Posts written by Misaki_san

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    Aun espero la continuacion mi querida! ;)
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    Si... la hay y en cualquier momento la subo para ustedes
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    Lula san!!! arigato!!!!
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    Juré no enamorarme







    Aquél amor ambiguo, que tonto fui al creer que esos ojos me miraban de forma especial. Si me hubieses pedido que fuera un perro para tus juegos, lo habría hecho. Solo quería que me vieras a mí, solo a mi, no a ese chico que llamabas Takahiro. ¿Quién era Él para merecer tu mundo? De seguro sería un don nadie, un pretenciero casa fortunas. Me jugaba lo que sea, ese hombre lo arruinaría.
    Pasaron varios meses, aún pensaba en tus ojos mientras leías esa literatura. Acariciando cada hoja como si fuera algo sumamente especial, en tu completo silencio del cual quería ser dueño. Tenía la plena confianza para exhortarte, pasarte factura de lo que hacías o lo que dejabas de hacer.



    Cada noche al mirar las estrellas pedía un deseo, no era de esas personas que querían fama, fortuna… solo el amor de aquél hombre sin palabras, mirada desinteresada. Akihiko, ¿Por qué te cuelas en mi cuerpo y me haces sentir estas cosas? Eres tirano, sabes lo que siento y tu ¿Qué haces? Nada, solo tratarme con un buen amigo…
    Ese día, lo tengo grabado en el corazón y en la retina, ese día en el cual fundí mi cuerpo con el tuyo. A pesar de que no me nombrabas, me dolía en el alma… tener que usar esos trucos bajos, escuchar el nombre de tu amor me hacía hervir la sangre. El toque de tus manos, el aliento en el cuello, dios santo… ¿Por qué soy tan débil a tus encantos? Y allí quedo, solo en un gracias y perdón.
    Pasaron los años, prometí a mi mismo olvidarte, arrancarte de mi alma para no sufrir mas por alguien que no me vería, con los mismo ojos, con el mismo sentimiento. Fueron tiempos duros, centrado en mi mundo donde todo estaba bien; reacio, serio, no había lugar para el amor. El amor era una palabra que no existía en mi diccionario.



    Que equivocado estuve cuando me encontré con esa nueva mirada y esa forma de amar sin condiciones, egoísta a su modo. Llegué a la conclusión que quería tenerme para el solo, y yo ¿le iba a dar el gusto? Tenían que venir el mismo Shakespeare y golpearme con sus dramaturgos y demás para entrar en razón.



    Esa forma de ver el mundo, tan niño y a la vez tan serio simplemente no le entendía. Como si fueras aceite, así curabas mis heridas llegando a ser el centro de mi mundo pero siempre no dándotelo a reconocer. Soy egoísta a mi modo y tú al tuyo. Quien diría el que me viera ahora, estoy más enamorado que nunca y ¿Akihiko? Salio de mi vida para siempre, solo es un grato recuerdo. Como dirían los jóvenes: “un desliz de juventud”. Pero ahora, alguien ha entrado en mi vida, eres espejo de mi alma, arrebatador en pasiones, terco en temperamento.





    Perfecto, un niño me ha monopolizado.

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    Dulce pecado




    Allí me mantenía preso entre sus redes, no debía mirarle a la cara puesto que me recriminaría y de seguro tendría el castigo. Él gozaba, yo sufría hasta un punto del que rogaba a los dioses que me dejara libre, que se aburriera con mi incompetencia. Nada, solo observaba el rostro encadenado a la locura. Me acuerdo como si fuera ayer, yo un estudiante, Él un magnate y famoso escritor. ¿Una historia de fantasía? No, era solo el descaro de tomar algo que no era suyo. Una mísera apuesta de que tenía que cumplir.
    He llegado a un punto del cual no tengo retorno, un amor masoquista. Por que me de duele aún así te amo, aunque me digan por las calles la lacra que puedo llegar a ser, no me importa ya absolutamente nada, solo estar en el cuarto, escuchando el ronquido, el gruñido de tu voz susurrando mi nombre una vez más. Atado con sogas, vendado, jugando con mi cuerpo del cual es enteramente tuyo. Te lo doy a propia voluntad, y si quisieras que lo firme lo haría sin vacilar, sólo dame una pluma y un papel y con gusto lo escribiría para ti: “Misaki Takahashi, te pertenece en cuerpo y alma”


    Aún recuerdo nuestros juegos, tú con el cinto que tocaba el suelo y yo con la respiración completamente agitada observaba pegado a la puerta de entrada. A veces me dolía tu desprecio, pero seguía apostando nuevamente por esto que sentía pero no te decía. Solo con las miradas nos comprendíamos, no era solo caricias rudas, sino que empezábamos a tener otro tipo de lenguaje.




    - Vamos a jugar


    Eso me ponía la piel de gallina, nublaba toda mi existencia. El ruido al cinto tensarse sobre el aire, los pasos en el parquet de madera clara y la mirada, esa mirada que me hacía agachar la cabeza y susurrar el nombre tan dulce para mis labios


    - Usagi… san




    Sufrimiento que recompensa tus tratos conmigo, disfrutar de mieles celestiales aunque sea por un instante. Esclavo de tus caprichos y deseos, prisionero voluntario de tus brazos. Eran puñales aquellos labios que sin permiso me tomaban, y esa vos que tanto amaba, esa mortífera arma que me hacía estar bajo tu completo dominio.





    - Estira tus manos




    Como no iba a estirarlas, si esos lazos apretaban y amaban mi piel. Soy débil, reacio a lo que me digan los ajenos, si quiero ser enteramente tuyo, sin decir otra palabra que no sea la de un: “tómame”.
    No pido que midas los espacios, no me abandones, no me rechaces. Explora mis sentidos virginales, quiero que se muevan a tu ritmo o que sean semejantes a los tuyos. Como un sello en el corazón, como un tatuaje en el brazo así es cuando me tocas, me exploras, me sometes a tu voluntad.





    - Anúdate a mis piernas y sostente





    Mis ojos se hacen dueño de tu brillo, ya no lo veo como en los días donde era solo un jovencito con ansias de saber, sino que me dedicaban el cariño, terreno que estas dispuesto a marcar todos los días de tu vida.
    Me hablas y mi espacio se aligera, se mece, se adentra y me eclipsa. La espalda arqueada formado aquella hermosa forma que tanto gustabas probar. Solo imagino el beso que me deleita, la plegaria del silencio que poco a poco se rompe.
    Profanas el interior de mi ser, mi pecado, mi delirio es poder decirte lo mucho que me haces falta cuando te vas. Decir abiertamente que estoy locamente enamorado, enamorado de un hombre mayor que me hace vivir lo que antes no conocía. Tatúa dentro mío tus manos, tu voz que yo me dedicaré a hacerte mío.
    Quiero poder arraigarte para que un día me digas “ te necesito” y allí, no seré capaz de irme por más que desee hacerlo. Te he permitido todo, que entres y pintes mi mundo, estar entre tus salvajes brazos, que derribes mis fortalezas. Un reclamo silencioso de mi garganta, he permitido que como huracán hagas destrozos en mi alma. Solo déjame escuchar tu voz, no que sea solo palabras burdas cargadas de pasiones y desenfrenos, solo necesito dos palabras….





    - Te necesito …. Quédate conmigo para siempre





    Usami Akihiko, hoy me declaro perdedor ante ti.

    Edited by Misaki_san - 18/7/2014, 18:15
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    Ojos de cielo, recordando el pasado…. Parte I


    El sol despuntaba el alba del nuevo día, sobre la tierra acariciando con sus suaves caricias él se asomaba. Aquellos rayos iluminaban de forma tenue la habitación donde dos jóvenes dormían tranquilos. Unos orbes verdes aparecían de forma remolona, la cama haciendo un rechinar se podía apreciar esa figura durmiente, despeinado, dormido. Una segunda persona interfirió, esa señal de “no lo despiertes” hizo que Ritsu se levantara con mucho cuidado de la cama y bajar no sin antes dedicar una mirada a ese caballero de platinados cabellos.
    Una sola mirada bastó para saber que no tenía que interferir, no con su trabajo sino con el compromiso, honrado compromiso que no rompería jamás con su príncipe. La puerta se había cerrado, el estudiante trataba de comprender o digerir lo que en este tan poco tiempo significaba toda la historia. No decía que mentían, había visto, experimentado lo suficiente como para negar como un necio.
    Akihiko se quedó solo con su príncipe admirando ese misterio del cual se le negó a muy temprana edad. A pesar que había sido transformado en la adolescencia, tenía mucho que aprender. Allí, la mirada alilada del hombre no despegaba de aquel lecho, viendo como el de cabellos castaños se removía lento entre las sábanas. Sentía la necesidad de besarle, nunca había sentido ese deseo y pareciera que al pasar los siglos se hacía más fuerte que antes.
    No tardó mucho en despertar, sus ojos se abrían dejando ver ese hermoso y algo distante color esmeralda. Akihiko, al verle se le acerco rozando la mano en la frente y éste la sacó estrepitosamente

    - Que haces Usagi
    - Solo… nada – se alejó haciendo una reverencia.
    - Por qué … haces eso, ya te dije que no quiero… soy un chico común
    - Misaki… no lo eres.
    - SI LO SOY
    - Escúchame…
    - NO QUIERO; YA BASTA…. QUIERO SER NORMAL, QUIERO IR AL COLEGIO, CONVERTIRME EN MÉDICO, TENER UN TRABAJO, AMIGOS, PAREJA….
    - MISAKI!!!!


    Aquellos labios se unieron con el del menor, Misaki quedó inmóvil aunque podía moverse y alejarlo por algún motivo no hizo eso sino que se quedó en su lugar. Poco a poco, comenzaban a profundizar aquella unión hasta que ambos se separaron.

    - Que ….
    - Misaki quiero que recuerdes, mírame solo a mi… onegai – arrodillado apoyaba la cabeza en las piernas del chico mientras que el otro se quedaba con el corazón en la boca
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    Inmutable, el médico esperaba a que salga de su asombro y de otros sentimientos que de seguro se le entrecruzaban por la cabeza. No podía, no quería entender el porque si el ser superior le ha permitido conocer a ese joven, ahora se lo estaba quitando de sus manos. Si ese dios lo amaba, Él no lo amaría completamente. Estaba jugando con el amor de su vida y lucharía para que permanezca con Él hasta que muera.
    La tarde caía, la noche tomaría lugar en ese rincón de la tierra. Allí, un peli-plateado miraba como dormía el castaño. Aquella tranquila respiración solo era una gota en el vaso para que rebalse y caiga en su propia locura. Un dedo surcaba los labios del menor, palpando la humedad de este y un suspiro de sus labios para coronar aquella escena.


    - Si te hubiera visto antes ... ni la misma muerte te hubiese alejado de mi


    Decía a susurros mirando el ventanal. Esas gotas que caían sobre el vidrio, el cielo gris y los pensamientos tratando de que mantengan su lugar de origen y no ser completamente rebalsados. La mirada esmeralda observaba en silencio al mayor, su mentón que era sostenido por la diestra. Esa calma y a la vez el querer arrancarlo de ese lugar...


    - Usagi-san


    Acotó en un hilo de voz del cual Akihiko saltó de la silla para estar a su lado besandole los labios como si fuera la última vez que lo haría. Esos labios carmín, el calor y la suavidad que eran estos. Se separó no incomodando al otro, una media sonrisa, la junta de sus frentes como dos enamorados a punto de despedirse y la enfermera que entraba irrumpiendo el momento


    - Joven Takahashi, necesito sacarle sangre para estudios

    - ¿sa...sacar? - tragando saliva le entregó el brazo, Akihiko miraba desde el otro lado

    - Listo - sonrió dulcemente

    - Disculpe pero...

    -Misaki, deja de preguntar que necesitas descansar para reponerte y volver al colegio



    La enfermera no dijo más nada, solo cerró su boca y se fue dejando nuevamente a los dos solos.



    - ¿Sabes lo que tienes? - su voz trataba de no quebrarse pero era casi imposible

    - Si, lo se

    - ¿Duele? -

    - ¿si duele? ja ja Usagi-san mi cuerpo solo va a sentir la partida

    - No quiero que tu dios te separe de mi lado

    - ¿Mi dios? es tanto tuyo como mio

    - Si me quita a la persona más importante para mi no es mi dios

    - Todos vamos a tener que pasar por esto Akihiko

    -Pero no todos sufrimos como lo estas haciendo. ¿te crees que no lo se? Tus desmayos, tus faltas a clase ...

    - Yo no elegí esto

    - Misaki... perdon

    - Es normal, mi hermano también saltó como lo haces ahora... tene fe... quiero vivir lo que me queda en paz

    - Permitime estar a tu lado

    - Hasta ahora no te fuiste....

    - -ni lo voy hacer
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    Hola, se que he estado ausente durante mucho tiempo y no fue mi intención. Mañana se subirá el nuevo capítulo y si todo sale bien ya subo también el final para que sea como una inyección. Los quiero a todos y besos!!!!
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    Capítulo IV: Quiero que sea un sueño








    Un extenso campo verde donde las flores se levantan sobre la tierra dando a ese paisaje el más hermoso jamás visto por el hombre. De fondo, tan gigantes cadenas montañosas que traspasaban de derecha a izquierda. Si, aquel paisaje era el más bello de todos, ningún lente creado por el hombre podía inmortalizar ese momento. El ruido del agua escurriéndose por entre las rocas, los pájaros dedicando su canto a la madre naturaleza.
    Todo fue creado para el hombre, para que en su pequeñez sienta la presencia del ser creador de todas las cosas y que esas cosas estaban a sus pies.
    Una manta roja, dos jóvenes mirando el cielo, perdiéndose en aquellas nubes que surcaban los cielos. No se decían nada, solo sus miradas se entrecruzaban sabiendo el uno del otro cuanto se amaban. Uno daba todo hasta el mismo aire, otro recibía cuando era necesario escucharle, saber que no había fantasmas que quebrantaran su espíritu.
    ¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta? ¿Por qué somos tan frágiles? , porque tenemos que aprender a que no hay otra vida que ésta, y que la que le ha tocado era la mejor. Prueba tras prueba tenía que pasar para saber que se sentía vivo.
    A veces los problemas y las dificultades nos agobian, como un verdugo mirando fijamente al condenado mientras menea su arma. Como aquél lobo que fija su mirar a esa oveja perdida, descarriada. Tantos ejemplos de que la vida siempre nos sorprende y el destino que cada uno tiene es incierto. Uno puede vivir hasta los 10,30,60,100 y más y otras veces cuando uno sale a trabajar o hacer algo o simplemente tomar una siesta porque uno se siente cansado, le llaman y no se despiertan nunca más.
    Así es el destino de cada uno, es un ladrón del cual no avisa cuando irrumpirá en el domicilio, sino que llega improviso.




    Hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para disfrutar, vivir, no estar encarcelado sino liberarse y conocer. El conocimiento de lo bueno siempre hace bien al alma, guárdalo celosamente, que nadie se atreva a quitarte la experiencia, es tuya y de nadie más. Ninguna experiencia vuelve a repetirse, es única, irrepetible.
    Eso era lo que tenía que enseñarle a esa alma mimada y de otro mundo, se lo haría saber ya que tenía poco tiempo. Todo empezó una tarde de verano, ambos hermanos estaban despidiendo a su madre que dejaba este mundo. Los dos a un lado de la cama mientras abrazaban el cuerpo de su madre, escuchaban con atención las palabras que salían de su boca. A lo largo del tiempo, lucharon por mantenerse unidos a pesar de las dificultades.
    El destino les tenía otro golpe a su razón, a sus sentimientos. El pequeño, padecía la misma dolencia que su madre ahora se extendía sin otra cura. Tenían que ser felices, acompañarlo hasta el último día de su vida y lo haría.
    ¿Quién iba a pensar que se enamoraría? Allí, Usami Akihiko, segundo hijo de un gran empresario y próximo a ser heredero. Un joven del cual conocía solamente una vida, la de lujos, placeres mundanos, esa que cuando reclamaba “salta” los demás preguntaban “¿Qué tan alto?”. Todos esos planes se destruirían, quedando en segundo lugar y como lo primordial sería Takahashi Misaki, el joven de mirada penetrante, tímido, el que no habla mucho pero cuando tenía que decir algo tenían que atajarse porque decía la verdad.






    Había que volver a la realidad, enfrentar ese temor en la cual el trago amargo tenía que pasarlo. Aún no comprendía lo que el menor le quería decir, esas palabras “yo si… me voy a morir” ¿Cómo a morir? ¿Iba a suicidarse?, quería preguntar el porque, necesitaba despejar esas dudas.





    - No estoy para bromas de mal gusto – declaró a secas siempre mirándole a la cara pero Misaki desvió su rostro-
    - No es broma, ni mucho menos jugaría con esa clase de palabra. Es verdad… no me queda mucho tiempo de vida.
    - Si no querés estar conmigo me tendrías que decir idiota – no aguantó así que se dio vuelta en un ademán de caminar pero fue retenido por aquella mano gentil –
    - NO ES BROMA! QUÉ TE CREES QUE SOS EL OMBLIGO DEL MUNDO? AKIHIKO DESPERTÁ DE ESE MUNDO DE FANTASÍA… - ya no contenía la voz, pero su mundo se desvanecería. Respiraba agitado, el color poco a poco lo abandonaba – No… me siento muy bien





    Su cuerpo no soportó aquella situación, desplomando-se en el suelo, frente a un peli plateado completamente asustado. Le había recibido en sus brazos, ese cuerpo frágil entre sus manos. Como si no pesara nada, lo agarró entrando al auto frente a la mirada estupefacta de todos. Fueron diez minutos, diez minutos de terror, cruzando-se por la mente qué podría ser, cual era su debilidad.
    Cinco minutos más para entrar al hospital, otros cinco minutos para entregarle el preciado tesoro al médico de turno. Solo quedaba esperar, rogar…





    - Misaki Takahashi?
    - Aquí! – levantándose como un resorte –
    - Lo lamento …




    " Quiero que sea un sueño para que cuando me despierte vea que esta allí como siempre, cuestionándome todo lo que diga o haga"

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    Capítulo VI: Te propongo








    La noche había caído en ese lugar pero aquellos ojos esmeraldas no podían cerrarse y dejar que Morfeo se lo lleve en sus alas. Suspirando, apoyaba delicadamente las manos en su estómago mientras miraba el techo sin decir nada, analizando, pensando en todo lo que había escuchado, todo lo que había hecho. Ritsu también pensaba en lo que había escuchado y a veces, la mirada se dirigía al compañero ¿Era esa misma persona, el de la historia? Creer o reventar.
    No se dijeron nada porque no había nada para decir, solo sobraban algunas preguntas pero no sabían si era el momento justo para atreverse a hablarlo. El príncipe se dio vuelta mirando a su mejor amigo, el que siempre había estado a su lado. Abrió los labios, quería hablar pero su voz no podía salir.


    - ¿No puedes dormir? – corriéndose un poco le miraba –
    - Todo parece un cuento fantástico
    - También para mí, pero tú eres tú, el de ahora, no el de antes
    - ¿Y si en el futuro me transformo en eso? – preguntó acarreando con la pena en su corazón, pero Onodera le abrazó sin razón –
    - Eres Misaki Takahashi


    Solo dijo eso para luego quedar profundamente dormidos. Desde las sombras, ya tomando forma, el oji- lila miraba a los dos humanos que estaban en esa posición. Quedó en completo silencio, ¿Por qué su corazón se desquebrajaba? ¿Por qué sentía que el fuego recorría el pecho? Celos, ese sentimiento era celos.





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    El aura de aquél joven era aún más brillante que años anteriores, con sus manos extendidas, meditaba los escritos mientras que ese poder se extendía cada vez más en aquella sala. Dos hombres le miraban mientras que un tercero era su maestro.


    - Mas fuerza
    - Hai … - tratando de contener el pequeño dolor –
    - Puedes hacerlo mejor
    - S…si – ya las gotas de sudor recorrían la cien y las mejillas –
    - ¡MI ABUELA PUEDE HACERLO MEJOR!
    - ¡YA BASTA! – calló con el rostro en tierra cansado por tanta energía puesta en ese campo -
    - ¿No fuiste muy duro? – el menor de los jóvenes entraba con algo para comer –
    - Es verdad, mi abuela que tiene 90 puede hacerlo mejor
    - Ca…llate
    - Esto que te estamos enseñando no es un juego, sino que es el don más fácil y no lo sabes moldear. Si tu pueblo está en peligro ¿Cómo harás? – agregó el de hermosura sin igual sosteniendo un pequeño libro –
    - Déjenme solo – musitaba el menor mirando el suelo –
    - Pero…
    - AHORA





    La puerta se cerró quedando esa alma en soledad. Mirando el suelo, dejándose llevar hasta en lo profundo del silencio. No sentía nada más que vergüenza, tristeza, impotencia por no poder hacer ese simple hechizo. Sus padres eran dos grandes hechiceros, admirados por todos y ahora su hijo no podía hacerlo. Lo que el mediano le dijo se le quedó grabado a fuego “¿Qué harías por tu pueblo?” eso le movió el piso.




    Las velas se apagaban una por una dejando que el humo negro se eleve en su presencia, las manos elevadas y una leve ventisca envolvía el lugar. Los hombres entraron viendo el espectáculo, varios orbes levitaban alrededor del castaño. En un abrir y cerrar de ojos, ese domo dorado aparecía frente a ellos. El menor intentó pasar sin éxito, los otros le miraban aprobando lo que había aprendido. El que estaba dentro sonrió para luego desaparecer aquel domo.





    - Gracias





    Las eras pasaban, seguían detenidos en el tiempo atrayendo varias miradas, varios deseos que se harían realidad. Allí, mirando el horizonte como todos los días, por el resto de sus días, Misaki veía el morir de aquel ocaso. Detrás de él, el aroma atrayente de aquel joven de cabellos plateados estaba a su lado.



    - Es hermoso ¿No? – decía admirando la vista cosa que el oji- lila también admiraba
    - Nunca es el mismo, sino que siempre hay algo nuevo
    - Tienes razón mi señor
    - Cuantas veces te dije que no me llames asi. Me hace sentir viejo … sin ofender
    - Misaki – sin razón le abrazó aspirando el dulce aroma de sus cabellos – te propongo…
    - ¿Ah? – algo nervioso temblaba ¿Por qué le provocaba eso? Si ya tenía su juguete personal –
    - Disfrutar de cada mañana hasta lo largo de nuestras vidas. Me enamoré de mi señor – sin pelos en la lengua, sin esconder el rostro se le declaraba al oído-
    - Akihiko …
    - Misaki – le dio vuelta para que le mirase, esos ojos lilas correspondían al igual que su corazón – si me lo pides te daría el mundo… quédate conmigo
    - ¿Estas seguro? – le pregunto un tanto socarrón – Entonces quiero el sol
    - Como ordene mi señor-





    El castaño de por si estaba nervioso, tanto que se sonrojaba y le temblaban las manos de marfil. Akihiko tomó con cuidado, como si se tratase de un fino cristal. “cierra los ojos” éste los cerro y alineando las dulces y finas manos le pidió que abriera los ojos. Los orbes se abrieron y los labios solo se podían ver el vacío. Allí, Misaki se quedó enamorado del gesto que recibió, tenía el sol entre sus manos. Ese astro mayor era suyo por unos minutos hasta que se escondió. Usagi le miraba con una sonrisa y alzando la cabeza lo beso.


    - mi … Misaki … te protegeré
    - Akihiko



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    - A…kihiko –


    Susurraba el durmiente envuelto en las sábanas mientras que atendiendo a su llamado, se acercó para tomarle las manos y con su voz tan suave y protectora se acercó al oído.


    - Te propongo… - mientras decía esto le acariciaba las mejillas - … adueñarte de mi alma, de mi vida. Que la noche y el mar hasta el más claro y transparente lugar, eleven tu mente, tu corazón hasta donde esté. Te propongo amarnos sin reservas, como un sueño, un delirio, efímero, certero…
    - Si


    Selló aquella renovación de promesas con un tierno beso, ahora era por siempre…








    Aclaración: Espero que dejen su comentario ya que es importante ¿como vamos a saber si lo hacemos bien, si captamos sus sentimientos? A veces mendigar es bueno, es aprender... Gracias
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    Tentación al destino





    <b>La tarde fue algo movida para no decir bastante, pero todo ya estaba hablado, ya no había nadie quien se interponga en su camino. Ahora que Misaki por fin ha aceptado en todo, bueno, casi en todo su relación puesto que todavía no se dejaba abrazar como el novelista a su cordero.
    Por fin, el día había llegado, el día del cual todo por fin sería suyo. Amaba su trabajo aunque no le gustara que le estén encima. Era exitoso, sexi, una persona acaudalada fuera de lo que ganaba escribiendo en su doble vida. Ahora, su compañero de alcoba, de vida, su Misaki como asi le llamaba sería enteramente suyo.

    Hermoso, no tenía palabras para explicar como se veía su príncipe en ese momento. Los pantalones oscuros le sentaban a la perfección, ceñido al cuerpo al igual que la camisa blanca sin ninguna imperfección. Le miraba desde el umbral de la puerta ¿como había crecido todo ese tiempo? pareciera que fue ayer cuando golpeo su puerta con una carta de su hermano pidiendo que lo cuide. Ahora, mientras el castaño se miraba al espejo, podía ver el hombre en el que se había convertido.


    - Llegarás tarde - declaró el mayor sin dejar de mirarle

    - No te preocupes Akihiko, ninguna celebración empieza antes de las 12 y son las 11

    - No pudo resistirse más, asi que aquellos brazos fueron conteniendo aquél cuerpo - repítelo

    - Akihiko - susurró completamente sonrojado mientras recibía un beso.



    El salón estaba adornado por millones de claveles colgados en una elegante cortina mientra que las luces eran ténues en el ambiente. El castaño entró con una sonrisa, por fín se iba a recibir. El lugar estalló en un grito cuando Usami entró con su típica aura "SOY INTOCABLE, NO ME BUSQUES, YA TENGO NOVIO". Algunos alumnos se sacaban la foto del recuerdo, no faltó alguno que jugaba bromas a los demas.


    - Quiero mi foto del recuerdo - dijo el novelista mirando a las demas parejas que hacían lo mismo


    - Usagi san ¿es necesario? solo son para pa-re ... aaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh


    - vamos, nadie nos va a notar


    - CLARO QUE SI BAKA!!!!!



    No podía creer que cumpliría uno más de sus caprichos y pensar que ésta era su graduación. Quedaría marcado para toda la vida. El peli- plateado se ubicó, presentable para cada mirada mientras que Misaki se ponía a su lado cohibido por el flash y los mil ojos que observaban al chico que había traspasado los límites, la coraza del novelista.



    - imagina... solo estamos tu y yo Misaki ....


    Susurró con esa voz tan varonil y dulce, mientras que le tomaba la cintura y le repegaba a él. La fotografía fue tomada, ambos sonreían dulcemente. Las luces empezaron a bajar, era el momento de que los alumnos tomaran posesión del escenario. Claro, allí mientras subía su hermano mayor estaba con la cámara llorando y atrás palmeandole la espalda, su esposa e hijo sonriendo, deseando al menor toda la suerte del mundo.


    "MISAKI TAKAHASHI, RECIBIDO CON HONORES"


    Quien lo diría, primero había empezado siendo un desastre pero ahora terminaba con los honores que esa universidad podía dar en su campo. Allí lo recibía, en mano del profesor de Literatura, Kamijou Hiroki; mientras sacaban las fotos de rigor, el mayor le susurró al oído


    -Sigo diciendo que arreglaste la nota

    - No es verdad!!!!

    - Tranquilizate Takahashi .... por fin saliste bueno

    - Por lo menos no haré llorar a Shakespeare - rió ante el comentario-



    El acto había culminado y los graduaron fueron con sus familias. Takahiro, como siempre le asfixiaba a su modo pero era una manera de quererlo y Akihiko se daba cuenta de ello. Lo tuvo que separar cuando el menor había cambiado la tonalidad de su piel...


    - Bueno, mi... MI PEQUEÑO YA SE GRADUO!!!!!

    - Tran... tranquilo niichan jeje

    - COMO ME CALMO SI YA TE VAS A CASAR!!!!

    - ¿Casarme? pero si falta mucho para eso .... eh!!!.... ¿ME BUSCASTE UNA NOVIA?

    - No .... -




    Dijo tranquilo, de su bolsillo sacó una pequeña cajita. El mundo se detuvo solo un momento cuando el novelista, ese hombre inalcansable, deseado por muchos ahora estaba haciendose nada, arrodillado frente al menor. El salón se hizo un silencio que partía las rocas...


    - Le... vantate

    - Misaki... Takahashi Misaki ... no me importa si el mundo esta en nuestra contra, poco me interesa si de aquí nadie nos de la bendicion pero lo que más me importa es que vivas el resto de tu vida conmigo .......... ¿Querrías ... ser mi compañero para toda la vida?





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    Capitulo III: vientos de cambio






    Esa promesa se mantenía fiel a sus principios puesto que Akihiko nunca rompía con su palabra. Misaki por otro lado, se tomaba los labios besados por su compañero y salvador. Una y otra vez pasaba las imágenes por su mente tratando de olvidarlas pero, ¿Puede hacer eso?
    El viento del sur empezó a soplar trayendo nubes del mar, sería un lindo día de sol. El joven mayor miraba de reojo al castaño mientras caminaban pero la mano le hizo que pare con su caminar atrayendo su mirar.


    - ¿Y ahora? – preguntó el castaño
    - Al auto
    - ¿Tienes auto? – asombrado
    - ¿Tu no? – le miró algo sonriente pero la mantenía escondida
    - No, soy… normal.
    - También lo soy y tengo auto – sentenció mientras le abría la puerta



    La mirada de los demás estudiantes no se hizo esperar, los que antes le habían abarcado para hacerle daño, ahora le miraban con odio. Akihiko se estaba metiendo en un terreno pedregoso, peligroso que no estaba acostumbrado a pisar. El convertible ronroneó bajo sus pies, el rodado marcó el asfalto mientras se dirigían a la casa del menor. Escuchando música tranquila, Misaki guardaba silencio mirando de vez en cuando al mayor que conducía tranquilo.
    Suspiraba empañando el vidrio, dibujaba en él, miraba el afuera… no resistió.



    - Me siento en un velorio


    Al escuchar eso, solo atinó a sonreír mientras jugaba con los dedos en el vidrio-


    - Akihiko san ¿Puedo preguntarte porque te enamoraste?


    Esa pregunta le hizo click en el cerebro, mientras conducía buscaba la respuesta. ¿Le había salvado por compasión? Enarcó una ceja estacionando el auto en la casa que antes le había indicado. Solo apoyó la frente en el volante y al no escuchar respuesta solo le sonrío mientras le veía irse.


    - Porque… me enamoré


    Aun se mantenía en el auto buscando en su mente el porque de su accionar. Sonrió de lado “maldito niño” dijo para sus adentros mientras salía del auto para golpear la puerta educadamente. Al ver que abrían su semblante cambio a uno más serio, mirando al hombre que tenía frente a Él completamente serio.


    - Buenas noches, ¿Se te ofrece algo? – preguntó aquél joven de ojos oscuros
    - Soy amigo de su… hermano menor… Akihiko Usami, un gusto
    - Usami san ¿Por qué a estas horas? Debe estar en su hogar
    - Necesitaba hablar unas cosas con Misaki
    - En este momento se encuentra haciendo tarea, mañana tendrán tiempo
    - La sequedad del contrario no dejó que le arruine el poco humor que le quedaba – Entonces será hasta mañana –
    - Hasta mañana




    El auto arrancó mientras la mirada castaña le veía alejarse. Al cerrar la puerta se recargó sobre ella mirando al joven de ojos esmeralda verle


    - Que estas haciendo – le pregunto algo cansado mientras que el menor agacho la cabeza-
    - Es solo un amigo
    - Un amigo enamorado
    - Sabes bien hermano… que no puedo
    - Entonces, vuelvo a preguntar. ¿Qué estás haciendo?



    Al día siguiente, era el último día de colegio, los estudiantes entraban a sus respectivos cursos mientras que el menor suspiraba. No se podía sacar las palabras que golpeaban su pecho. No, no debía enamorarse. Los pensamientos fueron interrumpidos al ver a Akihiko bajar del auto con el semblante serio, misterioso. Como las chicas no se iban a derretir por semejante hombre. Su corazón se detuvo al verlo frente a el con una media sonrisa, pasarle los dedos por el labio y besarlos tiernamente.



    - U…sami
    - No hables, solo disfruta
    - No puedo disfrutar –dijo recargándose en la pared con los labios hinchados por el beso –

    No daba más, todo el día pensó en los labios que le hacían llevar hasta los confines menos pensados. ¿Tenía que ser tan bueno? Definitivamente, no era de este mundo mortal, era un Dios, un ser diferente a lo acostumbrado. El profesor seguía explicando la teoría pero era imposible prestar atención recordando al de cabellos plateados. La culpa, el miedo, todo jugaba en su contra. ¿Por qué? Solo era un secreto, el mejor guardado de todos que nadie descubriría. Las clases habían terminado, Misaki fue corriendo como alma que se la lleva el demonio lejos de la edificación. El árbol le proporcionó el sustento necesario como para poder recuperar el aliento, algo pálido en su rostro pero seguía respirando. Las manos en la cabeza, tirandose un poco esos cabellos castaños.


    - Dios mío, ayúdame


    Todo iba a cambiar, ya no serían los mismos de antes cuando peleaban por que uno lo dejara en paz y el otro por conseguir solo un beso. Esa mañana, Misaki se había levantado como siempre buscando las cosas para desayunar. Tranquilo buscaba las cosas para prepararse la comida hasta que alguien tocaba el timbre. Al abrir la puerta, no podía poner otra cara porque no la tenía. Allí, Akihiko estaba apoyado en el umbral de la puerta viendo de arriba abajo.


    - Lo siento… domicilio equivocado – cerrando la puerta pero éste se lo impidio
    - ¿Tratas a tus novios asi?
    - NO TENGO NOVIO!!!
    - Ya tienes uno, cuídalo – pasando como si nada


    El hogar no era muy ostentoso pero tampoco vivían en la pobreza, claro que para el joven esto era novedoso para él. Mientras el peli- plateado miraba, husmeaba como un niño todo lo que allí había, Misaki se cruzaba de brazos cansado.


    - ¿podrías cerrar la boca? Tengo miedo que te entre una mosca
    - Dime cielo
    - ¿ah?
    - Si, los novios se tratan asi
    - Yo no te voy a llamar cielo
    - Cariño, me da igual
    - TAMPOCO!!!!
    - Misaki ¿Qué pasa si me muero? Pensar que sería mi último día deseando que me llames cielo y …
    - Akihiko …. – susurro triste - … tu no te vas a morir
    - Nada se sabe
    - Si… yo lo se – silencio – yo si
    - Tu si que
    - Me voy a morir
  13. .
    Querido/a Escritor/a: Cuando leía el primer capítulo "Sumido en el alcohol, mujeres, vicios" me dije: Alcohol te se lo creo, mujeres... ¿Que pretendía, cambiar de la noche a la mañana? La trama es buena, Este Takano es sensible luego que el destino les jugarauna mala pasada, ahora lo veo tan distinto que me cuesta asumir este NUEVO. No importa, quiero que escribas NO ME INTERESA SI ES HOY, MAÑANA O DENTRO DE DOS MESES, Si es dentro del mes MEJOR!!!!.... Animo!!! Quiero leer mas!!!! :=MUSEEN:
  14. .
    Capítulo anterior…


    - Masamune… - ese nombre le arrastró - … ¿Porque no me muestras tu lindo trasero?


    El cuerpo se movió por si solo aún maldiciendo con voz alta. Se puso sobre el madero de aquella cama de dos plazas mostrando el rasgado pantalón. Se le hacía agua la boca, definitivamente el granaderito tenía buena contextura física ¿aguantaría cada castigo? Las lastimosas manos se alzaron por el cuerpo palpando la madera, los pasos se escucharon sobre el parquet y tomando éstas las ató con una soga. Buen cuerpo para sus adentros, fornido, se vé que luchaba bien y eso se veía. Descarado, pasaba la mano por la espalda ganando el estreñimiento del joven. Estaba fría, era un no vivo, no tenía temperatura.



    - que mierda me vas hacer



    No contestó a esa estúpida pregunta, sino que arrancó la ropa. Estaba rasgada por el tiempo pasado en ese lugar frío, húmedo y oscuro. Nuevamente le preguntaba sacando de su centro, la nalga derecha se fue enrojeciendo, la voz cayó y un castaño se alzaba con una leve sonrisa.



    - Parece que te gusta sentir mi mano en tu cuerpo, más si soy rudo.
    - Te juro que te cortaré los dedos si sigues tocándome de esa manera
    - Mmm… violento… va hacer muy fácil.




    Capítulo V: Escarlata






    ¿Habría una calificación en este mundo para lo que sentía? Simplemente, era asco, asco de ser un juguete humano a beneficio de ese chupa sangre que venía a su vida para vivir un infierno aquí en la tierra. Como esas manos descaradas, mugrosas se paseaban por ese cuerpo fornido y trabajado por años y años de entrenamiento para ser guardián de su gente. El tener una vida sin lujos, no esperando nada a cambio sino que trabaja duro para mantener su estilo de vivir y ahora, verse destruido por un niño que no entiende razones.

    Carente de sentimiento alguno, marcando con sus labios, profanando la piel ajena continuaba sin descanso la dulce tortura y los quejidos con algunas maldiciones que tenía que escuchar, realmente poco le importaba. Lascivo le miraba, analizando cada movimiento, escrutando desde su distancia el alma salvaje.


    - No quiero ser tan rudo como para partirte en dos


    Eso fue lo único que dijo mientras rasgaba la poca ropa y así dejarlo como dios lo había traído al mundo. Se quedó congelado, su respiración se detuvo al mirar cada músculo delineado. Su lindo culo como si fuera una manzana digna de morder, pecado mortal que cometería pero … ¿Qué importa? Si su alma no existe mas y se iría al mismo Hades sin escala. Nuevamente resonó la palma de la mano en esa nalga enrojecida, el grito de “Vete al demonio” y éste reía sádico ante lo escuchado.

    Ya no había más toque, el corazón del joven Masamune quedó congelado y tan solo esos mechones que caían libremente sobre su frente hasta tapar alguna visión de sus ojos vieron lo que era culpable de no decir absolutamente nada. Esa fusta sacada del cajón, las cintas de cuero que poco a poco el mismo veía como las trenzaba sentado a su lado mientras poco luchaba contra sus cadenas opresoras. Siempre la mirada atenta a ese chico que sufría, le encantaba ese rostro demacrado por el tiempo que estuvo en las mazmorras.


    - nos vamos a divertir mucho … - susurró pegando con la parte dura de aquel elemento de tortura en su mentón.


    El otro abrió grande sus ojos y luego chilló, las cuerdas pegaban con rudeza sobre sus piernas mientras le miraba con una de las cejar arqueadas. Prepotente, sin nada que hacer solo mirar como se retorcía bajo su dominio. Nuevamente resonó en esas cuatro paredes aquella tortura, pero algo le llamó la atención. Takano estaba mordiéndose los labios para no gritar, gemir o lo que sentía y emitía en ese momento.


    - Vamos … Gime para mi


    Negó, ese fue el explosivo para que sea más, cada vez más duro. No tuvo piedad, levantando aquella pierna como el marfil le penetró con la fusta. Takano gritó, no hubo imagen que le hiciera volar a lugares amados, solo el dolor desgarrante de ser prácticamente violado por aquella bestia sin sangre, sin alma.
    Nuevamente, arremetía contra todo orgullo. Le movía en círculos, definiendo la circunferencia de su ano. Mas grande, cada vez mas grande le rompía haciéndolo sangrar. El oji- esmeralda reía algo quedado, ¿esa entrada le estaba llamando? Si, la fusta poco a poco desaparecía por esa entrada virgen que absorbía el cuero negro.


    - Eso es… ahora viene lo mejor
    -

    Sacando le dio a chupar, que pruebe el propio sabor a la humillación. El ser violado por un vampiro, la criatura que Él mismo decidió odiar con todas sus fuerzas ahora estaba siendo sometido por ella. La piel poco a poco se iba consumiendo en esa boca, principalmente en aquellos colmillos que agujereaban la piel. Divinas gotas de sangre que derramaba, ¿tan atrayente era su sabor que no dejaba de alimentarse? Ese ardor sumado al placer que le daba era la droga perfecta.
    Crujido seguido por el grito desgarrante de su ser, Misaki se lo había metido, sin pudor, sin pedir permiso. No se quedó, sino que enterró el sexo tomando-le esos cabellos oscuros y tironeando gemía. Takano tenía ocupada su boca por esa deliciosa fusta que entraba y salía a ritmo del sexo ajeno.
    Sus piernas temblaron, no podía aguantar el dolor más la frustración de no pode liberarse, de no hacer nada para detenerlo. Le tomaba más y más odio, su sangre por alguna forma hervía al sentir esas caricias sobre la piel. Ese tono como casi parecido a un gruñido resonaba en su cabeza, quedando en cada fibra de su ser grabada como tatuaje.
    El dolor se hacía cada vez más profundo, desgarrante, mísero hasta que su engreimiento fue botado a la basura. El semen recorrió gran parte como catarata desde el interior hasta el suelo. El vampiro se había corrido en su interior y el guardián derramando gran parte sobre la madera. Ésta se vio teñida de un color parecido al blanco.


    - sos una gran puta… bien hecho


    subió la cremallera y le liberó, aquellos ojos estaban idos, ¿Quién sabe que estaba pensando? ¿ A donde se habrían ido sus pensamientos? Solo cayó al suelo y como pudo se arrastraba a la cama mientras que Misaki le veía entrar en su lecho. Estaba acostumbrado, mujeres y hombres se entregaban a libre voluntad y hasta algunos desesperados por estar una sola noche con su majestad. Había violado, hubo un tiempo donde era un cazador sediento de sangre y sexo y éste era uno de esos momentos. Le vio tan apetecible que se paró a su lado…


    - Ahora eres mío para siempre. Si intentas matarme mis hombres te harán diez cosas peores de las que hoy te hice. No hagas algo estúpido… y quien sabe … capaz llegaremos a ser algo mas.


    La voz se fue apagando hasta que en aquella habitación no se encontró nadie más que Takano hundiendo el rostro en la almohada. Olía a Él, hasta sabía a ese demonio de rostro bello.
    Las mucamas le llevaban comida, casi parecido a un gran banquete del cual Él rechazaba sin decir nada, solo en absoluto silencio tratando de centrarse en aquello que era importante: MISAKI
    Los días pasaron, el príncipe como siempre tenía los deberes reales que tenía que cumplir como futuro rey del clan. Había dado ordenes específicas referente a ese humano que estaba en su cuarto: “El que lo toque me encargaré personalmente de desaparecerlo” su palabra era la ley, ley absoluta que era irrevocable y ninguno se atrevía a llevarle la contraria.
    El aire de aquella tarde era frío, el sol se escondía sobre las colinas de verde pasto. Los últimos rayos de ese crepúsculo fue apagando hasta no quedar casi rastro del día que paso. La calma relativa, esos ojos avellanas estaban examinando el momento para hacerlo. Desde uno de los árboles, expectante esperaba ese “tiempo” , el joven príncipe no miraba nada más que el sol morir sobre el firmamento.


    - no quiero jugar … por ahora … Masamune

    como arte de un hipnotizador, salio de su escondite para estar a su lado. Todavía luchaba contra esa voz que le odiaba con todas sus fuerzas pero, si le odiaba ¿Por qué le hacía caso?
    No intentó nada, ni toque, ni beso, ni sometimiento. Sus ojos estaban compenetrados en el desaparecer del sol.

    - Quiero ser como el astro mayor, morir para luego volver a vivir un nuevo ciclo.
    - Si quieres, podemos probar esa teoría – musitó Takano deseando que diga si –
    - Eres estúpido… - señalaba su pecho, el lugar donde había sido enterrada con anterioridad la daga – la daga no me hizo nada…


    Era cierto, como matar a un muerto si ya su vida mortal le había dejado. No se dijeron nada más, solo se quedaron en silencio.
    La noche comenzó a hacerse presente, el canto de los pájaros enmudecieron y las estrellas adornaban el firmamento. Los guardias custodiaban a su Alteza Real, como le llamaban por el grado de ser único hijo de sus majestades. El viento comenzó a soplar, algo estaba mal. Takano se interpuso delante del joven, la sangre comenzó a brotar de su pecho mientras que Misaki quedó helado. Los agentes empezaron a actuar de inmediato aprisionando al culpable.
    En sus brazos recibía el cuerpo casi muerto del guardián. El otro abrió como dos botones el mirar, ¿estaba húmedo? Si, Misaki derramaba lágrimas por su cazador. La transformación no estaba completa, su idea era dejarlo ir después de cansarse como todos. “Llévenlo a mis aposentos” gritó para que se hiciera su voluntad. La sonrisa tétrica y sin vida, dos hombres sosteniendo al culpable que se arrodillaba y se reía en su cara.


    - Tendría que hacerte añicos por tal osadía – dijo el príncipe tronando sus dedos, el otro no se inmutaba sino se reía a carcajadas.
    - El clan triunfará y tus huesos estarán en tierra …


    No hubo nada para hacer, nada que perdonar. El rostro empezó a descascararse frente a los ojos del que sostenía esa cara sin dejar de mirarlo. Despreciado, desechado por sus propias manos.


    - Limpien el desastre –




    ***********************************





    Yacía allí entre las sabanas que poco a poco se teñían del color escarlata. Ese olor volvía casi locos a los que le atendían; reapareciendo los hizo como de la nada acallar sus deseos. La mirada compenetrada en ese adulto, los demás pasando a su lado no dijeron absolutamente nada y le dejaron solo. Los pasos dados hasta llegar a su lado, el mismo tono de siempre…



    - ¿Por que mierda lo hiciste?

    En un intento forzoso le respondió llamando la atención por la osadía.

    - Porque sino no tendría a quien matar.
    - Buena respuesta


    El colchón recibía a otro cuerpo, poco le importaba si se manchaba la ropa con sangre. Solo quería estar a su lado, mirando las expresiones del peli- oscuro. Masamune apretaba con fuerza las sábanas con ese puño, era signo del dolor, de que el final se acercaba.


    - ¿Tienes miedo?
    - Es solo una vida que se va, no creo en cuentos de fantasía –
    - Crees en vampiros – replicó el castaño
    - Asesinos…
    - Algunos tienen otras intenciones
    - ¿Cuáles? Tks! – agarrandose fuertemente el pecho, ya no había venda que resistiera el caudal de sangre. – Todos quieren ver morir a la gente, verlos sufrir, rogar…
    - Si piensas eso… ¿porqué te atravesaste?


    Esa pregunta hizo estragos en el mayor quien trataba de encontrar una respuesta lógica ante ese impulso por ¿protegerlo? No, era imposible, traicionar lo que una vez juró a sus padres frente a la tumba, a su pueblo ahora… ¿iba a darle la espalda? Negó como si nada, peor Misaki le miró con algo de diferencia. Esos ojos demostraban dulzura del cual Takano no dejó de ser prendado con ella.


    - Perdóname
    - ¿ah?
    - Me salvaste y te devolveré el favor … aunque niegues el sentimiento o el “deber” como quieras llamarlo.
    - Mocoso….
    - Pedante ….


    Los colmillos se hundieron en su propia muñeca, la sangre comenzó a destilar sobre la mano hasta la herida que el mayor tenía en el pecho. Fuertes latidos casi desgarrantes volvía su cuerpo con esa fiebre impetuosa. “Lo lamento, no quiero que sufras, por eso… tendrá que ser de esta manera” Fueron sus palabras viendo como se transformaba. Ojos como de fuego, sed impulsiva por el manantial. “bebe” y abalanzándose sobre su alteza bebía cada gota como si fuera la última. Esa noche, había nacido un nuevo caballero.
    Fue distinto que los demás, Misaki le permitía ser la mano derecha de sus tareas hasta antes del asesinato. Su amante, su juguete personal, pero no tenía tantos privilegios sino que estaría en el mismo estatus que Shinobu, Hiroki y Usami.







    *********************************






    La realidad ahora era otra, Misaki había despertado de ese letargo sumido durante siglos y los caballeros habían vuelto para buscar esa alma. Sin pestañear, Takano no hacía nada más que terminar su relato, su verdad al dueño de su “vida”.
    Nowaki estaba con la boca abierta al igual que Onodera; los demás no se hacían problemas pero la mirada alilada se mantenía en su señor.


    - Perdóname
    - No hay nada que perdonar, ambos lo decidimos y se termino la discusión.
    - ¡ NO ES VERDAD! – gritó fuerte haciendose escuchar – yo … fui un tirano, un maldito… yo … yo …
    - Tu fuiste una gran persona con errores como todos – agregaba Shinobu –
    - Uniste a los clanes después de todas las batallas – Takano –
    - Tuviste un reino de paz y justicia – Hitoki –
    - Nos enseñaste el sentido de vivir y luchar por lo que amamos – por último, Usami se acercó tomándole la mano, éste se sonrojo sacándola al instante –
    - Rit…Ritsu … ¿Quieres dormir conmigo esta noche?
    - Ah… yo… si Misaki
    - Gracias … Buenas noches… Pueden irse, todo esta bien


    Ambos castaños desaparecieron a mitad de la noche, los demás comprendían que todo era muy rápido para ser comprendido. Los caballeros no iban a dejarlo solo por ningún motivo, ahora más que la guerra estaba a punto de empezar.





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  15. .
    Capitulo 12: La verdad duele


    El viento soplaba delicadamente esa tarde, más tres personas no dejaban de mirarse, prácticamente se comían con la mirada. Ese duelo por quien obtendría lo que más querían en ese mundo recién empezaba y se pondría peor a cada minuto. Misaki, agachó su mirar algo triste sin comprender lo que estaba pasando. Quería entender por todos los medios, sacar esa duda que le carcomía los huesos. Su razón y el corazón libraban la mayor guerra de todas ¿Por qué al escuchar la voz del extraño le tranquilizaba?
    Solo el susurro del más joven de ellos hizo que ambos le miraran perdiendo una vez en el chico “Quiero comprender”, fue lo único que dijo para luego separarse de aquellos.


    - Quiero que entiendan que esta situación me duele. Trato de comprender que es lo que pasa, cada vez que quiero una nube me impide ver la realidad.
    - No tenés que entender nada que no querés. Ahora vamos a casa


    Dijo Akihiko agarrando la muñeca de su hermano, el castaño le miró con mala gana y se lo arrebató de sus manos contrayendo ese cuerpo frágil contra el suyo. Tenía miedo que se lo arrebaten nuevamente, había pasado tanto tiempo, nunca se rindió, nunca dejó de buscar. Usami, le arrancó con toda la fuerza haciendo que el mayor pegue de lleno contra aquél tronco.


    - AKIHIKO NIICHAN!!


    Gritó en su asombro y miedo, viendo como ese cuerpo se resbalaba contra ese árbol hasta caer al suelo. Tomaba su sien quejándose de aquella dolencia que sentía. Allí no hubo diferencias ni rencores, se hincó tomando aquella mano, sus ojos demostraban la completa dulzura que podía sostener en ese momento.


    - Si te sientes mareado podemos llamar a la ambulancia para que te revisen y así podes quedarte más tranquilo ¿Si?
    - ¿Por qué haces esto? No me conoces, yo si …
    - Creo que si el “te conozco o no” no tiene mucha importancia. Tú lo harías por mí si me encontrarías herido ¿no es verdad?


    Akihiko veía toda la secuencia muy cerca de ambos. A pesar de lo que había escuchado, de las cosas que había pasado todavía le quedaba un poco de humanidad aún con el enemigo. Esa era una de las tantas cosas por el cual quedó enamorado de su hermano, no le importaba si le dirigían con el dedo acusador, lo que más le importaba era velar por la seguridad y el cariño de su amado hermano menor.



    - ¿Cuál es tu nombre? – pronunció quitando los mechones marrones oscuros de su rostro para verle bien
    - Takahiro, Takahiro Takahashi


    Ese apellido le dio un vuelco a su estómago, si era la primera vez que lo escuchaba ¿Por qué le ocasionaba ese revuelo? Apartó por un momento ese pensamiento y continuó sonriendo como si nada hubiese pasado. Takahiro alzó su mano hasta acariciar esos mechones de distinta tonalidad que la suya, su voz resonaba en aquellos oídos ajenos.


    - Eres igual a nuestro padre.


    Quebrantó su voz, ya no podía contenerla mas. Cayó de rodillas frente al mayor mientras Akihiko lo sostenía apoyando las palmas de sus manos en los hombros. Preocupado, furioso por lo que tenía que pasar; si pudiera le daría un mundo seguro solo para que su hermano viviera feliz en su mundo de fantasía.
    La primera lágrima rodó por aquella suave y blanca mejilla llamando la atención de los demás, agachando la mirada, perplejo, deseoso…


    - Necesito saber…
    - Te diré todo pero no quiero que sufras, no me lo podría perdonar si te pasa algo.
    - ¿Y ahora lo decís? Después que lo hiciste llorar – agregaba Usami enojado
    - Por favor … tengan un poco de compasión de mi


    El lugar de encuentro fue una cafetería atendida por gente contratada de una de las tantas empresas Usami. Misaki, miraba a aquella persona que se había escusado para ir al baño. Su mirada era algo perdida, carente de algún sentimiento, parecía estar viviendo un sueño, una pesadilla.


    - Puedo arreglar que le pongan unas gotas de veneno – relajado decía bebiendo un poco del café que siempre pedía.
    - Deja de decir estupideces y ponete serio por una vez en la vida – el enojo no se hizo esperar por parte de su hermanito.
    - Disculpen pero casi me choco con el mozo – rió ante lo dicho, Misaki se tentó y empezó a reirse. Su sonrisa era la mas sincera de todas borrando toda pesadez del ambiente-
    - Sos algo distraído para no decir completamente
    - Viene de familia

    El ambiente se había borrado, solo quedó el silencio que se llevaba las palabras antes mencionadas. “Viene de familia” ¿De que familia hablaba? Misaki había crecido como un Usami, mismo temperamento, mismo pensar, misma picardía si se podría llamar así. El oji-esmeralda empezó con aquel duro tramo que tenía que cerrar de una vez por todas.


    - Takahiro san…
    - Sin el san por favor…
    - Ta…Takahiro, no se por donde empezar…
    - ¿No tienes preguntas? Que baka
    - USAMI SAN!!!!
    - Si que se llevan bien ustedes dos – reía ante ellos.
    - Perdona a mi hermano sin cerebro
    - Se claro, lo dice el estudiante nivel B
    - Cabe recordar que el nivel B es respetado
    - Pero la A la tengo yo
    - Idiota nivel A – musito –
    - Etto… - interrumpió el castaño atrayendo la mirada de ambos –
    - Takahashi, ¿Tus padres dieron a Misaki?
    - COMO VAS A PREGUNTAR ESO!!!!
    - Akihiko san… - su semblante cambió a uno más triste - … es verdad… lo que viví en estos años fue una mentira.


    Misaki escuchaba el relato y su corazón se encogía cada vez más. Deseaba parar de escucharlo, detener su historia barata solo por buscar tal vez el dinero de su familia y votarlo para siempre. Pero esa duda, esa maldita duda le tenía prendado. Deseaba que fuera verdad, su corazón decía lo opuesto. La mano de su hermano mayor se apoyaba en aquella mano que necesitaba un soporte.


    - Misaki, hermano … te busque por tanto tiempo, rogando que entiendas lo que pasé. Voy a contarte una historia, después de esto te dejo libre, pero vos tenes el podes de abrazar la verdad o volver a tu vida. Mi anhelo era poder encontrarte, verte lo hombre que te volviste. Quisiera más pero no quiero ser monopolizador porque no es el momento. Solo escucha…
1197 replies since 14/11/2012
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