Posts written by aranza

  1. .
    Carta 2.

    Carta de amor.



    Y, bueno, hoy se cumple un mes. Es increíble lo lento que se pasa el tiempo cuando extrañas a alguien.
    Puede ser muy doloroso y difícil, sin embargo, comienzo a acostumbrarme.
    Llevó dos semanas sin escribirte, ¿no? Y definitivamente no es porque no te extrañe, si no mas bien porque la gente que me rodea a hecho lo posible por distraerme de todo esto, de sacarme de nuestra casa, de ayudarme a limpiar todo rastro de ti. Al principio me negué enojado, les pedí que no lo hicieran, sin embargo, me hicieron entender que era lo más sano; no puedes mantener recuerdos de alguien que amas, pero que ya no siente lo mismo por ti.
    El día de hoy, no es para contarte sobre lo que ha pasado en tan poco tiempo, si no para... recordar. Si te entregara esta carta, no creo que la leyeses, te aburriría recordar nuestras memorias ¿verdad?, porque bueno, si me engañaste, definitivamente no te interesaría saber mas sobre un "nosotros", por suerte esta carta es solo a nivel personal, a pesar de dirigirme a ti. Prometí a Akihiko que cuando la terminara se la mostraría, e estado pasando un par de días con él y con su pareja, Takahashi, han sido un gran apoyo para mi.
    ¿Recuerdas nuestro primer encuentro? Cuando casi me aterriza en el pie aquel cohete de juguete que habías lanzado, jaja, por suerte no paso.
    Entonces te vi, y me viste. En ese momento creo que lo que menos me cruzaría en la cabeza seria enamorarme de ti, realmente me había enojado muchísimo, estaba tan triste y que llegaras a asustarme de esa forma, jaja.
    Me tomaste del brazo con tu mano, ugh, esa mano tan cálida, que me provoco algo de escozor; no malintérpretes, no me desagrado, pero si que me asusto. Yo, que todo el tiempo había rondado en lugares fríos, yo que veía todo el tiempo el cielo nublado, que de repente llegases a calentarme con tu presencia y hicieras que el sol saliera, fue algo que realmente no entendía.
    Fuiste una piedra en el zapato, Kusama Nowaki, como tu nombre lo indica, llegaste como un tifón a destruir mi paz y la monótona rutina que estaba tan acostumbrado a llevar.
    Tu y tu sonrisa distraída y tus tan repetidos "Hiro-San" lograron hacer que cuando nuestros ojos se encontrarán mi corazón se agitara y mis mejillas se coloreasen de rojo.
    Tendrías que saber como temblaba cada vez que sabía que tendría una mínima oportunidad de encontrarnos. Cuando llamabas me esforzaba por verme bien y que tu notaras el esfuerzo que hacia por ti, porque yo no era capaz de decirlo de frente porque moriria de vergüenza.
    Gracias a Dios parecía que tu eras mi pieza perfecta de rompecabezas, pues aunque yo siempre he sido cerrado y egoísta, siempre supiste lo que quería, lo que deseaba, siempre supiste que "Hiroki, necesitaba a Nowaki" jaja.
    Te fuiste acercando a mi de maneras diferentes, descubriendo en mi cosas que ni siquiera sabia que me agradaban, y todo porque éramos diferentes, tan opuestos que me sorprendía que estuviésemos juntos, no me malentiendas, me encantaban nuestras diferencias, lo diferente es interesante, lo interesante causa curiosidad, y como supuse, esta curiosidad despertó sentimientos.
    Sentimientos que cuando intente parar por creer incorrectos, ya era muy tarde, había caído ante tus ojos y esa bella sonrisa, maldita sea, tu sonrisa, tan bella como un atardecer en la playa; la misma calma, la misma magia pero en tu boca y en tu voz, y esa risa... puedo jurar que cada que la oía el día nublado se volvía soleado.
    La primera vez que dormimos en la misma cama, agotados por nuestros días tan pesados, te mire dormir, y sonreí como un niño, porque incluso dormido me dabas ese "algo" que en ti tanto necesitaba, no pude evitarlo y apenado besé tu frente, en ese instante me di cuenta que no era algo de ti. Eras solo tú.
    Tu te diste cuenta de mi vergonzosa y tonta acción, así que cuando separe mis labios de ti, me abrazaste y dejaste que me acurrucara en tu pecho sin decir algo o burlarte de mi.
    Lo cálido que era estar pegado a ti de esa forma intima y a la vez tan pura, hizo que tuviese ganas de llorar, nunca me había sentido tan amado, lo único que quería era que me abrazaras por siempre.
    De una relación pasajera, de pronto ya habíamos cumplido 3 años, y si soy honesto, aquellos días se volvieron lo mejor de mi vida.
    De conocernos tímidamente y no dirigirnos la mirada, comenzamos a saber las cosas del otro y añorar mirarnos a los ojos, aunque me sonrojase apenas verte. Y si ya estaba seguro antes que me gustaba pasar tiempo a tu lado, fue en ese año en el que me di cuenta lo perdidamente enamorado que estaba de ti. En cuanto comencé a darme cuenta de los pequeños detalles y manías tan tuyas.
    Me enamore de la forma en que sonreías a mitad de un beso, e incluso como lo interrumpías riendote y diciendo lo afortunado que eras de tenerme, de como te reías de mis rabietas y berrinches entendiendo que me costaba ser cariñoso a pesar de que te esforzabas en enseñarme como. Me enamore otra vez de tus ojos azules, de tu sonrisa, de esa forma tan inocente y dulce de pensar, de tu presencia, pues sólo con estar en la misma habitación me sentía completo.
    Yo tan abrumado y atrapado en mi nuevo trabajo, y tu buscando la forma de hacerme feliz; me enamoró la forma en la que me hiciste volver a vivir.
    Fue ese año en el que ablandaste mi corazón y por primera vez te besaba sin vergüenza, hacíamos bromas, reíamos, los detalles y las palabras jamas me sobraron, comenzaste a pasar más tiempo en mi casa, aunque solo fuese para ver una película en la tarde o dormir juntos. Nuestras salidas aunque solo fuesen a un parque era increíbles y especiales, te ame, y quería expresarlo tantas veces como se pudiera, sin cansarme, decírtelo siempre.
    Pasaron los años, y entre ellos prometí tantas cosas de las que creeme, no me arrepiento. Prometerte que si tu no soltabas mi mano yo no soltaría la tuya, prometerte que si te quedabas a mi lado nunca te pediría que te fueras, te prometi que si querías pasarte la vida entera conmigo, lo aceptaba con gusto, porque yo si deseaba una vida a tu lado.
    Ahora mismo ya no estoy seguro si aún quiero eso, porque creo que tu perdiste las ganas...
    Nuestros últimos 3 años también fueron buenos, era increíblemente adorable como de ser novios ahora nos veíamos como una melosa y ridícula pareja de casados, jaja.
    Tanta nostalgia, tantos recuerdos, tanto egoísmo, tantos sueños...
    Eras él hombre perfecto, Nowaki, con el que toda chica sueña, sin embargo, me elegiste a mi, quien no tenía valor alguno.
    Eres el sueño de muchas, y mi realidad mas anhelada, porque antes de que aparecieras tuve un sueño, porque no me había dado cuenta que antes de conocerte, ya te imaginaba.
    Te soñé amable y respetuoso, abrazandome de noche y haciéndome reír.
    Te soñé como alguien con carácter, y esta bien porque yo también lo soy.
    Te soñé y añore junto a mi en la cama.
    Te soñé y aún no te conocía, creyendo que estabas en la persona incorrecta.
    Pero, de lo que estoy seguro, es que definitivamente eres mucho mas de lo que soñé...
    No puedo evitar llorar escribiendo esto, lo siento, porque ahora ya no eres mi sueño ni mi realidad, si no mi más horrible sufrimiento.
    Te amo, Nowaki, jamás me cansare de decírtelo, estos 9 años te tuve y ahora te me vas así sin más. Creo que aunque me acostumbre el dolor jamás abandonaría mi corazón.
    Supongo... Que debo seguir, no hoy, pero tendré que hacerlo en algún momento.
    Por favor, ven y buscame, aún te esperó...

    —Kamijou Hiroki.

    [-][-][-]


    Akihiko leyó las últimas líneas y volteo a ver impactado a Hiroki.
    Este escuchaba a Misaki con una sonrisa mientras el ojiverde entusiasmado le contaba sobre sus avances en su empleo, se llevaban bien.
    Con un suspiro, el peliplata guardó las hojas de nuevo en el sobre color azul que Hiroki había hecho a mano.
    Sus ojos se centraron de nuevo en el de ojo miel, cuando un solo pensamiento cruzo por su cabeza.

    "¿Cuán rota debe estar una persona para escribir tan bonitos versos?"


    *-*-*
    Hiroki escribe "jaja" involuntariamente cuando le dan ganas de llorar y se retiene.
    Y si, Nowaki fue quien engaño a Hiroki.
    No tengo idea como fue la relación de estos dos cuando llevaban 3 años de novios, solo se me ocurrió ponerle como su mejor año, no juzguéis.(?)
  2. .
    Actualización diaria; fanfic corto de mas o menos 8 capítulos.

    [-][-][-]


    De: Hiroki Kamijou.
    Para: Nowaki Kusama.

    Hola.

    ¿Esta bien comenzar con un "Hola"? No se si sea incomodo o estúpido para ti, pero no tengo forma más original de comenzar.
    Creo que en esta nota estúpida escribiré lo que se me de en gana, pues lo más seguro es que nunca te la entregue.
    Ya pasaron dos semanas; dos semanas desde que mandamos todo a la mierda.
    No te he vuelto a ver después de la última discusión, después de que nos gritamos cosas hirientes y cada uno se fue por su lado.
    Creo que son pocos los días en los que no lloró después de eso... Toda la gente que me rodea dice que debo estar bien, que no te de el gusto de verme malo, pero, ¿como? ¿como estar bien si pierdes lo único que le daba color a tu vida? ¿como estar bien si lo único que te hacia feliz se cansó de ti y la rutina?
    Aún llevo él anillo que me diste en él dedo, la simple idea de sacarlo me asusta, tengo la fe de que volverás y si no me lo ves puesto te entristecerás.
    No puedo sacarte de mi cabeza, ¿como es que 9 años se fueron por la borda? ¿cuando te perdí? ¿cuando dejamos de ser suficientes para él otro?
    Sigo con mi vida, pues creó que no puedo darme él lujo de dejar todo y aislarme, sería un peligro para mi trabajo y carrera, además, la gente que no conoce mi vida personal se asustaría, ¿no? ¿por qué desaparecí de repente? O quizá todos se alegren, no lo se.
    Uff... Él motivo por él que estoy escribiendo estas cartas, es porque volví a darle una leída a las que escribiste hace 3 años, cuando te encontrabas estudiando en el extranjero y decidí aplicar tu técnica; escribir todo lo que siento, y anhelo decirte, pero sin tener forma de entregartelo, porque si me comunicó contigo no me sobraran las ganas de ir corriendo hacia ti, que me arrues en tus brazos y digas que me quieres.
    Si escribo esto, es porque necesitó sacar todo de alguna forma, y mi orgullo es demasiado grande como para ir a buscarte. Te extraño y muero por verte, pero, ¿soy yo él que debe pedir perdón?
    Quizá no es cobardía, quizá lo hago porque se que aunque no valgo mucho, ni yo merezco que me hieran de esta manera. Porque te he amado como nadie amara nunca, y aún así recibí una acuchillada.
    Si escribo esto es porque tu ausencia duele, y pido a Dios que vuelvas y digas que te arrepientes por haberme herido.
    Aunque, repito, ya son dos semanas, y aún nadie toca a la puerta, aún nadie llama por teléfono, aún no pasas por tus cosas, y aún sigue tirado en el mismo lugar el anillo que tu también llevabas puesto.

    —Kamijou Hiroki.

    Edited by ˜Ari˜ - 2/8/2017, 21:57
  3. .
    Oh, chale.(?)
    Me hiciste Llorar.):
    Odio ver que Hiroki sufra, pero a la vez me encantan estas temáticas.~
    Lo ame, gracias por escribirlo.
  4. .
    Estas por leer el mensaje automático y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capítulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Espero la lleves bien lo que llevamos del año y gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO REGALO SIN RAZÓN. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa... :’)


    [-][-][-]







    Capítulo 4.


    Teñida de sepia estará esta escena familiar.



    —Agh, es una broma, ¿cierto?- Yokozawa miraba su camisa con una enorme mancha roja en el pecho. El vino era imposible de remover en prendas, la camisa había quedado inservible. Solo se había vuelto una prueba más de la extraña noche que había vivido.
    El sonido de la ducha delataba que había otra persona además de el en esa habitación. Antes había actuado tranquilo por una extraña razón, incluso había reído junto con el demacrado chico, pero ahora estaba intentando entender porque lo había hecho.
    Se había tirado a Onodera, de eso no había dudas. Estaba borracho pero recordaba el momento aunque fuese de manera distorsionada.
    Suspiro con frustración. Llevaba mucho tiempo buscando algo de arrepentimiento en su corazón, algo que le dijera que se sentía mal por lo que había hecho, pero no lo había, no existía el arrepentimiento.
    Lo había disfrutado, mierda que sí, el roce de sus caderas, el alcohol calentando su cabeza, los gemidos de Onodera, su rostro y su voz suplicando por más, esos labios con sabor a whisky y menta. Se sentía un enfermo por pensarlo y desearlo de nuevo, pretendía alejar esos pensamientos incrustando en si una culpa que era falsa.
    Sí, es cierto, sentía algo de pena por Onodera, pues aunque había correspondido a su sonrisa él se veía más afectado con esto.
    Debía suponerlo. Ambos tenían el corazón roto, sin embargo, el de ojos esmeralda era más débil tanto física como emocionalmente, y esto debía ser insoportable para él.
    Sí, realmente lo había disfrutado. Había removido todas las lágrimas por placer, pero ¿y ahora? Ahora que ya habían terminado el acto carnal se sentía igual de vacío, igual de destrozado. Maldito Zen, maldito Masamune. Ellos tenían la culpa de que ellos estuvieran así, confundidos y destruidos en una habitación de hotel.
    Río amargo, ¿Por qué no se arrepentía de haberse acostado con alguien más, pero no podía con el dolor de la perdida?
    La respuesta era fácil. Porque tanto Ritsu como él se habían aliviado el dolor mutuo con sexo, sin embargo eso no reemplazaba el amor que habían perdido.
    Ritsu salió del baño, ya cambiado y con el cabello empapado.
    Ninguno se miró, solo se quedaron en silencio. Era domingo, no trabajan, así que los horarios no eran preocupantes, pudieron haberse quedado a hablar todo el día si quisieran de lo que pasaría después, pero lo cierto es que ninguno quería hacerlo.
    —Yokozawa-San, yo… esto…- Entendía que Ritsu no pudiese hablar, ni el siendo fuerte podía hacerlo.
    —Solo… Gracias por hacerme olvidar al menos por una noche. Olvidemos que esto paso, ¿quieres?- Le daba la espalda a Onodera, no sabía que cara ponía en ese instante, pero suponía que era una de alivio.
    El silencio se mantuvo por minutos, hasta que el castaño pareció captar el significado de aquellas palabras.
    —Gracias igual. Que todo siga como antes.-
    Esa tarde, Yokozawa Takafumi no le dirigió la mirada a Ritsu, tomo su saco, y antes de salir se detuvo en seco en la puerta.
    —No te preocupes, yo pago.- Pago una cuenta de hotel, y salió de allí.
    Los rayos de sol lastimaron sus ojos, y su cabeza palpito de dolor como consecuencia de la resaca. Dejo el hotel atrás, siendo una huella de su pasado que quería eliminar.
    Pero incorrectamente y de algún modo, ya había dejado su marca en Onodera, aunque claro, ninguno lo sabía aún.

    *-*-*-*



    Había pasado un mes. Un mes exactamente desde la ruptura con Kirishima.
    Kirishima siempre había sido una persona directa que no mezclaba el trabajo con las situaciones personales, sin embargo, esta vez fue totalmente diferente, y eso no solo era sorpresa para Yokozawa, sino también para todas las personas que se preguntaban cómo es que de tener una relación tan cercana, habían pasado a no querer verse ni en pintura.
    No sabía cómo la estaba pasando Kirishima, pero para él, esto era una verdadera tortura; cada día soportaba menos esta situación y odiaba admitir que lo estaba afectando, odiaba admitir que estaba comenzando a decaer por un externo.
    Ya había recibido más de un regaño por parte de sus superiores debido a pequeños fallos que habían recibido en los reportes de este mes; Yokozawa se sentía avergonzado, pero estaba demasiado triste como para defenderse, y solo agachaba la cabeza dándoles la razón.
    Aún su corazón no dejaba de atormentarlo, recordándole el ultimo día que vio a Kirishima, ni siquiera pudo despedirse apropiadamente de Hiyori pues ella no estaba en casa, y era más que claro para ambos que sería incomodo explicar por qué se alejaría.
    —Yokozawa-San…- La voz de su subordinado le obligo a voltear fastidiado, no tenía ganas de escuchar nada, quería dejar de recibir quejas, quería dejar de trabajar, quería morirse ya, no lo sabía.
    — ¿Si, Henmi?- El tono de su voz ni siquiera sonaba molesto como usualmente lo era, sonaba cansado, apagado, como si se esforzara por articular aunque fuese una oración.
    —Yo, eh…- Todos notaban el cambio en Yokozawa, y era increíble admitir que en verdad extrañaban al oso gruñón de Marukawa. Su jefe se estaba muriendo o al menos eso parecía. —Kirishima-San me llamo para darle…- Eran papeles, no escucho de que, en cuanto se hizo la mención del mayor su cerebro se bloqueó dejando de responderle.
    Quería reír de manera burlesca, quería llamar “cobarde” a Kirishima por ni siquiera tener cara para verle, quería golpearlo, quería enojarse, quería… pero es que su corazón no se daba cuenta aun.
    No podía burlarse cuando lo que quería era llorar, no podía llamarlo cobarde porque lo cierto es que el tampoco sabía cómo sería su reacción al verlo, pero estaba seguro que no serían golpes, serían hipidos, serían miradas suplicantes que pedían que volviera. Quería abrazarlo, besarlo, estaba sofocado, ya no podría con esto más tiempo.
    —Déjalos allí.- Dijo. —Hoy me iré temprano.-
    — ¿De verdad?- El tono de Henmi era sorprendido, triste, no podía creer lo que su jefe decía.
    —Sí, yo… Estoy enfermando.- Era su mejor excusa. ¿Cómo explicar que estaba triste? Nunca había caído en una depresión tan fuerte, al menos si la hacía pasar por un resfriado estaría bien.
    — ¿Esta enfermo, Yokozawa-San? ¡Ah! Eso explica tantas cosas.- Intento sonreír, pero no le salía.
    Solo se levantó de su asiento y salió de su oficina.

    *-*-*-*



    ¿Cómo es que podía vivir con esto? Se sentía tan avergonzado de sí mismo.
    Recostado en su cama mirando al techo, con unas inmensas ganas de llorar y desaparecer.
    No podía seguir así. Llevaba ya todo un mes perdido en su miseria y sufriendo cada día. Esto no debía ser siempre. Lo entendía, pero… joder, el proceso era muy difícil, y realmente doloroso.
    ¿En dónde estaba Kirishima para abrazarlo en ese momento? ¿Para decirle que todo estaría bien mientras le sonreía?
    Estaba solo, solo en ese estúpido departamento, pues no había querido alejar a Sorata de Hiyori. Desde que Kirishima llego a su vida, jamás se había sentido solo aun cuando estuviesen separados; no quería aceptar que Kirishima lo había soltado, que ahora eran libres de toda relación, lo sabía y le quemaba.
    Y es que lo extrañaba con cada parte de su ser, sabía que su orgullo era enorme, tanto que ni el mismo lo soportaba, pero cuando en su mente aparecía Zen, juraba por Dios que no le importaba en lo absoluto tener que rogar, todo por intentar que el supuesto amor de su vida diera la vuelta y le dijera que todo estaba olvidado.
    Le dolía haberlo dejado irse sin más, haberlo perdido sin poder retenerlo.
    Zen aun tenía en sus manos cada pedazo de su corazón, y él ni siquiera lo sabía, hace tanto que no le veía el rostro. ¿Tan difícil era haberle pedido que le atara a su corazón? Que no le olvidara y recordara su tacto, solo anhelando y con un poco de esperanza de que pudiese cambiar de opinión.
    Y regresará.
    No lo aguanto más, ese tipo de pensamientos fueron los que le sacaron las primeras lágrimas. Había pasado mucho tiempo a sus ojos, y había pasado de manera tan lenta que lo torturaba. Los primeros días tuvo la ligera esperanza de que Zen regresara, pero aposto demasiado alto, conocía a Zen y bueno, siempre que tomaba una decisión esta era definitiva ¿no?
    —Perdón…- Susurro hacia sí mismo entre sollozos. No podía con el dolor, y le pedía perdón a la nada como si el realmente tuviera la culpa de algo, como si todo esto fuese su error, cuando no era así.
    Quería responsabilizarse de esto porque así encontraría al menos una excusa para ser el, el primero en buscar, el primero en pedir una nueva oportunidad, cuando solo había dado lo mejor que su ser podía dar.
    Sabía que la excusa de Kirishima era perfectamente válida, el nunca sería una madre, pero amaba a esa niña y a ese hombre con todo lo que él era, y era por eso que había cambiado por ellos, sentía que podría pertenecer allí. ¿Por qué si el propio Zen le había dicho que él no pertenecía allí es que seguía aferrado?
    Porque realmente ¿Quién creería que el valía la pena?, ni el mismo podía meterse la idea en la cabeza de que alguien lo amara con todo el patético ser que él era.
    El tiempo que había pasado desde la ruptura con Kirishima se iba haciendo más extenso y desgastaba cada vez aquel sueño de ser feliz, aquel amor que aunque nunca desaparecería debía aprender a ocultar.
    Su vida ahora era un asco, se sentía desnudo, asustado, sin protección alguna, ni siquiera una armadura falsa como la que tanto le gustaba portar. Se estaba volviendo tan débil que todos se estaban dando cuenta de su poca fortaleza, de cómo poco a poco su calma desaparecía, y fallaba cada vez que intentaba levantarse. ¿Sería mejor renunciar? ¿Decirle adiós a Kirishima y dejar que se marchara de su corazón? La idea le hacía temblar y aumentaba sus sollozos.
    —Ya no llores, ya no lo hagas.- Se repetía así mismo, intentando callarse. —Por favor.- Ahora se suplicaba, porque no podía detenerlo, por más que luchara con las punzadas de su corazón, parecía que estas aumentaban en cantidad y fuerza.
    Se abrazó a sí mismo, como cubriéndose de la tormenta que el solo había creado. Tenía razón, no podía seguir en ese estado deplorable en el que parecía un niño asustado; debía aprender, aprender a darse valor el mismo y no esperar que nadie lo rescatara de ese hoyo en el que estaba enterrándose, porque el mismo lo estaba cavando y el mismo debía salir.
    Necesitaba abandonar ya sus terrores, terrores que abrazaba como un amigo cercano, dejar de sentirse culpable por no amar lo suficiente a Zen; era peor quedarse a esperar respuesta de este.
    El olvido haría que se perdonara a sí mismo y dejara de sentirse mal por Zen, abandonar ya el miedo a caerse al volar, de tirar su corazón porque de todas formas ya estaba roto.
    No hoy, hoy quería sacar toda su tormenta de emociones, quería decirle adiós a su amor confundido, dolido y hecho pedazos, porque de todas formas nada iba a cambiar ya, pero mañana, ¡ah! Mañana debía mostrar una sonrisa, o al menos ese ceño fruncido que lo caracterizaba, porque mañana habría sol ¿no? Un sol que le llevaría calor y quitaría ese frio que lo atormentaba.
    —Sera mejor…- Se susurró. Porque más que nada necesitaba esas palabras, y si no había nadie para regalárselas, lo haría el mismo. Porque era lo que necesitaba escuchar, era lo que debía dejarse en claro.
    Se levantó de su cama, y se paró frente al espejo del tocador de la habitación, restregando sus ojos irritados, secando sus lágrimas.
    Suspiro, saliendo de su habitación para comer algo, hace tiempo que no se alimentaba correctamente simplemente porque el hambre no llegaba. Al dirigirse a la cocina se paró en seco frente a su sofá.
    Una camisa blanca colgada en el respaldo de este; sabia de donde era, y lo transportaba a aquel momento. El primer día en que su vida se fue para abajo, el día en que olvido un poco este dolor que tanto le fastidiaba.
    La tomo entre sus manos, el olor a alcohol seguía presente pues no la había lavado, también estaba acompañado de una dulce fragancia que debía asumir era el perfume de Onodera. La mancha de vino que el de ojos esmeralda había tirado permanecía allí, dándole un color sepia a la camisa, llevándole a recordar ese día.


    *-*-*-*



    Al principio, cuando escribí este fic, tenía la completa intención de que esto fuera puro sexo y nadamas. Que sus rupturas amorosas las quisieran esconder, para volverlas placer solamente. Quería inculcarles a estos dos personajes insensibilidad, sin embargo, días antes cuando comencé a escribirlo de nuevo, este tomo un rumbo completamente diferente.
    Como dije, se supone que en este capítulo iban a follar como conejos(?), pero no, así no funcionan las cosas.
    Tuve que pasar yo por una ruptura amorosa (bastante dolorosa) para poder darle el sentimiento que le faltaba a este fanfic.
    Por si tu, que lees esto, esperabas sexo y mas sexo en este capítulo, perdón por darte esto, solo lo digo.
    No es nada fácil. Caes en depresión, todo te cansa, nada te da ánimos; y esto solo pasa cuando realmente amas profundamente a alguien.
    Si, la idea principal de este fic es la relación insana de Yokozawa y Ritsu, sin embargo quiero que entiendan mas sus sentimientos, denles un tiempo para que asimilen lo que estan pasando ¿si?
    Gracias por leer esto, no se.
    No le puse titulo al capítulo, porque si se han dado cuenta los nombres de los capítulos son palabras que se repiten una y otra vez, o el titulo de una canción o poema en el que me inspiró. Esta vez no fue una, si no dos canciones las que hicieron que este capítulo se completara.
    "Cambiar de Opinión" y "No llores más" ambas de Carlos Rivera. Les puse el link arriba, por si gustan escucharlas mientras leen.
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    Estas por leer el mensaje automático y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capítulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Espero la lleves bien lo que llevamos del año y gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO REGALO SIN RAZÓN. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa... :’)
    ¡NOTICIAS DEL FIC!
    -Actualización nada forzada, y hecha con gusto por tu escritora, osease la persona que está escribiendo esto para ti ahora mismo, dejar un review no cuesta nada, y me hace sentir apoyada, ;D
    -Cambio de narración de primera persona a segunda (testigo) a partir del capítulo dos.
    Testigo: El que sabe todo, pero no interviene.
    -Cambio en el título, pues después de pensar un poco, creo que este le vendría mejor.
    -¡DISFRUTA TU ACTUALIZACION, MI AMADO LECTOR!


    Historia de un prohibido amor nostálgico.
    II

    Segundos encuentros.



    Unas 7 horas eran exactamente las que habías contado desde que estabas allí. Y no habías hecho absolutamente nada.
    Para empezar cuando el dueño de la casa te concedió el trabajo a pesar de ese bochornoso accidente que tu habías provocado por lo idiota que eras, todos te aceptaron como el nuevo miembro y tú no podías sentirte más reconfortado por ello, pues al fin habías conseguido lo que deseabas; un trabajo estable en el que ahora podías apoyar a tu hogar y a tu madre enferma, que todavía debía cargar con la responsabilidad de un niño de 16 años.
    Lo primero que intentaste fue hablar con Hiroki, quien por cierto, aun no olvidabas que era menor que tú y era tu jefe, lo cual te molestaba un poco; en fin, las 4 veces que intentaste acercarte el hacia una rápida reverencia y decía cosas como “Lo siento.” “En un momento” “En un segundo te atiendo” “¡Perdón! Juro que tendré espacio para hablar correctamente contigo” y echaba a correr nuevamente con algo en las manos.
    Todos parecían increíblemente atareados y apresurándose, cosa que no lograbas entender pues nadie te explicaba nada, ¡joder que desesperación!
    Estabas sentado en el suelo, desde hace mucho tiempo y comenzabas a exasperarte. Por las ventanas ya se podía apreciar el sol del mediodía y el cielo anaranjado, hora en la que ya deberías estar haciendo deberes. Levantando la vista, te diste cuenta que el castaño que esperabas se acercaba a ti, lo cual al fin te hizo suspirar aliviado. Te levantaste, volviendo a marcar los centímetros de diferencia por los cuales sobresalías del menor.
    — ¿Qué voy a hacer?- Preguntaste con nervios, realmente deseando hacer algo de inmediato.
    Hiroki suspiro agotado, de repente no pudiste evitar sentirte mal por él. Era solamente un adolescente y aun así se veía más derrotado que tú, con unas visibles ojeras y el cabello ya despeinado.
    —Lo siento por hacerte esperar. ¿Puedes ir a la cocina con Ann? Estaré allí en un segundo.- Tu mirada se volvió a una llena de confusión; eras nuevo, no tenías ni la menor idea de donde se encontraba la cocina. El de ojos cobrizos pareció entender su error dándose un ligero golpe con el dedo pulgar en la frente. —Ve al comedor y entra por la puerta más grande.- Asentiste y ambos tomaron rumbos separados. Debido a estar siguiendo a Hiroki la mayor parte del día ya habías descubierto por lo menos donde se encontraba el comedor, y lo habías visto entrar a aquella puerta varias veces.
    Con apresuro fuiste hacia el lugar que se te había indicado pues no querías toparte con el dueño de la casa que aun debía mirarte con lastima por tu temblorosa actitud.
    Te encontraste con la puerta, y acercándote escuchaste voces nada silenciosas desde dentro. Dudaste en entrar o no, pues a pesar de ya haber hablado con tus compañeros seguías sin ser parte de ellos realmente. Ganando tu parte curiosa y la orden directa de Hiroki, abriste la puerta, captando de inmediato las miradas de los que se quedaron en completo silencio; tu solo seguiste con este, pues no sentías que fuese necesario hablar.
    En la habitación había 3 personas. Chiaki que era el supuesto cocinero, Ann la ama de llaves y por ultimo Shinobu, el hermano menor del sirviente personal de Takano, que habías conocido en la mañana tan escandalosa.
    — ¡Ricchan, hola!- Shinobu te recibió con un tono de voz alegre, que sin poder evitarlo te volvió a recordar a tu hermano menor al que sin sorprenderte, ya extrañabas.
    — ¿Ricchan?- Yoshino pregunto curioso, mirándote. —Cierto, te llamas Ritsu ¿verdad? ¡Ricchan suena muy bonito a decir verdad!- Te sonrojaste ante la alegría que mostraba el chico mencionando tu nombre y reciente apodo inventado.
    — ¡No tienen por qué ponerle apodos si él no les ha dado permiso!- La chica se distrajo de su tarea de lavar los platos y les miro con el ceño fruncido, corrigiéndoles por su actitud.
    Tú negaste con la cabeza con una tímida sonrisa, pues realmente no era algo que te fastidiara, no te estaban haciendo menos, ni nada de eso, hasta te gustaba el apodo.
    —No importa en realidad. También puedes llamarme así si gustas.- Notaste como ella se ruborizo ante tus palabras y regreso a su tarea sin decir nada más, lo cual te seguía incomodando un poco, tal vez porque podías sentir el sentimiento de rechazo de su parte.
    — ¡Bueno, está decidido! ¡A partir de ahora serás Ricchan!- El de ojos azules rio. En verdad hace mucho nadie que no fuese de tu familia te trataba con tanta calidez. — ¿Y qué esperas? ¡Ven a sentarte!- Parpadeaste un par de veces procesando sus palabras, aunque no te tomo mucho para que hicieras caso.
    El sonido de varias ollas hirviendo te hizo mirar de cerca, y darte cuenta que estaban preparando, lo que al parecer seria la cena.
    — ¿Lo estás haciendo tú?- Preguntaste con ingenuidad a Chiaki. Este siguió a donde estabas mirando, soltando una carcajada.
    — ¡Claro que no! Yo no sé nada de nada de cocinar. Hiroki está preparándolo.- Quedaste atónito ante sus palabras, el solo te miraba esperando tu respuesta, pero no entendías nada en ese momento ¿él era o no el cocinero? Sin pensar antes de hablar, preguntaste.
    — ¿No eres el cocinero?- De repente tu pierna dolió, y tu brincaste adolorido y asustado. Shinobu te había pellizcado en el momento en el que Chiaki bajaba la mirada.
    —Yo vine a parar aquí por lo considerado que es Hiroki… No sé hacer nada más que dibujar, pero el insistió en darme el puesto de cocinero, ¿sabes? Los primeros dos años no perdió la determinación de enseñarme, pero, un día simplemente me dijo que daba igual si sabía o no, podía quedarme… Sin él, yo hubiese terminado en la calle de nuevo. Ahora solo vigilo los tiempos de cocción de cada cosa que Hiroki prepara ¡él es un gran cocinero, a pesar de lo joven que es!- Te arrepentiste de inmediato por haber preguntado, pues no querías hacerles recordar malos tragos a tus compañeros de trabajo.
    — ¿Es la cena, cierto?- Decidiste cambiar el tema a lo primero que se te viniese a la mente, no querías arruinar los lazos que acababas de crear con tus compañeros de manera tan catastrófica. El azabache asintió repetidamente con la cabeza con energía, parecía haber olvidado lo de hace un momento.
    — ¡Pero no solo para hoy! Esas son demasiadas ollas. ¡Parece que mañana llegan invitados importantes, pero Hiro no nos especifica quienes!-
    —Mi hermano siempre es silencioso respecto a estas cosas.- Susurro Shinobu un poco apenado, claro que tu no podías estarlo porque no tenías idea de nada, pero sí que tenías curiosidad de saber qué cosas se escondían debajo del manto de los Takano. ¿Había algo oculto detrás de la riqueza de estos? ¿Qué escondían todos aquí? Nadie parecía ser alguien normal así que debía haber “cola que pisar” detrás de ellos.
    —No es como si ya lo hubiesen dicho, pero viendo lo obvio de la situación, ¿no será María la visitante misteriosa?- Ann secándose las manos, también se colocó en uno de los banquillos de la cocina, soltando aquellas palabras. Eso termino por despertar tu curiosidad, y poner a los otros dos pensativos.
    —Pero María no ha venido aquí desde hace 2 años, ya saben… desde aquella vez.- No entendías nada, pero estabas más que interesado en la conversación, y no podías negar que incluso un poco emocionado.
    —Bueno, era algo obvio que se la llevarían lejos de aquí, después de aquella catástrofe. Pero no olviden que esta más que involucrada con los Takano.- Todos se habían puestos serios conversando sobre el tema, ¿tan importante era la tal María?
    — ¡Claro, y al igual que mi hermano, este año cumple los 18!- Shinobu abrió los ojos con sorpresa, parecía que para ellos todas las piezas comenzaban a encajar pero tu sencillamente no entendías nada.
    — ¡Es cierto! Entonces sí que podría ser ella…- Los 3 colocaron su mano derecha en su mentón, tu atraído por ellos, te animaste a preguntar.
    — ¿Quién es María?- Ellos te miraron sorprendidos, casi preguntándote con la mirada un “¿no lo sabes?”
    —Pues es…-
    —Es alguien que veo los tiene muy distraídos ¿no?- Al ser interrumpidos los 4 dieron un brinco debido al susto causado. Al voltear viste a Hiroki aún más despeinado y con las mejillas algo rojas, por lo que asumías que estaban calientes también; estabas por preguntar si se encontraba bien pero no te lo permitió. — ¿Por qué no dejan de idear teorías estúpidas y se van a terminar sus tareas? Es medio día, no es como si ya fuesen a descansar.-
    —Dinos una cosa, Hiro.- Chiaki captó la atención del menor, y también la tuya y los demás presentes.- ¿Son María y su familia los que vienen?- Ahora las miradas iban dirigidas a Hiroki, que suplicaban les soltara alguna información.
    -¿Por qué mejor no vas a ordeñar a las vacas, Chiaki?- El otro se puso nervioso en cuanto la orden le fue dada.
    —Pe-Pero eso fue en la mañana. ¡Kou lo hizo!- Hiroki rodo los ojos desesperado.
    —No es verdad. Era tu trabajo.- Sorprendido llevo una de sus manos a su boca, asumías que era debido a que se le había olvidado cumplir su trabajo.
    —Es cierto.- Susurro, pero lograste escucharlo. Observaste como con un puchero el otro se levantaba y salía de la cocina. El castaño menor suspiro nervioso, por las miradas que aún había puestas sobre él.
    —Ustedes dos también vayan, tienen mucho que hacer. Los veré en la cena.- Ellos no dijeron nada más, y oíste los tacones de Ann moverse rápidamente hacia la puerta.
    Hiroki se sentó delante de ti, acomodando el cuello de su camisa con rectitud.
    —Perdona, debiste pasar muchas horas sin nada que hacer ¿verdad?- Asentiste sin mucho esmero, querías decir algo pero no sabías que.¬—Debí haberte dado instrucciones desde el principio; pero como ya te enteraste por los entrometidos que acaban de irse, mañana vienen invitados importantes, y no con la mejor impresión de Masamune.- Aun no tenías idea porque Hiroki se tomaba la atribución de llamar a el jefe por su nombre de pila, pero eso no fue lo que te atrajo, pues Hiroki te estaba confirmando que habría un evento el día de mañana.
    —Hiroki, disculpa mi atrevimiento pero nadie me ha dicho nada… ¿Quién es María?- El otro te miro a los ojos, no se veía molesto, más bien, podías ver que estaba intentando dar una respuesta clara pero sin que llegases a saber de más.
    —María es…- Se detuvo en seco, tartamudeando, quedándose sin palabras.—Sus padres solían tener tratos con los Takano, nunca al nivel de “amistad” era más bien el interés.- Aquellas palabras las dijo con molestia, estabas confundido.—De lo que hablaban hace un momento, es debido a que hace dos años los padres de e…ella tuvieron una fuerte discusión con el señor Takano por conflictos de Masamune y María, y la alejaron de aquí, pero no cancelaron el trato que ya tenían, como dije, por simple y estúpido interés. El señor Takano falleció el año pasado, y Takano se quedó completamente a cargo, además de que este año que María cumple la mayoría de edad los votos entre su familia y los Takano se renuevan, según sus padres porque “ya ha pasado mucho tiempo para cambiar la actitud y comportamiento de ambos”- Esto el más bajo lo dijo haciendo comillas con sus dedos.—María era parte de esta familia debido a que sus padres no le prestaban mucha atención, no me imagino el infierno que debió haber vivido estos dos años.- Quedaste impactado por la historia, y también por como Hiroki miraba a la barra con frustración e impotencia.
    Algo no entendías, ¿Qué especie de trato? ¿Qué era lo que había pasado en aquel “accidente”? tenías tantas cosas en la cabeza, y querías resolver tus dudas, sin embargo no podías permitirte este tipo de atribuciones, además de que tu mayor duda había sido atendida, y tal vez por error: La afamada María si era la invitada.
    —Gracias por responder…-
    —No importa.- También le restaste importancia, sin comentar más del tema.
    — ¿Me darás alguna indicación?- Asintió rápido, y se levantó de la silla.
    —No ha obtenido el trabajo para hacer el vago. Anda, vámonos.- Sonreíste entusiasmado e inmediatamente te levantaste de tu asiento, caminado detrás de él.
    Salieron de la cocina, y levantaste la mirada hacia el techo, observando la lujosa habitación. Era increíble que ahora trabajaras en un lugar como este. No sabias a donde te llevaba Hiroki, pero al llegar al salón principal de inmediato se detuvieron.
    —Vamos a subir.- Fue lo único que dijo, acercándose a las escaleras sin esperarte. Tenías una mala experiencia con las escaleras de esta casa; tu no querías subir pero a pesar de todo no podías quedarte allí quieto como un niño asustado, exhalando con miedo corriste para alcanzar al chico.

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    Tus ojos brillaron al entrar a la habitación, pues era muy bonita. Cientos de telas de distinto tipo agrupadas en estantes de madera que llegaban hasta el techo, un escritorio donde se guardaban pliegos que asumías eran de diseño, diversos tipos de prendas de colores colgadas en percheros pegados a la pared y hasta el fondo reposaba una máquina para coser que notabas desde donde te encontrabas como relucía, el ambiente era silencioso y relajante, con el enorme ventanal sin cortina alguna podías apreciar la luz del sol y el cielo, debido al piso en el que te encontrabas.
    —Vaya… Qué bonito lugar.- Dijiste sin querer pues estabas deslumbrado. No era como si fueses fanático de este tipo de cosas pero esta vez te había fascinado el lugar.
    —Sí que lo es…- Miraste a Hiroki, quien miraba hacia la ventana, no querías hablar pues no lo habías visto tan relajado desde que llegaste. —En fin…- Fue el quien corto el silencio y regreso hacia ti.
    —Te traje para darte tu traje.- Observaste como caminaba hacia los percheros y sacaba un traje negro, idéntico al que él, Yukina y Shinobu llevaban puestos. Te lo extendió con una sonrisa que tu correspondiste; mirándolo de frente sí que se veía como un chico joven, sus facciones eran suaves y relajado se veía como el niño que era. —Estoy seguro que te quedará, y si no, puedes dármelo y lo mandaremos con la costurera a hacerle ajustes, es prácticamente nuevo, espero que sea ideal para ti, sin necesidad de cambios.- Lo tomaste asintiendo suavemente.
    Esperabas lo mismo.

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    Después de pasar por la hermosa habitación, Hiroki se dirigió al cuarto piso (estabas más que curioso por saber cuántos pisos tenía en total la casa), este tenía 14 habitaciones una tras otra, las cuales 5 eran ocupadas por los sirvientes de la casa.
    El castaño se acercó a una de las puertas, quitándole el seguro y abriéndola.
    —Esta es tu habitación, Ritsu.- Te indico que pasaras con una ligera sonrisa. No podías creerlo.
    — ¿M-mía?- El otro asintió, ladeando la cabeza y mirándote.
    — ¿Qué tiene de extraño? Trabajaras aquí.-
    —Nada…- Te acercaste, queriendo ver el interior de esta. Era imposible no emocionarse, pues nunca en tu vida habías tenido una habitación para ti únicamente.
    La habitación no era ni grande ni pequeña. Tenía un guardarropa unido a la pared de un tamaño pequeño, a su lado estaban las ventanas, en ese momento con las cortinas abiertas que dejaban ver el resplandeciente sol. Por último la cama, que estaba justo en medio y pegada a la pared, enfrente de ella había un espejo a cuerpo completo; la iluminación eran las velas al igual que toda la casa.
    Entraste, aun boquiabierto y entusiasmado, Hiroki te llamo pero no escuchabas lo que decía, era tan bonita. Y era tuya.
    — ¿Qué? ¿No cumple con tus expectativas?- El más bajo se burló, lo cual te hizo voltear por fin, ilusionado.
    — ¿¡Bromeas!? ¡Es perfecta! Y-Yo… Nunca había estado en una habitación como esta, y… ¡Realmente me gusta!- Hiroki se ruborizo ante tu reacción inesperada, pero no podías estar más agradecido. Él lo único que hizo fue sonreírte, haciendo una ligera reverencia.
    —Te dejare solo un momento para que te acostumbres ¿vale? Cuando el sol se oculte baja a la cocina, la cena estará lista y te daré las instrucciones precisas. Por ahora… ponte el traje, y… oficialmente bienvenido Onodera Ritsu.- Asentiste, viendo como el cerraba la puerta despacio. Lo interrumpiste al instante recordando tus modales.
    —Gracias…- Con una sonrisa, agacho la cabeza un poco correspondiendo a tu gesto y cerrando detrás de sí.
    Estabas feliz. No solo habías logrado conseguir un trabajo estable para mantener a tu familia, sino que incluso te habían dado hospedaje y vestimenta.
    Con los nervios de punta, y tus ojos brillando te colocaste temblando el traje.
    Al asegurarte que todo estaba en su lugar, te miraste al espejo, y sonreíste.
    Te quedaba de maravilla…

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    Fuego y Cristal.
    I

    “Los parches no borran la herida,
    Solo la cubren"



    Hiroki.

    No podías negar que lo disfrutabas, adorabas este tipo de actos. Aunque fuera por solo un momento te olvidabas del estrés de tu trabajo y podías distraerte en aquellas lujuriosas orbes miel cegadas por el deseo.
    —K-Kou… Ahí no…- No querías que dejara marca. Antes posiblemente se lo hubieses permitido pero ahora lo que menos querías era que se supiera lo que estabas haciendo, en donde y sobre todo con quien.
    — ¿Por qué no dejas que te marque, si sabes bien como lo disfrutas?- Te levantaste un poco, pues estando dentro de un auto y con alguien encima de ti no estabas muy cómodo; querías hablar y darle tus obvios motivos pero no te lo permitió atacando tus labios nuevamente, querías separarlo pero conforme pasaron los segundos te dejaste llevar, atando de nuevo tus manos a su cuello. Ladeabas la cabeza de vez en vez queriendo intensificar el contacto, lo cual funcionaba muy bien, pues ahora sus lenguas jugueteaban entre sí, y tú soltabas suaves gemidos y jadeos en ocasiones.
    ¿Desde cuándo hacer este tipo de cosas no te provocaba vergüenza alguna? Tal vez fuera porque tus acciones con Yukina no eran más que provocadas por la lujuria y el estrés que cargabas encima, si hubiera amor de por medio, no permitirías nunca que tuviesen encuentros en el auto de tu jefe y tendrías un rubor encima de solo verle a los ojos. En estos momentos, lo único que traías encima eran… ganas, ganas suaves, claro, no es como si quisieses que te quitase la virginidad allí misma, pero sí que deseabas algo diferente, y si Kou estaba dispuesto a satisfacerte, tú no encontrabas el problema.
    El bajo a tu cuello, intentando morderte nuevamente, apagando toda la lujuria que traías encima.
    —Yukina, no…- Lo empujaste hasta que ambos quedaron sentados, las mejillas de ambos estaban rojas, la diferencia es que el parecía molesto con tu actitud.
    —Oh vamos… ¡No le veo nada malo a una insignificante marca! No es como si alguien fuese a preguntarte algo…- Hiciste tu cabello hacia atrás intentando detener todo el calor que estaba invadiéndote.
    —No es eso, y lo sabes bien. ¡No tienes por qué dejarme marcas en ningún lado! Tu y yo no somos más que “amigos” ¿recuerdas?- Claro que los encuentros de este tipo venían incluidos en su relación amistosa.
    — ¡Antes no éramos solo ami…- Lo interrumpiste, pues te fastidiaba que siempre sacara ese tema el cual a ti ya no te interesaba.
    —Antes Kou, ya no. Y sabes bien porque razones.- Abriste la puerta del auto, pues ya no tenías ganas de nada. —Tu y yo tenemos este tipo de trato, y si ya no quieres que siga por mí no hay problema.- Saliste y azotaste la puerta, sin dejarlo hablar.
    No querías escuchar sus discursos, te cansaban. De todas formas, ya ni siquiera estabas enamorado de él, y lo sabían ambos.
    Abrochaste los botones de tu saco y arreglaste tu cabello desordenado, camino a la cocina para encontrarte con Ritsu.
    No tardaste mucho en llegar, pero al querer entrar los murmullos chismosos te detuvieron, comenzando a escuchar detrás de la puerta.
    —Pero María no ha venido aquí desde hace 2 años, ya saben… desde aquella vez.- Apenas escuchaste la primera palabra supiste que tema tocaban y el motivo. Frunciste el ceño.
    —Bueno, era algo obvio que se la llevarían lejos de aquí, después de aquella catástrofe. Pero no olviden que está más que involucrada con los Takano.- El silencio inundo el lugar por unos momentos, ¿no tenían cosas más importantes que hacer que armar teorías sin sentido?
    — ¡Claro, y al igual que mi hermano, este año cumple los 18!- Cuando tu hermano se metía a la acalorada discusión tu realmente te frustrabas.
    — ¡Es cierto! Entonces sí que podría ser ella…- Sí. Era ella… ¿No podían sencillamente hacer lo que se les pedía sin armar un chisme por ello?
    — ¿Quién es María?- Ya habiendo escuchado lo suficiente abriste la puerta, asustando a todos por tu llegada.
    —Es alguien que veo los tiene muy distraídos ¿no?- Definitivamente tus empleados te fastidiaban.
    Después de varios minutos de preguntas estúpidas, los mandaste a todos a terminar sus labores.
    No pasó nada interesante después de ello… solo cumpliste con tu labor de entregarle a Ritsu su uniforme y lo llevaste a su habitación. Te habías sentido un poco avergonzado por la emoción que el mayor mostraba ante esto pero no te sentías con derecho a molestarle; el chico sería una gran ayuda.
    Al dejarlo solo bajaste, encontrándote con Kou mirándote, como si hubiese esperado tu llegada. Rodaste los ojos, pues no querías discutir con él, o aguantar sus quejas. Tenías mucho que hacer, y no ibas a distraerte por pequeñeces como esas.
    — ¡Hiro!- En el último escalón te topaste frente a frente con tu “amigo”, tu rostro se tornó más serio indicándole que hablara rápido. —Veras… Tienes razón. ¡Sé que tú y yo somos amigos y no quiero que estés molesto por tonterías! Prometo no volveré a hacer nada que no quieras.- Sonreíste satisfecho ante sus disculpas subiendo tus hombros. Estabas aliviado, pues no querías que sus encuentros terminaran.
    —Vale Kou~ Igual de amigos que siempre ¿Esta bien?- Su sonrisa coqueta te termino por quitar un peso de encima.
    —No tengo problema.-
    — ¿Te veo en la cena?-
    —Ah, me encantaría compartir una cena con todos ustedes…- Reíste y despidiéndote de él, seguiste tu camino a continuar preparando la cena y siguiendo tus labores.
    Todo volvía a tener su curso, y, a pesar de estar agotado, estabas tan aliviado de que las cosas no se te complicasen.

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    Ritsu.

    Después de colocarte el traje, observaste la cama, y aunque te negabas, terminaste recostándote en ella; había sido un viaje agotador, además de que aun estabas atragantado en tus propias emociones que ni tú mismo podías contener.
    —No debería dormir…- Exactamente. No debías cerrar los ojos, pues cuando dormías el tiempo se te pasaba volando y perdías lo valioso del día. Aun así tu mente no hizo caso a tus sentimientos y terminaste cerrando los ojos, quedándote profundamente perdido a los pocos segundos.

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    Cuando despertarte, típicamente te sentiste algo perdido y vacilante. Recordabas donde estabas y porque, pero estabas lo suficientemente atareado como para ni siquiera saber qué hora era, ni cuantas horas habías dormido.
    Volteaste a la ventana abierta, que llevaba una fresca brisa hacia tu cama. Tus ojos se abrieron sorprendidos, despertándote por completo al mirar el oscuro cielo; las palabras de Hiroki se te vinieron a la mente en ese preciso momento, y, aunque sin muchas ganas, terminaste saltando de la cama y saliendo del cuarto.
    El traje aun lo llevabas puesto aunque, por supuesto, ya estaba algo arrugado y tenía el olor de las sabanas impregnado, ignoraste esto y comenzaste a bajar corriendo por las escaleras, agitando tu cabello para ordenarlo.
    —Onodera…- Brincaste sobresaltado. Aquella voz grave era imposible confundirla, estaba claro que no era Hiroki pues la del castaño se oía mucho más jovial y mandona. Esta sin embargo te calaba hasta los huesos y te hacia estremecer de solo mirar al propietario de esta. — ¿Ese era tu nombre, verdad?- Resignado asentiste, y volteaste a chocar miradas; no podías huir del dueño de la casa para siempre y eso lo sabias.
    —Onodera Ritsu, a su servicio señor.- Esa era la segunda vez que mirabas aquellos ojos avellana y te apenaba reconocer que por unos momentos te atontaron por lo bellos que eran. Esta era tu jefe y debías tenerle respeto si no querías salir de su casa perjudicando tus causas, por ello hiciste una leve reverencia, intentando hacer lo que debió salirte desde esta mañana—Lamento el bochornoso momento que tuvo que pasar por mi culpa el día de hoy, yo trabajo para usted así que no tendrá más problemas por mi parte.- No querías admitirlo pero te habías puesto nervioso otra vez, tus manos temblaban y habían comenzado a sudar, el estómago comenzó a dolerte y el calor subió hasta tu cabeza, coloreando tus mejillas.
    Mientras más tardaba su respuesta, peor te ponías.
    Sentiste que aquellos segundos sin contestación se hicieron eternos, hasta que una ligera presión.
    —Sí, descuida, todos cometemos errores de vez en cuando. No fue la mejor primera impresión, pero espero que trabajes lo suficientemente duro para borrarla.-
    —Sí, señor.- Otra reverencia, y diste la vuelta para continuar bajando las escaleras.
    —Hey.- Su mano tomo tu brazo y te detuviste, con el corazón latiéndote fuerte. —Ayuda a Hiroki, él no puede con todo ¿sí?- Fue el último cruce de miradas, en el que tu asentiste con las mejillas rojas y el con una ligera sonrisa. —Gracias.- Te soltó y se fue caminando despacio hacia la planta alta. Suponías que él y su hermano cenaban antes que todos ustedes, pues ya era muy tarde.
    Llegaste al punto de encuentro, abriendo tímidamente la puerta de la cocina.
    Los encontraste a todos sentados riendo en la pequeña barra de la cocina, conversando. Se veían agotados pero aun así felices.
    — ¡Ricchan! Ven, ven, siéntate, ahí hay un plato esperando por ti.- Y el estómago te gruño con lo bien que olía.
    —Disfruta.- Hiroki te sonrió y tu asentiste.
    Te sentías cómodo, y todos te trataban con amabilidad, quizá si podías encajar después de todo.
    —Hiro-Chan.- Yukina llamo la atención de Hiroki, este le dirigió la mirada dando a entender que le escuchaba.- ¿Contrataste al servicio de camareros por el evento importante?- El asintió dándole un sorbo a su cuchara.
    —No podemos nosotros solos. Llegaran aquí antes de las tres de la tarde.-
    — ¡Bueno, Hiro! Nunca nos habías ocultado para quien era la fiesta antes, ya dinos quien es, por lo menos.- Ante la interesante mirada de todos, el aludido rodo los ojos.
    — ¿Tanto lo suponían y aun preguntan? Es María.-
    — ¿¡De verdad!?-
    —Así que el día de mañana por fin volverá María-San…-
    Y así siguieron los comentarios a los cuales, tu no entendías.
    —Esto…- Y todos callaron poniendo su atención sobre ti, poniéndote nervioso. — ¿Por qué es tan importante María? Es que nunca había oído hablar de ella…
    Todos te miraron sorprendidos, ¿era tan increíble que no supieras?
    —Pero si es hija de una de las familias más importantes de Japón, Ritsu.- Ann río, burlándose.
    —Quizá a él no le interesaban estos temas.- Sonrió Yoshino comprensivo.
    Hiroki suspiro, dispuesto a acabar con el misterio.
    —María es la prometida de Masamune. El día del cumpleaños número 18 de María ellos retomaran votos.-
    Por poco escupes el bocado de sopa que te habías llevado a la boca. La sorpresa se hizo presente en ti.
    — ¿Takano-Sama, comprometido?- Apenas llegabas y ya tendrías que ser un sirviente en un evento tan grande.


    Fin del capítulo 2.



    Aspectos a aclarar y destacar:

    *Si, Ritsu es una mana chismosa como todos nosotros, ama el chisme, lo ama.
    *También todos los sirvientes, (y Kisa), por eso creo que van a llevarse bien.
    *Estoy mas nerviosa yo por la llegada de María que los del fic, jaja. Espero ella les caiga, en serio.
    *Hiroki NO es una zorra calienta coches(?), debo aclarar. La realidad es que Hiroki permite estos actos porque sigue MUY enamorado de Kou. Sin embargo no puede perdonarle lo del pasado, y su orgullo es tan grande que ni siquiera ha considerado volver a una relacion con él, jaja. Pero como yo estoy comprometida a narrar sus sentimientos por eso se menciona que el ya no tiene ningun sentimiento por él, porque se intenta engañar creyendo que solo es para quitar su estrés.
    *Hablando de lo de arriba, ¿se dieron cuenta que todas las parejas tienen un nombre? por el momento solo hemos presentado estas dos, pero entienden el concepto.(?)
    *No esperen que Ritsu reaccione mal con la llegada de María, él NO esta enamorado de Masamune aún, osea, apenas le ha visto dos veces, y le tiene pavor.(?) Lo único que le gusta de el, son sus ojos.

    Bueno, ya. Gracias por leer, los amo.<3
  6. .
    Estas por leer el mensaje automático y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capítulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO ARREPENTIMIENTO POR DESOBLIGADA. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa... :’)
    -Actualización nada forzada, y hecha con gusto por tu escritora, osease la persona que está escribiendo esto para ti ahora mismo, dejar un revise no cuesta nada, y me hace sentir apoyada, ;D
    -¡DISFRUTA TU ACTUALIZACION, MI AMADO LECTOR!



    Capítulo 3.



    Una semana era la que había pasado desde que Takafumi se había mudado a casa de los Kirishima, para él, el tiempo parecía eterno y cada día más difícil.
    Todo se seguía debiendo a el hecho de que sus padres le habían dado la espalda y tratado como escoria en cuanto la noticia de su embarazo, aunque a pesar de eso nadie más se había enterado de su estado, pues de sus amigos y primo no había pasado y Iokawa lo evitaba lo más que podía; además de que a pesar de tener tres meses (según los estudios que se hizo) seguía manteniendo su misma delgada figura, como si a su bebe no le diera ninguna gana crecer.
    — ¡Takafumi~!- Un agudo y sonoro grito esfumo sus pensamientos e hizo que continuara acomodando sus útiles escolares según el horario que correspondían. — ¡El desayuno está listo, baja ya!- Ritsu era el que más entusiasmado parecía con la idea de que él se hospedara en su hogar, a pesar de que el ojiazul seguía sintiéndose incómodo y mal por las molestias que debía estar causando.
    —Ya bajo…- Hablo suave y sin prisa, pues siendo sincero no tenía muchas ganas de asistir a la escuela. Cerró la mochila y la coloco en sus hombros bajando arreglado y con uniforme puesto.
    Ritsu le esperaba abajo, de igual forma portando el uniforme del colegio y con una sonrisa infantil.
    — ¿Eh? ¿Te tardaste tanto solo por arreglar tus cosas? ¡Es temprano todavía, yo no lo he hecho!- El parecía confundido con su pulcra y limpia actitud y orden cuando de ocupaciones se trataba.
    —Y es por eso que terminaras siendo un mantenido cuando terminemos los estudios.- Por detrás apareció Zen, dándole un ligero golpe en la cabeza a su hermano, y rápidamente volviendo al lugar de donde había salido.
    — ¡Hey!- Reclamo este con un puchero de molestia en su rostro, sobando la parte golpeada.- ¡El que me mantendrá serás tú de todas formas!- Takafumi rio y rodo los ojos ante las infantiles peleas que podían tener los hermanos y solo por cosas de nada.
    —Si él no quiere, yo sí que te mantendré.- Los ojos de Ritsu se iluminaron y abrazo a su amigo, con ansias.
    — ¡Takafumi eres un gran amigo!- Correspondió al abrazo con algo de pena, hasta que Ritsu se separó.
    —Ven, ven… ¡Vamos a desayunar!- Asintió y siguió al ojiesmeralda hacia el comedor, donde Zen los esperaba con los platos servidos y una sonrisa típica de el en su rostro.
    —Será mejor que se apuren, si no queremos llegar tarde.- Takafumi sonrió ante la amabilidad del más alto y se sentó a desayunar.
    Los primeros días en los que se había quedado allí, Yokozawa se negaba a comer mucho o simplemente el hambre no llegaba; lo que sus padres le habían hecho le había perforado hasta lo más profundo, por lo cual entro en una especie de depresión que le impedía salir adelante. Sin embargo, Zen fue paciente y considerado, siempre recordándole que debía alimentarse correctamente por el bienestar de su hijo, o suyo propio.
    Vivir con los Kirishima le producía comodidad y paz, pues ellos desde el principio le habían abierto los brazos y nunca le habían despreciado o dejado solo.
    Entre todos esos pensamientos que pasaban tras el cada día desde la noticia de su embarazo, el desayuno finalizo y comenzaron los toques finales para salir al colegio.
    Takafumi se miraba al espejo y no sabía que sentir, si asco, miedo, nervios, era todo un mar de confusiones. Sabía desde el principio que esto estaba mal, que su embarazo era producto de un accidente y que todos le mirarían mal después de esto, pero estaba claro que abortar no era una opción, después de todo ese niño no tenía la culpa de nada de sus errores.
    — ¡Hay que irnos ya!- La voz de Zen como siempre hizo que desviara los malos pensamientos y corriera escaleras abajo.
    —Ya, ya estoy…- El miro con desaprobación al ojiazul negando con la cabeza.
    —No deberías correr en el estado en el que estas.- A veces Yokozawa se sorprendía de lo sobreprotector que podía ser su amigo.
    —No es para tanto. No me paso nada.- El coloco una mano en su hombro, y Takafumi tuvo que mirar hacia arriba para alcanzar su rostro.
    —Todo tiene importancia cuando se trata de ti.- Bajo de inmediato la mirada ruborizado, ¿Por qué Zen era tan amable? El ojiazul pensaba que no lo merecía.
    —No es verdad, yo…-
    — ¡Vámonos!- Grito Ritsu quien bajaba apresurado, cerrando su mochila, estaba despeinado y se veía agitado.
    —Te dije que te arreglaras antes…- La burlona voz de Zen solo enfado al más bajo.
    — ¡Te importa un comino si me arreglo bien o no!- Zen rio y luego miro a Takafumi quien aún no podía sostener su mirada.
    — ¿Vámonos, si?- Asintió rápidamente y salió detrás de él, no sabía cómo Zen podía ponerle tan nervioso.
    Subió al auto de Zen, al lado, pues iban a pasar también por Masamune, y debían dejarle espacio.
    —Yo no quiero ir a la escuela.- Con un puchero, Ritsu hacia su típica rabieta matutina a la cual ya estaban acostumbrados.
    —Si no quieres, entonces no vayas, pero haya tu si quieres vivir debajo de un puente.- Ritsu soltó una carcajada por el comentario de su hermano, que lindo debía ser tener una relación fraternal de ese modo.
    Y así el día comenzó como cualquier otro. Pasaron por Masamune que no tardo nada en salir y llegaron rápidamente al colegio.
    A partir de entonces cada uno se fue a su respectivo salón. Ritsu y Takafumi juntos pues iban en la misma clase.
    Al llegar se sentaron en sus lugares, mientras conversaban de temas triviales. Eso hasta que el rostro de Takafumi se deformo a una mueca.
    — ¿Estas bien?- Este negó con la cabeza, mientras echaba a correr al baño. Tenía nauseas, otra vez, y era horrible.
    Ya dentro, Ritsu sobaba la espalda del mayor mientras este desechaba todo el desayuno.
    —Pensé que las náuseas solo duraban el primer mes…- Hablo Ritsu confundido y en voz alta, preocupado por la salud de su amigo.
    —Ah… ya has visto que no.- Susurro el más alto agobiado por las fuertes arqueadas. —Me duele la garganta…-
    —Creo que yo nunca quiero embarazarme…- Ritsu hablo con pena y pavor a la vez, de solo ver a su amigo en tan deplorable estado a el mismo le causaba nauseas.
    La puerta de entrada volvió a cerrarse en ese momento aunque ninguno de los dos lo noto.
    —Por favor, no quiero que tú y Masamune cometan la tontería jóvenes.- Claro está que se estaba tomando así mismo como ejemplo.
    — ¡Ah, no! Él y yo somos unos sub-normales. Definitivamente no sabríamos cuidar un niño.- El comentario le saco una risa cansada a Takafumi, al menos estaba feliz que el romance de ellos dos fuera a la perfección.
    Salieron del baño, luego de que el peliazul se lavase, caminando por los pasillos, Takafumi reía por los chistes ocasionales que se le ocurrían al más bajo.
    Eso hasta que tropezó con aquel chico que lograba desquiciarles a ambos desde que habían ingresado al colegio: Misaki Takahashi, que, como siempre, iba acompañado de Takahiro, que parecía su guardaespaldas de tan pegado que estaba a él.
    — ¿¡Por qué no te fijas, idiota!?- Ritsu reaccionando a la presencia del joven gruño despacio maldiciéndolo, mientras Takafumi solo rodaba los ojos fastidiado.
    —Takahashi… ¿Te han dicho lo molesto que puedes llegar a ser en ocasiones?-
    —Molesto, sí que seré, pero al menos no soy una puta como tu.- Takafumi rio despacio y lo ignoro, siguiendo el y Ritsu su camino a su aula. Viendo esto, el ojiesmeralda retomo lo que estaba por decir riendo.
    —Que va a quedarse preñado del primero que se le atraviesa...- Eso fue suficiente para detener los pasos no solo de ellos dos, sino de todos los estudiantes que pasaban por allí, quedándose atónitos y curiosos ante la escena.
    Ritsu fue el primero en reaccionar, que, molesto y a pasos rápidos se acercó al más alto y le dio un puñetazo en el rostro, pues así era el, resolviendo todo a base de violencia. Dio la vuelta y miro a Takafumi con suplica tratando de decir “Perdóname” siendo que con su acto había confirmado lo que el castaño había dicho.
    —No debes golpear a mi hermano por decir la verdad.- Y salió como siempre Takahiro, quien observaba a Ritsu con furia, acercándose a él. A pesar de las diferencias de altura, el castaño no bajo la mirada. —Tú y tu amiguito son el principal negocio del prostíbulo que es este lugar.- Sin saber cuándo habían llegado, esta vez fue Takano el que le soltó un golpe a el Takahashi mayor, haciéndole retroceder.
    De nuevo había comenzado una pelea escolar, a pesar de que su más reciente problema había sido hace tan solo una semana.
    — ¿En serio fue tan idiota como para embarazarse de Iokawa?-
    —Pues estaban saliendo ¿no?-
    —Vaya estúpido…- Y las risas y los comentarios no se hicieron esperar. Takafumi no podía con la vergüenza. Ahora mismo quería echarse a llorar.
    — ¡NO ES DE EL!- La histérica voz de Ritsu atrajo la atención de Yokozawa, rezando que no dijese una estupidez. — ¡Él bebe que espera Takafumi es de mi hermano!- Y allí todo se quedó en un silencio sepulcral.
    Fin de la pelea entre los chicos; fin de los murmullos ajenos, solo una enorme sorpresa que no cabía en el lugar.
    Ritsu al instante se sintió nervioso ante la furiosa mirada de Yokozawa y Zen que se había posado sobre él. Takano al sentir todas las miradas puestas en Ritsu se levantó de inmediato y se puso a su lado, sin permitir que su novio, ni su primo dijesen algo más.
    —Eso… ¡No es cierto! ¿Es una broma, a que si Zen?- Misaki nervioso miro al ojimiel quien se levantó con una mirada seria. — ¡Claro que es un chiste! Zen nunca se metería con… alguien como tu.- Repasando su cuerpo de pies a cabeza, solo lo hizo sentir peor. Bajo la mirada dispuesto a destruir la mentira que el castaño había creado.
    —Pues…-
    —Pues sí, yo soy el padre, y eso es algo que a ti no te interesa.- Zen, seguro de sí, tomo la mano de Yokozawa, dejando sin habla a todos.—Y no voy a permitir que tu ni nadie vuelva a meterse o insultar a Takafumi, pues yo, como su pareja y padre de su hijo me hare responsable de que recibas las consecuencias.- Dándose la vuelta y jalando suavemente a Takafumi que aún no reaccionaba del shock se dispuso a volver a las aulas que les correspondían. Ritsu y Takano solo los siguieron nerviosos sin decir más.
    El plan fracaso, pues un maestro furioso los detuvo, que se enteró de toda la pelea por un alumno anónimo y entrometido que había ido a avisarle.
    — ¡QUIERO A LOS KIRISHIMA Y A LOS TAKAHASHI EN LA OFICINA DEL DIRECTOR AHORA!- Parecía furioso y eso solo hizo temblar al par de hermanos. El profesor miro a los otros dos y reacciono. — ¡AH USTEDES DOS TAMBIEN!- Resignados fueron nuevamente a toparse cara a cara con el hombre que les había perdonado la falta anterior hace poco; y como se esperaban los recibió sorprendido y con un rostro de decepción.
    Ellos 4 esperaron fuera mientras los Takahashi eran reprendidos. No pasaron más de 10 minutos cuando estos salieron.
    Misaki enseñando el dedo medio y susurrando “Zorra”, dirigido especialmente para Ritsu se retiró. El castaño intento levantarse a golpearlo pero Takano lo detuvo; no querían más problemas aparte de los que ya se habían adjudicado.
    La puerta estaba abierta, lo que les indicaba que era su turno de entrar.
    —Debo decir que me siento muy decepcionado de ustedes 4…- Lo dijo apenas el ultimo entro y cerró la puerta detrás de sí.
    —Lo sabemos, y realmente lo sentimos mucho.- Como siempre, Takafumi se disculpó por parte de todos, ya que prácticamente a Ritsu y a Takano les interesaba muy poco ser reprendidos.
    —Antes de que llegue la hora de las disculpas, y el castigo… ¿Es cierto lo de tu embarazo, Takafumi?-
    —Sí, lo es.- Dijo algo nervioso, esperando la respuesta del mayor de la habitación.
    —Ahora entiendo…- Asustado, se atrevió a preguntar lo que ya sospechaba y temía.
    —Tendré que dejar el colegio ¿verdad?- Maldita sea que estos últimos días estaba sensible demás, de nuevo tenía ganas de llorar.
    — ¡Claro que no! Este colegio no trata a sus estudiantes de esa forma; no eres el primer ni el ultimo que pasa por esto, pero necesitamos tus controles médicos y la prueba que indique el estado en el que te encuentras, para darte una licencia por si algo surge y al momento del parto.- La respuesta alivio a Yokozawa y asintió repetidas veces por la cabeza. —Le podemos enviar un e-mail a tus padres y que los traigan ahora mismo si tú quieres…-
    — ¡No!- Negó de inmediato. —Yo se los traeré sin problema, descuide.
    —Takafumi… ¿Acaso tus padres no están enterados de tu estado?-
    —Si lo están. Pero ahora ellos están ocupados ¿sabe?- El director ladeo la cabeza dudoso.
    —De todas formas necesitare su firma.- El peliazul se sintió aturdido por ello, pero no dijo más. — ¿Y quién es el padre?- No lo culpaba de que preguntara tanto, después de todo, de eso dependía su estancia como estudiante.
    —Yo soy el padre.- Zen seguro volvió a tomar su mano, Takafumi se sonrojo y apeno, ¿por qué Zen se estaba portando tan bien? Él no tenía la responsabilidad de nada y aun así se mantenía firme a una mentira que para empezar creo Ritsu.
    —Entonces nos aseguraremos de darte una licencia para que puedas ocuparte también del cuidado de tu pareja y del niño que viene en camino.- Nunca creyó que tendría hasta el apoyo del director y se sintió cómodo con ello.
    — ¿¡Vez, Takafumi!? ¡Todo saldrá bien!-
    — ¿Ah, crees que todo saldrá bien?- El director volvió a hablar captando la atención nuevamente. El hombre señalo un punto en específico que fue a Takano y Ritsu. — ¿¡Cuando será el día en el que no reciba una queja de ustedes!?- Ambos bajaron la cabeza apenados, ni Zen ni Takafumi entendían la situación ¿en que líos se metían ellos cuando estaban solos?
    —No es para tanto…- Takano fue el primero en hablar, haciendo solo fruncir el ceño al director.
    — ¿¡Crees que colocar pirotecnia en la habitación de limpieza para asustar a la conserje “no es para tanto”!?- A pesar de que el mayor hablaba en serio, los dos reprendidos no pudieron evitar explotar a carcajadas recordando su travesura.
    —Hubiera… visto su cara.- Recordó Ritsu apoyándose del hombro de Masamune. Y así siguieron hasta que con su palma, el director golpeo la mesa, parando las risas.
    — Y eso fue apenas ayer…- Con un suspiro cansado, comenzó a dar sus palabras finales. —Takafumi y Zen quedan libres de castigo, y ustedes.- Con un tono amenazador los señalo.- El día de mañana se quedaran a limpiar sus respectivas aulas, ya que quemaron los utensilios de la conserje.- No les dio tiempo de reírse pues el castigo les cayó como balde de agua fría. —Ya pueden irse.- Y serio retomo sus actividades.
    Los 4 salieron, dispuestos a por fin tomar con normalidad su clase.
    — ¡No es justo! La señora nos gritó “¡mocosos asquerosos!” y por eso le colocamos la pirotecnia allí.- Ritsu hizo un puchero aferrándose al brazo de Takano.
    —Fue solo una broma.- Siguió Takano, pues debían defenderse aunque fuese a su manera.
    —Bueno… Se lo tienen ganado, par de niños.- Kirishima fue el que les reprendió, siendo el mayor.
    —Debemos ir a tomar las clases, Ritsu.- Este asintió y se separó de su novio con un corto beso, despidiéndose hasta su receso.
    Y así el día salió como siempre. Las clases continuaron, y en el receso siguieron con sus chistes triviales, palabras sin sentido, mucho romance de parte de Takano y Ritsu, etc.; hasta que llego la tan esperada hora de marcharse.
    —Bien, vámonos.- Zen camino hacia su auto, pero Takano y Ritsu no avanzaron.
    —No iremos con ustedes hoy, lo siento.- Levantando una ceja, Kirishima extrañado los miro.
    — ¡No no lo tomen a mal! Pero mañana era nuestro aniversario ¿saben? ¡Dos años aguantando a este malcriado loco!- Ritsu le dio un ligero golpe en el hombro. —Pero como estamos castigados, adelantamos los planes para hoy.
    —Por mí no hay problema.- Yokozawa les sonrió a ambos, aprobando su salida. —Diviértanse.- Ritsu asintió robándole un abrazo a Takafumi.
    —Gracias primo…- Zen les miro y con algo de dificultad termino asintiendo.
    —Pero que Ritsu no llegue tarde…- Takano rio y asintió seguido del ojiesmeralda. De inmediato y tomados de las manos se echaron a correr.
    El ojimiel suspiro, y entro al auto.
    —Vamos Takafumi.- El menor reacciono y camino hacia el auto. Cuando entro se puso a pensar en lo agitado que había estado el día, y lo que había hecho Kirishima. De inmediato se ruborizo y bajo la mirada, ¿Cómo es que había aceptado ser el padre así de fácil? ¡Él no se lo había permitido! Tampoco es como si no se sintiese agradecido por haberlo salvado de una humillación en frente de todo el colegio, pero no quería que Zen cargase con una responsabilidad que solo debía pesarle a él.
    Sin Ritsu, ni Masamune allí, el ambiente se sentía más vacío y solo, lo cual dificultaba más que Takafumi pudiese dejar de pensar.
    Ninguno dijo nada en todo el camino a casa, y el silencio no era agradable pero no había ningún tema inexistente.
    Al llegar a casa, cada uno fue a encerrarse a su habitación, sin dirigirse palabra. Takafumi porque debía pensar, Zen porque no quería que el ojiazul se sintiese incómodo y decidió darle su espacio.
    Recostándose en la cama y mirando al techo, Takafumi suspiro melancólico.
    “Lo que menos quería era causarle problemas a Zen… y ahora por las palabras de Ritsu hasta termino siendo el padre… Creo que debería hablar con él e informarle que no es necesario que tome ninguna responsabilidad…” Con cansancio se levantó de la cama, a pesar de que no había pasado mucho más de 10 minutos.
    Al abrir la puerta escucho el ruido de la televisión de abajo; asumiendo que Zen estaba allí, bajo lento, sin querer alertar al otro de su presencia. Su plan fracaso pues Zen le miro curioso, preguntándose qué hacía el menor allí.
    —Hola…- Susurro Takafumi sacándole una ligera sonrisa al ojimiel.
    —Hola.- Respondió al saludo.
    —Zen, creo que debemos hablar.- Sin responder, el castaño dio golpecitos al lado del sillón, esperando que el menor se sentara y hablara de lo que mencionaba. Takafumi respondió sentándose a su lado. —No tenías por qué hacer ello.-
    — ¿Hacer que?- Takafumi rodo los ojos, señalando lo obvio.
    —Decir que eras el padre de mi hijo, tu… ¡no tenías porque! Es decir… no es justo que te cargues con esa responsabilidad.
    — ¿Qué tiene de malo? Decidí seguirle la mentira a mi hermano para que no quedara en ridículo, más del que causa su sola presencia.- Zen bromeo, pero Takafumi hablaba en serio.
    —Asumir ser el padre es una enorme responsabilidad, y me siento realmente agradecido del que me hayas ayudado pero…- Fue interrumpido de inmediato.
    —Takafumi, escucha.- Tomo su mano tensándole. —Yo se la responsabilidad que esto lleva, créeme, pero yo decidí “seguir con esta mentira” porque quiero que deje de serlo. Voy a ser el padre de tu bebe.-
    —Per…-
    —Y antes de que decidas protestar, quiero que me escuches… Yo ahora asumiendo esto, estoy jurando protegerlos ante todo a ambos, sin importar que pase, y como.
    —Tus padres se molestaran, y tal vez me odien por haber complicado la vida de su hijo.-
    —Entonces hare que entren en razón. Y si no me apoyan entonces me sentiré decepcionado, pues aun así me quedare contigo porque realmente te amo Takafumi…-
    — ¿Dis…culpa?- Zen suspiro con desesperación, explicando lo que ya había dejado claro.
    —No sabes lo mucho que detestaba al idiota de Iokawa por alejarte de mi lado, sabiendo que yo te amaba y podría darte algo mucho mejor… Pero eso no puede detenerme más. Déjame cuidarte Takafumi. Dame la oportunidad de ser el padre de tu hijo, y no solo eso; la oportunidad de conquistarte y volverme aquel por el que sueñes en las noches.-
    Zen era un poeta, de eso no había duda, y eso le subía los colores a la cabeza a Takafumi. Las palabras le habían convencido. Aun no estaba seguro de poder querer a Zen como más que un amigo, pero sin duda el apoyo que le estaba brindando lo tomaría sin dudar, pues se vería pésimo y como si tratara de llamar la atención si se negaba.
    —Muchas gracias Zen, gracias por todo. Después de todo el apoyo que me estás dando, no puedo negarme, me daré las oportunidades necesarias contigo que quieras.-
    Zen se levantó, y con una sonrisa se dirigió a Takafumi.
    — ¿Quieres que te prepare un sándwich?- Hizo una broma como si “Intentara ligarle” lo cual le saco una risa al menor.
    —Por supuesto.-


    *-*-*-*



    Amo al Misaki en plan zorra mardita, los romances pendejos y de secundaría de los nostálgicos, y la cursileria empalagosa con los trifectos, perdón.
  7. .
    Estas por leer el mensaje automatico y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capitulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Espero la lleves bien lo que llevamos del año y gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO REGALO SIN RAZÓN. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa.. :’)

    [-][-][-][-]



    Gracias a ti



    Horas después de que Ritsu háyase experimentado el peor dolor de su vida, y se hubiese vuelto "madre"; con la electricidad ya restablecida, este descansaba en su cama con una sonrisa cansada, mientras la nueva Takano era pasada de brazo en brazo regalándole palabras dulces y mimos por todos lados.
    La habitación estaba llena de regalos y globos decorativos color rosado, todos eran de su madre pues para todos el nacimiento de la bebe fue inesperado.
    Su Sayumi era una niña risueña y adorable, y todos estaban encantados con ella.
    — ¡Es mi turno de tenerla! ¡Es mi hija!- Takano era el primero en reclamar, y molestarse porque no le permitían cargar a su pequeño tesoro.
    — ¡Usted tendrá toda una vida para cargarla! Déjeme tenerla un momento.- Acotó Kisa con un puchero de fastidio en el rostro.- Llevas unas horas siendo padre y ya la celas hasta de sus propios tíos.-
    — ¡Es mi hija!- La niña reía, acompañada de Ritsu.
    — ¡Hijo no te rías! ¡Yo también quiero cargarla!- Interrumpió su madre con un puchero infantil. Ritsu giro los ojos divertido, mirando a su madre y a su prometido. Su padre había salido por un té para Ritsu, a pesar de que este no lo había solicitado, el mayor se había excusado con un "es para que recuperes tus fuerzas" y Ritsu acepto para no verse como un malagradecido.
    — ¡Solo déjenme cargarla un poco más! Pasaran por mi dentro de un rato, me iré y dejare de molestar- Kisa arruaba a la niña haciéndole pucheros graciosos y tomando con delicadeza sus manitas. —Tu hija es preciosa Ricchan, tiene tus lindos ojitos.-
    —Ella es hermosa, pero no por mí. Su encanto es propio.- Para Onodera su niña era preciosa, y esa belleza era solo de ella, y sacada de su padre (aunque no pensaba decirlo en voz alta).
    — ¡Bien, ya le diste cumplidos, dámela ahora!- Parecía que Takano no quería pasar un segundo lejos de Sayumi así que Ritsu tuvo que intervenir.
    —Hey, Masamune.- El aludido respondió de inmediato al llamado acercándose a Ritsu.
    — ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo aún?- Onodera negó con la cabeza. Takano le cuidaba tanto que le hacía sentir amado y protegido.
    —Yo tuve a esa niña.- Takano asintió, dándole a entender que estaba escuchando. —Yo la espere desde que me entere que estaba dentro de mí... Y no quiero más que tenerla en mis brazos.- Tomo la mano de Takano dejando confundido a este. Se quedó en silencio unos momentos, todo se había silenciado para el a pesar del ruido de la habitación, miro a su ahora prometido, que aún no entendía a donde quería llegar; por un segundo recapituló toda su vida desde que volvió a ver a Takano, y reforzó el agarre con la mano ajena.
    Él lo había esperado. Y ahora estaban allí. Juntos. En ese momento ya no le importaba el orgullo y la negación del pasado, amaba a Takano y ya no tenía temor.
    — ¿A qué quieres llegar Ritsu?- Takano río ligeramente enredando sus dedos con los del ojiesmeralda.
    Ya no iba a callar mas todo lo que quería decirle a Takano.
    —Pero... Nosotros tendremos toda una vida para tenerla en nuestros brazos, mimarla, guiarla...- Suspiro y miro directo a los ojos de Takano, eran tan lindos.-Dejemos que ellos la tengan un momento. Ahora quiero que tú y yo estemos juntos... Aun debemos recuperar el tiempo...- Takano parpadeo aun procesando las palabras de Ritsu; aunque al final sonrió.
    —Así será, entonces...- Se sentó en la camilla reforzando el agarre con Ritsu. Este se recostó en su hombro, observando a la gente frente suyo. Nunca se habían sentido tan felices, y no tenían quejas al respecto.
    —Awww... Ricchan, tú y Masamune-Kun son tan lindos; de sólo verlos juntos me emociono.- Onodera se sonrojo levemente, soltando una leve carcajada.
    —Gracias mamá... Supongo.- La puerta se abrió dejando ver a su padre con un vaso que sacaba humo.
    — ¡Hijo, traje tu té!- Se acercó a él con entusiasmo, hace mucho que no veía a su padre tan contento. Pero es que a pesar de que su hija no había sido un niño como el anhelaba había reaccionado feliz al saber que Sayumi había nacido sana y sin complicaciones.
    Un teléfono celular comenzó a sonar alterando un poco el ambiente pacífico.
    —Lo lamento, iré a contestar.- Kisa hizo una ligera reverencia y ofreció la niña a su abuela, la cual apenas pudo contener la emoción al recibirla.
    El pelinegro abandonó la habitación no sin antes oírse un "¿Aloh?" de su parte.
    Ritsu miro la puerta un rato más hasta que la atención fue completamente desviada a su madre que comenzó a hablar con su hija.
    — ¡Hola cariño! Yo soy tu abuela.- La sonrisa ligera en su madre causó nostalgia en Ritsu.- ¡Eres preciosa! ¡Tal como tu abuela!- Takano río un poco conmovido por la escena. A su princesa no le faltaría amor nunca.- ¡Y espero que estés emocionada de tener una abuela como la que tienes! Porque... Yo sí que soy inmensamente feliz de tenerte en mis brazos.- Para Ritsu eso fue lo último que necesitó para comenzar a derramar lágrimas.-Y definitivamente voy a protegerte y enseñarte miles de cosas para que seas una niña hermosa, educada y la envidia de todos a tu alrededor.-
    — ¡No le enseñes eso!- El esposo de la mujer intervino haciendo reír a el ojiesmeralda.
    — ¿¡Ah!? ¿¡Y porque no!? Mi niña será perfecta.-
    —Pero de todas formas, no debe ser una narcisista como cierta persona que conozco.- La mujer, de manera fingida volteo ofendida a mirar a su marido.
    — ¿Qué me quieres decir?-
    —No creo que no haya sido claro.- Mientras iniciaban una fingida pelea Ritsu y Takano reían disimuladamente.
    —Amo a tus padres.- Ritsu negó levemente.
    —Vivir con ellos toda la vida, no es tan gracioso, créeme.- Takano sonrió acariciando la mejilla de Ritsu.
    —Promete que todas nuestras peleas serán como estas... Que sean una simple broma y sin enojarnos...- Ritsu se sonrojo levemente ante la mirada de Takano, pero decidió contestar de inmediato.
    —No me esperaste 10 años como para que ahora peleemos por quien hizo llorar a la niña.- Volvieron a reír a la par.
    —Dámela ya, ¿quieres?- Entre toda la pelea, el hombre término diciendo ello para terminarla.
    Había llegado el turno del abuelo a cargar a su nieta.
    Callados observaron como las manos expertas de la madre de Ritsu pasaban a la niña.
    Las arrugas del hombre sobresaltaron más al sonreír cuando vio el rostro de su nieta.
    —En cambio de tu abuela yo te enseñaré a ser una persona humilde.- La mujer hizo un puchero y se dio media vuelta fingiendo estar ofendida.- Y creo que aunque no seas un chico puedo hacer que ames ver los partidos de futbol con tu abuelo.- Ritsu y Takano se visualizaron la escena. No se veía nada mal, de hecho.-Sé que serás una chica fuerte, llena de vida, alegre y traviesa, se te nota desde esa sonrisa que tienes.- Con un beso en la frente, cerro el contacto con el nuevo miembro de la familia.-No solo tus padres, si no nosotros, tus abuelos, definitivamente vamos a hacer que nada te falte nunca, cariño.- Miro directo a Ritsu y le regalo una sonrisa.-Es idéntica a ti.-
    Ritsu correspondió al gesto, conmovido.
    —Gracias...- La oración iba dirigida a sus dos padres, pues desde que se enteraron le habían dado un apoyo sin condiciones demostrando lo mucho que le querían.
    —No hay nada que agradecer, cariño.- Hablo su madre contenta.
    Un "toc, toc" los hizo mirar nuevamente a la puerta; la cabeza de Kisa se asomó con una sonrisa.
    —Volví...- Parecía algo nervioso y no muy animado a entrar.- ¿Pu-puedes creer que dejen entrar a 4 personas juntas a ver a una familia? ¡Es increíble lo bien recibido que es un bebe en este hospital!- Ninguno en la sala entendió la indirecta de Kisa. Ritsu ladeó la cabeza intentando captar.
    O eso hasta que unas voces desde fuera de la habitación fueron el nuevo centro.
    — ¿Eso quiere decir que Kisa-San no nos quiere dejar entrar?- El más bajo dio un brinco al ser descubierto.
    — ¡A mí me llamaron para que viniera! Pero "alguien" no quiso dejarme venir solo.- La inconfundible voz de Yokozawa sonó por fuera.
    — ¡Estoy cuidando lo que es mío!- Aunque no reconocía la tercera voz sí que se imaginaba de quien era.
    — ¿Pero qué? ¡Vengo a un hospital por dios!- Kisa se ponía más nervioso aun decidiendo si dejarlos entrar o no.
    —Ricchan, lo siento. En realidad yo ya me iba y...-
    — ¡Basta niño, déjanos entrar!- La ultima voz que escucho hablo de nuevo y empujó la puerta, haciendo entrar a todos.
    De la puerta entraron un chico castaño con lo que parecían perforaciones, Yokozawa, y, como Ritsu ya sospechaba, su pareja: Kirishima Zen.
    Kisa se tambaleó un poco al haber sido empujado junto con la puerta, aunque se reacomodo rápidamente haciendo una reverencia, juntando sus manos.
    — ¡Lo siento, lo siento! ¡Cómo te iba diciendo yo ya me iba! Pero Yukina decidió que quería ver a Sayumi y... Y luego llegó Takafumi y... ¡En serio no quería fastidiarte!- Onodera y Takano miraron al chico un par de segundos, al notarlo él se acercó rápidamente a ellos y les extendió la mano.
    — ¡Soy Yukina, un gusto conocerles y muchas felicidades por el nacimiento!- El chico sonreía emocionado, esperando a que correspondiesen su saludo.
    Ritsu fascinado con la actitud positiva del chico fue el primero en corresponder al gesto y seguido Takano, motivado por las mismas razones.
    —Gracias Yukina-Kun.- Ritsu ya sabía de la existencia de este chico desde hace mucho, pero no había más que podido ver de lejos.
    —Gracias...- Siguió Takano.
    — ¡Y nosotros venimos porque nos llamaron!- Kirishima abrazo a Yokozawa con una sonrisa, él ojiazul rodó los ojos, negando.
    — ¿Nos? ¿No querrás decir "me he colado, porque si"?- Riendo el castaño negó.
    —Si tú sales, yo también.-
    —Ah. No puede ser...- Kirishima hizo un puchero haciendo a Takano reír.
    El mencionado miro a Ritsu con una sonrisa cómplice, concordando lo mismo: "él era el indicado para Yokozawa"
    —Yo vine a ver a la hija de Ritsu...-
    — ¡Hey, no solo de Ritsu!- Reclamó Takano, pues decía que él había, al menos, realizado un 70% del trabajo.
    El ojiazul suspiro con fastidio.
    —La hija de Takano y Ritsu...- Corrigió.
    —Mucho mejor.- Sonrió triunfante. Cada vez que decían que era padre el realmente se emocionaba y no podía evitar sentirse orgulloso.
    —Puedes cargarla si quieres...- Llamo la atención de Yokozawa, el aludido se sonrojo y desvío la mirada nervioso.
    —N-No... No podría... ¿Y si le hago daño?- Temía, tal vez porque nunca había cargado a un niño pequeño y mucho menos, un recién nacido; claro que Ritsu mucho menos y la había tenido en sus brazos sin dificultad.
    —No pasara nada... Anda cárgala.- Takano apoyo la moción; ambos miraban al frente esperando la respuesta del ojiazul.
    —Yo la cargue y no pasó nada...- Acotó Kisa con burla, como si retase al menor.
    —Vamos Takafumi.~ ¡Eres excelente con esto de los niños!- Ante todo el apoyo, el abuelo de la niña la acerco hacia el de traje.
    Este la miro un momento nervioso, hasta que extendió sus brazos y con sumo cuidado la tomo entre sus brazos; la niña río al instante extendiendo sus manos hacia Yokozawa.
    —Sabe que eres su tío, Yokozawa.- Takano fue el primero en hacer un comentario de la situación.
    —Si...- Fue la única respuesta, estando el otro hipnotizado por la niña.
    — ¡Ah!~ Que nostalgia... Recuerdo cuando Hiyori era también una pequeña bebe...- Con un brillo en los ojos, Kirishima tomó con cuidado la mano pequeña de la niña apoyando su cabeza en el hombro de Yokozawa.
    —Es preciosa....- Sonrió a la niña de manera suave, dejando a la vista una muy bonita escena.
    —Tu serias una excelente madre, Takafumi...- De nuevo bromeo Kisa haciendo reír a Onodera que siguió con el comentario.
    —Si. Una buena mamá...- Captando lo que decían este los miro ruborizado.
    —La madre aquí eres tú, no bromees.- Retomo la vista a la niña. Su pareja se acercó un poco más; un escalofrío recorrió la espalda de Takafumi cuando sintió la respiración de Zen en su cuello.
    —Yo creo que si serias una excelente mamá.- Susurro con una sonrisa pícara, separándose de a poco.
    Si no fuera porque tenía a la niña en sus brazos lo hubiese golpeado.
    Y así la tarde se fue acabando rápidamente entre risas, conversaciones y los gestos lindos de la pequeña Sayumi.
    Cuando la hora de las visitas a cabo, todos se despidieron, dejando solos a los padres.
    Ritsu alimentaba a la pequeña con una mamila, mientras la miraba caer dormida de a poco.
    —Ella es preciosa.- Susurro Takano, que no se había despegado de ellos ni un segundo.
    —Sí, lo es.- Ambos se miraron sonriendo. Takano beso su frente, provocando un sonrojo en Ritsu.
    —Gracias por esto Ritsu.-
    —Gracias a ti. Tú eres el que más ha luchado conmigo, mi mal humor y mis indecisiones. Gracias Masamune, gracias por darme una familia, gracias por existir.
    —Ritsu yo...- El otro sonrió, pidiéndole silencio para dejarlo continuar.
    —Gracias a ti yo pude seguir adelante, me has dado razones para hacerlo. Es cierto, puede que Sayumi no haya sido planeada, pero... Valió la pena, ¿no?-
    —No me hagas llorar de nuevo, ¿puedes?- Ritsu río. Takano acorto la distancia besando sus labios.
    —Valió la pena hacerlo, Ritsu.-


    [-][-][-]



    Estamos a dos capitulos de terminar este fanfic. Uff, y vaya que me he tardado en sacar este.
    No me podría sentir mas agradecida con todos ustedes por lo que hemos logrado.
    Pensé que, Ritsu, Takano, Sayumi y yo nos ibamos a quedar olvidados en un rincón con cero reviews, y así.(?)
    Pero lo cierto es que parece les gustó esta idea.
    No quiero ser demasiado cursi, eso se los dejo para el final.
    Para las palabras finales del capítulo, me inspiré en la canción "Gracias a ti" de Carlos Rivera; pueden escucharla, si quieren, jaja.
    Espero aún lo sigan y lo noticeen mucho.
    Los amo.
  8. .
    Estas por leer el mensaje automatico y cursi de la escritora, puedes saltarlo e ir directo al capitulo si quieres <3~
    Volví en forma de fichas.
    ¡Buenos días, tardes, noches, a la hora que leas esto! ¡Espero la lleves bien lo que llevamos del año y gracias por aguantar mi Hiatus eterno y horrible! Si sigues aquí a pesar de eso, te amo bb, gracias.[?]
    ACTUALIZACIÓN DE TODOS MIS FICS COMO REGALO SIN RAZÓN. Gracias por esperar y apoyar la continuación de todos los proyectos de una escritora despeinada y ojerosa.. :’)


    *-*-*-*



    Hace mas de 3 años que Nowaki se había ido. Si. El tiempo podría decirse que había pasado rápido, mas no era así.
    Con el paso del tiempo, había escuchado miles de cosas. Cosas como "Debes superarlo" "El no querría que sufrieras de este modo"
    De algún modo agradecía el apoyo que había recibido de todos ellos, sin embargo más 6 años de relación no era algo que se olvidasen tan fácil. Tanto amor no podía esfumarse de la nada.
    Tsumori, fue una de las personas de las que recibió mas apoyo, tal que le cuidó, y estuvo con el durante el duelo.
    Si. Hasta que terminaron teniendo una relación.
    Akihiko y Takahashi desde ese entonces se habían mantenido cerca de el, se habían vuelto mas cercanos.
    Y Miyagi... Bien... ¿Quién diría que su pareja se terminaría volviendo uno de sus mejores amigos?
    Los primeros meses, entro en aquella faceta de depresión donde no quería ver a nadie, perdió la pasión por su trabajo, e incluso penso en el suicidio.
    Y el primero en sacarlo, fue Tsumori.
    4 meses después del fallecimiento de Nowaki, fue el, el que no dejo de insistir en tocar su puerta, y llevarlo al parque. Ese día le regalo un ramo de rosas y demostró sus intenciones.
    1 año y medio después, decidió, al menos; intentarlo.
    Después de aquel suceso del café, dos meses después, decidió volver al trabajo.
    Nada había cambiado. Dolía igual. Pero aun así quería en verdad esforzarse.
    Por Nowaki.
    Si. Las cosas habían cambiado. Y para eso, lucho desde el principio.
    Desde que le entregaron él bolso que Nowaki normalmente llevaba, inmediatamente lo llevo a la que era la habitación del susodicho y decidió jamas abrirla, o mirar lo que había dentro.
    No podría teniendo aun su perfume impregnado.

    *-*-*-*



    Al salir de la universidad, encontró, como siempre, al rubio esperándole, lo cual le hizo mostrar una débil sonrisa. Era cierto, nunca se avergonzaría y sentiría tanta felicidad como cuando miraba a Nowaki por allí, pero realmente le alegraba que alguien se preocupara por el.
    —¡Hiroki!- Le dio un casto beso, al cual, no correspondió, pero, como siempre no se había negado.
    —Hola.-
    —¿Nos vamos?-
    —A mi casa...- El otro asintió, y le tomo de la mano dirigiéndole a su auto.
    Si le hubieran dicho hace 3 años que terminaría de ese modo, seguramente habría carcajedo hasta las lágrimas. Su vida era tan distinta ahora, que al mirarse al espejo ni podía creerse que se tratase de el.
    En el trayecto en el auto, estuvo divagando con su mente. Era ya una costumbre, después de todo, gracias a la tragedia que había vivido había sensibilizado más consigo mismo.
    Estaba reconstruyéndose como podía.
    —¿Hiroki?- El auto se detuvo. Kamijou parpadeo, rehabilitándose.
    —Gracias por traerme...- Se quito el cinturón de seguridad, y al estar por abrir la puerta, una mano le detuvo.
    —Hiroki, creo que debemos hablar...-
    ¿Por qué sabia que ese comentario iba a traer problemas?
    —Tu... Debes trabajar.-
    —Esto es mas serio de lo que crees...-
    —Ya, eso veo. ¿Vas a entrar a mi casa, entonces?- Estaba cansado. No quería discutir con nadie.
    El rubio solo salio del auto y se dirigió a la entrada. Hiroki rodó los ojos.

    *-*-*-*



    Abrió la puerta y tiro las llaves sobre la mesa que había de lado. En las ultimas semanas había discutido un par de veces con Tsumori, y el no dejaba de lanzarle esas indirectas. Sabia de que se trataba todo ese asunto "serio".
    —Debemos hablar...-
    —Solo... Se directo, por favor.-
    —Bien... Es tiempo de dar el siguiente paso Hiroki...- Y si. Allí comenzaban los problemas.
    —¿A que te refieres?
    —Tu lo sabes... Siento muchísimo pedirte esto, pero es tiempo de superarlo por completo... Deberías deshacerte de todo a lo que respecta trate de Nowaki...- Inmediatamente palideció. ¿El estaba de broma?
    —No comprendo... ¿Qué? Cuando empeze a salir contigo quite de la casa todas y cada una de las fotos, y cosas de el...-
    —Pero las guardaste ¿No es así? Creo que es tiempo de que dejemos descansar a Nowaki en paz...-
    —¿Qué estas diciendo?
    Entonces Hiroki se molesto.
    —¡Nunca he hecho algo que te diga que aun estoy rogando que regrese! Además... ¿¡No era tu amigo!?
    —¿¡Pero si piensas en el, no!?- Ni siquiera se dieron cuenta cuando ambos comenzaron a gritar.- Aun sientes que lo amas, aún lo extrañas. Si, era mi amigo, también me dolió... ¡Pero no podemos quedarnos atascados en el pasado! ¡El hubiera no existe!-
    —¡Pues claro que si pienso en el! ¿Tu crees que después de haberle entregado mi vida simplemente se me olvide de un día a otro?-
    —Esta bien extrañar a las personas... ¡Pero no creer que van a volver! Piensalo, aceptaste ser mi novio pero nunca me haz dicho "Te quiero", ¡No hemos pasado de la linea de novios de secundaria! Tu aun le necesitas...-
    —¿¡Y que si es así!? ¡Por más que lo intente no va a volver!-
    —¿No crees que lo mejor sería dejarle ir, ya? ¿No es lo que el querría? Y es lo que necesitas... Separarte del pasado.-
    Se quedó mudo ante tal afirmacion. La sala se inundo en el silencio. Dar paso a algo nuevo... Sonaba arriesgado. No sabía que responder.
    —Necesito que te vayas...- Susurro.
    —¿Qué? Hiroki tu no...-
    —Necesito estar solo... ¡Pensare las cosas y te veré luego!- A empujones le saco de la casa y cerro fuerte, recargándose en la puerta. Estaba mal en ese momento.
    —Separarse del pasado...- ¿Qué tenía que hacer? Suspiro cansado. Joder, se lo estaban poniendo difícil.
    El quería a Tsumori, no negaba que, a pesar de no amarle como a Nowaki, le quería y mucho.
    Por otro lado estaba aquel enorme amor que le tenia a su fallecida pareja. Sabía que no iba a volver, y que aunque doliera nunca mas volvería a verle mas que en una maldita foto. ¿Como esfumar los sentimientos? ¿Como deshacerse de los recuerdos? Maldita sea, realmente era hora de marcar una linea.
    Se quedó varado allí, en la puerta, al menos unas 6 horas mas, reflexionando lo mismo, una y otra vez.
    El reloj marco las 10 de la noche, y Hiroki con pesar se levanto. Había tomado una decisión.
    Era hora de deshacerse de todo, y no conservar mas que los recuerdos de su mente.
    Era momento de iniciar una nueva vida. No solo por el. Nowaki dijo que no le gustaba verlo llorar, ¿Verdad?
    Ya estaba parado enfrente de aquella habitación. El pomo estaba oxidado, pues hace 3 años que nadie le había tocado. Estaba frío.
    Sus manos comenzaron a temblar, pero debía ser fuerte, y entrar.
    Con el valor suficiente así lo hizo.
    Ese olor... Tan familiar. Realmente el olor del perfume de Nowaki seguía allí, invadiendo la habitación.
    —Nowaki...- Susurro y se adentro por completo.
    Sobre la cama estaba todo, las fotos, sus libros, sabanas que habían compartido, la maleta donde guardo por ultima vez su cambio de ropa.
    ¿Por donde debía empezar? Se acerco lentamente, con miedo de tocar algo, como si pudiese desvanecerse en sus brazos.
    Se acerco a la maleta, y con delicadeza corrió el cierre, allí estaba lo último que había usado Nowaki...
    Comenzó a sacar las cosas una por una. La muda de ropa, la bata, hasta que, mientras la recargaba en la cama, un ruido sordo hizo que volteara hacia el suelo.
    Una pequeña caja negra había caído de una de las bolsas del pantalón.
    ¿Pero que era?
    Se agacho a levantarle, y la observó con cuidado.
    —Esto no puede ser...- La abrió.- Nowaki...- ¿Es que había comenzado a llorar?
    Dentro de la pequeña caja, un anillo se mostraba ante el, con un débil brillo emanando de el.
    Era un anillo de compromiso no había duda.
    Se quedó estático, sin saber que hacer y solo observando la caja, con lágrimas brotando de sus ojos.
    Por eso, Nowaki había tenido tanta prisa en terminar, en llegar temprano.
    Quería pedirle matrimonio.

    El día en que dejaron de verse, Nowaki quería unir su vida para siempre.
    No podía olvidarle, no podía.
    Con pesar se sentó en la cama, abrazando la caja con fuerza, sin contener mas los sollozos.
    —¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no puedo superarte? ¿Qué me hiciste?- Miro hacia tras, las demás cosas sobre la cama.
    Tomo una de las fotos de ellos dos juntos.
    Si. El se veía muy feliz...
    —Tengo frío...- Susurro a la nada. A aquel vacío cuarto.
    Jamas podría borrar el recuerdo de Nowaki. Le amaba, a pesar de todo.
    En ese momento... En verdad quiso morir.
    Cerro los ojos, mientras las saladas lágrimas seguían recorriendo sus mejillas.
    No importaba cuanto los escondiera, sus sentimientos seguían allí. No habían cambiado.
    Ya no quería estar allí... ¿Por qué el mundo le había arrebatado lo que más amaba? Su luz, y su tormenta al mismo tiempo.
    Su Nowaki.
    Nada ni nadie, por mas apoyo que le diera, borraría el dolor que le producía.
    Siguió surrurando su nombre una y otra vez, hasta que comenzó a sentirse cansado.

    *-*-*-*



    —¿Hiro-San?- Seguía revolviéndose incomodo, no quería moverse de allí.
    Es mas, ¿Quién le estaba levantando?—¡Hiro-San despierta!- ¿Estaba soñando? Quizá estar dentro de esa habitación le estaba trayendo problemas.
    Abrió los ojos con cansansio, mirando como la persona delante suyo comenzaba a verse con claridad.
    —¿Hiro-San?- ¿¡Nowaki!? ¡No! Estaba soñando, todo era un sueño a causa del lugar donde se encontraba. No podía hacerse ilusiones, o terminaría destruido.
    Pero aun así...
    —Nowaki... Tu...- Sus ojos comenzaban a ponerse rojos, entonces, acerco una mano hacia la mejilla contraria.
    Se sentía tan real... Su piel, su perfume, aquellos ojos azules donde podía ver el océano.
    —Si eres tú...- Susurro con voz ronca.
    Nowaki le miro confundido.
    —¿Hiro-San?- Todo... Todo
    ¿Esto era la realidad?
    Sin contenerse ni un poco comenzó a derramar lágrimas, una tras otra, mientras sus sollozos se hacían mas fuertes.
    Estaba tan feliz. Aquellos 3 años no habían sido mas que cuestión de horas. Y el... El estaba allí, frente suyo.
    —¿Eh? ¿Qué pasa Hiro...-
    —¡Nowaki!- Se abrazo de su cuello y se escondió en sus brazos. No quería hablar, solo quería estar cerca de el. Aun no se lo creía. Y si era un sueño, al menos era el mejor de su vida.
    —Oye... ¿Tuviste una pesadilla?- La risueña voz de Nowaki le hizo asentir levemente, haciendo cada vez mas fuerte el agarre.—¿Tan mala fue? Te vez muy mal...- Esta vez Nowaki respondió al abrazo, y su tono cambio a uno preocupado.
    —Quedate. No te vayas, por favor. No me sueltes.- El ojiazul dio un suspiro aliviado.
    —No me iré nunca. Lo prometo.- Hiroki miro hacia arriba, al techo, estaba un poco borroso, pero no le importaba en absoluto. Subió su mano, y lo vio allí.
    El anillo en su dedo anular. Pues, aquí, en la realidad, si se le había sido entregado.
    Miro a Nowaki, y le beso, mientras no paraba de llorar.

    Ya no le faltaba nada. Ya no mas.


    *-*-*-*



    ¡Good Morning/Afternon/Night! Regrese.
    Joder, si que me tomó vacaciones largas ¿A que si?
    Bien. Por fin logro finalizar un fanfic. *Suspira aliviada*
    Sinceramente este final, iba a ser muy diferente para el tiempo en el que lo había escrito. No se si recuerden que yo en esos tiempos ponía cosas súper deprimentes a la hora de empezar un capitulo...
    Y como nunca salio ni saldrá a la luz, pues les vengo a contar el final planeado. Ahr.
    Hiroki se suicidaba, y se ponía algo súper romántico al final para aclarar que si terminaron juntos.(?)
    Pero en la actualidad me dije: Nah. Mejor no. Y así finalizo este fanfic.
    En verdad, esperó que hayan disfrutado de este final, corto si, pero, sinceramente, yo he quedado muy satisfecha.
    ¡Saludos!
    —SH.♡
  9. .
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    -+-+-



    Susurros.



    El día en que Takahashi llegó a su vida, esta cambio por completo, y no tenía idea si había sido para bien o para mal; quizá ambas...
    Akihiko siempre fue de las personas que miraba la vida desde un punto de vista diferente, y soñador. Tenía el ideal de que a pesar de que su camino se oscureciese siempre habría una luz que le ayudaría a continuar y no caer. Ese tipo de cosas le había enseñado su madre, y agradecía por ello.
    Sabía mantenerse con una sonrisa en la peor tormenta y apoyar al que hubiese caído en ella; con ese motivo conoció a Hiroki: Aquel chico solitario y sumido en la tristeza que tenía miedo de mostrar su verdadero yo. Él y Miyagi se encargaron de cuidarle, y, a pesar de las piedras que ponía en el camino Nowaki, hicieron lo posible por arrojarlas a un lado y levantarle. Hacer que una persona volará y demostrará el verdadero brillo que emanaba, hacía que el ojivioleta se diera un propósito de vida.
    Cuidar de los demás, y enseñarles lo que el sabe, a eso se debía su pasión por su carrera.
    Todo este ritmo iba en perfecto estado, y el no estaba dispuesto a deteriorarlo.
    Hasta que llego a su vida, su pequeño dolor de cabeza.
    Takahashi Misaki: aquél chico de mirada esmeralda y una sonrisa sarcástica.
    Al principio no negaba que pensó que sería fácil; cuidar del chico, y como siempre, regalar un poco de su conocimiento ya que estaba en su posibilidad. Pero no fue así.
    El ojiverde desde el principio mostró una actitud negativa hacia lo que respecta su trabajo. Y detestaba eso.

    ×××××



    Salió de la sala de juntas del hospital, con un suspiro cansado. Después del escandalo ocasionado allí dentro, por el que se suponía, sería su nuevo pupilo; ya no le daban tantas ganas de ser el instructor de alguien.
    Observo como Hiroki y Miyagi salían siendo el último en quedarse.
    —¡Usami-San!- La voz ronca del director del hospital hizo que mirara hacía el frente. Iba caminando hacia el, con los dos jóvenes detrás suyo.
    —Me alegró que se haya quedado. Miyagi se fue antes...-
    —Si...- Le regalo una ligera sonrisa nerviosa y cansada. Él no tenia porque cuidar niños en cuerpo de adulto.
    —Me disculpo por él comportamiento anterior de Takahashi-Kun.- No tenía la culpa del comportamiento del mocoso, no tenía por que disculparse.
    —No se preocupe. No hay ningún problema...-
    —¡Me alegró mucho de su respuesta Usami-San! ¡Se que nos llevaremos muy bien!- Takahashi se acercó a el y le extendió la mano. ¿Aceptar el saludo quería decir que ya estaba a su cargo?
    Se lo pensó un poco, vacilante entre mirarle a los ojos o no.
    De todas formas, solo era por trabajo ¿Verdad?
    Con resignación, tomo su mano, y el otro río burlón.
    —Es visible la emoción que le da mi colaboración.-
    Un tic apareció en su ojo izquierdo. Él niño no le caía bien desde que saludó a Hiroki con desdén.
    Su superior carraspeo incómodo, y Akihiko le miró.
    —Sera mejor que vaya con Miyagi-San... Akihiko, por favor intenta llevarte bien con Takahashi.- Asintió con lentitud, intentando ser positivo. Tal vez podrían llevarse bien...
    El director se fue caminando con Shinobu detrás de el, no sin antes Misaki abrazarle y susurrarle algo que Akihiko no logro escuchar.
    —¿Y bien? ¿Haremos algo o me tendrás como idiota esperando? Ah, espera. Creo que ya hay uno en esta sala. Dos sería una cantidad excesiva...- Ellos estaban solos en ese lugar. Misaki río y dio la vuelta, comenzando a caminar del lado contrario a donde Akihiko trabajaba.
    —¿¡A donde vas!?- Misaki volteó a mirarle.
    —¿Apenas me voy y ya me extrañas?- El ojiesmeralda sonrió de lado, y continuó su camino, con un ligero contoneo de caderas; se estaba burlando de el.
    —Como si pudiera llevarme bien con alguien como el...- Molesto, Akihiko dio la vuelta y arrastrando sus pies se dirigió a su área de trabajo.
    ¿Misaki sabía que se estaba dirigiendo al área donde trabajaba Hiroki?
    Lo dudaba.

    *-*-*-*



    —¡Usagi-San~! ¿Me estuvo esperando todo este tiempo?- Misaki hizo un ademán de corazón con las manos y corrió hacía Akihiko. Con media maldita hora de retraso.
    —Te he dicho que no me llames de esa forma. Te he esperado porque si te ven alejado de mi estare en medio de un lío...-
    —Ah.~ Usagi-Chan es un niño bueno, que no le gusta que papi le regañe.- La risa escandalosa de Misaki hizo que Akihiko rodará los ojos fastidiado.
    —Solo vamonos.- Comenzó a caminar a paso rápido. Iba tarde, y le preocupaba que alguna madre se quejase de no haber sido atendida a tiempo o correctamente. No se lo perdonaría.
    —Como ordene el jefe.- Su tono cínico, obviamente no le convenció.
    Esto le molestaba. Realmente le irritaba que Misaki no tomase su trabajo en serio y solo respondiese con burlas y malos modos. Ahora entendía porque le expulsaban de cada hospital al que llegaba de practicante.
    Con tan sólo un mes, el ya creía haber vivido el peor infierno de su vida.
    ¿Por qué es que le aguantaba tanto? Quizá porque no podía permitirse dañar su orgullo, y renunciar al reto tan fácil.
    El chico de atrás había comenzado a silbar divertido, dando pasos largos como un niño pequeño. ¿Realmente quería estar allí, o solo lo hacia para fastidiar a las personas?
    Entro a la sala de maternal, aun ignorando si Misaki estaba o no intentando molestarle.
    —¡Ah! Usami-San, Takahashi-Kun buenos días.- La enfermera sonrió dándoles un cordial saludo, al cual ambos correspondieron.
    Con un gesto cansado Usami se sentó en uno de los sillones de la habitación.
    —¿Es que no haz dormido bien, Usagi-San?- Akihiko le miro molesto.
    —¡Eh estado cubriendo tus turnos! Deja de preguntar idioteces...-
    —Ah... Pero que gruñón... En fin, me retiro.- ¿Estaba de broma, no?
    —¿A donde vas?-
    —¿Tu cubres mis turnos, verdad?- Lo detestaba definitivamente.
    —¡No puedes irte!-
    —Si no puedes conmigo. ¿Qué harás con los niños? Definitivamente no estas capacitado para esto, ve a escribir novelas o que se yo, señorito soñador.- Akihiko ya no dijo más. No porque no tuviera que decir, si no porque no podía.
    Si. El era una persona soñadora, y es por eso que le había golpeado muy bajo.
    Misaki sonrió de lado, y salió de la habitación ahora inundada por el silencio.
    —Hijo de puta...- Término por decir molesto, sentándose frustrado.
    Todo estaba saliendo mal. Extrañaba pasar rato con sus amigos, comenzaba a tener fallos en su trabajo, la confianza en si mismo se estaba derrumbando. Todo era culpa de Takahashi. Desde que había entrado al hospital sentía qué podía mover lo que quisiera y a quién quisiera.
    Akihiko ni siquiera sabía que tanto hacía el mocoso en los ratos en los cuales le dejaba solo. Él estaba llevando una carga que no merecía, y realmente no estaba dispuesto a seguir soportándolo.
    En un solo mes, el castaño había acabado con el, y si eso quería, pues el juego podría ser de dos.
    El niño podía probar una cucharada de su propia medicina. Ya no le importaba.

    *-*-*-*



    Misaki llegó agitado a la sala, dónde el hablaba con una joven madre con su recién nacido en brazos, dándole indicaciones con una sonrisa.
    El castaño sostenía una hoja de papel en la mano, con una cara de molestia. Realmente era furia.
    Usami ignorándole, sobreescribio las medicinas que la madre debía tomar, y las entrego.
    —Con dos semanas de tratamiento, usted podrá amamantar a su hijo correctamente.-
    —¡Muchas gracias Usami-San!- Ella se despidió con una reverencia e imitó el gesto con Misaki, retirándose.
    —Buenas noches.- Habló Akihiko con molestia, aunque cierto grado de burla.
    —Hijo de...-
    —¡Calma Takahashi! No se dicen vulgaridades en el trabajo.- Sonrió, ¿quién se burlaba ahora?
    —¿Se puede saber porque no estabas en la maldita puerta cuando llegue? ¡Me han puesto reporte y bajado el sueldo por tu culpa!-
    —¿Mi culpa? ¿Y quien decidió no llegar temprano?-
    —¡Estoy a tu cargo, no puedes hacer eso!-
    —Bueno, hace poco supe que tenías razón... No puedo hacerme cargo. Así que decidí que tu tomarás decisiones propias y te cuidases por ti mismo...-
    —Pero yo...- Akihiko puso su dedo índice en los labios del castaño.
    —Si no puedes contigo mismo, ¿Como pretendes graduarte como pediatra, Takahashi? Creó que aun te faltan muchos años para que estés capacitado. Regresa al preescolar, niño...- Ah, que lindo era el karma. Podría hacerle un altar, si quisiera. Salió de la sala y dirigió sus pasos hacia el área para fumadores.
    —¡Muerete Usami Akihiko!- Como disfrutaba de esto.

    *-*-*-*-*-*



    Tan solo al transcurso de dos semanas, las cosas surgían de maravilla. Por alguna razón, Takahashi se había aferrado a mantenerse en ese hospital como nunca.
    Así que hubo ocasiones en que le vio ya instalado, cuando el recién llegaba.
    —¿Qué miras, maldito?- Misaki le miro con rabia entrar por la puerta.
    —Lo servicial que puedes llegar a ser, mocoso.-
    —A ti no te serviría ni por que fueras el único en la tierra.- Ambos se miraban con cinismo y con burla. ¿Quién iba ganando la guerra? Posiblemente mantuvieran un digno empate.
    —Ahora mismo te tengo lamiendo mis botas, Takahashi.-
    —¡Ah! ¿En serio crees que...?-
    —¿Olvidas que con un simple reporte mio puedes irte despidiendo de tu empleo?- El ojiesmeralda carraspeo, y su mirada se endureció.
    "Maldita la hora, en que llegue a este hospital..."
    Estaban seguros de que nunca podrían llevarse bien.

    *-*-*-*-*-*



    Akihiko caminaba a paso lento por el hospital. Sin un objetivo en específico, sólo pasearse por allí.
    Había dejado de nuevo a Misaki solo para que se encargase del área del hospital, claro, había encargado a las enfermeras que cuidaran sigilosamente del lugar. No estaba tan loco.
    En ese momento iba reflexionando sobre todo lo que había pasado desde que el ojiesmeralda llegó a su vida.
    Tal vez, se había vuelto un poco mas negativo y burlón en su vida cotidiana, y eso, al menos para él, no podía ser peor.
    ¿Cuánto duraría su relación con su pupilo de ese modo? ¿Es que hasta el fin de los tiempos estaba destinado a llevarse mal con el?
    Tal como Hiroki y Nowaki... No. Él nunca sería como su jefe, y Misaki mucho menos llegaría a ser igual de amable que Hiroki, ni intentándolo.
    Joder, como extrañaba a sus amigos.
    Sólo escuchando sus pensamientos, no se dio cuenta de una persona igual de pérdida que él y términaron chocando.
    —¡Lo siento mucho!- Dijeron al mismo tiempo y se miraron.
    Si mal no recordaba, se llamaba Shinobu, era el chico del que estaba a cargo Miyagi y amigo de Takahashi.
    No sabía nada de el, literalmente hablando, desde que el y Misaki habían llegado, se habían cruzado al menos 2 o 3 veces, y con Miyagi no había conversado mucho.
    —Ah... Usami-San...- El joven le sonrió levemente.- Lamento mucho esto, estaba algo distraído.- Akihiko se sorprendió por la suavidad y amabilidad con la que el chico le hablaba. Tenía una ligera sospecha de que sería igual a su amigo castaño.
    —No hay problema, soy yo el que debió haberse fijado.- Unos segundos de silencio, convencieron a Akihiko de que debía irse. Retomó su camino a pasos lentos.
    —¡Usami-San, espere!- Volteo curioso al chico, interesado en lo que querría decirle.
    —¿Si?-
    —Yo... Se que no debo meterme en sus asuntos, mucho menos si el se lo ah buscado pero...- Inmediatamente supo que se refería a Takahashi.
    —¿Qué sucede?- Shinobu bajo la mirada ruborizado.
    —Yo se que el es un poco prepotente. Puede ser orgulloso, burlón e incluso grosero...-
    —Ah. Lo haz descrito correctamente...-
    —Pero, el no es una mala persona. Solo... Esta cegado por palabras ajenas. Usami-San... Por favor tenga paciencia, y dele su apoyo. Posiblemente sea lo unico que necesita.- Parpadeó un par de veces conmovido por él discurso. Se notaba el gran amor que el ojigris le tenía a su compañero.
    —Lo tomare en cuenta...
    Pensó un poco en las palabras que le había regalado Shinobu, cuestionando si creerle o no.
    Quizá era cierto y Takahashi era de ese modo debido a problemas del pasado.
    Después de todo, el ni siquiera le conocía, desde que había llegado no habían hecho mas que discutir, y no había tenido en cuenta que podía conocerle realmente.
    ¿Debía darle una oportunidad? Camino de regreso hacia su área, esperando encontrarse con el niño.

    *-*-*-*



    Con pasos silenciosos y sigilosos se acercó a la puerta, donde una enfermera tenia la cabeza recargada.
    —¿Qué miras Yukki?- Susurró a lo cual ella dio un brinco sobresaltada.
    —¡Usami-San, no me asuste de esa manera!- Contestó en voz baja.
    —Lo siento. Tenía curiosidad a lo que mirabas.- Ella sonrió levemente y con dulzura, dirigiendo su mirada nuevamente a la habitación.
    —Al saber de la irresponsabilidad de Takahashi-Kun, yo misma quise entrar a a encargarme del área, pues el día de hoy estamos llenos... Sin embargo...- Akihiko miro junto con ella, y ciertamente todas las cunas estaban llenas, mas no había ningún ruido alrededor, un profundo silencio albergaba el lugar. Y allí, al fondo de la habitación estaba Misaki quien arruaba a un niño tarareando una canción. La sonrisa que tenía en ese momento, era una que Akihiko jamas había visto; le dio un escalofrío.
    —Gracias por vigilarlo...-
    —Yo solo fui espectadora. Takahashi-Kun sabe hacer bien su trabajo.
    El ojivioleta entró en la habitación, en silencio.
    —Buenas noches.- Hablo Misaki dejando al bebe en la cuna.
    —No pensé que tuvieras la capacidad Takahashi.-
    —¿Y por qué? Que quiera molestarte no quiere decir qué no disfrute de mi trabajo, por algo lo he escogido.- Misaki le miro con el ceño fruncido.
    —¿Y porque lo haz escogido?-
    —Como si te importara.- Recordó las palabras de Shinobu, ahora se daba cuenta lo mucho que Misaki intentaba evadir los temas de su vida privada.
    —Quiero saber. Takahashi ya no quiero que nos llevemos así... De este modo. Quiero que realmente seamos compañeros.- Él otro suspiró con fastidio.
    —Mi hermano falleció cuando yo tenía 4 años. Mi madre entró en depresión y se suicido dos años después, al final me quede solo con papá quien tambien falleció por fallas cardíacas cuando cumplí 15 años. Yo veía a todos los niños felices corriendo por allí, ¿y yo?- Río amargamente.—Yo sólo deseaba que Nii-San volviera, que madre dejase de llorar. Quería que mi familia volviese a ser la misma. Desde entonces jamás tuve la atención mas que para lo indispensable, parecía que el cariño de mis padres había muerto junto con mi hermano. Nunca pude ser realmente un niño.- Akihiko estaba pálido, sin realmente saber que responder ante esto.
    —¿Y me lo cuentas así de... Facil?- Tartamudeó confundido y pasmado. Misaki rodó los ojos.
    —Tú preguntaste.-
    —Es algo difícil de digerir y de contar... Más si tu eres el protagonista de las tragedias.-
    —La he pasado tan mal los últimos años que realmente eso es algo que ya no duele contar Usami-San, no me molesta ni decírselo a un desconocido.- Hablo serio y cansado, como si realmente no le afectase en lo absoluto.—Supongo que por eso estoy aquí. Estas criaturitas realmente son amadas como deben, y no me perdonaría si algo les pasase...-
    Así que era verdad... Misaki realmente era una persona que había pasado por mucho; a eso debía su actitud.
    Joder, ahora se sentía tan mal. No podía seguir comportándose como un niño.
    —Takahashi... ¡Yo no puedo seguir llevándome mal contigo! ¡Acepta mis disculpas, por favor y llevemonos mejor!- El castaño bostezo.
    —Eres un idiota.- ¿Eso era un no?—Pero, esta bien. Te concederé mi honorable perdón y podre intentar llevar una relación estable.- Una nueva sonrisa burlona apareció en su rostro mientras una de sus manos iba hacia su cintura y la otra la alzaba hacía el.
    Los ojos de Akihiko brillaron, y tomó la mano al instante.
    —Tranquilo Usami, pareces cachorro feliz de ver a su dueño.- Eso al menos era un avance.
    Esa, fue la primera conversación de cientas más que vendrían, donde su único medio de comunicarse eran los susurros.
    Que de ser simples palabras, comenzarían a volverse risas y secretos ocultos.

    *-*-*-*



    —Hazlo con cuidado, sostén su cabeza.-
    —¡Ya lo se, joder! Solo... Estoy algo nervioso.-
    —Si te pones nervioso puedes tirar...
    —¡Ni se te ocurra decirlo, idiota!-
    Akihiko y Misaki bañaban a un pequeño niño, pues ese día se iba del hospital y iban a entregarlo adecuadamente a su madre.
    Desde que iniciaron esa conversación un mes antes, habían comenzado a trabajar juntos. Como debió ser siempre, decía Akihiko.
    —Lava su cabeza, Usagi-San.-
    —Claro. Tu no puedes hacer dos cosas a la vez porque entras en pánico.-
    —¿Quieres dejar de echarlo en cara y hacerlo, conejo odioso?- Y ya se había acostumbrado a los apodos.
    —Solo porque accediste a bañarlo.- Ahora llevaban una buena relación.
    Al terminar, bañarlo y cambiarlo, Takahashi lo arrullo como solo el sabía -Akihiko casí se duerme también- y lo acostaron en su cuna.
    —Soy tan bueno en mi trabajo.- Dijo orgulloso de si mismo, mientras reía.
    —Pero si tenías miedo de darle un baño.-
    —Calla; debo disfrutar esto.- Ambos miraron al niño dormir y la habitación quedo inundada en el silencio.
    —¿Después de esto iremos a comer al comedor o aquí estamos bien?- Y claro. El comentario fuera de lugar de Misaki debía estar allí.
    —Aquí.- Susurro Akihiko sin subir la mirada.
    —Muchas veces te he preguntado porqué siempre te quieres quedar aquí en vez de ir a la cafetería y jamás respondes.-
    —¿Y porqué tu prefieres ir allá?- No supieron cuándo comenzaron a susurrarse nuevamente una conversación. Suponían era la costumbre.
    —Detesto el silencio. Prefiero que haya ruido, saber que estoy en un lugar real.- El ojivioleta suspiró, apoyándose en la cuna.
    —Si que somos muy diferentes Takahashi.-
    —¿Qué dices?-
    —Mucho ruido termina por desesperarme.- El ruido lo asustaba en cierto modo, entraba en un modo alerta con solo estar en un sitio lleno de barullo, toda su vida ya había estado en uno, un lugar donde todo el ruido lo atormentaba a el, le juzgaba, le lastimaba.— Prefiero el silencio. En el se conservan miles de recuerdos e historias; sin embargo entre tanto ruido, estas terminan por perderse. En el silencio puedes sentir y oír miles de cosas. Es una sensación única.-
    —¿Qué cosas?- La incredulidad y el amargo tono que uso Misaki hizo que el ojivioleta se frustara. Nunca vio a alguien tan antipático como su pupilo.
    Pero Akihiko no permitiría que alguien a su lado viviera sumergido en la oscuridad, así que contestó.
    —El sonido del palpitar de un corazón.- Lo miró por primera vez a los ojos. Unos ojos brillantes llenos de esperanza, viendo a unos ojos esmeralda opacos que hace mucho habían caído en la desesperación.
    Misaki ni se esforzó en esconder su fuerte sonrojo y desvío la mirada con rapidez.
    —¿Cómo puedes saber que el corazón que oyes no es el tuyo...?- Tartamudeó.
    —No puedes saberlo. No importa que tan diferente sea la persona, todo corazón late al mismo ritmo.-
    —¿En serio crees eso?-
    —Tanto, que se que ahora un corazón soñador e ingenuo esta latiendo al mismo tiempo que uno roto y perdido.-
    Lo vio y supo de inmediato que había entendido su indirecta. Y sus mejillas rosadas habían palidecido.
    —Esos dos corazones no deben de llevarse muy bien. Son lo contrario del otro.-
    —Al menos lo intentan.- Usami sonrió y cerró los ojos, oyendo como Misaki gruñía ante sus cursis palabras. Podía saber que estaba sonrojado aun sin siquiera verlo.
    —Usagi-San es un idiota.-
    —Si. Un idiota soñador.-
    Y se quedaron un rato mas allí. Compartiendo el silencio que tanto se disfrutaba. Akihiko fingió no darse cuenta, pero aprecio el momento en que Misaki limpio ligeras lágrimas que se escaparon de sus ojos. Y se sintió feliz por el, tantos sentimientos reprimidos realmente asfixian.

    *-*-*-*



    ¿Qué significaban exactamente las palabras que Misaki había dicho?
    Era más que obvio que iban dirigidas a Hiroki. Y le dolieron a el. Le dolió ver su rostro, su miedo, sus lágrimas.
    Le dolió ver aquella actitud sarcástica destruida.
    Misaki se estaba derrumbando y no tenías que ser un genio para darte cuenta.
    —¿Donde estas?- Susurró con desesperación.
    Verlo tan afectado solo le había hecho querer acercarse. Y joder... No podía permitir qué el cariño que ya le había tomado desapareciera y ni siquiera supiera la razón.
    No podía permitir que todo su avance se cayera en pedazos.
    Quería que Takahashi sonriera con libertad y dulzura, como nunca había podido.
    ¿Por qué? Bueno. En resumen, Akihiko era un idiota soñador.


    [-][-][-]

    Lo veo y no lo creo, ¿yo actualizando? ¡Mañana se nos va el mundo! No se si aún hay gente que vaya a leer esto, digo, ¡la ultima respuesta fue hace 11 meses Joder, me siento tan avergonzada -se tapa toda(?)-
    Ay no se, la actitud de "perra pero no de tu esquina" de Misaki me fascina, por eso siempre lo pongo así en mis fics.<3
    De ser un lamebotas a un chico burlón y cínico, enamora we, ENAMORA.
    En fin, los amo bebos, bai.(?)
  10. .
    He venido a molestar otra vez, pero tengo otra duda. (・∀・)
    ¿Se tienen que regalar todos los objetos de la lista o solo se puede escoger uno? Si me responden esta duda, estaré agradecida, gracias. ♡
  11. .
    Me encanta la idea. Me siento obligada a participar. <3
    Solo tengo una pequeña duda para ponerme a trabajar...
    Las ansias de hacer un Yuri x Yurio (Yuri On Ice) me carcomen mi insana mente desde hace mucho, ¿está cuenta como pareja Crack? Creo que si, pero como MUCHA gente enferma (como yo) los shippea por eso es mi deber preguntar.
    Y si no, me encuentro otra, que para eso me vuelo la imaginación. (?)
  12. .
    Kirishima: Te amo.
    01:01 Am.
    Kirishima: FB_IMG_1482251794114
    01:03 Am.
    √√

    Mamá Oso escribiendo...


    Mamá Oso: Soy tu pareja, idiota.
    01:04 Am.
    Kirishima: Ah. Cierto.
    01:05 Am.
    Kirishima: FB_IMG_1482432628166
    01:06 Am.
    Mamá Oso: Eres un puto subnormal, estamos juntos.
    01:07 Am.
    Kirishima: Pero te estas riendo. (:
    01:08 Am.
    Mamá oso: Jajaja. Te quiero.♡
    01:09 Am.

    ×××


    Un poco de romance de vez en cuando no esta mal mushashos.
    Debo explotar esto antes de que pase de moda dentro de dos días.(?

    Takano: Te amo.
    01:13 Am.
    Takano: FB_IMG_1482251794114_0
    01:14 Am.
    √√
    Takano:
    FB_IMG_1482307948138
    01:15 Am.
    Ritsu: Esto no es amor.
    01:16 Am.
    Takano: Necesitó cloro:c
    01:17 Am.

    ×××


    ggg, me dolió esto.

    Yukina: Te amo.
    01:18 Am.
    Yukina: FB_IMG_1482251794114_1
    01:19 Am.
    √√

    Kisa escribiendo.


    Kisa: ¿A cuál? ¿A la tuya?
    01:20 Am..
    Yukina: Kisa-San! (⊙//☉)
    01:21 Am.
    Kisa: Jajaja. Es de madrugada y estoy solo en casa.
    01:22 Am.
    Kisa: Yo que tu aprovechaba. (:
    01:23 Am.
    Yukina: Voy para allá.
    01.24 Am.

    ×××


    Romanticismo nivel:Kisa.

    Chiaki: Te amo.
    01:28 Am.
    Chiaki: FB_IMG482251794114_2
    01:29 Am.
    √√

    Tori esta escribiendo...


    Tori: Si. Yo también.
    01:29 Am.
    Chiaki: Toriiii (♥ω♥*)
    01:30 Am.
    Tori: Aunque... Estamos juntos...
    01:31 Am.
    Chiaki: Shhh. No arruines el momento. ヘ( ̄ω ̄ヘ)
    01:32 Pm.

    ×××


    Hace mucho que no escribía de la doméstica jeje.
  13. .
    Kisa a cambiado el nombre del grupo a: "Marukawa Rules"

    Onodera: ¿Y esto a que se debe?
    14:05 Pm.
    Kisa: Iba a ser "Emerald Rules" pero me acorde que Yokozawa y Kirishima-San, también están. xd
    14:06 Pm.
    Kirishima: Vaya, gracias.
    14:07 Pm.
    Hatori: ¿Si están consientes de que estamos en la misma oficina?
    14:08 Pm.
    Onodera: Ay,ya vas a empezar.
    14:09 Pm.
    Kisa: Vete a trabajar y callate. :u
    14:10 Pm.
    Takano: El al menos cumple su trabajo
    14:11 Pm.
    Yokozawa: Lo dice mientras esta bebiendo café y pan y esparciendo las migajas por el suelo
    14:12 Pm.
    Kisa: Asco. :u
    14:13 Pm.
    Takano: Los jefes como yo, tenemos derecho, pues ya de por si, llenamos el ambiente con nuestra real presencia, plebeyos.
    14:13 Pm.
    Zen: Exclamo el pinche cerdo.
    14:14 Pm.
    Onodera: ¡Takano es el puerquito del corral! xD
    14:15 Pm.
    Hatori: Aparecerán las ratas por aqui
    14:15 Pm.
    Kisa: Escribiría "jaja" por aquí, pero todos me están viendo reír como idiota. xD
    14:16 Pm.
    Takano: ¡Callense! Nadie les ah pedido opinión.
    14:16 Pm.
    Yokozawa: Pero si podemos burlarnos de ti, por ser un asco.
    14:17 Pm.
    Zen: Es tu culpa por quejarte del trabajo de los demás cuando tu no haz hecho nada!
    14:18 Pm.
    Takano: ¡Ya basta y ni se atrevan a divulgar esto por allí, malditos cerdos virginales!
    14:19 Pm.
    Kisa: No te preocupes. Debería preocuparte que Ritsu te mire así de asqueroso, pero trabajan juntos así que...
    14:20 Pm.
    Onodera: Ya estoy bien amarrado de todas formas. :u
    14:22 Pm.
    Zen: A veces no entiendo como tu pareja te soporta Kisa
    14:23 Pm.
    Kisa: ¡Secross!*
    14:23 Pm.
    Zen: Si tiene sentido.
    14:24 Pm.
    Takano: Además mi trabajo estaba terminado. Onodera no ha hecho NADA
    14:25 Pm.
    Onodera: ¿¡Como es posible que tu hayas hecho ya tu trabajo y yo no!?
    14:26 Pm.
    Onodera: ¡Yokozawa, sostén mis manuscritos! ¡Te voy a dar un poco de esto!
    14:27 Pm.
    Yokozawa: No tienes que lanzarmelos Sub-normal.
    14:28 Pm.
    Takano: Cuando quieras, sin miedo, carnal. >:v
    14:29 Pm.
    Kisa: ¿Y no era Ricchan el que estaba dispuesto a cumplir con todo a tiempo?
    14:29 Pm.
    Kisa: ¡NO PERTENECES AQUI!
    14:26 Pm.
    Zen: ¡Destierro!
    14:27 Pm
    Takafumi: ¡Deshonra!
    14:28 Pm.
    Mino: ¡Desgracia!
    14:29 Pm.
    Kisa:¡Mino-San se unió! /:v/
    14:30 Pm.
    Hatori: Kisa por favor bajate de la mesa.
    14:30 Pm.
    Onodera: Le falle señor... Usted confió en mi, y yo le falle! ;-;
    14:31 Pm.
    Takano: ¿No podemos tener un puto día de trabajo normal, bola de subnormales?
    14:32 Pm.

    Takano ha salido del grupo.


    Onodera: ¿Como creen que reaccione cuando se entere que subimos a la red de Marukawa su foto comiendo? :u
    14:33 Pm.
    Yokozawa: Rezare por tu culo.
    14:32 Pm.
    Onodera: ¡Pero si fue Kirishima el autor intelectual! >:v
    14:33 Pm.
    Kisa: Entonces matara a Kirishima y el ira a prisión dejando a Takafumi y a Ritsu solo en la vida, encontrando que sus diferencias los hacen fuertes y se terminan enamorando del otro.
    14:34 Pm.
    Ritsu: ¿khe Berga? ಠ_ಠ
    14:35 Pm.
    Takafumi: ¡Ni lo pienses! Tarde mucho tiempo para encontrar a alguien que me ame con la misma intensidad con la que me agarro en el camión para no caerme como para que ahora lo maten!
    14:37 Pm.
    Yokozawa: Además ¿Con Ritsu? Asco. :u
    14:38 Pm.
    Onodera: Picate la cola.
    14:39 Pm.
    Mino: Imagínate un mundo donde Ritsu y Yokozawa sean dejados y terminen juntos.
    14:40 Pm.
    Zen: Ritsu, 26 años, un chico dejado al su Seme cansarse de esperar su confesión, nadie mas lo quiere. Acompañenme a ver esta triste historia.
    14:41 Pm
    Kisa: *Laughs in Spanish*
    14:41 Pm.
    Onodera: ¡BASTA! ¡TAKANO VE ALGO EN MI QUE NADIE MAS VIO! NO TENGO IDEA DE QUE, PERO ALGO FUE. :'u
    14:42 Pm.
    Yokozawa: Me pregunto lo mismo. Ni la mamas bien.
    14:43 Pm.
    Kirishima: ¡No tenias porque lanzarle tu zapato! D:<
    14:44 Pm.
    Kisa: UNO, DOS, TRES, FUERA.
    14:45 Pm.
    Hatori: Yukina debe divertirse mucho siendo novio de Kisa
    14:46 Pm.
    Onodera: Quizá si somos demasiado anormales.
    14:47 Pm.

    *-*-*


    Secross: Es... Bueno Sexo. Osomatsu-San plz.(??
  14. .
    Isaka-San: La verdad creó que solo me llamas por asuntos de trabajo. :'v
    14:56 Pm.
    Asahina: Es lo necesario.
    14:57 Pm
    Isaka: ¿Ni un buenos días?
    14:58 Pm.
    Asahina: Eso no es necesario.
    15:00 Pm.
    Isaka: ¿Por qué no? >:v
    15:03 Pm.
    Asahina: Trabajo contigo,madura, por favor.
    15:04 Pm.
    Isaka: ¿Por que debo madurar? >:v
    15:06 Pm
    Asahina: Estas a cargo de toda una empresa, no se. ¿Te da una idea?
    15:08 Pm.
    Isaka: ¿No puedes hablar de algo mas que no sea de trabajo? :u
    15:09 Pm.
    Asahina: No hay nada mas. Termino esta conversación.
    15:10 Pm.
    Isaka: ...
    15:10 Pm.
    Asahina: ...
    15:10 Pm.
    Isaka: Entonces voy a tirarme a alguien de la empresa. Digo, para desahogar mis penas. xd
    15:12 Pm.
    Asahina: ¿Qué?
    15:13 Pm.
    √√ 15:15 Pm.

    *-*-*
    No se. Isaka se me hace que hablaría así para llamar la atención. xd
    Holi. ♥
  15. .
    Resumen: Vivir un hermoso día de verano al lado de la persona que amas. Nada mejor que ello.
    Pero... ¿Si de repente todo se distorsiona? Aquello que te hace feliz, te lo arrebatan de una forma cruel, verlo frente a tus ojos y morir de angustia y miedo. ¿Quién es aquel extraño hombre que aparece cada que te arrebatan a Ritsu? No lo sabes, y es lo que te impacienta.
    Perder la conciencia y despertar. Intentar evitarlo y aún así fallar.
    ¿Es que no hay forma de salvarle? Si tu cambiases de lugar con el... Tal vez...


    *Basado en la canción: Kagerou Days.

    -Genero: Drama.
    Lista: One-Shot.
    ¡Disfrutalo!


    KAGEROU DAYS
    **Nostálgica Fanfic**

    [“Esto no es una broma”
    ¡Y se rio sin más!]




    Takano Masamune, no es esas personas que se considera muy apegada a las visitas a los parques residenciales de Japón, y mucho menos en épocas de calor tan efusivas y odiosas, que apenas el mínimo roce con tu piel, estas expuesto a diversas enfermedades, y a sudar como nunca. Claramente como diría Yokozawa “Eso es asqueroso…”
    Sin embargo, después de un Sábado algo aburrido, estar en aquel limpio lugar con la persona que ama con todo su ser, un día Domingo, es muy especial para él.
    Primero que nada, porque Onodera es el que le ha pedido que salieran. Es cierto, esas esmeraldas a veces pueden ser muy tercas y evasivas ante su tacto, sin embargo, Masamune ve con claridad, el efusivo amor que estas también emanan.
    En esos días, Yokozawa le ha devuelto a Sorata por un corto periodo de tiempo, debido a que la primogénita de Kirishima ha pescado un resfriado, y tenerla expuesta al constante tiradero de pelo que puede hacer Sorata, simplemente puede empeorarla.
    A Takano no le molesta en lo absoluto cuidar a su lindo gato, al fin y al cabo, durante muchos años se volvió su única compañía y refuerzo para al menos indagar en una sonrisa.
    “Hey, ¿Te gustaría ir a por un paseo?” El gato negro solo lame su mano como respuesta.

    º*º*º


    El 15 de agosto, a las doce y media de la tarde,


    Se balancea, dándose algo de impulso con sus propios pies encima de aquel columpio que ha tomado como suyo en algún corto lapso de tiempo, sacando su móvil para mirar la hora rápidamente.
    “12:28 de la tarde” Susurra Onodera, inmóvil en el asiento del columpio, el castaño acaricia con lentitud y esmero el pelo de Sorata, como si estuviese acicalándole.
    Takano le mira atónito y algo confundido ante la increíble acertación, en la hora.
    Sin indagar más en el tema, lo deja pasar, guardando el móvil y colocando ambas de sus manos en el manubrio, fija su vista al cielo azulado y lleno de nubes que hasta ahora cubren algo del ardiente sol.

    Hacia un muy buen tiempo…


    Onodera es ahora quien revisa el celular. Takano le mira con curiosidad. No es que es fuera celoso, al contrario. Toda su confianza está depositada en Onodera, sin embargo le conoce, y sabe que no le agrada del todo usar el móvil.
    “Es mi madre…” Responde con naturalidad, entrando en lo profundo de los pensamientos del ojiavellana.
    Takano solo asiente, las nubes comienzan a moverse cambiando a diversas direcciones, revelando por fin la caliente corteza llena de gases.
    Levanta la mirada con su brazo firmemente pegado a su frente, debido a la cegadora y resplandeciente luz de la estrella.

    Bajo los brillantes rayos del Sol
    que podrían hacerte enfermar,


    “Gracias por venir conmigo…” Aquella melodiosa voz regresa la vista ojiavellana al centro, contemplando la hermosa sonrisa que Onodera le regala, Ritsu puede ser tan lindo a veces.
    “¿A qué viene eso? Disfruto mucho pasar tiempo contigo…” Takano mira al frente, sintiendo encima de él la esmeralda mirada, pero eso no le molesta. En lo absoluto.
    Onodera ríe, ahora siendo el quien fija su vista al cielo.

    Hablaba contigo, sin haber
    nada más que hacer, en realidad.


    El porte de Ritsu se vuelve serio, baja la mirada hacia Sorata, que mueve la cabeza inquieto buscando más contacto con las suaves manos de Ritsu.

    “Pero… ¿Sabes?
    No me gusta mucho el verano.”


    El tono de Ritsu suena apagado, incluso puede detectar algo de rabia escondida. Comienza a rascar la parte trasera de las orejas del gato, oscureciendo sus orbes, un mohín de molestia sobresale de su rostro; el ojiavellana le mira preocupado, es ilógico que en solo unos segundos, esa risa que sonaba llena de alegría, ceda paso a esta reacción.

    Murmuraste con fiereza, mientras
    acariciabas al gato.


    Su sorpresa cambia de escena, cuando Ritsu deja de inmediato ese rostro, y cambia a una efímera sonrisa, que apunta hacia Takano, haciendo a su corazón acelerarse. Puede ser que esa actitud sea algo extraña, pero esta vez no está siendo evasivo. Y eso le hace sentirse lleno de vida, contento. Con esperanzas renovadas; seguro de que muy pronto Onodera se le confesara… muy pronto.
    “Onodera…” Ahora es Masamune el que le mira, quiere decir alguna de esas frases cursis y melosas solo dedicadas a él.
    Onodera mueve la cabeza, en afirmación a que está escuchándole. Carga a Sorata para abrazarle más de cerca, sin guardar el móvil.
    Pero el escapa.

    Ah… El gato huyo de ti.


    “¡Ah! ¡SORATA!” Onodera grita con temor al sentir las uñas del gato rasguñar sus brazos al huir. Se levanta con rapidez del columpio, corriendo detrás de Sorata.

    Y tú lo perseguiste…


    Takano va tras él, Sorata pasa la acera, sin embargo, Ritsu…
    “¡RITSU!” El aludido le mira con una sonrisa, una que Takano no entiende, Sorata ha huido dejando a Ritsu solo en la avenida.

    Cuando la luz del semáforo
    cambiaba a un deslumbrante rojo


    Sin ser previsto, o haber avisado por detrás, un enorme camión color verde llega a una velocidad increíble.
    Ninguno de los dos tiene el tiempo de reaccionar…

    De pronto un camión apareció de la nada.


    “¡RITS…!” El grito es interrumpido por el golpe del camión estampado contra el frágil cuerpo de Onodera y lanzado al frio pavimento.

    Y mientras gritabas, te golpeo.


    El móvil de Onodera sale volando lejos de él, destruyéndose. Sus ojos avellana miran todo, desde que lo empuja el automóvil, hasta cuando su mano cae dejando de moverse y respirar.
    Takano no entiende, se queda estático en su lugar. La sangre salpica hasta su mejilla. Llena todo el suelo, y cambia el color del camión de verde a un profundo y aterrador color carmesí.
    El rastro del perfume de Onodera queda impregnado en el aire, dando una sensación de nausea.
    Cuando reacciona, sus manos van por instinto a su rostro cubriendo nariz y boca. ¿Qué acaba de pasar? Es una pesadilla. ¿Verdad?

    La sangre esparcida mezclada
    Con tu perfume
    ¡¡ME AHOGABA!!


    El conductor del camión sale de inmediato, mira asustado el cuerpo inmóvil del chico y sale corriendo presa de la desesperación. Nadie le nota, la gente comienza a acercarse horrorizada algunos siguen su camino rápidamente intentando que los más pequeños no aprecien la escena.
    Takano corre al pequeño cuerpo ahora destrozado, y lo toma entre sus brazos.
    “No, no, no… Ritsu… ¡¡RITSU!!” Su frente sangra, nariz y mejillas están llenas de moretones y raspones. Onodera ya no está con vida.
    Comienza a llorar con fuerza, abraza el cuerpo y grita repetidas veces su nombre.
    Empieza a oír pasos que se dirigen hacía el, un brillo destacable hace voltear a Takano, aun sumido en el pánico de tener a su Ritsu en sus brazos, muerto.
    Esta persona, de rasgado kimono azul, sonríe con malicia, Sorata está en una de sus manos mientras toma la pipa de tabaco con la otra.

    Entre la bruma de mentiras,


    Masamune se aferra con más fuerza al cuerpo de Ritsu, mira con temor a la persona delante de él.
    Esta persona ríe.

    “Esto no es un sueño” reía la bruma de calor.


    Takano abre los ojos irritados con sorpresa, el miedo inunda con fuerza su cuerpo, más lágrimas resbalan por su mejilla.
    El hombre se aleja, sin que Takano deje de mirarle con miedo.

    El cielo azul del verano al igual
    que al interrumpir a una cigarra,


    La cabeza de Takano duele, palpita con fuerza. El olor de la sangre, los gritos, su propio llanto, el sonido del semáforo cambiando de nuevo de color, todo le llena la cabeza, y siente que el morirá también allí mismo.
    El sujeto con un deslumbrante brillo rojo alrededor suyo, se detiene, suelta a Sorata que corre frente a Takano, el mira al gato aterrorizado, el hombre le sonríe.
    “Hasta Pronto…” Levanta su mano a modo de despedida. Y Takano cae al suelo inconsciente.

    Se esfumó de golpe…


    Tic, Tac, Tic…
    Takano abre los ojos, con el corazón acelerado y los ojos irritados, se sienta con una mano en el pecho, esta aturdido.

    Con el Tic-Tac, del reloj, desperté en mi cama.


    Parpadea repetidamente para secar las lágrimas, entre confundido y asustado.

    “¿Qué hora es?”


    Voltea a ver el reloj, aun limpiando algo de sudor de su frente.
    “¿12:04?” Confundido toma el móvil entre sus manos, abre los ojos con sorpresa.

    El 14 de agosto, pasadas las 12 de la tarde,


    Voltea a la ventana de su habitación, que deja ver la radiante luz de una mañana de sábado.
    Un día que él cree ya ha pasado.

    Recordé la molesta voz
    de una cigarra.


    Takano no sabe qué clase de pesadilla ha tenido, pero ha sido tan real, y ahora está ahí, en el mismo lugar, Onodera acaricia Sorata y el baja la mirada con melancolía, aun con el miedo presente atravesando sus pupilas.
    “Gracias por venir conmigo.” Escucha la alegre voz de Ritsu que mantiene una mano en el columpio y la otra en el pelaje de Sorata.

    Pero ¿Sabes? Es un poco extraño


    La sonrisa de Onodera se esfuma mirándole confundido.
    “¿A qué te refieres?”

    Ayer, vi como caminábamos por este mismo parque
    en un sueño.


    Takano mira a Ritsu un momento, mientras el sigue analizando que respuesta darle, con el móvil en la mano y a punto de levantar a Sorata para cargarlo entre sus brazos, justo como en su sueño.
    “Ah. ¡SORATA!” Al huir el gato, Takano se altera y asusta al ver como Ritsu se levanta. Inmediatamente el también quita las manos del columpio y lo tomo del brazo antes de que fuese hacía la avenida. Sus ojos esmeralda le miran con confusión.
    “Takano-San… ¿Estas bien?”
    Masamune le mira a los ojos con nostalgia.

    “¿Y si nos vamos ya a casa?”


    “Pero, ¿Y Sorata? Yokozawa-San, se molestara mucho y…”
    “Sorata sabe llegar solo a casa. Está bien Ritsu, en serio”
    Ritsu parpadea un par de veces hasta que con un rubor presente en sus mejillas baja la mirada y asiente.
    Takano va delante suyo, sin soltar su mano. Ritsu baja la mirada ruborizado y Takano se siente más tranquilo… En paz.
    Porque fuese real o no lo que hubiese visto siente que está evitando una tragedia. Perder al amor de su vida.
    “¡APARTENSE TODOS! ¡QUITENSE!” Una voz a lo lejos hace que la gente mire arriba. Casi todos se apartan gritando, excepto ellos dos. El ojiavellana les miro confuso sin entender la causa de sus gritos.

    En cuanto pisamos la acera,
    la gente a nuestro alrededor


    Siente un leve empujón que lo aparta del camino. Cuando mira al cielo de nuevo es demasiado tarde.

    Dirigió la vista al cielo y
    abrió la boca.


    Una enorme barra de metal, cae desde un edificio en construcción, y como si estuviese destinado, atraviesa el cuerpo de Ritsu, este suelta un grito ahogado, el dolor y la sangre empiezan a presentarse. Su celular se cae de sus manos, y a pesar de estar vivo, queda inmóvil casi al instante.

    Del cielo cayo una barra de hierro.


    La sangre rebota hasta la mejilla del ojiavellana (exactamente igual que la última vez), dejándole una pequeña mancha. Los labios de Takano tiemblan, y se hecha hacia atrás, tropezando y cayendo al suelo, sin dejar de mirar la horrorosa escena que pronto se vuelve borrosa, pues ya está gritando y llorando nuevamente.
    Milagro o desgracia, Ritsu sigue con vida, su cuerpo resbala por la barra, haciendo que suelte un grito de dolor que hace a Takano desesperarse, y reaccionar del shock.
    La gente grita asustada, algunos se alejan corriendo, otros se cubren la boca horrorizados, Takano está seguro que no solo él es el que mantendrá esa imagen vivida en su cabeza.

    El sonido de los gritos y el de los
    Carrillones de viento rotos


    Parpadea un par de veces, hasta que agitado y con lágrimas en los ojos, se levanta y hecha a correr a Ritsu, quien aun con los ojos abiertos, pierde la conciencia de a poco.
    -¡RITSU!- Con el temblor en las rodillas amenazándole con tirarle al suelo, grita su nombre las veces que puede, esta solo a un metro de distancia, pero no puede alcanzarle. No alcanza a Ritsu. Extiende su mano con desesperación al estar más cerca de él.
    Mas una sonrisa traviesa y un rostro ya conocido, impiden seguir con su camino.

    Llenaban el hueco entre los arboles
    del parque.


    Intenta tomar el rostro de Ritsu en sus brazos, pero aquella presencia y su sonrisa se lo impiden.
    El espíritu con vendas en el cuerpo le mira de una manera tan… malvada, que Takano puede sentir como se le hela la sangre. Y congela su tiempo pues deja de moverse.

    En esta escena tan irreal.


    -¿¡QUIEN MIERDA ERES TÚ!?- El del aura color rojo suelta la pipa que lleva en las manos y río burlándose de él.

    “Esto no es mentira” Reía el brillante calor.


    Aquella voz grave le aterra cuando le toma de la camisa y lo empuja al suelo.
    Todo empieza a verse borroso entre los gritos de la gente y la sangre en el suelo, de nuevo perderá la conciencia…
    Por última vez dirige su vista a su ahora moribundo Onodera.

    Mientras mi visión se desvanecía mire tu rostro.


    Ritsu susurra palabras que Takano ya no escucha, pero aparece una sonrisa en su rostro, Takano está seguro que sí.

    Y apuesto mi vida a que en tu rostro había una sonrisa.



    Pero este no era el final… Por supuesto que no.
    Una vez más despierta en su cama. Ni siquiera se molesta en mirar la hora y al ponerse una sudadera, sale al parque de su encuentro. Su corazón acelerado y los ojos hinchados.
    No importa cuantas veces haga lo mismo, cuantas veces cambie la escena, siempre termina igual.
    Asfixiado, ahogado, electrocutado, siempre Ritsu muere en sus brazos.
    Siempre aquel hombre de parecido físico a el mismo aparece en el acto. Aparece y ríe. Aparece a burlarse y hacerle sufrir mientras lo asfixia con el humo de su tabaco.
    Siempre las sonrisas de Ritsu en el columpio, son reemplazadas por las de maldad del “calor”.
    Takano siempre llora. Takano siempre repite la muerte del amor de su vida. Llora de desespero, de odio, de intolerancia a su situación. ¿Por qué no puede detenerlo? ¿Por qué…? Un grito desesperado sale de sus labios. ¿Cuántas veces ya ha perdido la conciencia en el mismo escenario?

    He perdido el conocimiento incontables veces
    en este burlón calor.


    Tiene ojeras y sus ojos ya perdieron vida. Ya no tiene esperanza desde que todo comenzó.
    ¿Cuánto tiempo ha paso ya? Días, meses, años… Quizá hasta décadas. Ya no importa.

    Este ciclo se ha repetido por décadas,
    me di cuenta hace mucho tiempo…


    A lo largo de todas sus líneas manchadas de la sangre esmeralda, quiere aferrarse a la última a salvo. Con la esperanza de que logra cambiar algo.

    En este cliché de historia.


    No deja de pensar… ¿Cómo cambiar todo? Mira a su alrededor. Sus escenarios. Su vida… Se mira a el mismo corriendo tras de Ritsu el primer dia en que todo comenzó. El primer día que lloro por su muerte.

    Tan solo debe haber un final.


    Una idea disfrazada de esperanza llega a su cabeza. Tal vez si pueda salvar a Ritsu… Tal vez haya una manera de que su hermosa sonrisa no desaparezca.
    “Mírate. Divisa tu escenario y no tengas miedo. Cambia las cosas. Aléjalo de ese camión. Puedes hacerlo… ¿No? Queda en tus manos”
    Sí…

    Más allá de este verano que se repite
    ha de existir…


    Toma impulso, y sale corriendo con determinación. Por qué el no vale nada a comparación de su Ritsu.
    Porque… Ya se cansó de ser el que se quede. Porque aunque no sea con el… Quiero que esos ojos verdes vean las flores de Sakura nuevamente.
    Destruyendo una historia sin fin, Takano empuja con fuerza a Ritsu, mientras el camión llega con rebase de velocidad.

    De pronto, te aparte y salte a la carretera.


    Ritsu cae de sentón al suelo, Takano le sonríe. Ritsu no sabe reaccionar, cuando el cuerpo de Takano es golpeado por el camión, y la sangre rebota.
    La mirada de Onodera desaparece del campo de visión de Takano, y este siente como cae al suelo.
    Con sus pocas fuerzas, escucha a Ritsu gritar y sollozar. Le duele, pero es necesario.

    Mi cuerpo destrozado, y tus ojos eran como
    Borrosos reflejos de la sangre esparcida.


    Mira hacia los lados, el hombre de ojos violeta le mira, y la pipa cae al suelo, se ha quedado sin palabras, sin un “Es que tu no lo mereces a el” para Takano, sin una risa malvada, y no hay para Masamune mejor satisfacción que esa.

    Si esa burlona bruma de calor se hubiera reído
    Con un “¡Te lo mereces!”


    El aura roja desaparece, y las lágrimas salen de sus ojos.
    Esto es lo que siempre ha querido… ¿No? Que Tsukishima se salve… Y ahora… ¿Ocurre? Ahora… Ahora ya no es mentira. ¿Por qué lo evito todo el tiempo? Por mucho tiempo pensó que era por odio, pero nunca dejo de ser amor. Quizá era el, Kuroda, el que quería salvarlo. Y no Takano.
    Las lágrimas de Ritsu las puede ver Takano, como si todo pasase en cámara lenta. Sus sollozos, los gritos de la gente. ¿Qué puede hacer?

    Este habría sido otro día normal de verano.


    El llanto de Onodera no para. Y una sombra azul, aparece detrás de él. Un chico. Un chico con kimono, idéntico a Ritsu le mira. Le mira y hela su sangre. Todo termina ese día. ¿Verdad? La mirada asustada de Takano aparece, pero no puede decir nada, pues su corazón se detiene.

    Pero todo eso termina hoy.



    Entonces, el chico de azul, quiebra otro reloj.

    Y Ritsu despierta. Ritsu despierta, inundado en lágrimas, como desde hace mucho tiempo.

    El 14 de agosto, una chica despertó en su cama.


    No se molesta en limpiar su rostro, y mira a la nada. Ahora las ganas de decirle que “Si es amor” no faltan.

    Y se dijo…
    “He vuelto a fallar”
    Mientras sostenía al gato en manos otra vez…



    “De nuevo fue inútil, ¿Verdad?” Aquel olor a Sakura aparece de nuevo. Y Ritsu ya no tolera esa voz molesta.

    *-*-*-*-*


    Bien… Por si como avanzaba el Fanfic quisiste preguntar ciertas cosas, aquí te lo resuelvo.(?)
    1. ¿Por qué Ritsu sonreía si es un pinshi Tsundere? Bueno… La verdad es porque el One-Shot fue fiel a las escenas de la canción original.
    Tambien fue bastante obvio que Ritsu ya sabia que iba a morir, por lo tanto no tuvo que esforzarse para sonreírle a Takano, en los últimos momentos que iba a verle.
    2. Alto. ¿Ritsu ya sabia que iba a morir? Bueno… Si haz leído completo el Fanfic y oído la canción, podrás darte cuenta que Takano y Ritsu están atrapados en un bucle sin fin. Uno muere porque intenta salvar al otro.
    3. ¿El “verano” es representando por…? Por Kuroda, por supuesto. Si llegaste hasta aquí y no te diste cuenta… Pues creo que no haz visto Hybrid Child. :v
    4. ¿Por qué Kuroda era el que aparecia cuando Ritsu moria? Si leíste bien, el color del aura de Kuroda es roja. No, no fue un error: Kuroda esta corrompido.
    5. Por dios… ¿Kuroda esta corrompido? Pues en efecto. Digamos que en el pasado nunca pudo superar la muerte de su Tsukishima, y su espíritu no ha podido descansar en paz, y mucho menos dándose cuenta que “su alma y la de Tsukishima” están bien en este mundo.
    Kuroda tiene encerrado a Takano en el bucle de ver morir a Ritsu, porque esta cegado por el rencor. Y espera que una y otra vez, Masamune sienta el mismo dolor que el sintió al perder a Tsukishima. Y a su vez, tiene un sentimiento enfermizo de desaparecer el alma de Ritsu por completo, y que Tsukishima vuelva a sus brazos, pero al final se da cuenta que su único deseo era poder salvarlo y quedarse en su lugar, tal y como hizo Takano, por eso mismo se altero y el aura roja desaparecio cuando Masamune se coloco en el lugar de Ritsu.
    6. Tsukishima aparece al final. ¿Por qué? Porque al igual que Kuroda, es Tsukishima el que tiene ambiciones al morir Takano.
    7. ¿Y esas son…? ¿Notaste que el aura de Tsukishima es azul en lugar de roja como la de Kuroda? Eso es porque Tsukishima en vez de representar al “calor” representa a la Nostalgia, el no esta corrompido. Porque el deseo de Tsukishima es seguir siendo el que se sacrifique. El quiere que Takano viva, porque sabe que el alma de Kuroda sigue allí, y Tsukishima no ha dejado de amarlo, por lo cual desea salvarlo. Por eso siempre que falla, aparece ante Ritsu, y le recuerda que de nuevo fue inútil su esfuerzo. Mientras mas veces falla Ritsu, es como mas se corrompe el alma de Tsukishima… Eso debería hacerles una pregunta… ¿Kuroda no se habrá corrompido por en algún pasado lejano, Takano hubiese fallado demasiadas veces? Lo dejo a su criterio.


    ¡Hello! Volví en forma de One-Shot.(?)
    ¿Cómo explicar todo lo que me paso? Bueno… No lo explicare, solo diré.
    ¡Ahora estoy muy bien! ¡Estoy perfecta! Todo ha mejorado mucho para mí, y ya me tendrán de latosa actualizando por estas semanas. :’v
    Los quiere su Tía Die. 7u7
705 replies since 10/12/2014
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