio, Kurosaki Shinoda y Fenhoff Faustus, donde la decisión del mayor había sido tomada desde el instante que su hijo es, por así decirlo, rehén de tan bella locura. Por otra parte el extranjero inútilmente intentaba calmarlo.

    -S-Shinoda-san espere…

    -Te juro que si de verdad encuentro a esos dos los mataré. – dijo el mencionado caminando sin rumbo fijo

    -Shinoda-san… - llamó de nuevo

    -Y una vez que los vea, habrán lamentado tomar a mi hijo como juguete, malditos bastardos – siguió vociferando cruzando la calle con la luz verde, en ese instante un camión estaba apunto de atropellarlo pero gracias a los reflejos del australiano tan desafortunado accidente jamás sucedió.

    -¡Shinoda-san eso fue estúpido, por poco y muere!

    El adulto miraba con los ojos abiertos tanto al menor como a la acera donde por poco y era carne muerta.

    -¡Debe calmarse, no podrá hacer nada si pierde los estribos!

    Tras unos minutos donde la adrenalina aun corría por sus venas pero con la conciencia de que ya estaban a salvo, Shinoda habló:

    -Tienes razón… perdóname, es que no pensé que harían eso con mi hijo.

    -No se disculpe y comprendo lo que siente pero debe comprender que si desea evitar eso tenemos una única solución – comentó resignado y temblando levemente.

    -Lo sé… sé que no eres capaz de eso, pero te protegeré, lo prometo. Ni tú ni yo, ni siquiera Yami, morirán porque yo los protegeré…

    -Shinoda-san…

    El calor de los sentimientos de cuidar, de ayudar, de amor hacia los demás, infundidos por un simple contacto físico como es el hecho de abrazar a alguien hace que todo problema de enorme magnitud sea reducido a casi nada. Olvidar la realidad es el encanto de la ilusión.

    Un hecho similar pero con otro enfoque se debatía entre el editor en jefe de Japun, Kirishima Zen y el Oso Gruñón de Marukawa, Yokozawa Takafumi; en este caso el sacado de casillas era el morocho por el atentado hacia la hija de Zen, Hiyori que descansaba tranquilamente en su cuarto. La preadolescente, y la mayoría de las victimas, tenían una fina y casi invisible marca alrededor del cuello donde claramente se apreciaba que el objeto en cuestión eran esos desgraciados hilos.

    El vendedor miraba como la chica dormía plácidamente sin percatarse que el padre los miraba fijamente a ambos.

    -Con mirar no vas a lograr que esas marcas desaparezcan.

    -Lo sé…

    -Dejémosla dormir, en horas veras que estará de pie como si nada. –comentó Kirishima saliendo de la recamara siendo seguido por un molesto Takafumi.

    Una vez que se sentaron en el comedor, el más joven recriminó la actitud del otro.

    -Estas demasiado tranquilo sabiendo que Hiyori estuvo a punto de morir, ¿acaso no te importa?

    Los gélidos y penetrantes ojos del editor se posaron en su persona dándole a entender que esa pregunta estaba demás, eso provocó que las guardias del vendedor se alzaran ya que la mirada que le dedicaba Kirishima no era la misma juguetona y profesional de siempre… esos ojos acaramelados tan bondadosos y amorosos para su hija destilaban en esos instantes aires de muerte.

    Tragando seco, Yokozawa volvió a su compostura habitual de vendedor ya que esa faceta era la única que lo hacía mantenerse a raya en una situación densa.

    -Sé que este asunto no es fácil… - comenzó abordar pero la suave y grave voz del mayor lo interrumpió.

    -¿Serías capaz de asesinar a una persona?

    Maldita la pregunta pero precisamente ese era el tema de que hablarían, les gustase o no.

    -En realidad no…. Seré una persona de corto temperamento pero no llego al grado de querer quitar la vida de alguien, o sea es obvio que cuando uno esta enojado piense en ello por desquite del momento pero no es una solución.

    La respuesta era la correcta pero la situación en la que se hallaban no era muy útil.

    -Así que pensaste en acabar con la vida de tus subordinados… pobre de esos chicos, tener una vida joven y acabada por la ira de tu amargura… que final más triste. – comentó con un tono de voz tan serio que generó que el vendedor lo mirara con cara de pocos amigos, incluso en situaciones como estas Zen se las ingeniaba para decir una broma de mal gusto. – Comprendo… igual yo si sería capaz con tal de proteger lo que más quiero. –levantándose del sillón donde se hallaban para ir al balcón.

    -Si Sakura estuviese aquí y ahora se sentiría orgullosa de ti. –siguiéndolo para aspirar la brisa del aire otoñal.

    Una amarga sonrisa atravesó en las facciones del editor y la voz calmada de costumbre emanó de su boca con la siguiente pregunta:

    -¿Me protegerías? Si estuviera en peligro… me protegerías, ¿no?

    El paso de silencio entre pregunta y respuesta parecía eterno, y para Kirishima que estaba acostumbrado a la timidez del otro en ese tipo de situación sonrió como de costumbre volviendo a ingresar a la casa para ver como seguía la niña. No llegó ni a los diez pasos cuando la respuesta llegó:

    -Claro que te protegería… idiota.

    Eso era todo lo que necesitaba Kirishima para saber que no estaría solo en este juego de la muerte donde estaba en juego el todo por el todo.

    De regreso con en las oficinas de Marukawa, tanto el director ejecutivo como el secretario estaban trabajando con una seriedad inusual. En eso la voz del secretario resonó:

    -Ryuichirou-sama, ¿qué decidió?

    -Sobre la junta de la tarde pasarla para mañana, no estoy de humor para escuchar una pelea insulsa de una publicación.

    -No me refiero a eso.

    -Ah… sobre ese tema… pues jugaré, no voy a permitir que mi vida acabe así como así porque aun tengo muchas cosas que hacer… aun no hemos pasado juntos el tiempo suficiente como para que un par de locos se le ocurra matarnos porque quieren.

    Una respuesta digna de esperarse de su jefe y amante, si esa era la voluntad de él, Asahina lo seguiría hasta el fin del mundo de ser necesario con tal de cumplir aquel deseo. No permitiría que los errores del ayer interfirieran con el futuro que ambos programaron en sus respectivas mentes, otra pareja decidida, otra pareja dispuesta a arriesgarlo todo.

    En una plaza, lejos del gran hotel, descansaban un joven universitario que miraba a la nada misma teniendo de compañía al editor de mayor de edad del equipo Emerald a su lado contemplándolo.

    -Shouta-san… no sé que hacer…

    -Ya somos dos.

    -Es que… no puedo hacerlo… simplemente no puedo.

    -Entiendo pero tampoco podemos dejar que nos maten.

    -Eso también lo comprendo… no quiero perderte pero…

    -Deja de preocuparte, cuando llegue el momento sabremos de lo que seremos capaces. –reconfortándolo en medio de un tibio abrazo.

    Un deseo imposible de cumplir, estando entre la espada y la pared, estos seres han decidido que cuando sea la hora ellos decidirían que harían y que por ahora disfrutarían del regalo del presente.

    En un edificio cerca de la universidad Mitsuhashi, un par de hombres discutían sobre tan delicado tema.

    -Digas lo que digas Miyagi, ¡los mataré no me importa!

    -Shinobu –atrapando el brazo del menor – no sabes la magnitud de lo que estamos metidos.

    -Claro que lo se.

    -No… no lo sabes.

    -Que si. – insistió forcejeando.

    -Entonces dime por qué estas temblando.

    -No lo estoy. –dijo colorado.

    -Lo estas, cálmate mocoso. – abrazándolo para calmar al nervioso y alterado joven.

    -Que no… - susurró correspondiendo y aferrándose a la camisa del literato.

    -Shinobu, tranquilízate no pasará nada.

    -No quiero perderte, no si lo puedo evitar…

    -Mocoso a mi modo de ver soy inmune a la muerte. – comentó medio divertido.

    -¿Por qué lo dices?

    -Hasta ahora no he muerto por tus artes culinarias, dudo mucho que un tipo me mate. – La cara molesta del menor fue tal que Miyagi se apresuró a decir – Es una broma, no lo tomes a pecho.

    El chico no comentó nada solo retomó la caminata y el mayor preguntó:

    -Shinobu-chin… ¿A dónde vamos?

    -Al mercado.

    -¿Para?

    -Comprar los ingredientes de la cena. – masculló sin detenerse.

    -¿Y qué se supone que vamos a cenar, Shinobu-sama?

    -Repollo hervido.

    El semblante de You se ensombreció y la voz del menor preguntó tan cortante como siempre.

    -¿Acaso no quieres que cocine?

    Descartando la lógica respuesta, respondió – Sí pero…

    -Entonces no se diga más y apúrate que antes de que se llene de gente. – ordenó apurando el paso, dejando atrás al mayor.

    -La juventud de estos días… - suspiró agotado y acostumbrado a los cambios de humor del menor.

    Incluso en los días venideros, el joven Takatsuki Shinobu no olvidara que es y será un eterno y empedernido terrorista.

    Dentro del campus universitario un chico castaño claro conversaba calmadamente con el primer hijo de la multimillonaria familia Usami, sentados bajo un roble de los jardines del ala oeste.

    -Una oportunidad de oro se nos presentó – comentó Haruhiko.

    -¿Haruhiko-san usted se mancharía las manos? –cuestionó Keiichi impasible.

    -Si se debo hacerlo, lo haré y ¿tu?

    -Lo mismo aunque no quisiera ser eliminado tan pronto.

    -No te preocupes yo me encargaré de todo cuando nos enteremos de nuestros adversarios.

    -¿Si llegasen a ser ellos?

    -¿Prefieres vivir o morir? – contratacó el empresario dejando con la respuesta natural al menor.

    -¿Por donde empezamos? – respondió sonriente habiendo elegido la salida a tan dramático problema, Usami miraba fijamente al chico hasta que las facciones se suavizaron y con el habla usual contestó.

    -Por donde todo acabó.

    El inicio y el fin, la vida y la muerte, dos cosas completamente opuestas y cuya balanza debe ser inclinada para uno de los lados, ironía si las hay y esta era una de las tantas que se presentaron en otras de las parejas cuya moral y conciencia se debatían a duelo de forma bestial.

    En otro complejo de departamentos situada entre la universidad y el hospital general, dos inquilinos no estaba muy predispuestos a realizar una tarea que muy pocos han decidido aceptar.

    -Hiro-san como médico y como individuo simplemente no puedo consentir tal abominación.

    -Ya lo sé Nowaki, yo tampoco puedo admitirlo aunque tampoco deseo ser asesinado por otro. – razonó el profesor Kamijou.

    -Eso seria ir contra la ética.

    -¿Prefieres morir?

    -No digo eso pero debe existir otra salida.

    -Por si no te has fijado estamos entre la espada y la pared.

    En eso ambos quedaron sin decirse nada.

    -Mi prioridad es salvar vidas… - susurró serio.

    -Y teniendo eso en cuenta… salvemos la nuestra. – sentenció con seriedad el mayor.

    -Hiro-san no me odiaras por eso ¿no?

    -Jamás te odiaría por el hecho de sobrevivir un día más.

    Mirándose con la misma admiración y entrega con la que se amaron ese primer día, decidieron que serían más egoístas de lo que nunca fueron antes de su vida.

    Y si de egoísmo se trata, en un ámbito más familiar, mejor dicho domestico, un par de hombres entraban como si hubiesen batallado en la guerra de Vietnam o si lo prefieren menos exagerado como si hubiesen lidiado con las impuntuales e impecables entregas de Yoshikawa Chiharu-sensei.

    El dúo estrella y una de las mejores de la sección es ella… mas bien él, Yoshino Chiaki entraba a su residencia seguido por su inseparable editor, amigo de la infancia y no desde hace mucho amante, Hatori Yoshiyuki que iba con un semblante más serio de lo habitual. En el silencio ambos hombres ingresaron fueron al estudio de dibujo donde Chiaki comenzó de propia voluntad un nuevo storyboard dejando a su pareja sorprendida, pero se sabía que esa estratagema solo era usada cuando deseaba evadir los problemas y el que se hallaban no era uno cualquiera.

    -Yoshino.

    El dibujante lo ignoraba.

    -Yoshino, debemos hablar.

    -No te preocupes que esta vez si lo tendré listo a tiempo. –comentó el castaño.

    -Sabes que no me refiero a eso. – le cortó Hatori.

    -….

    -Yoshino. – llamó de nuevo con un tono severo.

    -Tori yo no puedo…. –susurró bajo, finalmente el editor suspiró por la respuesta que ya sabía que escucharía.

    -¿Qué harás?

    -No se…

    -¿Pretendes que te asesinen?

    -No.

    -¿Entonces?

    -No se…

    Suspirando y abrazando al joven mangaka le susurró – Tranquilo… vas a estar bien.

    -Pero Tori...

    -Solo concéntrate y trata de tranquilízate, no pasará nada. – aseguró con un tono tan serio que difícilmente podría ser tomado como mentira.

    La confianza que se brindan amigos de la infancia es tal que las mentiras escudadas por el amor están fuera de cuestión y solo resta seguir adelante y ver como se sobrelleva esta clase de situación.

    No muy lejos de la residencia del dibujante, un complejo de departamentos donde en el doceavo piso viven una pareja bastante tiránica donde el editor en jefe Takano Masamune esta acorralando a su fiel subordinado y editor novato.

    -Onodera debemos tomar medidas drásticas.

    -T-Takano-san… no piensa que esto… es solo una broma… - comentó Ritsu intentando salir de las fauces de su jefe.

    -Si fuera una broma no habrían hecho eso a esa chica, ¿cierto?

    La chica a la que aluden es la amiga de la infancia y ex¬-prometida de Onodera, Kohinata An, como muchas otras personas fue una de las encantadoras muestras donde Hat y yo demostramos que esto era todo menos una broma.

    La palidez del castaño se hizo evidente y Takano como lo sostenía entre sus brazos no había peligro de que se desfalleciera o sucediese algo fuera de lo normal, no mas de lo que ya estaban viviendo.

    -Takano-san… ¿de verdad vamos a hacerlo?

    -De ser necesario, si.

    -Pero… ¿y si debemos matar a alguien que conocemos, lo harías?

    -Quisiera decir que no, pero la pregunta es: ¿ellos o nosotros?

    Sin esperar respuesta ambos ya sabían que los recuerdos del ayer serán remplazados por un certero e incierto futuro, y que todo eso dependían de qué tan listos eran para mediar todas aquellas ideas para forjarlas en una victoria: salir con vida.

    En las calles lejos del hotel de la liberación, un dúo de caballeros iba caminando con un andar tranquilo y llevadero, la pareja de expresiones enigmáticas: editor de la eterna sonrisa Mino Kanade y del asistente mangaka de ojos suspicaces Yanase Yuu.

    -Yanase-san, ¿Qué opina?

    -Si no tenemos cuidado quedamos afuera, si somos listos ganaremos, el problema es: ¿somos asesinos?

    -Asesinos no Yanase-san. –Corrigió el sonriente –Digamos que somos unos jugadores con necesidades de vivir.

    -Me temo que no cambia lo que seremos.

    -A mi modo de ver si.

    -Dígame en qué cambia.

    -Que para nuestras mentes sentirá menos culpa a futuro.

    Eso dejó pensando al joven asistente, mirando fijamente a su elocuente y enigmática pareja.

    -Mino-san definitivamente usted es una caja de sorpresas.

    -Gracias, lo tomaré como un cumplido. – comentó alegre el editor.

    Algo que era definitivo, Mino Kanade al ser instruido bajo las alas del distintas personas de una editorial lo han transformado en mas de un sentido en un individuo de estudio cuyo fin es obligar abrir aquella caja, una caja de Pandora que tenemos todos y esa es: nuestro verdadero yo o para algunos el otro yo, el reprimido.

    Y hablando de reprimido… mejor dicho deprimidos, no es lo mismo pero en algún instante lo será, en el famoso pent-house del todo proclamado escritor estrella de Marukawa Shoten, Usami Akihiko estaba discutiendo en una pelea sin sentido con su objeto de devoción e inspiración, Takahashi Misaki.

    -Usagi-san esto es serio. – replicó por millonésima vez el menor al ver como el novelista lo ignoraba y hacia un pedido bastante inusual: armas de fuego.

    Escudriñándolo con aquellas orbes violetas le dio a entender que esta vez a diferencia de muchas era necesaria y no un desperdicio de dinero.

    -Misaki… después de lo que has visto, ¿dejarías que maten a Takahiro y su familia?

    -No, por supuesto que no. – sentenció todo preocupado el menor de solo imaginar la escena.

    -Entonces no se diga mas, por lo menos vas a aprender a manejarlas.

    -No, y-yo no soy capaz de hacer eso.

    -Misaki, dime una cosa… ¿Cómo pretendes defenderte si alguien te amenaza con un cuchillo?

    Esa pregunta lo dejó descolocado.

    -N-No se…

    -Si estuvieras con tu sobrino y Takahiro ¿qué harías?

    -Los defendería. –respondió sin pensarlo.

    -¿Con qué? Y ¿cómo?

    -No se… con todo lo que tenga a mi alcance.

    -Y si eso fuera un revolver. – siguió cuestionando.

    -Quisiera no tener que usarlo.

    -Misaki sabes que las indecisiones puede llevar graves consecuencias.

    Esa replica lo dejó sin fundamentos siendo consciente que esas palabras eran más que ciertas, si dudaba podría proteger a los demás cuando no puede protegerse a sí mismo. Dilemas como ese era lo que circulaba en la mente del universitario.

    -No te preocupes. – susurró abrazándolo y acariciando la lacia cabellera castaña.

    -Usagi-san….

    -Tranquilo no pienses mucho, sé que es difícil.

    La amabilidad en tales instantes era una daga, una que no es sencilla de retirar pero es necesaria si quiere seguir viviendo por lo menos unos días, minutos o segundos más con las personas que más quería; en particular esa persona que tan solitariamente le abrió su corazón a la calidez de un amor romántico.

    -G-Gracias… descuida… haré todo lo que pueda para protegerlos. – susurró bajito apegado al pecho del novelista.

    -¿También a mi?

    -Sí…. Incluyendo a Usagi-san. – respondió sin considerar la frase.

    -Me parece bien, y para protegerlos a ustedes voy a requerir de mi recarga de Misaki. – sentenció confianzudo y levantando al mencionado como princesa dirigiéndose al segundo piso de la casa.

    -¡U-Usagi-san que haces, bájame!

    -Claro que te bajaré. – arrojándolo a la cama y colocándose encima del chico.

    -¡Suéltame, no toques ahí pervertido! –gritó al ver que sin pudor alguno el mayor comenzaba a masajear los pezones por debajo de la camisa.

    -Oh, significa que puedo tocar en otro lado. – dijo lascivamente sobre en el oído del menor.

    -¡No, simplemente no puedes y ya!

    Palabras sin sentido para la prodigiosa psiquis del mejor graduado de la universidad T de leyes y lo único que atravesó la mente del menor fue…

    “¡Nii-chan…. Sálvame de este depravado!”

    Un par de risas resonaron en un cuarto lejos de aquel mundo de civilización, nosotros nos moríamos de la risa por todas las situaciones e intercambiamos nuestras impresiones.

    -¿Qué dices Hat?

    -No te preocupes que lo harán bien.

    -¿Ya tienes preparada la fase dos?

    -Hace rato. – bufó con todo su aire engreído.

    -¿Por qué no me dijiste antes?

    -Porque nunca me lo preguntaste.

    -¿Sos idiota o te haces?

    -¿Y quien dijo que tenemos la misma mentalidad?

    Ese bastardo sabe donde golpear… en fin… ahogando un suspiro lo mire seria

    -Bueno… mañana los molestamos con nuestros mensajes.

    -Como tú quieras…. – me encaró con su sonrisota de imbécil.


    A pesar de que somos seres diferentes, nuestro ingenio era el mismo y lo único que se nos vino a la mente fue lo siguiente:

    “Señores…. La Cacería ha iniciado”







    Espero que les halla gustado acepto todo tipo de critica y sugerencia de los primeros combatientes al matadero, mas esta decir que me esforzaré algun dia actualizar

    ¿Mi primer amor puro e inocente?

    Enigmatic Lovers

    El día en que todo cambió



    Para aquellos lectores que me siguen ruego paciencia, y para los que no, bienvenidos y perdonen mi mala redacción o mal cap



    Adyuu
  6. .

    Todas las parejas y personajes que aparecerán a continuación, salvo dos, son creaciones de Shungiku Nakamura-sensei, lo unico que hice fue imaginar una alocada historia basandome en otra serie y escuchando su tierno opening :3

    Que se puede decir… primero voy a aclarar mi comienzo de despelote de cuento, para que no halla dudas, preguntas, aclaro la idea que pienso escribir. Primero que nada haré un híper abuso de los personajes de sensei.

    Las parejas que estarán dentro de este embrollo literario son todas estas:

    Las parejas oficiales:

    J. Romantica: Akihiko Usami x Misaki Takahashi
    J. Egoist: Nowaki Kusama x Hiroki Kamijou
    J. Terrorist: You Miyagi x Shinobu Takatsuki
    J. Mistake: Kaoru Asahina x Ryuichirou Isaka
    Nostálgicos: Masamune Takano x Ritsu Onodera
    Domésticos: Yoshiyuki Hatori x Chiaki Yoshino
    Eróticos: Kou Yukina x Shouta Kisa
    Trifectos: Zen Kirishima x Takafumi Yokozawa

    Ahora paso a mencionar las parejas faltantes y cuyo apodo los inventé yo, por medio del grupo de rol donde participo y son las que circulan por el mundo virtual de las fans:

    J. Mistery: Kyou Ijuuin x Shizuku Ishi
    J. Antagonistic: Haruhiko Usami x Keiichi Sumi
    J. Illusion: Shinoda Kurosaki x Faustus Fenhoff
    Enigmáticos: Kanade Mino x Yuu Yanase

    Una aclaración, Shinoda aparece en el manga volumen 3 actos 7 y 8 de Junjou Egoist, Faustus Fenhoff es el nombre inventado por su servidora haciendo referencia al amigo australiano de Shinobu Takatsuki que aparece en el tomo 7 en el acto 5 de Junjou Terrorist.

    Ahora la cuestión es… por qué los usaré pues bueno ahora veremos… ah y si se preguntan por qué esos apodos pues eso lo aclararé al final del capitulo.

    Sin más que decir, abramos el nuevo telón donde estas 24 personas interactuarán en mi alocado mundo.












    Capitulo 01: Un juego para matar el aburrimiento.





    El 2012 ha sido caracterizado por el fin del mundo, muchas historias de suicidios y otros hechos desastrosos circulan por internet y todo medio de comunicación posible, al igual que en 1999.

    La gente sucumbe fácilmente a la presión y el estrés cotidiano, los grandes científicos, novelistas, y deportistas suelen cometer errores tanto en su vida privada como laboral y quienes pagan por sus faltas, no solo sus parejas sino que también sus colegas de trabajo.

    En estos días donde la tecnología se renueva día a día gracias a los grandes descubrimientos, todo eso es interesante y fantástico pero dos personas en este mundo se hallaban sumamente aburridas.

    -Hoy también estoy aburrido. –dijo un chico que miraba inexpresivo a una pantalla de computadora.

    -No te quejes que somos dos. –repliqué, si yo también participo en esta historia, aunque no del todo.

    -¿No se te ocurre algo? –preguntó mi amigo con malicia.

    -Se nota que me conoces. –respondí con una sonrisa en la cara.

    -Haber… ¿qué tenes en mente esta vez? Porque te recuerdo que tu último juego se terminó antes de tiempo.

    -No te preocupes que este va a durar un poco más que los otros.

    -Bien contame, ya picaste mi curiosidad.

    Después de unos minutos, la cara de mi amigo se curvó en una sonrisa y sus ojos se iluminaron de la emoción. Ambos nos miramos divertidos y fue cuando me preguntó:

    -¿Ya tienes a los jugadores?

    -Pues claro, son todos ellos. –dije mostrándole un documento donde se exhibían los perfiles de las personas en cuestión, Hat, a si se llama él, revisó todo y empezó a reírse a carajadas limpias exclamando.

    -¡Son perfectos! ¡Y lo mejor es que de algún modo todos están conectados! ¡Te luciste! –mientras me abrazaba fuertemente compartiendo su alegría.

    -Muy bien, ya que estamos de acuerdo… -sonreí al igual que él.

    -Sí, es hora. –secundó manteniendo su cara alegre.

    -EL JUEGO HA EMPEZADO. –dijimos al unísono, mientras nos metíamos al sistema para arreglar los detalles.


    En algún lugar, muy lejos de donde nosotros maquinábamos nuestro plan, bajo las atribulaciones y los movimientos febriles de la ciudad de Tokyo, un grupo de personas iniciaban su jornada, sea laboral o estudiantil.

    En una de las residencias de lujo, donde para vivir en ella hay que poseer una buena fuente de ingresos, el joven universitario de 22 años, Takahashi Misaki estaba ultimando sus cosas para disponerse una vez más, dirigirse a la universidad como toda persona normal.

    Toda esa “normalidad” fue irrumpida por el azote de una puerta de la segunda planta y de ella salió un fuerte aire de tensión junto con la magnificencia y el estoicismo del afamado novelista Usami Akihiko. Su inquilino lo miraba con una expresión sorprendida, mientras el otro descendía por las escaleras, el joven suspiró porque ya sabía lo que venía a continuación.

    -Misaki, te llevo.

    -No hace falta, ¿terminaste con tu manuscrito? –preguntó escudriñando el perfil del casero.

    -Si lo hice, y ahora quiero recargarme de Misaki. –comentó abrazando al castaño.

    -Usagi-san voy a llegar tarde. –se quejó.

    -Nada de eso, llegaras muy puntual. –susurró esa ultima palabra con un tono lascivo y le mordió el lóbulo, arrancándole un jadeo al joven.

    -Usagi-san déjame, voy a llegar tarde. –repitió forcejeando.

    -Sí, sí después de mi recarga. –dijo el escritor iniciando una nueva jornada para tan carismática e inusual pareja.


    Mientras en otro sitio para las mismas horas, en el edificio donde el escritor publicaba sus obras, en un departamento distinto al de literatura, un grupo de hombres discutían de forma civilizada… o sea a los cuatro vientos.

    -Maldito seas Takano, ¿por qué demonios pediste 10000 copias de Morimoto-sensei? –reclamó Yokozawa Takafumi, as de ventas de la editorial Marukawa Shoten.

    -¿Por qué? Por si no te fijaste en los últimos meses triplicó sus ventas. –respondió el editor en jefe de Emerald, Takano Masamune.

    -¡Eso lo sé pero aun así es demasiado, idiota!

    -Idiota serás tú, es más eran mas pedidos pero tuve que aceptar esto.

    -¿Quién lo decidió? –vociferó controlando el tono y bajando unos decibeles.

    -Adivina. –contestó con un tono normal y agotado.

    Durante toda la discusión, los demás editores que componen el equipo escucharon con un semblante resignado y normal.

    En ese instante todos pensaron en un solo nombre, el tejedor de los grandes éxitos y futuro dueño del establecimiento.

    -Isaka Ryuichirou.

    Y cabe decir que esta persona es un gran estratega en lo que negocios se refiere, pero tengamos en cuenta que la genialidad de este caballero también se debe a la presencia impasible y silenciosa pero sobretodo recta del brillante y mano derecha del director ejecutivo, Asahina Kaoru.

    Ahora nos damos cuenta del por qué Marukawa tiene grandes sumandos, gracias al control de uno y de la manipulación del otro.

    Todos ahogándose en una paciencia infinita suspiraron y Yokozawa relajó el semblante sin dejar de decir:

    -Si ha sido él, entonces mucho no podemos hacer, debe confiar que las ventas vallan bien… pero si algo termina mal… Takano serás el primero en morir por aceptar esa suma. –dijo molesto el vendedor con cara de pocos amigos y retirándose de la oficina doncella.

    En el mismo edificio pero en el sector ejecutivo, el director estornudó sin razón aparente llamando la atención de su secretario.

    -Ryuichirou-sama, ¿se siente bien?

    -Sí, no te preocupes Asahina, debe haber alguien hablando mal de mí. –dijo restándole importancia.

    La expresión del secretario demostraba la incredulidad y sorpresa por tan extraño comentario, el otro la percibió y comentó:

    -No me mires así.

    -Lo miro porque en parte debe tener razón. –dijo enfocando su vista en los papeles con semblante serio.

    -¿A qué te refieres? –espetó molesto.

    -A que se comporta de manera infantil, y le recuerdo que debe bajar los pies de la mesa. –lo retó mientras tomaba ambas piernas del castaño y las empujaba al suelo.

    -No sé por qué te molesta si estoy en mi oficina. –comentó desganado.

    -No es que moleste o no, simplemente no se ve bien, Ryuichirou-sama.

    -Entonces si lo hago en casa no te molestaría ¿no? –preguntó en tono de broma.

    -No pero debe cuidar su vestimenta. –respondió sin despegar la vista de los papeles que mostraban el itinerario a seguir.

    -¿Por qué?

    Al escuchar la pregunta depositó las hojas sobre el escritorio del ejecutivo y se acercó a dejando como una distancia considerable unos dos o tres centímetros de la boca de este.

    -Porque… pensaré que me está seduciendo Ryuichirou-sama.

    Esa respuesta generó el sonrojo del mencionado y logrado eso ambos hombres volvieron a su rutina de siempre, nada mas que uno sonrojado y el otro manteniendo su cara tranquila de siempre.


    En otro sector del edificio, cerca de la sección de manga shoujo, un trio de hombres tenían su propia batalla campal, mas bien era como poder persuadir a uno que siga con su trabajo con el poder de sugestión de los otros dos. Dichos participantes son, el mangaka shounen más vendido de la editorial: Ijuuin Kyou y los editores a cargo de la sección shounen, el editor de Ijuuin: Ishi Shizuku y el editor en jefe de la división Japun: Kirishima Zen.

    -Vamos Ijuuin-sensei, solo son unas paginas más. No ve que sus lectores esperan. –dijo cansino Kirishima, con tener que lidiar por millonésima vez aquel suplicio mensual.

    -Te dije que no puedo y es un no puedo. –replicó el mencionado sosteniéndose la cabeza harto de dibujar el limpio del storyboard.

    -Sensei, usted sabe que eso es mentira y que su manga es bien vendido, así que póngase a dibujar como se debe. –comentó Shizuku con un semblante frío y calmado.

    -Esas son puras mentiras.

    -No lo son, y además si no lo hace todos creeremos que es un irresponsable, incluyendo sus fans. –comentó el editor con desdén.

    Ese afilado comentario, hizo detener las rabietas del dibujante por un rato y con un aire mas tranquilo, vieron que el hombre tomaba la pluma y esbozaba los dibujos que tanto habían implorado desde hace unos diez minutos.

    Kirishima con su aire calmado se alejó del mangaka, Shizuku lo siguió por detrás, ambos hombres cruzaron palabras.

    -Shizuku me alegro que sepas lidiar con la personalidad incorregible de Ijuuin-sensei.

    -Kirishima-san, sabe que todo es posible de corregir si uno le pone empeño. –replicó el joven.

    -Pues eso es verdad, pero debo decir que tienes un don que no muchos poseen. –comentó el editor en jefe retirándose a su oficina.

    El joven colega le siguió preguntándole cual era ese supuesto don. A lo que el superior respondió:

    -Saber como sugestionar a la gente… ten cuidado porque ese hombre también tiene ese mismo toque y quien sabe… cuando este más presentable sea tú quien caigas en una charla trivial. –dijo divertido.

    El menor lo meditó por unos momentos las palabras dichas y dijo serio:

    -Las palabras son armas de doble filo, depende de cada quien como las debe usar y déjeme decirle que usted sabe darles un buen uso a ellas.

    Dicho y hecho ambos editores con sus respectivas excentricidades volvieron a enfocarse nuevamente en aquel trabajo que consumía parte de su vida social más no sentimental.


    Lejos de la alocada editorial, más bien pisando los terrenos estudiantiles, un joven rubio buscaba un nombre en una de las librerías famosas de la concurrida ciudad japonesa: Marimo’s Books

    -¿Dónde estará? –dijo escudriñando los títulos de varios libros que le costaba leer, aun el idioma no se le hacía del todo familiar pero la escritura le resultaba sencillamente imposible. –Debí haberle pedido que me lo comprara… -suspiró sin poder entender los kanjis del titulo.

    Uno de los ayudantes del local, un joven de agraciada belleza, mirada dulce y una sonrisa perfecta se acercó al otro chico, auxiliándolo.

    -Disculpe, ¿necesita ayuda?

    Al verlo le sorprendió y por un segundo creyó que era su amigo que había realizado en Australia pero pronto cayó en el error de que el joven era más alto y los ojos eran de una tonalidad acaramelada.

    -Eh… si… necesito este libro. –dijo pasándole el nombre de lo que buscaba pero con la escritura inglesa, para el joven ayudante lo miró por unos minutos y luego sonrió hacia el cliente.

    -Sígame por favor. –lo invitó el chico que claramente parecían de la misma edad y para sacarse la duda preguntó.

    -Disculpe, ¿Cuánto años tiene?

    -Tengo 22, ¿parezco mayor?

    -No, no, es que me da la impresión que usted no es japonés.

    -Pues lamento contradecirle pero lo soy. Espero que no se ofenda con mi comentario pero usted es extranjero, ¿verdad?

    -Sí… vengo de Australia. –entonó lo más fluidamente el joven.

    -Ah ya veo… -una vez dentro de la sección que rezaba el objeto buscado, el vendedor buscó uno de los libros y se lo alcanzó al extranjero. –Aquí tiene.

    -Gracias… perdone mi atrevimiento, pero ¿puedo preguntar su nombre?

    -Yukina Kou, nací en Hokkaido. –dijo sonriente el vendedor.

    -Gracias por ayudarme Yukina-san, me llamo Faustus Fenhoff. –dijo el extranjero correspondiendo el saludo de manera cortes.

    -No es nada, y déjeme decirle que la persona que le esté ayudando con su japonés, es una buena persona… aunque debería ayudarle con la lectura de los kanjis. –comentó preocupado por el extranjero.

    -Él me enseña bien… el problema es que tiene poco tiempo. –alegó el chico un tanto apenado.

    -Comprendo pero aun así aprenderá rápido, así que esfuércese Fenhoff-san.

    -Gracias… amm… debo irme.

    -Claro y vuelva pronto.

    Una vez que ambos rubios se separaron, Yukina tecleó un mensaje de texto a su pareja, Kisa Shouta, uno de los editores doncella del departamento Emerald. Al ver que su mensaje se envió correctamente, sonrió y continuó con su trabajo.

    No pasó mucho tiempo para recibir una respuesta del destinatario y el mensaje rezaba lo siguiente:

    “Yukina… de parecer lo pareces y esta bueno que te confundieran pero te recuerdo una cosa… ESTOY TRABAJANDO”

    La sonrisa se ensanchó mas de lo que estaban y respondió con un dejo de disculpa.

    “Perdóname por interrumpirte, tendré mas cuidado. Hoy te espero en mi casa, tengo un nuevo platillo para que pruebes, me enseñó mi amiga de siempre.

    Te quiero Shouta-san”

    Una vez que el mensaje se envió, no pasó ni cinco minutos y una respuesta corta y concisa llegó por par de Kisa.

    “DEJA DE LLAMARME POR MI NOMBRE”

    El rubio suspiró por el hecho de que el mayor no terminaba de asimilar que lo llamara por el nombre de pila, resignado a su suerte, volvió a recoger un pilón de libros y fue a acomodarlos a su sección correspondiente.

    Media hora más tarde su celular, vibró y viendo el mensaje, una sonrisa luminosa se formó en el rostro y con ello nuevas energías para seguir con su trabajo, solo por esta corta oración:

    “Iré esta noche, si salgo temprano te esperaré”

    El texto era corto pero la pantalla mostraba que había más contenido y deslizando el texto halló las tres palabras que menos esperaba.

    “Te quiero… Kou.”

    Tiernos comienzos si los hay, pero para el mayor de los editores doncella demostraba que nuevamente el primer amor es y no es similar al universo ficticio, aunque para los 31 años que lleva vividos eso dejaba mucho que desear y señalaban que era tan inexperto como un joven adolescente ante su primer beso.

    Continuando con el extenuante relato, vemos a nuestro amigo australiano saliendo con libro en manos y cerca de ahí estaba un hombre de aproximadamente 35 años lo esperaba en la entrada.

    -¿Lo conseguiste?

    -Si, pero…

    -¿Pero?

    -Pensé que no vendrías.

    -Tengo tiempo y por lo que veo no era necesario que viniera.

    -¿Por qué lo dices?

    -Porque siempre habrá alguien para ayudarte.

    -Puede ser… aunque yo… quiero que Shinoda-san me ayude.

    El mencionado se sorprendió por la confesión del extranjero y tras un suspiro le palmeó el hombro, susurrándole en el oído.

    -Te ayudaré cuantas veces quieras, por dentro y por fuera.

    El extranjero se sonrojó y tuvo que recalcular sus planes de estudio, al parecer su pareja lo iba tener bien ocupado lo que quedaba del día.

    Ustedes dirán que algunos estudiantes por sus embarazosas razones no llegan asistir a clases pero hay otros que llegan a tiempo y más aun a cierta clase de literatura a cargo de uno de los exigentes y tiranos profesores de la Universidad Mitsuhashi, Kamijou Hiroki.

    Hiroki enseñaba en la clase donde Misaki asistía y que afortunadamente llegó sobre la hora, no gracias a su casero pero estaba tan agotado de la actividad matutina que aun no recuperaba la fuerza para agarrar el lápiz y tomar nota a lo que el docente dictaba. Su compañero de banco, Sumi Keiichi lo miraba de reojo y sonreía por la habitual escena.

    -¿Cansado?

    -Sí…

    -Usami-sensei es demandante.

    -Como no tienes idea. –respondió sin pensar el otro.

    -Bueno no es de extrañar si es alguien insaciable. –comentó divertido al ver que su amigo se sonrojaba por lo dicho y comentado.

    En eso una tiza pasó volando cerca de ambos rostros y con un semblante de los más relajado miraron al frente, escuchando la amenazadora voz del profesor.

    -Si tienen algo que decir salgan afuera, si no es así cierren la boca por favor.

    Los dos jóvenes queriendo no presionar más el botón de la bomba decidieron continuar con las clases por la paz, suspirando por la mala suerte de tocarle semejante personaje como profesor.

    Y todos estamos de acuerdo que entre los estudiantes tienen sus predilectos y entre ellos se hallaba el jefe y colega de Hiroki, Miyagi You que en este momento tenía que lidiar con una pequeña sorpresita.

    -¿Qué tal esta? –preguntó un joven rubio de mirada grisácea y de desafiante postura aunque el tono rosado de las mejillas aplacaban parte de la misma.

    Su interlocutor lo miraba con paciencia y en parte con comprensión ya que sabía que la cocina no era el punto fuerte de su querido terrorista e hijo del director de la escuela, Takatsuki Shinobu.

    -Estas mejorando, a diferencia de tus inicios ahora tiene más sabor. –respondió Miyagi degustando los repollos semi-quemados del joven, pensando para sus adentros que si no se había muerto hasta ahora entonces viviría eternamente.

    El elogio avergonzó al estudiante que tomaba sus cosas rápidamente mientras fulminaba con la mirada al profesor.

    -Me tengo que ir ahora, espero que lo termines y si no lo haces lo sabré. –amenazó sutilmente con esa mirada de superioridad absoluta dejando a su amado con la palabra en la boca y un dejo de resignación y sumisión absoluta.

    Una vez que el chico se escabulló para volver a clases, Miyagi miró su plato y dijo para el aire.

    -Ante este terrorista, admito mi derrota.

    Luego de eso volvió a comer rezando a todos los ángeles y demonios que su cuerpo sobreviviera una vez más las inclemencias culinarias del chico.

    No mu lejos de donde se hallaba el Terrorista, el director y padre del joven estaba enseñando las históricas instalaciones a un hombre de treinta y cuatro años. Dicho hombre vestía un traje gris oscuro y una corbata violeta oscuro, la cabellera negra caía con cierta elegancia por el rostro, dándole un aire de solemnidad y seriedad. Aunque esto ultimo era resaltado por los marcos negros de los anteojos que descansaban sobre el rostro, camuflando en parte a los ojos negros del sujeto.

    -Usami-sama, de por sí nos halaga su presencia en el establecimiento pero a ¿qué debemos el honor? –preguntó el director Takatsuki.

    -Deseo construir una extensión. –dijo simplemente Haruhiko, sorprendiendo a su interlocutor.

    -Eso es maravilloso…. Y ¿sobre qué será?

    -Una parte de ella será extender el área del invernadero para poder instalar aguas termales bajo diferentes estados climáticos ya que los resultados de las investigaciones que provino de su universidad, llamando la atención de las compañías farmacéuticas. Y por otro lado, escuché que esta universidad tiene un excelente departamento de economía, por lo que desearía innovar los equipos para que los alumnos tengan mejor desarrollo sobre el mundo actual. –explicó el azabache escudriñando el verde campo de atletismo.

    El mayor no podía estar mas orgulloso de los estudiantes que albergaba pero algo le llamó la atención, más bien curiosidad y con cautela habló.

    -Todas sus ideas son excelente Usami-sama pero tengo una pregunta. –Al ver que el mencionado tenía su atención prosiguió. -¿Qué lo lleva a auspiciar todo lo mencionado?

    En el semblante del arquitecto demostraba sorpresa más no se vio reflejada en sus facciones. Meditando unos minutos la pregunta, finalmente respondió.

    -Tengo dos motivos que me impulsan.

    -¿Cuáles? –aventuró el director.

    -Son confidenciales y personales. –susurró eso ultimo sin que el otro escuchase.

    -Entiendo… y ¿Cuándo daría inicio al proyecto?

    -Posiblemente la próxima semana, de todas maneras ya vi todo lo que deseaba, gracias por su tiempo. –dijo el empresario con una leve reverencia.

    -Gracias a usted por invertir su tiempo en nuestra universidad. –reverenció rápidamente el director Takatsuki.

    Una vez que ambos adultos se separaron, Haruhiko pensó para sus adentros que esta idea era mejor de lo que pensaba ya que tendría tiempo para admirar al joven que tanto quiere y de paso podría provocar celos a la persona que no soportaba en esta vida.

    Dejando de lado la maquiavélica mente del joven arquitecto, vemos que en un estudio de un departamento hogareño se hallaba un grupo de personas lidiando, por no decir luchando, con los detalles del storyboard de la mangaka sensación de Emerald: Yoshikawa Chiharu-sensei o mejor dicho… con el storyboard del lindo y medio atolondrado mangaka, Yoshino Chiaki.

    -Chiaki, ¿cómo vas con la hoja 30? –preguntó un joven castaño cobrizo de la edad del mencionado.

    -Casi terminando, Yuu. –respondió moviendo velozmente el pincel.

    Yanase Yuu, como el mundo sabe es el asistente de tan peculiar mangaka, y en el fondo aun alberga sentimientos por su amigo pero también existía otro corazón que quería entrar en el suyo; ese era del joven de la eterna sonrisa enigmática del equipo doncella, Mino Kanade.

    Y la ironía del destino se hacía cumplir porque apenas Chiaki terminó de responder, la presencia de Hatori Yoshiyuki se hizo notar con una expresión de pocos amigos y con cansancio dijo:

    -¿Cómo van?

    -Bien, faltan dos páginas y terminamos. –respondió Yanase antes que el mangaka, cosa que no agradó del todo al editor.

    -Bien, entonces apúrense porque al menos por una vez lo entregaremos a tiempo. –suspiró sentándose en una de los bancos para verificar lo realizado y que no faltase ningún tono o fondo.

    Después de sufrir una hora más de arduo trabajo, todo el equipo del dibujante descansaba sobre sus pupitres festejando la finalización temprana del manuscrito.

    -No doy más… -se quejó Yoshino.

    -Al menos lo terminaste con tiempo. –alegó Tori.

    En eso Yuu se levanta del asiento con su bolso lleno de artículos de dibujos.

    -¿Ya te vas? –preguntó Chiaki.

    -Sí, tengo que ayudar a Ichinose-sensei. –dijo mirándolo con un dejo de dulzura.

    Un juego de miradas se cruzaron en la línea de fuego, azules contra pardo; finalmente los ojos del asistente se desviaron para recoger sus cosas y salir de aquella habitación no sin antes decir:

    -Llámame cuando quieras, Chiaki.

    Un incomodo silenció reinó dentro del estudio y fue roto por el bello tono del mangaka.

    -Tengo hambre…

    Las asistentes y el editor lo miraron sin decir nada y tras reconocer la escena cliché, una risotada sonó aunque Hatori mantuvo la seriedad pero se podría vislumbrar una sutil sonrisa en el rostro. Dentro de la casa de Chiaki comenzó un nuevo movimiento donde el dibujante descansaba sobre su escritorio, mientras las asistentes recogían sus pertenencias y limpiaban el desastre de la mesa y del hogar, a su vez Hatori iba a la cocina y se disponía a cocinar; nuevamente retomando la típica rutina diaria.

    Lejos de ahí, cerca de la estación, el joven asistente iba con un andar cansino pensando sobre las miradas recelosas del editor y anhelosas por parte de su amigo, hasta que la vibración del celular interrumpió sus pensamientos imposibles de concebir.

    El mensaje de texto dictaba lo siguiente:

    “Buenos días o noches Yanase-san, porque supongo que no habrá dormido nada, espero que la oferta del otro día la halla reconsiderado, y estaré dichoso de ayudarlo; lo esperaré en mi casa a la hora cordada… Quiero verlo.

    Mino Kanade.”

    Las mejillas del destinatario se tiñeron de un tono rosado y cerró el celular sin responder, no hace mucho que su alma se abrió a la posibilidad de ser independiente de sus tormentos pero lo que no supo es que esa oportunidad provocó que una vez más sus abatidos sentimientos florecieran. Ese fue el amor enigmático que surgió entre estos jóvenes.

    Cerca de la estación de tren que el futuro dibujante pensaba abordar, se hallaba la prominente institución de salud más grande de la ciudad: el Hospital General de Tokyo, donde albergaba todas las especialidades y a su vez era un hospital escuela para los nuevos residentes.

    Uno de ellos, no tan nuevo, estaba dichoso y feliz porque hoy terminaba temprano su turno pero su salida estaba siendo impedida por un grupo de infantes que se colgaban de donde podían para frenar lo inevitable. Cabe decir que Kusama Nowaki era y es bastante querido por los pacientes sean niños o adultos; otro pediatra de caballera castaña clara, se aproximó a su colega y se colgó del cuello de este canturreando.

    -Kusama-sensei es mío.

    -Tsumori-sensei suéltelo. –chilló una niña.

    -No quiero, además ustedes son lo que deben soltarlo. –replicó el pediatra.

    -¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! –corearon el mar de infantes.

    -Porque Kusama-sensei debe irse a su casa. –respondió sonriente.

    -¿Eso es cierto, sensei? –preguntó un niño mirando a Nowaki con un puchero al igual que el resto.

    -Es cierto. –respondió y las miradas de los pequeños se entristecieron. –Pero vendré mañana a la noche. –la noticia alegró al grupo que lo soltó de su diminuto agarre.

    Devuelto a la libertad de movimientos comentó a su superior:

    -Gracias Tsumori-sempai.

    -No hace falta. –dijo sonriente el pediatra. –Además todo lo que hago es para que puedas reunirte con Kamijou-kun.

    Nowaki se sonrojó ilusionado por lo dicho por el su colega pero pronto se le fue la alegría tras otro comentario de Tsumori.

    -Recuerda saludar a Kamijou-kun de mi parte y que venga a visitarnos, hace mucho que no viene, lo extraño tanto~

    -Sempai, dudo mucho que Hiro-san venga. –replicó con los ojos azules como el hielo.

    -¿Por qué? –replicó desanimado.

    -Porque esta ocupado. –dijo cortante y agarrando su bolsa para salir.

    -Igual salúdalo y dile que la próxima vez lo invito un café.

    -Nos vemos, sempai. –se despidió el joven fulminándolo con la mirada a pesar de que poseía una gran y amorosa sonrisa.



    Lo que no sabían todo este grupo es que eran vigilados por dos personas que habían ultimado los detalles y estaban más que listos para iniciar la siguiente fase de sus alocados y estridentes planes.

    -¿Terminaste Hat? –pregunté a mi amado amigo.

    -Sí, ya esta todo. ¿Cuándo empezamos?

    -Ahora. –respondí sonriente y abrazándolo por el cuello, mirando como las teclas se movían y la pantalla corroboraba el correcto envío de los mensajes.

    -Hecho, ¿ellos vendrán?

    -Si lo escribimos como se supone, vendrán de seguro. –confirmé.

    Mirando la pantalla vemos que los veinte y cuatro recibieron al mismo tiempo un mensaje, a muchos se les iluminaron el rostro, a otros les pareció extraño y algunos pocos lo tomaron con una calma resignada pero absolutamente todos ellos cambiaron el rumbo y se dirigían hacia donde lo habíamos citado.

    -Esto se puso bueno. –dije observando a los sujetos en cuestión viajando por tren, por auto y por autobús.

    -Mientras ellos vienen para acá, ¿nos vamos a cambiar? –preguntó divertido Hat.

    -Claro y de paso podremos usar esos trajes que hace mucho hicimos. –respondí susurrándole en el oído.

    Esa respuesta alegró a mi dulce amigo que luego se puso de pie y tomándome de la cintura canturreó:

    -El show ha iniciado.


    Sin embargo, mientras nosotros danzábamos de un lado para otro, había un chico que esperaba a las afueras de un hotel lujoso con el entrecejo fruncido.

    -Ese estúpido de Usagi-san, para qué demonios me hizo venir hasta acá. –dijo Misaki enojado, ya que el mensaje lo había llevado hasta el hotel Teito.

    Después de unos minutos, un segundo mensaje llegó y decía que lo esperara dentro de una habitación, 901 para ser más específicos, el universitario suspirando se fue para allá por medio de uno de los ascensores.

    En la habitación 543, el joven Terrorista esperaba impacientemente a su pareja.

    -Espero que no halla sido una broma de Miyagi porque o sino lo lamentara. –dijo Shinobu escudriñando la bella decoración, cortinado blanco por los ventanales, paredes violetas acompañado por el mueblado de madera de roble pulido y lustrado.

    Un mensaje de texto y un estornudo hizo reaccionar al decano literato, cuyo mensaje del menor amenazaba y ordenaba que fuese a la habitación donde lo esperaba ya que sino lo hacía, habría serias consecuencias… muy serias…. Para su estomago.

    -No hace falta deducir quien hablaba mal de mí. –bufó desganado Miyagi.

    Aunque en eso se equivocaba porque quien maldecía su presencia, esperaba en la habitación 740 y era alguien peor que el Terrorista, cuyo nombre y apellido proclamaba un honorifico superior, el Todo Poderoso y Francotirador de la Universidad Mitsuhashi, Kamijou Hiroki-sensei que bufaba y caminaba de un lado para otro por tan extraña invitación.

    -Ese Miyagi-sensei… hacerme venir acá para una reunión entre colegas y hasta ahora ninguno ha llegado… lo mataré.

    En contraposición el joven pediatra caminaba con un ramo de flores, ansioso por celebrar con su amado demonio el ascenso que obtuvo hace unos días atrás.

    En la habitación 816, dos personas estaban ahí, una mas extrañada que la otra pero esperando a la llegada del Director Ejecutivo de Marukawa Shoten.

    -Tori… ¿Cuánto más tendremos que esperar?

    -Lo que haga falta, sabes bien que Isaka-san es de tardarse. –contestó Hatori a Chiaki que aburrido se recostó en la cama y miraba por el gran ventanal el exterior, donde el mundo seguía girando y él aburriéndose como un hongo en aquel hotel.

    -Ojala no halla sido una broma. –suspiró cansino el dibujante.

    -Eso espero. –dijo el editor meditando en lo mismo.

    No era una broma del todo porque el mencionado director esperaba siete pisos debajo a su secretario que lo había citado con una charla con su padre.

    -Ese tonto de Asahina… hacerme venir por orden de mi padre… cuando estemos a solas… me las pagará.

    Por otro lado Asahina caminaba sin ganas al cuarto 149 donde su señor lo citó por una charla sobre negocios y que estaría parte de la presidencia, o sea que el padre de Isaka estaría y que este había pedido que estuviese en tal reunión, por lo que entre suspiros y componiendo un semblante profesional se dejó llevar a dicho sitio.

    En la habitación 246 el silencio reinaba y no es porque las dos personas que lo habitaban no estuvieran, sino porque estaban bajo el poder de concentración que un juego como el ajedrez requería.

    -Usami-san… ¿qué hará? –preguntó Keiichi acorralando en una posible jugada de jaque mate.

    -Muchas cosas. –respondió Haruhiko seriamente evadiendo el final.

    -¿Cómo cuales? –preguntó en tono juguetón.

    La mirada del arquitecto se desvió del tablero, mirando intensamente al joven que le sostuvo la mirada.

    -¿Quieres saber? –Contra-preguntó con un tono más suave.

    Tanto uno como otro sabía que no hacia falta responder pero manteniendo la educación, Keiichi derribó otro caballo y comentó

    -Después de derrotarte.

    -Ya veremos. –contratacó desafiante y tomando la torre blanca del menor.

    En el mismo piso pero unos cuartos arriba, en el cuarto 287, Yokozawa Takafumi observaba molesto todo el mueblado de la habitación porque sentía como una si tuviera un dejavú. Sus recuerdos fueron opacados por el vibrato del móvil y un leve tono rosado apareció en las mejillas al leer la misiva.

    “Tardaré unos minutos más, quería comprar algunas cosas para la cena.

    Kirishima”

    -Que cena ni que nada, si no es de noche maldición. –bufó nervioso y alterado el as de ventas ante la peculiar oración del estoico editor en jefe de la división shounen.

    Un piso más arriba y 10 cuartos del vendedor, o sea 397, Yuu dormía plácidamente sobre la cama ya que el esperar a Mino le ha producido sueño y la falta de este se lo ha cobrado al hundirse en la inconciencia, sin saber que dicha persona lo contemplaba y velaba por su soñar.

    -Tiempo al tiempo. –dijo Kanade sentándose al lado y corrigiendo algunos manuscritos.

    En otro lado y en un cuarto de numeración especial: 666, el cuerpo de Ijuuin Kyou caía pesadamente sobre la cama y su editor observaba extrañado el sitio ya que no recordaba que ese día el dibujante tuviese una entrevista de una televisora.

    Ijuuin se acomodó para estar más cómodo siendo analizado por la atenta mirada de Shizuku.

    -Y pensar que cuando duerme, sus facciones se suavizan sensei… que diría el mundo sobre esto. –comentó al durmiente sentándose al lado de la cama.

    En la planta baja y en el cuarto 056, el extranjero Faustus Fenhoff estudiaba con devoción la escritura bajo la tutela de su pareja.

    -Así no es… se escribe de este modo. –resaltó Shinoda y rescribiendo el kanji correcto, bajo una postura muy sugerente poniendo nervioso al joven.

    -E-Es imposible, no aprenderé. –soltó cansado.

    -Aprenderás y te lo enseñaré todas las veces que sean necesarias. –dijo revolviéndole la cabellera alterando los nervios del otro.

    -¿En serio?

    -Sí… todas las veces que haga falta. –aseguró con un tono sensual y poniendo en aprietos al rubio.

    Sin ir más lejos, en el cuarto 077 se libraba una batalla digna de un Coliseo romano.

    -¡Ya te dije que no fui yo! –gritó Onodera Ritsu a su jefe.

    -¡Claro que sí! –contratacó Takano enseñándole la pantalla del aparato.

    Ritsu lo miró por unos segundos y dijo:

    -No fui yo, no escribí eso.

    -Que si li hiciste porque este es tu numero.

    -Te repito que no. –dijo renuente a tan absurda misiva.

    -¿Por qué eres tan terco?

    -Por qué será. –espetó dándole la espalda.

    Una situación diferente transcurre en el cuarto 439, una pareja muy apasionada profesaba su amor con besos y caricias.

    -Y-Yukina… -llamó el sonrojado editor doncella.

    El mencionado hizo caso omiso al llamado y continuó repartiendo besos por el cuello de este.

    -Yukina mnn… -llamó jadeante pero la respuesta del otro no hubo, como los toques seguían siendo sutiles y cálidos, Kisa probó llamarlo una vez más. –K-Kou…

    -Dime… Shouta-san… -dijo seductoramente el universitario.

    -Hazlo… -pidió muerto de la pena y sonrojado a más no poder, maravillándose con el rostro y con toda la constitución física de Yukina.

    Sin hacerse esperar y sonriéndole, intensificó el juego de caricias sin siquiera preguntarse por la extraña citación enviado por el otro y confiando en el otro lo que hacía y dejaba de hacer.

    Todo iba bien hasta que en el momento que entraron los que faltaban, los televisores se activaron automáticamente mostrándoles una persona en la pantalla que los saludaba alegremente.

    -Buenas tardes, o noches para algunos. –dijo un joven de cabellos castaños oscuros y de ojos del mismo color vestido con un traje verde oscuro, casi llegando al negro, acompañado con un sombrero de copa haciendo juego al conjunto donde en la punta se veía la carta del as de picas.

    Todos los presentes miraron extrañados al sujeto de la pantalla, provocándole una risa divertida.

    -No me miren así y despierten a los que duermen por favor, odio repetir mensajes. –continuó hablando el joven que para la mayoría se le hacía conocido por las vestimentas que usaba.

    -Usagi-san… -dijo Misaki.

    -Esa persona… -dijeron Kisa y Shizuku confundidos.

    -Sí… -comentó Miyagi sorprendido.

    -¿El Sombrero Loco? –dijeron loa 24 al unísono, haciendo reír sonoramente al joven castaño y disfrazado como el personaje del cuento de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas.

    -Ja ja, Hat sos un ídolo de multitudes. –dije apareciendo al lado de mi amigo con una sonrisa en la cara y disfrazada como otro de los personajes de Alicia.

    -¿La Reina de Corazones? –entonaron confundidos, fijándose en mi vestimentas de realeza rojas de pies a cabeza, con una tiara de corazones que decoraban mis cabellos castaños oscuros. Para los presentes ver a Hat y a mí se le hacía extraño porque ambos teníamos las mismas facciones y los mismos colores de ojos pero claramente no somos hermanos.

    -Encantada. –saludé con una reverencia de la burguesía.

    -¿Qué es todo esto? –soltó Akihiko molesto por tan estúpida broma.

    -Calma que no hace falta usar ese tono. –advertí al escritor.

    -No me calmo nada. –dijo más enojado.

    -Por favor tome asiento porque debo dictar las reglas del juego. –saltó Hat manteniendo la mirada fría a los espectadores mientras daba un sorbo a la infusión inglesa.

    -¿Qué juego? –preguntaron Ijuuin, Yanase y Faustus.

    Sonriendo ambos soltamos la respuesta.

    -Survival Game.

    -¿Juego de supervivencia? –preguntaron Misaki, Shinobu y Hatori.

    -Exactamente, ustedes fueron seleccionados para jugar a un juego de supervivencia. –explicó Hat dando otro sorbo.

    -Déjense de bromas, no somos unos niños. –saltaron Masamune y Hiroki.

    -No es ninguna broma y les guste o no, jugaran. –dije en un tono tierno per en el fondo amenazador.

    -Nos rehusamos. –replicaron Kou y Nowaki, como la mayoría de los presentes en la misma postura.

    -No lo harán.

    -Lo haremos. –replicaron esta vez Yokozawa y Asahina.

    -No lo harán o sino… ellos morirán. –dijimos Hat y yo calmadamente enseñando videos en vivo de los amigos y familiares, donde los rodeaba una especie de hilo rojo. En algunos casos aquellos hilos los cubrían totalmente y en otros apenas los tapaban pero lo suficiente para abarcar los puntos letales; lo extraño y curioso era que para todas esas mujeres y hombres de todas las edades seguían sus rutinas ajenos y desconociendo la existencia de aquellos hilos.

    -¿Qué es eso? –preguntaron los jugadores.

    -¿Eso? –dije señalando los hilos. –Son sus sentimientos. –respondí sonriente.

    Un silencio se apoderó en los doce cuartos hasta que Hat lo rompió:

    -Saben la historia del hilo rojo, aquel hilo que lo entrelaza con la persona amada. El Hilo del Amor… el Hilo del Destino.

    Los hombres escuchaban atentamente las explicaciones de mi amigo y para colaborar yo continué, dejando a Hat sirviendo más té con scones.

    -El hilo rojo no solo esta presente en la persona amada sino que también esta en todas aquellas que han conocido, por más que no se lleven bien o no hallan interactuado por mucho tiempo, ese hilo estará ahí, en mayor o menor medida… si se fijan entre ustedes notaran que lo explicado no es mentira. –sentencié con tranquilidad.

    Obedeciendo, las miradas se desviaron a sus parejas y para sorpresa; y en algunos horror, los hilos rojos los rodeaba y la mayoría estaba casi cubierta de pies a cabeza. Observando fijamente, notaron que muchos comienzos se iban hacia afuera y otros se perdían entre las paredes.

    -No… puede ser… -dijo Akihiko notando la madeja roja que estaba alrededor del castaño.

    -Es imposible. –dijo Isaka mirando la suya como la de su secretario.

    -Como verán si se rehúsan, nosotros nos veremos en la necesidad de darles un estimulo. –dije sonriéndoles nuevamente.

    Y antes de darles oportunidad de replica, Hat jaló algunos hilos, en los videos se apreciaba como poco a poco las figuras de unos infantes, uno de cabello castaño, el otro de cabello grisáceo y una niña de cabellos castaño claro, junto con unas mujeres de cabelleras castañas de las mismas tonalidades sufrían los síntomas del ahorcamiento.

    -¡Suéltalos! –dijeron poniéndose de pie desesperados, Kou, Shinobu, Misaki, Shinoda y Kirishima.

    Ignorándolos, Hat continuó jalando generando que las personas tosieran, seña de que se ahogaban sin saber por qué, y los que estaban a su alrededor no sabían como socorrerlos ya que no podían ver los Hilos de la Muerte.

    -¡Suéltalos! –se unieron al reclamo Yuu, Mino, Ritsu y Yokozawa.

    -Hat. –llamé la atención y este liberó a las victimas que rápidamente recuperaban el aliento, calmando así a nuestros jugadores pero dejándoles en claro que esto iba en serio. El juego es real.

    -Bien ya que comprendieron lo que sucede cuando no cumplen las reglas, vamos a explicarles en qué consiste el juego.

    -Ustedes en total e incluyéndolos son 24 personas, naturalmente fueron elegidos por ser parejas, eso nos da un total de 12 parejas. Survival Game, consiste en eliminar a las demás parejas; toda arma es permitida en el juego pero deben tener en cuenta que si son atrapados por la policía, automáticamente los eliminaremos. También tengan en cuenta que no pueden involucrar a personas ajenas al juego ya que si lo hacen, las mataremos.
    Cuando encuentren una pareja, sean cautelosos y cuando estén confiados en quienes son, ustedes mismos deberán perseguir y exterminar porque un error puede ser fatal, sean prudentes en el lugar que elijan para la matanza. Hat y yo solo estaremos presentes para dar una pista que de con el paradero de sus perseguidores.

    -¿Cómo nos daremos cuenta que son ustedes? –preguntó Haruhiko.

    -El remitente será de una persona que ustedes conozcan pero el contenido será dentro de lo posible sutil y evidente. –explicó Hat.

    -Mis estimados jugadores, desde ahora el juego ha dado inicio y los iremos liberando cada 30 minutos.

    -Mucha suerte y que gane el mejor. –saludamos los dos con una sonrisa cortando la transmisión pero aun vigilándolos.

    En todas las habitaciones reinaba el silencio total, los rostros afligidos afloraban en esos estéticos semblantes.

    -Parece que no les sentó bien la noticia. –dije sonriendo a mi compañero.

    -Así parece, lastima que deban destruir tan bellos cuerpos. –dijo Hat para servir té y mirándome me ofreció. – ¿Se le apetece Su Majestad?

    -Me encantaría, y con tres terrones de azúcar por favor. –dije para continuar con nuestra celebración inaugural.

    Pero de algo estamos seguros, sea para bien o para mal, cada jugador pensaba en una sola cosa:

    -“Los Protegeré”

    Y como dice el refrán o uno de los dichos populares de la historia:

    “En la guerra y en el amor todos se vale”

    Y eso… damas y caballeros es lo que debemos tener en cuenta.

    Sean cordialmente bienvenidos a Survival Game.





    Bueno ese fue el final del capitulo 1

    Ahora antes de retirarme paso a explicar la gracia de los apodos.

    Los Misteriosos, Ijuuin Kyou e Ishi Shizuku son uno de los misterios mas grandes la editorial ya que como pueden ver no se sabe como llegaron a terminar juntos si estuvieron por un lapso corto de tiempo y además tengamos en mente que sus personalidades son casi opuestas. Además apelamos que ambos tienen un toque de misterio que ni la mismísima Shungiku Nakamura nos dice.

    Los Enigmáticos, Yanase Yuu y Mino Kanade, su relación tuvo una solución que a diferencia de sus antecesores saben que por esas inevitabilidades de la vida su sentimientos fueron comprendidos, mas uno que el otro entendieron que el amor tiene una ida y vuelta extraña. Lo enigmático de ellos radica en la sonrisa de Mino y de los ojos de Yuu.

    Los Antagónicos, Usami Haruhiko y Sumi Keiichi, se debe a que ambos hombres odian o detestan o no les cae bien la pareja de la persona q se enamoraron. Ej. Keiichi no quiere a Misaki q sea pareja de Akihiko y Haruhiko no quiere a su hermano por que este quiere a Misaki.
    Conclusión: los opuestos se atraen

    Los Ilusionistas, Kurosaki Shinoda y Fenhoff Faustus, se debe a que ambos viven en la ilusión de un amor no correspondido, o sea, el rechazo de Hiroki hacia Shinoda y de Shinobu al australiano, entonces que nada mejor vivir un amor correspondido imaginando en el fondo que eso que no existe suceda algún día.

    Espero que les haya gustado, esto es lo último que público a mis tiernos 22 años, los extrañaré pero en fin… mañana comienza el reinado de los 23 y con ellos las locuras aumentaran más de lo que ya están. Gracias por leerme, cualquier comentario es bien recibido, para los que no lo saben nací un dia 5-12.
  7. .
    Que bonito tiaaaa me gustó mucho y me encanta los juegos y puteadas de la sonrisa y del corazón, admito que Yuu-chan se ve adorable mientras duerme, sigue asi para ver quien sede al final XDD

    Adyuu
  8. .
    jajaaj me encantó pero aun Misa-chan se tiene que enfrentar lo peor, el acoso de sus compañeros y de por qué no? de Sumi-sempai XDDDDD por fas conti pronto ya quiero ver la cara de Hiroki ante la asistencia de la castaña XDD

    Adyuu
  9. .
    VAMOS TODAVIA ESO ES PERVERSIÓN XDDDDD SIGUE ASI QUE POCAS QUIEREN HACER DEL UKE UN SEME EN POTENCIA XDDDD

    Adyuu
  10. .
    ahora recién cae el conejo que tendrá problemas con sus perversiones? XDD por favor XDDD me muero, en fin la cosa es que Misaki sea chica no hay mucha diferencia, solo faldita y un poco mas de pechos XDD quiero conti now XDDD vamos a ver como los chicos babean por la castaña XD

    Adyuu
  11. .
    JAJAJAJA X'DDDDDD POBRE CONEJO XDDDDDD DIOS ESTO SE PUSO MEJOR XDDD VAMOS CONTI YA QUIERO VER QUE HARAN LAS CHICAS XDDD
    Adyuu
  12. .
    HOLAAAAA NATHYYYY PERDON QUE NO TE COMENTÉ XDDD AHORA SI VOY XDDD

    ME ENCANTÓ ESTA IDEA DE DESASTRE/ACCIDENTE XDDD NO ME ESPERABA LA CONFESION DE CHIAKI!!! POBRE TORI TUT PERO ESO ESI GRACIAS A TU FIC ME DISTE UNA IDEOTAAAAAAAA ASI QUE TE LO AGREDECERÉ CUANDO LO PUBLIQUE XDDD

    SIGUE ASI Y ACTUALIZA PRONTITO XDDD

    Adyuu
  13. .
    X'DDDDDD GENIAL LA CONTI XDDD METE PILAS QUE ESTO SE PUSO DIVERTIDO Y ME IMAGINO QUE MAS DE UN PERVER LE ECHÓ OJO A LA "CASTAÑA" XDDD VAMOS QUE QUIERO VER LA ROPA QUE LE VAN A COMPRAR A MISAKI-CHAN XDDD O MISA-CHAN? XDD

    Adyuu
  14. .
    GENIAAAAAL ESTUPENDA CONTIIIIIIII <3 <3 Y POR FIN YUU COMIENZA TOMAR RIENDAS EN EL ASUNTO! KANADE NO SEAS TORPE Y APROVECHA PIBEE!!! EL TREN PASA UNA VEZ!!

    CONTI PRONTO MA XDDD

    Adyuu
  15. .
    Si... lo se... meresco la pena de muerte por la tardanza pero que le podia hacer si tuve un mar de quilombos XD espero que los pocos que me sigan todavia la encuentren interesante al fic. Sin mas que decir... y de paso aclaro que actualicé otro de mis fics, Enigmatic Lovers XD si hoy fue por partida doble XDD

    ACCION ACCION XDDD ANTES DE QUE ME CORTEN LA CABEZA XDD




    Capitulo 15: Recuerdos del ayer



    Horas de la noche, un cielo estrellado y uno de los profesores de la academia St. Heaven acaba de llegar a su residencia, Takano Masamune, suspiraba mientras miraba hacia el interior de su hogar, no había nadie pero su ilusión no se vio devastada ya que logró volver a ver al pequeño infante que hace diez años le había dado ganas de vivir.

    -Ritsu. -suspiró adentrándose y dejando su maletín en una de los sillones que decoraban parte de la sala.

    La cuestión era por qué el menor le había vuelto las ganas de vivir, la historia se remonta en aquellos felices aunque solitarios momentos de su adolescencia.

    INICIO DE FLASH BACK


    Hace 10 años:

    Un joven de secundaria caminaba por las concurridas avenidas del centro comercial, faltó a clases porque las clases le parecían aburridas y en casa no podía estar porque sus padres cada tanto discutían por lo mismo, francamente no lo soportaba y no tenía el humor para presenciar cada mísera pelea de sus progenitores por algo que ya daban por perdido.

    Como ese día usaba su uniforme la gente lo miraba con cierto recelo y enojo, los estudiantes a esas horas debían concurrir al instituto pero esta vez prefirió pasearse por ahí, sus ojos buscaban la librería, necesitaba distraer su vista con una buena historia que lo atrajera.

    Al final de varias horas compró un libro bastante interesante por si complejo argumento pero a la vez sencillo de entender, como aun no deseaba volver para escuchar el griterío, que teorizaba, reinaba en ese edificio llamado casa, optó por irse a una de las bancas que no estaba muy lejos de la concurrida avenida.

    Un bonito día se puede decir y una excelente manera de perder el tiempo, así lo creyó hasta que después de unas horas, una delicada voz interrumpió su lectura.

    -Padre.

    Levantó la vista y lo primero que divisó fue un par de orbes esmeraldas confundidas, abrazando con fuerza al peluche con forma de conejo. Justo cuando quiso auxiliarlo, el niño se disculpó y escapó, dejando preocupado y preguntándose donde estarían los progenitores del chico.

    Al principio lo había dejado pasar porque supuso que los padres del niño andaban cerca de ahí, sin embargo, tras verlo varias veces merodeando por el lugar se empezó a preocupar porque a pesar de que no lloraba, desde lejos se notaba que estaba perdido.

    Para no asustarlo lo siguió, tomando una prudente distancia, todo iba bien hasta que un adulto lo tomó de un brazo, seña para ponerse en retaguardia e ir a auxiliarlo. Afortunadamente zafó pero un grupo de hombres le cerraron el paso y el pobre niño comenzó a llorar por su situación, ahora si hora de actuar.

    -Veo que estuvieron cuidando muy bien de mi hermanito. –dijo interrumpiendo las futuras perversidades de los sujetos.

    -Este niño es nuestro. –encaró uno de ellos, enojado por la presencia del adolescente.

    -No, no lo es. –refutó mientras levantó al infante entre sus brazos, sintió los temblores del cuerpo de la criatura, para calmarlo lo acarició suavemente su cabeza, transmitiéndole la tranquilidad y la seguridad de que todo saldría bien. –Vamos a jugar a las carreras. –le susurró en el oído llamando su atención y las orbes llorosas consintieron su idea, abrazando su cuello para ocultar el rostro en sus cabellos negros. –Bueno, si nos disculpan debemos seguir con las compras. –dijo abriéndose paso por el camino supuestamente cercado por esos adultos.

    Luego de un leve altercado con esos tipejos, ambos jóvenes se refugiaron en la plaza, camuflándose con el mar de gente que había por el lugar. Lo sentó al pequeño en una de las bancas y él se acomodó a su lado para recuperar el aliento perdido, no se percató que las orbes verdes del menor aun lo miraban asustado pero al rato estos reflejaron sorpresa ya que dijo.

    -¿Usted era a quien yo confundí con papá?

    -Sí, y no me hables de usted, no soy tan viejo, tengo 15 años. –refutó mirándolo con una expresión indiferente, ¿acaso parecía mayor?

    -Lo siento. –susurró asustado nuevamente, eso hizo pensar que quizás su tono había sido mas grave de lo normal y habrá creído que lo regañó

    -No te pongas así, no estoy enojado. –revolviéndole los mechones castaños, desapareciendo aquella atribulada expresión. –Ya sé, te compraré un helado, de qué sabor quieres.

    -¡De chocolate! –respondió entusiasta, no pudo evitar reír porque ese niño demostraba la inocencia y la alegría que alguna vez él mismo tuvo pero que fue olvidada con el pasar del tiempo.

    -Ha ha, está bien de chocolate ahora regreso, y no te muevas. –alejándose de la banca a buscar el pedido y mirando de reojo para ver si el menor había comprendido su orden y al parecer si, porque se quedó quieto mirando a todos lados aun buscando a sus progenitores.

    Después de pagar a la dueña del puesto y regresando a la banca, notó que el niño estaba decaído y era de esperarse si aun no hallaba a quienes buscaba, componiendo un aire comprensivo y alentador le subió los ánimos y una vez que este mejoró el semblante, volvió a tomar asiento y sacó una vez más el libro que leía hace rato.

    Los curiosos ojos del castaño no se hicieron esperar y la pregunta más simple del mundo salió como si nada.

    -¿Qué lees?

    -Un cuento.

    -¿Qué clase de cuento? –“valla el chico es curioso, eso es bueno” pensó Masamune.

    -Uno de todo tipo. –al ver que el infante no comprendía le mostró la portada, los ojos verdes se iluminaron y una sonrisa apareció.

    -¿Puedo leer con vos? –aunque no quisiera, no podía negar esa petición de tan tierno niño.

    -Claro. –lo sentó en sus piernas, la cabeza del castaño quedó recostada en su pecho y ambos quedaron en esa posición a medida que iban leyendo. El olor de las hojas de primavera, el calor que desprendían ambos cuerpos y las acompasadas respiraciones de los dos, los embriagaron de una sensación placentera.

    El joven adolescente sintió por primera vez que era el calor de otro cuerpo y el afecto de gentiles palabras y sentimientos, el menor sin darse cuenta le había regalado algo que hace mucho creyó olvidado: el sentir afecto por alguien.

    Después de un buen rato leyendo, sintió como el niño se acomodaba más en su regazo y de a poco se le iba cerrando sus ojos, obviamente lo manifestó con un tono muy bajito que lo enterneció.

    -Tengo sueño.- restregándose los ojos.

    -Entonces duerme.

    -Mmm… no, quiero saber tu nombre. –Eso si que era raro pero supuso que al menos se lo merecía saber y por otra parte supuso que no estaba mal el dárselo ya que dudaba mucho que se volvieran a ver.

    -Saga.

    -Mucho gusto Saga nii-san… Mi nombre… es Ritsu. –durmiéndose en el regazo y abrazando el muñeco y con una ligera sonrisa surcando tan infantil rostro.

    Sin comprender el por qué, lo arrulló más hacia su cuerpo, no entendía por qué aquel niño lo hacía sentir querido, más bien amado… probablemente era por la falta de afecto pero que un infante lo tratara así… estos momentos lo conservaría como un tesoro.

    La tarde se presentó y una voces a lo lejos pronunciaban el nombre del castaño, el adolescente comprendió que era el momento de partir y con una cálida sonrisa lo deposito en la banca y antes de alejarse le susurró.

    -Pensaras que yo te salvé pero déjame decirte que tú me has salvado… gracias Ritsu.

    Tras alejarse bastante, observó que los adultos y otro niño que sostenía la mano de una mujer, despertaban al menor y este les sonreía y los abrazaba, una hermosa escena… para el adolescente fue más que curiosa porque sin saberlo se quedó observando fijamente el recuentro y no entendía porque sus ojos se habían empañado.

    -No puede ser… -susurró para sí mismo, limpiándose las diminutas gotas cristalinas que se escaparon de sus ojos, puede que sea incomprensible hasta imposible pero hacía mucho que no lloraba y esa escena familiar provocó que saliera su lado débil o mas bien… el lado que inconscientemente deseó una vez en su infancia.

    Sonriendo para si mismo se fue alejando del lugar, a sabiendas que su solitario ser había encontrado su alma gemela y que esta era una luz que brillaba con su propio resplandor, dándole la voluntad de vivir una vez más y ser más afectuoso con las personas, cuidando a su vez en no caer en la desilusión de un pasado frío y carente de emoción alguna.

    Con aquellos pensamientos el adolescente fue creciendo y rezando que algún día volviera a ver a ese brillo que una vez se le manifestó sacándole de aquel pozo indiferente y apático.

    FIN DE FLASH BACK


    -Por fortuna te volví a encontrar y esta vez te quedaras a mi lado. –dijo en voz alta el azabache mientras cocinaba un platillo sencillo.

    -¿Quién se quedará a tu lado, Masamune? –dijo otra voz de la nada y en el oído del mencionado, espantándolo.

    Un joven adulto de la misma edad que el catedrático se manifestó, un cuerpo igual de agraciado pero con unos aires más serios que se vislumbraba gracias a la azulada mirada penetrante que el intruso dedicaba hacia el otro y los cabellos de similar tonalidad colaboraban en esa aura llena de seriedad y tranquilidad.

    -Yokozawa… ¿qué haces aquí? –preguntó Takano tras reconocer al intruso.

    -Dejaste la puerta abierta y además vine de visita.

    -Es un poco tarde para las visitas. –refutó mirando el reloj de pared que daba cerca de la medianoche, en qué momento la hora pasó volando ni lo sabía y tampoco quería averiguarlo… es más en que momento habrá entrado y cuanto tiempo se le quedó mirando sin sacarlos de sus pensamientos.

    -Lo sé pero aun no respondiste mi pregunta.

    -¿Qué pregunta?

    -¿Quién se quedará a tu lado?

    -Ah… mmm… -dudaba en responder. –Verás…

    -¿Lo encontraste? –se adelantó Yokozawa. Era imposible negarlo ya que él sabía sobre el pasado del moreno.

    -Sí… es mi estudiante. –respondió calmadamente.

    El rostro del otro se hizo sombrío y asegurando bien su abrigo le dijo.

    -Masamune… mejor olvídalo.

    -No puedo. –repuso el otro nostálgico.

    -Mejor olvida a ese chico.

    -¿Por qué? –dijo molesto y como siempre el otro le daba la misma respuesta a ese tema antes de desaparecer por la negrura de los pasillos.

    -Porque no toda luz es precisamente buena… y no te olvides de cerrar bien la puerta, Masamune. –finalizó Takafumi desapareciendo como un fantasma y dejando al mencionado, como siempre, confundido por esas palabras.

    ¿Acaso Ritsu era otra persona? ¿Sucedió algo en estos diez años? ¿O solamente era una simple advertencia de un compañero que sabía sobre su persona?

    Esas preguntas nadaban de un lado para el otro en la cabeza del maestro, por lo que dejó por las buenas y continuó creyendo y añorando el chico que vio ahora y antes, son la misma persona y que esta no había cambiado en nada. Lo sabía porque esa presencia inocente se mantuvo intacta a lo largo de los años.

    Lo que jamás imaginará Takano Masamune es que se había enamorado de un pequeño guardián de alas blancas manchadas de rojo… ese rojo lleno de perversión, lleno sed a la carne y que no era la suya.

    No muy lejos de ahí mientras Yokozawa se alejaba de la residencia de Takano, una figura se colocó al lado y le dijo con una voz muy suave.

    -Nunca cambiarás, lo proteges demasiado.

    -Cállate. –le espetó sin detenerse en ningún momento.

    -Oh vamos, si dije la verdad… además sabe que ese hombre no cambiará.

    -Cierra la boca y no te metas donde nadie te llama. –dijo molesto y encarando a su acompañante.

    -Y deja de poner esa cara o te saldrán arrugas. –dijo divertido, poniendo un dedo en el entrecejo de Takafumi, molestándolo aun más.

    -Saca tu maldito dedo de mi cara si no quieres ir al otro mundo ahora. –amenazó.

    -No seas tan amargado si sabes que esto pasaría algún día… ah se me olvidó decirte algo. –dijo retirando la mano de la cara del otro.

    -¿Qué? –dijo cansino y retomando la caminata dejando casi atrás a su compañero.

    -Que el director, los halló y ya tiene un plan, así que debemos ir allá y escucharlo. –dijo sonriente.

    Eso detuvo el paso del morocho y mirando con aires de asesino serial le espetó.

    -¡Por qué no lo dijiste antes! ¿Sos idiota o te haces?

    -Tranquilo que hay tiempo, así que vámonos amor mío. –dijo alegremente el joven tomándolo del brazo y arrestándolo a unos de los autos de la cuadra, un BMW negro.

    -¡Suéltame Kirishima! ¡Maldito seas por qué demonios tengo que ser tu pareja!

    -Porque… sos el mas lindo y serio del equipo. –dijo divertido y dándole en beso fugaz antes de encerrarlo dentro del auto, provocando el enojo y sonrojo de Yokozawa.

    -Te mataré. –dijo enojado.

    -Sí, si, lo que digas, ahora vámonos. –dijo Kirishima arrancando el auto, conduciendo por una de las calles para luego perderse entre la negrura de la noche y en el mar de autos que circulaban por las pobladas avenidas.


    Misteriosos visitantes, curiosos personajes y todos ellos con un pasado más raro y oscuro que el otro, ¿quienes serán estos chicos en realidad? y ¿qué planes tiene preparado el director que mencionó Kirishima?... nadie lo sabe… ni siquiera los ángeles y sus inseparables guardianes.



    Bueno... fue algo que lo tuve que pensar un poco ya que lo escribía en otro lado n-n'... acpetó cualquier puteada o consejo, si tengo la loca capacidad de meter a medio mundo en este universo alocado, y no me voy a enredar XDD

    Algun coment es bien recibido XDD

    Adyuu
712 replies since 20/8/2011
.